Nota
Parar la olla: media sanción a la Ley de Emergencia Alimentaria
La Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de Emergencia Alimentaria tras una masiva movilización de movimientos al Congreso. La ley, que ahora pasa al Senado, expresa una demanda que las organizaciones reclaman hace tres años por el hambre creciente en los barrios. La medida dispone un incremento del 50% para las partidas de tres programas nacionales y a partir de 2020 actualiza trimestralmente esos créditos tomando como referencia la variación de precios de los alimentos. Cómo es la economía de los barrios. La participación de las mujeres en los movimientos. Y por qué la emergencia no es un eslogan político, sino una urgencia social.
En tan sólo un minuto Luisina corta diez panes, los abre, corta fetas de salame, corta fetas de queso, las acuesta con método científico sobre la miga y cierra el sánguche que vende a 40 pesos en medio de la Plaza de los Dos Congresos. Hay una fila de diez personas que aguarda con los billetes en la mano y con diversas pecheras: las blancas de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), las azules de Barrios de Pie, las oscuras de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), las violetas del Movimiento Evita, las rojas y negras del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL).
Luisina tiene 21 años y llegó a las 9 de la mañana desde Banfield y después de haber estado el miércoles en el acampe de las organizaciones sociales en el Ministerio de Desarrollo Social desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde. “Vengo a vender. Estudio el profesorado de Educación Física en Banfield, el Gobierno no subsidia el boleto y no me queda otra que salir a rebuscarmelá. Vengo a trabajar para terminar mis estudios para no ser vendedora toda la vida», dice mientras reparte los sánguches y devuelve el vuelto.

Foto: Nacho Yuchark
En medio del debate por la Emergencia Alimentaria en Argentina, la imagen no es casual: “Vengo cuando puedo y lo que veo es lo de siempre: la precarización. Mucha gente que pasa hambre, que viene a pedir lo que más necesita, la comida más básica, muchísimas mujeres viniendo a buscar un plato de comida, y mamás que vienen a comer porque saben que es la única comida de todo el día. ¿Sabés por qué? Porque no les alcanza”.
Son las once de la mañana y faltan tres horas para la media sanción de la ley. La Plaza ya está llena.

Foto: Nacho Yuchark
No se banca más
Finalmente la Cámara de Diputados aprobó la media sanción a la Ley de Emergencia Alimentaria a las 15:08 con 222 votos afirmativos, cero negativos y sólo una abstención (la de Mónica Schlotthauer, diputada por Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda). “Hace tres años venimos peleando y saliendo a las calles por esta ley”, dice en la calle Natalia Llanos, 36 años, referente de Barrios de Pie en Ezeiza, al sur del conurbano bonaerense. La lucha de los movimientos se entiende desde la urgencia en los barrios.
Los puntos más importantes de la ley son:
- Prorroga hasta 2022 la Emergencia Alimentaria Nacional decretada en 2002 por Eduardo Duhalde
- Dispone un incremento de emergencia del 50% de crédito vigente (es decir, el presupuesto original más las modificaciones que sufrió en el año) correspondientes a los programas de Políticas Alimentarias y el Plan Nacional de Protección Social, ambos pertenecientes al Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación. Y también al Programa Pro Bienestar del PAMI (Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados).
- Qué significa: de aprobarse en el Senado, sería un aumento de 10.000 millones de pesos.
- A partir del 1 enero de 2020, y hasta que dure la emergencia, faculta al jefe de Gabinete a actualizar trimestralmente las partidas tomando como referencias mínimas el aumento de la variación porcentual del rubro “alimentos y bebidos no alcohólicas” del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y la variación de la Canasta Básica Alimentaria que elabora el INDEC.
Desde Ezeiza, Llanos explica concretamente qué significa esta demanda: “El hambre cada vez crece más. La gente pasa hambre. Punto. Tenemos un merendero que pasamos de 20 personas a 50. Todos los días. Es inmensa la cantidad de chicos que viene: a las familias no les alcanza para nada”.
Carolina, 32 años, de la CCC de Almirante Brown, también sur del conurbano, suma, junto a sus compañeras de Alejandro Korn y Guernica: “En nuestros barrios faltan cloacas, falta asfalto, cuando llueve se inunda todo, y el hambre sólo aumento. En nuestros comedores pasamos de 20 a casi 200 chicos por día. No sé cómo se responde a eso. Sólo me sale decirte que así”.
-¿Así cómo?
-En la calle.

Foto: Nacho Yuchark
La economía según Laferrere
El debate se produjo con una movilización masiva de los movimientos en el Congreso y con el acampe que otras organizaciones sostienen desde el miércoles en el Ministerio de Desarrollo Social, donde fueron reprimidos por efectivos de la Infantería de la Policía de la Ciudad. Esas organizaciones –Polo Obrero, el FOL, el Movimiento Teresa Rodríguez y el otro sector de Barrios de Pie- anunciaron que el acampe seguirá por 48 horas hasta tener una respuesta de la ministra Carolina Stanley.
Elizabeth tiene 31 años y dos hijos de 3 y de 2. Está al frente del comedero Awka Liwen, que abrió hace cinco meses después de trabajar durante años en el barrio Aeroclub, en Laferrere, en La Matanza, y hace poco se sumó a Barrios de Pie-Somos por una urgencia que cada día la inquietaba más. “Mirá: abrimos con 7 chicos y hoy son 40 familias que vienen todos los días. Porque cuando hablamos de Emergencia Alimentaria, no es un slogan: hablamos de chicos que no tienen pan en la casa, que vienen todos los días porque el viejo o la vieja no tiene para llenarle el plato. Hablamos de esa urgencia para que los pibes no terminen consumiendo pasta base en los barrios. Muchas madres se acercan a pedir ayuda, y no es casual que sean mujeres: tenemos otra mirada socioeconómica”.
-¿Cuál es?
-Son las que llevan adelante la casa. Y, además, las más sensibles a todo lo que pasa respecto a las necesidades. Por eso, también, estamos tomando otro protagonismo. Salimos a las calles cuando antes nos quedábamos calladas. Hoy sentimos la necesidad de gritar. Y, desde ahí, buscar un mejor futuro para nuestros pibes. Yo no me fijo en la economía del dólar, porque si bien influye en los precios, en mi casa consumo en pesos. Es desde ahí: saber que ya no te rinde ni alcanza. Por eso también se ve mucho más esa economía en el movimiento social: hay otra mirada.

Foto: Nacho Yuchark
Romper el slogan
Esa otra mirada la expresa también Milca Sosa, responsable del Movimiento Evita en Tigre, que llegó con 250 compañeras , pero aclara que la lucha por la ley viene hace años. “Es una necesidad que no se puede negar. Una urgencia que el gobierno negó y hoy cede por la unidad que se dio en todos los sectores, por la presión que viene sintiendo y porque está de salida. El gobierno está quebrado”.
-¿Y qué queda en los barrios?
–En los barrios, vemos la necesidad de nuestras compañeras de poder multiplicar lo que hacen todos los días en centros comunitarios, comedores y merenderos. Vale aclarar que todos esos eran espacios culturales y comunitarios que se transformaron en copas de leche o merenderos, donde tuvimos que atender la urgencia y dejamos de lado situaciones de fondo en estos últimos años. La comida no alcanza, y ahí la Emergencia Alimentaria no es un slogan como plantean los funcionarios, sino una realidad concreta donde no hay trabajo para comprar comida. Hablamos de familias enteras. La emergencia es eso: una familia que no tiene un plato de comida para llevar a la casa. Y ahí somos las mujeres. Siempre fuimos puntas de lanza. Las que nos hacemos cargo en las familias, de nuestros pibes, de los espacios comunitarios y quienes paramos la olla popular en la calle.

Foto: Nacho Yuchark
-¿Cómo se entiende ese crecimiento junto a los movimientos como actor central estos años?
-No había política que nos representara. Hubo una representatividad política que se perdió y así se pudo construir desde los sectores populares y desde la necesidad que hizo que nos unifiquemos todos los sectores. Fue un botón de muestra para sectores que estamos peleando por lo mismo.
-¿Y cómo ves ese tejido de cara a lo que viene?
-Sea lo que sea, está construcción se tiene que profundizar, incluso en una nueva propuesta política que el Gobierno que asuma la tome y pueda representarla en políticas públicas bien concretas. En tanto nuevo sujeto social que surge y emerge, necesitamos condiciones para vivir un poco mejor.

Foto: Nacho Yuchark
Nota
Alerta: pretenden dejar impune el femicidio de la periodista Griselda Blanco en Corrientes

La fiscal María José Barrera Sahagun dejó abierta la puerta por la que ingresó la defensa del único imputado para solicitar un juicio abreviado y así quedar libre a pesar de haber confesado un crimen atroz cuyas imágenes conoce todo Curuzú Cuatiá ya que fueron filtradas las fotos de la escena del crimen. El caso no fue caratulado como femicidio ni la fiscal consideró que fuese un delito con un componente de violencia de género. Ahora es César Sotelo, fiscal general de Corrientes, quien tiene en su poder la impunidad o la justicia.
En otro escandaloso giro judicial, la fiscal María José Barrero Sahagún, quien debe investigar el crimen de la periodista correntina Griselda Blanco, dio curso al pedido de la defensa de un juicio abreviado, considerando que el delito que se le imputa a Darío Holzweissigl –único detenido en esta causa– contempla una pena de ocho años de prisión. Berrero Sahagún solicitó al fiscal general César Sotelo que resuelva el pedido de audiencia para formalizarlo.

El pedido de juicio abreviado fue posible dado que la fiscal calificó de homicidio simple ese crimen, ya que no dio por acreditado el vínculo entre la víctima y el homicida, aunque en todas las declaraciones públicas aseguró que habría entre ambos una relación que calificó como “tóxica”. Tampoco tuvo en cuenta las evidencias de violencia que presentaba el cuerpo de la víctima –fue ahorcada con tres vueltas de hilo celeste en su cuello, le clavaron dos veces un cuchillo tramontina en su herramienta de trabajo: su garganta– y no consideró esa saña como agravante. La acusación de la fiscal quedó entonces debilitada como un homicidio simple, lo que abrió el camino para que la defensa realizara este pedido. Al no ser tampoco calificado por la fiscal como un delito con componente de violencia de género, la pena no es de cumplimiento efectivo, por lo cual el imputado puede quedar libre en menos de dos años.
Así la persona que acepta haber cometido ese crimen atroz –cuyas imágenes se filtraron a la prensa y se hicieron virales– estará pronto en las calles de Curuzú Cuatiá: ese es el motivo que desespera a los hijos de la periodista, que fueron expuestos por la fiscal, ya que informó a los medios que fueron ellos quienes aportaron la pista que concluyó con su detención, lo cual tampoco se ajusta a la investigación que realizó la Policía Federal, que analizó cámaras de seguridad y contenidos de celulares, además de las muestras que cotejaron con el ADN del imputado.
El abrupto cierre que quiere darle la justicia correntina a este caso, a menos de diez días de cometido el crimen, deja sin indagar las otras líneas de investigación que deberían profundizarse: las denuncias de amenazas y presiones que realizó Griselda por su tarea periodística y, en particular, las que mencionan la connivencia policial con los boliches bailables por el no pago de adicionales de los agentes que debían cumplir tareas de seguridad en esos locales. El imputado era dueño de uno.
Nota
Las Blondis: la película debut de Dolores Fonzi como guionista, directora y protagonista

Hoy se estrena la ópera prima de Dolores Fonzi: Blondi narra la relación entre una madre y su hijo varón, entre la crianza en soledad, el cannabis, el humor y el amor. En esta nota para la revista MU contamos cómo la filmó: el equipo, los trucos, la tecnología de la sororidad, las inspiraciones, los actos de fe, en medio del desfinanciamiento del cine argentino. Ahora compartimos la mirada de Claudia Acuña sobre qué representa ser una Blondi.
Por Claudia Acuña
1.La primera escena de Blondi es una patada que desordena todo. Entre otras cosas, lo que pensábamos que íbamos a ver y lo que creíamos que sabíamos del cine argentino, que hoy por hoy es el único noticiero que nos muestra la actualidad. Así, con un perfecto trailer que va de la cama hasta el auto –dos escenarios centrales de esta historia- Dolores Fonzi nos lleva de la mano por los caminos de Blondi. Y no nos suelta más.
2.Lo que nos atrapa es una red tejida con puntadas sensibles. La primera es el guión, escrito por Fonzi y Laura Paredes, con diálogos precisos y escenas que hacen hablar a la cámara. Es esa conversación entre textos e imágenes uno de los mayores logros de esta película que hace reir –mucho- y también llorar –un poco- a un ritmo que no es ni vertiginoso ni moroso: Blondi fluye. Es cierto que el tema se centra en formas de maternar que hasta ahora nunca había sido registradas en la pantalla, que nos hace ver modos de ser y de criar que son otros, nuevos para la industria de la imagen y cotidianos para las personas, y que eso es, de por sí, un mérito, un aporte y un hallazgo en términos de qué novedad nos representa que una directora tome por primera vez el mando. Pero lo que hace que esta historia no sea letra, sino música, aquello que nos mueve los pies de la mirada –que es alma- es la precisión, la secuencialidad. El humor hace explícita la exigencia de sincronizar exactamente la velocidad mental del interlocutor para saber qué hace falta decirle y qué no. Un chiste explicado aburre, síntoma de lo que ofende. Lo contrario, lo que entretiene, es lo exacto. Y para alcanzarlo es necesario crear para quien ve, necesitarlo y creerle. El revés de Flaubert: Blondi no es Fonzi. Sos vos. No como espejo, sino como universo.
3.Aquello que podríamos llamar “la mujer y el cine” (odio esta etiqueta, pero así estamos) nos hace ver cosas invisibles. Una es la cama. Vemos en el cine camas, por supuesto, pero las camas que nos hace ver Lucrecia Martel en La Ciénaga no son las que habíamos mirado en la pantalla hasta su gloriosa llegada. Recordé esas escenas –tan distintas a estas, tan distintivas con respecto a otras, a cualquiera: Martel es única- cuando la cama de Blondi apareció en esa primera escena, perfecta. Me esforcé, luego, para encontrar algo en común, eso que nos señala la mirada femenina como síntoma de su imaginario. ¿El nido? Es pregunta.
4.Criar películas a partir de sueños y pesadillas: quizá sea ese un punto de partida. En Blondi sin duda lo es, aunque su protagonista no sueñe. Ella es toda realidad, sin tiempo para agobiarse. Blondi actúa. Hace lo que hay que hacer como puede. No juzga ni se juzga, y si alguien se atreve a hacerlo, no lo entiende. Como si le hablaran en chino: no conoce ese idioma.
5.Si Miss Mary –gloria y honor a María Luisa Bemberg- es la pampa, si La ciénaga – me pongo de pie para teclear Martel- es Salta; Blondi es Liniers, el borde. ¿Territorializar las historias biográficas es otro eslabón en común? Es pregunta.


6.El nido tiene raíces en cartografías precisas, de clase, de culturas y de destinos pre anunciados para las mujeres que allí habitan. El de Blondi registra esos barrios de la periferia urbana con masculinidades ausentes o desteñidas, en donde las mujeres solas o aburridas deben criar…¡varones! Y así como una generación tuvo que ponerse a escribir manuales de crianzas masculinas más divertidas y menos violentas, así es como Blondi inscribe una forma de hacer crecer sexos más creativos y menos soberbios, mostrándonos otras formas de cuidados menos trillados y por eso mismo, menos esclavos. No recuerdo muchas películas que registren lo que significa para estas maternidades amorosas dejar volar a sus pichones. ¿Star Wars quizá? Es pregunta. Si así fuera esta película es su antítesis: no hay guerra entre las luces y las sombras, se convive con ambas, siempre, y en continuado. Hay vida.
7.Blondi termina como comienza (no es spoliler: es la cama) y al terminar la función del Bafici en donde pude verla antes de su estreno en cines, Fonzi sintetizó ese final con una frase que dice mucho sobre ella y sobre su película: “Blondi no se empodera sola”. Aplica, entonces, a ese guión que transformó en cine un equipo de artistas. Javier Juliá, a cargo de la dirección de fotografía –el mejor, sin duda de este “nuevo cine argentino (sí: también odio esta etiqueta)-, Micaela Saiegh a cargo de la dirección de arte (el cuarto de Blondi es un delicadísimo cuadro pintado con objetos, texturas, matices y más), además de un elenco (Rita Cortese –de pie, again- Carla Peterson, Leonardo Sbaraglia y –atenti con este nombre- Toto Rovito) que funciona como una coreografía sincronizada al milímetro y que mereció la excepción de que el Bacifici en la categoría Mejor Actuación premiara por primera vez a todas y cada una, lo cual habla de lo que representa el debut de Fonzi como directora: brilla y hace brillar.



8.No recuerdo films de mujeres que escribieran, protagonizaran y dirigieran una comedia. ¿Barbra Streissand? Es pregunta.
9.Pienso que quizá, por motivos que van desde el humor hasta la contemporaneidad, pasando por lo urbano y lo transgresor, Fonzi represente algo así como Wooda Allen, la hija feminista de Allen, pero quizá esta asociación es producto de un deseo personal y re-sentido. Lo que sí estoy segura es que siempre, siempre, el cine de las directoras que admiro nos transmitieron a nosotras, sus espectadoras, algo de la época, una actualidad política y social imprescindible que solo se hizo evidente luego, en el después del temblor. Miss Mary se estrenó el 31 de julio de 1983, dos días después de que Argentina ganara el Mundial y meses antes de que se desatara el debate sobre el divorcio legal, que fue aprobado un año después. La ciénaga iluminó las pantallas el 12 de abril de 2001 y ya esbozaba las tensiones sociales, el derrumbe de una forma de estar juntas, lastimadas. ¿Qué nos anticipa Blondi? Es pregunta.
10. Nos nos empoderamos solas. Nunca, y menos ahora. Quizá eso nos está anunciando Blondi.

Nota
Femicidio de Griselda Blanco: el informe de la comitiva de Periodistas Argentinas de su misión a Curuzú Cuatiá

La primera delegación de Periodistas Argentinas que viajó a Curuzú Cuatiá entrevistó a los jefes de la Policía Federal y Provincial a cargo de las investigaciones y a la fiscal, y se encontró con los hijos de la víctima. El resultado de la información que chequearon con varias fuentes pone en duda las declaraciones que hizo ante la prensa la fiscal de la causa, que estigmatizan a la víctima y exponen a su familia. ¿Por en una causa con secreto de sumario, y a una semana del crimen, no puede la funcionaria a cargo de investigar afirmar hechos que todavía no están probados? Los tres giros que en cinco días tomó la causa, y las tres pruebas que justificaron la detención e incomunicación del periodista que más conocía las amenazas que recibía Griselda. El rol de la prensa en un crimen que se informa con más respuestas que preguntas.
El pasado viernes 26 de mayo, una delegación de Periodistas Argentinas compuesta por las periodistas Claudia Acuña y Nancy Pazos lleg a Curuzú Cuatiá, Corrientes, a las 10 de la mañana, tal como había acordado con la fiscal de la causa, María José Barrero Sahagún. Se encontraron entonces que a esa misma hora la funcionaria había convocado a los hijos de la víctima a una audiencia en la cual liberó a Armando Jara, al que había detenido e incomunicado cinco días antes bajo la acusación de femicidio, y a informar la detención de Darío Alfredo Holzweissig, un empresario dueño de boliches bailables de Curuzú Cuatiá.
Luego de esa audiencia y esa noticia la fiscal recibió a la comitiva de PA en una reunión formal, en la que además estuvieron presentes las máximas autoridades de la Policía Federal a cargo de la investigación y el comisario y subcomisario de la Comisaría n.º 1 de Curuzú Cuatiá. La primera pregunta la hizo la periodista Nancy Pazos: “¿Qué hace acá la policía provincial, cuando tenemos entendido que está apartada del caso?”. Sentado estaba Nicolás Romero, el comisario denunciado por Griselda como presunto autor de abusos sexuales.
Justamente la policía provincial, a pedido del Sindicato de Periodistas de Corrientes, había sido separada de la investigación ya que la víctima había denunciado que estaba siendo amenazada para revelar sus fuentes, y que había recibido la misma mañana del crimen una carta documento del comisario Romero.
La respuesta a la pregunta de Pazos llegó de parte del jefe departamental: explicó que le habían pedido ayuda para los rastrillajes que se habían realizado a la mañana, “ya que conocían la zona”; y que además estaban siguiendo una pista que ya no involucraba a la policía.
Pazos repreguntó: “¿Y si en el rastrillaje encontraban una prueba que los comprometiera?”
El comisario de la Federal respondió: “Estuvieron todo el tiempo bajo mi supervisión”.
La fiscal aclaró además que ella había dirigido al operativo.

Acuña preguntó por qué consideraban que la nueva línea de investigación no estaba relacionada con el trabajo periodístico de Griselda, ya que la periodista había dedicado varios programas a denunciar la connivencia de la policía local con los boliches bailables de los que el nuevo detenido era propietario. Fue entonces cuando la fiscal aseguró que por el contenido de las conversaciones de Whatsapp reveladas del teléfono de la víctima, existía un “vínculo personal” con el empresario detenido. Vínculo que calificó como una “relación tóxica”.
Sin embargo, dos días después, cuando formuló la imputación contra Darío Alfredo Holzweissig pidió procesar al sospechoso por homicidio simple “ya que no se había probado el vínculo personal”. Tampoco lo calificó como agravado, ya que consideró que no había “alevosía”. Griselda tenía tres vueltas de cinta en la garganta y dos cuchilladas con Tramontina en el cuello; un diente roto y la cara notablemente golpeada.
Consultada por qué no calificó como “femicidio” el crimen de Griselda en esta nueva imputación, la fiscal respondió que “no tenía evidencia de violencia de género”.
No son éstas las únicas contradicciones que asoman en las declaraciones públicas de la fiscal.
La principal: la forma intaxativa en que habla de extorsión. Tres fuentes de la investigación aseguraron que en las conversaciones encontradas en el chat, la víctima y el ahora acusado “hablan de plata y él le propone relaciones sexuales, pero no hay una sola conversación en la que se diga taxativamente: si no me das plata, te escracho”.
Según confirmó la comitiva de PA, Griselda Blanco hace años que tenía como auspiciante al empresario, quien hacía tiempo que no abonaba la pauta, por lo cual hay que investigar si esa conversación sobre dinero no estaba relacionada con el vínculo comercial que tenía la víctima. Es decir: todavía resta mucho de la investigación como para que la fiscal descalifique a la víctima como “amante y extorsionadora”.
Otro punto conflictivo de la actuación fiscal es en relación a la detención del periodista Jara. Consultada sobre en qué pruebas basó su detención, incomunicación e imputación por cargos de “femicidio”, la fiscal respondió:
1) Que se habían encontrado pertenencias de él en la casa de Griselda; cuándo se le preguntó que pertenencias, respondió: “Una campera”;
2) que había una relación preexistente;
3) que el perito forense indicó que el asesino tenía un vínculo con la víctima por el tipo de violencia hallada en el cuerpo.
Jara no quedó desvinculado de la investigación ya que la fiscal espera el resultado del ADN; consideró que iban a estar listos “entre miércoles y jueves” de esta semana.
Así, este caso tuvo en menos de cinco días su tercer giro en la investigación fiscal: comenzó considerándolo un suicidio, siguió caratulándolo como “femicidio” – deteniendo arbitariamente a un periodista- y ahora lo califica de “homicidio simple” queriendo por dar cerrada la causa.
Ni las amenazas, ni las presiones que Griselda dejó grabadas en su audio fueron nunca una línea a investigar para la fiscal.
Ese es justamente el reclamo de todas las organizaciones de periodistas a las que la Comitiva de Periodistas Argentinas envió un informe detallado.
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