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#NiñasNoMadres: audiencia en la CIDH por el caso de Lucía en Tucumán y la necesidad de aplicación de la ILE
Organizaciones y centros de estudios llevaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos el caso de la joven tucumana de 11 años violada por el novio de su abuela y obligada a parir. Su caso permitió ilustrar los obstáculos que enfrentan niñas y adolescentes embarazadas producto de haber sido víctimas de violencia sexual: en el año 2017 hubo 2.493 nacimientos producto de embarazos de niñas menores de 15 años y 91.586 de adolescentes de entre 15 y 19 años. Los comisionados de la Corte compararon a la Argentina con el Medioevo y se mostraron sorprendidos por el racconto de atrocidades que permite el Estado ante la falta de aplicación de los protocolos ya existentes: “No me explico porque le tenemos que dedicar tanto tiempo al debate de esta cuestión”, mencionó una de ellas. Técnicamente, llamaron a defender los derechos de las niñas y a los legisladores a actuar con valentía y no dejarse amedrentar por la Iglesia y los grupos antiderechos. La crónica de la jornada y la voz de las denunciantes.
Lo que en Tucumán vivió Lucía, una niña de 11 años violada por la pareja de su abuela a la que le negaron su derecho a la Interrupción Legal del Embarazo, no fue un hecho aislado. En el año 2017 hubo 2493 nacimientos producto de embarazos de niñas menores de 15 años y 91.586 de adolescentes de entre 15 y 19 años. Un quinto de estas adolescentes tenían uno o más hijos.
La trama que impide, con participación estatal, el acceso a un derecho es lo que organizaciones de derechos humanos y del derecho de la niñez y la infancia denunciaron en la audiencia temática de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El caso de Lucía permitió así denunciar los obstáculos que enfrentan niñas y adolescentes embarazadas producto de haber sido víctimas de violencia sexual para acceder a un derecho que existe desde 1921 en Argentina.
“Esta audiencia representa un alerta que el Estado argentino no puede desoír. Los programas de Educación Sexual Integral, los programas de derechos sexuales y reproductivos, han sido desfinanciados en estos últimos años”, explica a lavaca Fernanda Marchese, directora ejecutiva de Abogados y Abogadas del Noroeste argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales (ANDHES) desde Washington. “Es importante poder poner sobre la mesa el tema: volver a generar opinión pública y que el Estado empiece a pensar políticas que lleguen a lo largo y ancho del país, que se apliquen, que sean efectivas y que lleguen con presupuesto e inversión. Que la audiencia sea con un organismo internacional significa que las respuestas del Estado están siendo insuficientes, incompletas y se están agotado”. Junto a Marchese viajaron también Celia Debono, coordinadora nacional del Comité de América Latina y El Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM Argentina), y Nora Pulido, coordinadora del Colectivo de Derechos de Infancia y Adolescencia.
La presentación
La audiencia comenzó pasadas las 10 de la mañana en hora argentina, y pudo seguirse desde todo el mundo de manera online. “Venimos a denunciar y a visibilizar las graves vulneraciones a los derechos de las niñas en las que incurre el estado Argentino al obstaculizar las interrupciones legales del embarazo y forzar a parir a niñas víctimas de violencia sexual”, comenzó diciendo Nora Pulido. Frente a ella estaban sentados los representantes del Estado Argentino (uno de ellos, representante del Instituto Nacional de las Mujeres).
Las cifras que representan una radiografía de la violencia “se mantienen desde 1980 sin fluctuaciones significativas y la diferencia de cifras entre las provincias evidencia las profundas desigualdades y brechas entre las provincias”, sostuvo Pulido. En diálogo con lavaca, Marchese puntualizó que uno de los puntos neurálgicos del tema “es el federalismo en Argentina y la diferencia en las provincias: es una responsabilidad del Estado Nacional garantizar un mínimo de igualdad entre las provincias. No puede ser un justificativo la realidad, leyes o voluntades de la provincia”.
En la actualidad solo doce provincias cuentan con protocolos de atención de Interrupción Legal del Embarazo adecuados a lo dictado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Las provincias restantes no cuentan con dicho protocolo, lo cual obstaculiza o restringe el acceso a este derecho clave.
“El embarazo infantil forzado ha sido un problema históricamente invisibilizado. Estos casos aparecen como producto de violencia sexual ejercida – en la mayoría de los casos – por integrantes de la familia , conocidos o vecinos, adultos referentes en las vidas de las niñas”, sostuvieron en la presentación y detallaron el caso de Lucía en Tucumán como caso testigo.
Caso testigo
Una niña de 11 años violada por la pareja de su abuela, un hombre de 65 años, en un pueblo en la zona rural de Tucumán. “Quiero que me saquen esto que me puso adentro el viejo”, pidió Lucía, pero nunca se le informó a ella ni a su familia su derecho a acceder a la interrupción voluntaria del embarazo; tampoco intervino un equipo interdisciplinario para acompañarla y contenerla.
«Las y los profesionales de la salud intervinientes la manipulaban para que Lucía cambie de opinión: le decían a su mamá que si ella quería interrumpir el embarazo la niña podría morir», detallaron las denunciantes esta mañana ante la CIDH. «Transcurrido un mes desde que el sistema de salud tuvo conocimiento del embarazo, el gobierno de Tucumán habilitó la ILE en la madrugada del 27 de febrero, debiendo contratar médicos del sistema privado, ya que todo el personal del hospital se declaró objetor de conciencia».
La red antiderechos que se desplegó el último verano en Tucumán dilató la gestación bajo la falsa premisa “salvemos las dos vidas”. El resultado: la tortura a una niña y la muerte de la beba de 660 gramos.
Tucumán arde: una niña torturada, una beba muerta y la falsedad del “Salvemos las dos vidas”
El Encuentro de Profesionales contra la Tortura -organización compuesta por profesionales de la salud, del derecho y la psicología social, entre otras disciplinas- denunció en el abril pasado al gobernador de Tucumán, Juan Manzur, en calidad de médico, y a su ministra de Salud, Roxana Chahla, entre otras autoridades políticas y sanitarias de la provincia, ante la Asociación Médica Mundial por “impedir el acceso al aborto legal a niñas y someterlas a tratos crueles o degradantes y tortura”.
En esa misma provincia, declarada “próvida” durante el debate por la interrupción legal del embarazo, durante 2018 hubo 137 niñas madres menores de 14 años según datos de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud.
El caso de Lucía permitió identificar los obstáculos en el acceso a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y presentar así ante la CIDH una radiografía de la situación en todo el país. Explica Fernanda de ANDHES a lavaca: “Los protocolos con vacíos: el protocolo ILE no tiene elaborada una perspectiva de niñes, no establecen que forzar a esa niña es tortura como lo dicen las convenciones, o no establecen cómo hacer efectiva la escucha a la niña, el derecho a ser oída, como ha pasado con Lucía. Y en los protocolos de abuso sexual infantil no aparece la ILE como un derecho: está invisibiizado. Otros obstáculos: la ESI todavía no llega a todas las provincias ni a todas las aulas por la presencia de grupos eclesiásticos, grupos antiderechos, que presionan y que están dentro de las estructuras mismas del Estado y la Justicia. En el caso de Lucía la justicia cumplió un rol clave, se vio la convivencia de los poderes: no solo ejecutivo que uno identifica con mayor claridad, sino un legislativo y un judicial que se complotan para hacer un obstáculo estructural al acceso de derechos”.
En la presentación ante la CIDH graficaron: «Esta omisión del Estado de una política pública activa, implica en realidad una suerte de política pública de hacer incubadoras a la niñas pobres».
En el informe presentado hay también un petitorio. Marchese explica a lavaca que a la Comisión se le pidió “que atento al contexto electoral del país siga con la temática y una visita al país en la que pueda visitar otras provincias”. También hay un petitorio al Estado en el que se pide “una actualización del protocolos, que se exhorte a las provincias a la aplicación y que aplique medidas para que las provincias adhieran”.
Las palabras de la Comisión
El comisionado Luis Ernesto Vargas Silva fue el primero en tomar la palabra luego de que hablen los representantes del Estado.
Vargas Silva comenzó diciendo: “A los legisladores les da miedo legislar este tema por presiones desde los púlpitos. La Iglesia se resiste. Esta semana un obispo dijo que era preferible admitir a quien viole a una mujer y no a quien aborte. Se sigue viendo a las mujeres como aparatos de reproducción”. Y caracterizó al caso de Lucía como “dramático” y que “grafica de manera elocuente lo que está ocurriendo”.
Vargas Silva habló también de “cruzadas” como en el Medioevo: “Buscan perseguir a las mujeres que aplican el ILE o a médicos que lo practican”. Y terminó diciendo que “esto debe resolverse desde un enfoque de derechos, es un problema de salud pública”.
Luego habló la comisionada Margarette May Macaulay, quien expresó rotundamente: “Las niñas son niñas y se le debería permitir ser niñas durante su infancia. No forzarles artificialmente a asumir las cargas de un adulto. Nadie tiene derecho a quitarles ese derecho. No me explico porque le tenemos que dedicar tanto tiempo al debate de esta cuestión”.
“La responsabilidad del Estado no se quita por causa de la separación de poderes ni por la estructura federal”, sostuvo luego la comisionada Flavia Piovesan, que pidió al Estado “concretar medidas efectivas para que haya protocolos en todas las provincias” y “medidas para garantizar la tranquilidad de los profesionales de salud”.
La presidenta de la Comisión, Esmeralda Arosemena de Troitino, fue la última en hablar e hizo hincapié en la responsabilidad del Estado de “educar e informar para potencias las capacidad de los niños, niñas y adolescentes sobre lo que representa la sexualidad humana” y puntualizó con respecto a niñas que “toda relación con ese grupo de edad es un hecho de violación”. Y finalizó: “Esto sucede porque a niños, niñas adolescentes, la sociedad adulta no les reconoce, aun cumpliendo 30 años de la Convención de los derechos de los niños, como sujetos de derecho. Son personas titulares de derecho, tienen una autonomía progresiva para el ejercicio de derechos. Hemos invisibilizado a este grupo”.
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas

Una Ley Nacional que proviene del sector del agronegocio avanza en la Cámara de Diputados, impulsada por la UCR y la Coalición Cívica. Se trata de la norma que regula, entre otras cosas, la aplicación de agrotóxicos. El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas. La primera reunión informativa contó solo con oradores promotores de la iniciativa y solo dos voces críticas; crónica de esa reunión y la opinión del médico Damián Verzeñassi, la enfermera del Garrahan Meche Méndez, el abogado Marcos Filardi y Sabrina Ortíz, vecina fumigada y abogada que acaba de presentar un escrito para convocar a audiencias públicas y foros de debate para evitar que se apruebe esta Ley que prioriza el negocio a la salud social y medioambiental. FRANCISCO PANDOLFI
Esta semana se presentó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley nacional “de presupuestos mínimos de protección ambiental para la aplicación de productos fitosanitarios”. Es decir, de agrotóxicos.
El proyecto fue escrito por la Red de Buenas Prácticas Agrícolas, integrada por más de 80 instituciones públicas y privadas vinculadas con el agronegocio, y dentro del recinto encabezan la iniciativa los diputados Atilio Benedetti (UCR – Entre Ríos), presidente de la Comisión de Agricultura en la Cámara de Diputados, y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica). La nueva norma ya cuenta con el acompañamiento de 32 legisladores, entre un abanico variopinto que engloba a La Libertad Avanza, Unión por la Patria, UCR, PRO, Coalición Cívica, Encuentro Federal, entre otros partidos.
El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas.

Exposiciones sin consenso
El martes pasado se llevó a cabo una primera reunión informativa en la cual las y los oradores sólo fueron personas, organismos y corporaciones a favor de la iniciativa.
En la comisión conjunta realizada entre Agricultura y Ganadería y Recursos Naturales y Conservación de Ambiente Humano hubo entidades gubernamentales, de productores, de ingenieros agrónomos, de acopiadores, de empresas de tecnología agropecuaria y ONG a favor de la ley. Maximiliano Ferraro expresó que “el proyecto no tiene una mirada sectorial”. Y que “nace de un diálogo. Un diálogo y consenso, que podemos ampliar”.
Sin embargo, se dijo, no hubo invitaciones a voces disonantes.
Las únicas dos ponencias que no se alinearon al lobby de la producción con plaguicidas fueron el diputado Juan Carlos Giordano (Izquierda Socialista – FIT Unidad) y su par Blanca Osuna (Unión por la Patria). Dijo Giordano: “Deben darle espacio a quienes estamos en contra de esta ley. Hay una lista de un montón de organizaciones que quieren venir a exponer las barbaridades que ocurren por el uso de agrotóxicos. Fumigar a 10 metros de ninguna manera puede ser una buena práctica agropecuaria”. Dijo Osuna: “Es indispensable escuchar voces de otros sectores, estamos en falta si no. Los expertos científicos deben estar acá, están ausentes en este proyecto. Primero debe estar la salud, luego la producción”.
La evidencia del modelo
Tras el encuentro del martes, distintos actores se manifestaron en contra del proyecto. Damián Verzeñassi es médico generalista y es el director del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, desde donde se hicieron desde 2010 a 2019 más de 40 campamentos sanitarios en diversos pueblos de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba para relevar puerta a puerta la situación de la salud en localidades fumigadas. ¿Qué demostraron esos resultados? Que en las comunidades rurales se multiplicaban los trastornos endócrinos, los abortos espontáneos, las malformaciones y el cáncer. Opina Damián: “Si se aprueba esta ley permitiría que se fumigue a 10 metros con productos que pueden generar cáncer de mama, cáncer de tiroides, alteraciones endocrinas en las glándulas, disminución de la capacidad de nuestro sistema inmunológico de defendernos. Por ejemplo, el herbicida atrazina está prohibido en 37 países, pero en Argentina está autorizada. Este tipo de cosas avala la ley que quieren aprobar”.
Sin embargo, el diputado por la Libertad Avanza Pablo Ansaloni, que proviene de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) dijo en la reunión informativa: “Desde nuestra actividad, que la vengo ejerciendo durante 30 años, manipulamos el cereal y estamos en contacto todos los días con el fitosanitario. Podemos dar fe que no tenemos ningún enfermo”.
Meche Méndez es enfermera de Cuidados Paliativos del Hospital Garrahan y desde hace años viene dando una pelea (casi en soledad) para que exista una historia clínica ambiental que pueda demostrar la relación de los agrotóxicos con las enfermedades. Le dice a lavaca: “El sistema de salud sigue sin considerar el daño, en muchos casos irreparable, que los tóxicos utilizados desde hace décadas en el modelo extractivo están produciendo en el ambiente, los territorios y por ende en los cuerpos de quienes los habitamos, atendiendo los síntomas y/o la enfermedad una vez producida, pero sin asociarlo cómo posibles causa”.
Sobre el proyecto de ley, analiza Méndez: “Sólo puedo compartir mi absoluto rechazo. Ya está comprobadísimo por la ciencia sin conflicto de interés que la deriva (movimiento de plaguicidas en el aire) no tiene control, que los venenos enferman y matan. Necesitamos medidas aún más protectoras de las que tenemos actualmente y sobre todo dejar de usar esos tóxicos. Hago un llamado urgente a los profesionales de la salud, a las sociedades científicas supuestamente comprometidas con la salud y el ambiente a que se expidan y rechacen esta posibilidad criminal de echar venenos a 10 metros”. Remata: “Se sabe que produce cáncer, malformaciones, daños genéticos, un montón de enfermedades y síntomas. Esto no puede salir de la Cámara de Diputados”.
María Luisa Chomiak, de Chaco, es la única diputada de Unión por la Patria que acompañó con su firma este proyecto. Argumentó: “Lo suscribí porque se necesita tener esta discusión. Toda iniciativa es perfectible y no hay nada más importante que la salud. Si se prioriza esto, celebro que estemos discutiendo este tema”. Sin embargo, en el proyecto no figura que la reducción de las distancias va en sentido contrario al principio de «no regresión en materia ambiental» que establece la Ley General de Ambiente y tratados internacionales como el Acuerdo de Escazú. Ni tampoco informa las pruebas científicas ya demostradas sobre la consecuencia de los plaguicidas: desde los efectos letales del glifosato en embriones anfibios, constatado por el ex titular del Conicet Andrés Carrasco, hasta los estudios de Delia Aiassa en la Universidad de Río Cuarto sobre daño genético, que comprobaron el riesgo aumentado de contraer cáncer. A partir de estas investigaciones hubo fallos judiciales en distintos puntos del país prohibiendo las fumigaciones terrestres a menos de 1.095 metros y las aéreas a menos de 3.000.
Antecedentes que enferman
Una de esas localidades es Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires. Allí vive Sabrina Ortiz, una de las tantas personas que se enfermó por agrotóxicos. Perdió un embarazo de casi 6 meses y tuvo dos ACV. Sabrina tiene una particularidad notable: como no encontraba abogados que la defendieran, estudió Derecho y se recibió. Fue amenazada; le mataron a su perro como amedrentamiento. Después de años de denuncias y estudios científicos, la Justicia federal confirmó que el 3 de diciembre de 2025 comenzará el juicio oral contra tres productores agroindustriales por delitos de contaminación ambiental, según la Ley de Residuos Peligrosos (N° 24.051). En la causa se documentaron daños a la salud vinculados a la exposición crónica a sustancias como glifosato, atrazina y clorpirifós.
Sabrina, junto a varios colegas, acaba de presentar un escrito colectivo de abogadas y abogados de Pueblos Fumigados en donde solicitaron a las presidencias de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados de la Nación que convoquen audiencias públicas, foros y videochats de debate antes de tratar el proyecto de ley.
Marco Filardi es abogado especialista en derechos humanos y temas ambientales y es parte de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina de la UBA. Le dice a lavaca: “Esta norma manda un mensaje a todas las provincias de que este (10 metros fumigación terrestre y dron, y 45 metros aérea) es el estándar mínimo, el piso ambiental y eso no lo podemos aceptar. Gran parte de nuestra población está expuesta cotidiana, sistemática y estructuralmente a la aplicación de más de 7.000 formulados comerciales con autorización vigente por el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) en una cantidad de más o menos 500, 600 millones de litros de agrotóxicos al año. Tenemos el triste privilegio de ser el país que más agrotóxicos por persona y por año usa en el mundo y los resultados están en los cuerpos, están en los territorios”.
Desde los impulsores de la iniciativa no contactaron a científicos, ni profesionales de la salud, ni abogados, ni a ninguna de las organizaciones ambientales. Como por ejemplo la coordinadora “Por una vida sin agrotóxicos Basta es Basta”, de Entre Ríos, que se moviliza todos los martes desde 2018 frente a la Casa de Gobierno en Paraná. “La ley nacional es un ‘copy-paste’ de la que ya tenemos acá, aprobada a finales de 2024 y en la que habilitan fumigar a 5 metros de los cuerpos de agua, a 10 de las plantas urbanas y a 15 de las escuelas rurales. Ellos se amparan en las buenas prácticas agrícolas sin basarse en ninguna evidencia científica, a diferencia de todos los trabajos publicados en Argentina y en el mundo donde se demuestra el impacto que tiene el uso de los venenos sobre la salud y los ecosistemas, más allá de la dosis y la distancia. Lo que genera el daño es la presencia del veneno y si hay evidencia científica ya está: no hay más que hablar”.


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