Nota
Yo busco: más de 40.000 desaparecidos en México
Las familias de los desaparecidos en México no se detienen. Una centena de personas buscaron fosas clandestinas durante 15 días en el sur del país, donde hicieron importantes hallazgos en una zona militarizada y violenta. ELIANA GILET DESDE CIUDAD DE MÉXICO
Hay un clima cálido en la estancia que recibió al grupo, aunque los edificios estén a medio terminar y todos duerman en el piso. Huitzuco, donde estamos, es un pueblo pequeño de infierno enorme, ubicado en la zona norte del estado de Guerrero.
Tres años atrás, a instancias de la familia Herrera-Trujillo que tiene a cuatro de sus hijos desaparecidos, se conectaron varias experiencias de búsqueda de todo el país por medio de un grupo de Whatsapp que bautizaron “red de enlaces nacionales”. La primera tarea de la red fue convocar a una Brigada Nacional de Búsqueda en Veracruz, en el Golfo de México. Este enero de 2019 se hizo la cuarta Brigada en Guerrero, donde hallaron 14 “puntos positivos”, es decir, enterramientos clandestinos con restos humanos.
El que busca encuentra
Tras la cena la brigada se reúne en círculo. Toma el centro de la escena una mujer menuda, de lentes y pelo corto, que relata al grupo el trabajo del día: “Los peritos llegaron tarde y no querían levantar el segundo hallazgo que hicimos dentro de la cueva. Primero dijeron que era madera y luego que era un hueso de venado, pero a esa parte no sube un animal. El primer hallazgo estaba pegado a la ladera del cerro, el cuerpo estaba como acostado. Las costillas estaban casi enteras”.
Esta mujer se llama María y en 1974 su compañero y su padre fueron desaparecidos por el Ejército, en la sierra de Atoyac, durante el terrorismo de Estado mexicano y su campaña contrainsurgente focalizada en derrocar al guerrillero Lucio Cabañas. María sobrevivió embarazada y en clandestinidad, con 17 años. No caben estos renglones para contar 40 años de lucha diaria contra la política que no ha dejado de desaparecerlos. Venir a Huitzuco permitió eso: la unión de dos generaciones en un abrazo discreto, custodiado por paredes sin revoque en un pueblito rural atemorizado.

5. Tepecuacuilco, Guerrero. El convoy de la cuarta Brigada Nacional de Búsqueda de personas desaparecidas se retira de la comunidad Tetelillas donde se localizaron 3 fosas clandestinas y se inhumo a Aurora Catalán García.
Foto: Ernesto Álvarez
Cómo trabajan
La mayoría de los brigadistas se acuesta exhausto tras la reunión nocturna, pero Fabiola no tiene sueño aún y nos ubicamos bajo un alero para conversar.
Fabiola estuvo en las Brigadas de Veracruz, que terminaron siendo dos: una en abril y otra en julio de 2016: ahí nos conocimos. En esas y en esta de Guerrero, las instalaciones fueron facilitadas por curas católicos locales: el padre Julián Verónica de Amatlán en las primeras, y el padre Óscar Prudenciano en esta de Guerrero. En la tercera Brigada que se hizo en Sinaloa (MU 109) en enero de 2017, las familias no contaron con el apoyo de la Iglesia pero consiguieron las instalaciones de una universidad para alojarse.
Fabiola trabajó en el día con un grupo distinto al de María. Primero visitaron una escuela primaria y luego volantearon su trabajo por el pueblo. “Nos dividimos para cubrir tres o cuatro manzanas donde preguntamos si han oído hablar de la Brigada, que venimos de distintos estados y que traemos un mensaje de paz”, explica esta mujer de gestos y voz suaves, que viste una remera con un adolescente que sonríe. Es Argenis Yosimar, su hijo, que fue desaparecido en 2014, cuando tenía 20 años, en Xalapa, la capital de Veracruz. “Entiendo que tengan miedo, sí los entiendo porque yo allá (en su ciudad) no trato el tema ni con un taxista, ni en la calle. Nunca sabes a quien se lo estás diciendo”. Sin embargo, o por eso, la importancia de los locales es clave: les hacen llegar las pistas de posibles sitios de enterramiento. “Si no fuera por eso no encontraríamos, estaríamos a ciegas”, dice.
Fabiola también buscó en un predio ese día, en el que no hubo hallazgos. “Visitamos a un señor mayor que nos dio un punto donde cree que hay enterramientos. Él recoge madera del campo y eso le permite mirar. Vive solo con su esposa y nos dijo que ya le gustaría irse de allí por todo lo que ha pasado, pero él también tiene un hijo desaparecido y por eso no puede irse. Hablando con él me dolió el corazón, pensé en tantas personas que viven esto solas. Nosotras al menos podemos ir a la Fiscalía y gritar y desahogarnos, pero ese señor no tenía nada”.

4. Chilpancingo, Guerrero. Dos buscadores en la colonia las Terrazas donde se encontraron 6 fosas clandestinas mal procesadas por elementos de la Fiscalía de Guerrero en total el trabajo de la Brigada localizó 14 fosas con restos humanos.
Foto: Ernesto Álvarez
La respuesta oficial
Una semana después de la Brigada, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador lanzó su plan para atender esta crisis de derechos humanos, el cual recibirá un monto presupuestal menor que el destinado anteriormente (21 millones de dólares). El subsecretario de Derechos Humanos Alejandro Encinas alegó que durante el gobierno saliente de Enrique Peña Nieto el fondo sí fue mayor, pero solo se ejecutó un 1% del presupuesto destinado. El resto del dinero necesario, según el plan del nuevo gobierno, vendrá de las arcas de cada estado, donde lo que prima es la desigualdad. Solo 8 de las 32 comisiones estatales de búsqueda están funcionando.
La Brigada Nacional respondió sin demora: “Hemos encontrado restos humanos en la mayor parte de los sitios que hemos recorrido. Señalamos con gran preocupación que muchos de los hallazgos fueron encontrados en lugares que ya habían sido procesados por las autoridades, lo que nos habla de negligencia por su parte tanto en el proceso de búsqueda, como en la recolección de evidencias que podrían llevar a la identificación de personas desaparecidas”.
Exigieron que se haga una exploración completa de los lugares visitados, en conjunto con las familias de búsqueda locales organizadas en el “Frente Guerrero” y que los restos hallados sean “analizados de manera pronta y comparados con la base de datos de personas desaparecidas, a fin de identificarlos y ser entregados a sus familiares”.
Las promesas oficiales fueron varias: desarrollar un mecanismo de búsqueda en vida de personas desaparecidas junto con las familias (varios colectivos se dedican a este tema puntualmente); un mecanismo transnacional de búsqueda de migrantes desaparecidos en México (algo que ya existe y que forjaron las mujeres centroamericanas que buscan y contamos en la MU 130); así como también fundar un instituto nacional de identificación forense que coordine a los servicios de cada Estado y del que se presentará el proyecto este mes de marzo.
Qué pasa
Desde que se realizó la primera Brigada en 2016 a esta cuarta a comienzos de 2019, la cifra oficial de personas desaparecidas trepó de 28.000 a 40.180 casos denunciados. Según Encinas, los desaparecidos son mayormente hombres jóvenes y pobres, de los que solo en 350 casos fue denunciado algún miembro de las fuerzas del Estado como responsable, blindando la noción de que las desapariciones se deben al misterioso accionar del crimen organizado.
La propia existencia de la Brigada desmiente esta afirmación tajante: si las familias salieron a campo a buscar a los que faltan fue debido a los años de omisión de la justicia. No hay prácticamente ninguna investigación de estos casos graves que haya avanzado más allá de la información que la gente aportó. Mientras López Obrador tendrá en este tema uno de los que pondrán a prueba a su gobierno, las familias seguirán buscando a los que faltan más allá del Estado: acaso lo de siempre.
Nota
La Estela: tierra guaraní en escena

Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.
Por María del Carmen Varela
A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad. La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.
La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.
Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

Foto: Gentileza La Estela.
Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.
El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.
Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.
La Estela
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA
Sábados a las 18 hs, hasta el 27 de septiembre
@laestela.obra
Nota
Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


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