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Nina Peloso: Del sueño a la pesadilla

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La figura de Nina Peloso bailando al ritmo de Tinelli regresa a la pantalla y con ella, los comentarios, chismes y hasta las ofertas de cirugía estética. Consagrada como “la piquetera más famosa” por los mismos medios que la condenan cuando encabeza una protesta callejera, se ha convertido en un ícono frente al cual todos opinan. En esta nota Sonia Sánchez conversa con Nina sobre todo: el caño, la política, los planes sociales, sus aspiraciones personales y las de su movimiento. Además, pretende romper el silencio de dos voces fundamentales para analizar este símbolo: las feministas y las mujeres que sostienen a los movimientos de desocupados. Esos que la mayoría se empeña en nombrar en masculino.

Nina Peloso: Del sueño a la pesadilla

Para conversar con Nina Peloso primero tuve que llamar una, dos, tres, cuatro, cinco veces a tres números de teléfono diferentes: el de su casa, el de su celular, el de su ¿comadre? ¿secretaria? Cuando al fin me encuentro con su voz, un rosario de disculpas y explicaciones me devuelven a una Nina cálida y compinche. Accesible.
Quedamos en vernos al mediodía del lunes en su casa de Lanús Oeste. El barrio me recibe con un graffiti:
“Si las chusmas fueran flores, este barrio sería un jardín.”
Calle de tierra, con cunetas desbordantes de aguas servidas, casas humildes y ese inconfundible deterioro que inunda todo territorio olvidado por todos. Estoy en el profundo sur bonaerense donde Nina sostiene una construcción de dos pisos. Abajo, el local del movimiento. Arriba, la casa familiar. Toco el timbre y espero su sonrisa de bienvenida, sin suerte: la vino a buscar un remise de Ideas del Sur, me dicen.
Como en el Juego de la Oca, retrocedo un casillero. Una, dos, tres llamadas después encuentro nuevamente su voz, sus disculpas, sus explicaciones.
La han convocado de nuevo para bailar, me dice.
Se arrepintieron de sacarme, me dice.
Y así, de apuro, la mandaron a buscar para la reunión donde los productores le explicarán la nueva oferta.
Quedamos en vernos el miércoles, porque el martes ya lo tenía súper ocupado.
La cita es a las 16 en su nuevo emprendimiento: la productora de Tinelli.
La recepcionista está nerviosa y se le nota. No es amable, así que con dos o tres palabras hay que entender que ahí una persona como yo no tiene nada que hacer: ni esperar a Nina ni, mucho menos, hacer una entrevista. Lo entiendo después, cuando me entero de que el maltrato de la empleada no tiene que ver con sus modales sino con las mafiosas internas políticas: a esa hora estaban allanando las oficinas. Por orden del juez Javier López Biscayart, la policía confiscó documentación relacionada con la causa que investiga presuntas irregularidades en contratos de publicidad entre la productora de Tinelli y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Aunque se trata de sumarios separados, el expediente tiene el mismo origen que el Caso Skanska, como se conoce al mayor escándalo de corrupción del gobierno de Néstor Kirchner.

Chismes y noticias
La voz de Nina me cuenta –tres llamados después- que estaba en el remise camino a la productora, cuando sonó el celular del chofer para ordenarle que pegara la vuelta. No sabe por qué, pero ahí está, desandando el camino hacia Lanús Oeste. Llueve, hace un frío de aquellos y –entiéndanme- no estoy de humor para retroceder casilleros. Sin embargo no me cuesta imaginar la situación, así que termino haciéndome cargo del desconcierto que transmite Nina y le cuento las últimas noticias que pocos medios difundirán. No sé por qué, pero me acuerdo del graffiti de su barrio y ahora le encuentro otra interpretación: ¿el chisme no será el noticiero del barrio?
Nina me enumera su agenda. Tiene que ir a tres canales de televisión –nombra el programa de Chiche Gelblung, el de Carmen Barbieri y el de otro que ni conozco–, organizar un par de reuniones para delegar las cosas que no podrá hacer si empieza con los ensayos de baile, ir a la escuela y preparar la asamblea que se hará el sábado en su casa-local con delegados de todo el país. Debatirán durante todo el día lo que ella debe o no debe hacer con la propuesta de Tinelli. ¿Les dije que llueve y hace frío? Entenderán entonces mi respuesta:
-Voy a tener que hacerle un piquete a la piquetera más famosa de Argentina.
Lo logré: Nina se ríe. A las mujeres agotadas, la risa nos alivia.
Torta fritas VIPs
Ya es domingo y estamos en el puesto que el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) tiene en Puerto Madero. Raúl Castells sonríe desde el retrato que ilumina su kiosco, como un faro. La pequeña y precaria construcción también tiene letreros en español y en el inglés, unas pocas mesas y algunas sillas, donde descansa la gente del Movimiento. Hay olor a tortas fritas y una fila innumerable de personas con abrigos caros y baratos. Algunos llevan en la mano, listas para disparar, cámaras digitales. Otros, un papel y una lapicera, prestos para el autógrafo. Por supuesto, Nina está del otro lado del mostrador, pero también la vedette uruguaya que mañana se juega su puesto en Bailando por un sueño. “Llamen al asterisco ta, ta, tá…” recita la uruguaya cada vez que entrega una torta frita. Se supone que la entrega a cambio de una contribución voluntaria para ese Movimiento que logró tener un puesto en el territorio más caro de la ciudad de la manera más inesperada: un empresario, cansado de negarse a pagar coimas, les cedió el lugar. La venganza es un plato que se come frío, dice el dicho. Y en este caso, frito. Está claro que el lugar es ahora el punto turístico más concurrido de Puerto Madero, al que peregrinan gringos y criollos para conocer de cerca lo que quieren lejos, pero tienen al lado.
Nina es pequeña, delgada, casi frágil. Está sin maquillaje, con el pelo recogido en una cola, con un pulóver rosa y blanco dos talles más grande y un jean azul bien holgado. Tiene la sonrisa fresca, las manos heladas, la mirada cansada.

Televisión y cambio
Debería decir que por fin nos sentamos a charlar, pero no es cierto. Apenas si pudimos intercambiar preguntas y respuestas y mirarnos a los ojos la suficiente cantidad de veces como para tratar de comprendernos. Llevé anotadas preguntas que no hice y otras que preferí no hacer y sé que no debo jactarme de mis silencios. Pero no quise –no quiero– ni juzgarla ni enfrentarla. Apenas si puedo entenderla, ahora que me siento a desgrabar el intercambio de palabras que tuvimos y, como disparos, vuelvo a escuchar en mi grabador los ruidos que, sin duda, ya forman parte de su vida. Esos saludos que no saludan, esos halagos que humillan, esas palabras que se arrojan sobre una persona que ya no es persona, sino personaje. Hay más de cincuenta curiosos rodeándonos como moscas. Peor que moscas: como una nube helada que congela cualquier posibilidad de encuentro. Entre Nina y yo. Entre Nina y ellos.
En la nube están los que le piden una foto. Están los que le piden un favor. Están los que le entregan tarjetas que Nina lee con dificultad (“www…! Ah no! Esto yo no lo entiendo. Se lo tengo que pasar al que maneja estas cosas en el Movimiento”). Están los que se ríen de sus respuestas con cholula complicidad y los que lo hacen con descarada ironía. Están los que la miran como a un símbolo y los que la miran como a un bicho. Todos están ahí, rodeándonos, sin tregua. Y lo peor es que no puedo culpar a nadie, porque yo misma me siento parte de ese juego que hace bailar a Nina al ritmo ajeno.
Entonces, le ofrezco mis disculpas, mis explicaciones y, finalmente, mi primera pregunta:
¿Has cambiado los cortes de calles y rutas por los sets de televisión?
No, para nada. Al contrario: estuvimos haciendo movilizaciones. Por ejemplo, hace quince días fuimos de Liniers al Congreso. Después, hicimos otra desde la estación Federico Lacroze hasta el Obelisco. Lamentablemente, hay una decisión política de no sacar al aire nuestra movilización. (Luego confirmo que lo que dice Nina es cierto: no sólo no emitió ninguna imagen la televisión: ningún medio dio cuenta de que el mijd se haya movilizado en el último año). Por ahí en el programa de Bailando por un sueño, se nos permitió difundir nuestros reclamos, pero hasta cierto punto, porque de hecho hoy estamos fuera del certamen. Nuestra organización, y personalmente nosotros como dirigentes, no estamos permanentemente en la pantalla de televisión ni en ningún otro medio de comunicación como noticia política. Entonces, no es que dejé una cosa para hacer otra. De ninguna manera. Y mucho menos voy a dejar las manifestaciones populares cuando la situación social, económica y política de este país se agudiza en detrimento de los más pobres. Lamentablemente, éste es un gobierno autoritario, que no tiene capacidad para aceptar que hay personas que piensan diferente o le cuestionan su política gubernamental.
¿Y cómo utiliza tu Movimiento tu participación en el programa?
Como utilizamos todos los medios de comunicación: tratando de que la gente nos conozca. Hoy estamos llegando no sólo al sector más humilde, sino a toda la sociedad. A todos ellos queremos transmitirles qué hacemos, quiénes somos y a qué apuntamos.
(La nube se agita sobre nosotras: nos llueven las opiniones sobre los medios de comunicación. Son críticas. E inoportunas: Nina ya perdió el hilo y yo, ni les cuento.)
¿Qué es para vos la fama y qué es para vos la política? ¿Y que importancia tienen ellas dos?
Yo creo que la fama, si no tenés gente organizada o un grupo de personas que te acompaña, no sirve para nada. Uno no sería famoso si no fuera por la gente. Yo estoy más que agradecida, particularmente a mis compañeros, pero también a los que están fuera de ella…(La nube vuelve a agitarse: esta vez hasta hay aplausos.) Esta gente que ves no es de la organización, pero es muy afectuosa, cariñosa… Y la verdad es que debo agradecer al pueblo argentino, porque si uno llegó donde llegó hasta hoy, es gracias a ellos. (La nube apunta: ¿y la política?) Y… la política es parte de todo lo que tenga que ver con la humanidad…
(La nube se cobra su contribución: una pareja la abraza. ¿Podemos sacarnos fotos? Somos del interior. Nina accede con una sonrisa. Yo espero.)
¿Cómo se ha resuelto tu regreso al programa de Tinelli, una vez que ya te habían sacado? ¿Te dieron alguna explicación?
No. Acá hubo presión desde el primer día que nosotros comenzamos a participar del programa. Presión del gobierno. Presionaron a la producción permanentemente, hasta difundieron lo de los autos dañados. (Nina se refiere a un chisme que sembraron en el jardín mediático oficialista, que daba cuenta de que los seguidores de mijd que acompañaban a Nina durante el programa habían dañado los autos estacionados frente al estudio.) Siempre se trató de echarnos la culpa a nosotros, los piqueteros, de cualquier cosa que pasara alrededor del programa. Así nos tildan. Y el poquito tiempo que pasó desde que dejamos el programa hasta que volvieron a llamarnos nos dio la razón: nuestra ida no es algo que quería la gente. El gobierno estaba metido en todo esto. Por eso nosotros decimos que no perdemos nunca. Todo lo que hacemos es para ganar y triunfar. Y en este caso, también ganamos. Porque haber estado en un programa tan popular es de por sí un triunfo.
¿Por eso volvés?
Sí. Y eso también es un triunfo.
¿Así lo evaluó la asamblea de tu Movimiento?
Lo decidió por unanimidad.
Supongo que, además, vos tenés ganas de participar. ¿O no puedes decir: no quiero?
Nosotros tenemos otra concepción de la política. Siempre dejamos en manos de la asamblea y de la gente que lo resuelva, independientemente de lo que yo quiera. Esto no es una decisión personal.
Pero vos, Nina, ¿querés o no querés?
Yo dije que ya estaba, que para mí dos meses era más que suficiente… pero bueno… a la gente le pareció conveniente aprovechar, le pareció bien cómo lo veníamos haciendo. Si es por mí, yo no quiero estar más.
(La nube tiembla. Tres parejas jóvenes, de Misiones, aprovechan el sacudón para apuntarse una foto con Nina en el celular. Se disculpan: estamos apurados.)
¿Qué representa para vos participar del programa: mucho sacrificio, mucha presión, mucha exposición o mucha afirmación en tu rol de mujer pública?
Más allá de eso, yo no hago sólo practicar y bailar. Soy ama de casa, tengo dos hijos adolescentes, estoy estudiando la terciaria y el tiempo para mí es oro. Por eso creo que ya está. No es algo que a mí me impacta. O que me guste estar todo el tiempo en la televisión.
Antes eras Nina Castells, “la mujer de”. Hoy sos Nina Peloso. ¿Cómo impacta ese cambio en tu vida: como un avance o como algo que Castells te está cobrando?
Eso de que dejé de ser “la señora de” no me lo creo nada. Estamos viviendo en una sociedad machista. Yo sigo siendo, dentro de esta sociedad, “la señora de”. Ha sido bueno poder insertar mi nombre y apellido como tal. Como mujer, como género, me parece espectacular. Es un trabajo que he logrado, porque las mujeres más humildes no tenemos representatividad, alguien que hable públicamente como mujer trabajadora, mamá, ama de casa, esposa. Yo creo que es eso lo que quise insertar y lo he logrado con mucho, mucho y mucho trabajo. Un trabajo que hice sin pretender estar delante de mi marido, sino al lado. Que los dos tengamos la misma posibilidad, la misma oportunidad. Está bueno que me reconozcan, porque al principio era Nina Castells y yo decía “tengo mi apellido”, pero nadie me escuchaba. Y ahora tienen que usar mi apellido.
¿Y cómo convives con esa nueva imagen que estás transmitiendo desde la tele de mujer más sensual, erotizada?
Yo no cambié. Creo que en el baile se transmitió esa imagen por la coreografía. Había que poner cierta actitud, pero no era que antes no era sensual y ahora sí, o antes era menos y ahora más. Todas las mujeres somos sensuales. Cada una lo usa en el momento que le parece conveniente. Sigo siendo la misma de siempre, sigo teniendo el mismo pensamiento y sigo en el mismo camino…
(La nube no da tregua: llueven murmullos y otra pareja aprovecha para otra foto. Me pisan y pierdo el pie.)
¿Cuántos años tenias cuando llegaste a Buenos Aires?
17 años
¿Cuándo comenzaste a rebelarte y hacer piquetes?
Fue en mi trabajo. Yo trabajé durante 16 años en una fábrica de boquillas para cigarrillos. Y me despiden de un día para otro sin ningún tipo de telegrama ni aviso. Entonces, me presentaba todos los días a las 7 de la mañana para reclamar. Hasta que un día decidí ir una hora antes y me quedé adentro de la fábrica. Estaba sola, pero decidida a no moverme hasta tener una respuesta. Se ve que me vieron firme, porque obligué a la patronal a que me pagara la indemnización por esos 16 años de trabajo.
¿Y cómo hiciste para sacar fuerzas y pelear sola por lo que vos querías?
Me decía: si vengo del campo ¿cómo no voy a poder? Porque no es lo mismo que ser ama de casa, o trabajar en una oficina. No es por desmerecer, pero el trabajo en el campo es muy duro y yo lo hice desde los 7 años. La vida no era sencilla para mí, nunca pensé que todo era de arriba sino que había que ganárselo. Así que simplemente me dije: no puede pasarme de nuevo. No me pueden sacar lo que es mío y me corresponde. Entonces me planté. Y hasta el día de hoy sigo plantada. Ellos, los que me querían sacar todo, me hicieron reaccionar.
Las mujeres somos de ir la frente, cortar calles, rutas, pero en el momento en que vienen los flashes y los medios de comunicación, siempre es el hombre el que habla. ¿Por qué?
Es que tiene que ver con uno, con lo que deja pasar porque en el momento no quiere o no puede hacer otra cosa. Eso que decís me pasó cuando salíamos con la movilización, me pasó siempre, siendo que los dos éramos dirigentes de esta organización…
(Llueven los comentarios. Una señora comienza a hablar mal de Tinelli y dos españoles aprovechan para sacarse una foto. La nube ya está casi arriba de nuestras cabezas. La chica que tengo al lado me pregunta si yo bailo. No sé qué decir y se nota.)
Como mujer, ¿cuándo te has sentido sola?
(Nina clava la vista en el piso y aprieta sus manos, como buscando fuerza.) La verdad que montón de veces… Han sido momentos terribles. Desde el gobierno de Menem hasta ahora, Castells ha estado preso la mayoría de veces. Y fueron momentos dificilísimos, en los que tenía que seguir pechándola sola con los hijos, las manifestaciones. Yo estaba estudiando, pero no siempre podía. Fueron muchas cosas fuertes vividas en poco tiempo. Eso me hizo reflexionar sobre el lugar de la mujer, el que ocupábamos, de eso de lo que hablábamos antes… Ya que somos tan capaces como ellos por qué no nos reconocen el esfuerzo político que hacemos. En todos lados pasa eso. Eso hace que uno vaya comprendiendo muchas cosas y te hace sentir el mismo dolor del otro. Este país es tan machista, tan individualista, vivimos en una sociedad tan reaccionaria… Acá siempre nos metieron eso de que el que es facultativo es el mejor, ¡y mirá cómo estamos por culpa de los facultativos! Yo ahora estoy estudiando y me van quedando las cosas más claras…
(La nube se nutre ahora de un grupo de jóvenes que se desparrama por el piso en improvisada platea. Hay disputa con los que hasta ahora tenían el privilegio de los primeros puestos de la platea.)
¿Cómo se relaciona tu movimiento con el Estado? ¿Sienten que lo usan o que los usan con los llamados planes sociales?
En realidad, es un sistema que está totalmente perdido en la corrupción. Un sistema que representa a un grupo pequeño, un sistema que nos muestra la filosofía desde otro ámbito y no desde la realidad de la necesidad de nuestro pueblo. La gente se está dando cuenta y más cuando la inflación sigue apretando, cuando el trabajo es cada vez más escaso y la esclavitud se va naturalizando en la sociedad. Creo que todo eso va a despertar a la gente como lo ha hecho el 19 y 20.
¿Pero cómo ves vos a estos planes mal llamados de “inclusión social” y cómo lo trabajan dentro del movimiento?
(La nube golpea bajo: se suma un señor acompañado de un grupo de niños de un Hogar y dice que los chicos vinieron con la ilusión de sacarse una foto. Nina los abraza. Le piden autógrafos. ¿Quién puede negarse? Por suerte, Nina retoma la charla donde quedó: se nota que es su tema.)
El gobierno ya ha sacado más de la mitad de estos planes. De lo que queda, la mayor cantidad lo tiene el propio gobierno, con D’Elía, con Jorge Cevallos y con otros dirigentes del kirchnerismo. Gente que hacía un trabajo social y que fue absorbida por este gobierno. Nosotros no tenemos muchos planes, debe haber 3.500 en todo el Movimiento y ese número es a nivel nacional. Yo a esos planes los llamo de “exclusión”, porque uno tiene que vivir con 150 pesos y no pedir más nada. Entonces, no es una manera de incluir sino excluir. Nosotros tratamos de concientizar permanentemente a la gente para que no acepte vivir con 150 pesos. Primero, porque no alcanza y, segundo, porque no corresponde.
Escuchándote hablar así no me queda más que preguntarte: ¿tienes un proyecto político propio, como Nina Peloso?
Sí, pero no como Nina Peloso, sino como organización. Como movimiento tenemos proyectos políticos concretos, entre ellos que yo sea candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires en las próximas elecciones.

Operaciones
Políticamente, ¿cómo te definirías con una palabra?
Socialista.
¿Y como mujer?
(Y sí: la nube conspira sin respiro. Ahora un señor se tira sobre Nina. Quiere entregarle un mensaje urgente sobre… no escuché bien. Por suerte, Nina regresa a la charla en el punto que dejamos, aunque no esperen milagros.)
Yo como mujer soy Nina Peloso, ama de casa. Lucho por una sociedad más justa y que la distribución de la riqueza sea más equitativa
Tus hijos, ¿qué te han dicho sobre tu baile en la televisión?
Son adolescentes, así que me han dicho que quieren que, ya que aparezco en la televisión, sea más fina. El haber estado en un programa me hizo conocer ese mundo y fue una experiencia extraordinaria, porque es totalmente lo contrario de lo que uno vive. Pero no me he encandilado por nada. Me parece un mundo muy frívolo, frío, de muchas mentiras también. Eso de que todos se quieren… Yo que vengo del campo y lo poco que tenía, por más que no quisiera, lo tenía que compartir, imaginate cómo puedo mirar ese mundo. A veces nos quieren hacer creer que uno es menos que ellos… y la verdad, a veces digo ¡qué lástima! Pobres son ellos, que son pobres de acá (señala la cabeza) y de acá (apunta al corazón). La verdad que uno está más que tranquilo con lo poco que tiene.
Escuché por ahí que querías hacerte una cirugía estética. ¿Cuánto de chisme tiene eso?
(La nube estalla en risas.)
Fue un comentario que me hizo un periodista sobre las chicas que se realizan el busto y yo contesté que me parece bárbaro, algunas se sacan, otras se ponen. Lamentablemente, es sólo para un grupo de mujeres, ya que es una operación carísima. A miles de mujeres les gustaría hacérselas y a mí me gustaría, ¿por qué no?
¿Ese deseo siempre estuvo en vos o te llegó junto con la televisión?
Noooooooo, nunca lo pensé… Sí es verdad que una siempre quiere estar linda. Pero lo máximo que pensaba era: ¡si yo pudiera sacarme la várice que tengo en esta pierna! ¿Quién no tiene una fantasía? Y seguirá siendo una fantasía hasta que no se concrete. ¿Mirá si ahora viene un equipo de médicos y me dice: Nina, no te cobramos nada y te dejamos pipí cucú las lolas…?
Si lo llegás a decir en un programa de televisión a los cinco minutos te está sonando el celular… ¿Qué harías entonces?
A los cinco minutos salgo corriendo para hacérmela.
(Al día siguiente, Nina lo dijo en un programa y, al aire, transmitieron el llamado del cirujano plástico que le ofreció la operación gratis. También, para aprovechar la anestesia, retocarle la nariz. No mencionaron el tema de las várices.)
¿Te operarías para destacar tu belleza física o para trabajar tu inseguridad?
Me operaría para verme bien. Es un poco contradictorio también… en esta sociedad machista, las cosas lindas son lindas cuando son jóvenes.
Y el chisme que circuló acerca de que harías una telenovela, ¿es cierto?
Nada, sólo fue un comentario. Y yo no decido sola. Para nosotros estas cuestiones son cuestiones políticas.
Hay algo que no entiendo: ¿cómo se puede hacer política desde el baile del caño?
Desde el estar en el programa. Primero, porque es para que nos conozcan, para que sepa la gente que nosotros, los piqueteros, no estamos sólo para cortar una ruta. Nosotros nos sentimos muy capaces para un montón de cosas. Y una de las cuales -y una de las virtudes- es estar en este Bailando por un sueño. Porque no sólo estamos para cortar las rutas y pedir planes. Estar en el programa nos permite demostrar que si tenemos posibilidad y oportunidad de hacer cosas significativas, sin perder la dignidad y los principios, lo podemos hacer. Y de hecho, lo estamos haciendo.
En pocas palabras ¿cuál es el objetivo de tu Movimiento?
Llegar a la presidencia argentina. Por eso estudiamos, trabajamos, nos movilizamos y bailamos.
¿Cómo crees que afecta esta imagen tuya proyectada por la tele a otras mujeres?
Siempre escuché que decían que la mejor edad de la mujer es después de los 40, y me preguntaba por qué lo dirían. Hoy que tengo 45 y los estoy viviendo a pleno, me pregunto: ¿si no lo hago ahora, cuándo? Todas las mujeres debemos animarnos a hacer lo que tengamos ganas, porque eso no es perder ni la dignidad ni los principios.
Siempre he visto a la televisión como un monstruo, que banaliza y vacía de contenidos a las luchas. ¿No has tenido miedo de que te suceda eso?
(Por supuesto, la nube ataca con diferentes réplicas, que completan, distorsionan o contradicen la pregunta, así que ya no sé a cuál de todas las versiones está contestando Nina.)
En realidad ya lo hicieron: nos sacaron del programa. Y aunque ahora nos vuelven a llamar, nosotros somos conscientes de eso. Además, somos conscientes de lo monstruosos que son los medios. Somos conscientes de que cuando ellos no quieren que seas popular, no lo vas a ser. Son trituradores. Yo ya viví muchas cosas, persecuciones, encarcelamiento y todas las porquerías que nos han hecho desde el gobierno de Menem hasta acá. Entonces, ¿qué más me puede esperar? ¿La muerte? Porque ya pasamos por todo, lo único que nos falta es que nos maten. Entonces, ¿qué vamos a perder a esta altura de la vida? Nada.

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Villa Lugano: una caravana en contra del “Máster Plan”

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Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el Gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.

Por Francisco Pandolfi

Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra). 

La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.

La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.

Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra. 

Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran: 

• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.

• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.

• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.

• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.

• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.

• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.

Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:

• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.

• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.

• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.

La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.

Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.

¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?

Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.

¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?

Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.

¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?

Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.

La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.

Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.

Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.

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Actualidad

Marcha de jubilados: balas y bolitas

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Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales. 

Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.

Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.

Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.  

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.

Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.

Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla. 

  • “Vacas gordas, jubilados flacos”.
Marcha de jubilados: balas y bolitas

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.

Números y un café

Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca  mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.

Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.

De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.

Abus en la calle 

Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.

En la marcha hubo muchos carteles al respecto: 

  • No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
  • Ni veto ni represión: fuera el FMI
  • No al veto a las leyes en jubilaciones
  • No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei). 

Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.

Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.

Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Jubilado hablándole a la pared.

Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”. 

Vallas a donde vayas

El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.

Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.

Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.

La violencia y las bolitas

Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando. 

Marcha de jubilados: balas y bolitas

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar). 

La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

Marcha de jubilados: balas y bolitas

¿Qué escudan los escudos?

Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”. 

Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.

Sin embargo, la gente no se fue.

La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió. 

“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.

Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.

De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.

Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:

–Juguemos a las bolitas.

Todos se rieron, por el absurdo de la situación. 

De nuevo, frente al horror, la creatividad social. 

Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

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CABA

Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

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¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

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