Nota
Reprimen a una comunidad mapuche: el brazo armado del petróleo
El martes 28 de diciembre la Comunidad Mapuche Lonko Purrán de Cutral-Có fue violentamente reprimida. Eran diez personas, entre las que había dos niños y una mujer de 69 años que fue arrastrada por el suelo. Cuando Carlos Marifil miembro de la comunidad- quiso ayudarla a incorporarse, recibió un balazo en la pierna por el que se encuentra internado. La bala que lo hirió no era de goma sino de plomo. Los policías eran entre 25 y 30. Ninguno, hasta ahora, fue separado de su cargo.
Para llegar a la Comunidad Lonco Purrán hay que recorrer 25 kilómetros desde Cutral-Có por la ruta 22. A los costados del camino, brillantes y opacas se distinguen las chatarras que quedan de la ex YPF. Después de un recorrido difícil de cuestas y barro y viento, se llega hasta una tranquera que dice Prohibido el Ingreso- Pioneer, la multinacional que explota el petróleo en esa parte del territorio. Metros después otro cartel con una leyenda más amigable y con pinturas características del arte mapuche: Comunidad Mapuce Logko Purrán.
Trae calma llegar después de ver los pozos de petróleo, las camionetas 4 por 4 y los camiones monstruosos. Ver personas después del recorrido también. Aunque cuando empieza el relato, la calma desaparece: Esto fue una masacre, no te imaginás, dice Juan Carlos Rodríguez hermano de Teresa que fue asesinada por la policía durante la segunda revuelta en Cutral-Có-. Otro chico de no más de quince años asegura que la Policía no llegó para hablar ni para negociar que era el motivo inicial por el que los habían mandado. Qué idea esa de mandar policías a mediar entre nosotros y Pioneer, interviene Juan Carlos y niega con la cabeza.
La Comunidad harta del avance de Pioneer sobre sus tierras ancestrales- decidió cortar el camino por el que circulan los camiones que llegan en busca del crudo de petróleo en la zona. La actividad de sacar del país el crudo del petróleo es decir sin procesos de refinamiento- esta prohibida por la ley. En el territorio se ve claramente como van dejando a la Comunidad cada vez más atrás porque quieren seguir sacando petróleo.
Sólo quedamos nosotros haciendo guardia acá y nuestro werken jefe de la comunidad- se fue al pueblo, en la Fiscalía iba a tratar de llevar una nota para que separen de sus cargos a los policías que nos golpearon.
De regreso al pueblo, el werken, Martín Velásquez Meliqueo sale de la oficina de la fiscalía desanimado junto al abogado de la Confederación Mapuche que ni bien se enteró de lo sucedido viajó para acompañarlos en la lucha. Junto a el Mirta Collipán, una representante mapuche del paraje Paila Menuco de San Martín de los Andes: Como están bastante aislados de la ciudad los policías represores pensaron que nadie se iba enterar si iban a meterles miedo, pero por suerte estamos unidos en esto y la Confederación Mapuche que tiene sede en Neuquen capital a 100 kilómetros- está siguiendo el conflicto de cerca, explica Mirta.
En la Fiscalía nos dijeron que iban a archivar la nota porque todavía el caso está en primera instancia, explica Meliqueo para después comentar en detalle cómo sucedió todo el día de la represión: Nosotros éramos 10 y ellos eran alrededor de 25 o 30 policías. Los que más reprimieron fueron los comisarios, el comisario Hernández y Escobar que andaban de civil, la golpearon a mi mamá que tiene 69 años y la arrastraron por el suelo de los pelos y a Carlos Marifil cuando fue a levantarla le pegaron un escopetazo en la pierna, detalla Meliqueo y puntualiza que el arma era de fuego.
Este hecho ya fue reconocido por los comisarios que alegaron que se vieron superados en número y no tuvieron otra opción que utilizar armas de fuego para disuadir a los mapuches
Como responsable la Comunidad Lonco Purrán señala al ministro de Seguridad y Justicia, José Luis Manganaro funcionario ultrasobischista que acarrea en su haber varias denuncias como la orden de represión que dejó sin un ojo al ceramista de Zanon, Pedro Alveal y varias sospechas de fraude durante su gestión al frente del Banco Provincia-
Es el que tiene todo que ver con las empresas y justo es el encargado de velar por la seguridad, se lamenta Meliqueo. Y agrega Ahora exigimos el apartamiento de los cargos a estos funcionarios públicos, son represores y como tales deben juzgarlos.
Sin resultados en las instancias judiciales, la comunidad ahora acompañada por el gremio docente ATE, por la CTA y por grupos de Derecho Humanos que viajaron desde la capital- organizaron una marcha para el día siguiente.
El viernes 31 de diciembre se concentraron en la Avenida Roca en pleno centro de Cutral-Có un grupo de al menos cien personas que después de levantar sus banderas mapuches marcharon hasta el Nuevo Hospital de Cutral-Có en donde está internado Carlos Marifil. De la marcha participó buena parte de la sociedad tal como había anticipado Meliqueo a lavaca: Esperamos que se sume la comunidad solidaria porque esto no es solo un problema de la comunidad sino un problema de toda la sociedad porque la contaminación ambiental es algo que nos cabe a todos. Defender el medio ambiente y el territorio en el que las multinacionales se instalan con la complicidad del gobierno de Jorge Sobisch que les brinda seguridad jurídica Además agregó que las empresas se instalan para explotar y no generan desarrollo ni puestos de trabajo. Explotan el suelo hasta lo que más se puede y no tienen en cuenta que dentro de 10 o 15 años, nos va a quedar el pueblo devastado, sin tierra para trabajar porque va a estar super explotada, en los lugares donde se instalan no vuelven a crecer nunca más la vegetación, concluye con enojo Meliqueo.
Aunque aún todo sigue detenido, el mensaje de la Comunidad es fuerte y claro y se traduce en la palabras que, ahora con calma, pronuncia Meliqueo: No sabemos como se va a solucionar todo esto. La gente sigue apostada en el lugar con todas las fuerzas y con todas las ganas de jugarse por la comunidad y por todo el pueblo mapuche. Pretendemos resistir más de lo que resistimos el otro día. Si resistimos un grupo de 10 ante uno de 25 podemos seguir adelante.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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