CABA
Stallman, las Madres: software libre y derechos humanos
Richard Stallman, el más carismático orador del software libre (+ info) y creador del proyecto GNU, visitó la Argentina en agosto de 2004. Su agenda de presentaciones fue organizada por lavaca junto a Diego Saravia –integrante del foro Hipatia y padre del programa Ututo- y Vladimir Di Fiore, habitual colaborador de nuestra cooperativa e integrante de Solar, una de las organizaciones que promueve el software libre en nuestro país. Stallman cumplió con el programa –que incluyó una entrevista con el ministro de Educación Daniel Filmus y una multitudinaria presentación en el Centro Cultural de la Cooperación-, con una única excepción: se negó a dar una charla en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. Interpelado por lavaca, Stallman se justificó diciendo que Federico Heinz y Beatriz Busaniche, de la Fundación Vía Libre, le habían aconsejado que no lo hiciera para preservar al software libre de definiciones políticas.
Tiempo después, cuando Stallman se cruzó en Venezuela con Claudia Korol, por entonces responsable de la carrera de Educación Popular de esa Universidad –que se había preparado especialmente para recibirlo-, le detalló que para convencerlo de lo inconveniente de su participación le habían enviado una copia de la carta que Hebe Bonafini escribió en oportunidad del atentado de las Torres Gemelas. Y aunque se le señaló lo malintencionado del recorte de la información proporcionada –ubiquemosnos: gobierno de George Bush, Ley Patriótica, opositores tildados de terroristas- Stallman señaló a Vía Libre como su entidad de confianza. Luego, la puso al frente de la versión latinoamericana de su Fundación.

Richard Stallman
Desde entonces hasta hoy la comunidad latinoamericana mantuvo una dura polémica sobre este tema puntual que comienza a saldarse ahora con la carta abierta de la Fundación Software Libre de América Latina donde pide formalmente disculpas. “Nunca debemos recomendar que los oradores de Software Libre eviten un lugar donde serán bienvenidos y escuchados, y nunca debemos intentar dividir un proyecto comprometido con los valores del Movimiento del Software libre”.
Las disculpas demoraron cinco años y se hicieron explícitas por varios motivos. El principal fue que varios e importantes integrantes del movimiento latinoamericano no dejaron de exigirlas en todos estos años. Para ellos, el incidente marcaba un punto de inflexión en una comunidad donde conviven diferentes visiones sociales y políticas, basándose en dos principios fundadores: ética y colaboración. ¿Qué había cambiado para que por primera vez un grupo conspire contra la actividad propuesta por otro, sin plantearlo abiertamente en los foros, otra de las características claves del movimiento?
La segunda es que, tal como señala la Carta Abierta de la Fundación, a sólo un año de su creación los miembros fundadores escogidos por Stallman abandonaron la conducción con un coro de acusaciones sobre el manejo de fondos y prebendas. Pero fundamentalmente por el motivo central que originó esta polémica: de qué lado estar.
Cinco años después, el movimiento de software libre latinoamericano creció y se fortaleció desde abajo y desde los bordes. A punto tal, que hoy su vocero político en la cumbre del MERCOSUR ha sido el gobierno paraguayo. La experiencia brasileña es otro fuerte referente, así como el trabajo que varios miembros del movimiento hicieron en Venezuela para impedir el boicot a su industria petrolera desde los centros de control informáticos norteamericanos. Se trata de algunos ejemplos que revelan el impacto que llega a tener el invisible trabajo cotidiano realizado junto a quienes pueden transformar la realidad. Desde los escenarios, en cambio, las banderas de software libre sólo han servido como criadero de un rentable oficio: el de oradores profesionales. Un proceso que convierte a militantes sociales en expertos buscadores de financiamiento para organizar “programas” de entretenimiento mediático: foros, charlas, debates.
El prójimo
En paralelo, la multinacional encargada de privatizar las nuevas tecnologías avanzó sin grandes resistencias en su estrategia local. Microsoft no se dedicó a perseguir a los millones de usuarios que en sus hogares usan copias de sus programas, sino a atraparlos a granel, a través de acuerdos con el Estado, en todos sus niveles: nacional, provincial y municipal. Lo logró, con el tradicional estilo Corleone: haciéndoles una propuesta que no pudiesen desechar. El método consistió en ordenar operativos en dependencias oficiales. Una vez comprobado in situ el uso de copias de su software, los forzó a firmar acuerdos millonarios y de largo plazo. Un ejemplo: el 19 de agosto de 2003, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, mediante el decreto 1844, formaliza un acuerdo con Microsoft por 1.269.966,92 dólares, a cambio de la que la empresa retire su demanda por el uso de copias de su software registrada en un operativo que ordenó en la Comisión Municipal de la Vivienda. Para entender los modales que utiliza esta empresa, basta leer el punto 6.6 de este acuerdo: “Ninguna de las partes revelará dichos términos y condiciones, ni el contenido de ninguna de las conversaciones que conllevaron a ellos, a ningún tercero, salvo que tal revelación sea exigida por ley o por mandato judicial”.
Las provincias de Buenos Aires, Río Negro y Salta, el ministerio de Educación y el de Economía también suscribieron distintos tipos de acuerdo con Microsoft.
Ahora, la empresa decidió arremeter contra otros grupos. No parecen elegidos al azar. En el último mes llegó una intimación al Cels (Centro de Estudios Legales y Sociales) y a la CTA solicitando la comprobación de las licencias del software, bajo amenaza de iniciar acciones legales.
La acción represiva cobró impulso en los dos últimos años con el desembarco de la oficina local de la Business Software Alliance (BSA), una organización “creada para promover los objetivos de la industria del software y sus socios del hardware”, según anuncia en su página www.bsa.org, desde donde alienta a denunciar a empresas que utilizan copias de software. Solo durante los primeros seis meses de 2009, la BSA promovió 28 allanamientos policiales y 72 diligencias judiciales en empresas argentinas. “El material incautado asciende a los 3.385.200 pesos y 18 personas fueron procesadas por ser consideradas responsables del delito de defraudación contra la propiedad intelectual”.
Uno de los abogados contratados por la BSA es el doctor Antonio Millé, titular de la Cátedra de Derecho de Autor de la Universidad Católica y asesor de la ONU. Su frase preferida sintetiza su mix de fe: “Hay que entender que un programa es una propiedad del prójimo”.
Una oportunidad
Cuando la empresa XTech recibió una de las intimatorias cartas de BSA surgió la idea: iniciar una campaña para una migración masiva hacia el software libre. La iniciativa es impulsada desde la Cámara Argentina de Empresas de Software Libre (Cadesol) que envió a 9.000 pymes una carta donde le proponen “si querés ahorrar y de paso sacarte de encima el problema de las licencias, migrá a software libre”.
La ofensiva de BSA parece, entonces, una excelente oportunidad para que la comunidad del software libre local reconozca aliados y enemigos para dar la batalla que le da sentido: combatir la privatización del conocimiento y construir una sociedad libre. Quizá el mensaje de que la libertad de conocimiento es un derecho humano está aún tiempo de ser lanzado.
Más info sobre el software libre y sus batallas
Carta Abierta de la Fundación:
“A SOLAR, Hipatia, Madres de Plaza de Mayo, UTUTO, y sus miembros; a otras organizaciones, proyectos y activistas de Software Libre y de Derechos Humanos; y a todo a quien corresponda:
FSFLA es acusada de actos en Argentina que son incompatibles con nuestros valores y compromisos públicos. Las acusaciones están mal dirigidas: fueron hechas por primera vez hace más de 4 años atrás, contra unos pocos que luego se volvieron miembros fundadores de FSFLA, los cuales ya no están en FSFLA. No podemos juzgar la disputa entre otros, pero si hubiéramos existido como ahora, ciertamente no nos hubiéramos comportado como se alega. Nunca debemos recomendar que los oradores de Software Libre eviten un lugar donde serán bienvenidos y escuchados, y nunca debemos intentar dividir un proyecto comprometido con los valores del Movimiento del Software libre.
FSFLA fue fundada en noviembre de 2005. Un año más tarde, diferencias internas insuperables forzaron un reinicio. De la gente que fue inicialmente acusada, ninguno quedó. Hemos adoptado una nueva constitución e invitamos activistas de Software Libre de toda América Latina para a unirse a nosotros.
Lo que sea que haya ocurrido antes de la fundación de FSFLA, no fue aprobado por FSFLA. No hubo discusión alguna acerca de esos temas dentro del equipo de formación de FSFLA antes que ellos alegadamente ocurriesen. Por nuestra constitución, nadie representa a FSFLA sin una decisión formal para aprobar esto. Si nuestro nombre fue usado, fue sin autorización. Negamos cualquier relación con lo que sea que haya pasado. Nuestros actuales valores y compromisos públicos no nos permitirían actuar como se alega: si preguntan, recomendaríamos y decidiríamos contra dichos actos atribuidos a algunos de nuestros fundadores.
A pesar de que no participamos, reconocemos y lamentamos los retrocesos y conflictos que sucedieron las dudas acerca de si Richard Stallman debiera dar una conferencia en la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo, en 2004, y los alegados intentos de dividir el proyecto UTUTO, a principios de 2005. Nuestra constitución nos obliga a valorar avances a largo plazo para la Libertad de Software por sobre cualquier otra cosa. Esto es el opuesto de los actos alegados.
Estamos por nuestros compromisos a nuestra constitución, por nuestra misión y los valores éticos, morales y sociales que son las fundaciones del Movimiento del Software Libre. Prometemos ayudar y apoyar la promoción de los ideales y principios de la Libertad de Software a personas y entidades, sin considerar sus inclinaciones políticas, incluyendo movimientos sociales y organizaciones de derechos humanos como Madres de Plaza de Mayo, junto con cualquier comunidad de Software Libre que acepte nuestra cooperación para ese fin. Respetamos y apoyamos la unidad del proyecto UTUTO, el primero en crear una distribución 100% Libre de GNU/Linux, y de cualquier otro proyecto comprometido con los valores del Movimiento del Software Libre.
Instamos a las partes involucradas a intentar resolver pacíficamente los conflictos que queden y poner fin a las hostilidades que dañan al Movimiento del Software Libre. Reafirmamos nuestro deseo e invitación para mayor cooperación junto, con y entre todas las comunidades, organizaciones y activistas en la promoción de la Libertad de Software”.
Fundación Software Libre América Latina
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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