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La posta es el arte: textos que marcaron a la cultura autogestiva

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Estos textos fueron paridos al calor de la urgencia y la contundencia de cada acción callejera y cultural en la que fuimos encontrando la manera y el tono de salir del parate producido por la pandemia. Con autogestión y cuidados, elaboramos junto a la artista trans Susy Shock y la agrupación Escena una serie de manifiestos que pueden leerse como gritos para sacudir y sacudirnos, para salir de las catacumbas, y comunicar la época a través del arte.

La posta es el arte: textos que marcaron a la cultura autogestiva
Desde la Villa 31, las Superpoderosas Crew se sumaron a bailar en Retiro mientras Susy Shock cantaba sobre el acoplado del camión de la Cooperativa de recicladores La Bella Flor, de José León Suárez. Hubo movida en Congreso y Plaza de Mayo. Con cuidados, pero sin miedos. Foto: Martina Perosa.

Buenos Aires, 4 de agosto de 2020, puerta del Teatro Alvear

(Parlamento a cargo de Ver Llover)
¿Por qué estamos en la puerta de un teatro vacío?
Estamos acá para realizar esta ceremonia de sanación, frente a un teatro que ha sido reducido a una escenografía vacía.
Estamos acá porque no vamos a acostumbrarnos nunca a esto ni vamos a negarlo ni vamos a hacer como si nada pasara.
Pasa.
Estamos acá porque si hay programa de chimentos debería haber teatro.
Estamos acá porque si hay supermercados debería haber teatro.
Estamos acá porque si hay peluquerías debería haber teatro.
Estamos acá porque si hay políticos debería haber teatro.
Estamos acá porque si hay control debería haber teatro.
Estamos acá porque si hay este mundo debería haber teatro.
Estamos acá porque queremos escuchar a nuestra experta en aislamiento social: con ustedes, la poeta Susy Shock.

(Toma el micrófono Susy Shock y recita su poema Catacumbas) :
Estamos en catacumbas
desde hace siglos
con la soga al cuello
y en la mano izquierda una flor.
Salvándonos de los fuegos
y los fierros
y los hielos
y de toda sobrevivencia.
Somos unas cuantas
tenemos poemas brazos
y cigarras canciones
y hermanas ojos
y cuñados sueños
y primas deseos
y putas miradas
y sucias acciones
y bellos jirones
de ropa ensuciada
de nuestras piruetas
y el olor del coito
recién hecho
y el pan horneado
y la mano amiga.
Tenemos la lista de amores
y compañeras
y del arco iris
que son la meta
y la pasión enfurecida
que se hace subte, indiscreta
pero busca la luz.
Sabemos que todavía
no es tiempo: arriba vociferan
el estiércol gesto
la tarada raza
de números y cuotas
de precios y desprecios
que gobiernan
desde sillas oxidadas
en oro y pelo
y mirada falsa
y whisky añejo falsificado
y tontitas platinadas
anoréxicas
de tanto concurso y pedo
televisivo
¡con éxito!
¡con mucho éxito!
Todavía no es tiempo
estamos en catacumbas
y desde allí olemos
conspiramos
y nos reproducimos.
Hasta estallar en inteligencia
y parir los agujeros
que abran la tierra
y que nos deje liberada
el alma.
Estamos detalladamente
haciendo la poesía
de los nuevos tiempos.

Buenos Aires, 11 de agosto de 2020, puerta del Teatro San Martín

Nosotres sabemos.

Sí, nosotres.

Sabemos por ejemplo por qué este inmenso teatro está vacío.

Sabemos también que este vacío está lleno de recursos ahora inútiles y sabemos también que hay muchas personas, demasiadas, que necesitan cuidarse del terror que ustedes siembran, ese miedo tan promovido y tan inútil, porque el temor no sirve para nada cuando lo que necesitás son cuidados.

Nosotres sabemos cuidarnos y por eso sabemos cuidar.

Nosotres sabemos que este teatro está vacío porque ustedes no tienen idea de cómo llenarlo de vida y de belleza y nosotres sabemos cómo en la más desolada de las intemperies hacer nacer ideas y belleza.

Nosotres sabemos porque aprendimos, porque entrenamos y porque practicamos cómo proteger la vida todos los días y en todos lados así como aprendimos ahora a mantener dos metros de distancia, a encontrarnos por zoom o a enredarnos por streaming y aun así hacernos sentir ese abrazo que tanto necesitamos.

Sí, nosotres, con esa “e” que tanto les irrita, sabemos todo lo que falta hoy y todo lo que sobra, siempre.

Nosotres sabemos y ese saber es lo que nos trae hasta acá, hasta este inmenso teatro vacío para señalar así que lo que sobra es lo que nos enferma y lo que falta es lo que nos cura el cuerpo, el alma y los sueños.

Nosotres sabemos que si hay programa de chimentos debería haber teatro.

Sabemos que si hay supermercados debería haber música.

Sabemos que si hay políticos debería haber poesía.

Sabemos que si hay control debería haber danza.

Nosotres sabemos que si hay este mundo debería haber arte.

Nosotres sabemos.

Buenos Aires 18 de agosto de 2020, puerta del Teatro Colón

¿Qué queremos?

Queremos que entiendan una cosa muy simple: que esta pandemia no nos permita llenar una sala no significa que no podamos hacer teatro.

Las salas de los espacios oficiales de la ciudad de Buenos Aires están vacías, pero eso no significa que allí no podamos hacer algo.

Estos espacios existen. Sus estructuras humanas, edilicias, simbólicas existen y todo eso no está funcionando. No nos referimos con esto a filmar cosas que se parecen al teatro y subirlas a las plataformas, aunque eso está muy bien, para empezar. Pero podemos hacer mucho más con estas estructuras, llenas de fantasmas, cerradas desde hace meses.

Podemos, por ejemplo, hacer un debate nacional para pensar cómo será la escena que vendrá, sin violencias, y con relaciones más sanas que las que estableció la cultura del mercado.

O podemos hacer un ciclo que rescate la memoria de la escena argentina y transmitirlo por esa tevé que hoy solo se dedica a contar muertes.

Podemos hacer un festival de improvisación que tenga como pauta transmitir las medidas de cuidado social y emitirlo por esas pantallas que hoy están infectadas de opinólogos.

Podemos llevar a esos barrios castigados por la desigualdad y paralizados por la cuarentena los mejores talleres de arte para que este tiempo sin empleo no sea un castigo sino una forma de recibir todo aquello que el trabajo agotador y mal pago les niega.

Podemos hacer una grilla para que las salas del complejo teatral Buenos Aires sean utilizadas por la escena independiente, de acuerdo a sus necesidades.

Podemos reunir a las personas que trabajan en el teatro oficial y a artistas de la escena independiente y armar mesas de trabajo donde se discuta cómo articular esos dos sistemas de producción.

Podemos tener radioteatros en las emisoras públicas dedicados a rescatar las obras que nos legaron las grandes compañías.

Podemos hacer lecturas de aquellas obras de teatro que forman parte de las currículas escolares, para ayudar así a tantos docentes que están haciendo maravillas para sostener el sistema educativo en medio de este aislamiento obligado.

Podemos también recordarle al Estado que la labor de les trabajadores de la cultura merece el mismo tratamiento que les están dando a las grandes empresas concentradas.

Podemos usar este tiempo para repensar nuestras prácticas y vínculos.

Podemos pensar a futuro.

Generar nuevas alianzas.

Inventar juntes cómo seguir.

Podemos hacer todo esto y mucho más.

Lo que no podemos es seguir paralizadas, quietas como liebres cegadas a la luz, con la gestión cultural pública abandonada como si en este contexto no fuera algo esencial.

Lo que no podemos es seguir sin existir.

Primero que nada porque existimos, tenaz y persistentemente.

Pero además porque, en medio de tanto dolor y pérdida, hacemos falta.

¿Es que acaso el Estado cree que el teatro y la danza no son importantes en este contexto?

¿Cómo es que vamos a reunirnos de ahora en más?

¿Cómo vamos a volver a mirarnos a los ojos?

¿Cómo nos vamos a vincular con el cuerpo de les otres?

¿Cómo vamos a volver a estar juntes?

Llevamos mucho tiempo pensando, haciendo y sintiendo cosas que giran sobre esas preguntas.

Trabajamos en comunidad y develando la belleza del mundo.

Hay que inventar un futuro y para eso somos esenciales

Dejen de ignorarnos.

Buenos Aires, 27 de agosto de 2020. Vidriera de Mu, Trinchera Boutique

¿Qué estamos pidiendo? 

Todo. 

Estamos pidiendo que abran el Congreso para hacer en ese palacio un Parlamento de Artistas. ¿Para qué? Para pensar esta época, para pensar este país, para pensar este mundo. Porque tenemos que pensarlo todo de nuevo. Hasta acá todo nos hizo mal, y no funcionó. Ahora, rescataremos solo aquello que nos hizo bien, no a mí o a vos, sino toda forma de vida, humana, animal, vegetal, mineral, porque todo eso junto, más los que soñamos, es lo que nos da existencia. 

Y también para sembrar todo de nuevo y cuidarlo de tanto incendio, de tanto malestar, de tanta injusticia y mala repartija. 

¿Y por qué les artistas tenemos que estar en un Parlamento pensando todo eso?

Porque llegó el momento de decir: gracias ciencia, gracias política burocrática, ustedes nos han traído hasta acá, hasta este fracaso. Ahora dejen pensar a quienes hasta ahora no hemos tenido protagonismo y, por eso mismo, no hemos sido parte del desastre.

Ahora, déjennos a les artistas, les intelectuales, les humanistas. 

¿Para qué?

Capaz que el arte nos ayuda un poquito a aliviar esa angustia que es peste, capaz que nos ayuda también a no perder la lucidez que necesitamos en esta época. Nos apagaron todos los faros y ahora tenemos que recrear hasta las señales. 

No siempre con los ojos podemos encontrar todo. 

Necesitamos nuevos faros, nuevas señales para lo nuevo. Que venga entonces el arte a alumbrarnos. 

En esta ciudad, por ejemplo, hay siete gigantescos edificios de teatro vacíos. Si no saben qué hacer con ellos en esta época, señores que administran la ciudad, dénnoslos. Nosotres sabemos perfectamente qué tenemos que hacer ahí: llenarlo de arte, de música, de belleza, de disidencia. Dennos las llaves de los siete teatros de la ciudad de Buenos Aires, y de cada teatro oficial de cada ciudad argentina, todos los que están cerrados: déjenlos en las manos de les artistas. Confíen en nosotres: sabemos cuidarnos. 

Buenos Aires, 6 de noviembre de 2020, Mu Trinchera Boutique

Pequeño tutorial para el artista desprevenido, le artista asustade en esta época:

Volvamos al barrio, volvamos a la cuadra. 

Acercate a la cuadra. 

Mirá qué hay. 

Acá tenemos una vidriera y siempre hay gente pero capaz que en tu barrio, en tu cuadra, hay un balcón, una ventana amplia, un pasillo como el del Tata Cedrón que canta en el pasillo de su casa. 

Capaz que tenés una terraza, una plaza cerca. 

Hay que re-crearnos. 

Ese es el desafío. 

Artista desorientado de tu pueblo que soñás con irte lejos. 

Capaz que hay que habitar de nuevo la cuadra, el barrio, el pueblo, la ciudad. 

Ser el artista de tu cuadra, volver ahí. 

Porque el mercado nos enfermó y la salud la va a traer el arte, para dejar de tener miedo, para conocer al de la cuadra. Volvamos a esto que estás haciendo vos conmigo que me mirás a los ojitos.

Buenos Aires, diciembre 2020, plaza Congreso

Un cuerpo que baila es un cuerpo que sueña.
Muchos cuerpos que bailan pueden desatar la catarata del sueño colectivo.
Con zapatillas, zapatos de taco, calzado lustroso, raído o descalzos, los pies portan la información del ritmo y ese registro es tan antiguo como el fuego. Los pies conectan con la tierra y sus historias. Y así levantan vuelo y sacuden el aire.

Un cuerpo que baila es un cuerpo que lucha. Muchos cuerpos que bailan son la revolución.
Abrimos los ojos, sacudimos las penas, sentimos la música y a bailar la vereda.

Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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