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El ingenio Blaquier

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La marca Ledesma es sinónimo de azúcar y papel y el apellido Blaquier, de aristocracia. Han acumulado dinero y lo demuestran. Por ejemplo, comprando 7 yates o destinando una mansión de 17 mil metros cuadrados exclusivamente a cenas de negocios. La pasión por el arte es otra de las virtudes de Carlos Pedro Blaquier, presidente del grupo y también filósofo y poeta. Cómo enfrenta una familia de tan alto perfil social los hechos que la vinculan con los crímenes de la dictadura militar en el ámbito de su Ingenio y los asesinatos que se cometieron hoy para defender sus tierras.

El ingenio BlaquierEl chiste más elegante de la noche, ese en el que Carlos Pedro Blaquier puede omitir las palabras “culo”, “teta” & afines, es: “Yo no les pago a las mujeres para que se acuesten conmigo. Les pago para que después se vayan”.
Los invitados a La Torcaza ríen. Blaquier los mira como descifrándolos. Bien podría creer que es gracioso, pero es lúcido, y la lucidez lo lleva a ser inseguro. A percibir una grieta: la diferencia entre lo espontáneo y lo calculado. Entre sonreír y mostrar los dientes.
Por eso Blaquier acumula: para tapar esa grieta. Acumula invitados a La Torcaza, la mansión que tiene en San Isidro, 17.000 metros cuadrados para cenas y eventos (descripta en MU Nº 4 y con despliegue fotográfico en www.lavaca.org). Acumula empresas, y las hace funcionar con una perseverancia que sus colegas no siempre tienen. Acumula autos, como su colección de Mercedes Benz, o yates, como los siete que ancla cada verano a Punta del Este, o estancias como La Biznaga y otra docena por el estilo. Es antigua la sabiduría que enseña que la acumulación suele ser inversamente proporcional a cierto vacío humano de quien acumula. La acumulación no siempre es riqueza. Y la grieta es cada vez mayor.
Moral y política
La Torcaza es un ejemplo notable del estilo Blaquier, a salvo de distinguir entre lo pomposo y lo bello. El concepto de la casa es el mármol. Reproducciones de estatuas de Julio César, de Augusto, de Diana y Apolo. Escaleras de mármol, pisos de mármol, inodoros de mármol, la gran mesa para 24 personas… de mármol. Una especie de Recoleta Design, pero del lado de adentro del cementerio.
Por cierto, el señor Blaquier acumula también, a través de su Ingenio, una historia de desapariciones y muerte.
El problema es que él sabe que los demás lo saben.
Incluso los que le muestran los dientes. En ese ambiente, los que valoran positivamente esa acumulación, los que la sobrevuelan o la justifican, son personas útiles pero impresentables: gimnastas del cinismo. Blaquier acaso se da cuenta, y se abre otra grieta en el mármol: los que él querría que lo valoren, son los que saben.
Por eso Blaquier consiguió acumular también su pertenencia a instituciones que lo integran mostrando los dientes. El caso más curioso: pese a lo ocurrido en Ledesma en 1976 (donde ya como presidente del ingenio dispuso personal, logística y recursos que derivaron en la desaparición de al menos 20 personas), Blaquier integra la autodenominada Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
Pensamiento para pensar
Blaquier, buscando esa dosis de prestigio, acumula títulos de libros publicados con su firma. Los publicita en castellano, francés e inglés en su blog personal. En los últimos nueve años publicó 22 títulos que seguramente tendría prefabricados desde antes, a riesgo de provocar la envidia de gente como César Aira.
Algunos títulos: Meditaciones acerca de la religión y de su relación con la ciencia (2003), Breve historia de las doctrinas económicas (2004), Consideraciones sobre la historia política argentina: orígenes y causas de nuestra decadencia (2004), Alberdi y Roca: proyecto y realización de la Argentina exitosa (2005), ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? (2006), Mitos de los tres monoteísmos (2007), Los siete pecados capitales (2007), Meditaciones filosóficas (2007), Familia Blaquier (2009). También ha escrito libros sobre Frondizi, Perón, Sarmiento, el impredecible Heráclito de Éfeso y Parménides de Elea. El título más creativo: el de la serie Pensamientos para pensar I, II y III.
Lujuria
Esta profusión hace que medios que aspiran a llevarse bien con él, desinteresadamente, observen que se trata de una “personalidad multifacética”.
La revista Fortuna le realizó un reportaje en el cual le preguntaron cuál es el pecado que mejor lo definiría. Fue una entrevista por e-mail. Blaquier contesta: “La lujuria”, que viene a ser un pecado con buena prensa, el más divertido, el más aceptable y el más interesante de ostentar. Los que lo conocen saben que no.
Si hay un pecado que Blaquier no logra curar, y explica mucho de lo que hace y deshace, es parte de otro proceso de acumulación: la ira. Pero esas cosas no se revelan en los reportajes.
Como su virtud cardinal, en cambio, mencionó la constancia.
El familiar
Blaquier cumplirá el 27 de agosto 84 años. Es abogado y doctor en Ciencias Sociales y Políticas. Se casó con Nelly Arrieta en 1951, y entró a la empresa Ledesma presidida por su suegro, Herminio Arrieta, en 1952. En 1962 lo nombraron director y gerente general, en 1967 llegó a la vicepresidencia y en 1970 falleció su suegro, y heredó el sillón. Se divorció de Nelly Arrieta, y al tiempo formó pareja con María Cristina Khallouf, que en algunas de las reuniones de La Torcaza abusa del canto lírico ante el aplauso generoso de los invitados (casi una invitación a volver a ver Ciudadano Kane, de Orson Welles).
Retomando la historia, durante la dictadura ocurrió lo que ocurrió en Ledesma. El caso más notable fue la desaparición del doctor Luis Aredes, intendente de Libertador General San Martín, que pretendió cobrarle impuestos a la empresa.
Una leyenda popular y centenaria en los ingenios azucareros del norte argentino refiere a El Familiar, que sería el perro del Diablo, o tal vez el Diablo mismo disfrazado de perro siniestro, que cada año se cobra la vida de un trabajador de la zafra, devorándolo. Es un modo de hablar de la explotación y el riesgo a los que son sometidos los obreros.
Pero en Libertador General San Martín ya nadie se espanta con ese relato. Tras la gestión Blaquier al frente de Ingenio Ledesma, el Diablo y su Perro han pasado a la categoría de Pitufos.
La empresa
Ledesma contabilizó el último año ganancias por 2.000 millones de pesos. Es el primer productor de azúcar de la Argentina, con 400.000 toneladas, el 20% del total. Con el bagazo, desecho de la caña de azúcar, elabora papel obra (105.000 toneladas anuales), el 40% de la producción nacional, además de la comercialización de bobinas grandes para la industria gráfica, resmas y cuadernos. Tiene el 25% de la producción argentina de alcohol de melaza. Concentra el 60% del cupo 2011 de etanol para biocombustible (a través de Bio Ledesma), el otro 40% lo reparten ocho empresas. Produce entre 4.000 y 5.000 toneladas de jugo concentrado y llega a mercados como la Unión Europea, Rusia, Medio y Lejano Oriente, a los que Ledesma manda fruta (naranja, mandarina, pomelo, limón, mango y palta). Posee establecimientos agropecuarios como La Biznaga, La Bellaca, Magdala (provincia de Buenos Aires), y Centella (Entre Ríos), que ocupan 51.000 hectáreas (sin contar los territorios jujeños). En Glucovil, ubicada en Villa Mercedes, provincia de San Luis, produce jarabes, gluten meal y germen de maíz. El emporio incluye, entre otras cosas, Gas en Salta y la Cabaña Argentina, de producción porcina.
Poeta
La presidenta Cristina Fernández realizó campañas estimulando el consumo de carne de cerdo, planteando incluso en una de sus intervenciones: “Un dato que yo desconocía es que la ingesta de cerdo mejora la actividad sexual. No es un dato menor, estimo que es mucho más gratificante comer un cerdito a la parrilla que tomar Viagra. Con probar, no cuesta nada”.
La relación de Blaquier con el gobierno es excelente , pero en lo referido al énfasis sobre las cualidades porcinas, Blaquier dio a conocer como respuesta un verso de su autoría, exhibido ante el diario La Nación:
“Se ha incrementado la venta / del cerdo vivo o carneado / después de haber escuchado / a Cristina presidenta. / Las propiedades del cerdo / eran para mí un enigma, / desde hoy son un paradigma / y la vaca es un recuerdo. / Y por potenciar la cosa / como cerdo a toda hora / y gracias a la Señora / hoy tengo novia mimosa. / Por eso soy cristinista / y nada me hará cambiar / soy cristinista a rabiar / y un convencido activista”.
Duhalde, Cobos
Blaquier aclaró que siempre se llevó bien con todos los gobiernos, y reconoció riéndose que trata de influir en todos los políticos. En esa misma entrevista a La Nación contó la supuesta historia de su relación con Juan Domingo Perón: “Algunos peronistas aún creen que Perón era de izquierda, pero era fascista. Un día me dijo: ‘Mire, Blaquier, la política es como el violín, se toma con la izquierda, pero se toca con la derecha’». El título de la entrevista: “En este país, a todo el que tiene guita lo ataca la zurda”.
El propio gobierno nacional se preocupó cuando los mármoles de La Torcaza recibieron la visita de Eduardo Duhalde. Blaquier argumentó: “Tengo una buena relación con él. Pero tenemos muchas reuniones con políticos y con empresarios. También estuvieron Cobos y Morales”. Son los que Blaquier quería nombrar, de una nómina que abarca a todo el establishment político, empresario y diplomático, por lo menos. Extiende la vida social a sus veranos en Punta del Este, donde con su pareja duermen en yates separados.
Marineros
Por alguna razón insondable, el propio Blaquier salió a escribir en su blog contra un supuesto ataque que había recibido en algún sitio de Internet. (En realidad, el rumor utilizado como ataque hacia él rondaba otros pasillos) En cualquier caso, atacó para defenderse. Qué cosas de lo que dice definen a los que ataca, y cuáles lo definen a sí mismo, es un ejercicio que cada lectora o lector puede realizar a su gusto. Escribió Blaquier:
“Leyendo lo que dicen en internet, comprendo que la gente de extrema izquierda diga cosas muy malas de mí porque ellos, como personas fracasadas en la vida privada, despotrican contra los que tienen éxito. Se trata de resentidos incurables que sueñan con invertir el orden social para que los de abajo, como ellos, estén arriba y viceversa”.
“Ellos, que nunca han generado ni un puesto de trabajo decente, me dicen que soy un explotador que mata gente”.
“Ellos, que se juntan con mujeres de su misma calaña, me dicen que soy un homosexual porque tengo una mujer de primera, cinco hijos universitarios y dieciséis magníficos nietos. Porque en mi barco y en los de mi familia tenemos personal masculino, como si nuestras mujeres aceptaran que tuviésemos unas jóvenes y lindas marineras”.
“Nada de lo que dicen estos zurdos me preocupa, pero sí me empezaría a preocupar si algún día dejaran de criticarme”.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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