Nota
Eva, Evo y Miss Universo
(Por María Galindo, de Mujeres Creando, Bolivia) Acaba de ganar Evo Morales con el 62 o más de apoyo popular. Un apoyo popular que nace abajo y que mientras más abajo vamos más profundo, entrañable e inquebrantable es. Y sin embargo, una de las ofertas electorales por muy inverosímil, irónico, grotesco y chocante que nos parezca es la organización de la próxima Miss Universo en la ciudad de Santa Cruz, con transmisión de televisión estatal para el país entero y con el Ministro de Culturas a la cabeza de semejante responsabilidad estatal. Fue el regalo del presidente con mayor apoyo popular en la historia del país para el empresariado cruceño terrateniente agropecuario que postulo en su pasado mandato el secesionismo. ¿De dónde saca esta propuesta nuestro presidente indígena, líder del cambio social en América latina, hijo de una pastora del altiplano, hermano de las llamas y confidente del viento?
Advierto a lectoras y lectores que he escogido para este artículo sobre la reelección de Evo Morales concentrarme en esta, una de sus más simples, banales y para muchos «jocosas» ofertas electorales.
¿Quién te dijo que para ser bonita tienes que ser una cosita?
La cosificación de las mujeres que es la conversión del cuerpo de las mujeres en una mercancía, en una cosa, en un objeto sujeto a la tiranía estética y a la mutilación del cuerpo en piernas, cintura, tetas, muslo, cabellera, etc. etc. es uno de los ejes de la opresión de las mujeres en todas las sociedades patriarcales del mundo. Es un eje de opresión que básicamente gira en torno de la industria de la publicidad, la cirugía estética, el espectáculo y la moda. Imponiendo parámetros de belleza que son abiertamente racistas, cosificantes, dañinos para la salud y que han dado como consecuencia graves problemas de bulimia y anorexia sobretodo en las adolescentes y sensación de insatisfacción consigo mismas en miles de mujeres en el mundo. Es también una imposición de tallas y aspectos que ratifican «la fragilidad» de las mujeres como un rasgo de belleza.
Esta cosificación no se circunscribe únicamente a las mises y modelos que se puede decir hasta cierto punto que cumplen ese papel voluntariamente, es una cosificación que a partir de ellas se impone como modelo universal y que recae sobre todas las mujeres. Por ejemplo a partir de la imposición del requerimiento de «señorita de buena presencia» para los trabajos, la imposición de uniformes con minis y escotes en las gasolineras y restaurantes. Y la abierta y descarada evaluación física de las mujeres cuando tienen que acceder a un puesto de trabajo desde secretaria hasta vendedora. La contestación de estos parámetros y la reivindicación de no ser reducidas a la apariencia física es una lucha interminable del movimiento feminista. Es una lucha que pone en evidencia que no tenemos en nuestras manos la discusión de la belleza, sino que lo que esta industria instala es tiranía estética y no belleza.
Para decirlo rápido: las mises no son mujeres bellas, son mujeres cosas. Por tanto impulsar, fomentar, apreciar o incentivar esa presencia es asignarles a las mujeres en una sociedad el lugar de cosas. Es despojarnos de nuestra condición de personas y sobretodo de nuestra dignidad.
La cosificación de las mujeres: una política estatal
Con el anuncio y la oferta del presidente la cosificación de las mujeres se convierte además en una política desde el Estado. A escala mundial, con excepción de la Italia de Berlusconi, esta industria es una industria privada, impulsada con fondos privados y en la cual los estados no han entrado ni a la censura y protección de los derechos humanos de las mujeres, pero tampoco al impulso de las mismas. El caso boliviano aparece entonces como una excepción grotesca sobretodo cuando sabemos que un alto porcentaje de mujeres en nuestro país no tiene muelas a los 30 años por falta de calcio, muere de abortos mal practicados y carga la mayor parte del desempleo, la migración y el sobrendeudamiento vía microcrédito.
Fue la derecha boliviana la que introdujo a las modelos como parte orgánica de su política. Verónica Larriuo fue la imagen de campaña electoral de Sánchez de Lozada y Carlos Mesa el 2002 y posteriormente fue contratada para al menos simular un romance con el viejo presidente a manera de proteger su virilidad como un bien político. Es así que Verónica visitaba el palacio de gobierno casi públicamente para lavar la imagen desgastada de Sánchez de Lozada.
De manera paralela la Expoferia de Santa Cruz que es el portal productivo más importante del país instauro la presencia de las modelos como azafatas convirtiéndolas en el atractivo principal de la feria. Todo eso fue parte del lenguaje de la derecha, una derecha banal que vendió a las mises como modelo de éxito. Y que proponía la expansión sin límite ético del concepto de mercancía; empezando por el agua, los servicios básicos y terminando en las mujeres. Las mujeres como mercancía y también como objeto disponible para el uso de empresarios y políticos fue la cara que un neoliberalismo cruel y empobrecedornecesitaba para endulzar y disfrazar sus políticas de hambre.
Si bien esto nace en la derecha y el empresariado, fue adoptado por los sectores populares por eso el ser Miss castaña, miss tacana o miss villa miseria se convirtió rápidamente en parte de la agenda social de todos los sectores. Las universidades públicas lo hacen, las carreras, los barrios populares, los colegios en todo el país lo hacen y las chicas desfilan sus tristes cuerpos en pasarelas de cartón, de cemento, de basura o de cristal cumpliendo el deseo de ser miradas, deseadas, admiradas y visibles para la mirada machista y mutiladora del político, del empresario, del fotógrafo o del dirigente.
No hay nada más parecido a un machista de derecha que un machista de izquierda
García Linera también comprendió que la virilidad es en la sociedad boliviana un bien político por lo que de manera compulsiva y exhibicionista se dedicó a invitar y cortejar una serie de mises que lo legitimaran como macho en la sociedad cruceña.
Sin embargo, esta fascinación por las mises como prolongación de su poder político pasó del vicepresidente a todo el gobierno. El escenario fue recogido por el gobierno en su conjunto como una especie de política gubernamental que no era formalizada y que pertenecía a ese lugar intermedio entre política estatal y vida privada. Este hecho repercutió de manera muy agresiva al interior de las oficinas públicas con un despliegue de acoso sexual abierto contra las trabajadoras, un incremento del personal femenino de bajo rango que conformara el ornamento para los funcionarios machistas de alto rango; pasando por diputados, viceministros y directores que tuvieron los puestos de trabajo del Estado como una especie de cuota machista para colocar mujeres jóvenes sin experiencia y dispuestas a jugar el ambiguo papel de secretarias y amantes. No se trata de una crítica moralista sobre la monogamia, el estado civil o la fe cristiana de los funcionarios públicos, todo lo contrario es el análisis de la realidad concreta e inmediata del lugar de las mujeres en la administración pública en un proceso que se llama de «cambio social». Este lugar es denigrante cosificante y atentatorio contra los derechos de las mujeres, es un lugar jerárquico y violento.
Esta cosificación repercutió también en los movimientos sociales y en las áreas rurales donde la relación erótica con el presidente sus ministros y funcionarios se convirtió en la oferta generalizada de las mujeres jóvenes en busca de un sueño. Dejando el mensaje sellado pueblo por pueblo de que todas las mujeres están disponibles para el presidente o cualquiera de sus colaboradores. La historia de Margarita Terán la joven que se incorporo a los 14 años al movimiento cocalero, la ex novia del presidente, es solamente hoy una anécdota de lo que es al trágico destino de las mujeres indígenas dentro el movimiento político sindical campesino. La descomposición del movimiento de mujeres campesinas que ha cedido en todos estos manoseos machistas y que se ha hecho cómplice de esta sujeción es evidente. En una reunión de gabinete el presidente llegó a contar la siguiente broma: cuando voy a los pueblos quedan todas las mujeres embarazadas y en sus barrigas dice «Evo Cumple».
Pero el Estado pasó de esta manera simulada de fascinación por la cosificación de las mujeres a su formalización.
La primera formalización fue la elección de la miss La Paz organizada por el gobierno municipal con fondos públicos, transmisión en directo de 4 horas por la cadena de televisión estatal para todo el país y la participación del propio presidente y alcalde en sesiones de fotografía con las candidatas. Luego el ministro de Culturas incorporó a las mises como parte de la política cultural del «proceso de cambio».
El mensaje político es claro: el lugar de las mujeres en este proceso es la satisfacción del macho y de entre todos los machos la satisfacción de aquellos que ostentan poder político es la que más prestigia, y la que más rentable resulta.
Gloria Limpias: de acusada de proxenetismo a interlocutora validada por el Ministerio de Culturas
Gloria Limpias es quien detenta la franquicia de los concursos de mises y por supuesto del miss Universo también. Su empresa nace en los años 70 para satisfacción de los dictadores de turno de esas épocas. Fue acusada por Helga Bauer -miss Bolivia 1996- de proxenetismo porque su contrato la obligaba a acudir a citas con empresarios japoneses. Les quitó títulos de belleza a varias mujeres, en el caso de Desiré Duran fue por haber quedado embarazada. Los contratos que firman las chicas son los más desventajosos de la región. Son contratos unilaterales que las obligan en todo, sin que su empresa guarde ninguna obligación en reciprocidad. Gana el 50% de todo lo que haga una miss o modelo suya y maneja de tal manera el escenario empresarial y político que una chica que no trabaja con ella puede no solo estar condenada al aislamiento, sino inclusive a la destrucción de su imagen.
Gloria Limpias representa como empresa lo más retrógrado que hay en la sociedad cruceña, los contenidos que se les transmite a las mujeres que por ella pasan son un entrenamiento en la idiotización como rasgo de belleza. Es un entrenamiento en la complacencia del macho y las chicas más cotizadas son las que mejor sonrisa logran a la hora de presentarse como cosas. La empresa de Gloria Limpias administra además la vida sentimental y privada de cada una de las chicas, por eso una de sus más rentables habilidades es alimentar la doble moral y la hipocresía social en Santa Cruz. Las modelos y mises cumplen roles ambiguos entre la exhibición de sí mismas como cosas y la condición de damas de compañía de los más poderosos del país. No es una crítica moralista la que planteamos, todo lo contrario las chicas son destruidas, destituidas, extorsionadas o multadas por Gloria Limpias cuando apelando a su libertad personal incumplen precisamente ese papel.
Esta empresa es subsidiaria de la empresa mundial del Miss Universo que pertenece a la televisora norteamericana NBC, y al magnate estadounidense, Donald Trump. Es decir que a la hora de hablar de cosificación de las mujeres ni el antiimperialismo, ni el anticapitalismo resultó un argumento. Organizando la miss Universo desde el Estado y como tarea estatal se capitalizará con fondos públicos y con apoyo estatal la empresa que más pisotea los derechos humanos de las mujeres en la sociedad desde el derecho a la intimidad, hasta el derecho a la maternidad. Un jefe de Estado como Evo Morales que comprendió la necesidad básica de que no todo es una mercancía, no aplica esta comprensión a la condición de las mujeres bolivianas y se regodea de su poder para impulsar desde el Estado esta cosificación porque como macho lo disfruta.
La cosificación de las mujeres puede conducir sin duda a una importante alianza política entre empresariado cruceño y Movimiento al Socialismo, pero al mismo tiempo significa una manera más de vaciar al contenido de un proceso de cambio y de convertirlo en un simple cliché. Me disculpo con quienes consideran que esta oferta electoral es legítima y que no empaña la imagen del presidente más popular de los últimos tiempos, con quienes consideran que estas son cosas de detalle y sin trascendencia. Considero que este es efectivamente un detalle que sumado a muchos cientos más son rasgos que no puedo, ni deseo dejar de ver. Son rasgos más que preocupantes sobre el real y concreto contenido del proceso más allá del discurso de tarima que escuchamos todos los días. He preferido pues para este articulo sobre la reelección de Evo Morales concentrarme en una de sus más simples, banales y para muchos jocosas ofertas electorales.
No se puede descolonizar sin despatrarcalizar.
Nota
Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.
Por Claudia Acuña
Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.
Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.
Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.
A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Hasta lograrlo.
Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.
Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.
Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.
Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.
Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.
Quizá.
Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.
Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.
La presentación
Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.
Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.
Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».
El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.
Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Nota
La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.
Por Francisco Pandolfi
Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.
La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”.
Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».
Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.
Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.
Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”.
En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.
La causa, sin avances
Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.
Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”.
La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.
Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.
Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.
Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.
Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.
Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.
Nota
La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.
Por Franco Ciancaglini.
La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo.
En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso.
“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.
La que habla es una de sus hijas, Paula.
El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10.
Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.
El arma y la palabra
Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.
Es jubilada.
Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.
Tiene tres hijas.
Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.
Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.
Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.
La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.
Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.
El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.
Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.
Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.
Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.
“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.
Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.
Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.
Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.
Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.
La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”.
¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.
La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.
¿Necesitan algo? “Sí: paz”.
- Revista MuHace 4 semanas
Mu 201: Modo Estela
- NotaHace 3 semanas
La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía
- ActualidadHace 1 semana
Hasta el lunes, Nora
- ActualidadHace 2 semanas
Pablo Grillo: el retrato que más duele
- ActualidadHace 6 días
La última rebeldía