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30 preguntas desde la comunidad travesti a nuestras disidencias: un llamado a la acción y la autocrítica

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Por Marlene Wayar

1. ¿Cómo podemos construir una resistencia real frente al fascismo, más allá de la euforia y los slogans, que nos permita sobrevivir y generar cambios duraderos?

2. ¿Qué acciones concretas debemos tomar para evitar ser utilizadas como «chivos expiatorios» en los discursos de odio y violencia del poder?

3. ¿Cómo nos enfrentamos al uso político de nuestra existencia por parte de movimientos progresistas que nos dieron espacios sin poder real ni respaldo presupuestario?

4. ¿Por qué hemos permitido que nuestra representación en las instituciones sea simbólica y no estructural?

5. ¿Qué estrategias debemos adoptar para recuperar y fortalecer el estatus ciudadano que nos están arrebatando?

6. ¿Cómo respondemos a la narrativa que nos acusa de ser una «excentricidad caprichosa» sin interés en los problemas de la sociedad en general?

7. ¿Por qué no hemos priorizado construir una comunidad que proteja a nuestras viejas y las voces históricas que han clamado por dignidad y justicia?

8. ¿Cómo rompemos con la lógica binaria y superficial que se replica en nuestras propias redes sociales y espacios de visibilidad?

9. ¿Qué hemos aprendido del modelo brasileño, donde personas trans están ocupando espacios en el Congreso y visibilizando agendas inclusivas para todas las comunidades?

10. ¿De qué manera podemos reorientar nuestras luchas hacia un activismo que sea percibido como válido y necesario por toda la sociedad?

11. ¿Cómo reconstruimos el tejido comunitario, dañando por años de individualismo y desmovilización?

12. ¿Qué podemos aprender de las comunidades originarias, migrantes pobres, quienes también están siendo atacadas por los discursos de odio?

13. ¿Cómo podemos articularnos con otras luchas, como la de los pueblos originarios, las mujeres pobres, las trabajadoras sexuales y las comunidades afrodescendientes, para construir alianzas sólidas y efectivas?

14. ¿Por qué no hemos aprovechado la libertad conquistada para romper con el sistema establecido en lugar de replicarlo?

15. ¿Qué papel juega la cultura en nuestras luchas, y cómo podemos hacer que nuestras expresiones artísticas lleguen a tocar otras vidas más allá de nuestros propios nichos?

16. ¿Cómo enfrentamos la instrumentalización de nuestras identidades por parte de quienes buscan distraer al pueblo de los problemas estructurales del capitalismo, el patriarcado y el colonialismo?

17. ¿Estamos creando espacios seguros y significativos para nuestras infancias travestis y trans? Si no, ¿qué nos lo ha impedido?

18. ¿Cómo podemos construir un humor y una narrativa que no se burle de quienes ya están en el suelo?

19. ¿Qué nos falta para reconocer la importancia de proteger nuestra memoria colectiva y honrar nuestras historias sin convertirlas en herramientas frívolas de consumo?

20. ¿Qué lecciones podemos extraer de nuestra convivencia con burócratas que prometieron apoyarnos y nos traicionaron?

21. ¿Cómo nos preparamos para enfrentar la violencia estatal que se cierne sobre nosotras, especialmente en este contexto de fascismo explícito?

22. ¿De qué manera podemos recuperar el respeto hacia nuestras comunidades, evitando ser colonizadas por narrativas globales que borran nuestras especificidades locales?

23. ¿Qué hemos dejado de lado en nuestra lucha por derechos colectivos al concentrarnos en obtener visibilidad individual?

24. ¿Cómo enfrentamos las contradicciones entre el deseo de unidad y la desconfianza hacia quienes se suman solo en momentos de crisis?

25. ¿Qué estrategias podemos implementar para crear autonomía económica y social dentro de nuestras comunidades?

26. ¿Por qué hemos permitido que la lucha por la «libertad» sea cooptada por dinámicas de frivolidad y banalidad?

27. ¿Cómo enfrentamos la sensación de que llegamos tarde a este reclamo, y qué podemos hacer con el tiempo y los recursos que aún tenemos?

28. ¿Qué formas de autocrítica nos permitirán no caer en los mismos errores que nos han llevado a esta precariedad política y social?

29. ¿Cómo podemos canalizar el enojo y la indignación para construir un movimiento más fuerte y cohesionado?

30. ¿Qué mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, y qué estamos dispuestas a hacer hoy para lograrlo?

Reflexión, estrategia y contradicciones: un llamado urgente

No podemos seguir librando esta batalla como si fuéramos iguales a quienes nos atacan. Nuestra fuerza debe nacer de la decisión consciente y de un equilibrio entre firmeza y afabilidad. Firmeza para evitar el Yo que todo lo puede, y la afabilidad de escuchar otras ideas de manera receptiva y hacer crecer esas ideas. No podemos comprometernos con el odio ni embellecer nuestras propias fallas. La maldad debe quedar desacreditada bajo cualquier circunstancia.

Debemos abandonar la violencia directa como estrategia, pues al combatir golpe por golpe solo alimentamos al odio y nos enredamos en pasiones que nos desgastan. La verdadera resistencia comienza en casa: debemos observarnos, identificar y trabajar nuestras propias deficiencias sin enfrentarlas con violencia interna. Al hacerlo, las armas del odio pierden su filo, incapaces de encontrar adversario.

El progreso en el sentido del bien debe ser nuestra mayor herramienta. En lugar de dirigirnos únicamente contra quienes nos odian, nuestra tarea es interpelar al pueblo: a nuestras familias, vecinas, compañeros de trabajo y quienes nos conocen. Es su responsabilidad protegernos, comprender que el odio no es una herramienta de gobernanza y que no deben convertirse en las manos ejecutoras de un poder macabro. Un país que niega 30.000 desapariciones o que simplemente dice “yo no sabía” debe hoy ver que se están re-configurando nuevos campos clandestinos y que el objetivo somos nosotras.

Pero aquí me encuentro, habitando una contradicción profunda. No puedo dejar de sentirdesazónal ver cómo se nos exige seguir luchando, sin permitírsenos siquiera envejecer en paz. Me dicen que me despreocupe, que serán creativas e incluirán, pero me queda claro que debo ocuparme yo misma, aun cuando ya lo he dado todo. No es metiendo nuestra identidad en el armario que vamos a convocar a nadie contra el fascismo y el antirracismo, convocamos nosotras travestis, maricas, lesbianas, nobinaries … somos nosotras el blanco de tiro.

Les dimos un país transformado, con una Ley de Identidad desesperada y errónea, pero que reconoció finalmente un cupo laboral, sin antes haber reparado el genocidio travesti que era un imperativo colectivo. Nuevamente son los privilegios lo que mueve, mientras el hambre de alimento y abrazo de las viejas espera mejores tiempos ¿Para qué? Para ser payasas de un peronismo estúpido que ahora les suelta la mano mientras chupa cirios. Gritan «no tenemos miedo» y tiran frases vacías con los nombres de mis amigas muertas como si fueran una droga más. Dejen de drogarse con muestras muertas. Sus nombres no son amuletos ni mercancías para toda esta euforia vacía.

¿Y qué hicimos que no vemos los resultados de la Ley Micaela? ¿Por qué nadie, ni siquiera dentro de nuestra propia comunidad GLBTTI, conoce a las funcionarias que no funcionaron? ¿Convocaran a sumarse a la marchas las rectorías universitarias? ¿Un sábado no laboral irá la clase trabajadora? ¿Qué cuerpos tomarán la responsabilidad? Este reclamo llega tarde, no porque no sea necesario, sino porque ahora tenemos enfrente un Estado capaz de dispararnos a plena luz del día, matándonos en tacos altos y con brillos a las cuatro de la tarde.

Nuestra energía no debe perderse en redes sociales donde reina la irracionalidad y la mala fe. Es inútil discutir con quien ha decidido no escucharnos. Debemos centrar nuestra acción en despertar conciencia y solidaridad en el resto de la sociedad, interpelando a quienes aún pueden actuar desde la animalidad de proteger su prole, no desde el odio. Dejemos de emplear la palabra humanidad como un término con el presupuesto de bien: hasta las disputas por el territorio entre machos animales se dan sin producir un genocidio. El genocidio, sí es humano, lo ha sido y el que se cierne sobre nuestras cabezas lo será.  

Hoy más que nunca, necesitamos construir una comunidad enérgica, honesta y solidaria, capaz de avanzar con convicción hacia un futuro donde el odio no sea la respuesta, sino el reconocimiento y la dignidad para todas las personas, incluso mientras discutimos las identidades. Entreguen lo hombre y lo mujer que nos resta identidad y tanto escozor les da. Que el buen sentir-pensar sea nuestra revolución, que la memoria sea nuestra guía y que el amor por nuestras muertas nos inspire a cuidar a las vivas.


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Mirta Ñancunao, mapuche, desde la zona de El Bolsón: “Hay un clima de miedo y patotas”

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La voz mapuche desde la Lof Las Haytekas, cerca de Mallín Ahogado y El Bolsón. Mirta Ñancunao habló con lavaca sobre los incendios, la intencionalidad, las agresiones, el racismo, los desalojos, las acusaciones fiscales sin pruebas, el clima de miedo. Su descripción: «Se está quemando todo, y el gobierno lo que hace es allanar las casas o te están llevando preso. Eso no es climático”. Reflexiones sobre cómo intentar seguir pese a todo.

Patricia Bullrich volvió de Disneylandia: 11 días después de comenzados los incendios en la zona de El Bolsón, y 40 días después de empezar a expandirse en la zona andina, anunció con el ministro Luis Depetri y ante una superpoblación de cámaras la creación de una “agencia de emergencia”. Los últimos cálculos elevan la superficie incendiada a 37.000 hectáreas.

Mientras tanto, Mirta Ñancunao, de la Lof Las Huaytekas en El Foyel, cerca de Mallín Ahogado y El Bolsón (zonas de las más afectadas), conectó en charla con lavaca los incendios con los desalojos a las comunidades mapuche y planteó que los recientes allanamientos a las comunidades son una “continuidad de lo que nos venía pasando con la persecución de otros allanamientos que se hicieron en la Comarca Andina”.

Mirta Ñancunao, mapuche, desde la zona de El Bolsón: “Hay un clima de miedo y patotas”

Mirta y la «ñaña» Irene, antes de los incendios. Como fondo, la belleza de lo que están quemando la política y los negociados.

“No son razones climáticas” explica sobre los incendios. “Sin duda, esa situación ayuda. Pero no es que cayó un rayo, que se le escapó un fuego a alguien: no. Se está quemando todo, y el gobierno lo que hace es allanar las casas o te están llevando preso. Eso no es climático”.

Mirta repasa el paisaje de estos días: detenciones, liberaciones, las intimidaciones de la patota del megamillonario inglés Joe Lewis. “Las mujeres mapuches que andan con su vestimenta son agredidas en la calle», cuenta sobre el recrudecimiento racista en la zona. «Hay un clima de miedo y de patotas. De ser perseguidos: todo pasa en un mismo lugar. Y vemos a patotas que son temerarias”.

¿Cómo son esas patotas? 

Le pusimos el nombre de la patota guacha de Pogliano (por el intendente de El Bolsón Bruno Pogliano). Esta patota de gente a caballo fue la que agredió a gente que hizo una marcha a Lago Escondido; son los mismos. El que encabeza esto es Hugo Araneda. Es el patovica de Lewis, que lo tiene como grupo de choque ante las organizaciones. A estos no los podemos denunciar, dicen que nos peleamos vecinos con vecinos. Esas patotas incluyen gente conocida que se agrega porque les pagan, porque están cerca del poder.

La verdadera causa

¿Y cómo se relacionan estas intimidaciones con los incendios?

Los allanamientos fueron por el tema de los incendios, pero en realidad buscan desalojar a las comunidades. El miedo que tenemos es que puedan seguir con otras comunidades, porque todas estamos conectadas: nos juntamos para las ceremonias, compartimos información. En el fondo, lo que está haciendo el gobierno es utilizar estos incendios y culparnos a nosotras, las comunidades y pequeños productores, organizaciones sociales, que les molestamos, que necesitan esa tierra para entregársela a los capitales extranjeros. Los incendios, hasta ahora, dan cuenta de que son intencionales.

Y los responsabilizan a ustedes.

Claro. ¿Y por qué nos persiguen a nosotros? Porque nos quieren sacar del territorio y que avance la cuestión inmobiliaria para extranjeros. No es para poner a otro argentino que no tenga dónde vivir; es para dárselo a Lewis, a los qataríes, a los británicos. Están todos unidos y nos tienen rodeados: ellos están en las altas cumbres y nosotros en el bajo. Y cada vez más están avanzando hacia nuestros territorios. Se están quedando con las nacientes del río Chubut; es una pelea grandísima por los recursos hídricos que no tenía gran difusión, pero ahora parece que lo quieren ya. No podemos pensar de otra forma que haya gente que va incendiando, porque aparecen focos por todos lados. ¿Por qué los allanamientos? ¿Por qué persiguen a quienes nos vienen a ayudar? Da la impresión de que no quieren que los incendios terminen, sino que sigan.

Las Bases, los pinos y el agua

Jorge Nawel, de la Confederación Mapuche de Neuquén, relacionó los incendios con la derogación a través de la llamada “Ley Bases” de la ley 27.604 de Manejo del Fuego, que prohibía durante 60 años la venta de terrenos quemados, buscando así proteger los ecosistemas de incendios intencionales y evitar la especulación de los emprendimientos inmobiliarios.

Ante este argumento responde Mirta: “Claro. Ahora, las tierras arrasadas por el fuego ahora se pueden vender. Esa protección sobre las tierras incendiadas ya no está. Está muy claro: se preparó todo para esto. Y es la época. ¿Cuándo van a hacer los incendios? En verano. En abril ya es imposible por el frío, la nieve, la lluvia. Ahora estamos en una situación climática extrema, de sequía, de mucho calor, de vientos, entonces está propicio para que avance el fuego. Donde no ha llegado el fuego, por suerte, estamos alerta de todas maneras: no nos olvidemos que esta zona y gran parte de lo que es zona de cordillera, hicieron grandes plantaciones de pinos, y eso arde y explota y tira fuego para todos lados. Estamos invadidos por pinos, y eso lo hace una zona peligrosa.

¿Ustedes creen que es un plan?

Es un plan que está armado y quieren entregar los territorios. Territorios donde hay recursos y grandes reservorios de agua. Por ejemplo, la gente que tenía una pequeña chacra, que era su espacio de subsistencia y ahí sembraba, tenía algunos animales, hoy ya no lo tiene: se le quemó todo. Es probable que la gente diga: “No puedo vivir acá, entonces voy a vender este pedacito”. Preparan de tal manera la cosa que, si se te quemó el campo, la vivienda, es muy difícil volver a empezar, y más en una situación económica como la que estamos atravesando. A veces es difícil reconstruir una casa; imaginate cientos de casas, de chacras, animales perdidos.

El miedo y la organización

¿Y cómo seguir?

Todavía no sabemos cómo hacer el día después; no está claro cómo se va a rearmar todo. Ahora estamos en alerta por el fuego y tratando de que no avance. Mientras tanto, vos estás ocupado en esto, y se llevan a la gente que está combatiendo; ahora la gente va a tener miedo de ir a ayudar por miedo a que te allanen la casa. Están metiendo miedo, y sin pruebas. Lo que nos llama la atención es la dureza que tienen los fiscales. Nosotros hemos tenido muchos problemas judiciales con causas de usurpación, y hemos visto la actuación de los fiscales nunca tan dura como ha sido ahora. Estos mismos fiscales antes buscaban elementos para la acusación. A uno no le gusta, pero buscan los elementos. Ahora no tienen nada y acusan y nos quieren dejar detenidos. Es una situación gravísima y de mucha incertidumbre: no sabes a quién le toca mañana. Hoy les tocó a las comunidades de Chubut, pero mañana podemos ser nosotros.

¿Cómo hacer para que el miedo no rompa la organización?
No veo que llegue a romper. Ahora estamos diciendo qué necesitan, cómo ayudamos, estamos atentos a lo que va pasando, qué se va necesitando, qué se puede difundir. Cuando esto se tranquilice, nos vamos a juntar, y esto nos va a dar lugar a unirnos más. Da la impresión de que nos tenemos que juntar a resolver cómo seguir. Es prematuro todavía porque ahora en Chubut recién está lloviendo. Estamos esperando que se aplaque el fuego, que estemos seguros de que se terminó. Hay un cambio: esto no había pasado. Había pasado en algún momento en Cuesta del Ternero, pero se pudo saber quiénes fueron; no hubo una persecución. Pero esto tiene otras características: está quemando por todos lados.

¿Cómo se defienden?

Bajaron la Ley 26.160, nos perjudican con la Ley de Tierras, hay desalojos en puerta: nos sacaron jurisprudencia que amparaba nuestros reclamos. Y hoy tenemos menos herramientas para presentar defensa ante este avance. Todo eso hay que evaluarlo y ver cómo se sigue. Seguro que no vamos a bajar los brazos. Vamos a defendernos hasta donde podamos, porque vienen por todo. No son cositas aisladas; esto se viene preparando desde hace mucho, y esto es el golpe, no sé si final, pero sí el golpe fuerte.

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La relación entre los incendios patagónicos, las persecuciones y la Ley Bases: la voz de las comunidades mapuche

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“Lo están mirando por televisión, y durante mucho tiempo desde Disneylandia” dice en referencia a Patricia Bullrich el lonko (autoridad política) de la Confederación Mapuche de Neuquén Jorge Nawel. La sospechosa inacción nacional y provincial ante los incendios. Los intereses empresarios favorecidos. La Ley Bases que derogó la legislación que prohibía la venta de terrenos incendiados. La criminalización sin pruebas y el negocio de que continúen los incendios. Este es el panorama que Jorge Nawel describió a lavaca.

¿Cómo describiría qué es lo que está ocurriendo en la Patagonia, de Neuquén a Chubut?
Se está generando una situación realmente trágica en la región. Más de 20 mil hectáreas ya han sido quemadas, con un fuego que no parece dispuesto a detenerse. No está ayudando la cuestión climática: hay calores extremos, algo insólito para la región, pero para nada imprevisto. Es absolutamente sabido que el calentamiento global afecta esta región con veranos intensos. El domingo tuvimos 40 grados, algo excepcional en otros tiempos. Los incendios de bosque eran algo totalmente previsible. Algo que no tuvo en cuenta, primero, el gobierno nacional, que dijo: “Me importan un carajo los bosques, no voy a estar gastando estos recursos para apagar incendios”. Y desfinanció lo que era el Servicio Nacional de Manejo del Fuego; es más, cometió la imprudencia de dejarlo en manos de Patricia Bullrich. Eso es una verdadera burla: ¿qué sabe Patricia Bullrich sobre incendios y qué le puede interesar la naturaleza a Patricia Bullrich? No solo eso, sino que anuló programas que estaban previstos para detectar preventivamente posibilidades de incendios. De manera que quedó totalmente decapitada cualquier posibilidad de enfrentar lo que estaba anunciado: estos incendios. Desguazó el sistema de brigadistas de Parques Nacionales, les impuso contratos basura de 3 meses de duración que finalizaron el 30 de diciembre, que es cuando comenzaron los incendios. Todos los brigadistas que hoy están apagando los incendios no saben si sus contratos van a ser renovados; son los que realmente realizan una lucha heroica ante semejante tragedia, con falta de elementos, de equipamiento, de herramientas, falta de apoyo logístico con aviones hidrantes, helicópteros… Nada de eso está ocurriendo, cuando es lo lógico y natural que tenga que tener el Estado para defender semejante patrimonio natural. Entonces, eso por el lado de Nación: se ha lavado las manos, ha dejado en estado de abandono a la provincia. Y la provincia, que tiene una actitud muy subordinada al Estado nacional, no cuestiona eso y comienza a reaccionar cuando ya la tragedia se generó. Entonces, hoy está la provincia tratando de gastar todos los recursos disponibles para proveer de avionetas, de helicópteros, de guardias; están llegando brigadistas de otras provincias, de Buenos Aires, de Córdoba. Todo lo que se tendría que haber hecho antes se está haciendo ahora: eso es lo lamentable de esta situación, no es un drama que nos debería haber sorprendido. Y, sin embargo, hoy estamos con una angustia tremenda.

¿Cómo es el caso de las comunidades de Neuquén?
Las comunidades cuentan que el fuego está llegando a sus viviendas, y eso tiene sumergida en una tremenda angustia a la comunidad Chiw Quiliwil, próxima al volcán Lanín, acá en la región. Y tememos que llegue a otros territorios comunitarios. Imaginate si el viento llega a cambiar y empuja el fuego a la zona de Huechulafquen; ahí todas las familias viven rodeadas de bosque. Estamos haciendo ceremonias comunitarias pidiendo que llueva. Es natural que en febrero llueva, sin embargo, no ha caído una gota de agua en todas estas semanas: eso hace que todo sea más dramático.

¿Quiénes son los responsables de los incendios?
En Neuquén tenemos un problema regional. Vuelvo a repetir que era sabido que esto iba a ocurrir y, a pesar de todo ese conocimiento, en una total locura, el gobierno nacional dejó que ocurriera. Los dos responsables máximos de esta locura son quien preside el área del manejo del fuego, que es Patricia Bullrich, y el presidente de Parques Nacionales, que es Cristian Larsen: ninguno de estos personajes oscuros se ha molestado en venir a esta región, ni para generar demagogia. Lo están mirando por televisión y desde Disneylandia –por Patricia Bullrich–. Es una verdadera burla para toda la gente.

¿Cómo interpretan los desalojos y allanamientos a comunidades de Chubut?
Toda esta inoperancia, esta falta de previsibilidad y este abandono de las herramientas que el Estado creó, ellos lo buscan justificar buscando chivos expiatorios. Y lo que tienen siempre a mano, bajo la doctrina Bullrich, es echarles la culpa a los mapuches. Entonces aparecen titulares del gobernador de Chubut diciendo: “Se detectaron mapuches con antorchas, bidones de combustibles”, pero jamás probó nada. Y lo dicen de una manera descarada, irresponsable, perversa. En Río Negro se copiaron de eso, deteniendo a una decena de voluntarios en El Bolsón que habían ido a ofrecer su ayuda porque saben que el Estado no da abasto. Fueron detenidos, acusados de provocar el incendio: una verdadera locura. Fueron todos absueltos ahora, queda solo uno preso, y se demostró que todo eran falsedades. Mientras ocupan el tiempo en ver cómo persiguen y hacen esta cacería de brujas, nadie para el incendio. No conformes con eso, en Chubut se avanzó un poco más y están allanando comunidades. No solo no se ocupan de sus deberes como funcionarios, sino que desatan una caza de brujas contra las víctimas, que son las comunidades.

¿A qué atribuyen ustedes el origen de los incendios?
Hay un dato bien preciso que es indiscutible. La Ley Bases que fue aprobada a por mayoría del Congreso, derogó la ley que prohibía poner en venta territorios que habían sido incendiados por 60 años Se prohibía la venta o el uso de esas tierras con fines comerciales. Fue una ley muy visionaria porque eso desanimó a muchos que venían encontrando en los incendios la manera de convertir esas tierras en negocios inmobiliarios. Se frenó ese negocio, y a pocos años de que fue aprobada esa ley tan importante, la derogó esa Ley Bases o ley ómnibus. Y lo hizo con el apoyo de los diputados de Neuquén, Río Negro y Chubut, que terminan siendo cómplices. Nosotros visualizamos en Milei al autor de esa locura, pero esa locura la hace con la complicidad de un Congreso que le da los votos necesarios para que esta barbaridad se concrete. Es un negocio absoluto porque muchas de estas ciudades ya no tienen suficiente espacio público y necesitan expandir los barrios privados, los negocios, y estos incendios les abren la posibilidad a ese tipo de emprendimientos.

O sea que ustedes atribuyen fuegos intencionales en tierras que ahora pueden ser negociadas, además de las cuestiones del cambio climático. Sin esa ley, es un piedra libre para incendiar y acceder a esas tierras.
Los incendios pueden tener un origen natural, producto del calor intenso, que cualquier elemento, hasta un vaso roto, puede convertir en una hoguera. Lo que vemos aquí es que el Estado no aplica las medidas preventivas y no invierte. Y lo hace justamente porque atrás hay negocios a los que les conviene que sigan los incendios.

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Un fuego que arde y una asamblea que crece

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Por Juana Molinari*

La ranchada volvió a encontrarse en Parque Lezama el sábado 8 de febrero. Después de poner el cuerpo en la Primera Marcha del Orgullo Antifascista Antirracista LGBTIQ+, después de gritar, de avanzar, de sostener, nos sentamos en ronda a hacer lo que nos mantiene en pie: pensar juntxs, debatir, organizarnos. Organizar la rabia y la ternura.

La Asamblea Antifascista Antirracista LGBTIQ+ convocó este encuentro para hacer balance y decidir los próximos pasos. Porque si algo quedó claro en la marcha, es que esta lucha no tiene una sola cara: la primera línea fue interseccional, rotativa y colectiva. Un frente en movimiento, una bandera compartida por quienes llevan años al frente y por quienes lo ocupaban por primera vez.

Desde la comisión antirracismo se destacó el lugar que ocupó la lucha antirracista dentro del movimiento y el vínculo construido con les compas trans. La conclusión es clara: hay que seguir articulando. No hay orgullo sin antifascismo, no hay antifascismo sin antirracismo.

Pero la marcha también dejó tensiones. Se discutió el lugar de ciertos sectores que intentaron ocupar espacios que no les correspondían. La comunidad LGBTIQ+ lideró la convocatoria y la asamblea reforzó un punto clave: los acuerdos se respetan.

El 8M fue el próximo gran tema sobre la mesa. Un 8M mostri, un 8M en llamas. Se propuso empezar la marcha el 7 de marzo, Día de la Visibilidad Lésbica, y sostener una vigilia hasta el 8. Una única marcha, una única articulación, una sola voz en unidad.

En medio del encuentro, el fuego también se hizo presente. De la mano de Susy Shock y con el aprendizaje compartido con Avelina Rogel, hermana de pueblos originarios y sanadora, se pidió permiso a la asamblea para encender un pequeño fuego que nos guiara y protegiera. «Para sumarle espiritualidad a la política», dijo Susy. “Para conectar con nuestras ancestras, con la Pacha, con la memoria que debe estar en todo lo que tenemos que discutir”.

El fuego nació en ritual junto a adolescentes TTNB a quienes acompañamos desde El Teje. Se encendió al fondo de la asamblea y se circuló entre todas las personas presentes.

Un fuego que arde y una asamblea que crece

Otro punto central: la formación política. Nos atacan y nos preguntan. Desde los medios, desde los gobiernos, desde la calle. ¿Cómo respondemos? La Kalo fue clara: «No le contestemos a cornalitos». La energía es limitada y la lucha recién empieza. Nina Brugo sumó: «Es importante que tengamos una ideología en común», haciendo referencia a una ideología feminista que no sea mujerismo. Porque, en sus palabras, «otra realidad es posible».

La próxima asamblea ya tiene fecha y lugar: 22 de febrero, en el Espacio para la Memoria Ex Centro Clandestino de Detención (CCD) Olimpo, a las 18 horas. Las comisiones definieron distintos canales de comunicación para seguir articulando y trabajando de cara al tercer encuentro. 

Mientras discutimos la estrategia, el gobierno avanza. La semana pasada un DNU modificó la Ley de Identidad de Género, apuntando a les menores y a la situación de las personas trans en cárceles.

Un fuego que arde y una asamblea que crece

Y la pregunta se impone: ¿qué hacemos con la urgencia? ¿Qué hacemos con nuestras adolescencias? ¿Qué hacemos con nuestrxs presxs? ¿Qué hacemos con nuestrxs compas en situación de calle? ¿Qué hacemos para defender la ley de identidad de género? ¿Escuchamos lo que tienen para proponer las personas que la escribieron? No hay respuestas fáciles. Pero sí hay un camino: acompañamiento político real, no solo desde algunas orgas, sino desde toda la Asamblea Antifascista Antirracista LGBTIQ+. Porque esto está pasando ahora, no el 8M.

El 8M está cerca, y con él, otra pregunta: ¿qué feminismos están presentes en la asamblea? Si nos organizamos para la primera marcha federal el 31 de marzo, Día de la Visibilidad Trans, ¿qué feminismos se sumarán? En la asamblea, la militancia es transfeminista e interseccional. Pero ¿lo son también todes les que hoy nos apoyan? ¿Saben siquiera qué significa el transfeminismo interseccional? O peor: ¿quieren saberlo?

Pienso en la frase de Barbara Kruger, que resume lo que siento hoy: «Para mí estos son los buenos tiempos, no porque sean buenos, sino porque estamos vivxs para verlos y cambiarlos.»Y eso es lo que estamos haciendo. Nos organizamos, militamos la ternura, construimos futuro. 

*Co-fundadora y coordinadora del espacio para infancias libres en El Teje.

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