Nota
Zanon, la definición: ¿Desalojo o expropiación?
El 20 de octubre vence el plazo para la cooperativa FaSinPat (Fábrica Sin Patrón) de administraciòn de la planta de cerámicos de Neuquén. Los obreros exigen la expropiación (que el gobierno neuquino analiza), para continuidar la gestión iniciada hace 7 años, que generó 220 nuevos puestos de trabajo y tejió inéditas formas de solidaridad, resistencia y creatividad. Aquí, un plus: La revoluzanón permanente.
Una vez más los obreros y obreras de Zanon salieron a la calle acompañados junto a los docentes de ATEN, los trabajadores de la salud, judiciales y los estudiantes del Comahue, en una nueva marcha que reunió más de 7.000 personas en Neuquén. Reclamaron frente a la Legislatura provincial que se trate el proyecto de expropiación de la fábrica en forma definitiva antes del 20 de octubre. Esta fecha es clave en el futuro de Zanon porque marca el fin del plazo que autoriza la administración a la cooperativa FaSinPat (Fábrica Sin Patrón). Además, por esa costumbre de los ceramistas de andar juntando solidaridades, han sumado el apoyo rockero de La Renga y un recital especial en el playón de la fábrica, el jueves 9. Casi un detonador de sueños. Si hoy hubiera que apostar a una posibilidad real, es posible que se dictamine la prórroga que habilita a la cooperativa a administrar la fábrica durante un año más, mientras se da tiempo para concretar la expropiación. Pero se sabe que nunca es prudente esperar sentado: los obreros esperan en otro de sus picos de movilización.
El proyecto de ley de expropiación que fue presentado por los ceramistas en tres oportunidades cuenta, además, con el respaldo de 90 mil firmas. Mu, el periódico de lavaca, se sumó con la campaña Zanonizate. Sin embargo, las autoridades no dejan de pensar otras alternativas diferentes a las de los trabajadores. El secretario general del Sindicato Ceramista, Alejandro López detalló para lavaca las propuestas que analizan desde el Estado:
- “Se ha conformado una comisión, autodenominada ‘Interpoderes’, en la que está representado el ejecutivo provincial, los diputados oficialistas y opositores y los trabajadores de FaSinPat. Esta instancia analiza algunas variantes de salida a nuestro conflicto.
- “Hace dos meses el gobierno planteó que la solución es la compra de la fábrica. Esto para nosotros es totalmente descabellado porque para comprar la fábrica hay que hacerse cargo de la deuda que dejaron los antiguos dueños. Es decir, poner más de 230 millones de pesos, lo cual es inviable por las necesidades que hay en la provincia. Además con esta medida se estaría legitimando el proceso de vaciamiento, el lock out patronal que cometió la familia Zanon.
- ”Cuando el gobierno entendió que no tenía fundamento para avanzar en la compra de la fábrica, empezó a plantear la compra de los créditos privilegiados. Esto significa arreglar con tres acreedores que tienen carácter de ‘privilegiados’ que son el Banco Mundial, la empresa italiana SACMI y el Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo que responde al gobierno provincial. La variante es muy compleja porque llevaría la fabrica a remate y corremos el riesgo de perder lo que hemos construido en estos años”.
López cuenta que la semana pasada los funcionarios provinciales, por primera vez, comenzaron a decir que la expropiación es una salida viable. Con estas palabras en los oídos los trabajadores de Zanón viajaron a Buenos Aires para entrevistarse con los síndicos que llevan adelante el caso. Ellos respondieron que si el gobierno de Neuquén toma la decisión política de expropiar no plantearán ningún tipo de objeción. De todas maneras, relativiza estas declaraciones porque no se han hecho públicas y para no cometer el error de confiarse con respecto a cuestiones que aún no están materializadas.
Raúl Godoy, otro de los obreros de Zanón, reconoce que estos siete años de gestión demostraron lo que los trabajadores son capaces de hacer: “La autoorganización y mantener una fábrica en pie al servicio de la comunidad”. Detalla que se abrieron los portones a la comunidad mapuche, a los estudiantes y docentes de la universidad, a los movimientos de trabajadores desocupados. En los momentos más duros, llegaron a recibir el apoyo más inesperado: los presos de la cárcel local donaron parte de sus raciones de alimentos para que los obreros pudieran seguir resistiendo.
Godoy explica que la fábrica no sólo concentra la resistencia, sino que reúne a muchísimas iniciativas fundadas en la creatividad. En este sentido destaca la asamblea que realizaron los artistas de diferentes disciplinas para organizarse y comenzar a trabajar en pos de que la planta continúe en manos de sus obreros. Godoy anuncia: “Lo que va a pasar es que el conjunto de la comunidad se va a levantar para defender a Zanon bajo control obrero” .
La revoluzanon permanente
(Versión completa del artìculo publicado en Mu, el periódico de lavaca)
Son 480 hombres y mujeres que todos los días producen el desafío de poner en marcha una fábrica, resistir las amenazas de desalojo y crear formas de gestión social. Cuáles son para ellos las claves de esta dura batalla por la que están dispuestos a todo y que este mes puede terminar si la legislatura neuquina se decide, al fin, hacer lo que debe.
Dicen que es una fábrica de cerámicos, pero en realidad produce otra cosa. Es lo primero que se me ocurre pensar frente al tremendo predio que se asoma tras el portón. Estoy tratando de calcular la dimensión de este fenómeno recorriendo con la mirada la postal. El parque, los playones, los edificios, los depósitos y las grúas que frenéticamente transportan de acá para allá las cajas estampadas con un logo que sintetiza todo en pocos trazos: un apretón de manos en medio de una ruta.
Abracadabra: la mano está tendida frente a mí y la ruta está a mis pies.
–Bienvenidos.
Nos dice sonriente Raúl Godoy.
Acaba de comenzar nuestro recorrido por ese parque de sensaciones llamado Zanón.
Gorra rapera, ojos transparentes, barba candado y paciencia zen. Godoy parece un Sabina patagónico –más rocker o menos gastado que el español– pero su fama proviene de otros ámbitos: es obrero, sindicalista, integrante del pts y referente de la batalla que desde hace ocho años vienen librando los hombres y mujeres de Zanón. Su magia, en cambio, proviene de cualidades más extrañas: saber escuchar, dejar hablar, esperar, correrse a un costado o incluso desaparecer para dar espacio a que otros cuenten, sin presión, lo que piensan de él. Esta enumeración, justamente, es la que me está dictando uno de sus compañeros y –abracadabra– cuando busco a ese Godoy que nos acompaña a todos lados recién me doy cuenta de que no está en ninguno. Por no quedarme con la boca abierta, pregunto:
–¿Cuánto mide Zanón?
Si no entendí mal, la cosa es así: todo comienza donde estamos ahora, en esta habitación con estantes repletos de frascos de vidrio y una gran mesa en el centro, donde apoya las manos Manoplas para dejar en claro su apodo. A su lado, Carlos –33 años, un hijo de 2– es el encargado de descubrirnos los misterios de su sección: el laboratorio. Durante mucho tiempo era un lugar que custodiaban con recelo, cuenta Carlos, porque allí se esconden los secretos de la producción. Si hoy están a la vista es porque ya ganaron el primer round. “Cuando arrancamos, un proveedor se dedicó a llamar a los otros para que no nos vendan insumos. Entonces, para evitar que se supiera quién no participaba del boicot, ésto estaba bajo siete llaves. El que conoce del tema, con solo mirar los estantes ya lo sabe.”
-¿Y qué cambió?
-Que ya nos venden todos, incluso el que nos boicoteó.
La alquimia
El laboratorio –como su nombre lo indica– es el lugar de experimentación y creación. Aquí urden lo que llaman el “modelo”, es decir, eso que en base a la experiencia, el saber, el hacer y el deshacer y el sacar conclusiones de todo ese proceso, finalmente genera una pieza que puede ser reproducida al infinito. Hoy tienen 30 modelos. Arrancaron con uno, que armaron con los pocos materiales que encontraron. Lo apodaron El Obrero y tenía tres variantes: celeste, gris y blanco. Para el mercado, se trataba de un cerámico. ¿Hace falta decir que para ellos era mucho más? Hace falta.
Primero, tuvieron que estar en seis meses en la ruta, en una carpa. Fue el tiempo que les consumió el infierno institucional –judicial, legislativo y estatal– ciego a sus reclamos.
Luego, tuvieron que comprobar en esa ruta quiénes estaban dispuestos a darles una mano. Lo dirá Godoy, con nombre e incluso, con cifras. “Teníamos que resolver la situación de 240 familias y creamos un fondo de huelga. El pts aportó 10 mil pesos, el mst 5 mil, el po –que no estaba de acuerdo con el fondo de huelga– lo mismo aportó 600 pesos. Hubo una campaña en la Universidad del Comahue para que cada alumno aporte 1 peso. El sindicato del subte nos mandó alimentos. El movimiento piquetero nos dio otra mano. Y la gente que pasaba por acá siempre nos dejaba algo. Incluso los presos de la Unidad 11 nos donaron su ración de comida durante tres días. De los que menos tenían, más recibías. Durante todo ese tiempo tuvimos que aguantar llevándonos a casa 50 pesos cada uno, así que el apoyo de la familia fue clave. Fueron los meses más críticos.”
-¿Cuál fue la peor amenaza?
-El fantasma del escepticismo. Cuando los compañeros planteaban ¿vamos a poder solos contra este monstruo? Es un cuestionamiento lícito. Incluso el más fuerte duda en esos momentos de su propia fuerza.
-¿Y cómo lo superaron?
-Con ideología. Diciendo: lo único que tenemos para perder son nuestras cadenas. El no, ya lo tenemos. Busquemos lo positivo. Eso nos alimentó. Porque la cuenta es sencilla: el escepticismo te mata. Y lo que te mantiene vivo es la asamblea. Cara a cara, podés debatir o pelearte, ganar o perder, pero siempre sale algo bueno, porque hay reflexión. Votamos en la asamblea empezar a producir recién después de meses de debates. El tema de propiedad privada fue un problema: los compañeros sentían que esto no era nuestro. Y hasta que no hubo convencimiento, no pasamos ni a considerar la votación. Cuando más del 80 por ciento se sintió seguro, votamos. Y el resultado fue una mayoría absoluta. Pero cuando terminó la votación, el silencio era… aterrador. Nadie sabía cómo empezar. Los primero que hicimos fue organizarnos por sector. Cada sector tenía que limpiar y hacer un inventario de lo que había y de lo que faltaba.
¿Qué faltaba en el laboratorio?, le pregunto a Carlos.
Cerebros. Llamamos a los chicos que habían trabajado en este sector –tres ingenieros y dos técnicos químicos– y ellos nos dieron una mano. Nos enseñaron todo lo que sabían. Hoy, ese mismo trabajo lo hacen un maestro mayor de obras, un perito mercantil, un profesor de historia y un electromecánico.
-¿Cuál fue la fórmula que aprendieron?
-Respeto y compromiso. Y responsabilidad. Sin responsabilidad, no podés hacer nada. Un error nuestro significa mucho, pero un acierto más, porque nos beneficia a todos. Sabemos que nuestros compañeros aguantan nuestros errores, nos bancan, pero eso te compromete más. Acá hay gente con mucha experiencia que nos aporta buenas ideas y en eso nos apoyamos. Nuestro punto de referencia fue cómo trabajábamos antes, sacándole la presión de si lo hacés bien o mal.
-¿Cómo se arranca desde cero?
-Con mucho huevo. Organizar esto fue difícil. Hasta hoy es difícil. La incertidumbre lo hace difícil. Y también es difícil de entender cómo es ahora trabajar acá. Nos quedamos para no perder lo que teníamos y lo que pasó después no podíamos ni imaginarlo. Para mi es un privilegio trabajar acá, pero también un desafío.
-Mirado desde este laboratorio ¿cuál es ese desafío?
-Desde acá hay que ser frío. Lo que determina si una idea es buena o mala, posible o no, es el costo. La cultura del mercado se volcó a valorar sólo lo económico y dejó de lado la valoración de la calidad. Mantener entonces el equilibrio entre precio y calidad se hace cada vez más difícil. Pero nosotros no queremos hacer cualquier cosa. Nosotros no pensamos como el resto: que lo mejor es el que el piso de tu casa te dure dos años, así volvés a comprar cerámicos. Nosotros pensamos: cambiá el piso y que te dure mucho, para que al menos eso no sea más un problema.
De 1 a 10, ¿cuántos puntos le das a los productos que hacen?
8. Los niveles de control de calidad que tenemos no los hace nadie en el mercado.
Buda & Trostky
Ahora estamos en el sector donde se decoran los cerámicos y el encargado de mostrarnos la variedad de diseños es Juan Riquelme, el coordinador. Juan se entusiasma hablando de los productos, pero se queda sin palabras cuando cambiamos de tema. “Mucho no me gusta hablar”, dirá pudoroso. Para saber qué piensa Juan e intuir incluso lo que siente alcanza con conocer a su hija Belén, 20 años, pelo y cejas color fucsia, ojos cielo, diseñadora del sector que coordina su papá. Ella tampoco hablará demasiado, pero dirá lo suficiente: “Papá se la pasa preguntando ¿qué podemos hacer? Todos los días, todas las noches.”
Así nació la idea de hacer cerámicas con el abecedario, las tablas o el mapa argentino, entre otros de los productos que Zanón fabricó especialmente para donar a escuelas, hospitales y jardines de infantes. Ahora Juan está ensimismado en una nueva idea: hacerlos en braile. “Es que esta semana visitó una escuela de ciegos y no va a parar hasta poder entregarles algo en nombre de Zanón.”
Para Juan eso se llama “devolver”.
Belén dirá, como al pasar, que en julio cumplirá tres años de trabajo en la fábrica, pero que desde hace mucho más “ayuda” a Zanón.
–¿Cómo?
-Empecé acompañando a mi papá para que no caminara solo.
Belén no dice nada más y será Godoy quien completará la historia. Juan vivía –como él– en el barrio San Lorenzo. Juan es budista y Godoy trotskysta. Durante aquellos primeros y difíciles meses, no tenían plata ni para el colectivo. Belén tiene la misma edad que la hija mayor de Godoy. Las dos los acompañaban cuando iban caminando desde sus casas hasta la puerta de la fábrica.
-¿Cuántas cuadras?
No sé. Nunca sacamos la cuenta.
Belén me dirá entonces que la distancia no se calcula en cuadras, sino en kilómetros.
Las dos chicas se reunían por las noches para pintar chalecos con la leyenda “Yo apoyo a mi papá” que lucían los fines de semana en la carpa. Ellas fueron las que acercaron el conflicto a las escuelas. Cuenta Godoy:
–Un día nos citó la maestra. Cuando llegamos, tenía un volante arriba del escritorio: lo habían llevado las chicas para repartirlo en la escuela. Yo estaba buscando palabras en mi cabeza para explicarle lo que estábamos pasando, cuando la maestra nos dice: “Las chicas ya nos contaron todo. Los llamamos para saber cómo podemos ayudarlos.”
Andrés Blanco ahora trabaja en el sector estampado, pero antes pasó tres años en la sección compras. Es una de las leyes del control obrero de Zanón: los puestos de administración son rotativos.
-¿Hay diferencia entre trabajar en la administración y en la producción?
-Mucha. En la administración tenés relación cotidiana con los buitres y una visión concreta de la usura. Todo el tiempo estás alerta para que no te pasen por arriba. En producción, la relación es con tus compañeros. Para mi, el desafío en la administración fue aprender a hacer ese trabajo y transformarlo.
-¿Cómo?
-Nunca tomando una decisión solo. Consultando todo con los compañeros.
Andrés fue uno de los encargados de lidiar con el boicot de los proveedores, en aquellos primeros días de producción autogestiva. “Costó muchísimo abrir la cadena de pagos, porque nos tildaban de usurpadores. La primera compra fue con pago anticipado: 3.500 pesos. Y a prender velas hasta ver llegar la arcilla. Imaginate lo que significaba para nosotros esa cifra. Y al viejo Zanon, los mismos proveedores lo financiaban un año. Si no, no hubiese podido generar la tremenda deuda que les dejó de clavo.”
Otras ventajas del patrón: pagar sólo el 25% de la factura de luz. El resto, lo cubría un subsidio que le otorgaba la cooperativa que administra ese servicio. De su directorio, participa el gobierno provincial e incluso delegados gremiales que responden a la cta. Sin embargo, la gestión obrera de Zanon no tiene descuentos: paga el 100 por ciento.
Ir por más
Andrés también participó de la primera delegación de la fábrica que viajó a Buenos Aires, en una vieja combi que consiguieron prestada. Buscando apoyo para poner en marcha la fábrica, golpearon todas las puertas posibles e, incluso, las imposibles. “A Moyano lo fuimos a encarar al Salón de los Pasos Perdidos del Congreso, donde daba una conferencia de prensa. Nos respondió: ´agarren un plan y déjense de hinchar las pelotas.´ De Gennaro nos dijo que las cuentas de la cta estaban mal y nos propuso que nos afiliáramos. Por eso cuando miro para atrás, siempre digo que cada una de esas cosas que vivimos nos educó. La experiencia nos enseñó a no quedarnos con el no, a siempre ir por más.”
-Y cuando mirás para atrás, ¿qué encontrás que fue clave para avanzar, pese a todo?
-La asamblea.
Hacer o crear política
En Zanón las asambleas son semanales y si hace falta, más. Una vez al mes, le dedican una jornada. Se paraliza la producción los tres turnos y durante ocho horas debaten y aprueban informes que separaron en tres rubros: político, judicial y económico. Dice Godoy:
–Eso es lo único que nos mantiene vivos. Si no, te firmo donde sea que hubiésemos sido derrotados. Sin asamblea no hay gestión obrera que valga. El patrón te puede hacer producir con un látigo, pero la gestión obrera depende del convencimiento que tenga cada uno de que todos tiramos para el mismo lado. Nuestra principal inversión es la asamblea.
Godoy agregará, entonces, que otra de las claves fue no eludir el debate político. “Muchos conflictos empiezan por problemas internos y se quedan ahí, no debaten por qué se generan. Nosotros no le tuvimos miedo a que ese debate abra diferencias, sino al contrario, hablamos de esas diferencia y encontramos los puntos en común.”
Otro obrero me dirá después lo mismo de otra manera: “Godoy consulta a sus compañeros del pts y yo consulto a mi mujer. Los dos hablamos con los que tenemos más confianza”. Para Godoy, la asamblea es el lugar donde esas dos visiones se encuentran y se superan.
-Sus compañeros ¿no les recriminan el uso del discurso militante?
-Podemos hablar desde ese lugar porque nos hemos ganado el respeto de nuestros compañeros.
-¿Y cómo se ganaron ese respeto?
-Porque supimos respetar. Y el error que comete la izquierda es no hacerlo.
-Muchas veces el problema es que la izquierda aparece alentando más el conflicto que la solución…
-Es que hay una izquierda abonada al régimen, de diferentes formas, que opera con las lógicas del poder. Pero cuando se logra que la izquierda nutra la experiencia de una lucha obrera, tus compañeros ya no piensan que es un pecado mortal tener una mirada política.
Obligaciones vs. responsabilidades
La primera consecuencia directa de esta mirada fue, en Zanón, entender quiénes eran sus aliados y cuál era el escenario de combate. Godoy lo sintetiza así: “En la calle y unidos con quienes estaban librando la misma batalla que nosotros”. En Neuquén esto significó encontrarse en la ruta con los movimientos piqueteros, que los defendieron siempre, y poniendo el cuerpo, ante cada amenaza. Por eso, cuando Zanon tuvo la posibilidad de ampliar los puestos de trabajo, la asamblea votó la incorporación de quienes más los apoyaron: media docena de puestos fueron para el mtd, un par para el Teresa Vive, otro para el Polo Obrero y otro para Barrios de Pie. El siguiente cupo se cubrió con organizaciones sociales de mapuches y discapacitados. El tercero fue para familiares y recién el cuarto buscó cubrir las vacantes teniendo en cuenta qué especialidades les faltaba reforzar. Cuenta Godoy: “Tuvimos problemas con la gente del mtd porque jamás habían tenido un trabajo. Y fueron discusiones fuertes, porque la lógica ahí opera al revés: ¿qué significa tomar una responsabilidad? Para algunos significa una obligación y para otros, una forma de hacer algo concreto para cambiar el sistema de relaciones de poder. Producir junto a otro te crea responsabilidades, no obligaciones. Por eso, acá tenemos la responsabilidad de cumplir con nuestra parte de trabajo, de asistir a las asambleas. Pero es totalmente voluntario asistir o no a una movilización.”
Ya es mediodía y en el comedor nos esperan fideos con tuco de sabor casero. Arriba del mostrador que separa el comedor de la cocina han colocado –como en cada rincón de la fábrica– una cerámica que recuerda: “Daniel: siempre te recordaremos. 15-7-2000”. Debajo de esa cerámica, sirviéndome los fideos, está Ana, la mamá de Daniel. No hace falta hacerle ninguna pregunta para que comience hablar.
–Todavía lo lloro, todavía no me entra en la cabeza cómo pasó. Salió ese día de mi casa diciéndome ´chau mamá´y a la hora y media me estaban llamado por teléfono para avisarme que estaba en el hospital.
En realidad, Daniel –22 años, sostén de su familia– murió antes de que llegara la ambulancia de un paro cardiorrespiratorio: el tubo de oxígeno de la enfermería de la fábrica estaba vacío. Su muerte se convirtió en un trágico símbolo del vaciamiento que sufría la empresa en tiempos de Luis Zanon. “Ya no pagaba los salarios ni invertía en mantener la seguridad de la fábrica. Lo de Daniel fue el límite, la primera vez que dijimos basta”, contará Godoy después. Ahora, es Ana la que sigue recordando en voz alta aquel día que está congelado en su cabeza. “Los muchachos me mandaron un taxi para que me llevara al hospital y cuando llegué, le pidieron a los médicos que me dieran una pastilla antes de darme la noticia. Por las caras que tenían me di cuenta que pasaba algo grave, pero nunca me imaginé que mi hijo, que tenía apenas 22 años, iba a morirse así. Si pude reponerme de ese golpe, es porque siempre estuvieron ellos al lado mío. Nunca dejaron de visitarme, de llevarme ayuda, y apenas pudieron, me llamaron para que venga a trabajar acá. Yo tengo 62 años, así que imaginate: ¿quién me iba a dar trabajo? Acá estoy rodeada de los compañeros de mi hijo, me siento querida, apoyada y encuentro la fuerza para seguir adelante.”
Ana me mira con sus ojos mojados. Tiene las manos aferradas al delantal.
Me pregunta:
–¿Algo más?
Y me ofrece una rodaja de pan.
Lo que ya se ve
Para que la arcilla se convierta en baldosa son necesarias cinco horas de molienda y otras tantas de compactación, secado y pulverización, aunque seguramente implique más cosas que no llegué a entender, a pesar de la paciencia de Luis –coordinador de la sección molienda y atomización– para explicarme el proceso.
Luis entró a Zanón en el año 79 y aunque lo echaron en el año 98, no dejó de trabajar en la fábrica: el despido fue un pase mágico para convertirlo en proveedor. “Tuve que sacar monotributo, factura. Y todo para poder seguir haciendo el mismo trabajo”. Intuyo que el motivo que lo obligó a aceptar ese mal acuerdo fue el mismo que motivó a la empresa a forzarlo: Luis es viudo y padre de siete hijos. Con la maniobra, la empresa se ahorraba –entre otras cosas– el salario familiar. “Me dieron la indemnización, pero como después no me pagaron las facturas, me comí esa plata y quedé vacío. Al tiempo, y aunque no quería, me tuve que ir a trabajar a otro lado, en changas, porque a mi casa, algo tenía que llevar.” Cuando al año sus compañeros recuperaron la planta “me llamaron para que ponga en marcha este sector. Para mi fue algo muy lindo. Imaginate, con todo lo que pasé acá. Y eso que fui supervisor, jefe. Que me llamen mis compañeros era una manera de reconocer que nunca me creí las boludeces que me decía la empresa.”
¿Por qué aceptó?
Porque era un desafío y, la verdad, una venganza personal. No sabía qué iba a pasar, si iba a poder llevar un peso a mi casa, pero era una buena revancha. Hablé con mis hijos. La mayor en ese tiempo tenía 19 años, pero el resto todavía era muy chico. Pero entendieron y me apoyaron, incluso me acompañaron a algunas marchas. Eso me bastó.
¿Y cuál es la diferencia entre cómo trabajaba antes y ahora?
Yo hago las cosas tal cual las hacía antes, pero mejor. Empezamos de la nada y llegamos a lo que llegamos porque cada uno pone todos los días lo mejor que tiene. Sigue siendo un desafío, pero ya demostramos que se puede hacer algo sin patrones, sin mandamás. El compañerismo es algo muy lindo, que te llena, te da orgullo. Siento que vamos por buen camino y cada vez veo más cerca la solución. No porque sea fácil, sino porque la veo.
¿Qué ve?
Que hoy por hoy es un problema político. Y la solución, también.
La hora de los hornos
Las baldosas que salen crudas de la sección de Luis viajan hasta los hornos transportadas por una máquinas solitarias, que ejecutan movimientos sincronizados. Se desplazan, hacen filas, suben brazos, bajan bandejas y regresan a su lugar como por arte de magia, a través de unos pasillos infinitos que forman catorce hornos de 95 metros de largo, cada uno. El sector tiene, entonces, la dimensión de un pequeño barrio, con calles por donde transitan robots. En cada esquina, hay un obrero controlando el proceso.
El cocido consume dos horas y media e implica, entre otras cosas, que la baldosa sea tragada por un horno a 585 grados y escupida cuando alcanza los 1.162 grados. En una de esas bocas está ahora Franco, 27 años, menos de dos en Zanón. Él representa la generación de los nuevos y lo hace notar apenas saluda.
–Todo lo que sé me lo enseñó El Viejo.
El Viejo es Alberto Berra y Franco lo convoca haciendo sonar una sirena, porque las distancias en ese sector son así de elocuentes. Cuando Don Berra asoma, Franco lo presenta:
–Mi maestro.
Don Berra tiene 64 años, veinticuatro de los cuales vivió en Zanón, siempre al lado de los hornos. “Tengo el ojo y la experiencia que se necesita para cuidar esto, porque cada error que se comete lo pagamos muy caro. Y digo pagamos porque lo que se pierde sale del bolsillo de todos. Acá nadie te manda, así que es tu conciencia la que te mueve a hacer el trabajo como corresponde.”
Casi sin tomar aliento, sigue Don Berra: “Esta era una empresa rica que vimos empobrecerse. Se empobreció la fábrica y nos empobrecimos nosotros. Los patrones, no. Ellos no pagaron nunca ni las deudas ni las consecuencias. Eso se lo dije al síndico cuando me lo crucé acá. Le dije también: “¿Ve este horno encendido? Lo prendí yo. Y para apagarlo me va a tener que matar.” Esa es nuestra riqueza.
Don Berra parece un personaje de película y esto en Zanón significa que es literal y doblemente cierto. El documental Corazón de fábrica lo muestra en el afiche, parado frente a los hornos. El título de la película es una frase que dijo Don Berra en una asamblea. “Si esto se apaga es porque la producción, pero también nosotros, estamos muertos”.
Los fantasmas
Estos fantasmas son los que acechan a los hombres y mujeres de Zanón todos los días. Y en algunos más que en otros. Los ojos claros de Godoy se ponen transparentes cuando recuerda el peor de todos: 8 de abril de 2003.
El juez de la quiebra había decretado el desalojo y los síndicos viajaron desde Buenos Aires con la orden de ejecutarlo. La noche previa, los trabajadores se reunieron en una asamblea para decidir qué harían. Cuenta Godoy:
–Todos dijimos y repetimos: ninguno tiene la obligación de quedarse, ni siquiera moral. Pero nadie se movió. Nos preparamos a resistir. Estábamos alertas, tensos, cuando nos avisan que por la ruta se acerca un micro. Nos asomamos por las ventanas –que parecían trincheras– y vemos un colectivo que se para frente al portón, se abre la puerta y se asoma un pie hinchado. Era Hebe. Detrás de ella, bajó una docena de Madres. Hebe ese día me regaló un pañuelo. Y yo pensé: ya está. Ya entendí todo: soy un desaparecido que tiene la oportunidad de dar pelea. Acá lo que único que va a morir es el temor. Después, empezaron a llegar de todos lados. Había gente que estacionaba su cero kilómetro en el playón para armar un cordón alrededor de la fábrica y gente que estacionaba al lado el carrito del bebé. Los tres claustros de la Universidad del Comahue decretaron un paro y movilización, también el gremio docente y la cta. Había tanta gente alrededor nuestro y nosotros, unas horas antes, no sabíamos si íbamos a estar solos. Eso te cura el miedo.
Lo legítimo
Parece un trono, pero es el estrado desde el cual Julia juzga la calidad de las cerámicas que acaban de abandonar los hornos. Desfilan ante ella sin pausa, una tras otra y una tras otra, cual película de Carlitos Chaplin. Julia tiene un marcador indeleble en la mano y cada vez que pasa por delante de sus ojos una cerámica cachuza, la marca con una cruz. A Julia le sobra experiencia y concentración para hacer justicia con su marcador y hablar al mismo tiempo. A mi, en cambio, me da vértigo la coincidencia entre lo que está diciendo y lo que está haciendo. Precisa, breve y contundente, Julia dictamina:
“Esta es una lucha constante. De todos los días y de cada uno. Lo sabemos. Y la vamos a seguir todo lo que haga falta (marca una cruz). Hay gente que te apoya en todo lo que hacés y hay gente que siempre va estar en contra, hagas lo que hagas. Eso también lo sabemos. Como sabemos que la solución en bien sencilla: los diputados tienen ahora la posibilidad de darnos la expropiación. Firman y listo (otra cruz). Está en sus manos (y otra). Sabemos que ellos tienen mucha experiencia en beneficiar empresas. A las petroleras, por ejemplo. ¿Con qué argumento entonces van a negarnos a nosotros la expropiación?”
Al terminar el recorrido, le pido a la gente de prensa y difusión algunas fotos sobre los momentos claves del conflicto. Me convidan un mate, dos, y con el tercero me entregan cuatro dvd. En tres están algunas de las películas que se hicieron sobre Zanón: Fábrica sin patrón, No retornable y Corazón de fábrica. En el cuarto copiaron 1.784 fotos sacadas por ellos mismos en movilizaciones, recitales, asambleas, actos solidarios. Es apenas una muestra de todo lo que fueron capaces de hacer en estos años.
Me despiden con un regalo: un cerámico con el calendario 2008 y el retrato de Carlos Fuentealba, el maestro asesinado por la policía del gobernador Sobich.
Cuando ya estoy a la vera de la ruta, esperando el auto que me regresará a eso que llamamos realidad, alguien me toca el hombro y –abracadabra– me tiende su teléfono celular. Del otro lado, la amable voz de uno de los coordinadores de prensa me dice:
– Zanón mide 12 hectáreas.
Y hasta en ese pequeñísimo detalle queda claro qué produce Zanón.
Nota
Continúa el destierro mapuche: Desalojan a otra comunidad para favorecer a un empresario forestal

La lof Quemquemtrew, en Cuesta del Ternero, El Bolsón, fue desalojada tras la denuncia del empresario Rocco, que ocupa esas tierras fiscales y goza de impunidad judicial, con aval político. El fallo que da la razón a la comunidad, versus las presiones que reconoció la fiscalía local a la comunidad mapuche. El testimonio de sus integrantes, y la relación con los recientes incendios. La voz de la abogada que desmiente las relaciones con la RAM y el «circo» montado para justificar el despojo con argumentos racistas. El post del gobernador Weretilneck, alineado a la bajada de Nación, y las amenazas a los pobladores locales. Una de terror que sucede en la Patagonia, donde las comunidades originarias se encuentran sin ley y sin derechos, y con cada vez menos territorios. «Vamos a presentar una medida cautelar para volver a nuestro territorio lo antes posible”.
Por Francisco Pandolfi
El 10 de diciembre pasado, Javier Milei derogó la ley de Emergencia Territorial Indígena dando así vía libre a los desalojos de las comunidades originarias y allanando el terreno para el destierro, sobre todo del pueblo mapuche y sobre todo en la Patagonia. Ayer, el Gobierno de Río Negro, mediante un despliegue de más de 150 agentes de la Policía provincial, dio un nuevo paso en ese sentido: desalojó de sus tierras a la comunidad Quemquemtrew, en el paraje Cuesta del Ternero, El Bolsón.
El operativo se realizó por orden judicial tras una denuncia del empresario forestal Rolando Rocco, que ocupa esas tierras fiscales desde hace años, gozando de beneficios tanto por parte del Ejecutivo como de la Justicia. En noviembre de 2021, dos empleados de Rocco atacaron a la comunidad y asesinaron a Elías Garay e hirieron de gravedad a Gonzalo Cabrera, dos de sus integrantes.
La voz de la comunidad
Romina Jones es integrante del lof Quemquemtrew, pero no habla con lavaca desde ahí. “Nos dejaron sin nada”, comienza.
¿Qué hay detrás de este despojo?
Los intereses de un empresario forestal, Rolando Rocco, a quien la provincia prácticamente le regaló más de 2500 hectáreas en Cuesta del Ternero, en un proceso de muchísimas irregularidades. A un fiscalero (quien ocupa tierras fiscales) se lo obliga a vivir en el lugar, pero él vive incluso en otra provincia (Chubut); a un fiscalero se le otorga un terreno único, pero a él le dieron diferentes porciones de la Cuesta, un montón de parcelas. A un fiscalero también se le exige que tenga buena relación con sus vecinos, pero él tiene denuncias de varios por amenazarlos con armas de fuego y armas blancas. Y ni hablar que él fue quien contrató a las dos personas que entraron al territorio a matar a Elías (Garay, asesinado en noviembre de 2021). La Justicia lo eximió, pero la vinculación es evidente, no sólo por sus amenazas previas de que lo iba a hacer, sino que su abogado es el mismo que defiende a uno de los asesinos de Elías. En ese crimen también estuvo involucrado el Ministerio Público Fiscal y el Ministerio de Seguridad provincial, ya que los autores materiales eludieron, portando armas de fuego, varios retenes policiales, en un momento donde nadie podía pasar. Hubo una cadena de responsabilidades que nadie las paga, como las hay ahora también con el desalojo de ayer. Hicimos varios reclamos a la Dirección de Tierra de Río Negro, pero es un organismo que ha venido regalando grandes extensiones a distintos empresarios, como es el caso de Joe lewis (el magnate británico que tiene la llave de Lago Escondido). Nosotros teníamos todas las de ganar, pero sin embargo nos desalojaron.
¿Por qué tenían todas las de ganar?
Porque estamos en territorio mapuche y eso fue reconocido por la jueza Romina Martini en la sentencia del juicio. Habló de nuestra ancestralidad, nos reconoció como comunidad mapuche, el derecho a reagruparnos, la necesidad de desarrollar la espiritualidad, pero ni eso alcanzó. El fallo que ordena el desalojo es una gran ironía, que se explica por los aprietes que hay hacia el Poder Judicial, que no es autónomo, sino que se inclina según las presiones políticas. Desde la propia fiscalía nos reconocieron las presiones del gobernador y de su partido Juntos Somos Río Negro.
Circo y mentiras
Andrea Raile integra la Liga Argentina por los Derechos Humanos y es la abogada que representa a la comunidad Quemquemtrew. Dice que le gustaría que algo quede bien claro: “Tiene que dejar de hablarse de desalojo porque aunque la sentencia de la jueza sí ordenó la desocupación del predio, lo que hizo la lof fue un cumplimiento voluntario de la sentencia”. Se pregunta y se responde: “¿Qué significa esto? Significa que tanto el operativo que hizo ayer la provincia de Río Negro llevando tantos policías, así como sus discursos que hablan de una vinculación con la RAM, es todo circo y pura mentira. No hay ninguna vinculación con la RAM y lo único que encontraron en la comunidad fueron banderas mapuche y cartelería de Eíias Garay, recordando su asesinato”.
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, ayer hizo una publicación en sus redes sociales en la que se jacta del magnífico operativo (cuando ya sabían que no habría nadie) y endilga a la comunidad de violenta y desobediencia judicial, así como de ser un sector radicalizado “que pretende imponer sus propios términos, desafiando al Estado y a la Justicia”.
Andrea tiene muchísima bronca. Dice que la provincia siempre se escuda en un privado, pero es la que “tiene que dar la cara, porque es la dueña de la propiedad de la tierra”. Y aclara: “Esta comunidad siempre estuvo abierta al diálogo, aún después de que entraran en la comunidad y asesinaran a uno de sus integrantes, burlando dos retenes policiales. Lof Quemquemtrew siempre estuvo a derecho y cuando quedó firme la sentencia, la comunidad la cumplió y dejó su tierra, sin violencia. El circo que hicieron ayer no sé quién lo pagará, no era necesario”.
Patagonia en venta
El desalojo de ayer se da en un contexto de persecución general al pueblo mapuche. A principios de este año el gobierno provincial desalojó a la comunidad Paillako; hace dos semanas comenzó el juicio a lof Lafken Winkul Mapu; todo en medio de monumentales incendios que desde el poder político buscaron culpabilizar al pueblo ancestral:
Romina Jones cuenta lo que percibe que sucede en la Patagonia: “Se están vendiendo todos los recursos naturales que todavía existen, a capitales extranjeros israelitas, cataríes, yanquis, a los amigos del poder. Y se va contra quienes defendemos estos bienes, sean del pueblo mapuche o no. Hace un mes, en el incendio de Mallín Ahogado, detuvieron a brigadistas a partir de mentiras, ensuciándolos, diciendo que en vez de apagar los incendios los prendían. Hoy sale a la luz, a punto de empezar las clases, que una escuela arranca con cuatro hectáreas menos en su predio, por habérselo vendido a terceros. El empresario Rocco tiene una plantación de pino, y justamente el pino es uno de los factores de incendios, porque además de secar la tierra, al prenderse el lugar se expande la pinocha, que vuela y genera distintos focos en poco tiempo. Entonces, el trasfondo de todo es la entrega de la tierra y para eso valen todos los hostigamientos, vale toda la campaña mediática que nos tilda de terroristas e incendiarios. Y esto se está extendiendo a cualquiera que nos acompañe”.
Romper el silencio
Daniela tiene 32 años y desde hace seis que se mudó de Buenos Aires a la Comarca Andina. Es productora hortícola y vive en Mallín Ahogado, paraje rural de El Bolsón. Integra la red de apoyo al lof Quemquemtrew. Daniela, anteayer, no dio más, y necesitó decir. Escribió un comunicado, en el que denunció:
“Cómo es de público conocimiento, hoy jueves 6 de marzo 2025, durante la mañana se llevó adelante el nefasto operativo de desalojo en dicha Lof. Hoy también, alrededor de las 12hs, mientras el ministro de seguridad de la provincia (Daniel Jara) y el jefe de la policía de Río Negro (Daniel Bertazzo) daban una conferencia de prensa en la Comisaría N°12, se presentaron frente a la casa donde vivo junto a una amiga, un móvil y una 4×4, ambos de la policía de Río Negro. Desde hace un mes, en distintos momentos, venimos siendo amedrentadas por la policía. Empezó el 6 de febrero, cuando agentes subidos en tres motos señalaron nuestra casa desde el camino”.
Horas después, Daniela habla con lavaca: “Desde que fue el desalojo a la comunidad Paillako, en el Parque Nacional Los Alerces, comenzó una campaña mediática acusando al pueblo mapuche de terrorista. Empezaron los incendios en Epuyén (noroeste de Chubut) e inmediatamente militarizaron la Cuesta del Ternero, donde está el territorio del Lof Quemquemtrew. Luego se prendió fuego Mallín y la solidaridad que empezó a gestarse entre la comunidad fue impresionante, para gestionar donaciones, armado de viandas. Eso molesta mucho al poder, lo pone en jaque, así que en respuesta arrancó una embestida de medios de comunicación demonizándonos, se escrachó a gente que estaba ayudando a apagar el fuego para generar pánico y divisiones, que detonó en detenciones al voleo y una patota (de Joe Lewis) golpeándonos a quienes reclamábamos por las liberaciones. Ese circo que se armaba era alrededor de un montón de vecinos de a pie que pedían el linchamiento y la muerte de todos los que estábamos ahí. Desde ese día empiezo a notar el hostigamiento policial hacia mí y a otras personas”.
¿Qué tipo de hostigamiento?
Al día siguiente, tres motos de las fuerzas especiales de la Policía rionegrina se apostaron frente a mi casa a señalarla. Yo estaba adentro. Me asusté, me paralicé; sabía que no era algo individual, sino un un mensaje para el conjunto. Para resguardarme, decidí apagar el celular, y a los diez días aproximadamente se me prendió. Estaba muy caliente y tenía la fecha cambiada: decía 24 de marzo, una fecha lo suficientemente sugerente para nuestro país. Una semana después, volviendo a mi casa una noche, me apuntaron con un láser hasta que me perdieron de vista. Y ayer fue el detonante, tras el desalojo de la comunidad, el apostarse en la puerta de mi casa. Primero le resté importancia, pero después uní todo y decidí salir a hablar, y en las próximas horas presentar un hábeas corpus para averiguar qué pasa, qué están haciendo realmente conmigo y por qué merodean mi casa”.
Cuando le pregunto a Daniela cómo está, cómo se siente, su primera respuesta es en llanto. Y después le sale la voz, un poco entrecortada pero le sale, porque decidió decir: “Tengo mucha bronca, mucha impotencia y si estoy así de mal es por mi vieja, que vive en Buenos Aires; ella fue presa en la dictadura, estuvo un año y tres meses detenida en Chaco y todavía no he podido contarle la situación para no asustarla. El llanto, en realidad, es porque no sé cómo abordar la situación con mi mamá. Pero otra enseñanza que nos dejó el periodo de la dictadura es que hay que decir, que si me llega a pasar algo, se sepa el por qué”.
Quemquemtrew, en mapudungún, significa el sonido que se produce con la corriente de un río y las piedras. Romina Jones, integrante de la comunidad, adelanta que presentarán una medida cautelar en resguardo al sitio ceremonial y al rewe (sitio sagrado) y para que la machi (guía sanadora y espiritual) pueda volver al territorio: “Como pueblo originario lo que reclamamos es recuperar nuestros sitios ceremoniales, que son de suma importancia para nuestro físico, para lo espiritual, lo emocional. Entendemos que gran parte de la sociedad no llega a comprenderlo, porque hay un trabajo muy fino del discurso oficial, con expresiones racistas de distintos gobiernos, que reforzado por los medios hegemónicos da como resultado que no haya ni un pequeño interés en nuestra cosmovisión, al punto de banalizarla. Pero quienes menos respeto nos tienen son los que toman las decisiones, y que en realidad están obligados a proteger nuestras creencias, como lo establece la Constitución Nacional. Porque si bien hay leyes que protegían nuestros derechos y que Javier Milei ha derogado, siguen vigentes la Constitución y varios convenios internacionales que nos amparan. Vamos a presionar, porque el objetivo es claro: volver a nuestro territorio lo antes posible”.
Nota
Alerta Lugano: a espaldas de la comunidad, AUSA y el GCBA avanzan con el Máster Plan

La obra que pretende modificar al barrio sin ningún beneficio vecinal, para colocar entre otras cosas un nuevo peaje, se estima que acabará con 70 mil metros cuadrados de espacio verde. Ayer la empresa concesionaria de la autopista Dellepiane comenzó con la tala, pese a que se había pactado una “mesa de trabajo” previo al inicio de las obras, que la comunidad rechaza. La voz de las y los vecinos, el silencio del gobierno porteño y la postura de AUSA: no dar entrevistas “en on”. Hoy por la tarde el barrio se autoconvoca a una ceremonia de reflexión y concientización: 18.30, en Cañada de Gómez y Riestra.
Por Francisco Pandolfi
Ni el gobierno porteño ni la empresa AUSA (Autopistas Urbanas Sociedad Anónima) cumplieron lo que habían prometido: ayer, con la luz verde del Gobierno de la Ciudad, la empresa concesionaria de la Autopista Dellepiane empezó con la tala indiscriminada de árboles, incumpliendo la promesa de no comenzar la obra del Máster Plan Autopista Dellepiane hasta iniciar una mesa de trabajo conjunta con las y los vecinos autoconvocados de Lugano, que la vienen exigiendo desde noviembre pasado.
Silencios y engaños
El pedido de diálogo primero fue en una audiencia pública. Ante el silencio como respuesta, se exigió por escrito un pedido de información pública a AUSA, a APRA (Agencia de Protección Ambiental), al Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño. No hubo ninguna respuesta hasta el pasado jueves 20 de febrero, cuando en una reunión en la Junta Histórica de Lugano, el Gobierno de la Ciudad se comprometió a iniciar las mesas de trabajo previo al inicio de la obra. Los representantes gubernamentales en la reunión fueron Facundo Echeverría, de la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano de la Ciudad, y Jorge Fiorentino, asesor de la secretaría de Ambiente y Espacios Arbolados. “La obra empezó y de las mesas de trabajo no hubo noticias, hasta que hoy vinieron y arrasaron con los primeros siete árboles”, denuncia la comunidad.
Desde AUSA, la semana pasada habían informado que hoy harían la extracción y posterior trasplante de cuatro especies (dos ceibos y dos aguaribay) en Dellepiane Sur, pero el accionar fue otro: no hubo trasplante, sino tala directa, tanto en Dellepiane Sur como en Dellepiane Norte.
Sin beneficios
En esta nota publicada la semana pasada (https://lavaca.org/actualidad/lugano-resiste-al-master-plan-que-quiere-imponer-macri/), contamos los pormenores de una obra que modificará al barrio sin ningún beneficio vecinal, y de la que no está enterada (como figura por ley) la mayoría de los frentistas a la Dellepiane. Allí, a metros de la General Paz, el gobierno porteño pretende colocar un nuevo peaje, a sólo 4 kilómetros del ya existente en avenida Lacarra.
El “Máster Plan Autopista Parque Dellepiane” se emplazará sobre la traza de la autopista Dellepiane, desde el cruce de la avenida General Paz hasta el Peaje de Lacarra, y abarcará 4,6 km. La comunidad afirma que en ese tramo se talarán cientos de árboles, entre los cuales hay álamos, ceibos, ombúes, aguaribay, algunos de más de 100 años, que ahora están marcados con una cruz, como señal de la muerte anunciada. Dice Silvina Cammarotta, vecina: “Según un ingeniero de AUSA, 121 árboles los van a arrasar con una máquina y triturar, hasta convertirlos en aserrín”.
El rediseño de la autopista incorporará dos carrilles exclusivos para metrobús y la terminación de las colectoras, por lo que se eliminarán de cada lado diez metros de espacio verde. Dice Néstor Muñoz, vecino de Villa Lugano: “El Gobierno de la Ciudad presentó esta obra de modernización de la autopista para poder cobrar un nuevo peaje, y para hacerlo, la ley obliga que cada camino con peaje debe tener un camino alternativo. La ampliación de las colectoras significa más asfalto, y la destrucción de 70 mil metros cuadrados de espacio verde”.
Policías y más policías
A sabiendas de la extracción que devino en tala, los vecinos autoconvocados fuera de toda bandera partidaria, se convocaron este miércoles a las 6 de la mañana, de manera pacífica, para registrar los movimientos de la empresa. Presagiaban que podía pasar lo que finalmente ocurrió: el aniquilamiento de los árboles. Cuando arribaron –todavía de noche–, ya había una camioneta de la Policía de Ciudad esperándolos. Luego llegó otra. Y luego otra. Y luego una más. 12 agentes uniformados y otros de civil se apostaron frente a la autopista, para garantizar que se llevara a cabo la tala, sin inconvenientes.
Enzo es frentista de la Dellepiane. Le dicen el Tano. Mira la situación, con una docena de efectivos de un lado, con máquinas del otro. Y dice: “Es lamentable que destruyan, en vez de construir”.
Recurso de amparo
Hace dos semanas, los vecinos y vecinas de Villa Lugano presentaron un amparo solicitando que el Gobierno porteño y AUSA detuvieran la obra hasta que se iniciaran las mesas de trabajo conjuntas. El amparo cuenta con el patrocinio del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad de Buenos Aires y lo presentó la Defensora Oficial, Giselle Furlong Pader, que exigió convocar a un proceso participativo institucional y vinculante, previo al desarrollo de la primera etapa de la obra.
Eso ya no se cumplió.
La Defensoría también exhortó a que el gobierno porteño convoque a una audiencia “para facilitar el diálogo entre las distintas partes del proceso judicial”. Y solicita suspender la extracción de los árboles hasta que no se dé cumplimiento “con la obligación de brindar información pública y se otorgue la debida participación en asuntos ambientales”.
Esto tampoco se cumplió.

Qué democracia
Silvina tiene una angustia que se le nota en los ojos. Y en la voz: “Nos mintieron en todo y en la cara. No hicieron nada de lo que dijeron. Talaron en vez de trasplantar; dejaron los troncos al ras. Vamos a hacer una denuncia penal. Llamamos a Facundo Echeverría, de Vínculo Ciudadano de la Ciudad y nos re boludeó; dijo que la obra se iba a hacer igual y que nosotros éramos unos subversivos. Siento mucha impotencia, dolor, un nudo en el pecho, se manejan con muchísima impunidad. Hicimos todo lo que había que hacer, sin violencia, buscando todos los canales de diálogo y nada. No parece un gobierno democrático, sino una tiranía”.
Néstor: “Seguiremos exigiendo al gobierno un plan integral de ciudad, donde se contemplen espacios verdes necesarios de mantener. Internacionalmente se busca que las ciudades tengan un 12% por ciento de espacios verdes, y nosotros con suerte pasamos los 6. Nosotros no tomamos un camino de violencia para reclamar, pero en cambio, la violencia la está generando este gobierno, vallando los caminos, no conformando las mesas de trabajo y ahora talando los árboles. El artículo 1 de la Constitución lo dice muy claro, y parece que este gobierno no lo sabe: el sistema que desarrollemos en la Ciudad de Buenos Aires debe ser democrativo y participativo”
Cecilia, también vecina: “Esperamos que el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, entre en razón; lo que hicieron hoy es de sinvergüenzas. Hoy se llevaron puestos siete árboles. Hoy asesinaron siete árboles”.
Que en esta nota hablen sólo vecinas y vecinos tiene un por qué. O dos, en realidad. Comunicarse a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano es una tarea titánica, que no da resultado. Nadie atiende.
Con AUSA la cosa es distinta, aunque parecida: el prensa de la empresa le dice a lavaca que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Los vecindad organizada sigue en pie y para mañana jueves por la tarde (18.30, en Cañada de Gómez y Riestra) convoca a una ceremonia de reflexión y concientización ante el ombú centenario de Lugano. Es una más de las decenas de movidas que la comunidad viene haciendo desde noviembre, cuando se enteró del Máster Plan. Como la convocatoria casa por casa a los frentistas desinformados; como la repartición de volantes en los corsos de carnaval; como la juntada de firmas en los centros comerciales; como las innumerables reuniones presenciales y virtuales para organizarse; y hasta la creación de dos ideas fuera de lo común, pero bien dentro de lo comunitario: una cumbia que cuenta y canta la problemática (subir video) y un concurso donde se premiará (con una semana en San Clemente del Tuyú, gracias a una vecina que prestará su casa) a la pancarta más llamativa y original. Hay una en donde vuelan dólares, con el lema “Una obra que de verde, sólo tiene los billetes”; otra que muestra una topadora llevándose puesta un árbol; y hay otra que es una cartulina celeste, con letras rojas y negras, que dice:
No hay peor
Jorge Macri
que el que
no quiere ver.

Silvina y Néstor, dos de los guardianes de los árboles. / Foto: Elena Gorocito.
Nota
Megaminería, patotas y Cornejo junto a Milei: la asamblea de Uspallata resiste al proyecto San Jorge
En la localidad mendocina de Uspallata el gobierno provincial junto a la multinacional Solway -radicada en paraísos fiscales, con denuncias de contaminación y agresión a pobladores originarios de Guatemala- buscan imponer (otra vez) el proyecto minero San Jorge, rechazado por la comunidad desde hace más de 15 años. Esta vez la ofensiva se dio a través de la represión (patota de la UOCRA, un vecino detenido y varios allanamientos), y la censura. El rol de la Justicia, los daños y perjuicios de la megaminería en una zona cordillerana y de glaciares, y la resistencia de un pueblo que sigue de pie: “Sin licencia social no hay minería”. El agua como recurso estratégico, y la figura del gobernador Cornejo, que mientras tanto se encuentra junto a Karina Milei en la «feria minera más importante del mundo en Canadá».
Por Francisco Pandolfi
Uspallata es una localidad del departamento de Las Heras, en el norte de Mendoza, que está a 120 kilómetros de la capital provincial y a 90 del paso fronterizo con Chile. Es un sitio estratégico: pasa la ruta del Mercosur. E histórico: albergó el Paso Sanmartiniano y el Camino del Inca. Uspallata es el pueblo argentino más grande a menor distancia del cerro Aconcagua (62 km). Y es, también, el epicentro donde el gobierno mendocino junto a la empresa multinacional Solway Holding, buscan imponer (por enésima vez) un proyecto minero de cobre, oro y plata, sin la licencia social y pese a la vigente Ley 7.722 que regula la actividad minera, prohibiendo el uso de sustancias tóxicas para el cuidado del ambiente y el agua.
Al proyecto minero San Jorge (PSJ) intentan instalarlo desde 2007, y es desde ese entonces que tiene la resistencia de la población. A inicios de este año volvió la ofensiva gubernamental y empresarial, sostenida en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Volvió con la fuerza de los millones, y también de la censura y la represión.


¿Qué está pasando en Mendoza?
A fines de enero se inauguró en Uspallata una oficina de la Cámara de Proveedores de Servicios Mineros, en un acto al que acudieron empresarios del sector, legisladores y funcionarios provinciales y municipales, así como el intendente de Las Heras, Francisco Lo Presti. Nora Moyano tiene 73 años e integra la Asamblea de las Heras por el Agua Pura de Mendoza. Le dice a lavaca: “El intendente, que en un año de gestión no fue nunca a Uspallata para conocer las necesidades de la gente, apareció para este acto acompañado por la patota de la UOCRA. Vinieron a amedrentar a las vecinas y vecinos de Uspallata en contra de la minería. A uno de nuestros compañeros la patota de la UOCRA se le vino encima, le rompió el tabique, y un vecino comerciante, para evitar que le siguieran pegando agarró un matafuegos de un negocio y le tiró el polvito (sic) para que se fueran”. Agrega Nora: “Este vecino se llama Mauricio Cornejo y el lunes 24 de febrero iba caminando por la calle del pueblo y lo detuvieron. Desde ese día está preso. A eso hay que sumarle varios allanamientos a vecinos de las asambleas. Es una locura lo que está pasando. Es tal la ambición y codicia que avanzan y ya no respetan ni las mínimas leyes de nuestras libertades democráticas. Defender el agua y los bienes comunes no es delito. Delito es llevar a la patota de la UOCRA a pegarle a los vecinos”.
El artículo 213 bis
Eugenia Segura conforma la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Uspallata, que denuncia la persecución del gobierno provincial con Alfredo Cornejo (UCR) al mando. Alfredo y Mauricio tienen el mismo apellido, pero no son parientes. Uno es el gobernador de Mendoza. Otro, está preso. Eugenia dice que “el foco y el ojo” de lo que pasa en su pueblo “hay que ponerlo en el artículo 213 bis del Código Penal”. Explica el por qué: “La figura penal que se agarran para detener a Mauricio apunta a convertir toda forma de protesta y organización en algo que puede ser tildado de terrorista; no importa si hacés algo que esté contra la ley o no, igual te pueden imputar porque hay un otro que se supone hizo algo ilegal y es de tu organización, lo cual debería ser completamente inconstitucional. Es inadmisible que corran el arco de los derechos humanos como lo están haciendo”.
El artículo 213 bis fue incorporado al Código Penal en 1984 y refiere al delito denominado de “prepotencia ideológica”, y apunta contra quien “comete, organiza o toma parte en agrupaciones que tengan por objeto principal o accesorio imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor”. La pena es de 5 a 15 años de prisión.
Exclama Nora Moyano: “Estamos sufriendo una persecución y en esta peligrosidad nos encontramos. No puede ser que a tantos años de recuperar la democracia todavía esté en vigencia un artículo que nos quieren aplicar a todos los que somos de las asambleas socioambientales por defender el agua y los bienes comunes”.
Censura
En el marco de un ciclo de cine y ante la ofensiva minera, el 14 de febrero se iba a proyectar en el Club Gimnasia y Esgrima de Mendoza, el documental “HAM, historia del agua en Mendoza”, sobre cómo el pueblo revirtió la derogación de la Ley 7722 en 2019, que además de la decisión del entonces gobernador Rodolfo Suárez (UCR), también contaba con el apoyo del presidente de la Nación, Alberto Fernández (PJ).
Se iba a proyectar, hasta que desde parte de la comisión directiva del club la dieron de baja por ser una película “politizada”. Rápidamente se consiguió otro lugar (la radio comunitaria La Mosquitera), pero no cesó el hostigamiento. Bernardo Blanco es el director de HAM y le cuenta a lavaca: “Desde temprano se empezó a presentar la policía y a preguntar si iba a realizarse una manifestación por el agua o qué íbamos a hacer. Primero vinieron dos agentes, luego cuatro y después ya eran nueve. ¡Un montón! Tenían la intención de entrar y pudrirla”. A partir de este nuevo amedrentamiento, se pensó la idea de hacer funciones simultáneas de HAM: el sábado pasado se realizaron 29 en Mendoza y 46 en todo el país. Dice Bernardo: “Fue muy fuerte la respuesta de la gente en todo el país. Esto va más allá de los nombres propios y de la película, lo interesante es el fenómeno social/cultural/político que se pone de manifiesto con tantas proyecciones simultáneas”.
HAM es un documental independiente que “cumple la ley de cine, califica apta para todo público y tuvo su estreno en salas comerciales. Esto lo digo para acentuar aún más los intentos de censura y la presencia policial”, destaca el director.
HAM puede verse de manera gratuita en la plataforma BAFilma.
El fondo de la cuestión
¿A qué se oponen quienes se oponen al proyecto San Jorge?
Nora: “Nuestra provincia tiene agua por el deshielo de los glaciares de la Cordillera de los Andes. Por ella vivimos, cultivamos; por ella ustedes conocen la vid de la que hacemos el vino. Eso defendemos: el agua, nuestros bienes comunes, nuestros glaciares. Con los explosivos que usan en la megaminería van a destrozar las vegas alto andinas (pequeños oasis en el desierto). El polvillo que generan no se auto consume y en esa zona de vientos fuertes irá hacia los glaciares. La contaminación no sólo afectará a Uspallata: el río Mendoza es una cuenca que atraviesa toda la provincia y cuyo cauce desemboca en Neuquén, Río Negro, La Pampa y el sur de la provincia de Buenos Aires”.
Eugenia: “Uspallata es un pueblo de montaña que está en un valle. En Mendoza tenemos solamente tres oasis, el norte, el centro que es el valle de Uco y el sur. En el norte, donde está Uspallata, nace el río Mendoza que abastece al Gran Mendoza, donde vive la mayor parte de la población; más de un millón de habitantes beben de ese río, que riega las más de 250 mil hectáreas de malbec y que también sostiene el cuarto polo industrial del país. Uspallata se ubica en las nacientes de este río que el proyecto megaminero va a contaminar. Estamos protegiendo el área natural Uspallata- Polvaredas, patrimonio cultural, natural, paisajístico, un lugar bellísimo. Lo estamos haciendo desde hace más de 15 años de manera pacífica, y así seguiremos”.

Nora Moyano (a la izquierda) y parte de la Asamblea de las Heras por el Agua Pura de Mendoza, en una de las movilizaciones en Uspallata.
El rol de la Justicia
Otro actor clave en este conflicto es la Corte Suprema de la Nación, que en 2021 se hizo eco de la apelación de la minera San Jorge ante la ley 7.722 y declaró inconstitucional un puñado de palabras del artículo 1, que hacía referencia a la prohibición de “otras sustancias tóxicas similares”.
Este era el Artículo 1° completo:
A los efectos de garantizar debidamente los recursos naturales con especial énfasis en la tutela del recurso hídrico, se prohíbe en el territorio de la Provincia de Mendoza, el uso de sustancias químicas como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico, y otras sustancias tóxicas similares en los procesos mineros metalíferos de cateo, prospección, exploración, explotación y/o industrialización de minerales metalíferos obtenidos a través de cualquier método extractivo.
La Corte Suprema eliminó el “otras sustancias tóxicas” y consideró constitucional el resto de la ley. ¿Qué permite esa eliminación? Detalla Nora: “El fallo facilita la explotación de proyectos mineros que utilicen otras sustancias también muy contaminantes y dañinas para la salud, como el xantato, la poliacrilamida y otras, que están incluidas en la ley de residuos peligrosos y son prohibidas. Son tan graves como el cianuro y el mercurio, así que ahora está abierta la puerta para que revienten nuestra cordillera, nuestra montaña, pasarla por una sopa química por el proceso de flotación a través del xantato o la poliacrilamida”.
Daños y perjuicios
¿Qué perjuicios trae el Xantato? Enumeran desde las asambleas:
-No sólo es altamente tóxico para la salud humana y de animales y plantas, sino que además es muy inflamable, explosivo y reactivo.
-Su combustión produce gases irritantes, corrosivos y/o explosivos.
-Reacciona violentamente al contacto con el agua y el dióxido de carbono, generando disulfuro de carbono, más tóxico aún.
-La inhalación de subproductos gaseosos de sus reacciones al contacto con el agua y el aire puede causar lesiones o la muerte.
-El contacto con la piel u ojos puede causar severas quemaduras.
-Las fugas pueden causar contaminación.
Retoma Nora: “El gobierno mendocino está tocando las leyes ambientales para adaptarlas a este negocio. Por ejemplo, el código de minería lo reformó Cornejo a sus intereses; tampoco cumplen la ley de glaciares, ni de bosque nativo. Sólo arrasan y arrasan. También acaban de presentar el plan maestro donde se revierten las históricas prioridades de la Ley de Agua, (que data de 1884 en Mendoza), y que establece que primero está el consumo humano, el riego agrícola, los árboles, las industrias, no la minería. Si llegaran a votarlo en la Legislatura, que es lo más probable porque casi no hay oposición, el gobernador tendrá la potestad de hacer lo que quiera y eso será gravísimo para los mendocinos. Están constituyendo, como decía Jauretche, un nuevo estatuto legal del coloniaje”.
La preocupación en Nora se le nota en su habla acelerada. “No tenemos problemas con la minería común, tanto la ripiera, como la cementera. Estamos en contra de la megaminería metalífera hidrotóxica que llevan adelante megacorporaciones internacionales como Solway, que además de estar radicada en paraísos fiscales, tiene denuncias de contaminación y agresión a pobladores originarios de Guatemala. A esa gente no la queremos. No queremos su violencia. Y como decimos junto a Víctor Jara, tenemos derecho a vivir en paz”.

Viernes 7 de febrero, Ciudad de Mendoza. Manifestación contra el proyecto minero San Jorge.
Un pueblo de pie
El pueblo mendocino dio una lección en 2019 de cómo organizarse (y vencer) al tándem lobby minero y apoyo estatal. En aquel entonces, enormes movilizaciones en toda la provincia torcieron la votación de diputados y senadores en sólo 10 días. Seis años después, Mendoza vuelve a estar en alerta. Cuenta Nora: “A raíz de todos estos atropellos volvimos a salir a la calle. Hicimos multitudinarias manifestaciones en Uspallata y en la Ciudad Capital. A mucha gente le parece increíble que nuevamente quieran hacer lo que no lograron en el 2019, pero hay motivos”. Describe: “Tenemos un gobernador lamebotas del presidente, que hasta salió a defender lo que dijo Milei sobre el saludo nazi de Elon Musk. Así de bestial. Cornejo es un alfil de Milei y hay muchos intereses económicos por encima de las necesidades y decisiones de nuestro pueblo. Volvieron a la carga porque sienten que tienen más poder aún que antes, por la ligazón con la Casa Rosada”.
Cornejo acompañó a la Ley Bases, al Rigi y al Pacto de Mayo. Ahora mismo, al cierre de esta nota, está en Canadá junto a la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y otros cinco gobernadores (San Juan, Catamarca, Jujuy, Santa Cruz y La Rioja) en la PDAC 25, la feria minera más importante del mundo.
Cierra Nora: “Cornejo durante todos estos años generó una especie de suma del poder público: tiene a su favor el poder judicial y también el legislativo, que le vota todo. Construyó una red muy fuerte de contención, y al frente de toda esa telaraña estamos nosotros, de pie, nunca arrodillados. Y así seguiremos, defendiendo nuestro patrimonio, defendiendo lo que es nuestro”.
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