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Malas noticias: cómo se precarizan día a día las condiciones laborales de periodistas

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Dos encuestas de Sipreba, el tarifario “Quiero informar y que me paguen” realizado por una periodista freelance y algunas prácticas agudizadas en contexto de pandemia son la base de esta nota realizada por el joven periodista Lucio Ocamica que relata cómo el periodismo pasó de ser un oficio de prestigio y bien pago a una máquina de precarización y despidos en el sector formal. De los 4500 puestos de trabajo perdidos desde hace 5 años, hasta las cifras actuales de salarios no indexados y los tarifarios mal pagos, a las consecuencias -aún primarias- del teletrabajo: dónde va la profesión, el rol de las empresas y cómo empezar a volver noticia a quienes las elaboran.

Durante mucho tiempo tuvo la misma rutina: a las 9:00 en la oficina, para cumplir tareas administrativas y muchas veces solamente cumpliendo el horario; a las 18 manejar su auto lo más rápido que posible para llegar al estudio de Cablevisión en la localidad de Saavedra y realizar dos programas en el que oficiaba de conductor en uno y co-conductor en el otro. Durante el viaje de vuelta a su casa, promediando las 10:30 de la noche, pensaba las notas que debía escribir para la revista en la que él era el principal generador de contenidos. “Fue la época que más tranquilo estuve desde el aspecto económico, pero desde el aspecto psicológico y laboral estaba muy saturado”.

El caso de Lucas forma parte de una realidad que toca de cerca a muchos periodistas argentinos que, ante la depreciación de su salario o ante la imposibilidad de poder formar parte de una planta permanente en los medios, sienten que tienen que conformarse con trabajar freelance en varios de éstos, o peor, encontrar empleos sustitutos que le permitan llegar a fin de mes.

No existen censos en nuestro país que indiquen la cantidad de periodistas que se encuentran en actividad ni cuántos de ellos pueden vivir de ejercer plenamente un solo cargo en una empresa. Pero la tendencia parece indicar que los periodistas necesitan trabajar y colaborar con varios medios a la vez para alcanzar un nivel económico aceptable.

Según la encuesta realizada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) este año y durante la pandemia, las condiciones laborales de los trabajadores de prensa son alarmantes. Con el testimonio de más de 700 periodistas se llegó a un diagnóstico desolador: en los últimos 5 años se produjo la pérdida de 4500 puestos de trabajo a nivel nacional que incluyen despidos, jubilaciones anticipadas y retiros voluntarios, además los despidos ilegales en Publiexpress y Editorial Atlántida. También aparecen los casos de medios que pagan salarios en cuotas como Clarín o Diario Popular, entre muchas otras consecuencias en su mayoría negativas.

El periodismo, asegura el informe, es una de las actividades que perdió más poder adquisitivo en los últimos años. En las paritarias del 2019 solo se recibió un 15% de aumento por un semestre y este año –entre los que quedaron- nada augura un porcentaje mejor.

Salarios y precarización

Durante el 2020 todavía no hubo paritarias para la actividad periodística y en el año 2019 la recomposición salarial fue de un 15%. Porcentaje ínfimo si se lo compara con el índice de inflación interanual dado por el INDEC el año pasado, que fue de un 53,8%.

La pérdida del poder adquisitivo de los periodistas se incrementa año a año. Si tomamos la escala de datos recabados por la página oficial del Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) es posible analizar cuánto ha golpeado la inflación al salario de los trabajadores de prensa. En promedio, el poder adquisitivo de los periodistas de gráfica se ha visto reducido en un 50% en los últimos 10 años. Una de las categorías salariales que aparece en el formulario de FATPREN es la de Jefe de Sección cuyo salario ronda hoy los 48.600 pesos, suponiendo que con todo sueldo quisiera comprar dólar solidario valorado hoy en 102 pesos, podría comprar 476,50 dólares. Si retrocedemos 11 años  en el tiempo y nos vamos al año 2009 cuando el dólar costaba 3,98 pesos, el salario de un jefe de Sección según FATPREN rondaba los 3435, un total de 863 dólares.

En los últimos 6 años las paritarias han estado por debajo del nivel inflacionario del país según SiPreBA en el pasado abril el 66% de los trabajadores que se encuentra en relación de dependencia en empresas de prensa de Capital Federal cobraron un salario por debajo de la Canasta Total, estimada en 53,637 pesos por la Dirección General de Estadísticas y Censos de la GCBA para un hogar tipo 1. 

Otro número que parece alarmante pero es muy común indica que el 42% cobró un salario por debajo de los $41.994 indicados como línea de pobreza según el INDEC para abril.

Año 2020:

Malas noticias: cómo se precarizan día a día las condiciones laborales de periodistas

Año 2009:

Malas noticias: cómo se precarizan día a día las condiciones laborales de periodistas

Como resultado los periodistas trabajan más y viven peor.

La depreciación del salario y las malas condiciones empuja a los trabajadores de medios a buscar otros trabajos para poder llegar a fin de mes. El 39,3% afirma tener más de un trabajo y la amplia mayoría indica que lo hacen debido a que el sueldo no alcanza. El 16,2% que hace changas en otros rubros para completar su trabajo en prensa. El 39% indica que en relación de dependencia tuvo problemas para cobrar su salario en tiempo y forma durante la cuarentena.

A partir de la pandemia del Covid-19 y de la crisis económica que provocó la situación se agravó considerablemente en los últimos meses. Un tercio de los trabajadores argumenta haber recortado los gastos en alimentación cambiando por alimentos más económicos o de peor calidad  e incluso el 12% afirma cortar alguna de las comidas diarias.

No tan Free

Según otro estudio a cargo de SiPreBA en septiembre del año pasado realizado a más de 300 trabajadores freelance, el 94% de los mismos cobra por debajo de la línea de pobreza que en ese entonces estaba colocada en 31.910 pesos según el INDEC basada en la canasta básica total de mayo para un hogar tipo de cinco integrantes. Un 62% del total declaró cobrar menos de 10 mil pesos mensuales y un 17% entre 10 mil y 14 pesos.

El 80% de los trabajadores free lance declara colaborar para entre 1 y 3 medios y el 11% afirmó colaborar con 4 o 5. En este sentido el 58% afirmó que trabaja en otros rubros para poder solventar sus gastos.

La gran mayoría tampoco recibe el pago de viáticos ni ningún otro ítem a cambio de su labor y el 61% afirma que las empresas deciden de manera unilateral el precio de las colaboraciones y no dan lugar a ninguna negociación.

Según datos recabados en el Tarifario del año 2020 de “Quiero informar y que me paguen” por Daniela Chueke, las colaboraciones en los medios gráficos grandes y medianos:

  • Medios digitales de 3.000 a 5.000 caracteres se abona entre $1700 y $1900
  • En papel o digital (documento con fotos) de 5.000 a 10.000 se entre $2500 y $3600
  • Colaboraciones mensuales de más de 10 mil caracteres, se abonan sumas superiores a $4000.

Las colaboraciones suelen variar dependiendo el medio a las que van dirigidas: Las colaboraciones de entrevistas y notas de interés, por ejemplo, están alrededor de 3 mil pesos cada una. Ese monto depende del trabajo, siempre puede ser mayor o menor en cuanto a la producción. Gacetillas de prensa y redes alrededor de 5 mil pesos. Y la investigación, 10 o 15 mil por mes, algunas incluso 20, depende la complejidad y la institución que lo banque”, asegura Melanie, periodista de uno de los 3 principales diarios del país.

Amor a la profesión

La mayoría de los trabajadores de prensa argumenta disfrutar colaborar con diferentes medios y lamenta que las condiciones laborales del sector se precaricen cada vez más.

Sigue Melanie: “En la actualidad, estoy colaborando con un medio nacional, en uno de sus suplementos ; y con una agencia de noticias del conurbano bonaerense, en las secciones sociedad, política y locales. Además trabajo en el área de comunicación de una organización internacional y en una institución de moda”. Lucas, editor de contenidos de una revista para jóvenes, asegura: “Muchas veces siento que las empresas periodísticas saben eso y se aprovechan del amor que le tenemos a la profesión”

Uno de los cambios contundentes que trajo la pandemia mundial del coronavirus fue el incremento del teletrabajo. El porcentaje de los trabajadores que realizan labores periodísticas desde su hogar se incrementó de un 10 a un 75%.

La totalidad de los trabajadores encuestados por SiPreBa sostiene que su empleador no le paga el uso de internet en su domicilio. El 74% tampoco fue provisto de una computadora para ejercer su labor y está obligado a utilizar la personal la que muchas veces se comparte con otros integrantes de la familia. La mayoría, también afirma no recibir ninguna otra herramienta que facilite el teletrabajo.

El 82% de los encuestados afirma no tener el mobiliario indicado para trabajar, tal como escritorio, silla ergonómica, almohadilla para el mouse, etc. Debido a esto aparecen en la encuesta dolores provocados por las condiciones no aptas para el trabajo que hay en los hogares.

Otra cuestión importante que aparece con la instauración del teletrabajo es el aumento de las horas de trabajo es que casi el 90% afirmó que el horario laboral se confunde con el de descanso.

¿Invisibles?

Los medios de comunicación y sus trabajadores suelen hablar y debatir sobre el salario de los políticos, los funcionarios del estado, los deportistas y los famosos, suelen también visibilizar a los trabajadores de diversas ramas cuando negocian paritarias y se movilizan para mantener el poder adquisitivo de sus salarios. Lo que los medios de comunicación pocas veces muestran son las condiciones laborales de sus propios trabajadores, los periodistas.

Hace algunos meses surgió una interesante iniciativa en Estados Unidos que consiste en que los periodistas y trabajadores de prensa publiquen de forma anónima información acerca de sus condiciones laborales. El documento en cuestión detalla cuánto ganan anualmente, por el cargo que efectúan, en que empresa lo realizan, qué responsabilidades tienen y también aparece información acerca del género, identidad étnica y años desempeñando la labor. El mismo se trata de una planilla de Google Drive colaborativa que surgió como una iniciativa anónima y nuclea cientos de trabajadores que aportaron sus datos.

Hay que tener en cuenta que las condiciones laborales y la información salarial en la lista es subida de forma anónima por los propios trabajadores, lo que impide que los datos sean verificados. Aún así, la misma no puede ser modificada por los lectores y sirve para establecer parámetros estimativos.

Los que acceden al documento pueden comparar el puesto en el que quieren trabajar (o en el que trabajan actualmente) de diferentes maneras y ver, por ejemplo, que diferencias salariales hay entre los medios y las locaciones. La lista permite saber que aspectos son relevantes para acceder a una posición, qué rasgos toman en cuenta los medios, tales como la edad, el género y la identidad étnica.

Este tipo de información sostiene victorias individuales de los trabajadores de prensa como, por ejemplo, aumentos de salarios. Y sobre todo puede inspirar a la organización de los trabajadores a construir logros grupales.

La visibilización de las condiciones laborales de los trabajadores siempre es positiva, y puede ser un puente para conectar a personas de diferentes partes del país que se sienten bajo las mismas condiciones.

En Estados Unidos este tipo de hojas de información se multiplicaron e incluyeron muchísimos rubros, desde trabajadores de Arte en los Museos hasta trabajadores Baristas. En muchos casos los grupos de trabajadores continuaron la organización y consiguieron la visibilización de sus condiciones con la base de datos como respaldo.

Malas noticias: cómo se precarizan día a día las condiciones laborales de periodistas

Dicha planilla norteamericana quizá sea una medida interesante para empezar a visibilizar sobre las condiciones laborales de los colegas de prensa en nuestro país.

Quizá así entonces comiencen a ser una (mala) noticia para las empresas para las que trabajan.

ANEXO FUENTES:

  • Canasta Total, estimada en 53,637 pesos por la Dirección General de Estadísticas y Censos de la GCBA para un hogar tipo 1:

https://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/wp-content/uploads/2020/05/ir_2020_1457.pdf

  • Encuesta SiPreBA trabajadores Freelance:
  • Salarios actualizados según FATPREN:
  • Encuesta SiPreBA sobre las condiciones laborales en pandemia
  • Planilla de Iniciativa anónima de publicación de salarios:

https://docs.google.com/spreadsheets/u/1/d/1SP3Sqqdv6R8chFamjtgdNlOrUar-hJXvkMSeha2mHQ8/htmlview?sle=true&utm_source=Daily+Lab+email+list&utm_campaign=4694a5457d-dailylabemail3&utm_medium=email&utm_term=0_d68264fd5e-4694a5457d-395935673#gid=1665107219

  • Tarifario de “Quiero informar y que me paguen”

https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Oo_XjDg-onn-bOBn1hHfbxPJJ9ypKxJY9cY3gWuDNmg/edit?fbclid=IwAR0_WCiVu3_T59RCYATChfy3bVSrwGD4n9HB5wpF2IlwaOv54RmyA8DBp9g#gid=760454383

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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