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¿Qué vacuna? Transgénesis y dudas científicas

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Los acelerados anuncios sobre la aparición de diversas vacunas frente al Covid-19 reflotan un debate que aún no ha sido lo suficientemente clarificado. El científico Raúl Horacio Lucero (Resistencia, Chaco), el médico Damián Verzeñassi (Rosario, Santa Fe) y la investigadora Luna Gonzáles (Lima, Perú) analizan en este artículo lo que se sabe y lo que no sobre las vacunas que prometen terminar con el coronavirus y devolver la “normalidad”, como ocurre en estos días con la presentada por el laboratorio Pfizer. El peligro de que sea transgénica, algo inédito en la ciencia. Las distintas opciones y las empresas de siempre. Las dudas que siembran los ensayos que saltean procedimientos por urgencia, y también por negocios. Y el lugar de los cuestionamientos, mucho más acá de los discursos antivacunas: ¿Qué está pasando? Aquí la nota publicada originalmente en MU 151. Por Sergio Ciancaglini.

¿Qué vacuna? Transgénesis y dudas científicas

El vértigo pandémico viralizó un discurso político, corporativo y mediático que ha instalado a una nueva diosa, venerada por buena parte del gremio humano: la posible vacuna para el Covid-19. 

No se sabe cuál sería esa vacuna, pero es evidente que las más anunciadas para esta aparición supuestamente salvadora son las basadas en la transgénesis.      

En tiempos de redes antisociales, grietas, lobotomías y operaciones infecciosas, conviene hacer algunas aclaraciones: 

Este no es un artículo “antivacunas”. 

Este, incluso, no es un artículo sino una serie de preguntas que, para empezar, podrían formularse así: ¿qué están intentando hacer, y de qué modo? 

“Sé muy bien que las vacunas han significado el control de muchas enfermedades que venían ocasionando miles de muertes. Sin embargo ahora estamos ante algo muy nuevo y muy preocupante”, explica desde Lima, Perú, Flora Luna Gonzáles (médica, pediatra, investigadora científica, miembro de la Comisión Nacional de Diversidad Biológica de su país y del grupo técnico de Bioseguridad en Organismos Vivos Modificados) sobre las dudas que generan los acelerados anuncios de corporaciones y Estados referidos a nuevas vacunas para enfrentar al virus. 

¿Por qué la preocupación? Luna González: “Las vacunas ante las infecciones virales siempre han tenido un virus atenuado dentro de la vacuna para estimular los anticuerpos de la persona. O un virus inactivado, o un fragmento viral. Pero ahora varios laboratorios están fabricando una vacuna genética, experimental, que nunca antes ha sido registrada, licenciada ni utilizada”. 

La corona del virus

Los casos más promocionados son los de AstraZeneca, Johnson & Johnson, Moderna y Pfizer, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que hay 35 vacunas en estudios clínicos avanzados, 17 de las cuales son elaboradas con técnicas genéticas no probadas antes en humanos. 

Explica Flora: “Estas vacunas tendrán ARN que fabrica proteínas, para que al vacunarnos se estimule la producción de lo típico de este virus, que es la proteína S que le da esa forma de corona. Pero nunca antes se ha insertado material genético en una vacuna. Se ha hecho en plantas, animales, microorganismos. ¿Qué significa hacerlo en seres humanos? Al insertar ese ARN en nuestro cuerpo, ¿cuánto tiempo va a actuar? ¿Qué intensidad va a tener si el sistema inmunitario de quien lo recibe está disminuido por cualquier factor? ¿Qué otras acciones podrá realizar, con qué efectos?” 

Continúan las preguntas: “¿Por qué nos meten un ARN para que dé ordenes genéticas a nuestro genoma, para que el genoma fabrique proteínas que destruyan la proteína S del virus? ¿Cómo se detendrá ese proceso? Nada se sabe. Ni cómo actuará ese material genético externo, ni con qué efectos a corto y largo plazo. Pero técnicamente las personas que reciban la vacuna serán transgénicas, sin que conozcamos los efectos de ello”. 

Otra duda: ¿Están informando a las personas que se ofrecen como voluntarias sobre todos estos riesgos que estamos mencionando? Porque la mayoría piensa que son vacunas como las anteriores. Entonces, ¿explican todo, o están haciendo un consentimiento desinformado?”

El doctor Horacio Lucero, desde Resistencia, Chaco, plantea otro problema: “Todavía no sabemos si alguna de esas vacunas producen inmunidad de anticuerpo. Pero lo que es seguro es que las empresas condicionaron su propia inmunidad legal: frente a posibles efectos secundarios de la vacunación, los laboratorios quedan cubiertos económicamente y la responsabilidad pasa al Estado. Son cosas que no están claras a nivel biológico, y tampoco a nivel institucional”.  

Lucero es bioquímico, doctor en Bioquímica Humana, jefe del laboratorio de Genética y Embriología Molecular de la Universidad Nacional del Nordeste y ha sido de los primeros científicos del país que hizo públicos los efectos en comunidades y territorios argentinos del modelo de monocultivos transgénicos con agrotóxicos. Actualmente tuvo que suspender otras investigaciones y el laboratorio se dedica de lleno al diagnóstico por PCR de unos 150 casos diarios de Covid-19. “Las cuestiones con respecto a las vacunas generan suspicacia, porque estamos hablando de un fenomenal negocio. El virus tiene una letalidad menor al 1%, y según grupos de riesgo esto puede ser menor aún. ¿Es necesario hacer una movida a nivel mundial y semejante acortamiento de los tiempos de investigación? No está tan claro, a menos que haya un impulso principalmente económico”. 

El planteo de Lucero no debe confundirse con los antivacunas: “Cualquiera que haya hecho una carrera relacionada con la medicina sabe que las vacuna son sumamente importantes, siempre y cuando se cumplan las premisas para su investigación y elaboración, y que el patógeno tenga un porcentaje de letalidad alto, en el cual la inmunización es imprescindible. Pero se puede tomar otro caso, el Chagas, para el que siempre se esperó una vacuna que nunca aparece porque los afectados son las personas de menos recursos. Entonces no hay negocio económicamente atractivo para las empresas”.

Sobre la cuarentena: “El virus es tremendamente contagioso, y mata en una semana a personas vulnerables. Eso no es un cuento: lo hemos visto. En el laboratorio vemos cómo crecen los infectados apenas se abre la circulación de gente. Pero la clave es testear, individualizar a la persona infectada y aislarla”.   

Percepción sobre la actualidad: “La sociedad pide a gritos una solución y aparecen las empresas ofreciendo una, que todavía no se sabe si es o no efectiva. Al no haber tiempo, esto va a ser una prueba a nivel masivo sobre la población, y los efectos adversos se verán después, con las empresas ya protegidas de los costos que esos efectos adversos puedan generar”. Ríe Lucero recordando lo siguiente: “Creer que las farmacéuticas van a hacer las cosas como para que la población esté cada vez más sana es lo mismo que pensar que los que venden armas van a hacer las cosas para que se acaben las guerras”.  

Verdaderas pandemias

¿Qué vacuna? Transgénesis y dudas científicas

Pese a la baja letalidad del Covid-19, el nivel de contagios parece estar desquiciando a algunos gobiernos y sistemas sanitarios. Lucero propone otra mirada: “Uno se pone a pensar si las cosas serán exactamente como las están presentando. Incluso entre infectólogos disienten. Hay casos, me consta, de gente que aparece muerta por Covid-19 que en realidad tenía otra enfermedad, muchas veces autoinmune (cuando el sistema inmunológico ataca órganos y tejidos sanos). Hay cuestiones relacionadas con la información que no están claras, y puede pensarse que hay procesos de manipulación para generar temor, que permiten otros réditos. Es como cuando se pregunta si el virus pudo haberse creado o escapado en un laboratorio mientras experimentaban: estamos en una etapa biotecnológica en la que todo es posible. Cualquiera podría crear un virus con alguna finalidad que se me escapa, y el tiempo es el que permitirá ver con perspectiva. Ya tuvimos la supuesta pandemia del 2009 de la gripe porcina H1N1. Luego la OMS salió a decir que no fue una pandemia pero se hicieron negocios formidables, incluyendo a los empresarios que ahora están impulsando la nueva vacuna para el Covid” dice en referencia a promocionados casos como el de Hugo Sigman. 

“Plantean esto como una epopeya nacional en la que, si las cosas salen mal, irán a pérdida. No es un argumento creíble. Saben desde hace mucho que hay un negocio para pocas empresas que tendrán esta vacuna”. El científico recuerda que normalmente el proceso de aprobación de vacunas dura entre 10 y 15 años, con estricta supervisión gubernamental, etapas de exploración, preclínica (con cultivos celulares y animales, que dura entre uno y dos años), las distintas fases en humanos, el estudio de efectos adversos, entre otras cosas. “Pero uno trata de mirar la realidad, y se ve que quieren saltear pasos y que se tomen decisiones apuradas. Ya pasó con la aprobación de los transgénicos en la Argentina (1996, a cargo del actual Canciller y ex secretario de Agricultura Felipe Solá) sin ninguna evaluación: no había necesidad de hacerlo tan rápido, pero eso permitió un negocio gigantesco para unos pocos y las consecuencias las estamos sufriendo todos”. 

Entre esas consecuencias están las que Lucero considera verdaderas epidemias y pandemias entre las que incluye las enfermedades autoinmunes, el crecimiento exponencial de casos de TEA (Trastorno del Espectro Autista), intolerancia al gluten, a la leche vacuna, resistencia a los antibióticos, diabetes, enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, Parkinson) y sus investigaciones pioneras sobre los casos de malformaciones en bebés, abortos a repetición, cánceres y leucemias en zonas fumigadas, los efectos de la alimentación industrial. “Son cuestiones que parecen diferentes están muy relacionadas, porque tienen que ver con una matriz y una lógica de producción. Estamos viviendo un universo crecientemente contaminado. Tóxicos ambientales y los que vienen con la ingesta de alimentos. No nos podemos deshacer de todos esos tóxicos que inciden sobre la expresión de nuestros genes y de algunas proteínas. Por eso aparecen estas enfermedades que se están volviendo masivas. Entonces nos muestran esta pandemia, pero tenemos que ver otro nivel de afectación mucho mayor, que casi nadie menciona. Y quienes hablan de esto son silenciados o relegados. Lo he vivido, como le ocurrió también a Andrés Carrasco (científico fallecido en 2014). Algo está cambiando porque desde hace un año han vuelto a invitarme a congresos, como uno sobre autismo que se hizo en el Chaco, donde otros científicos habían planteado la necesidad de presentar gente que hable del tema de agroquímicos en relación al autismo. Pero vuelvo a decir: relaciono lo de las vacunas con esto, aunque parecen temas diferentes, porque forman parte de un mismo tipo de problema que la propia ciencia no siempre está mirando”. 

Mientras se habla de Covid, no se habla de otras cosas: “Pero cuando pase la pandemia que parece el fin del mundo, van a seguir los problemas que venimos denunciando hace tanto tiempo, con una cantidad de afectados superior a todo lo que estamos viendo ahora. Si la enfermedad es un negocio, es más necesario que nunca sacarnos el velo de los ojos y recuperar espíritu crítico para analizar la realidad”. 

Otras estrategias    

El doctor Lucero dice que no se vacunaría con estas pruebas transgénicas, lo mismo que opina desde Rosario, Santa Fe, el médico Damián Verzeñassi: “Ni yo, ni mi hija (Gala, beba sub 1). Nadie puede asegurarnos científicamente que se trata de vacunas seguras. Al revés, se han obviado los pasos de la bioética de cualquier investigación, planteados desde la Declaración de Helsinki (1964). Actualmente, con el discurso del virus, estamos habilitando una experimentación global que transforma a los humanos en seres transgénicos. ¿Qué significa esto en términos de bioseguridad, y de generaciones futuras?” 

Aclara que no intenta ser alarmista: “Eso no suma, lo que hay que ser es precavidos y por eso vale el principio precautorio que utilizamos para el medioambiente, que plantea que frente al peligro de daño grave o irreversible la ausencia de información científica no es razón para seguir adelante, sino para detenerse”. Verzeñassi dirige el Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNRosario y es uno de los impulsores de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza en Améica Latina (UCCSNAL). “Estas vacunas que se anuncian implican la transformación de la estructura genética humana. Por eso hablo de principio de precaución: no existe situación pandémica que justifique semejante experimentación masiva y sin control de los riesgos. Que los laboratorios hayan deslindado responsabilidad sobre los efectos adversos muestra que no están muy seguros de que el producto no vaya a generar daño”. 

Verzeñassi cita entre las empresas que deberían brindar bioseguridad con esas vacunas a Johnson & Johnson, condenada en EE.UU por el uso de asbesto (amianto), sustancia cancerígena, en el talco para bebés y mujeres, sabiendo durante décadas que lo hacía y ocultando la información. “Yo sería cauteloso antes de depositar esperanzas en tecnologías no probadas que pueden provocar daños genéticos irreversibles. Estas vacunas implican la activación artificial del sistema inmunológico, que no sabemos cómo se frena. Generás un alerta que termina desconociendo células propias en tejidos testicular, de riñones y pulmones, por ejemplo, una cascada de procesos inflamatorios autoinmunes Son dudas alimentadas por la falta de información de las corporaciones. Frente a eso, la verdad, prefiero usar barbijo”. 

El planteo, se reitera, no es “antivacunas”: “Eso es como discutir cuarentena sí o no. Tampoco es vacuna sí o no, sino cómo podemos prepararnos como sociedad para sobrevivir a la pandemia y evitar pandemias futuras” y menciona una contradicción típica de estos tiempos: “Hay gente que respeto muchísimo que dice ‘cuarentena o extinción’, y otra que respeto también muchísimo que dice ‘cambiemos de estrategia, porque la extinción va a venir si seguimos haciendo esto’”. 

Dos alarmas: “Es tremendo que esta discusión la den en nombre del respeto a las libertades individuales algunos sectores reaccionarios que son responsables de la consolidación del modelo extractivista y destructor del medio ambiente, que están especulando políticamente por las elecciones del año que viene. Eso es nefasto. Pero la respuesta por el lado progresista dice: ‘priorizamos salud y no economía’ mientras habilitan que el extractivismo vaya sobre los territorios. Nunca se desmontó tanto en el país como durante la cuarentena. Nunca se avanzó tanto con los incendios en el Delta, y ya aparecieron las sembradoras. Nunca avanzaron tanto los proyectos mineros y petroleros. Entonces volvemos la discusión al siglo 19. Y el punto en común es que si hablamos de vacunas, farmacéuticas, granjas de cerdos, monocultivos transgénicos, mineras, estamos hablando siempre de los mismos sectores que nos están instalando en la cabeza la opción: vacuna o muerte”.

Cree Verzeñassi que la enfermedad es inédita: “Lleva un millón de muertos en todo el mundo en 9 meses, pero mueren 7 millones de personas por año debido a la mala calidad del aire, y de eso nadie habla”. Frente al virus, cree que las medidas de cuidado personal, lavado de manos y distancia social se relajaron y generaron focos de infección. “Pero también creo que en lugar de la política de aislamiento habría que pensar más en estrategias de cuidado colectivo, cosa que no se ha hecho, y es una oportunidad perdida. Organizar corredores seguros para que los chicos puedan ir a la escuela, recuperar lo público no como lugar de enfermedad sino de encuentro y de cuidado, de desarrollo personal y social. Pero nada es suficiente si no se cambian cuestiones estructurales, modos de vida, de alimentación, lógicas de producción marcadas por la acumulación y ganancia a partir de la destrucción. Sabemos que el problema no fueron los murciélagos ni los pangolines, sino los criaderos industriales de cerdos o los experimentos en laboratorio de microorganismos con capacidad de daño. Pero en ambos casos el actor central es el ser humano. No podemos esperar que la salida venga por hacer más de lo mismo”.    

Lo tóxico abarca otras realidades: “Si cuestiono estas vacunas transgénicas, me dirán anrtivacuna o terraplanista o anticuarentena. Hay una decisión política y de los espacios de poder económico y mediático de deslegitimar cualquier pregunta crítica, de meter a todo el mundo en la misma bolsa, de bloquear la aparición de cualquier análisis de las estrategias que se toman frente a la pandemia. La ciencia es ciencia de verdad cuando mantiene la capacidad de la pregunta, de pensar críticamente, y de dudar. Cuando se acaba la duda se acaba la ciencia. Eso es control social: imponer la lógica de que no hay tiempo ni lugar para pensar de un modo diferente”. Si estas son las dudas, el enigma pendiente es: ¿qué hará o dejará de hacer la sociedad con ellas?

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El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

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A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.

Por María del Carmen Varela

El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.

La propuesta reza:

El Teatro está Abierto: ENTRÁ.

La historia no se repite igual, pero rima.

El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.

La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.

Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».

El texto poético que acompaña el mitín:

Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada

Ayer fue incendio, hoy es apagón

Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito

Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva

Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital

En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.

Entrá porque es urgente

Entrá porque es ahora.

El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.

Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)

[email protected]

Instagram: @festivalentra

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Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

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Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.

Por Francisco Pandolfi

Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra). 

La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.

La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.

Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra. 

Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran: 

• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.

• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.

• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.

• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.

• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.

• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.

Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:

• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.

• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.

• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.

La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.

Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.

¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?

Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.

¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?

Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.

¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?

Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.

La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.

Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.

Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.

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Actualidad

Marcha de jubilados: balas y bolitas

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Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales. 

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.

Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.

Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.  

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.

Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.

Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla. 

  • “Vacas gordas, jubilados flacos”.
Marcha de jubilados: balas y bolitas

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.

Números y un café

Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca  mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.

Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.

De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.

Abus en la calle 

Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.

En la marcha hubo muchos carteles al respecto: 

  • No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
  • Ni veto ni represión: fuera el FMI
  • No al veto a las leyes en jubilaciones
  • No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei). 

Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.

Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.

Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Jubilado hablándole a la pared.

Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”. 

Vallas a donde vayas

El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.

Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.

Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.

La violencia y las bolitas

Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar). 

La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

¿Qué escudan los escudos?

Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”. 

Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.

Sin embargo, la gente no se fue.

La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió. 

“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.

Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.

De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.

Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:

–Juguemos a las bolitas.

Todos se rieron, por el absurdo de la situación. 

De nuevo, frente al horror, la creatividad social. 

Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

Marcha de jubilados: balas y bolitas
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