Nota
Promulgaron la Ley de Murphy
En pocos días se conocieron noticias de tenor similar: los derrames en Minera Alumbrera (multinacional ubicada en Catamarca), y la intoxicación de decenas de obreros en Botnia (pastera finlandesa instalada en Fray Bentos, Uruguay). Más allá de los supuestos “accidentes” los hechos mostraron, por si hacía falta, el efecto contaminante de estos emprendimientos y, mucho más, un modelo de (sub) desarrollo que genera desempleo, empobrecimiento y muerte, salvo que sean detenidos, como en Esquel y La Rioja, por la acción de las comunidades.
La Ley de Murphy es aquella según la cual si algo puede salir mal, saldrá mal.
Una de sus derivadas indica que: “Las cosas que se dejan para que se arreglen por sí solas, tienden a empeorar”. Otra señala: “Si existe la posibilidad de que varias cosas vayan mal, la que cause más perjuicios será la única que vaya mal”. Una más: “Es inútil hacer cualquier cosa a prueba de tontos, porque los tontos son muy ingeniosos”.
El ingeniero Edward Murphy, descorazonado autor de esta hipótesis, podría ser considerado un optimista en algunos países del sur.
¿Qué será lo que se derrama?
En Bajo Alumbrera, la minera vastamente denunciada y ubicada en Catamarca, se produjo un nuevo derrame en el mineraloducto que traslada el material extraído del yacimiento, que ha convertido el territorio de esa zona cercana a Andalgalá en una especie de cráter gigantesco de dos kilómetros de diámetro y 600 metros de profundidad, producidos a fuerza de dinamitar montaña y tierra para extraer oro.
La empresa, como parte de lo que resulta el nuevo marketing minero (ver nota Gato por liebre) se anticipó a las denuncias minimizando el problema e informando que el “barro mineralizado” (por el desecho contaminante) no alcanzó a envenenar ningún curso de agua.
La información en estos casos tiene la enorme ventaja (para las empresas) de que si existió la contaminación, recién se sabrá dentro de meses o, peor aún, años. Los vecinos han demandado a la empresa y existe además un conflicto interprovincial por la contaminación que provoca. Sin embargo este tipo de noticias aparece en medios contrainformativos como Clarín no en la sección política, ni economía, sino en “sociedad” junto al anuncio de un Jardín Botánico en Maschwitz.
Minera Alumbrera está formada por la suiza Xtrata, y las canadienses Goldcorp Inc. y Northen Orion Resources Inc. Como se plantea en la página No a la Mina (noalamina.org) Minera Alumbrera derrumba periódicamente “el mito que pretende instalar el sector minero sobre el uso de tecnología de nivel internacional y los altos estándares ambientales”.
El modelo de subdesarrollo
La propaganda minera tiene el record de prometer más que los políticos. En Catamarca, Minera Alumbrera había prometido un barrio para 5.000 personas, 6.000 puestos de trabajo, un hospital de alta complejidad. Lo que sí concretó es una especie de ciudad autista y aislada enclavada en la montaña, una especie de country de lujo para los directivos. El último pago declarado de regalías a Andalgalá, fue por el 0,7 de lo que declaró extraer. Los ambientalistas y políticos locales sostienen que la empresa factura el triple de lo que declara, o sea, 1.700 millones de dólares, en una provincia donde el 48 % de la población vive bajo la línea de la pobreza. El modelo minero, por lo demás, anula otras producciones por su propia naturaleza, si es que a la palabra naturaleza le cabe algún lugar en todo este negocio extractivo.
Botnia sulfúrica
La semana pasada lavaca informó sobre los escapes de material contaminante en la fabricante de pasta de celulosa Botnia, de Fray Bentos, que obligaron a la internación de 18 trabajadores intoxicados, afectados en la piel, los ojos y vías respiratorias.
El jueves pasado otros tres obreros, acaso nuevas vítimas de la Ley de Murphy, se intoxicaron por la rotura de los piletones en las que se mezclan los químicos con los que se produce la elaboración de celulosa.
Los trabajadores decidieron realizar un paro y no volver a trabajar hasta que no se les garantice mínima seguridad. En el caso de la primera intoxicación, producida con sulfato de sodio, la empresa adujo que el problema era el viento, muy fuerte. En términos “normales” (otra vez, si a la palabra le cabe algún lugar en todo este negocio) esa sustancia trabaja expandiéndose en la atmósfera. Cuando lo hace, termina volviendo a tierra en lo que los productores y vecinos locales denominan “lluvia ácida”. Esta vez, por culpa del viento acaso subversivo, terminó en los ojos de los obreros, demostración pragmática de qué tipo de materiales irán a parar al aire y al agual del río Uruguay. El presidente Tabaré Vázquez había anunciado que cerraría Botnia si se demostrara que contamina, así que –si se le toma la palabra- todo debería ser simple cuestión de tiempo.
Los vecinos de Gualeguaychú, sin embargo, han aprendido a desconfiar de los políticos de modo amplio: provinciales, nacionales, extranjeros. El lunes 20 trasladaron el piquete de la ruta 136 hasta la ruta 14. Fueron, según los cálculos más austeros, diez mil (10.000) personas, aunque otros elevan el número a 15.000.
La causa nacional
En el acto se planteó una pregunta inquietante dirigida a Néstor Kirchner: “Señor Presidente, ¿dónde está la causa nacional que nos prometió?” Como dijo a lavacaJosé Gómez, nuevo coordinador de la Asamblea Ciudadana: “Dicen que está en la lucha con nosotros, pero están dándoles permiso a las mineras en la precordillera para que destruyan el medio ambiente. Tienen un doble discurso que usan para dejar pasar el tiempo. Si a nosotros nos va a matar el gobierno uruguayo con Botnia, el argentino tiene la culpa de estar matando gente en la precordillera. En San Juan están tomando agua envasada porque el agua de deshielo ya se contaminó con cianuro y mercurio”.
La comunidad sigue movilizada, se aceleran los tiempos. Botnia comenzará a producir en las próximas semanas, y los vecinos no parecen resignados a la pasividad. Ya hay casos paradigmáticos como Esquel, con su plebiscito contra la instalación de la Meridian Gold, o las Asambleas de Famatina, Chilecito y el resto de La Rioja, que realizan el piquete más alto del mundo que empujaron la salida de la Barrick Gold de los yacimientos de exploración, y la prohibición por ley de la minería a cielo abierto (ver Mu, número 3): los vecinos en asambleas parecen ser de los pocos que logran sobreponerse al embate irónico y paralizante de las leyes de Murphy.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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