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El Delta del Paraná, y la realidad en llamas

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Mientras las discusiones de campaña se vuelcan monocordemente a lo que ocurre en la farándula política – de izquierda a derecha- el país vive realidades que expresan los principales desafíos del presente y el futuro. Los incendios actuales en la zona de Las Lechiguanas, Delta del Paraná, como símbolo del modelo económico que deja a las comunidades en medio de las cenizas y la autorganización. Voces y fotos desde el lugar de los hechos, para comprender lo que en verdad está pasando.

Por Francisco Pandolfi

En las costas lindantes al Delta del Paraná la vida parece estar sumergida en un loop de incendios que no cesan. Pasan los días. Pasan las semanas. Pasan los meses. Y no pasa nada, salvo el fuego.

El Delta se extiende a lo largo de 300 km., tiene una superficie aproximada de 17.500 km² que es compartida por las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Los focos sobre el territorio insular corresponden a la jurisdicción entrerriana. Allí, las estadísticas ya no sorprenden:

-“Desde el 19 de agosto, en las Islas Lechiguanas se quemaron un total de 18.661 hectáreas. Y en las de Victoria más de 12 mil desde el 25 de agosto, en un foco que sigue prendido”, le dice a lavaca Enrique Sierra, naturalista de San Pedro, mientras convive con el humo. 

-“Sólo en la última semana hubo 2.323 focos de calor, lo que representa el número más alto de 2021”, informan desde el museo de Ciencias Naturales Antonio Scasso de San Nicolás. -La suma en estos ochos meses es de 9253 focos, por lo que este año ya pasó a ser el segundo en cantidad de focos, sólo superado por el apocalipsis ambiental del año pasado.

-“Hasta julio de este año llevaba registradas 151.800 hectáreas quemadas y ayer terminé de relevar las de agosto: 80.350 en todo el Delta del Paraná. Solo en este año llevamos 232.150”, cuenta César Massi, naturalista e integrante de la Red Nacional de Humedales (Renahu).

Algo huele mal

Las Islas Lechiguanas sufrieron en 2020 la quema de casi el 60% de sus 250 mil hectáreas. Se emplazan a pocos kilómetros de las costas bonaerenses de Baradero, San Pedro, Ramallo y San Nicolás. Hasta allí llegaron las cenizas, en menor o mayor medida.

Evangelina Romano es parte de la organización Unidos por la Vida y el Medioambiente de Ramallo. Hace mucho que huele mal: “Vivimos llenos de humo porque cuando baja la humedad, baja el rocío y ahí es donde más se concentra. Por lo general, los síntomas aparecen en la población mediante la picazón de ojos y garganta. Casi no se puede respirar”. Agrega: “Ya estamos cansados y con mucha impotencia de que nadie resuelva esto de una vez. Al amanecer, en la ruta no se ve nada, el humo invisibiliza todo y hay posibilidad de accidentes continuamente”.

Imágenes del humo en plena ruta de ramallo.

Guadalupe Nava es parte de Conciencia Ecológica de San Pedro y también huele mal: “Se trata de los peores incendios que sufrimos este año y ocho meses; vivimos con todo el cielo tapado durante una semana, respirando humo y la lluvia de cenizas permanente”. Añade: “Mi sensación es que redoblaron la apuesta quienes están interesados en las quemas. Acá en frente se incendiaron casi veinte mil hectáreas en pocos días. Para hacer un comparativo y tomar dimensión, toda la zona urbana de San Pedro ocupa sólo mil”.

El humo de las islas de Victoria viajó a Villa Constitución. De esta localidad al sur de Santa Fe es Edgardo Fontana, cofundador y ex guardaparque de la reserva natural Isla del Sol, hoy tapada por un gris que nada tiene de natural: “Estamos frente a uno de los ecocidios más lamentables que han ocurrido en América Latina, ejecutado por grupos minoritarios de poder que hacen un daño extraordinario a la vida en general. No hay medidas que se tomen y la Justicia parece estar totalmente aletargada así como los sistemas de gobierno que están en una situación de poder inferior frente a los verdaderos dueños de la tierras en el Delta del Paraná”. Amplía: “Actualmente hay focos a lo largo y ancho del horizonte entrerriano desde Santa Fe hasta el sur bonaerense, es un desastre extraordinario. Siento mucha congoja, una tristeza notable por la desaparición de ecosistemas, ver en llamas a nidos, coipos, carpinchos, zorros, al lobito de río, pequeños y maravillosos insectos polinizadores. La destrucción se ha profundizado, sin que se tomen las medidas necesarias desde el poder político. La Ley de Humedales es un ejemplo de la mirada egoísta y cortita de la mayoría de los diputados. Muy pocos están junto al pueblo”.

La Ley que falta

El mes pasado la Multisectorial Humedales impulsó una travesía náutica que desde Rosario navegó 350 kilómetros por el Río Paraná para entregar un petitorio en el Congreso Nacional. Junto a más de 380 organizaciones exigieron el tratamiento, sanción e implementación de la Ley de Humedales, que desde noviembre pasado está paralizada en la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados. Si no se vota este año, volverá a perder estado parlamentario como en 2016.

Magalí es activista de la Multisectorial Humedales de Rosario: “En la travesía paramos en distintas localidades y en Alsina, por ejemplo, nos contaron que nunca cesan los focos y que ante la falta de respuesta del Estado se organizan grupos de brigadistas para apagarlos”. Complementa: “En la Multi contamos con algunos equipos y ayer varios brigadistas voluntarios fueron a San Nicolás para ayudar a apagar el fuego. Hace unos días pasé por ahí y la cortina de humo era terrible, parecía la bomba de Hiroshima”.

Las 30 mil hectáreas quemadas recientemente equivalen a una ciudad y media de Buenos Aires. Las 80 mil en todo agosto, a cuatro ciudades de Buenos Aires. Kike Sierra y César Massi, dos naturalistas que llevan adelante un trabajo encomiable de relevamiento ante la falta de estadísticas oficiales y rápidas, contextualizan aún más la catástrofe: “El Estado mide poco y mide mal. Sobre el año pasado, estipularon 320 mil hectáreas quemadas, pero sólo lo hicieron hasta septiembre. Esa cifra quedó en el imaginario popular, lo cual es una lástima porque contribuye a subestimar el tema. Sólo el año pasado se incendiaron 683.900 hectáreas y con las de este año ya estamos ya superamos las 900 mil hectáreas en los últimos veinte meses”, retrata Massi. O sea, 45 ciudades de Buenos Aires.

“El Servicio Nacional de Manejo del Fuego y el Ministerio de Ambiente de Nación no dan nunca la cantidad de hectáreas totales. Lo peor de todo es que todavía no se evaluó cuánto se perdió en fauna, en flora y en suelos, porque los suelos se calcinan y grandes incendios como estos los calcinan hasta 10 cm de profundidad. Los registros los hago yo, semana a semana. El Estado no te brinda esa información, porque no la hace”, explica Kike. ¿Por qué no los hace? Argumenta Massi: “La Fundación Ambiente y Recursos Naturales hizo un pedido de informe y desde el Ministerio de Ambiente le respondieron que no tenían recursos para hacer esas mediciones. Lo puedo hacer yo en mi casa, pero el Estado ‘no tiene recursos’. Es espantoso. Los focos de incendios a veces ni se reportan. Hay una falta de información muy grande, no hay datos oficiales fiables. Me tomé el tiempo de hacer este trabajo para que al menos sepamos qué se quemó, porque es muy difícil hacer una política de combate de incendio si no sabés cuánto y dónde se quema”.

Silencio oficial

Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en 2020 se quemaron 1.106.621 hectáreas. Es decir, un 0,29% de la superficie de Argentina. Para esta cartera, el 95% de los incendios son adrede. Sin embargo, a las condiciones actuales que favorecen la propagación del fuego, como la sequía, la escasez de lluvias y la bajante del río Paraná, se suma la falta de controles estatales y de articulación conjunta. Pese a que desde el 19 de agosto se desataron los nuevos incendios en las Islas Lechiguanas, el ministro Juan Cabandié recién ayer se pronunció en su cuenta de twitter: “Desde @AmbienteNacion estamos presentes, desde el fin de semana, en la zona de las Islas del Paraná, aportando medios aéreos para el combate del fuego. Mientras tanto, nos encontramos a la espera de que la provincia solicite sumar recursos”. Ni Juan Cabandié, ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable; ni Leonardo Grosso, presidente de la Comisión de Ambiente de Diputados; ni José Ruiz Aragón, presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería de Diputados, han respondido a los pedidos de entrevista de lavaca

Los humedales tuvieron sus cinco minutos de fama cuando los carpinchos visibilizaron la modificación de su hábitat de 1600 hectáreas en Nordelta. Sobre eso sí, el círculo rojo mediático pasó horas hablando. Mientras, en loop, el otro círculo rojo sigue arrasando con el Delta del Paraná: en lo que va del año se prendió fuego la superficie equivalente a 145 Nordeltas, y miles y miles de carpinchos.

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57 femicidios en el año, infancias huérfanas cada dos días: Informe mensual del Observatorio Lucía Pérez

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Según datos del Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez, hubo 26 femicidios durante febrero, contabilizando un total de 57 en los dos primeros meses del año. Estos crímenes dejan, a la vez, un saldo de 35 infancias huérfanas. Si bien existe una ley que obliga al Estado a brindarles una protección integral económica, de acompañamiento y de acceso a la salud, desde que asumió la actual gestión no se otorgó ninguna: la Ley Brisa no se cumple. Los otros indicadores de la violencia patriarcal de este 2025: 43 intentos de femicidio, 15 desaparecidas, 595 funcionarios denunciados.

El cuerpo de Carolina Ríos, 43 años, fue encontrado por una de sus diez hijas. Maite y Carolina, las mayores, le pidieron luego a la prensa que difundiera este mensaje : “Necesitamos ayuda para poder criar, vestir y mandar a nuestros hermanitos a la escuela. Hoy estamos destruidas, y hacemos todo lo posible para seguir adelante y no quebrarnos ante nuestros hermanos menores». 

Tres días antes asesinaban a Ailén Oggero, de 32 años, delante de sus hijos de 11  y 4 años. El mayor fue quien avisó del crimen a los vecinos. 

A Otilia Cubilla Jara, de 65 años, también la encontró asesinada su propio hijo. 

Estos son solo tres de los 26 femicidios y travesticidios que ocurrieron durante febrero. 

Una síntesis de la violencia que marca los dos primeros meses del año:

Toda la información sobre cada uno de estos casos está disponible en la web del Observatorio Lucía Pérez, el primero y único autogestionado y público.

Una herramienta de información, análisis, debate y acción creada por nuestra cooperativa. 

www.observatorioluciaperez.org

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Trabajadores de Morvillo toman la fábrica tras el anuncio del cierre de la planta, que implica 200 despidos

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Una histórica empresa gráfica de Avellaneda -donde se imprimen títulos de la editorial Perfil como las revistas Caras y Noticias– anunció su cierre dejando a 200 trabajadores en la calle. Se enteraron por un comunicado pasadas las once de la noche del martes y la respuesta fue unánime: ingresaron a la imprenta e iniciaron una permanencia pacífica en defensa de los puestos de trabajo. El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria pero la firma faltó a la audiencia. Los argumentos empresariales de caída de la producción y los argumentos obreros: “Somos las principales víctimas de esta situación”.

Por Lucas Pedulla

El obrero gráfico Enrique Andina terminó su jornada de trabajo en Anselmo Morvillo SRL a las 22 horas y se marchó a su casa, como todos sus compañeros, como todos los días. Muchos estaban llegando a sus hogares cuando pasadas las 23 horas les llegó un comunicado de la histórica imprenta, que terminaba de la siguiente manera:  

“Con una tristeza difícil de describir tenemos que contarles que ya no podemos seguir adelante. Sabemos acerca del impacto, no sólo económico, sino emocional que tiene para cada uno dejar parte de nuestra historia en el recuerdo, y los relatos que hemos compartido siempre con nuestras familias. Le dejamos a cada uno de ustedes, nuestra gratitud por su invaluable esfuerzo y el deseo de que todos puedan superar este trago amargo con la capacidad de levantarse que los caracteriza”.

El texto cerraba con esta firma: “La Dirección”.

Así como llegaron a sus casas, los obreros volvieron a la gráfica, ubicada en Avellaneda, municipio al sur del conurbano bonaerense. Andina contextualiza: “Somos 200 compañeros; yo tengo 17 años de trabajo y muchos tienen más de 30 y 40 años de antigüedad. En la pandemia vivimos una situación similar pero logramos mantener nuestras conquistas. Somos la gráfica que más cobraba dentro del gremio, pero esto fue imprevisto”.

La respuesta fue unánime: los trabajadores votaron la permanencia.

Avon, papel & toma

Anselmo Morvillo SRL inició sus actividades en 1974 desarrollando folletos cosméticos. En su página web cuentan que en 1988 incorporó la primera rotativa de tecnología de punta, “única en el país en esa época”, y sumó la segunda tres años después. Cuentan que crecieron más del 70% en la segunda década de los noventa y que hoy, en su planta de 13500 metros cuadrados de Avellaneda, los folletos comerciales representan un 70% de la producción, mientras que los trabajos editoriales significan el 30% restante. Andina cuenta que, entre las publicaciones, se encuentran títulos de la Editorial Perfil como las revistas Caras y Noticias.

En el comunicado que “la Dirección” les mandó a los obreros, a quienes se refirió como “queridos compañeros de tantos años”, la empresa expresó su posición:

  • “Hemos atravesado las reiteradas crisis económicas de nuestro país, los cambios en el mercado gráfico con la marcada implosión por el avance tecnológico y el comportamiento poco ético de algunos de nuestros colegas competidores”. 
  • “Fuimos golpeados por la Presentación en Concurso de algunos de nuestros clientes y por la Quiebra de nuestro cliente número dos, ARCA Distribuidores. Luego, a la escalada de precios internacionales de la mayoría de los insumos y repuestos, se le sumó la exigencia de pago anticipado del papel y la desaparición del crédito internacional. Todas situaciones que enfrentamos con mejor éxito que muchos de nuestros colegas”. 
  • “En el año 2014 RR Donelley cerró su planta de Argentina, en enero de 2016 AGR también cerró sus puertas, y en enero de 2020 IPESA cerró la mayor parte de su operación”. Una aclaración: tras el abandono empresarial, Donelley fue recuperada por sus trabajadores y trabajadoras y, hoy, es una cooperativa gestionada sin patrón.

La empresa describe un contexto “tan negativo” en el que inscribió la caída del 63% del volúmen de producción: “Avon, que como bien saben representa más de la mitad de nuestro trabajo, dejó de imprimir catálogos y mudó su comercialización a internet. Esto nos dejó en una situación económica y financiera terminal”.

Los trabajadores respondieron con la permanencia pacífica y otro comunicado que respondía los argumentos de la empresa: “Todos factores ajenos a la responsabilidad de los trabajadores, que somos las principales víctimas de esta situación”.

Gris de espera

Enrique Andina integra la Comisión Interna y explica: “Estamos en permanencia pacífica para preservar las fuentes de laburo. A lo largo del día se hizo presente el sindicato. Exigimos una presentación en el Ministerio de Trabajo y también hicimos un pedido de plenario de delegados para discutir con todos los delegados los pasos a seguir”.

El Ministerio de Trabajo bonaerense dictó la conciliación obligatoria pero la empresa no se presentó a la audiencia. “Está incumpliendo -dice Andina-. Mientras tanto, nosotros seguimos sin tener comunicación de la empresa. Tampoco atienden los teléfonos. La última comunicación oficial fue el comunicado de anoche. Eso deja un gris, porque estamos en la calle sin un mango, pero no hay un telegrama de despido ni nada”.

Los trabajadores tienen sólo rumores, desde un cierre definitivo hasta la posibilidad de la llegada de inversionistas “que reclaman despidos masivos”, según denuncian. “Se olfateaba que la situación venía rara, pero nadie pensó que todo fuera de esta manera -dice-. La convocatoria acá fue masiva, y agradecemos también que se acercaron de otras ramas, como médicos del Garrahan. La intención es difundir el conflicto y rodearlo de solidaridad para lograr lo que necesitamos, que es que la patronal se siente a discutir”.

Mientras esperan, en las próximas asambleas decidirán los pasos a seguir: “Es un golpe fuerte, pero uno tiene que estar fuerte, también, por la familia. La mayoría de los compañeros son sostén de hogar. Estamos dispuestas a lucharla hasta el final y no aflojarle hasta encontrar una solución, que es sostener las fuentes de trabajo con las mismas condiciones que teníamos hasta ayer antes de recibir el comunicado”.

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Juicio a la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu: absurdos sin pruebas

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Empezó el segundo proceso judicial a integrantes de la lof mapuche, a quienes se les endilga el delito de usurpación en la localidad de Villa Mascardi, en Bariloche, Río Negro. 

El juicio, a cargo del Tribunal Oral Federal de General Roca y que se realizará de manera virtual, tendrá 132 testigos que serán llamados a declarar y como mínimo, se espera que dure hasta abril. Expresan desde la comunidad: “Somos sometidos injustamente, acusados de usurpar nuestro propio territorio, el mismo que libremente caminaron nuestros kuifikecheiem (antepasados) cuando aún no existían alambrados, ni parques nacionales, ni ningún winka que con su ambición destructora mirara nuestra tierra”.

Para entender el conflicto hay que retroceder a 2017, cuando la lof inició la recuperación de su territorio a partir del levantamiento de una machi –guía espiritual y sanadora del pueblo mapuche–, y la construcción del rewe –un sitio sagrado de conexión con otras energías del espacio en donde la machi atendía a quien fuera a curarse–. La respuesta del Estado fue de terror: un operativo de desalojo comandado por la vigente ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que terminó con el asesinato de Rafael Nahuel, a manos del grupo Albatros de Prefectura, el 25 de noviembre de aquel 2017. Todo ese proceso derivó en el primer juicio contra la comunidad, donde fueron condenados siete mapuche.

Tiempo después del crimen de Rafita, la comunidad volvió al territorio hasta que en 2022, ya en el gobierno de Alberto Fernández, se ejecutó otro desalojo represivo.

En el juicio que arrancó hoy y continúa mañana, se juzga de la usurpación de distintos terrenos a Luciana Jaramillo, Yéssica Bonnefoi, Romina Rosas, Betiana Colhuan, Celeste Ardaiz Guenumil y Matías Santana. Se defienden desde la comunidad: “Nos encontramos frente a un contexto muy difícil alimentado por un sistema político y judicial perverso, que agudizó la persecución hacia el Mapuche con más violencia y encarcelamientos, con el fin de debilitarnos y quitarnos nuestro territorio”. 

El juez a cargo se llama Alejandro Silva y es el mismo que presidió el proceso por el fusilamiento de Rafael Nahuel y que condenó a sus responsables con penas ínfimas. 

Ataques

El contexto al que hacen referencia refiere a un gobierno que agudizó el hostigamiento preexistente hacia el pueblo mapuche, además de un avasallamiento de derechos a las 40 naciones originarias que habitan lo que hoy es Argentina. Algunos ejes de esa persecución: el desguace del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI); el decreto que barrió a la Ley de Emergencia Territorial Indígena (26.160) que mantenía la suspensión de los desalojos sobre tierras comunitarias de los pueblos originarios y que allanó el terreno para el desarraigo de la comunidad Paillako a principio de este año; y el señalamiento sin pruebas como causantes de los incendios en la Patagonia. Por citar un caso, Victoria Heredia Núñez, integrante de Lof Pillan Mahuiza, cumple arresto domiciliario desde el 12 de febrero acusada del incendio en la Estancia Amancay, en la localidad chubutense de Trevelin, pese a demostrar mediante georreferenciación que al iniciarse el fuego estaba a más de 90 kilómetros.

La gente de la comunidad frente a la policía durante una inspección ocular en octubre de 2023. Fotos: Jaime Carriqueo

Absurdos

La defensa de la comunidad está a cargo de la Gremial de Abogadas y Abogados. Uno de ellos, Gustavo Franquet, le dice a lavaca ni bien concluida la primera audiencia: “Esto comenzó en 2017 y estamos en 2025; llevamos más de 7 años donde se supone que juzgados de instrucción federal, fiscalías federales, fuerzas federales de investigación como Gendarmería, la Policía Federal y Prefectura investigaron a la comunidad y no pudieron conseguir elementos para acusarlos de otra cosa que no fuera usurpación, motivo por el que ni tendrían que estar en el banquillo. El Estado argentino, desde la Constitución de 1994, reconoce los derechos preexistentes de los pueblos originarios, por lo que no puede ni debe criminalizar el conflicto territorial; en una recuperación, no hay delito. Si esto fuera juzgado como corresponde, no pueden de ninguna manera condenar a nadie”.

En cuanto a cómo abrió el juicio, cuenta: “Sólo en un par de horas que duró, ya se cometieron varios despropósitos jurídicos, aunque estamos seguros que lo más horroroso de este juicio está por venir; vamos a escuchar cosas muchísimos más jodidas, hoy fue un precalentamiento”.

¿Qué despropósitos?

Entre las barbaridades que dijeron, hubo tres que no se pueden creer. 

A una de las mujeres, Yéssica Bonefoi, la quisieron acusar de la usurpación de una cabaña, que cuando la fiscalía pidió la elevación a juicio, ni se mencionó. Fue algo insólito, porque no pueden inventar elementos nuevos. Pidieron un cuarto intermedio y cuando volvimos retiraron ese planteo porque obviamente estaba fuera de lugar. Es tanta la voluntad de persecución, de acusación gratuita, que ni se fijaron en eso.

Un segundo despropósito es que cuando se produce lo que llaman la usurpación del ex Hotel Mascardi, una de las acusadas (la machi Betiana) seguía siendo menor. Por ley de minoridad, hay todo un proceso que en este caso no se cumplió cuando se acusa a menores de entre 16 y 18 años y que ahora imposibilita al juez a dictar sentencia contra ella. Como una cuestión lógica le exigimos al juez que no la someta al juicio, y en vez de aceptarlo, dijo que lo va a decidir al final del proceso. Algo totalmente absurdo y re victimizante para la machi.

Y un tercer punto que es la pretensión de la fiscalía y de las querellas de que consideren a la usurpación como un delito continuado. Se denomina con esta tipificación a delitos como la desaparición forzada, o un secuestro, pero no a una usurpación, que es un tipo específico de hurto o de robo, en este caso de un inmueble. Si alguien comete un robo, el delito es en ese momento, no continúa en el tiempo. Ahí hay otro absurdo.

Truchos

En 2022, antes del segundo desalojo a la comunidad Lafken Winkul Mapu, se incendió un trailer y un remolque de Gendarmería. Desde los gobiernos provinciales y nacionales se acusó al pueblo mapuche, al igual que de usurpar una cabaña. Recuerda Gustavo: “Ahí empezó toda esta farsa. Esa zona está protegida por fuerzas federales, pero señalaron a la lof y así allanaron el camino para desalojarlos”. 

Ese desalojo fue brutal, con más de 250 efectivos del Comando Unificado que irrumpieron en el territorio. Romina Rosas, una de las mapuche detenidas, estaba embarazada de ocho meses y fue golpeada y arrastrada por el piso; días después, parió a su bebé rodeada de policías. Celeste, decía esto de aquel 4 de octubre de 2022: “Me tiraron al suelo, a mí y a mi nena de 5 años. Nos apuntaron con el arma en la cabeza. Fue una cacería”.

Retoma Gustavo Franquet: “A las seis personas que están enfrentando el juicio jueces federales les dictaron su falta de mérito, porque no hay ningún elemento que los ligue a lo que se los acusa. Toda esta causa es trucha porque fue creada para criminalizar, para desalojar y para allanar a la comunidad. Y por ende, todo este juicio es trucho”.

Lafken, en mapudungún, significa espejo de agua. Winkul, espíritu guardián de la montaña. Y Mapu, tierra. Desde la lof Lafken Winkul Mapu, concluyen: “Seguimos llamando a la unión, a mantenernos fortalecidos en nuestro feientun (creencia) y esencia mapuche. A enfrentar al winka con nuestra verdad, por más que el aparato estatal utilice todos los medios a su alcance para difamarnos pretendiendo poner a la opinión pública en nuestra contra, con falsas acusaciones. Pero tenemos total confianza en la fortaleza de nuestro pueblo milenario que ha resistido y preservado el territorio a pesar de los atropellos”.

Juicio a la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu: absurdos sin pruebas

Matías Santana, la Machi Betiana, Luciana Jaramillo y Romina Rosas son cuatro de los seis acusados, durante la primera audiencia del juicio en su contra.

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