CABA
Bolivia según Oscar Olivera: «Lo que no pudo hace la derecha, lo hace Evo»
Oscar Olivera ha sido uno de los principales referentes de las luchas bolivianas en los últimos años, apoyó la candidatura de Evo Morales, pero considera que la situación de los movimientos sociales es una de más difíciles que ha visto “justamente porque el gobierno ha excluido, ignorado y hasta despreciado a los que quieren tener una voz propia”. Su análisis sobre la polarización que enfrenta al gobierno con la derecha, y los signos embrionarios que empieza a ver en la sociedad.
La primera imagen sobre Bolivia podría llevar a pensar que los movimientos sociales están pasando por su mejor momento, de la mano de la llegada del cocalero Evo Morales al poder. Las escenas muestran a un gobierno enfrentando a la derecha y representando a los sectores populares. Pero hay otras voces, y otras miradas sobre la situación, que hacen más compleja y matizada esa polarización.
“Hace 30 años que estoy metido en estas luchas como dirigente obrero, como obrero del gas, como portavoz de movimientos sociales importantes pero le confieso que nunca he visto las grandes dificultades que en estos momentos tenemos los movimientos que hemos venido luchando toda la vida, por la situación de confusión y por cómo nos sentimos excluidos, ignorados, olvidados y hasta despreciados”.
Oscar Olivera es dirigente de la Federación de Trabajadores Fabriles de Cochabamba y ha sido portavoz de la Coordinadora de Defensa del Agua y la Vida que motorizó la Guerra del Agua en 2002, una pueblada que logró torcer algo de la historia neoliberal de Bolivia, y revertir la privatización del agua, que incluía –aunque parezca una broma- la privatización del agua de lluvia.
Aquellas luchas, entre tantas otras, fueron abriendo el panorama a la candidatura de Evo Morales, que llegó a la presidencia en enero de 2006. Y que Olivera apoyó sin imaginar acaso que quedaría tiempo después en una posición crítica donde además siente que los movimientos sociales están pasando por una de las peores etapas de debilidad que ha conocido.
-¿Cómo ve la situación boliviana?
-Para empezar, muchos sectores emblemáticos de las luchas sociales se fueron al gobierno, como funcionarios o apoyadores incondicionales de la estructura estatal. El MAS (Movimiento al socialismo) agrupa a un montón de gente de diferentes líneas, desde neoliberales hasta troskistas. Por eso tiene una actitud zigzagueante. Nosotros seguimos defendiendo la voz autónoma de los trabajadores, la gente común. Pero la dificultad justamente es que los movimientos sociales han perdido en gran parte su voz y su accionar frente a ese aparato estatal.
La pelea de fondo
-Sin embargo la imagen pública que aparece es la del gobierno enfrentando a sectores de la derecha que parecen representar una amenaza.
-Creo que en el fondo la pelea que se está desarrollando es por quién domina al Estado, desde la oligarquía, hasta el MAS al que básicamente, y yo diría uqe solamente, le interesa lograr la reelección de Evo Morales. El punto de poder real me parece que está en la pelea por la tierra, y eso no creo que pueda ser resuelto por una consulta popular. Ese va a hacer un escenario de confrontación más temprano que tarde. Pero hoy lo que se ve es una agenda de disputa acordada entre el gobierno y la oposición, que está al margen de lo que la gente querría discutir.
-¿Cuál es esa agenda acordada entre gobierno y oposición?
-Allí está el Impuesto Directo a los Hidrocarburos –IDH- que supone la discusión de la renta petrolera producto de los contratos con las multinacionales que Evo Morales hizo a partir de mayo de 2006, que de ninguna manera significaron la nacionalización sino simplemente arrancar un poco más de las rentas a las trasnacionales. Lo que está en disputa es cómo y quién define el destino de esa renta. Se disputan recursos como un botín y no una verdadera nacionalización.
-¿En qué consistiría?
-Los movimientos sociales planteábamos que los impuestos a los hidrocarburos fueran a parar a la reconstitución de una empresa pública con fuerte control social, y no a una empresa estatal como es ahora, que ha sido cooptada por un partido político y cuya gestión es totalmente cerrada a la población. Se planteaba originalmente para establecer una nueva base económica para un plan nacional de desarrollo con otr visión. No una visión capitalista sino una visión de las comunidades de productores, sindicatos, capaz de fortalecer a la pequeña economía campesina y que pueda garantizar a largo plazo el bienestar de la gente.
-¿Y qué ocurrió con esa idea?
-En la práctica lo que ha hecho el gobierno es establecer una serie de bonos (se refiere a beneficios para jubilados, la llamada Renta Dignidad) que en la práctica significa que esas rentas petroleras se están consumiendo hoy sin pensar en el mañana, y han entrado en el mecanismo de una campaña electoral. Porque además, no hay un control social de lo que se hace, nadie sabe cuales son los ingresos ni las perspectivas. Entonces uno se encuentra en una pelea por esa renta donde la derecha quiere utilizarla de una manera cínica y corupta, y por otro lado el gobierno la usa para campañas electorales.
¿Constitución = reelección?
Para Olivera existe otro elemento de negociación entre el gobierno y la derecha:
-El gobierno ha propuesto a la oligarquía compatibilizar la nueva constitución con sus reclamos de autonomía, y para nosotros le está abriendo las puertas a la derecha para que introduzca sus reformas a partir de sus intereses, mientras el gobierno se niega a abrir su constitución a la izquierda, para definir temas elementales como la construcción de una institucionalidad que permita la fiscalización, la participación y la decisión de la gente en la cosa pública.
-Pero el gobierno reivindica justamente ese elemento de mayor participación en la nueva Constitución que debe refrendarse.
-No, eso es un aspecto totalmente desterrado. Vea usted, mucha gente no habla por temor a los insultos y agresiones del gobierno a cualquier voz crítica, el calificativo peyorativo, pero de todos modos creo, aunque me resulte duro decirlo, que esta Constitución busca lisa y llanamente la reelección de Evo Morales para que siga gobernando sin transformar absolutamente nada, sin que haya un cambio verdadero en la vida de la gente.
-¿Ningún cambio?
-Creo que están aplicando una línea reformista, eso no sería malo, pero no se trata de hablar de capitalismo y de imperialismo, cuando en la práctica el plan del gobierno presenta políticas capitalistas y la entrega de nuestros recursos naturales a las empresas petroleras y mineras. Siguen dando en concesión grandes minas para la exportación de minerales, mientras expulsan comunidades y contaminan las aguas. En esas situaciones se ve muy disimuladamente que lo que no pudo hacer los gobiernos de derecha, lo hace Evo Morales, y lo están haciendo gobiernos de los llamados progresistas en nuestra América. Brasil es un ejemplo, con sus represas en el noroeste boliviano, que vana influenciar seriamente en la vida cotidiana de muchísimas comunidades y van a crear un absoluto cambio ambiental. Yo creo que el imperialismo está muy contento con lo que estos gobiernos están haciendo, que es lo que no habían podido hacer los gobiernos de derecha por la fuerte resistencia social. Y a la vez, como se plantea una polarización, eso no deja espacio para reflexionar y debatir seriamente con el gobierno de cara a estas cosas. Parecería que hay que tomar partido, y callarse.
-Y si uno acepta la lógica de la polarización sólo queda por decir: mejor el gobierno que la derecha.
-Claro, pero si usted le pregunta a las personas de los barrios populares, a los obreros, clase media, desocupados, muchos le van a decir que desde que está este gobierno nada cambió, o que las cosas están peor. Se dice que el gobierno trabaja solamente para un sector de la población, los hermanos indígenas, relegados durante siglos. Eso seria muy justo, pero el pueblo abarca también a muchos otros sectores. Sin embargo se hace una política tradicional, de armar un escenario de supuesto diálogo, sólo con expertos y caciques que negocian en nombre de nosotros las políticas que les convienen a ellos, sin solucionar los problemas de la gente. Esto va generando un clima de tristeza y frustración frente a un gobierno completamente sordo, que sólo acepta la subordinación de los movimientos. Y a los que no nos subordinamos, nos dicen proimperialistas, vendidos o derechistas. Escuchar eso de un hermano, de un gobierno que nosotros hemos colocado, es sumamente doloroso.
Los ignorados
Olivera recuerda que él mismo, el aymara Felipe Quispe y los cocaleros Evo Morales y Dionisio Nuñez eran calificados como los Cuatro Jinetes del Apocalipsis por las empresas periodísticas, la derecha y los políticos tradicionales. “Cuando nos decían eso, nos sentíamos bien, porque sabíamos que nos tenían miedo. Pero cuando un gobierno como este habla así, para nosotros es pésimo. Es un hermano el que te insulta”.
Por eso plantea: “Hace 30 años que estoy metido en estas luchas como dirigente obrero, como obrero del gas, como portavoz de movimientos sociales importantes pero le confieso que nunca he visto las grandes dificultades que en estos momentos tenemos los movimientos que hemos venido luchando toda la vida, por la situación de confusión y por cómo nos sentimos excluidos, ignorados, olvidados y hasta despreciados”.
Una actitud que parece decepcionarlo especialmente es la del vicepresidente Álvaro García Linera: “en Cochabamba hemos tenido que salir a pelear por la pérdida de empleos. Tomamos una serie de acciones concreta, paros, movilizaciones, contra empresas que despiden gente pero a la vez tienen relaciones comerciales con el Estado. Ese individuo (García Linera) dijo que estábamos financiados por la derecha. Como si no nos conociera, como si no supiera la justicia de los reclamos. Él hizo su trinchera, como Evo Morales, aquí, entre los fabriles, luego de salir de la cárcel. Los obreros fabriles lo acogieron de manera muy generosa y se nutrió de gran cantidad de saberes y opiniones. Eso le posibilitó ampliar su visión del país. Se involucró en la guerra del Agua y los obreros creímos que era parte de nuestra familia. Tal vez él reacciona porque no nos dejamos tentar con cañonazos de dinero ni cargos en el gobierno. Pero estos funcionarios llenos de soberbia, compartieron nuestras angustias y nuestros sueños”
Embriones de futuro
Hay cambios y mutaciones, considera Olivera, que tienen sus propios símbolos de mercado. “Nosotros no hemos cambiado nuestras ideas. Ni siquiera nuestros teléfonos celulares. Ellos cambiaron hasta eso”.
-¿Cómo define a la derecha que se enfrenta al gobierno?
-Es una oligarquía que miente, subsidiaria de las trasnacionales petroleras fundamentalmente, sumada a su ligazón con mafias colombianas. Son sectores que ya todos conocemos, frente a los cuales el gobierno se muestra pasivo, sin intenciones de proteger a la gente. La propia representante presidencial en Pando, cuando fue la masacre (18 campesinos asesinados el 11 de septiembre) dijo llorando que el gobierno los había abandonado. Yo siento que a algunas gentes del gobierno no les interesa en absoluto la vida de los pobres. Se dedican a sus diálogos y negociaciones, a preservar sus propios puestos de funcionarios y su propio poder.
-La suya parece la descripción de una situación sin salida.
-No, estamos en un momento de confusión par el pueblo, pero más que una dificultad hay que entenderlo como un desafío. No perdemos los sueños y las esperanzas de que todo va comprendiéndose y finalmente todos nos daremos cuenta de cómo son las cosas. El gran error sería quedar invisibles, aceptar ese silencio. Por eso hay que pelear para que quienes han luchado por este proceso puedan tener una voz que les permita expresarse. Y se empiezan a notar las movilizaciones de campesinos que están recuperando su capacidad de indignación frente a lo que pasó por ejemplo en Pando, o en Santa Cruz donde hubo ataques de la derecha. Y la gente se moviliza ya sin depender del gobierno, lo hace como una recuperación autónoma de su propia capacidad de acción. Eso nos da mucha esperanza, es muy alentador. El gobierno obviamente tratará de aprovechar todo para sacar su propia tajada. Pero que la gente esté recuperando su posibilidad de pensar y expresarse, a uno le devuelve el aliento.
(Más información sobre Bolivia, y en particular sobre Plan 3000, el barrio de Santa Cruz que se le plantó al fascismo y está por concretar su propia autonomía, en el número de octubre de Mu – el periódico de lavaca, que ya está en los quioscos).
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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