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Travesticidio de Diana Sacayán: comenzó un juicio clave

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Por primera vez bajo la figura de “travesticidio”, comenzó un juicio histórico por el crimen de Diana Sacayán a salla llena y con una calle que clamó justicia. Quiénes son los acusados, los cargos que enfrentan por un crimen «triplemente agravado por haber sido ejecutado mediante violencia de género, por odio a la identidad de género y con alevosía».  La historia para comprender lo que está en juego. 
Por Florencia Paz para www.lavaca.org
Es lunes 12 de marzo y, aunque no parezca, en Argentina es un día histórico. Hoy se iniciaron las audiencias por el asesinato de la militante trans Amancay Diana Sacayán y, por primera vez en el país, se juzga un crimen bajo la carátula de “travesticidio”.
Por este crimen de odio, está acusado Gabriel Marino, imputado del delito “homicidio triplemente agravado por haber sido ejecutado mediando violencia de género, por odio a la identidad de género y con alevosía, en concurso ideal por robo”, según reza en la carátula.
Las audiencias son ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nro. 4 de la Ciudad de Buenos Aires, integrado por Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio César Báez. Por el Ministerio Público Fiscal participa Ariel Yapur. Frente a los Tribunales, desde las 8 de la mañana, hay una radio abierta y un escenario empapelado con fotos de Diana y carteles exigiendo justicia por su asesinato. Decenas de personas comienzan a rodear a los y las integrantes de la “Comisión de Familiares y Compañerxs de Justicia por Diana Sacayán – Basta de Travesticidios”, entre quienes se encuentra el hermano de Diana y querellante en la causa, Say Sacayán. A las 10:30 se inicia la audiencia y tanto la sala adentro como la plaza afuera están llenas.
Travesticidio de Diana Sacayán: comenzó un juicio claveDos horas más tarde, la Comisión baja por las escalinatas y se funde en un abrazo con quienes esperan afuera, con las banderas en alto. Desde el escenario, recuerdan la importancia de este juicio y de la figura de travesticidio, sobre todo porque con frecuencia estos crímenes de odio no se investigan. Desde 2015, hubo solo cuatro condenas por asesinatos de personas trans y nunca bajo esa categoría. Say toma la palabra y desde el micrófono comparte:
– Esta primera audiencia fue la presentación formal, bastante duro para nosotros como familia, ver por primera vez a este tipo. No dejan de pasarnos millones de cosas, de sensaciones por el cuerpo. Me quedo con una sensación extraña, de tener ganas de llorar, de tener ganas de vomitar, de tener ganas de gritar, de tener ganas de decir un montón de cosas. Y a la vez, mantengo la calma, cierro los ojos y pienso en Diana y en todo el trabajo que ella ha hecho y el legado que nos ha dejado. Me fortalece. Vamos a estar acá la semana que viene, voy a declarar. Esperamos, al menos, cuatro audiencias más.

La vida de Diana

Hace ya dos años y medio que Amancay Diana Sacayán engrosa la estadística que indica que la expectativa de vida de las personas trans en Argentina no supera los 40 años. Un dato contra el que luchó cada día, con militancia barrial – en su amado Gregorio de Laferrére –, con su participación en espacios de activismo nacionales e internacionales, con su trabajo en el Área de Diversidad Sexual del INADI, con su liderazgo en el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL), con su periodismo en El Teje y el suplemento Soy, con la irreverencia con que ocupaba cada espacio por el que transitaba. Lucha incansable motivada por vivir en carne propia transfobia, como también por la vivida por todas sus compañeras, en especial por sus travas matanceras, por las que golpeó (y pateó) cada puerta del Estado para construir políticas para una población históricamente excluida y subordinada, cuando no directamente asesinada. La suya.

Diana Sacayán: Hasta la victoria siempre


Diana aprendió el lenguaje de la política cuando tuvo que convencer a diputados y senadores para que aprobaran la Ley de Identidad de Género o la de Cupo Laboral Trans en la Provincia de Buenos Aires. Aprendió el lenguaje académico para no ser “objeto” de ningún estudio o producción universitaria. Aprendió el lenguaje de los medios para poder discutirles (y enseñarles) a los periodistas cómo tratar respetuosamente los temas de la población trans. Todos lenguajes que tuvo que aprender para hacer escuchar su propia voz – trava, conurbana, originaria – y no ser hablada por otros. Por un conjunto de otros heterogéneo, oscilante entre la admiración, la incomodidad, la compasión rancia y el más llano prejuicio discriminatorio. Un otros que, en última instancia, no pudo tenderle puentes sólidos para que saliera de las tramas de exclusión, marginalidad y violencia que atraviesan la vida de toda travesti en el país y la región. Pero también hubo otres compañeros, que son quienes hoy se paran frente a Tribunales para exigir justicia por su travesticidio.

Travesticidio de Diana Sacayán: comenzó un juicio clave

Susy Shock, en la puerta de Tribunales en la primera audiencia por el travesticidio de Diana.


Diana entendió a la fuerza que su cuerpo era un territorio de batalla, mucho antes de que fuera una consigna masiva. Allí llevaba las marcas de las perdidas y de las ganadas. En ese cuerpo que por su mera existencia generaba un odio transfóbico capaz de matar. Como también generaba placeres y deseos silenciosos, hasta indecibles. Un continuo de violencias sistemáticas ancladas en la discriminación por identidad de género cuyo último eslabón es el «travesticidio social», como lo llama su hermano Say. A Diana la mataron en su departamento en Flores el mismo fin de semana que la policía bonaerense reprimía el Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata. Dos días después, cuando su amigo Martín encontró el cuerpo atado de pies y manos y con 27 lesiones, comenzó el duelo, pero también, comenzó otra lucha.

La lucha en la Justicia

Desde un primer momento en la causa se habló de crimen de odio, por tratarse de una activista por los derechos de las personas trans, y también, de acuerdo a los fiscales en la etapa de instrucción, Di Lello y Labozzetta (Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº4), por “los signos de ensañamiento que exceden claramente la mera intención de matar”. Los tres imputados en la causa son Federico Cardozo, Félix Alberto Ruiz y Marino, este último preso desde el 28 de octubre de 2015. La causa está dividida en dos partes:

  • por un lado continúa la instrucción sobre los primeros dos imputados.
  • y por otro lado, el juicio oral que comenzó hoy con Marino como acusado.

“Hay muchísimas pruebas que comprometen a Marino; sus propios testimonios, pruebas de ADN y de huellas digitales, y videos de cámaras de seguridad”, señaló Darío Arias de la Comisión de Familiares y Compañerxs de Diana.

Desde el inicio el hermano de Diana, Say, se constituyó como uno de los querellantes. De igual modo lo hizo el INADI, que por primera vez asume ese rol en una causa judicial. También se implicó en el proceso la Ufem – unidad fiscal especializada en violencia contra las mujeres y personas lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transgénero, transexuales e intersexuales (LGBTI) del Ministerio Público Fiscal– para velar por la perspectiva de género durante la investigación y el juicio. Sin embargo, aún con todos estos actores involucrados y suficientes pruebas para imputar a Marino, el camino hasta las audiencias requirió de organización, trabajo y militancia.
La Comisión de Familiares y Compañerxs de Diana logró que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de Capital Federal rechazara la decisión del juez Gustavo Pierreti, quien pretendía cerrar la etapa de instrucción cuando sólo había certezas acerca de la participación de Marino en el travesticidio. A raíz de esa demanda, el proceso avanzó hasta llegar a la etapa preparatoria del juicio oral en su contra. Mientras, la Justicia continúa investigando la responsabilidad de Ruiz y Cardozo. La investigación para identificar a por lo menos un segundo asesino está a cargo de la Dra. Cristina Caamaño.

Travesticidio de Diana Sacayán: comenzó un juicio clave

Say Sacayán.


Otra de las conquistas de la querella encabezada por Say Sacayán fue que el fiscal Marcelo Saint Jean se autoexcluyera de la investigación luego de interponer un recurso ante la Secretaría Técnica, Disciplinaria y Derechos Humanos de la Procuración General de la Nación remitiendo información del archivo del CELS y la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires que lo apuntaba como defensor de genocidas en la causa “Circuito Camps” y de policías acusados por gatillo fácil. En su lugar fue designado Ariel Yapur como fiscal del juicio.
Pero la lucha central giró en torno a que el asesinato de Diana fuera caratulado como “travesticidio”. “A mí no me da lo mismo que los asesinos de Diana vayan presos por femicidio que por travesticidio porque sobre el cuerpo de Diana y el ataque que sufrió están las violencias contra la comunidad trans y travesti. La muerte de Diana es una muerte política y por eso queremos convertirla en un hecho político porque la Justicia tiene la oportunidad de resarcirse por la invisibilización que ha operado desde siempre sobre el colectivo. Queremos una condena ejemplar por travesticidio”, dijo Say. Finalmente, gracias al trabajo de los fiscales Di Lello y , el fiscal Yapur dio lugar a caratular la causa como “travesticidio”. Y en la acusación contra Marino, se incluyen dos agravantes de homicidio de acuerdo al artículo 80 del Código Penal: el inciso 4, que habla de crímenes de odio “por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión” y el inciso 11, que se aplica en femicidios y refiere a violencia de género.

El juicio de todas las travas

Según el Observatorio de Crímenes de Odio hacia la comunidad LGBT de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires y la FALGBT en 2017 hubo denuncias de 61 casos de violencia o ataques callejeros por orientación sexual o identidad de género y 11 asesinatos (9 a mujeres trans y travestis; uno a un varón trans y uno a un varón cis gay). Entre la multitud que se agrupa en la plaza, las protagonistas son todas las personas trans que vinieron a acompañar a la familia pero que, fundamentalmente, viven este juicio como una causa propia. A continuación, algunas de sus palabras para sintetizar este día.
Florencia Guimaraes: Este día para mí es un día más de revolución travesti, de revolución trava. Estamos acá muchas compañeras de diversos espacios abrazándonos en este comienzo de juicio histórico. Es histórico que el juicio de una trava llegue acá a los Tribunales de esta manera, con tantos medios alrededor, con tanta visibilidad. Es por lo que luchamos. Para que el juicio de nuestra compañera Diana Sacayán sea visible. Porque el juicio de Diana es el juicio de todas las travas. En su figura están todas nuestras compañeras muertas y asesinadas. Y lo digo así porque hay que separar los travesticidios de las otras muertes de compañeras que ocurren todos los días antes de los 35 años de edad por las condiciones de vida a las que nos someten. La sociedad tiene que preguntarse ¿por qué las travestis no están atendiendo un kiosko, un almacén, no están en la escuela, pero sí están todas las noches en una esquina? ¿Por qué mi vecina travesti que vive en el piso de arriba, en el rancho de al lado, en la casa de atrás de un día para el otro desaparece y nadie se entera? Hay que empezar a visibilizar eso. Parte de este juicio para eso. Diana es la cara de todas nosotras, es la cara de todas las travas pobres, villeras, negras, putas. Por eso tenemos que seguir sumando compañeros para abrazar esta causa y a gritar junto a nosotras ¡Justicia por Diana Sacayán!

Travesticidio de Diana Sacayán: comenzó un juicio clave

La bandera colgada en Tribunales sintetiza qué esperan familiares y amigxs de cara al juicio que recién comienza: Justicia.


Susy Shock. – Este día significa todo. Desde lo íntimo, sentirse parte de un colectivo que está atravesado todo el tiempo estos crímenes de odio. Nos parece vital poner la figura de travesticidio, que la comunicación pueda empezar a plantearse esa figura. También significa la necesidad de encontrar esa tranquilidad que significa un acto de justicia, que este semejante edificio pueda acariciar a este colectivo que viene perdiéndola toda, después de haberle entregado todo a este país. Me parece que hay que acompañar a la familia de Diana, abrazarnos como colectivo, en esta coyuntura espantosa. Siempre elegí recordar a Diana desde su costado más divertido, con esa chispa, nuestras risas, que fuera de los activismos, de la calle, de pensar leyes, también era juntarnos a cantar. Ella, junto con Lohana y Marlene, siempre fue una gran abrazadora de quienes hacemos arte, por eso nuestro vínculo fue a partir de ahí. Estar en ese otro tiempo fuera de la lucha, conocer otra parte de las Dianas, de las Lohanas, que es un universo. Somos un montón de cosas, nos atraviesa no solo el género, la clase, la raza, sino también las bellezas, el arte, la necesidad de que te acune una canción porque te lleva a tu origen. Diana venía de Tucumán, entonces también había un vínculo con la copla y con el folklore muy intenso. Porque tenía que ver con esa niña llena de sueños, que es lo que tenemos que recuperar. Eso también lo podemos llamar justicia.
Gabriela Abreliano: – Es un día histórico por todo lo que significó Diana y por cómo se logró incorporar a la Justicia la perspectiva de las identidades trans dentro del sistema judicial. Que se reconozca la identidad de Diana como una persona trans en un proceso judicial es algo que nunca sucedió en Argentina. Estamos hoy acá visibilizando esto, queremos que se haga justicia, para equiparar a las personas trans como ciudadanas argentinas, que nos reconozcan. Estamos en una situación muy grave del país, donde no solo los derechos de la población trans se están vulnerando, sino de todos los ciudadanos, pero en esta población tiene un impacto mucho más fuerte, mucho más violento. Si el sistema judicial no se pronuncia con responsabilidad sobre este caso da libertad a que toda la transfobia siga creciendo.

#NiUnaTravaMenos: Manifiesto para el documento del #8M

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Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

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Por el Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez

Todas las administraciones del Estado se han adjudicado falsamente la baja de femicidios y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich acaba de rendirle tributo a esta tradición. Pero las cifras del Observatorio Lucía Pérez, construidas a partir de casos judiciales, denuncias y relevamientos provinciales, demuestran una realidad diferente.

Antes de los números, una aclaración: el 2023 fue el primer año en que el Estado nacional publicó estadísticas criminales sin clasificar. Lo hizo con un archivo Excel desordenado que abarcaba una década, sin distinguir delitos ni consolidar provincias. Algunas jurisdicciones directamente no informaron datos en categorías sensibles, como violaciones. Así, la ciudadanía no puede verificar ni auditar los números oficiales.

En ese vacío, las declaraciones de Bullrich remiten a una lógica conocida: la de la inflación. Como con los precios, la diferencia entre los números oficiales y la vida real se amplía cuando se manipula o se oculta información.

Por eso, este Observatorio público y autogestionado carga 12 padrones de manera diaria. Para realizar un seguimiento estructural de la violencia machista, y también para controlar el rol del Estado.

A diferencia de los 178 registrados que mencionó la ministra, el Observatorio Lucía Pérez contabiliza 217 femicidios y travesticidios en lo que va del 2025. Estos son las cifras que pueden verse y verificarse, ya que el OLP es un padrón público:

Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

Otro dato que se oculta es el que representan los femicidios cometidos y sufridos por integrantes de fuerzas de seguridad, que están bajo la responsabilidad de la ministra.

En 2025, el primer femicidio del año fue el de una mujer policía asesinada con su arma reglamentaria (Guadalupe Mena). Y el último, ocurrido apenas el 26, también: Daiana Raquel Da Rosa.

Si bien existen medidas para en estos casos limitar su acceso por parte de los uniformados por “representar un riesgo inminente para la víctima”, como indica la resolución 471/2020 del Ministerio de Seguridad de la Nación, los datos muestran que esto no siempre se cumple. Según el relevamiento de funcionarios denunciados por violencia de género del Observatorio Lucía Pérez, 71 de ellos pertenecen a las fuerzas de seguridad. Es decir que muy probamente porten armas.

Armas reglamentarias, vínculos jerárquicos y falta de sanción disciplinaria conforman una trama donde la violencia institucional se reproduce dentro y fuera de las comisarías. ¿Y Bullrich?

Más preguntas que emergen: ¿cómo se mide el porcentaje de crueldad? Los “narcofemicidios” de Lara, Brenda y Morena muestran una violencia cada vez más planificada y asociada a redes delictivas con complicidad del Estado.

Otra cifra invisibilizada en este crimen social que es un femicidio es la de las infancias huérfanas. En lo que va de 2025, el Observatorio registra 139 infancias huérfanas por femicidios. En todo 2024 fueron 173. Y detrás de cada una hay un Estado que sigue sin garantizar la Ley Brisa, que establece una reparación económica y acompañamiento a hijas e hijos de víctimas de femicidio.

Mientras la violencia machista sigue cobrando vidas, multiplicando huérfanos y exponiendo la precariedad institucional, el Estado tergiversa y oculta.

La pregunta es: ¿por qué?

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Un mes sin Brenda, Lara y Morena: lo que se sabe de la trama narcofemicida

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Este lunes se está cumpliendo un mes del triple narcofemicidio. La causa que investiga el asesinato de Brenda (20), Morena (20) y Lara (15) tiene nueve personas detenidas y tres prófugas. Una de ellas es Alex Ydone Castillo, acusado de ser el dueño de los 30 kilos de cocaína que habrían sido robados, posible móvil de los brutales asesinatos. 


Lo increíble: Castillo estaba preso pero fue excarcelado “por razones humanitarias” durante la pandemia del coronavirus, según lo reveló el periodista de Infobae Federico Fahsbender. En su artículo se detalla que Ydone Castillo había sido detenido en Argentina por una circular roja de Interpol –emitida desde Perú, su país de origen– por “un movimiento de 51 kilos de cocaína”. Fue la Sala II de Casación la que lo excarceló. Desde que quedó en libertad, el gobierno peruano tampoco envió en los plazos pertinentes el pedido formal de extradición. Y siguió libre.

Los otros dos prófugos de la causa del triple narcofemicidio son David González Huamani (“El loco David” o “El Tarta”, por tartamudo) y Manuel Valverde, tío de Tony Janzen Valverde, alias “Pequeño J”, que está detenido en Perú a la espera de un juicio de extradición. 

Los narcos robados

A Huamani, Celeste Magalí Guerrero (una de las detenidas que mayor información aportó) lo reconoció dentro de su casa del barrio Villa Vatteone. Fue una de las personas reconocida por tener guantes de látex. Huamani también aparece en la declaración de Víctor Sotacuro, detenido en Villazón, frontera con Bolivia, acusado de manejar el auto de apoyo a la Chevrolet Tracker blanca que levantó a las chicas en las calles de Ciudad Evita el 19 de septiembre. Sotacuro dijo que fue Huamani quien lo contrató para hacer los viajes de esa noche y que le pidió que le llevara ropa para cambiarse. Sotacuro declaró que lo fue a buscar a Varela y lo llevó hasta la 1-11-14, en el Bajo Flores, y dijo que Huamani estaba sucio de barro, al igual que otros dos hombres que se subieron a su auto. La mamá de Morena lo señaló como el que maneja la droga en Las Antenas, un barrio de Lomas del Mirador, y en la Palito, en San Justo, dos localidades de La Matanza. 

Según una de las hipótesis de la investigación, los prófugos Castillo, Huamani y Valverde integran la organización cuya droga había sido robada. Sobre ellos pesan órdenes de captura internacional. Esa línea también busca a otros tres sospechosos, todavía no identificados, pero que en el expediente aparecen como “NN Paco”, “NN Nero”, y el “canoso de la Glock”, en referencia al arma que llevaba un hombre que Guerrero ubicó en su casa, bajándose de la camioneta con Pequeño J, en las calles Río Samborombón y Chañar. 

Quiénes están en prisión

Hasta el momento las nueve personas detenidas son:

  • Daniela Ibarra (19) y Maximiliano Parra (18), quienes encontraron limpiando con lavandina la casa de Varela.
  • Celeste Magalí Guerrero (28) que alquilaba la casa. Su declaración aportó múltiples detalles que la justicia debe corroborar. Por un lado, explicó la estructura del clan, con jerarquías divididas en “Abuelos”, “Papás”, “Tíos”, “Pequeños” y “Mulos”, según el orden de importancia en la organización. Según su declaración, Pequeño J, que era presentado como el líder de una banda narco transnacional, en realidad tenía un rol menor, aunque lo ubicó en la escena del crimen. También declaró cómo esa noche fueron a comprar artículos de limpieza y bidones de nafta. 
  • Miguel Villanueva Silva (25), pareja de Guerrero. A ambos los detuvieron en un hotel alojamiento. Ella declaró que, al llegar a la casa de madrugada, lo vio con la mano ensangrentada y, según dijo, le confesó que había matado a una de las chicas al intentar escaparse. Un kiosquero del barrio de Florencio Varela dijo que Silva había ido a comprar con otro chico y que le dejó una mancha de sangre en la reja del comercio, que su mujer terminó limpiando. 
  • Ariel Giménez (29), uno de los acusados de cavar la fosa en la casa. 
  • Víctor Lázaro Sotacuro (41). Al principio se creía que solo era remisero pero, según Guerrero, tiene un lugar importante en la estructura. El hombre declaró que nunca estuvo en la escena, que no era el dueño de la droga robada, que tampoco era el jefe de la banda y que su apodo no era “El Duro”, como había dicho Guerrero. De todas formas, según La Nación, Sotacuro pagaba las cocheras en las que se estacionaban los cuatro vehículos de la banda: la Chevrolet Tracker blanca (que fue incendiada), el Volkswagen Fox blanco que manejó, un Renault 19 gris y un Chevrolet Cruze negro. Sus abogados pidieron un careo con Guerrero por supuestas “contradicciones”. 
  • Florencia Ibáñez (30), sobrina de Sotacuro, acompañante en el Volkswagen Fox, fue detenida luego de salir de los estudios de A24, donde defendió a su tío y dijo que habían pasado por el recorrido de la Tracker de casualidad. El fiscal Arribas dijo que Ibáñez reconoció que el móvil de los femicidios había sido un robo de un cargamento de droga que pertenecía a su pareja, el prófugo Alex Ydone Castillo.
  • Tony Janzen Valverde, alias “Pequeño J”, 20 años. Guerrero lo ubicó en su casa con Sotacuro y el “canoso de la Glock”. También dijo que Pequeño J había llamado a Villanueva para pedirle la casa para una fiesta. Está detenido en el penal de Cañete, en Perú, a la espera de la extradición. La declaración de Guerrero lo rebajó en la estructura: hoy está acusado de organizar dealers. Según la investigación, el abuelo y el papá de Valverde también se dedicaban al negocio narco. Su padre fue asesinado. Una cámara de seguridad ubicó a “Pequeño J” el 6 de septiembre a la salida de un pool de Flores con Lara y otra joven. 
  • Matías Ozorio (28), ladero de Pequeño J. Su historia es increíble y grafica una época: el periodista Carlos Burgueño contó que el joven tenía un trabajo en relación de dependencia en el Hospital Italiano –obra social, aportes, vacaciones, aguinaldo–, lugar del que se hizo echar, según sus familiares, para cobrar una indemnización que invirtió en el mundo cripto. Entre sus apuestas estuvo $Libra, bendecida por el presidente Javier Milei, cuyo desplome hizo a Ozorio perder todo y pedir un préstamo a un transa. Ya no se despegó de lo narco. Según Guerrero, fue una de las tres personas que cavó los pozos en la casa de Varela. Como Pequeño J, fue detenido en Perú. Guerrero también declaró que Ozorio le traía cocaína en 100 o 120 envoltorios que ella vendía a un valor de $10.000 cada uno. 

Vínculo de confianza

Según publicó La Nación, el fiscal Carlos Arribas describió: “Tras producirse la referida sustracción cuyos autores fueran presumiblemente allegados o conocidos las víctimas, fue que mediante maniobras de engaño, y ardides y aprovechándose de su especial condición de vulnerabilidad, integrantes de la organización mencionada precedentemente, en su mayoría de sexo masculino, lograron establecer un vínculo de confianza con las tres jóvenes, por lo que el 19 de septiembre de 2025, a las 21.29, consiguieron las jóvenes abordaran una Chevrolet Tracker blanca con dominio que había sido robado, en la que viajaban al menos tres personas. El vehículo contaba con el apoyo de un Volkswagen Fox blanco en el que circulaban al menos otras dos personas de la organización y de Chevrolet Cruze negro”. 

Según las publicaciones, todavía no está claro quiénes integran el grupo que habría robado el cargamento de cocaína. Pero la descripción de la estructura hace presumir que la causa está próxima a pasar a la órbita de la Justicia Federal.

Ya pasó un mes. 

Las familias de Brenda, Lara y Morena siguen exigiendo justicia. 

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Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

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Por Evangelina Bucari

Fotos: Carlos Luna @un_chino.of

Azul Mía Natasha Semeñenko soñaba con “ser Azul del todo”. Había iniciado su hormonización, esperaba turno para realizarse una cirugía de modificación corporal y, como escribió su compañera de trabajo y amiga Ivana Meske, “buscó amor en todas sus formas”. “No tuvo una ley de identidad de género que la protegiera en su infancia –recordó–; fue excluida, juzgada, maltratada. Aun así, siempre tejió redes: trabajamos con ella el cambio de DNI, buscó apoyo en el sistema de salud y batalló por operarse. ‘Voy a ser Azul cuando me operen’, solía decir”. No logró cumplir ese sueño porque fue asesinada. A dos días del hallazgo de su cuerpo, la lloran y despiden en el Cementerio Central de la ciudad de Neuquén.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

El 25 de septiembre, día de su cumpleaños 49, Azul dejó de responder mensajes. Sus compañeras de trabajo se preocuparon y la buscaron; el Estado no lo hizo tan rápido. Si bien les tomaron la denuncia, la Policía recién publicó la búsqueda el 30, cinco días después. Tras marchas y movilizaciones junto al movimiento trans y feminista para visibilizar su desaparición, tres semanas más tarde, el 15 de octubre a la noche, el Ministerio Público Fiscal neuquino informó la identificación de un cuerpo hallado en un canal de Valentina Norte: era ella, había sido víctima de un transfemicidio. De acuerdo con la autopsia preliminar, sufrió heridas punzocortantes en tórax y brazos y fracturas en la cara. La investigación está ahora a cargo de la fiscal Guadalupe Inaudi.

La vida de Azul no había sido fácil. Como muchas otras chicas trans, su camino estuvo atravesado por diferentes formas de discriminación, violencias y vulneraciones: estaba alejada de su entorno familiar, con quienes no tenía contacto; tiempo atrás había tenido que ejercer el trabajo sexual como forma de subsistencia y, en algún momento, había caído en consumos problemáticos. Por eso, cuando en 2017 entró a trabajar en la Subsecretaría de Niñez y Adolescencia como maestranza, ese espacio y sus compañeras se transformaron en su familia elegida junto a sus amigas trans que la acompañaban en su proceso. Con el cambio de gobierno en 2023, había sido trasladada de área y actualmente trabajaba como auxiliar en el Centro de Atención a las Víctimas de Violencia de Género.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

La bandera en la marcha.

Apenas conocida la noticia del transfemicidio, el 16 de octubre hubo una gran marcha y abrazo colectivo. Durante la manifestación, se sumó Marcos, el hermano de Azul, que compartió el dolor de la familia pese a estar distanciados y su pedido de que el caso no quede impune.

En ese encuentro llegó el desahogo y se multiplicaron los recuerdos de quienes compartían los días con ella y la describieron: atenta con todos, llevando siempre “un matecito o café caliente”, preguntando todo el tiempo si alguien necesitaba algo o haciéndose cargo de cubrir tareas si alguien faltaba; una mujer tímida pero alegre, que personalizó su rinconcito en la oficina y que ahora nadie se anima a tocar. “Escuchar los relatos muestra cómo para Azul el trabajo fue un lugar de pertenencia. Fueron las compañeras quienes tomaron la búsqueda desde el primer día”, destacó Mariana Sarin, secretaria de Género de la CTA Autónoma provincial y delegada de ATE.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

La presencia mapuche en el acto por Azul.

Cecilia Vacarezza era compañera de Azul desde sus inicios y se habían reencontrado este año en la Dirección Provincial de Protección Integral de las Violencias. La recuerda llegando en bicicleta y siendo de las últimas en irse: “Era querida por todas y todos. Luchó por su identidad, estaba feliz porque podía ser ella misma. Nos arrebataron su vida de una forma brutal”, contó entre sollozos por mensajes de WhatsApp. Muchas no podían ni hablar.

“El primer día que llegó estaba tímida. Le pregunté cómo quería que la llamara y me dijo ‘Azul’. Desde entonces se fue ganando su lugar, con su libertad, su alegría y su forma única de ser”, escribió en redes Rosana Arévalo, otra compañera de trabajo. “Voy a extrañar que camine por los pasillos cantando en inglés –continúo–, que me diga ‘Amore, ¿te traigo algo?’, que me escriba para pedirme ayuda o que me cuente que ya atendió a todos. Voy a extrañar sus stickers, sus audios, su risa pilla, sus mensajes”.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

Las voces de ternura y afecto se replican. Carolina Guajardo, exsubsecretaria de Niñez y Adolescencia, fue su jefa: “En su aspecto se notaban las marcas de una vida dura, pero en su actitud siempre fue amorosa y muy atenta”, recuerda. Rememora las charlas que tenían, los consejos que pedía, su deseo de ser “realmente Azul” y lo leal que era. Repite la anécdota del cafecito, y cree que era así porque estaba muy agradecida después de una “vida que le había sido vulnerada millones de veces”.

La violencia avanza

El asesinato de Azul se inscribe en una violencia persistente: desde enero, el Observatorio Lucía Pérez contabiliza 213 femicidios y transfemicidios. La estadística no alcanza para decir quién era, pero explica el miedo y la bronca que se tradujeron en calle. “Somos parte de una marea que dice basta. El Estado es responsable de garantizar la vida y la seguridad de todas”, dice Vacarezza con angustia. 

Para quienes reclaman justicia y piden que haya más prevención, la decisión del Gobierno provincial de declarar dos días de duelo en memoria de Azul y disponer banderas a media asta en edificios públicos “no reemplaza la política pública”. “El Gobierno provincial decretó dos días de duelo, pero nadie se comunicó con la familia durante la búsqueda: es un parche en medio de la campaña”, cuestionó Guajardo, que además es parte de la colectiva feminista La Revuelta.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

Por su parte, Sarin apuntó al sistema judicial “machista y patriarcal” y a la necesidad de “exigir justicia en la calle”. “Desde las organizaciones denunciamos que la política de odio hacia mujeres y diversidades del gobierno de Milei mata; el desmantelamiento de los servicios de asistencia también mata”, afirmó la referente de la CTA y detalló que Azul es la tercera víctima reconocida de asesinato por violencia de género en la provincia, pero que “hay otras muertes violentas catalogadas como suicidios” y que siguen reclamando por Luciana Muñoz, desaparecida hace 15 meses.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

Para la secretaria de Género de la CTA Autónoma neuquina, el transfemicidio de Azul ocurre en una provincia donde a igual que a nivel nacional “las políticas de género fueron vaciadas y el clima de odio se traduce en retrocesos concretos”.

Sarin también advirtió sobre el avance de grupos conservadores evangelistas en Neuquén. Uno de los ejemplos que dio es el de la candidata que encabeza la lista de senadores libertarios por la provincia, Nadia Márquez, hoy diputada nacional con protagonismo en la Cámara Baja. Su padre, un pastor evangélico, fue uno de los pocos que recibió fondos de ayuda alimentaria desde el Ministerio de Capital Humano nacional. «Ellos hacen política para volver a encerrar a las mujeres en la casa, para volver a meter a niñas y niños bajo la égida de la familia y que no tengan derechos garantizados por el Estado. Entendieron que el movimiento de mujeres y diversidades, con su cuestionamiento al orden patriarcal, era un riesgo para su poder político y económico, y decidieron ir contra nosotras”, aseguró la dirigenta.

Transfemicidio en Neuquén: reclaman justicia por Azul, la trabajadora estatal por la que se declararon dos días de duelo

También alertó sobre otros grupos antifemnistas como la organización Padres de Río Negro y Neuquén, “que obtuvo declaración de interés legislativo”. Explicó que son padres que promueve la idea de que los niños son ‘rehenes’ de sus madres» y detalló que «instalaron un tráiler frente al Juzgado de Familia, justo donde las mujeres deben presentarse a denunciar. Lo llenaron de carteles y banderas: para ir a denunciar, hay que pasar por el medio de eso”.

“Trabajo en la 148 y veo a diario casos que no encuentran respuesta; a veces el botón antipánico no funciona o no hay. Decimos ‘riesgo de femicidio’, pero ¿qué significa si no se actúa?”, interpeló Guajardo.

Hasta ahora no se sabe qué pasó. La última conexión del celular de Azul se ubicó en la zona del río Neuquén; su cuerpo fue hallado envuelto y atado, en avanzado estado de descomposición. El paso de los días borra pruebas. Por eso, queda una certeza entre quienes la quisieron: la pelea es por memoria y justicia y se convocó para una gran movilización para el 21 de octubre para pedir por el esclarecimiento del crimen. “Vamos a seguir, ya tenemos comprada la vereda de la Ciudad Judicial”, concluyó Sarin.

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