Nota
Brasil: triunfo con las tarifas de transporte, pero las movilizaciones sumaron ayer 1.000.000 de personas reclamando salud y educación, y apuntándole a la Copa del Mundo 2014
(Desde San Pablo) «Nadie sabe qué va a pasar de aquí en más. Lo único seguro es que nada será igual, y que si ahora el país está así, el año que viene estará de pie y va a explotar contra la Copa del Mundo» me dice Julio Delmanto, 27 años, mientras las noticias siguen siendo puro asombro:
- No aumentarán los 20 centavos del boleto de transporte público (queda en 3 reales, equivalente a que en la Argentina el pasaje mínimo costase unos 8 o 10 pesos).
- De todos modos ayer las movilizaciones se contagiaron de 12, a 53 ciudades, y sumaron más de 1.000.000 de personas que reclaman por derechos, salud, educación y contra a Copa del Mundo 2014, y el nivel obsceno de gastos, y posibe corrupción que implica.
«Lo interesante es que se demostró que en la calle podemos ganar. Ese es un cambio absoluto en Brasil» reconoce Julio, que acompaña los movimientos por el Pase Libre en los transportes desde hace 6 años. El de los pasajes fue el primer reclamo que encendió las inéditas e históricas marchas en ciudades brasileñas que implicaron el sitio y a veces toma de legislaturas como la de Rio de Janeiro y Brasilia, o la intendencia de San Pablo. Ayer en la ex moderna Brasilia, hubo intentos de entrar al Congreso, al palacio del Planalto (sede del gobierno) y finalmente hubo destrozos en el célebre Itamaraty, ministerio de Relaciones Exteriores, en medio de un paisaje de guerra. La multitud siguió en la calle hasta la madrugada, atacada espasmódicamente por la Policía Militar que usa la palabra CHOQUE en sus chalecos antibalas.
Maracaná rodeado
En Rio de Janeiro se movilizaron 500.000 personas: los actos son tan grandes que los noticieros los cubren desde helicópteros para dar dimensión de su magnitud. Así captaron una entusiasta represión con climax en el tiroteo de las curiosamente llamadas fuerzas del orden contra el hospital municipal Souza Aguilar en el que se atendía a más de 40 heridos.
Miles de personas cercaron además el estadio Maracaná y fueron también atacadas, mientras adentro se jugaba un partido ridículo de la Copa de las Confederaciones, en el que España reprimió a Taití 10 a 0. En las calles de todas las ciudades uno de los cantos era:
«Brasil, hay que despertar,
un maestro es mejor que Neymar».
Dos jóvenes con la careta de Anonymous como sombrero me explican: «El problema es la corrupción». Pasa alguien con un cartel que, como casi todos, está hecho improvsadamente a mano sobre cartulinas: «Un país mudo, no muda» (no cambia). Dos chicas bailan «ven a la calle contra el aumento, ven» con un cartel: «Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción genética». Un hombre de unos 70 años baila junto a ellas, con una bandera brasileña como capa.
La presidenta Dilma Rousseff llamó a una reunión de emergencia de su gabinete, tratando tal vez de descifrar qué misterio significa que un país que hasta hace un mes parecía dormido, hoy cante: «O-ó, el pueblo despertó».
FIFA con pantalones sucios
Julio Delmanto (27 años, que acompañó siempre al MPL, Movimiento Passe Libre, que busca boletos gratuitos para evitar que las periferias queden cada vez más aisladas de los centros urbanos), describe: «La Copa el Mundo fue una promesa de mejor transporte, mejoría en la ciudad, mejor educación, pero no pasó nada, sólo estadios carísimos mientras te dicen que no hay dinero para servicios sociales. La gente apoyó la Copa, pero ya no», me cuenta en un alto de un congreso sobre megaminería convocado por la Fundación Rosa Luxemburgo.
Para Julio es imposible saber qué pasará con las protestas: «Nadie puede contestar eso. Hay mucha gente que pide la gratuidad de los transportes, de la salud y la educación, Pero de una cosa estoy seguro: si el país está así en la Copa de las Confederaciones, el año que viene el país va a seguir así, va a estallar, y la FIFA debe estar con los pantalones muy sucios ante esto, ¿me entiendes?»
En las calles cantan:
«La copa, un carajo:
educación, salud y trabajo».
«No necesitamos a la prensa»
La violencia policial de las primeras manifestaciones subestimó una novedad: «Ellos pegan como en la dictadura, pero ya no es dictadura. Y ahora tenemos cámaras en los celulares, filmamos todo y denunciamos lo que pasa. Ya no necesitamos a la prensa». Las movilizaciones se llaman cada día a través de las redes sociales. La de ayer tenía 200.000 confirmaciones de participación en San Pablo, por lo que no conviene quedarse corto con los números.
Cada vez más
No se necesita a la prensa: es al revés. Las empresas periodísticas (O Globo, la más emblemática) reclamaron al principio sacar a la gente de las calles y restablecer el orden, pero viraron en el aire al observar el insólito (para ellos),masivo y creciente apoyo de la población a las protestas, y lo legítimo de cada reclamo. Ayer Folha de Sao Paulo publicaba retratos de manifestantes («Estoy contra la violencia del Estado» aparece diciendo Segunda Rocha) y O Globo retransmitía videos filmados por los manifestantes. Sus transmisiones duran horas durante toda la programación. De la Copa de las Confederaciones, ayer, 2 minutos 24 segundos (los patéticos goles españoles alargaron la cosa). Tal vez Globo haya tomado nota de la agresion policial a su periodista Pedro Vedova, que apareció en cámara con la cara manchada de sangre y un agujero en el medio de la frente, provocado por un balazo de goma que no lo mató por casualidad.
Hasta ahora hubo un muerto, uno de los tres manifetantes atropellados por un empresario (no es claro si se trata de un provocador, un idiota, o ambas cosas) de apellido Azevedo, en Riberao Preto, donde la marcha reunió 25.000 personas. Azevedo sigue prófugo.
El éxito con respecto a las tarifas no calmó sino que acentuó el nivel de participación: «En mi ciudad, Niteroi, fueron 30.000 personas, el 10% de la población», dice Carlos mientras marcha por San Pablo, donde la movida fue «normal» mientras 4 helicópteros sobrevolaban nuestras cabezas. Con el correr de las horas el ambiente empezó a ponerse espeso. Julio me explica: «Desde 2006 hay movilizaciones por los transportes, y contra la violencia policial. No es algo de un día para el otro, pero era totalmente imprevisible que tuviera este tamaño. Fue una chispa, con la noticia del aumento de tarifas, que sacó a todo el mundo a la calle. Y todos reclaman cada vez más cosas».
Ayer los manifestantes volvieron a rechazar la presencia de militantes de partidos como el oficialista PT. Ricardo: «Pero no es que la gente sea de derecha, sino que está irritada con los partidos políticos y con instituciones que no hacen nada por la gente».
La inmensa mayoria ayer cantaba «sin violencia» con un ritmo que sólo crece en Brasil. Algunos disturbios en la Avenida Paulista atrajeron a los helicópteros policiales, que pelean el espacio aéreo con los noticieros, y van persiguiendo con haces de luz a algunos manifestantes sin mucho éxito hasta ahora, teniendo en cuenta que siguen sobrevolando sobre nosotros mientras se escribe esta crónica y no se sabe qué pasará mañana. Sólo que nada será como antes.
Fotos: MidiaNINJA
Nota
La Estela: tierra guaraní en escena

Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.
Por María del Carmen Varela
A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad. La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.
La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.
Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

Foto: Gentileza La Estela.
Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.
El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.
Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.
La Estela
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA
Sábados a las 18 hs, hasta el 27 de septiembre
@laestela.obra
Nota
Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre

