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La crisis boliviana de septiembre puso en evidencia el papel de Brasil en la región. Aunque los medios y los portavoces del progresismo proclaman que la intervención de unasur y del gobierno de Lula fue decisiva para sostener a Evo, lo cierto es que los intereses brasileños están más cerca de la Media Luna que de los movimientos populares bolivianos. En esta nota, el analista Raúl Zibechi describe cuál es el alcance de los negocios de las empresas brasileñas en el país andino: por diferentes vías, controla alrededor del 20 por ciento de su pbi. Sólo en Santa Cruz 200 familias brasileñas son propietarias de 350.000 hectáreas que representan el 35 por ciento de la producción sojera boliviana.

(por Raúl Zibechi) Existe un consenso generalizado de que la intervención de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) a través de la Declaración de La Moneda, fue decisiva a la hora de aislar a la oposición golpista y frenar la escalada de violencia en el país andino. En suma, que apoyaron la democracia y condenaron el golpismo. Pero si se hilvanan cuidadosamente los pasos que se dieron para llegar a la Declaración de La Moneda, puede concluirse que se trata de una apoyo condicionado, y que las condiciones –fuera de toda duda– las puso el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva. Una consecuencia inmediata de la gestión de Brasil fue el acuerdo alcanzado el martes 16 de septiembre entre el gobierno de Evo y la oposición, que supone una evidente marcha atrás del gobierno: acepta que los departamentos deben recuperar una parte del Impuesto Directo a los Hidrocarburos, que el gobierno había decidido que financiara la renta Dignidad a los jubilados y es una de las principales demandas de la oposición, invita como “facilitadores y testigos” a unasur, la Iglesia Católica, la Unión Europea, la oea y las Naciones Unidas, y suspende por un mínimo de un mes la convocatoria del Referéndum Constitucional.
Sin embargo, los países de Unasur no asumen ningún compromiso. Apenas un ejemplo: los sicarios que asesinaron por lo menos 18 campesinos en Pando, escaparon por la frontera brasileña pese al pedido expreso de Evo de que fueran detenidos. No es creíble que Brasil no supiera lo que estaba sucediendo. A raíz del conflicto colombiano, Brasil puso en marcha años atrás la Operación Cobra (iniciales de Colombia-Brasil) para impermeabilizar la frontera, impedir el derrame del conflicto sobre su territorio y, sobre todo, bloquear el paso de narcos y guerrilleros. Todas las fuentes aseguran que la impermeabilización de esa larga y selvática frontera es real y efectiva. ¿Por qué no se hace lo mismo en la frontera brasileño-boliviana?

Las presiones de Lula
En la compleja semana del 8 al 14 de septiembre hubo matices entre las declaraciones de la Cancillería argentina y del presidente Lula. La primera expresó su apoyo a Evo ante lo que calificó como “graves hechos de violencia y sabotaje terrorista” de la oposición. Pero Lula fue más ambiguo y mostró equidistancia entre unos y otros: “La oposición tiene derecho a hacer oposición, pero todo tiene un límite, porque si extrapolan los límites todo el mundo pierde, y creo que Bolivia lo que necesita es que todo el mundo gane. Lo que hago es un llamado al pueblo boliviano, a los trabajadores, al gobierno y a la oposición para que permitan que Bolivia encuentre su propio destino, fortaleciendo su democracia”.

No se metan con el gas
El viernes 12, el vicepresidente de la Asociación de Exportadores de Brasil, José Augusto de Castro, reaccionó ante la disminución del suministro de gas durante siete horas, por un atentado de la oposición al gasoducto binacional: “Mientras los bolivianos se limiten a agitaciones en la frontera, todo está bien. Lo que no pueden hacer es meterse con el gasoducto”. Bolivia bombea a Brasil 31 millones de metros cúbicos de gas todos los días, que suponen el 70 por ciento del consumo de la industria paulista y el 100 por ciento de la industria de Porto Alegre. Brasil es la décima potencia industrial del mundo y se beneficia de un precio preferencial del gas boliviano.
La Cancillería brasileña se puso en marcha una vez que el suministro de gas estuvo en peligro. En este punto existen, por lo menos, dos versiones. La estatal Agencia Brasil aseguró que Evo se habría mostrado pesimista acerca de llegar a un acuerdo con la oposición y habría apostado, por el contrario, a la movilización social para destrabar la situación. En paralelo, Morales habría dado prioridad al despliegue de tropas militares y policiales para garantizar el suministro de gas y establecer el estado de sitio en Pando y en Santa Cruz, con lo que apostaba a una solución estrictamente interna del conflicto. El que los militares se hayan negado al estado de sitio en Santa Cruz y hayan actuado con suma lentitud a la hora de intervenir en Pando, llevó el mismo jueves 11 al gobierno boliviano a pedir a los gobiernos de la región, en particular a los de Venezuela, Argentina y Brasil, pronunciamientos de apoyo a la democracia boliviana. Argentina y Venezuela lo hicieron el mismo jueves, pero Brasil se demoró hasta el viernes 12.
La segunda versión, apunta a una molestia del Ejecutivo boliviano por la suave pero persistente presión de Lula a favor de la negociación con los prefectos golpistas, y muy en particular por los contactos de la cancillería brasileña con la oposición. Consultado al respecto, el canciller Marco Aurelio García reconció que “la idea es que la Embajada de Brasil (en Bolivia) esté haciendo esos contactos”. Lo cierto es que una misión brasileña y otra argentina, encabezadas por García y Jorge Taiana, abortó cuando los enviados estaban ya en sus aviones dispuestos a despegar.
En la reunión de presidentes realizada en Santiago que emitió la Declaración de La Moneda, Lula mostró dudas sobre las intenciones del presidente boliviano, muy similares a las expresadas por la oposición que aseguraba que Evo preparaba un “autogolpe”. Más aun, según la versión de Página 12, cuando Chávez pretendió incluir un párrafo crítico del papel de Estados Unidos, recibió una rápida y negativa respuesta de Rafael Correa y de Lula, que prefirieron no mencionar la flagrante intervención de Washington.

Brasil en su patio trasero
En tres países de la región, Brasil mantiene una clara posición hegemonista, o imperialista; o, si se prefiere, subimperialista como se decía en los 60. Esos países son Ecuador, Paraguay y Bolivia. En el primero existieron claras presiones del gobierno de Lula a favor de Petrobras, que explota un parque nacional en litigio con pueblos indígenas y debió abandonar, a mediados de septiembre, el bloque petrolero 21 que pasó a manos de Petroecuador. La participación de grandes empresas brasileñas en megaproyectos vinculados a la iirsa (Iniciativa para la Infraestructura Sudamericana), generó conflictos de diversos calibres que involucran a empresas brasileñas. El más reciente se registró el 23 de septiembre con la expulsión de la constructora Odebrecht y el embargo de sus bienes en Ecuador, responsable por los desperfectos en la hidroeléctrica San Francisco, que lleva dos meses fuera de servicio.
No terminaron ahí los problemas. La represa se construyó con un préstamo del bndes (banco estatal de desarrollo brasileño) por 423 millones de dólares, que Ecuador ahora no quiere pagar. Lula intervino en el asunto: “En el Ecuador hay elecciones el domingo 28. Vamos a dejar pasar la bola para resolver este problema”. El 30 de septiembre, se reunieron Lula y los presidentes de Ecuador, Venezuela y Bolivia en Manaos. Al parecer Lula y Correa discutieron el tema, ya que Odebrecht construye buena parte de las obras del pasillo Manaos-Manta que forma parte de la Iirsa y conecta el Amazones con el Pacífico, por donde salen las commodities brasileñas rumbo a Asia. Lo cierto es que Odebrecht se comporta como una multinacional cualquiera, y Lula defiende sus intereses.

Paraguay, a precio Stroessner
En Paraguay, históricamente Brasil tuvo un peso decisivo. En estos momentos, se registran negociaciones con el gobierno de Fernando Lugo para la modificación del Tratado de Itaipú. La represa binacional de Itaipú tiene una potencia instalada de 8.250 mw, de los cuales Paraguay consume apenas el 5 por ciento y debe exportar el 95 por ciento a su vecino a precio de costo, según el tratado firmado por la dictadura de Stroessner en 1973. Itaipú abastece el 20 por ciento de la energía que consume el industrializado Brasil. Paraguay recibe apenas 300 millones de dólares al año, muy por debajo del precio internacional y del costo de reposición de la energía vendida. Ricardo Canese, ingeniero especializado en energía, estima que los 53.000 mw que se venden anualmente a Brasil tienen un precio de mercado no inferior a los 4.000 millones de dólares, algo así como dos tercios del Producto Interno Bruto de Paraguay. Lugo no pretende llegar tan lejos, pero sostiene que su país debe recibir entre 1,5 y dos mil millones de dólares, o sea entre cinco y siete veces el valor actual.
En un principio, Lula dijo que hay un acuerdo firmado y que no está dispuesto a revisarlo. Los paraguayos sostienen que el tratado fue firmado durante la dictadura de Stroessner, y que luego de tres décadas es hora de sentarse a discutir. Lula admitió flexibilizar la posición de Brasil para aumentar el precio de la energía que compra a Paraguay, pero no está dispuesto a acceder a las exigencias de Lugo. La revisión de estos acuerdos no es un tema menor. Recuperar la soberanía energética es, para Paraguay, lo mismo que la nacionalización de los hidrocarburos para Bolivia. Un sustancial aumento de los ingresos del paupérrimo Estado paraguayo, sería un balón de oxígeno para afrontar reformas urgentes como la salud y la educación, además de la necesaria reforma agraria.

Los intereses brasileños en Bolivia
Todo indica que Brasil salió fortalecido de la crisis boliviana, porque jugó como lo que es: una potencia regional en expansión. Así lo admitió días atrás el ministro de Defensa, Nelson Jobim en referencia al flamante Plan Estratégico Nacional de Defensa: “Estamos viviendo hoy un objetivo claro, que es la afirmación de Brasil como gran potencia. Y eso significa la capacitación clara del poder efectivo de disuasión”.
En la crisis boliviana, ese papel de potencia pasa por jugar de modo equidistante en el conflicto gobierno-oposición. El asesor internacional de Lula lo expresa de forma clara en una frase que, atribuida o real, sintetiza la posición de Brasil: “El problema es que el país está viviendo un proceso de reformas, sin salirse del marco democrático, pero tanto la oposición como el gobierno actúan como si estuvieran frente a una revolución”.
Por cierto, Brasil tiene intereses diferentes a los de Estados Unidos. Eso lo llevó a oponerse al alca y a crear la Unasur para resolver los asuntos regionales sin la injerencia yanki. El ataque al campamento de Raúl Reyes, el 1° de marzo pasado, convenció a la diplomacia brasileña de la necesidad de acelerar la creación de la Unasur para, precisamente, acotar la influencia de Washington en una región que Brasil considera su campo de influencia.
La diplomacia brasileña tiene una partitura diseñada tiempo atrás para la región, y se limita a ejecutar los acordes con la mayor precisión posible. Samuel Pinheiro Guimaraes, actual secretario general de la Cancillería y destacado intelectual brasileño, establece en su último libro tanto la política de su país hacia Estados Unidos como hacia los socios de la región. Sostiene que Brasil no debe someterse a la hegemonía estadounidense y que el eje de la estrategia de su país debe consistir en “la construcción paciente, persistente y gradual de la unión política de América del Sur y el firme y sereno rechazo de políticas que sometan a la región a los intereses estratégicos de los Estados Unidos”.

La inversión en Santa Cruz
En la presente crisis, Brasil no se apartó un ápice de esa estrategia. Por otro lado, y éste es un aspecto que a menudo se olvida, Brasil tiene intereses propios en Bolivia, más abultados que en cualquier otro país de la región. Petrobras sigue jugando un papel decisivo en la explotación de los hidrocarburos bolivianos, siendo el principal inversor en el país andino. Además, las inversiones brasileñas en el agronegocio son muy importantes. En Santa Cruz, unas 200 familias de agricultores brasileños cultivan 350 mil hectáreas de soja que representan el 35 por ciento de la producción sojera boliviana. Esos agricultores tienen peso político, ya que representan un tercio de los afiliados a la Cámara Nacional de Comercio Bolivia-Brasil y están presentes en la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo que agrupa a 12 mil agricultores de Santa Cruz.
Por diferentes vías, Brasil controla alrededor del 20 por ciento del PBI de Bolivia, que en los próximos años se deberá incrementar a través de inversiones estratégicas en infraestructura, energía y minería. Pero estas inversiones generan conflictos. Uno de ellos gira en torno a la construcción de las represas hidroeléctricas Santo Antonio y Jirau, sobre el transfronterizo río Madera, que afecta a Bolivia pero que Brasil considera de suma importancia para su desarrollo nacional.
Las represas, cuya construcción está a cargo del consorcio Furnas-Odebrecht, inundarán territorio boliviano, afectarán la pesca, harán proliferar la malaria y pondrán en riesgo a las comunidades campesinas extractivistas e indígenas de los pueblos Chacobo, Tacana, Cavineño, Esse Ejja y Yaminahuas en los departamentos de Beni y Pando. Organizaciones campesinas e indígenas de Bolivia, con el apoyo de Movimiento de Afectados por Represas de Brasil (MAB), interpusieron el 7 de diciembre de 2007 una solicitud de medidas cautelares ante la Comisión Intreramericana de Derechos Humanos, debido al “atentado inminente” del gobierno de Lula contra los derechos humanos y las libertades de los pueblos.

Hacia dónde se inclina la balanza
Las inversiones y los intereses brasileños en Bolivia están concentrados en la Media Luna, en particular en Tarija y Santa Cruz. De alguna manera, el Brasil potencia contribuye a desequilibrar la balanza entre el oriente y el occidente boliviano, y coloca sus intereses nacionales más cerca de la oposición autonomista que de los pueblos indios del Altiplano y de oriente.
Eso explica la equidistancia del gobierno Lula, que navega entre los intereses nacionales como potencia regional y la defensa de sus multinacionales. Sería falso decir que apuesta al gobierno de Evo y a sus proyectos de cambio, por más limitados que nos puedan parecer. Esos cambios, bien lo saben Lula y el pt, sólo pueden hacerse realidad en un largo proceso plagado de luchas sociales, o sea, de permanente inestabilidad. Pero la diplomacia de Itamaraty, la más sólida de la región, apuesta a la estabilidad en Bolivia, porque ella le garantiza el suministro de gas para su industria y lubrica los buenos negocios de sus empresas. Por Bolivia pasa, además, buena parte de la infraestructura de la Iirsa, que conectará la pujante industria de Sao Paulo con los puertos del sur de Perú y el norte de Chile, para fomentar el comercio con China e India.
Nada más.
Y nada menos.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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