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Les jóvenes: adolescentes trans

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Se organizaron para dar respuestas colectivas a lo que les pasa por la cabeza y el cuerpo. Cuestionan el adultocentrismo y trazan un puente con lxs niñxs. Se imaginan un mundo sin estereotipos, con más preguntas y menos certezas. Las sensaciones, los tratamientos, lxs amigxs y los sueños. MARÍA DEL CARMEN VARELA
La construcción de mundos futuros, no capitalistas, donde quepan muchos mundos, como dicen los zapatistas, un multi-verso, en palabras de Humberto Maturana, o el jardín de los senderos que se bifurcan, en palabras de Borges. Yo hablo de pluriversidad”, dice el sociólogo Walter Mignolo en la revista MU de octubre de 2011. Para ello – aclara Mignolo- es necesario recurrir a procesos de descolonización del saber y del ser. ¿Qué significa? Sacar a Colón de nuestras cabezas. ¿Por qué? Porque el pensamiento colonial nos inoculó una visión específica de la historia -nuestra historia- sobre la identidad, el racismo, el machismo y la dominación.
¿Y? Así estamos, infectados de patriarcado.
¿Cómo construimos muchos mundos?
¿Y si empezamos a recorrer esos senderos bifurcados?
Podemos hacer estallar el uni-verso? ¿Y si volvemos a ser el Nuevo Mundo?

Contención e información

En una fecha significativa, el 12 de octubre del año pasado, el Movimiento de Juventudes trans inauguró la primera publicación en Instagram. Desde las redes, publicaron su primer manifiesto: “Acá somos tres pibes trans. Tenemos 16 y 17 años. Decidimos crear este espacio como un medio de contención e información para jóvenes trans, para que el tránsito sobre la escolaridad, la familia, y la sociedad en sí se dé lo mejor posible, porque somos conscientes de que no encajar en lo establecido es difícil, y queremos, entre todes, brindarnos la posibilidad de ser felices con nuestras Identidades y tener las herramientas necesarias para defendernos en un mundo diseñado para unxs pocxs. Ésta también es nuestra forma de demostrar y visibilizar que les adolescentes trans existimos y las juventudes e infancias trans son posibles. Que no es una etapa, ni una moda o una enfermedad, sino nuestra forma de habitar el mundo”. Así se expresa el movimiento que propone dar lugar a muchos mundos, que imagina un pluri-verso y lo construye desde el amor y el respeto. Adolescentes que se descubrieron con otros sentires y otras resonancias. Habitando ese estallido, crean otro mundo.
En menos de un año de darse a conocer como movimiento recibieron cientos de consultas y comenzaron a dar talleres y capacitaciones. No tienen todas las respuestas, pero saben qué sendas no quieren transitar. Cuestionan el mundo en apariencia sólido de los adultos y adultas y construyen desde una arquitectura más flexible y adaptable. Conocen las vivencias que les tocaron y les siguen tocando recorrer a les trans adultes, y las consecuencias de esas decisiones. Agradecen lo desandado, eligen alejarse del dolor y acompañarse en el desafío de construir sus propios caminos.
Les jóvenes: adolescentes trans

Contra el adultocentrismo

¿Por qué nace el Movimiento de Juventudes Trans? Félix, Giovanni y Feliciano se conocieron por las redes y se hicieron amigos. Giovanni fue a una charla de Gabriela Mansilla -la mamá de Luana, la primera niña trans en el mundo en obtener su DNI en 2013 luego de la sanción de la Ley de Identidad de género- y, cuenta, salió muy movilizado. Durante el fin de semana siguiente se juntó con Feliciano. “Estábamos pensando en armar algo porque las organizaciones son de adultos. Veíamos que la participación no era muy directa y menos que desde nuestro lugar. Fue querer crear algo que necesitamos: información accesible, pares con quienes compartir y hablar. Que alguien pueda decirte: estoy pasando exactamente lo mismo que vos, a la misma edad que vos, en el mismo contexto que vos. Tratar de crear una ¿¡red de contención”, explica Giovanni.
¿Qué tienen para decirles a les adultes? “El mundo es adultocentrista, lo dirigen los adultos, se escuchan entre adultos, se relacionan entre adultos, todo está construido para adultos y no se le da cabida a ninguna voz que no tenga más de 18, 20 años. Podemos aportar mucho al mundo, a la sociedad, al contexto. Nos dicen `ya lo vas a entender cuando seas grande`. Una de las voces más silenciadas es la de les niñes de jardín; tienen una cabeza así gigante que podés sacar bocha de información, desde un lugar de nutrirse y simplemente no se los escucha”.
En este momento son unas diez personas de entre 16 y 25 años que coordinan las actividades del Movimiento. Dan tres tipos de talleres: los conversatorios a los que concurren personas trans, comparten experiencias, se pasan información acerca de médicos piolas con los cuales atenderse, sobre tratamientos de hormonización y sus efectos y consecuencias, entre otras cuestiones. Los conversatorios abiertos en escuelas, festivales, centros culturales: la consigna es que sea un espacio para charlar y sacarse dudas. Y por último, las capacitaciones, por ejemplo para docentes. “Ahora estamos queriendo entrar en el ámbito de la salud, que es un ambiente bastante hostil”.
¿Cómo es tratada una persona trans en el ámbito de la salud? Giovanni: “Es muy violento burocráticamente porque la gente no sabe, no entiende. Le decís: mi nombre autopercibido y te contestan: ¿Qué estás diciendo? Es muy pesado el tema de la burocracia, tanto si tenés o no obra social. Si no tenés, vas a estar años esperando para todo, hacer colas e ir a las cinco de la mañana a los hospitales. Si tenés, es esperar a que te aprueben los papeles, que te den las hormonas. Es muy agotador, por eso también es un gran obstáculo que sea tan desgastante porque a veces hay personas que no cuentan con el tiempo ni con la energía para exponerse a esa situación de desamparo”. Félix: “Hay médicos y médicas preparados pero son muy pocos, en lugares muy específicos. Me pasó que fui a la ginecóloga porque necesitaba hacerme un chequeo y empezar con métodos anticonceptivos para ponerme el DIU y le dije: soy un varón trans. Ella sabía más o menos lo que era pero no sabía qué hacer y me dijo: te doy pastillas anticonceptivas pero no sé qué pasa si después tomás hormonas, qué pasa con los estrógenos y la testosterona que vas a tener al mismo tiempo. Llamó a otra médica que sabía un poco más y ahí se informaron entre sí. Tuve la suerte de que me trató con respeto y paciencia pero muchas veces los casos no son así y no te quieren dar algo que es para mujeres porque en tu DNI aparece que sos un varón. En el Movimiento tenemos un listado de profesionales que saben cómo tratarnos; es un poco del boca en boca y gracias a grupos de Facebook en los que cada uno cuenta su experiencia”.
Les jóvenes: adolescentes trans

Hormonas y amistades

Giovanni vive en Merlo, tiene 17 años y está terminando el secundario con orientación en Artes Visuales. Tiene varias carreras en mente: un profesorado de Arte, comunicación social o circo. Su transición comenzó el año pasado. “Me costó un montón decir la palabra trans, la venía evitando. Hasta que un dÍa con un amigo, estábamos tomando mate, paramos de hablar y dije: Soy trans. Hubo lágrimas. Me costó asumirme como tal, porque creo que sabía todo lo que se venía, pero con el apañe de les amiguis todo es mucho mejor. Con mi familia soy bastante privilegiado, son personas muy piolas. Yo al principio no entendía que cuando uno transiciona, todo el entorno transiciona y necesita tiempo para transicionar con vos”. ¿Cómo se vive la transición? “Durante toda mi vida yo fui súper femenina, estuve cómodo con mi corporalidad, con mi expresión, y de repente, sucedió que todas las cosas con las que me sentía cómodo se esfumaron y me tocó salir a descubrir cuáles eran mis nuevos espacios seguros. Tuve una etapa de decir: me identifico como persona no binaria, que esto no significa que la identidad no binaria sea una etapa, pero para mí fue así porque fui muy femenina durante bocha de tiempo y creía que solamente podías ser un varón trans si fuiste una chonga toda la vida. Tuve ese momento de identificarme como persona no binaria y ahora me identifico como varón trans, tal vez con una expresión no binaria. No me identifico con la virilidad, con todas esas cosas que tal vez están asignadas a la masculinidad. Creo que debemos construir nuevas masculinidades”.
Félix tiene 18 y está estudiando Profesorado de Artes Visuales en la Universidad Nacional de las Artes. ¿Cómo te autopercibís? “Como varón trans de una forma binaria. Desde que me asumí trans fue como un largo proceso en el que me identificaba con lo no binario y me cuestionaba constantemente ser binario o no binario. Hace poco llegué a la conclusión de que por cómo me siento, cómo me gusta que me vean y me traten, podría decir que soy una persona binaria; todavía no lo tengo confirmado, puede llegar a cambiar. Sin ir para el lado de los estereotipos y roles de género de un varón o un hombre sino más bien como una percepción completamente mía”. ¿Y cómo fue la transición? “A los siete, ocho años no me gustaban las cosas de varón ni de nena y no me gustaba que me traten con ningún estereotipo. A los doce imaginaba cómo sería mi vida si hubiese nacido varón, después lo dejé pasar y a partir de una incomodidad de cómo me nombraban empecé a pensarlo, quería encontrar la respuesta rápido pero esas cosas no suceden de la noche a la mañana. Fueron varios meses de pensar y cuestionarme si era trans, si era una persona no binaria, si era cis y estaba confundido. Fue como una cuestión de descarte: mujer no soy, varón no sé, no binario tampoco sé pero no quiero que me traten con nombre femenino sino que quiero que me traten con este nombre”.
¿Qué te identifica de la masculinidad? “Me siento más cómodo con la masculinidad porque dentro de todo este constructo tan complejo que es la identidad pude hallarme en algún lado y es este. Hay muchas cosas que rechazo de la masculinidad, en la formación de mi identidad quiero lograr algo que no pertenezca a esta masculinidad tóxica y machista: quiero no formar parte de eso. Lo más probable es que sea trans toda la vida y siga siendo un varón y no quiero ser un varón como cualquier otro que no es trans y va con impunidad por la vida. Quiero poder construir eso de otra forma y que sea una forma sana. Para sentirme cómodo yo mismo y no hacer sentir incómodo a nadie más”.
Desde hace un año y medio está en pareja con un varón cis. “Es una relación muy linda, me ayudó un montón a crecer porque tenía inseguridades y el tema de una persona trans con respecto a las relaciones sexoafectivas es la escasez de deseo hacia tu persona. Como sos trans, sos raro. No saben cómo estar con vos y prefieren rechazarte. Él me ayudo un montón a sanar y a verme como un ser humano que puede sentir deseo, amor y puede ser deseado y amado, como cualquier persona debería sentirse realmente”.
Ambos quieren comenzar con un tratamiento hormonal y están realizándose los estudios previos. Giovanni: “Tengo muchas ganas de registrar todos los cambios que van a ir sucediendo porque me parece muy interesante que pensemos en esto; cada persona tiene unos niveles de estrógenos y testosterona muy diferentes pero no dejan de afectar. Es como la serotonina: existe en nuestro cuerpo y nos afecta. Yo me defino como alguien bastante andrógino, no sé si quiero tener barba, o si quiero tener una espalda más grande y la cadera más chica. Tal vez tengo eso que se le asigna a la masculinidad del cuidado, me gusta mucho proteger, pero son cosas que son personales que no sé si tienen que ver con ser varón o ser mujer”. Félix: “Empecé queriendo hacerme la mastectomía pero los trámites en hospital público se hicieron muy largos y sentí que necesitaba parar porque había muy malos tratos de parte de médicos que no entendían. Estoy queriendo empezar a hormonarme por esto de cómo me nombran y ahora quiero pasar al cómo me ven. Necesito transitar y poder habitar un cuerpo que es mío”.
Giovanni y Félix fueron los invitados del encuentro de junio del ciclo Cotorras, conducido el primer jueves de cada mes en MU Trinchera Boutique por las artistas trans Susy Shock y Marlene Wayer. “Yo quiero estudiar, ¿podrían ser mis profesores?”, les propuso Marlene. “¿Cuál sería la fórmula para no resentirse, para estar de pie de otra forma, con esa sonrisa, con ese brillo?”, preguntó Susy. “La fórmula son las amigas: no tengo otra respuesta. Para mí el único recurso de resistencia es ese. La fórmula somos nosotres”.

Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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