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“Hay que arriesgarse a construir un nuevo mundo”

La entrevista al vocero del EZLN realizada por un colectivo de arte ruso. Publicada por el periódico Diagonal.

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La entrevista al vocero del EZLN realizada por un colectivo de arte ruso. Publicada por el periódico Diagonal.

“Hay que arriesgarse a construir un nuevo mundo”
Fragmento de la conversacion entre el vocero del EZLN Subcomandante Insurgente Moisés y el colectivo artístico social Chto Delat (San Petersburgo, Rusia) y el periodista Oleg Yasinsky (Ucrania).
Cuando nos detuvimos en el lugar acordado, al espejo retrovisor de nuestra camioneta llegó un pajarito, parecido a un gorrión, y empezó a golpearse metódicamente contra el espejo. De vez en cuando, reposaba unos minutos al frente, mirándose desde distintos ángulos, y con nueva energía se lanzaba al combate contra su reflejo. Una vez más pensé en la teoría de los espejos, la tan querida por el subcomandante Marcos. Y también me acordé cuando hace unos 15 años, en los mismos lugares empezamos a ver al aire libre el documental Caminantes, aquel donde Marcos hace un ademán de quitarse el pasamontañas y de la selva irrumpe una enorme mariposa para tapar con las alas su cara en la pantalla. Tal vez los zapatistas, que no tienen secretos en su abierta vida política, llegaron a algún tipo de tratado secreto con la naturaleza local.
Estábamos en Chiapas, esperando la entrevista con alguien de los zapatistas que aceptó recibirnos. No sabíamos todavía que ese alguien sería el subcomandante insurgente Moisés, el mando militar y vocero del EZLN, que en mayo de 2014 reemplazó al subcomandante Marcos.
Nosotros, un grupo de cuatro artistas rusos de San Petersburgo del colectivo político cultural Chto Delat y yo en un rol entre traductor y guía no certificado por los mundos sociales de América. El objetivo de nuestro viaje fue conocer en los territorios rebeldeslas realidades y logros de los zapatistas, a 22 años de su aparición pública.
Íbamos a buscar algo que, según un joven zapatista francés del siglo pasado conocido como el Principito, no se ve con los ojos. Buscábamos reivindicar el sentido de tantos intentos y tantos fracasos de nuestra propia historia, rusa, ucraniana o soviética, en estos tiempos de confusión generalizada, o algo tan absurdo como las raíces de la esperanza europea en las tierras americanas. No lo sé definir exactamente. Sólo me acuerdo de que los textos zapatistas que llegaron a Rusia hace más de 15 años inquietaron y despertaron a miles de personas de nuestra generación.
Si alguien alguna vez me hubiera dicho que por su voz habla la voz de sus compañeros, no dudaría que estoy frente a un loco o un excéntrico y seguramente le respondería con alguna burla de mal gusto. Pero cuando al finalizar la reunión el subcomandante Moisés nos dijo esta frase, sentí simultáneamente hormigueo en la espalda y el mundo en la garganta. Nunca antes imaginé que una cosa como ésta podría ser verdad, sin metáforas ni exageraciones. O sea, lo imaginaba pero muy teóricamente porque la energía de la presencia viva, cercana y palpable de las verdades como ésta es algo demasiado diferente.
Hay muchas entrevistas con Marcos y pocas con Moisés. Con toda la admiración que tengo hacia el primero, me pareció más interesante compartir con el segundo para observar cómo, desde la etapa romántica y literaria, el zapatismo aterriza hacia prácticas quizás menos vistosas pero, sin lugar a dudas, mucho más sólidas y profundas… bueno y sin olvidar que dentro del zapatismo los despegues y los aterrizajes suelen ser la misma cosa.
Esta vez sentí que, sin distraernos por la buena literatura, pudimos sentir mejor el corazón campesino indígena comunitario del zapatismo. En este sentido, este viaje a Chiapas, más que una experiencia política o intelectual, fue un descubrimiento cercano a lo místico espiritual, algo que nos conecta a lo más profundo de nuestro ser.
Cuando usted entra a una casa de una Junta de Buen Gobierno decorada con murales revolucionarios y de repente se encuentra en la penumbra frente a unas seis personas con pasamontañas, la mayoría de ellos casi adolescentes y mujeres, y escucha que todos hablan muy despacio, eligiendo con cuidado y ternura las palabras y las ideas, seguramente sentirá algo muy especial. Algo como aquel sentimiento que irrumpe suavemente cuando admiramos por primera vez el mar o las montañas. Después es mejor relajarse, entregarse y olvidarse que porta un reloj pues todas las decisiones y procedimientos zapatistas son extremadamente lentos, requieren discusiones colectivas, las que a su vez suponen reflexiones individuales que se realizan sin prisa alguna. Las autoridades de la Junta le pedirán disculpas por la demora y en las repentinas arrugas de los ojos indígenas seguramente descubrirá una sonrisa al otro lado del pasamontañas.
Este material es una síntesis de la conversacion de una hora y media que tuvimos con el subcomandante Moisés. Termino agregando que esta reunión, aparte de ser un gran honor, fue una enorme alegría, por lo que agradecemos a nuestros amigos mexicanos por hacerla posible. Y, como se dice, trataremos de no defraudar su confianza y generosidad.

Entrevista con el Subcomandante Moisés

Fragmento de la conversacion entre el vocero del EZLN Subcomandante Insurgente Moisés y el colectivo artístico social Chto Delat (San Petersburgo, Rusia) y el periodista Oleg Yasinsky (Ucrania):
Subcomandante Moisés: Lo que les puedo compartir no es de lo que hacemos nosotros como tropas insurgentes, sino es la realidad de la práctica de nuestros compañeros, bases de apoyo y compañeras a lo largo de 22 años que salimos a la luz pública. Eso es lo que les voy a platicar. No es lo que nosotros logramos como tropa, como insurgentes, sino lo que lograron nuestros pueblos.
Cuando nos declaramos municipios autónomos rebeldes zapatistas, entonces ahí donde dijeron los compañeros: vamos a gobernarnos nosotros mismos. Los compañeros, las compañeras vencieron muchas cosas, porque no saben leer ni escribir y no pueden hablar el español. Pero ellos dijeron: la justicia sabemos cómo queremos, cómo debe ser un buen gobierno, no depende de leer ni escribir o saber bien español. Entonces, como entran en resistencia. Como ellos quieren el gobierno que quiere el pueblo, entonces vamos a hablarnos como gobierno en nuestra lengua. Porque aquí hay varias lenguas. Hay tzeltal, tzotzil, tojolabal, chol, zoque, mame y otros que hablan español. Entonces tuvieron que resistir burlas de los que no son zapatistas, por ejemplo: él es un tzeltalero y otra tzeltalera, pero no es zapatista, entonces ella le dice “no sabe gobernar, lo conozco, es hijo de tal, no tiene estudio”; burlas así, de ese tipo. Años después, la que burló va a ir a pedir justicia ahí.
El mal gobierno, o sea, el sistema, el mal sistema, es este que controla, domina, manipula a la gente, para que se pongan en contra de nosotros. Por ejemplo, provoca problemas, quieren quitar la tierra recuperada, que la recuperamos en el 94, porque recuperamos miles de hectáreas.
Luego otra resistencia que vino son los bombardeos políticos en los medios de comunicación hasta, por ejemplo, dicen en los medios de comunicación que los comandantes ya se vendieron o que la comandancia general ya abandonó al EZLN, que la comandancia está peleada con el pueblo, y hasta guerras psicológicas en los medios. Dicen por ejemplo que el finado Sub Marcos está enfermo y que el Gobierno de Calderón lo está curando. Que el finado Marcos abandonó los pueblos zapatistas, que anda de turista en Europa. Así montón de cosas que dicen, con tal de que crean los compañeros y se desmoralicen. Los compañeros tuvieron que resistir las provocaciones que hace el Ejército y la Policía, pues quieren que los matemos para que nos maten ellos. Pero lo que se dieron cuenta los compañeros de los pueblos es el cambio que queremos, y entonces el cambio se hace con lucha política pacífica, rebelde y resistente.
Hay un nuevo sistema de gobierno de los compañeros, donde ellos, miles de zapatistas, ellos y ellas mandan y el gobierno obedece, eso se logró con arma de lucha de resistencia y de rebeldía, 22 años se hizo eso, si hubiéramos hecho 22 años de balazos no hubiésemos construido lo que hay ahora. Los pueblos son los que vigilan al gobierno, demostraron que los pueblos, sepamos o no leer o escribir, sabemos gobernar. Un gobierno donde piensa por el pueblo, clarito podemos decir ahora, a todos los gobiernos capitalistas que hay en el mundo no les sirven los estudios que dan en Harvard o algo así. Porque los que saben son los pueblos que están explotados.
Pero dicen los compañeros y las compañeras: hay que saber usar la rabia, o sea, el coraje, pues. Dicen las compañeras que tiene que ser digna esa rabia, o sea, se tiene que estudiar cuándo es necesario matar o morir, y cuándo no. Por ejemplo, estos 22 años.
Como dicen los compañeros y las compañeras, sabemos que un día el gobierno no nos va a dejar, pero la cosa que nosotros estamos demostrando, que es lo que queremos, no estamos empeorando el mundo que queremos, estamos diciendo que el pueblo tiene que gobernar. Las compañeras y los compañeros, dicen: “La política es del pueblo,lo ideológico es del pueblo, lo económico es del pueblo, es el pueblo que tiene que planear lo cultural que necesita el pueblo, es el mismo pueblo, no sólo un grupo de gabinete”.
Entonces ahora los compañeros, en su nuevo sistema de gobierno que tienen ahora, hay un respeto mutuo porque entonces los gobiernos o las autoridades, como decimos nosotros, tienen la obligación también de proponer según lo que ven, porque gobiernan, pues. Pero no lo pueden decidir, hay una asamblea, como por ejemplo que viene ahorita, están aquí miles de compañeros ahorita. Entonces es ahí donde propone la autoridad. Hay cosas que puede decidir la asamblea de autoridades, hay cosas que no puede, tienen que ir ahí a consultarle a los miles, a los pueblos, o sea, son lentos los pasos, pero es decisión del pueblo. Para que entonces no haya inconformidad, y las compañeras y los compañeros se aconsejan mutuamente, se dicen por ejemplo, si la autoridad está dormida, el pueblo despierta. Si el pueblo es el que está dormido, el gobierno autónomo es el que despierta.
Se ha sembrado hasta lo más profundo lo que es la palabra democracia porque todo está discutido, opinado, propuesto, estudiado, analizado y decidido por el pueblo, mujeres y hombres. No hay cosa que se haga que no estén enterados los pueblos.
Los compañeros y las compañeras no reciben nada del mal gobierno, nada, pero también los compañeros y las compañeras no le dan nada al gobierno, o sea, no pagan el impuesto, ni luz, ni agua, ni tierra; entonces lo que hacen los compañeros, cualquier necesidad que se necesita tienen que trabajar colectivo la tierra para de ahí sacar los recursos, ya sea para construcción de escuelas, clínicas, todo lo demás, necesidades.
Y otra cosa, lo que han aprendido los compañeros y las compañeras, hay compañeros, compañeras, hermanos, hermanas solidarios, entonces lo que hacen los compañeros es no gastar así nada más los recursos, crean algo con eso, porque sabemos que sólo una vez, dos veces, tres veces se puede. No se va a poder más. Por eso los compañeros, entonces puedo decir, lo reproducen, y otras de las cosas que tienen los compas, ellos lo ven, ellos lo dicen, tenemos chiquitita libertad y chiquitita independencia, pero la mejor, porque es el pueblo el que decide, no un grupo. Juntos con su gobierno y el pueblo. Entonces es ahí donde los compañeros dicen: aquí en este terreno de lucha ya lo mandamos a la chingada al gobierno. No sé cómo vas a traducir eso.
Pues así lo dicen los compas, porque entonces lo agarraron como suyo, pues. Y eso es lo que está emputado en el sistema, por eso. Porque con los compas no entra el gobierno.
Las compañeras son las mejores de saber cuidar los recursos que los hombres, que somos más gastones, de veras. Resulta que ese colectivo de mujeres ayuda a otras mujeres de otros pueblos, le pasan, le dicen al partir, es decir que entonces hay 40 vacas, le pasan 20 vacas a un pueblo colectivo, entonces cuando ya crían las 20 vacas, diez le queda a ese pueblo y diez le queda el que dio, así se van apoyándose de uno a otro. Y así se han apoyado de municipios a municipios autónomos. Ahora resulta que los que dan trabajo, los que saben organizar trabajo, son nuestras compañeras, les dan trabajo a los hombres.
Antes nuestras compañeras mujeres no tenían la posibilidad, ahora las compañeras son promotoras de educación, son promotoras de salud, son consejos de los Marez, de los municipios autónomos, son autoridades de los pueblos, que le decimos comisariadas o agentas, son miembros de junta de buen gobierno, son locutoras de emisoras, trabajan en el laboratorio de la salud, están aprendiendo de cirujanas. Entonces un montón de cosas donde están las compañeras ahora. El gran cambio que han visto es que entonces los insurgentes y los mandos entendimos lo que quiere el pueblo, porque nosotros no queremos ser gobierno y nos convencieron, porque es la verdad lo que dicen los pueblos. Está bien, que somos revolucionarios, insurgentes, pero los que lo enfrentan día y noche, día a día, son los pueblos, entonces, por lo tanto, saben más.
La sorpresa que hay es que, cuando tuvieron la libertad los jóvenes y jóvenas, por ejemplo, quieren aprender muchas cosas, pero que ahorita no tenemos posibilidades, pero tienen un ánimo de cómo mejorar lo que ven que están haciendo. Por ejemplo: dicen que cómo vivieron sus bisabuelos y abuelos, porque antes nunca compraron medicamentos, vivieron de las plantas medicinales. Entonces ellos dicen ahora –los jóvenes y las jóvenas– “necesitamos estudiar cuál es la sustancia que tiene esta planta”, están hablando ya de químicas, biologías y esas cosas, laboratorios, ¿dónde lo encontramos? Pues es dificultad que tenemos ahorita , pero lo vamos a tener que resolver, vete a saber cómo.
Otra sorpresa que nos agarran los compas es cómo ven ellos, cómo entienden ellos, es que en el capitalismo quieren que reine el dinero, dicen, o sea que si no tienes dinero no puedes tener nada, entonces dicen “cómo vivieron nuestro bisabuelos”, porque no existía dinero antes, entonces empiezan a hacer investigación, resulta que se intercambiaban, se prestaban productos. Entonces, dicen, eso hay que rescatarlo. Estamos diciendo ahorita que el dinero no sirve, hoy sí sirve, dan ejemplo en el sistema en que estamos, los pinches médicos así lo dicen. Cuando te van a hacer una cirugía, no van a aceptar una tonelada de maíz o frijol, quien paga, dinero. Entonces sí tenemos que trabajar para tener dinero para esas necesidades, pero muchas cosas no, cosas así que van rescatando sus culturas, los compañeros. Una gran sorpresa que nos dieron a nosotros es que esa autonomía que decimos, que el pueblo manda y el gobierno obedece, no hay manual, no hay libro, no hay película documental porque es el pueblo realmente el que manda, entonces ellos fueron inventando, creando, imaginando, y hombres y mujeres y miles. Eso nos tiene con gran sorpresa.
Oleg: ¿Cómo ustedes entienden el progreso?
Sub Moisés: Un ejemplo muy sencillo, hay miles de hectáreas que eran de ganado para los terratenientes, ahora esas miles de hectáreas de tierra es alimento del pueblo. Entonces eso es un progreso y ya. Y allí va a estar para la vida de generaciones y generaciones. Entonces, así está todo lo demás. Siempre el pueblo va a ir decidiendo. Eso es un progreso para nosotros.
Oleg: Las nuevas iniciativas de ustedes es una nueva etapa, esto hablando de las iniciativas de CompArte y lo demás. ¿Es una nueva etapa de la lucha zapatista?
Sub Moisés: Sí. Sí, porque vemos que el sistema ahora ya no tiene salvación, y los únicos que pueden salvar son los pueblos originarios, la ciencia y el arte. Esos tres se deben juntar pues. Porque podemos cantar cómo queremos un nuevo mundo, qué haces si nomás cantas, tienes que arriesgarte a construirlo. Pues por eso estamos llamando. Para pensarlo, discutirlo, analizarlo, estudiarlo y luego decidirlo pues.
Oleg: Si la humanidad sobrevive, ¿cómo será el hombre de mañana?
Sub Moisés: El pueblo pobre no se equivoca, sabrá cómo es lo mejor. El pueblo, no los líderes.
Oleg: ¿Qué significa ser zapatistas, sin ser indígena y viviendo lejos de Chiapas?
Sub Moisés: Luchar sin rendir, sin venderse, ni claudicar, como dé lugar hay que liberar este mundo. Eso es ser zapatista, siempre pidiendo pensamiento del pueblo, si dejamos de preguntarle al pueblo, ahí es donde comienza otra vez la equivocación. Siempre al pueblo, aunque se equivoque el pueblo, es el pueblo el que tiene que corregir de nuevo. Por eso nosotros somos líderes zapatistas, si nosotros nos equivocamos, el pueblo lo paga. ¿Es correcto? ¿Es correcto que nos equivoquemos y el pueblo pague? Entonces hay que preguntarle al pueblo y hacer lo que dice el pueblo, y si el pueblo se equivoca, es el pueblo el que sufre y el mismo pueblo lo va a corregir, porque es él, es ella el que equivocó, no nosotros. Por eso nosotros debemos ser representantes, representamos a nuestro pueblo. Por mi voz habla la voz de los compañeros. Lo que les platiqué es lo que están haciendo los compañeros y compañeras.

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4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

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La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte volvió a viajar de Buenos Aires a Córdoba para reclamar que se asigne urgentemente un fiscal en la causa y que se investigue su femicidio. Hace 4 años el cuerpo de Cecilia fue encontrado luego de estar 20 días desaparecido; su familia denuncia una trama local que involucra a la última persona que la vio con vida, el ex boxeador Mario Mainardi, jamás investigado, y la complicidad de la justicia de Cruz del Eje, representada por Paula Kelm, que buscó inculpar a un perejil. Gracias a la lucha familiar se logró anular esa línea de investigación, que culminó en un juicio nulo, pero desde entonces no se retomó la instrucción; y pese a que en diciembre se anunció que un nuevo fiscal tomaría la causa, eso no sucedió, y las dilaciones siguen. Crónica de una nueva reunión con promesas y sin hechos, cuando la impunidad se hace cada vez más grande y el reclamo, también: “Verdad y justicia para Cecilia Basaldúa”.

Por Bernardina Rosini

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa ya perdieron la cuenta de las veces que han viajado desde la ciudad de Buenos Aires a Córdoba con el único objetivo de lograr justicia por su hija. Han perdido esa cuenta pero no la cantidad de días que contabiliza la impunidad: 1460, es decir, cuatro años. 

En efecto, hace cuatro años (el 25 de abril de 2020) encontraron el cuerpo de Cecilia Gisela Basaldúa en un codo del Río Calabalumba en Capilla del Monte, luego de veinte días de estar desaparecida. Cuando Daniel y Susana llegaron ayer a los Tribunales en Córdoba Capital, se los ve invadidos por la bronca y el hartazgo. Son cuatro años sin Cecilia y a la par sostienen que las líneas de investigación han sido deliberadamente manipuladas y el material probatorio  de contundencia, ignorado

La última vez que estuvieron parados sobre esa vereda fue el pasado 7 de diciembre, tras reunirse con el Fiscal General Juan Manuel Delgado. Celebraban la noticia: “Tenemos fiscal, vinimos con 3.000 firmas de apoyo pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”. Cinco meses después, otra vez viajan 700 kilómetros para golpear la puerta del Palacio de Justicia pues tal designación no sucedió y la causa acumula once meses sin fiscal a cargo de la instrucción.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas
Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia: viajaron desde Buenos Aires para mantener una reunión y reclamar justicia por su hija.

El baile del fiscal

Mientras los Basaldúa llegaban el 25 de abril nuevamente a Córdoba para pararse frente a Tribunales y exigir justicia, fueron notificados que la Fiscal General Adjunta Bettina Croppi los convocaría a una reunión. 

Antes de ingresar al edificio Daniel comparte la situación actual de la causa “Nos vienen diciendo que no designan fiscal porque falta una firma: me cuesta creerlo. No puedo hacer nada más que venir y reclamar. Hasta ahora la única justicia que logramos fue que no metan preso a un inocente”. 

Hoy le cuesta hablar; tiene un nudo en la garganta y el rostro de su hija estampado sobre el pecho. “Sólo espero que esta investigación vaya tras los verdaderos sospechosos, tras Mario Mainardi, última persona que vio a Cecilia con vida, quien tenía pertenencias de ella y las regaló; la policía y la fiscal Paula Kelm contaban con ésta y más información y nunca lo investigaron. No podemos creer que Mainardi, que dijo trabajar en Uber porque no podía acreditar ingresos, tenga más poder que Diego Concha, quien fue durante décadas Director de Defensa Civil de la provincia y sin embargo hoy está preso”. 

Daniel pasa lista de todos los uniformados que participaron del caso y que hoy se encuentran desplazados, procesados o presos por distintas causas: el común denominador es la violencia de género. 

Mientras las abogadas ingresan junto a los padres de Cecilia a la reunión, afuera les esperan periodistas, agrupaciones feministas, trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y familiares víctimas de violencia institucional. Repiten el colgado de banderas, los carteles con rostros de otras víctimas, y los cantos que se recitan como mantras: “¡¡Queremos fiscal, queremos fiscal, queremos fiscal!!” y “¡¡Justicia, justicia, justicia!!”.

Al salir, Giselle Videla -una de las abogadas de la familia- comparte lo conversado en la reunión: “Para iniciar nos han pedido disculpas puesto que en noviembre nos dieron la seguridad que tendríamos fiscal apenas finalizada la feria judicial. Como hoy no hay fiscal, y están subrogando fiscales de otros territorios que toman la causa por un plazo corto de tiempo, el avance es mínimo. Nos informaron en relación a esta situación que la designación de Nelson Lingua espera la firma del gobernador, Martín Llaryora. Ahora bien, nos enteramos que será designado como Fiscal reemplazante, y no como Fiscal titular puesto que Lingua no ha rendido el concurso que lo habilita para ese cargo; debe rendirlo ahora y recién en julio- agosto podremos saber si será finalmente el fiscal titular de la causa”. 

Para que se entienda: desde que el tribunal absolviera a Lucas Bustos en julio del 2022 reconociendo su inocencia y su no vinculación al crimen, y ordenara una nueva instrucción para dar con los responsables del femicidio, la causa demoró meses en ser asignada a un fiscal. Luego recaería en el Dr Raymundo Barrera de Cruz del Eje, fiscal que, hábil con el calendario, entre feria judicial y licencias llegó a junio del 2023, mes en el que se jubiló. 

Por la presión de la familia Basaldúa, en diciembre el mismísimo Fiscal General anunció la designación del Lingua el 3 de febrero; eso no sucedió y no hay certeza de que Lingua resulte el fiscal que definitivamente dirigirá la instrucción, puesto que no cumple con los requisitos.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

Preguntas sin respuesta

Es mediodía y el cielo se refleja en las ventanas del edificio neoclásico de la calle Caseros; da la impresión que adentro estuviera vacío, que sólo es una fachada. “Hoy, 25 de abril se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo sin vida de Cecilia Gisela Basaldúa” lee Susana de la pantalla de su celular; ella también lleva una remera con el rostro sonriente de su hija. Sigue:

Cuatro años de impunidad y de violencia sistemática por parte del Poder Judicial a quienes pedimos y exigimos justicia por ella. La causa volvió a foja cero en el 2022 luego de pasar por un juicio vergonzoso.

El tiempo pasa y los asesinos de Cecilia siguen libres e impunes. No tenemos fiscal ni respuestas” y continúa “¿Cómo vamos a llegar a la verdad? ¿Qué fue lo que pasó con Cecilia? ¿Por qué tardó tanto en aparecer? ¿Dónde está Mario Mainardi? ¿Por qué la fiscal Paula Kelm ordenó tan rápidamente detener a un joven sin tener pruebas? Todas estas preguntas nos conducen una y otra vez a un círculo cerrado de impunidad entre funcionarios judiciales que se jactan en demostrar un abuso de poder constante”. 

La carta leída en la vereda, casi sobre la calle, concentra todas las preguntas que la investigación del femicidio debiera responder. 

Y la carta también cierra como se espera que cierre la investigación: “Verdad y Justicia para Cecilia Basaldúa”.

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La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Séptima entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa de lavaca Lina Etchesuri.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Ese jueves hacía 38 grados de calor pero parecían 43. El calor quemaba y picaba.

Faltaba el aire, el que había estaba caliente y la humedad pegoteaba.

El día que acompañé a la Ronda haciendo fotos para este proyecto, fui descubriendo imágenes a medida que los pasos y las sillas de ruedas daban vuelta como siempre, hace 2392 jueves.
La ronda siempre me emociona. Mucho. Las miro a las madres y veo proyectada las fotos de sus hijxs en su mirada, hacia delante, repitiendo Presente como un mantra de presencia y resistencia. Lxs veo a ellxs en imagen, mirando de frente en su juventud detenida. Veía a Elia, que ronda en silla de ruedas, con la foto de su hijo Hugo Meidan, desaparecido el 18 de febrero de 1977, hace 47 años, y pensaba si ese día hizo tanto calor, si la luz tenía esta misma inclemencia.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

En las rondas transcurre un tiempo extraño, persistente y atemporal. Las hermanas abrazan las fotos de sus desaparecidxs, gritan sus nombres con contundencia, caminan junto a las madres, junto a nosotrxs.

Transforman el tiempo y la imagen en un futuro posible.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Sobre Lina

Soy Lina Etchesuri. Fotógrafa, editora y docente

Soy parte de la cooperativa Lavaca desde hace más de 12 años donde hago todo lo que me describe y más. Me hace sentir muy orgullosa y feliz.

Estudié con Filiberto Muganini en el Rojas durante los 90s. Hice la carrera de fotógrafa en la Escuela de foto y artes visuales de Avellaneda, durante el 2001 y los años siguientes. 

Me seguí formando en talleres visuales con mi querida Julieta Escardó y muchxs más.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Viajé haciendo fotos durante algunos años: conocí al subcomandante Marcos y le saqué una foto en la que se está riendo. Estuve en Cisjordania, Palestina, durante 3 meses, viviendo retratando la vida bajo la ocupación. 

Junto con algunas personas y amigxs fundamos MAFIA en 2012, un colectivo de fotógrafxs que sigue hasta hoy.

Coordino talleres de foto e imagen.

Soy mamá de Fermin.

Y me encanta hacer todo lo que hago.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Un abrazo contra la motosierra

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Sin presupuesto actualizado (“cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2” informa el rector de la UBA) las universidades y los hospitales en “modo ahorro” deben cortar la luz, los ascensores, reducen cirugías, no tienen insumos. La imagen del Clínicas, uno de los más importantes del país: “Los pacientes se están quedando sin comida”. Hoy una gran concentración frente a ese hospital escuela simbolizó un abrazo en defensa de la salud y la educación pública, mientras el gobierno nacional juega a pelearse con las prepagas, y el de la Ciudad a subvencionar a quienes mandan a sus hijxs a colegios privados. ¿Qué pasa con lo público? ¿Cuándo comenzó el desastre? Distintas voces (directores de hospitales, rectores de universidades, trabajadorxs) relatan la realidad y los datos motosierra; la organización como única salida; y el canto “la UBA no se vende”, mientras la realidad, o los números, parecen indicar otra cosa.

Por Francisco Pandolfi

Un abrazo contra la motosierra

“Se defiende, la UBA se defiende”, fue uno de los hits / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Clarisa y Caetana acaban de salir de cursar dermatología. Clarisa tiene 24 años y lleva puesto un ambo azul marino. Caetana, de 23, uno verde oscuro. Son alumnas desde hace seis años de la Facultad de Medicina y hace tres caminan por los pasillos del Hospital de Clínicas, ya en la etapa de las prácticas. “Hace un rato terminamos una clase en la que no teníamos vendas”, dice Clarisa. Su compañera agrega: “El otro día, en un práctico, nos faltaba vaselina para curar las úlceras; sí, vaselina, probablemente el producto más básico y barato que se necesita”.

Alrededor de ellas hay una multitud, con ansias de visibilizar la gravedad de la situación.

Clarisa, Caetana y la marea contra el ajuste / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“Estamos funcionando al 30%”, comparte Marta, médica desde hace 38 años en el Clínicas.

“Los pacientes se están quedando sin comida”, cuenta Susana, auditora. 

“Soy empleado de limpieza del hospital, monotributista, trabajo cinco días por semana, siete horas por día y mi sueldo no supera los 150 mil pesos”, confiesa Diego Ruiz.

“Ya debimos reducir las cirugías y no atender a algunos pacientes”, expresa Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas.

“Estamos económicamente por debajo de un 80% sobre el presupuesto que deberíamos tener. Cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2”, precisa Ricardo Gelpi, rector de la Universidad de Buenos Aires.

Un abrazo contra la motosierra

Susana Dionisio, y la esperanza que genera el juntarse / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tiempos de abrazos

“La biblioteca destinada a la educación universal es más poderosa que nuestro ejército”.

José de San Martín.

Al libertador de la patria se lo homenajea con su nombre en calles y avenidas; clubes deportivos, teatros y centros culturales; plazas y parques; hospitales y universidades.

Y también en un hospital-escuela: el Hospital de Clínicas José de San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires y dedicado a tres ejes clave para el desarrollo de cualquier sociedad: la asistencia, la docencia y la investigación.

Son tiempos de clases abiertas; de paros y movilizaciones; de una marcha nacional universitaria a realizarse el próximo martes 23 de abril. Son tiempos de contar en cuántos meses y en cuántos días las universidades se quedarían sin presupuesto hasta cerrar sus puertas.

Son tiempos de abrazos.

Uno de ellos se forma con un montón de brazos, este jueves por la mañana, en la puerta del Hospital de Clínicas. Médicos, docentes y no docentes, estudiantes, le brindan un espaldarazo simbólico al Hospital de Clínicas, ubicado en el límite de los barrios porteños de Recoleta y Balvanera. Sobre la Avenida Córdoba, miles de personas se reúnen en la puerta principal para reclamar por el recorte presupuestario en todas las universidades del país, y en particular de las universidades escuelas.

Hay equipo en el Hospital de Clínicas /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Los cuerpos aplauden. Están vestidos con guardapolvo blanco; con ambos celestes y azules; con chaquetas bordós y verdes. De fondo, un telón negro enorme sirve de súplica para estos momentos. Es un ruego a la sociedad toda; y una exigencia, también, puertas adentro: “Defendamos la UBA”. Delante de la banderota se sostienen grandes letras blancas, hechas con cartulina, a mano, a pulmón, a necesidad de que el reclamo se vea un poco más. “La salud se defiende”, se lee, mientras se canta al unísono: “No se vende, la patria no se vende”. Minutos después, se cambia sólo una palabra: “No se vende, la UBA no se vende”.

Pero la realidad no parece indicar lo mismo. 

Problemas de fondos

Luego del abrazo, se rodea al hospital y en otra de las puertas de la institución, sobre la calle Paraguay, se lleva a cabo una conferencia de prensa. Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas, va al hueso: “Ya tuvimos que optimizar los recursos, que son insuficientes; no podemos comprar insumos, ni hacer transferencias porque no hay licitaciones de presupuesto que avalen las compras. Mientras, tenemos un montón de pacientes internados”. Sigue: “Es muy difícil no usar la luz en un hospital; no usar los ascensores cuando los pacientes necesitan usarlo… Lo mismo pasa con la calefacción. El año pasado estábamos orgullosos de haber comprado y cambiado la caldera, y este año no sabemos si va a funcionar, porque el modo de ahorro va a estar en el gas, en la luz, en todo”.

Le cambia la cara. Se tensa, aún más. “Poner a un hospital en modo ahorro es una agresión al médico. Es muy difícil mi lugar, el tener que decirle a mis colegas si pueden atender o no a alguien. No estamos haciendo una buena medicina con estas cosas”.

Un abrazo contra la motosierra

Marcelo Melo y Ricardo Gelpi en conferencia de prensa /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

A su lado está el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, acompañado por el Secretario de Hacienda Matías Ruiz. Juntos, definen lo terrible: “La UBA tiene dos partes principales en las que se divide el presupuesto. Una es la salarial, que consume entre el 85% y el 90%; y después está el gasto de funcionamiento, que consume entre el 10 y el 15%”. Desmenuzan: “En lo salarial hubo un recorte en términos reales ajustado por inflación del 35%, lo que significa que si en noviembre un docente o un trabajador cobraba 100 pesos, hoy cobra 65”. 

Sobre los gastos para el funcionamiento: “Lo dividimos en salud y en educación. En educación este año las partidas arrancaron congeladas al presupuesto del año 2023; hubo una actualización parcial del 70% desde marzo; pero en términos interanuales eso significa un 58% de actualización, comparado con una inflación de casi un 300% interanual. Por el lado de la salud, empezamos el año sin presupuesto, ya que la partida devengada del año 2023 no había sido asignada hasta esta semana”.

Tomar la calle en defensa propia / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Peligro de cierre

¿La partida ya firmada –pero aún no depositada–, es un remedio? “No, para los hospitales universitarios será de la misma magnitud nominal del año pasado. O sea, no es una actualización, ni un incremento”. Subraya el rector: “Estas partidas no están ajustadas por inflación, lo que significa que sólo podrán estirar un tiempo esta situación, pero estamos lejos de estar conformes. Si se mantiene esa partida, podremos funcionar como venimos dos o tres meses más. Y después, así las cosas, la UBA cierra, porque si no hay plata, no hay plata”.

El Secretario de Hacienda suma un dato, que agudiza el cuadro: “El pago de la energía eléctrica en el último año se multiplicó por siete. Y si comparamos con febrero de este año, sólo los últimos dos meses, se multiplicó por cuatro”. Y ejemplifica con una cuenta que no cierra: “El crecimiento del gasto, sumado a las partidas congeladas, hace que crezca más rápido el gasto que tenemos la universidades y empeorando cada vez más el funcionamiento”. 

Un abrazo contra la motosierra

La educación, la salud y la ciencia, en juego; en venta / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“El mal funcionamiento es de hace años”

La falta de recursos no empezó en la era Milei. Marta, médica desde hace 38 abriles, describe: “El mal funcionamiento viene de años, como consecuencia de malas administraciones anteriores. Y ahora, este recorte presupuestario es el tiro de gracia”. ¿En qué se venía mal? “De 12 quirófanos funcionan 5 y hay numerosas salas cerradas; cada vez se va achicando más la estructura, deteriorando y no hay presupuesto para mantenerlo”. 

Clarisa, alumna, añade: “El edificio tiene un montón de falencias, es muchísima la cantidad de arreglos que harían falta y esto viene desde hace años. Con este recorte, el único futuro que veo es que se caigan las paredes… Me da mucho miedo e impotencia”.

Florencia trabaja hace 10 años y el amor que siente por la entidad viene de familia: “Mi mamá trabajó ahí; mis dos hijos fueron a ese jardín; le salvaron la vida dos veces a mi mejor amiga; curaron a mi papá, a mi abuela”.

Admite que el hospital “siempre tuvo pocos recursos; siempre hubo carencia de insumos”. Profundiza: “La situación no viene bien hace mucho; las personas que deben hacer el presupuesto no valoran la calidad humana ni la cantidad de atenciones que se realizan por día. El hospital siempre tuvo lo básico, y en muchas oportunidades debimos conseguir insumos por fuera, siempre tardó en llegar el material que se necesitaba”.

Carteles, ruido, sonrisas: estrategias contra el recorte / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Orgullo nacional 

El Hospital de Clínicas es considerado uno de los hospitales más importantes de la Argentina y de América Latina. Se fundó en 1881 y allí se realizaron varios procedimientos por primera vez. Algunos hitos que nacieron entre sus paredes que hoy yacen descascaradas: la aplicación de la insulina, el cateterismo cardíaco, las residencias médicas, las punciones de riñón, las operaciones filmadas. Dice la médica y hoy auditora Susana Dionisio: “En este hospital se formaron la mayor parte de los médicos de renombre que hay en toda la medicina prepaga”. Suma otro caso testigo: “Hay que acordarse de acontecimientos como el de la AMIA, cuando sucedió el atentado este hospital recibió a la mayoría de los heridos, y fue gracias a este hospital que se salvó a muchísima gente. Entonces, podés hacer un comité de crisis, pero si al mismo tiempo desfinanciás a la educación, está muy mal. El presidente se merece un juicio político y la oposición tiene que pararse y ser una oposición real, sino perdemos la democracia”.

Marta Cora Eliseht es médica de obstetricia del hospital de Clínicas y docente de la Facultad de Medicina. “El Clínicas es fundamental, un orgullo nacional; no sólo cumple funciones asistenciales, sino también de docencia en áreas de pregrado y postgrado; esta es la sede de infinidad de carreras. Somos especialistas en obstetricia y atendemos muchos embarazos de alto riesgo, casos que no se atienden en otros lados”. 

Un abrazo contra la motosierra

Marta es médica en el Clínicas desde hace 38 años /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

En el hospital trabajan más de 3.200 empleados y se atienden alrededor de 365 mil personas al año. En lo educacional, cursan por año cerca de 1500 alumnos. “Hay cinco cátedras y estudiamos 300 personas promedio en cada una. Este es el hospital escuela más grande del país”, explican Clarisa y Caetana, estudiantes de medicina. 

Las palabras de Sofía, que integra la comisión interna, laten: “El hospital-escuela literalmente es el corazón de la UBA, donde se retroalimenta la ciencia, la investigación, la educación, pero sobre todas las cosas la salud pública, con todo lo que conlleva ese concepto de gratuidad e inclusión. Queremos seguir brindando la atención de calidad a los y las pacientes, pero sobre todas las cosas contar con un financiamiento que nos permita que nuestra casa, como así consideramos al hospital, siga funcionando. No queremos tener el privilegio de pisar la UBA, sino el derecho de seguir en ella”.

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Una que pedimos (casi) todxs /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Un dolor inenarrable

El hit se vuelve a cambiar: “Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode se jode”, se vocifera con angustia y con firmeza, en un clamor popular que hiela la sangre. Las y los laburantes le dan magnitud al problema. La obstetra Marta Cora Eliseht dice: “En el sector no tenemos espéculos, vidrios para hacer papanicolaou, guantes, gasas, algodón, lo básico. Los profesionales de la salud estamos intentando conseguir donaciones de entidades privadas para suplir las faltas”. Sintetiza: “Estamos sufriendo un ataque artero a la universidad pública”.

Susana Dionisio es médica desde hace 49 años. Quince los trabajó en el Clínicas, donde ahora es auditora. “Sentimos un dolor que no se puede narrar. Los pacientes se están quedando sin comida y solidariamente se intenta ayudar entre sindicatos, médicos y administrativos, pero los insumos médicos no los podemos comprar. Ya se está cortando la luz a cierta hora, no se puede creer”. 

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La potencia de Elsa Carrizo, la potencia de lo colectivo /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Elsa Carrizo es delegada general de la comisión interna del Hospital de Clínicas. Tiene puesto un guardapolvo blanco, que lleva el logo de la institución. Se lee: “Fundado en 1881”. Dice: “Trabajamos con obras sociales, pero es impresionante la cantidad de gente sin obra social que viene, alcanza con ver las colas que se forman a la mañana. Ya no tenemos insumos ni para el mantenimiento, ¿con qué vamos a limpiar? Hay un combo de muchísimas necesidades en el hospital”.

“Últimamente no nos estuvieron entregando secadores”, detalla Diego Ruiz, empleado de maestranza. Cobra menos de 150 mil pesos por mes y sólo el monotributo para facturar (no está en planta permanente) le cuesta alrededor de 18 mil. “Estamos en una situación de mierda, personalmente para mí es imposible llegar a fin de mes”.

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Diego cobra menos de $150 mil por mes. Y no es una joda / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tomás trabaja en el área de personal hace 5 años y es delegado de la comisión interna. “No hay paritarias y los sueldos quedan muy bajos. Tenemos poco más de 300 contratos que salen del bolsillo del hospital y son los que más corren peligro. Estamos hace un par de meses sin aumento y no hay respuesta del gobierno ni comunicación. Estamos estancados, no da para más”.

Carolina Nadal es empleada desde hace 30 años. Hoy es la jefa del departamento de Trabajo Social. “El presupuesto que se está ejecutando es el del año pasado y esto es inviable en términos de sostenimiento, de todo lo que se necesita para que funcione el hospital de manera integral. El gobierno va a tener que responder de una manera diferente a la que está respondiendo ahora. Siento mucha bronca e indignación, pero al mismo tiempo tengo la esperanza de que en las calles, con la resistencia, haya otro desenlace que no sea cerrar las puertas”.

“Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”.

José de San Martín.

Clases abiertas, presupuestos cerrados / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

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