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El Delta del Paraná, y la realidad en llamas

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Mientras las discusiones de campaña se vuelcan monocordemente a lo que ocurre en la farándula política – de izquierda a derecha- el país vive realidades que expresan los principales desafíos del presente y el futuro. Los incendios actuales en la zona de Las Lechiguanas, Delta del Paraná, como símbolo del modelo económico que deja a las comunidades en medio de las cenizas y la autorganización. Voces y fotos desde el lugar de los hechos, para comprender lo que en verdad está pasando.

Por Francisco Pandolfi

En las costas lindantes al Delta del Paraná la vida parece estar sumergida en un loop de incendios que no cesan. Pasan los días. Pasan las semanas. Pasan los meses. Y no pasa nada, salvo el fuego.

El Delta se extiende a lo largo de 300 km., tiene una superficie aproximada de 17.500 km² que es compartida por las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires. Los focos sobre el territorio insular corresponden a la jurisdicción entrerriana. Allí, las estadísticas ya no sorprenden:

-“Desde el 19 de agosto, en las Islas Lechiguanas se quemaron un total de 18.661 hectáreas. Y en las de Victoria más de 12 mil desde el 25 de agosto, en un foco que sigue prendido”, le dice a lavaca Enrique Sierra, naturalista de San Pedro, mientras convive con el humo. 

-“Sólo en la última semana hubo 2.323 focos de calor, lo que representa el número más alto de 2021”, informan desde el museo de Ciencias Naturales Antonio Scasso de San Nicolás. -La suma en estos ochos meses es de 9253 focos, por lo que este año ya pasó a ser el segundo en cantidad de focos, sólo superado por el apocalipsis ambiental del año pasado.

-“Hasta julio de este año llevaba registradas 151.800 hectáreas quemadas y ayer terminé de relevar las de agosto: 80.350 en todo el Delta del Paraná. Solo en este año llevamos 232.150”, cuenta César Massi, naturalista e integrante de la Red Nacional de Humedales (Renahu).

Algo huele mal

Las Islas Lechiguanas sufrieron en 2020 la quema de casi el 60% de sus 250 mil hectáreas. Se emplazan a pocos kilómetros de las costas bonaerenses de Baradero, San Pedro, Ramallo y San Nicolás. Hasta allí llegaron las cenizas, en menor o mayor medida.

Evangelina Romano es parte de la organización Unidos por la Vida y el Medioambiente de Ramallo. Hace mucho que huele mal: “Vivimos llenos de humo porque cuando baja la humedad, baja el rocío y ahí es donde más se concentra. Por lo general, los síntomas aparecen en la población mediante la picazón de ojos y garganta. Casi no se puede respirar”. Agrega: “Ya estamos cansados y con mucha impotencia de que nadie resuelva esto de una vez. Al amanecer, en la ruta no se ve nada, el humo invisibiliza todo y hay posibilidad de accidentes continuamente”.

Imágenes del humo en plena ruta de ramallo.

Guadalupe Nava es parte de Conciencia Ecológica de San Pedro y también huele mal: “Se trata de los peores incendios que sufrimos este año y ocho meses; vivimos con todo el cielo tapado durante una semana, respirando humo y la lluvia de cenizas permanente”. Añade: “Mi sensación es que redoblaron la apuesta quienes están interesados en las quemas. Acá en frente se incendiaron casi veinte mil hectáreas en pocos días. Para hacer un comparativo y tomar dimensión, toda la zona urbana de San Pedro ocupa sólo mil”.

El humo de las islas de Victoria viajó a Villa Constitución. De esta localidad al sur de Santa Fe es Edgardo Fontana, cofundador y ex guardaparque de la reserva natural Isla del Sol, hoy tapada por un gris que nada tiene de natural: “Estamos frente a uno de los ecocidios más lamentables que han ocurrido en América Latina, ejecutado por grupos minoritarios de poder que hacen un daño extraordinario a la vida en general. No hay medidas que se tomen y la Justicia parece estar totalmente aletargada así como los sistemas de gobierno que están en una situación de poder inferior frente a los verdaderos dueños de la tierras en el Delta del Paraná”. Amplía: “Actualmente hay focos a lo largo y ancho del horizonte entrerriano desde Santa Fe hasta el sur bonaerense, es un desastre extraordinario. Siento mucha congoja, una tristeza notable por la desaparición de ecosistemas, ver en llamas a nidos, coipos, carpinchos, zorros, al lobito de río, pequeños y maravillosos insectos polinizadores. La destrucción se ha profundizado, sin que se tomen las medidas necesarias desde el poder político. La Ley de Humedales es un ejemplo de la mirada egoísta y cortita de la mayoría de los diputados. Muy pocos están junto al pueblo”.

La Ley que falta

El mes pasado la Multisectorial Humedales impulsó una travesía náutica que desde Rosario navegó 350 kilómetros por el Río Paraná para entregar un petitorio en el Congreso Nacional. Junto a más de 380 organizaciones exigieron el tratamiento, sanción e implementación de la Ley de Humedales, que desde noviembre pasado está paralizada en la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados. Si no se vota este año, volverá a perder estado parlamentario como en 2016.

Magalí es activista de la Multisectorial Humedales de Rosario: “En la travesía paramos en distintas localidades y en Alsina, por ejemplo, nos contaron que nunca cesan los focos y que ante la falta de respuesta del Estado se organizan grupos de brigadistas para apagarlos”. Complementa: “En la Multi contamos con algunos equipos y ayer varios brigadistas voluntarios fueron a San Nicolás para ayudar a apagar el fuego. Hace unos días pasé por ahí y la cortina de humo era terrible, parecía la bomba de Hiroshima”.

Las 30 mil hectáreas quemadas recientemente equivalen a una ciudad y media de Buenos Aires. Las 80 mil en todo agosto, a cuatro ciudades de Buenos Aires. Kike Sierra y César Massi, dos naturalistas que llevan adelante un trabajo encomiable de relevamiento ante la falta de estadísticas oficiales y rápidas, contextualizan aún más la catástrofe: “El Estado mide poco y mide mal. Sobre el año pasado, estipularon 320 mil hectáreas quemadas, pero sólo lo hicieron hasta septiembre. Esa cifra quedó en el imaginario popular, lo cual es una lástima porque contribuye a subestimar el tema. Sólo el año pasado se incendiaron 683.900 hectáreas y con las de este año ya estamos ya superamos las 900 mil hectáreas en los últimos veinte meses”, retrata Massi. O sea, 45 ciudades de Buenos Aires.

“El Servicio Nacional de Manejo del Fuego y el Ministerio de Ambiente de Nación no dan nunca la cantidad de hectáreas totales. Lo peor de todo es que todavía no se evaluó cuánto se perdió en fauna, en flora y en suelos, porque los suelos se calcinan y grandes incendios como estos los calcinan hasta 10 cm de profundidad. Los registros los hago yo, semana a semana. El Estado no te brinda esa información, porque no la hace”, explica Kike. ¿Por qué no los hace? Argumenta Massi: “La Fundación Ambiente y Recursos Naturales hizo un pedido de informe y desde el Ministerio de Ambiente le respondieron que no tenían recursos para hacer esas mediciones. Lo puedo hacer yo en mi casa, pero el Estado ‘no tiene recursos’. Es espantoso. Los focos de incendios a veces ni se reportan. Hay una falta de información muy grande, no hay datos oficiales fiables. Me tomé el tiempo de hacer este trabajo para que al menos sepamos qué se quemó, porque es muy difícil hacer una política de combate de incendio si no sabés cuánto y dónde se quema”.

Silencio oficial

Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en 2020 se quemaron 1.106.621 hectáreas. Es decir, un 0,29% de la superficie de Argentina. Para esta cartera, el 95% de los incendios son adrede. Sin embargo, a las condiciones actuales que favorecen la propagación del fuego, como la sequía, la escasez de lluvias y la bajante del río Paraná, se suma la falta de controles estatales y de articulación conjunta. Pese a que desde el 19 de agosto se desataron los nuevos incendios en las Islas Lechiguanas, el ministro Juan Cabandié recién ayer se pronunció en su cuenta de twitter: “Desde @AmbienteNacion estamos presentes, desde el fin de semana, en la zona de las Islas del Paraná, aportando medios aéreos para el combate del fuego. Mientras tanto, nos encontramos a la espera de que la provincia solicite sumar recursos”. Ni Juan Cabandié, ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable; ni Leonardo Grosso, presidente de la Comisión de Ambiente de Diputados; ni José Ruiz Aragón, presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería de Diputados, han respondido a los pedidos de entrevista de lavaca

Los humedales tuvieron sus cinco minutos de fama cuando los carpinchos visibilizaron la modificación de su hábitat de 1600 hectáreas en Nordelta. Sobre eso sí, el círculo rojo mediático pasó horas hablando. Mientras, en loop, el otro círculo rojo sigue arrasando con el Delta del Paraná: en lo que va del año se prendió fuego la superficie equivalente a 145 Nordeltas, y miles y miles de carpinchos.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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