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Malas noticias: cómo se precarizan día a día las condiciones laborales de periodistas

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Dos encuestas de Sipreba, el tarifario “Quiero informar y que me paguen” realizado por una periodista freelance y algunas prácticas agudizadas en contexto de pandemia son la base de esta nota realizada por el joven periodista Lucio Ocamica que relata cómo el periodismo pasó de ser un oficio de prestigio y bien pago a una máquina de precarización y despidos en el sector formal. De los 4500 puestos de trabajo perdidos desde hace 5 años, hasta las cifras actuales de salarios no indexados y los tarifarios mal pagos, a las consecuencias -aún primarias- del teletrabajo: dónde va la profesión, el rol de las empresas y cómo empezar a volver noticia a quienes las elaboran.

Durante mucho tiempo tuvo la misma rutina: a las 9:00 en la oficina, para cumplir tareas administrativas y muchas veces solamente cumpliendo el horario; a las 18 manejar su auto lo más rápido que posible para llegar al estudio de Cablevisión en la localidad de Saavedra y realizar dos programas en el que oficiaba de conductor en uno y co-conductor en el otro. Durante el viaje de vuelta a su casa, promediando las 10:30 de la noche, pensaba las notas que debía escribir para la revista en la que él era el principal generador de contenidos. “Fue la época que más tranquilo estuve desde el aspecto económico, pero desde el aspecto psicológico y laboral estaba muy saturado”.

El caso de Lucas forma parte de una realidad que toca de cerca a muchos periodistas argentinos que, ante la depreciación de su salario o ante la imposibilidad de poder formar parte de una planta permanente en los medios, sienten que tienen que conformarse con trabajar freelance en varios de éstos, o peor, encontrar empleos sustitutos que le permitan llegar a fin de mes.

No existen censos en nuestro país que indiquen la cantidad de periodistas que se encuentran en actividad ni cuántos de ellos pueden vivir de ejercer plenamente un solo cargo en una empresa. Pero la tendencia parece indicar que los periodistas necesitan trabajar y colaborar con varios medios a la vez para alcanzar un nivel económico aceptable.

Según la encuesta realizada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) este año y durante la pandemia, las condiciones laborales de los trabajadores de prensa son alarmantes. Con el testimonio de más de 700 periodistas se llegó a un diagnóstico desolador: en los últimos 5 años se produjo la pérdida de 4500 puestos de trabajo a nivel nacional que incluyen despidos, jubilaciones anticipadas y retiros voluntarios, además los despidos ilegales en Publiexpress y Editorial Atlántida. También aparecen los casos de medios que pagan salarios en cuotas como Clarín o Diario Popular, entre muchas otras consecuencias en su mayoría negativas.

El periodismo, asegura el informe, es una de las actividades que perdió más poder adquisitivo en los últimos años. En las paritarias del 2019 solo se recibió un 15% de aumento por un semestre y este año –entre los que quedaron- nada augura un porcentaje mejor.

Salarios y precarización

Durante el 2020 todavía no hubo paritarias para la actividad periodística y en el año 2019 la recomposición salarial fue de un 15%. Porcentaje ínfimo si se lo compara con el índice de inflación interanual dado por el INDEC el año pasado, que fue de un 53,8%.

La pérdida del poder adquisitivo de los periodistas se incrementa año a año. Si tomamos la escala de datos recabados por la página oficial del Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) es posible analizar cuánto ha golpeado la inflación al salario de los trabajadores de prensa. En promedio, el poder adquisitivo de los periodistas de gráfica se ha visto reducido en un 50% en los últimos 10 años. Una de las categorías salariales que aparece en el formulario de FATPREN es la de Jefe de Sección cuyo salario ronda hoy los 48.600 pesos, suponiendo que con todo sueldo quisiera comprar dólar solidario valorado hoy en 102 pesos, podría comprar 476,50 dólares. Si retrocedemos 11 años  en el tiempo y nos vamos al año 2009 cuando el dólar costaba 3,98 pesos, el salario de un jefe de Sección según FATPREN rondaba los 3435, un total de 863 dólares.

En los últimos 6 años las paritarias han estado por debajo del nivel inflacionario del país según SiPreBA en el pasado abril el 66% de los trabajadores que se encuentra en relación de dependencia en empresas de prensa de Capital Federal cobraron un salario por debajo de la Canasta Total, estimada en 53,637 pesos por la Dirección General de Estadísticas y Censos de la GCBA para un hogar tipo 1. 

Otro número que parece alarmante pero es muy común indica que el 42% cobró un salario por debajo de los $41.994 indicados como línea de pobreza según el INDEC para abril.

Año 2020:

Malas noticias: cómo se precarizan día a día las condiciones laborales de periodistas

Año 2009:

Malas noticias: cómo se precarizan día a día las condiciones laborales de periodistas

Como resultado los periodistas trabajan más y viven peor.

La depreciación del salario y las malas condiciones empuja a los trabajadores de medios a buscar otros trabajos para poder llegar a fin de mes. El 39,3% afirma tener más de un trabajo y la amplia mayoría indica que lo hacen debido a que el sueldo no alcanza. El 16,2% que hace changas en otros rubros para completar su trabajo en prensa. El 39% indica que en relación de dependencia tuvo problemas para cobrar su salario en tiempo y forma durante la cuarentena.

A partir de la pandemia del Covid-19 y de la crisis económica que provocó la situación se agravó considerablemente en los últimos meses. Un tercio de los trabajadores argumenta haber recortado los gastos en alimentación cambiando por alimentos más económicos o de peor calidad  e incluso el 12% afirma cortar alguna de las comidas diarias.

No tan Free

Según otro estudio a cargo de SiPreBA en septiembre del año pasado realizado a más de 300 trabajadores freelance, el 94% de los mismos cobra por debajo de la línea de pobreza que en ese entonces estaba colocada en 31.910 pesos según el INDEC basada en la canasta básica total de mayo para un hogar tipo de cinco integrantes. Un 62% del total declaró cobrar menos de 10 mil pesos mensuales y un 17% entre 10 mil y 14 pesos.

El 80% de los trabajadores free lance declara colaborar para entre 1 y 3 medios y el 11% afirmó colaborar con 4 o 5. En este sentido el 58% afirmó que trabaja en otros rubros para poder solventar sus gastos.

La gran mayoría tampoco recibe el pago de viáticos ni ningún otro ítem a cambio de su labor y el 61% afirma que las empresas deciden de manera unilateral el precio de las colaboraciones y no dan lugar a ninguna negociación.

Según datos recabados en el Tarifario del año 2020 de “Quiero informar y que me paguen” por Daniela Chueke, las colaboraciones en los medios gráficos grandes y medianos:

  • Medios digitales de 3.000 a 5.000 caracteres se abona entre $1700 y $1900
  • En papel o digital (documento con fotos) de 5.000 a 10.000 se entre $2500 y $3600
  • Colaboraciones mensuales de más de 10 mil caracteres, se abonan sumas superiores a $4000.

Las colaboraciones suelen variar dependiendo el medio a las que van dirigidas: Las colaboraciones de entrevistas y notas de interés, por ejemplo, están alrededor de 3 mil pesos cada una. Ese monto depende del trabajo, siempre puede ser mayor o menor en cuanto a la producción. Gacetillas de prensa y redes alrededor de 5 mil pesos. Y la investigación, 10 o 15 mil por mes, algunas incluso 20, depende la complejidad y la institución que lo banque”, asegura Melanie, periodista de uno de los 3 principales diarios del país.

Amor a la profesión

La mayoría de los trabajadores de prensa argumenta disfrutar colaborar con diferentes medios y lamenta que las condiciones laborales del sector se precaricen cada vez más.

Sigue Melanie: “En la actualidad, estoy colaborando con un medio nacional, en uno de sus suplementos ; y con una agencia de noticias del conurbano bonaerense, en las secciones sociedad, política y locales. Además trabajo en el área de comunicación de una organización internacional y en una institución de moda”. Lucas, editor de contenidos de una revista para jóvenes, asegura: “Muchas veces siento que las empresas periodísticas saben eso y se aprovechan del amor que le tenemos a la profesión”

Uno de los cambios contundentes que trajo la pandemia mundial del coronavirus fue el incremento del teletrabajo. El porcentaje de los trabajadores que realizan labores periodísticas desde su hogar se incrementó de un 10 a un 75%.

La totalidad de los trabajadores encuestados por SiPreBa sostiene que su empleador no le paga el uso de internet en su domicilio. El 74% tampoco fue provisto de una computadora para ejercer su labor y está obligado a utilizar la personal la que muchas veces se comparte con otros integrantes de la familia. La mayoría, también afirma no recibir ninguna otra herramienta que facilite el teletrabajo.

El 82% de los encuestados afirma no tener el mobiliario indicado para trabajar, tal como escritorio, silla ergonómica, almohadilla para el mouse, etc. Debido a esto aparecen en la encuesta dolores provocados por las condiciones no aptas para el trabajo que hay en los hogares.

Otra cuestión importante que aparece con la instauración del teletrabajo es el aumento de las horas de trabajo es que casi el 90% afirmó que el horario laboral se confunde con el de descanso.

¿Invisibles?

Los medios de comunicación y sus trabajadores suelen hablar y debatir sobre el salario de los políticos, los funcionarios del estado, los deportistas y los famosos, suelen también visibilizar a los trabajadores de diversas ramas cuando negocian paritarias y se movilizan para mantener el poder adquisitivo de sus salarios. Lo que los medios de comunicación pocas veces muestran son las condiciones laborales de sus propios trabajadores, los periodistas.

Hace algunos meses surgió una interesante iniciativa en Estados Unidos que consiste en que los periodistas y trabajadores de prensa publiquen de forma anónima información acerca de sus condiciones laborales. El documento en cuestión detalla cuánto ganan anualmente, por el cargo que efectúan, en que empresa lo realizan, qué responsabilidades tienen y también aparece información acerca del género, identidad étnica y años desempeñando la labor. El mismo se trata de una planilla de Google Drive colaborativa que surgió como una iniciativa anónima y nuclea cientos de trabajadores que aportaron sus datos.

Hay que tener en cuenta que las condiciones laborales y la información salarial en la lista es subida de forma anónima por los propios trabajadores, lo que impide que los datos sean verificados. Aún así, la misma no puede ser modificada por los lectores y sirve para establecer parámetros estimativos.

Los que acceden al documento pueden comparar el puesto en el que quieren trabajar (o en el que trabajan actualmente) de diferentes maneras y ver, por ejemplo, que diferencias salariales hay entre los medios y las locaciones. La lista permite saber que aspectos son relevantes para acceder a una posición, qué rasgos toman en cuenta los medios, tales como la edad, el género y la identidad étnica.

Este tipo de información sostiene victorias individuales de los trabajadores de prensa como, por ejemplo, aumentos de salarios. Y sobre todo puede inspirar a la organización de los trabajadores a construir logros grupales.

La visibilización de las condiciones laborales de los trabajadores siempre es positiva, y puede ser un puente para conectar a personas de diferentes partes del país que se sienten bajo las mismas condiciones.

En Estados Unidos este tipo de hojas de información se multiplicaron e incluyeron muchísimos rubros, desde trabajadores de Arte en los Museos hasta trabajadores Baristas. En muchos casos los grupos de trabajadores continuaron la organización y consiguieron la visibilización de sus condiciones con la base de datos como respaldo.

Malas noticias: cómo se precarizan día a día las condiciones laborales de periodistas

Dicha planilla norteamericana quizá sea una medida interesante para empezar a visibilizar sobre las condiciones laborales de los colegas de prensa en nuestro país.

Quizá así entonces comiencen a ser una (mala) noticia para las empresas para las que trabajan.

ANEXO FUENTES:

  • Canasta Total, estimada en 53,637 pesos por la Dirección General de Estadísticas y Censos de la GCBA para un hogar tipo 1:

https://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/wp-content/uploads/2020/05/ir_2020_1457.pdf

  • Encuesta SiPreBA trabajadores Freelance:
  • Salarios actualizados según FATPREN:
  • Encuesta SiPreBA sobre las condiciones laborales en pandemia
  • Planilla de Iniciativa anónima de publicación de salarios:

https://docs.google.com/spreadsheets/u/1/d/1SP3Sqqdv6R8chFamjtgdNlOrUar-hJXvkMSeha2mHQ8/htmlview?sle=true&utm_source=Daily+Lab+email+list&utm_campaign=4694a5457d-dailylabemail3&utm_medium=email&utm_term=0_d68264fd5e-4694a5457d-395935673#gid=1665107219

  • Tarifario de “Quiero informar y que me paguen”

https://docs.google.com/spreadsheets/d/1Oo_XjDg-onn-bOBn1hHfbxPJJ9ypKxJY9cY3gWuDNmg/edit?fbclid=IwAR0_WCiVu3_T59RCYATChfy3bVSrwGD4n9HB5wpF2IlwaOv54RmyA8DBp9g#gid=760454383

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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