Nota
Seduciendo al capital: el MTD de La Matanza y sus alianzas con los empresarios
Los integrantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de La Matanza son unos verdaderos osados. Comenzaron a cortar rutas en la provincia de Buenos Aires cuando el común de los bonaerenses no sabía qué era un piquete. “Por entonces, para parar el tránsito había que tirar un cana de culo, no es como ahora que se acuerda todo y los patrulleros desvían los autos 200 metros antes de la manifestación”, suele recordar Héctor Toti Flores, uno de los referentes de la organización. Años después, cuando esa medida de protesta se transformó en una acción cotidiana para reclamar planes sociales, el MTD los rechazó por considerarlos “una herramienta de dominación del sistema”. Y ahora, que empieza a ser un hábito la toma y el escrache de compañías multinacionales, la agrupación matancera se anima a realizar alianzas con algunos sectores empresarios.
En lo que va del año, el MTD de La Matanza estableció alianzas con el diseñador Martín Churba y empresas como Arciel y Casa Quintás. Ahora se relacionó con la Confederación General Económica. Carlos Giardino, ex gerente de Fate y antiguo negociador de la deuda externa, asesora a los piqueteros en el managment de su taller textil.
«Se abre una estrategia de recomposición de los lazos sociales y nosotros aprovechamos la coyuntura. El MTD tiene una necesidad de un salto cualitativo, de recomposición como trabajadores», dice Héctor Toti Flores, uno de sus referentes.
«La nuestra -agrega Flores- es una funcionalidad a conciencia, determinada por la relación de fuerza actual y por la necesidad de recomponer una fuerza social que juegue un rol activo en la toma del poder, que hoy no lo tenemos. El 19 y el 20 terminó siendo una derrota: ahora hay más planes que nunca».
El MTD rompió la alianza con Casa Quintás porque sentía que perdía autonomía y que la empresa les imponía a los militantes las reglas capitalistas que el movimiento rechaza. «Si nosotros pudiéramos trabajar de acuerdo a las formas de producción del capitalismo, cuatro horas y que eso alcance sería genial. El tema es que te hacen trabajar 12 horas para que otros vivan mejor. Nosotros confiamos en no correr ese peligro, confiamos en la capacidad colectiva de rechazar lo que no nos parezca», dice Flores.
Estas nuevas alianzas sirvieron al MTD para ser, según sus propias palabras, más confiables. Flores pone como ejemplo el jardín de infantes que inauguraron este año. «Es muy difícil que la gente te entregue su niño para que lo cuides y lo desarrolles. Si lo hace es porque creen en vos».
Los integrantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) de La Matanza son unos verdaderos osados. Comenzaron a cortar rutas en la provincia de Buenos Aires cuando el común de los bonaerenses no sabía qué era un piquete. «Por entonces, para parar el tránsito había que tirar un cana de culo, no es como ahora que se acuerda todo y los patrulleros desvían los autos 200 metros antes de la manifestación», suele recordar Héctor Toti Flores, uno de los referentes de la organización. Años después, cuando esa medida de protesta se transformó en una acción cotidiana para reclamar planes sociales, el MTD los rechazó por considerarlos «una herramienta de dominación del sistema». Y ahora, que empieza a ser un hábito la toma y el escrache de compañías multinacionales, la agrupación matancera se anima a realizar alianzas con algunos sectores empresarios.
En marzo de este año, el MTD participó de un emprendimiento textil junto al diseñador Martín Churba y las empresas Arciel y Casa Quintás. Lanzaron una línea de guardapolvos bajo el slogan «pongamos el trabajo de moda». Las prendas tenían una estética propia de Palermo Holywood y las presentaron en la feria Buenos Aires Fashion. Hace poco más de un mes, el taller de costura que el movimiento de desocupados tiene en el barrio La Juanita, de Laferrere, comenzó a trabajar con Carlos Giardino, un empresario de la Confederación General Económica (CGE), quien los asesora en el managment del emprendimiento. Mientras el MTD se declara anticapitalista, Giardino se asume liberal. El empresario, a quien los piquetes le parecen un abuso, fue negociador de la deuda externa bonaerense durante la gobernación del radical Alejandro Armendáriz, gerente de Fate electrónica y no dudó en despedir personal cuando consideró que era más rentable reconvertir tecnológicamente su compañía. » Esta es una alianza muy empírica -explica Flores-. Veníamos tratando de desarrollar emprendimientos desde un lugar pequeño: vendíamos lo que producíamos en la feria, teníamos un fuerte rechazo a trabajar a la façon y no queríamos revendedores que sacaran ganancias con nuestra producción. Pero nos dimos cuenta de que eso tenía un límite, sobre todo para el largo plazo. Este año inauguramos nuestro jardín de infantes y para sostenerlo necesitábamos obtener excedentes: la escala de trabajo que teníamos no servía. Por eso combinamos con otros sectores sociales, como Churba y la CGE. Se abre una estrategia de recomposición de los lazos sociales y nosotros aprovechamos la coyuntura. El MTD tiene una necesidad de un salto cualitativo, de recomposición como trabajadores. Claro, es una manera distinta de trabajar de la que teníamos hace diez años. Hay un sector muy grande que empieza a ver en la autogestión y el cooperativismo una salida distinta. Por ahí pasa nuestra postura, nos estamos insertando en el proceso de economía social».
– Más de un movimiento con los que compartían los cortes de ruta los va a acusar de reformistas o funcionales.
Cuando te acusan de reformista y uno no sabe que lo es, se hace difícil. Pero saberlo es bueno porque así no pueden trabajar sobre nuestra culpa. La nuestra es una funcionalidad a conciencia, determinada por la relación de fuerza actual y por la necesidad de recomponer una fuerza social que juegue un rol activo en la toma del poder, que hoy no lo tenemos. Hoy, desde el movimiento piquetero se puede generar un gran escándalo, pero no políticas. Para distintas lecturas, el 19 y 20 de diciembre parecía que comenzaba la mayor ofensiva, para nosotros fue una gran derrota: hubo más planes sociales que nunca. No logramos quebrar la política de dominación porque no teníamos política ni poder para influir en las decisiones más generales. Esa experiencia nos lleva a construir organización y lazos. Nosotros discutimos todo el tiempo las modalidades de nuestro taller, y no queremos cambiarlas, aún con estas nuevas relaciones. A lo mejor genera desconfianza en ellos y eso es un riesgo.
– Pero al final del recorrido, ¿la CGE habrá vuelto capitalista al MTD o los desocupados habrán convertido en revolucionarios a los empresarios?
Nos parece que hay un tiempo de construcción conjunta, donde todavía no está planteada la toma del poder ni la revolución. Es muy importante generar espacios de conocimientos. Nuestra estrategia es aprender como se gerencia emprendimientos para una mayor de calidad de vida de nuestros compañeros.
-¿No se trata de aprender a gerenciar con pautas capitalistas?
– En ningún momento queremos convertirnos en una empresa capitalista, para generar acumulación. Queremos una política de transformación de la vida de los compañeros. El desafío es que no nos fagociten. Intuimos que la economía social es un negocio para muchos. En este momento somos funcionales a ellos pero lo aceptamos porque no tenemos posibilidad de otra cosa.
-El MTD rechaza los planes sociales porque, dice, genera dependencia. ¿Estas alianzas no generan dependencia del capital?
Es relativa, depende de la postura que vayamos teniendo. Si Churba o la CGE nos marcara lo que tenemos que hacer, dependeríamos. Pero nosotros nos manejamos con absoluta automomía en las decisiones. Por eso ya hubo tensiones
-¿Cuáles?
– Se planteó una situación de dependencia con Casa Quintás y decidimos no seguir adelante. Eso nos atrasó bastante. Su forma de plantear el trabajo y sus precios era capitalista y nos coartaba nuestra autonomía. La relación se planteó de tal manera que volvíamos a depender, a ser empleados, con pautas organizativas impuestas por la empresa. Casa Quintas nos ofrecía la entrega de prendas para confección, pero exigían horarios de trabajo, una determinada cantidad de horas trabajadas, querían que hiciéramos una capacitación de cuatro o cinco meses sin cobrar nada o que la pagáramos con la guita que obtuvimos de los guardapolvos. Nos pareció exagerado. Primero, porque no nos salían tan mal las prendas. Después, por ahí sí teníamos que aprender a organizar la forma del trabajo, pero esa forma no es la que queríamos nosotros. Tal vez nos hayamos perdido un gran negocio. Pero no nos interesaba. Ahora esto no implicó que se lesione nuestra relación con Churba. No tuvo efectos de ruptura, si se congeló una posibilidad de hacer cosas. Churba nos ofreció capacitación, el sigue vendiendo nuestros guardapolvos. Para nosotros fue importante para encontrar límites. Ahora trabajamos con la CGE para ver si podemos vender los guardapolvos que hacemos directamente a algunas empresas.
¿Cómo se sintieron exponiendo en Buenos Aires Fashion, un mundo totalmente ajeno a ustedes?
En ese momento estuvimos en la consideración de otros sectores, repercutió mucho mediáticamente. Aprovechamos para propagandizar la propuesta del MTD, más allá de si conseguimos trabajo o no. Nosotros siempre lo vemos desde la integralidad del proyecto. Aunque, es verdad, nos sentimos un poco sapo de otro pozo. El mundo de la moda no es nuestro mundo, ni nos sedujo. Fuimos un solo día, hubo propuestas para ir a otras ferias de moda, pero no fuimos. No es nuestro lugar, no es por donde podíamos construir el taller. Más allá de que somos artistas: para sobrevivir hay que tener mucha creatividad. Aunque el balance fue positivo, no es esa nuestra aspiración.
-¿Y cómo es la convivencia con Giardina, el asesor de la CGE?
– Es muy divertido trabajar en el taller con él, por la diferencia. Es como un juego de ajedrez, donde todos tratamos de mover las piezas lo más ordenadamente posible. Como acá no hay quien gana sobre el otro, es bueno. Queremos lo que tiene el mundo empresario para ser sustentable el proyecto.
– Insisto, ¿eso no implica adoptar sus valores?
Creemos que no es la forma del capitalismo, sino la apropiación del capitalismo lo que hace daño. Si nosotros pudiéramos trabajar de acuerdo a las formas de producción del capitalismo, cuatro horas y que eso alcance sería genial. El tema es que te hacen trabajar 12 horas para que otros vivan mejor. Nosotros confiamos en no correr ese peligro, confiamos en la capacidad colectiva de rechazar lo que no nos parezca, porque pasa que a veces uno solo se embala y entra en el juego. Los domingos hacemos rondas para evaluar proyectos y la horizontalidad garantiza tener claros los límites. Es muy difícil trabajar con nosotros, porque todo lo tenemos consultar. Para ellos es terrible.
– ¿Cómo impactaron estas nuevas alianzas al interior del movimiento?
Como veníamos conversando hace mucho tiempo esta necesidad de búsqueda en distintos sectores, no causó confusión al interior y potenció enormemente el trabajo de base. En verdad, recién estamos cayendo. Al principio hubo mucha desconfianza. Nos preguntábamos que había detrás, por qué nos lo proponían. También hubo elucubraciones paranoicas. Algunos nos dijeron sinceramente que se trataba de marketing social, que con esta alianza ganaba empresario y nosotros podíamos sacarle provecho. Eso nos tranquilizo. También entendimos que en una política de alianzas ganan todos: la alianza es para potenciar a todos sus componentes. Es distinto que una coalición, que se realiza contra un enemigo común y revienta al dia siguiente de lograr el objetivo. Aunque claro, también es verdad que no todos se potencian de la misma manea. Pero acá no hay obsesión para sacar ventajas.
-¿Y en el barrio?
– Empezamos a ser creíbles. Aunque la gente viene con ideas confusas, algunos se acercan a buscar trabajo. Pero el jardín de infantes es el ejemplo más claro: es muy difícil que la gente te entregue su niño para que lo cuides y lo desarrolles. Eso ocurre porque confían en vos. Al principio, nosotros pensábamos que el jardín iba a ser para los hijos y los nietos de la gente del movimiento. Pero nos dimos cuenta que la distancia a veces era grande para muchos chicos de las familias de los militantes. Resulta que el 60 por ciento de los chicos que vienen al jardín son del barrio, la realidad nos modificó la idea que teníamos.
– ¿Recibieron críticas de otros movimientos?
Hasta ahora no recibimos muchas críticas serias, argumentadas. Otros movimientos no creen que esto se pueda desarrollar. Algunos estarán pensando que nos van a coptar y que vamos a volvernos reformistas. Algunos nos dijo: «Lo que ustedes hicieron hasta aquí es heroico, qué le vamos a decir» Como si hubiera un respeto por el camino recorrido pero lo de ahora se tratara de un nuevo rumbo. Pero la necesidad de una búsqueda propositiva está planteada como necesidad social. Si no, generaciones enteras estarán condenadas a la exclusión y la desaparición. Si sos un grupo marginal, si no tenés ningún tipo de influencia, dependés de la política de otro. El movimiento piquetero si no elabora propuestas va a ser una mera correa de transmisión.
Nota
Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Los feminismos siguen siendo el único movimiento que tiene la capacidad de transversalizar la unidad, amplia, y poner en Avenida de Mayo, de cara a Plaza Congreso, cuadras y cuadras de columnas que van desde el sindicalismo, a los movimientos sociales, a la izquierda, al kirchnerismo.
Aún cuando por Hipólito Yrigoyen ingrese la enorme columna de la intersindical feminista seguida por poco del oficialismo; y por el otro costado, por Avenida de Mayo, ingrese la izquierda; todos los espacios comparten plaza a menos de un mes de elecciones generales que definen quién presidirá el país.
Esa es la noticia: seguimos transversalmente en la calle.
Video: Sebastián Smok.
De la economía popular a la formal
“Creían que el movimiento había desaparecido porque no estaba en la calle, pero estábamos en cada uno de nuestros territorios, ahí también damos la batalla y la lucha”, dice Leonor Cruz, Secretaria de Géneros y Diversidad de la CTA Autónoma, frente a la enorme columna de trabajadoras que son protagonistas de esta marcha. Las tres banderas que encabezan: UTEP, CTA y CTA Autónoma. De la economía popular a la economía formal, todas adentro.

Junto a ellas también marchan familias de víctimas de femicidios: Marta y Guillermo, mamá y papá de Lucía Pérez; y Daniel y Susana, papá y mamá de Cecilia Basaldúa, que salieron desde la sede de MU junto a un grupo de mujeres que les siguen con los pañuelos blancos que bordan dos palabras: Nunca Más.

No con el FMI
Dice Leonor: “La derecha más fascista de nuestro país tiene una agenda muy clara contra el feminismo, quieren ir contra cada uno de los derechos que hemos conquistado con sangre y a fuerza de lucha; pero no lo vamos a permitir. Estamos en la más amplia y diversa unidad de vuelta en la calle porque a la derecha la vamos a enfrentar, pero también vamos a decir: no es con el FMI, porque somos las trabajadoras, las precarizadas, las compañeras del barrio, las que más sufren el ajuste”.
Leonor llegó a Plaza Congreso desde Tucumán, trayendo lo que se ve fuera del centro porteño: “En nuestra Argentina profunda lo que se ve es la pobreza, en todas sus dimensiones, pero el movimiento feminista en la provincia es lo más fuerte que hay, es donde está la unidad y donde nosotras resistimos”.
Sobre la transversalidad habla también Silvia León, referente de ATE Nacional: “Hoy el objetivo tiene que ser que las derechas no avancen en nuestro país. Los 30 mil compañeros desaparecidos y muertos no murieron en vano, y las víctimas de femicidio tampoco”.
Silvia, rodeada de pañuelos verdes, sostiene junto a las familias de víctimas de femicidios, que tienen las fotos de sus hijas colgando en el pecho, los pañuelos blancos. Los feminismos honran el legado que los derechos humanos construyeron en la calle, con los pies. Dice Silvia: “Nosotras peleamos por soberanía, por educación, por salud, y también seguimos el camino de las Madres, las Abuelas, de los 30 mil, pero también de los familiares. Hay un tiempo que se termina, el de la verticalidad, el del verticalismo y del patriarcado, ahora toca construir transversal y federalmente”

Significado de la libertad
Marta y Guillermo, llegaron desde Mar del Plata a las siete de la mañana; junto a Susana y Daniel, se colgaron las fotos de sus hijas en el pecho: Lucía Pérez y Cecilia Basaldúa, dos femicidios territoriales emblemáticos, donde las tramas narco barriales marcaron como alerta una emergencia que traen las periferias.
¿Por qué recorrer la Ruta 2 durante toda la noche para marchar? Contesta Marta Montero, mamá de Lucía: “Para gritar que no vamos a permitir perder nuestros derechos, lo que hemos conquistado en este tiempo de lucha que no es solo el reciente, me voy más lejos: en este tiempo de democracia que es el tiempo en el que podemos salir, podemos luchar, y también decir lo que pensamos. Todo esto está en peligro, no podemos permitir que venga alguien a decirnos lo que tenemos o lo que podemos hacer, que corten nuestros derechos y lo conseguido: por ejemplo un ministerio. Todas las mujeres no tenemos la suerte de que nos acompañen los gremios, las organizaciones; hay muchas mujeres que están solas, pero vos sabés que hay una puerta que podés golpear y que se va a abrir. Ahora corremos el peligro de que todo eso se termine».

Marta Montero y Guillermo Pérez, los padres de Lucía (Foto: Sebastián Smok)
¿Por qué creés que quieren que se termine?
Porque somos muchas, hemos tomado la calle, hemos salido, y nuestra palabra se ha hecho escuchar. Y así hemos logrado cambios: el más importante fue el aborto legal. Es imposible no pensar hoy en día que una mujer no tiene derecho de poder decidir sobre su vida.Yo soy una persona de fe, creo en dios, en la virgen, pero no creo en que alguien pueda decirnos que esto tiene que ser de una sola manera porque creo en la libertad de las personas, y si alguien no quiere tener un hijo es respetable.
Libertad es una palabra hoy disputada, ¿qué significa?
Libertad significa levantarme, salir a la calle y decir lo que pienso sin censura de nadie, poder acompañar a alguien, poder hablar, poder estar. El libertario es otra cosa: son los que nos quieren vender que vamos a estar mejor por cosas que no terminamos ni de entender, es un juego de palabras siniestro que termina en opresión.

Foto: Sol Tunni.
¿Qué tienen que hacer los movimientos feministas?
No los tenemos que dejar avanzar. A mí no me representa una persona que esté con una agresividad tal que se le nota, en su manera de hablar, de moverse, a mi no me representa esa violencia, pero estamos viviendo en un momento muy difícil que hoy todo es violencia. El enojo hoy está peor que nunca, o tal vez tenga otra visibilidad, antes se tapaba más, hoy lo ves en un medio, en una red social, es más visible, por eso parece que pasa más.
¿Cómo volvemos para volver a ser marea?
Es muy importante creer en nosotras mismas, en el valor que nosotras tenemos, valorar quienes somos. Es muy importante no tener miedo, no tener miedo al ridículo, estar seguras de lo que hacemos, de lo que queremos y si tenemos que salir a defender a una compañera, a una hermana, salir y hacerlo con convicción propia. Lo más libre que una puede hacer es salir. Si no es con cada una de nosotras, hasta acá no se hubiese llegado, sin las mujeres luchando por su propia vida, las más grandes ayudando a las más chicas, y las más chicas, por ellas mismas. Esa es la hermandad, todas nos necesitamos, yo sola no puedo, te necesito a vos, a otra, a la hermana, sola es imposible. Necesitamos la confianza en nosotras mismas, evitar la competencia. Nosotras luchamos por la vida, por eso luchamos por todas. Solas no llegamos a nada, pero juntas llegamos a todo.

Daniel y Susana (padres de Cecilia Basaldúa), Guillermo y Marta. Foto Sebastián Smok.



Foto Sol Tunni.

Foto: Sol Tunni

Foto: Sebastián Smok
Nota
Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como «omnipresentes». Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.
A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).
Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.
La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.
Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Por Anabel Pomar

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.
En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).
¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.
En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires.
¿Por qué se incluyó a nuestro país? Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.
Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.
Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.
El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.
Omnipresentes
Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Los resultados de los venenos en materia fecal.
En los hogares
Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.
Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.
A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.
Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.
La mordaza
En la conferencia virtual –toda en inglés– que duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.
Lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.
Lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.
El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, la vaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.
Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.
“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la investigación.
En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.
La vida cotidiana asediada
En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.
En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Nota
Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»
Un funcionario judicial de Tucumán fue condenado por abuso sexual: 4 años, obligación de reparación económica, capacitación y placas en Tribunales. El hecho no es aislado: el Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro que incluye 420 funcionarios (integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las cúpulas de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católica) denunciados por violencia de género. Los argumentos e implicancias de un fallo ejemplar.
Jorge Edmundo Mistretta, exjefe de despacho de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, jubilado desde 2019, fue condenado a cuatro años por abuso sexual contra dos de sus empleadas. Los abusos ocurrieron en 2013 y 2015: incluye tocarle los pechos a una de ellas y querer besarla, comentarios sexuales groseros, e intento de tocar a otra de las denunciantes.
En el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, compuesto por la jueza María Noel Costa, y los jueces Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, se ordenó:
- La inmediata detención, aunque cumplirá prisión domiciliaria por su estado de salud.
- Una indemnización de $4.4 millones de pesos y 3.6 millones de pesos para cada una de las víctimas.
- La realización de un programa de capacitación sobre perspectiva de género y en política de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer.
- Se solicitó a Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia Nacional que “se arbitren los mecanismos administrativos necesarios por una medida restaurativa que contemple la incorporación a una de las oficinas judiciales de esa jurisdicción -de la Cámara o del Tribunal Oral -, debiendo garantizar la ‘no revictimización’ de una de las víctimas”.
- Además se recomendó que se coloquen placas en tribunales donde sucedieron los hechos que digan: “Un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia. No a la violencia ni al acoso”.
Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de septiembre.
El “caso” no es aislado. El Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católicas.
El registro incluye ya 420 funcionarios denunciados, entre intendentes, diputados, fiscales, sargento, jueces, asesores, concejales, cabos, decano, sacerdotes y un largo etcétera. De todos los denunciados 99 son del Poder Judicial, al igual que Jorge Edmundo Mistretta; 139 del Poder Ejecutivo; 62 del Poder Legislativo; 67 de la Iglesia Católica; y 53 de las cúpulas de las fuerzas de seguridad.
El padrón de funcionarios denunciados se puede ver acá

El Estado argentino se comprometió en 2020 a llevar un registro público de funcionarios judiciales denunciados por violencia de género como parte de un acuerdo amistoso alcanzado en el marco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta el momento lo hizo de forma incompleta y escasa, por ello comenzó a realizarlo, de manera autogestiva, el Observatorio Lucía Pérez que sumó además otros poderes para completarlo y con esa información reflexionar acerca de qué relación hay entre la ausencia de políticas públicas de contención y prevención y estas prácticas impunes.
Lo que se ve: la consigna “El Estado es responsable” se hace carne en la sistematización de esta información. No lo es solamente por omisión, o ineficaz: es un Estado violento.
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