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Ley Milei entre el palacio y la calle: aprobación en general y lo que se viene

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A las 8.50 de hoy, con 142 votos a favor, 106 en contra y 5 abstenciones, se votó en general la Ley Bases, que cercena derechos sociales y busca consolidar beneficios para los sectores de poder. La traducción de quienes votaron: «darle herramientas al gobierno». Pese a los discursos supuestamente opositores, los legisladores le dieron a Javier Milei la delegación de facultades por un año, la posibilidad de privatizar empresas estatales y una reforma laboral, además de los perjuicios para futuros jubilados, entre otras cosas. Paradójicamente, en esos temas el Congreso queda reducido a un elemento de decoración política, que acaba de aprobar normas no solo dictadas sino redactadas en muchos casos por los propios lobbies empresarios. Fueron 20 horas de intervenciones que comenzaron el lunes al mediodía. ¿Qué es lo peor del proyecto? Publicamos el texto completo y algunos intercambios de lavaca con legisladores. Pablo Carro y lo desastroso. Raúl Godoy del FIT y Zanón, lo que perjudica a los jóvenes y lo ambiental. Cristian Ritondo y el rebaño. Daniel Arroyo y la implosión social. Ahora resta el debate en particular, que no se votará artículo por artículo sino por «capítulos» en bloque, para eludir el cuestionamiento de temas específicos. Se calcula otra posible mayoría oficialista, aunque nunca conviene subestimar lo imprevisto. Detalles, imágenes y voces de lo que ocurría en la calle y en el recinto.  

Producción de lavaca.org.

Fotos: Juan Valeiro.

Un muñeco de Javier Milei y una leyenda: “La casta son los jubilados”. Una bandera de Jubilados Insurgentes cruza Rivadavia, mientras todavía los efectivos de Gendarmería y Prefectura están adentro de las camionetas, resguardándose del frío.

Foto: lavaca

Otra bandera: “Las centrales nucleares argentinas no se venden”. Una señora escribió a mano: “Si se aprueba la ley bases 9 de cada 10 mujeres no se van a poder jubilar”. Otra: “Jubilada en peligro de extinción”. Un señor escribió en un cartón: “29 de abril, feliz día gatito alcahuete de los empresarios”. Luego aclara a lavaca: “Sin ofender a los animales”.

Entonces llegan los primeros policías para aplicar el Protocolo Bullrich, mientras se suman organizaciones sindicales, asambleas y trabajadoras y trabajadores de distintas empresas estatales, que proponen hacer un semaforazo: llevan en carteles las fotos de diputados de la UCR, fundamentalmente, el sector llamado “dialoguista”, colaboracionista o pseudo opositor que se espera le brinde los votos al gobierno. Le muestran las fotos a todos los vehículos que pasan por Rivadavia. Ese sector incluye a parte de la UCR, pero también a todo el PRO, parte de Hacemos Coalición Federal, los provinciales con obediencia debida a sus gobernadores. 

Foto: lavaca

Los diputados deben cruzar Rivadavia (semaforazo mediante) desde el edificio Anexo hacia el recinto, pasar por la pasarela de la resistencia:

-¿Cómo vas a votar?

-Cuidado con lo que votás.

-No traicionen al pueblo.

-¿Vos sos diputado? 

Un joven de anteojos agita un ejemplar de la Constitución Nacional como reconociendo a cada diputado. No los conocía, en realidad, pero los detectaba por lo obvio: eran los que venían con custodia. Los gritos del joven de anteojos, acompañados por el resto en cada semaforazo:

-¡Burros!

-¡Ignorantes!

-¡Atorrantes!

 “No conocemos a todos, a algunos les preguntamos si son diputados, pero esos son los que más te cagan”, dice Zulema, de Jubilados Insurgentes, agrupación que no distingue entre oficialismos y oposiciones: “Algunos pasan y hacen la señal en V, pero nosotros les reclamamos igual” cuenta justo antes de que pase el sindicalista de la CTA Hugo Yasky.

-Yasky, ¡paro general!– gritan todos al unísono, mientras se arma la canción: “Paro, paro, paro, paro general”.

Ley Milei entre el palacio y la calle: aprobación en general y lo que se viene

Teoría de lo desastroso

“La última vez que nos vimos, justo cuando estábamos hablando, se vino abajo el anterior proyecto de Ley Ómnibus, pero no creo que ahora tengamos la misma suerte” dice el diputado Pablo Carro (Unión por la Patria) al cronista de lavaca, en el Salón de Pasos Perdidos mientras en el recinto –más que un debate– se producía una sucesión de monólogos.  

Explica el diputado: “Lo que se va a aprobar es desastroso, no solo por la cuestión de las delegación de facultades. Se elimina la moratoria previsional para las mujeres, lo que llamamos habitualmente «amas de casa”. En materia laboral es toda una regresión. Se elimina el monotributo social”.

Dato práctico: de los menos de 4.000 pesos actuales, el monotributo “social” pasará a costar unos 25.000. En lugar de ayudar a la formalización, esto promete ser una oda al trabajo en negro. Continúa Carro: “Vuelve el impuesto a las ganancias pero le bajan a los grandes contribuyentes bienes personales Es todo regresivo por donde lo mires. Esto es un desastre, es malísimo, no hay un artículo que le sirva a la mayoría”.

Ley Milei entre el palacio y la calle: aprobación en general y lo que se viene

Foto: Juan Valeiro para lavaca

Juzgando caras

¿Y qué ocurrirá? Sostiene Carro: “A juzgar por las caras pareciera que tienen todos los votos para aprobar, no solo en general sino también en particular. Me parece que con el artículo 3 nos vamos a dar cuenta rapidito. Si el artículo 3 pasa, el que dice que pueden intervenir y fusionar organismos del Estado como el INCAA, el Enacom, el CONICET, estaría todo dicho. Aclaran que no se pueden disolver, pueden hacer cualquier cosa, diluírtelos en la práctica”. 

-¿Qué otro artículo hay que atender?

-El 4 permite hacer lo mismo con sociedades del Estado, el canal público, Radio Nacional, Arsat, Educar, todos contenidos públicos. El artículo 5 permite echar mano del fondo fiduciario entre varios; el fondo universal es el que pagan las telefónicas, el 1%, y que se ha usado porque subsidian una parte de los emprendimientos de cooperativas o Pymes,  para llevar conectividad a los barrios populares. Y después el artículo 7 es el de las privatizaciones; si pasan esos, van a pasar todo.

El diputado se queda pensando: “En el 3, la Coalición Cívica vota en contra o se abstiene; yo creo que se van a abstener. O sea, ni siquiera van a votar en contra. Me parece que están más preocupados por darle todo al gobierno, con el argumento de que necesita las herramientas, y no quedar pegados a nuestra posición que es de rechazo. Lamentablemente me parece que vamos a una sesión de ese tipo”.

Ley Milei entre el palacio y la calle: aprobación en general y lo que se viene

Foto: Juan Valeiro para lavaca

¿Quién se moviliza?

Carro habla cree que es difícil saber hoy qué ocurrirá en el Senado, después de la hipotética media sanción en Diputados: “Habría que ver. Hicimos una movilización espectacular el martes pasado. El miércoles llamaron a las comisiones para dictaminar el jueves, dictaminaron en un ratito, y el mismo jueves llamaron para sesionar. Se movieron rápido. De acá al Senado hay más tiempo. Entonces lo que hoy aparece como protesta de la calle, que es relativamente escasa, me parece que va a crecer”.

“En el Senado los números están más ajustados. Si eso ocurre vamos a estar mucho más cerca de voltear el DNU porque en buena medida, esta ley le permite hacer prácticamente todo lo que tenían en el DNU, habiéndose agregado la reforma laboral. Si bien aquí es atenuada, la otra, la del DNU, estaba objetada judicialmente. Ahí quedan algunas cosas afuera, como la ley de alquileres y alguna cosa más, pero en general y en buena medida, quedan validados para hacer prácticamente todo lo que venían haciendo. Por ejemplo el artículo 3 establece que se pueden disolver fusionar, transferir a la provincia, reestructurar todos los organismos del Estado como Conicet, Enacom, INT, INTI, INTA, Incucai, y después hay una lista de los que no pueden ser disueltos, donde está Conicet y demás. Pero después viene otro artículo que dice que pueden ser intervenidos, así que vos fijate, en esa lista de los que no pueden ser disueltos, está el INCAA cuando al INCAA ya lo tienen virtualmente cerrado; que no lo disuelvan es que nos van a dejar el nombre de fantasía, pero está cerrado, no está funcionando. Entonces, con esto, lo que van a tener es la legalización de lo que vienen haciendo”.

Ley Milei entre el palacio y la calle: aprobación en general y lo que se viene

Foto: Juan Valeiro para lavaca

La fragmentación y el aceite

-¿Entonces, cómo ver la cuestión hacia adelante?

-Me parece que hay que entender que la pelea que tenemos con Milei es de fondo. Y así como la semana pasada fuimos capaces de construir una gran movilización en defensa del sistema universitario, ahora hay que construir una alternativa. En algunos casos ganaremos –como la semana pasada– y en otros perderemos como perdemos hoy. Son todas batallas y  hay que entender que la pelea con Milei es una pelea política de fondo que tiene que dar el conjunto de la sociedad. No la van a ganar ni los estatales, ni los universitarios, ni los aceiteros, ni ningún sector por sí mismo. Hay que entender que necesitamos ganar una mayoría social y para eso hay que construir argumentos, construir nuevos liderazgos y hay que acumular pelea en la calle. Y que todo eso va a llevar tiempo.

Nadie va a ganar por separado, pero todo aporta. El comentario del diputado sobre los aceiteros se refiere al paro por tiempo indeterminado de los que han pasado a ser sindicatos cruciales del país: los del gremio de trabajadores aceiteros. Es el grupo de trabajadores mejor pago del país, y de ellos dependen las exportaciones de soja transgénica que resultan el único modo que ha encontrado la clase política y económica (antes y ahora) de conseguir dólares. El comunicado de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines anunció el paro por tiempo indeterminado junto al Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo (SOEA) “por salarios y condiciones laborales dignas para toda la clase trabajadora y en rechazo a la Ley Ómnibus, llamada ‘Bases’ por el gobierno nacional, que pretende imponer una regresiva Reforma Laboral con tercerización, fraude laboral, facilidad para despidos discriminatorios, reinstalación del Impuesto a las Ganancias y privatizaciones de empresas del Estado y recursos que son patrimonio de todo el pueblo argentino”. Plantea la Federación que el proyecto favorece la tercerización y la precarización, entre otras cosas. “Amplía el período de prueba de 3 a 6 meses, y en algunos casos puede ser de 8 y hasta 12 meses, para atemorizar y disciplinar a las y los trabajadores. Favorece la discriminación y despidos por causa de origen étnico, racial, religioso, gremial, de salud, condición física, ideología u orientación sexual. Ataca a las mujeres: durante el embarazo se podrá trabajar hasta 10 días antes del parto, lo que ahora sólo es posible si el parto se adelanta. Así, el empleador podrá ‘sugerir’ a las trabajadoras que trabajen casi hasta parir”.

Otro argumento: “Como toda reforma laboral que quita derechos, no va a generar más empleo, ni registración, ni crecimiento económico. Nunca ocurrió en ningún lugar del mundo, no será esta la excepción”.

El rebaño

Cristian Ritondo, jefe del bloque PRO, dice a lavaca: “El gobierno ha hecho un gran esfuerzo, todos los bloques renunciamos a algo, porque cuando tenés una ley de este tipo y nadie tiene una mayoría automática, todos tenemos que aportar. A veces uno quiere más cosas, en el caso nuestro, queríamos que esté sumado…. lo de jubilaciones de Presidente y vicepresidente, eh… que tengamos, en todo lo que tiene que ver con la modernización laboral, con muchos más artículos… más privatizaciones, sin duda hubo que llegar a consensos y el consenso dio esto… Si se cumple con los consensos que tenemos, creo que se va a votar la ley tal cual vino dictaminada”.

Para ustedes, ¿es una buena ley?

-Es una buena ley, un gran avance, o sea, tener 9 o 10 empresas que podés privatizar, es importante; tener todos los fideicomisos sin poder tocar ninguna, poder tocar en los fideicomisos y rearmarlo, es importante; tener una reforma del Estado, con muchos organismos, es importante; tener una moratoria donde pueden ir las Pymes, es importante; tener una ley de régimen de inversiones, es importante; tener, digamos, un blanqueo que pueda traer con la situación del país, es importante; que la baja inflación, es importante; y acompañarla con una ley que dé garantías es importante.

¿Garantías para quién?

Falta muchísimo, estamos en un momento duro, estamos en un momento durísimo, pero los argentinos en algún momento había que parar el cambio, porque haciendo las mismas políticas, íbamos a tener los mismos resultados.

¿Están los números para la media sanción?

Está alineado el rebaño para que no haya ninguna sorpresa, a ver si todos cumplen con lo que venimos trabajando, y los que dieron la palabra, con su cantidad de diputados, con los problemas que tienen otros bloques, de que no todos votan igual, a lo que hoy tengamos el número hoy mañana, cuando terminó, ojalá tengamos los votos suficientes para la ley de bases, y para el paquete fiscal.

Ley Milei entre el palacio y la calle: aprobación en general y lo que se viene

Foto: Juan Valeiro para lavaca

Lo narco y lo absurdo

El diputado Daniel Arroyo decide algo raro: que espere la televisión, para hablar con lavaca.

¿Cuáles son las principales alarmas de este proyecto? Explica Arroyo que varias cosas lo alarman, pero tres principalmente.

  • “Una es el tema del blanqueo, permite la entrada de dinero del narcotráfico, permite que alguien entre 500 000 o un millón de dólares sin preguntarle de dónde viene. Eso va a generar situaciones muy críticas para Argentina en el próximo tiempo. Eso es estructural y es muy complicado”.
  • “Segundo el tema: ganancias. Volvemos para atrás con la cuarta categoría de ganancias y una parte importante, casi un millón de trabajadores, van a volver a pagar ese impuesto y volvemos con algo muy atrás y absurdo y es incluir las horas extras y el aguinaldo. Entonces una persona va a trabajar el sábado, hace horas extras y gana menos que si no hubiera ido a trabajar. O un médico hace una guardia más y gana menos plata que si no lo hubiera hecho.
  • Y hay varias cuestiones más, pero el tema de la moratoria jubilatoria también lo veo como un retroceso claro. En la práctica la mayor parte de las mujeres no es que se va a jubilar, va a acceder a una pensión a los a los 65 años que es 80% de la jubilación mínima, que de por sí es muy baja”.

Agrega: “Creo que son los tres temas como más críticos en la vida cotidiana, en un proyecto que es absurdo, que es el retiro del Estado, que todo el mercado lo ve. Esto del retiro del Estado, el modelo extractivo y la posibilidad del blanqueo de plata de mercados ilegales: la conjunción de todo eso, abre cuestiones muy críticas”.

Lo bestial y lo extractivo

Arroyo continuó la charla.

-¿Qué modelo de sociedad orienta esta Ley?

-Un país con 2/3 en la población afuera de un modelo de carácter extractivo, que  no genera desarrollo local, no genera cadenas de producción, no promueve el desarrollo industrial. No hay ninguna razón para incorporar trabajadores a partir de esta ley en un esquema donde se van perdiendo trabajadores. La orientación es horrible nada de Estado y todo al mercado a lo bestia. Una ley de bases debería sentar las bases para adelante. Esto sienta las bases para atrás esto claramente un retroceso.

¿Y las facultades delegadas?

-El Presidente utiliza muy mal sus facultades. Es cierto que todos los presidentes tuvieron facultades delegadas por el Congreso, pero nadie hizo un decreto tan bestial como el que permitió que las prepagas se fueran al demonio y que no se pudiera regular nada, o que efectivamente las tasas de internet de la tarjeta de crédito no tuvieran regulación. Y después lo otro que a mí me parece que también diferencia con la ley original es que incorporó una reforma laboral que hasta ahí no estaba y que claramente no hace lo que tiene que hacer, una reforma laboral que es promover el empleo joven, que es incentivar la generación de trabajo para pymes y para profesionales. Yo veo realmente que esto es un retroceso. Hay mucho malo, pero lo peor es la delegación de poder. Es un drama con un Presidente que ha hecho cualquier cosa con el DNU.

-¿En qué perjudicaría en este caso?

-Tendría control en lo económico, lo energético, lo administrativo. Va a poder reformar el Estado como quiere, la moneda que quiere y hasta ahora lo ha hecho muy mal: le han recortado 20-30% de personal estatal sin ninguna lógica o racionalidad.

-¿Podrá privatizar, por ejemplo, Aerolíneas?

-Sí, la ley le va a dar mandato para privatizar o concesionar varias empresas. Está también ARSAT, toda la comunicación pública, radio y televisión pública. Y también esa delegación de facultades, que se le da en un contexto donde el tema energético, litio, energía, minerales. Nosotros necesitamos no el carácter extractivo de este esquema, sino el carácter de que eso genere valor agregado.

Ley Milei entre el palacio y la calle: aprobación en general y lo que se viene

Foto: Juan Valeiro para lavaca

La implosión social

Calcula Arroyo que la aprobación en general y en particular podría darse. Otro tema.

Se habla y escribe mucho de las discusiones internas del peronismo: Axel, Máximo, Cristina, el PJ, internas por WhatsApp, en medio de este debate crucial. ¿Influye o puede influir?

-Eso es más chico que el microclima. Ando todo el tiempo por la calle y a mí nadie nunca me preguntó nada de eso: todos preguntan por el precio de la leche, el pan, si llegamos a fin de mes, o no llegamos, qué pasa con el boleto del colectivo, qué pasa ahora con las tarifas. En mi opinión el 2025 es ciencia ficción porque el problema de la sociedad es llegar al fin de semana. Aún quienes creen que este es el rumbo y quieren seguir apoyando al gobierno sienten que están en un vacío grande. Yo no le doy ninguna importancia a las internas: no creo que eso tenga ninguna incidencia hoy sobre el bloque.

-Pero estamos ante un momento de fragmentación política.    

-Fragmentación política pero no por cosas chiquititas, sino porque hay un debate grande para dónde va la Argentina: qué políticas hay que ganar, para dónde hay que ir. Qué es el peronismo, cómo el peronismo le habla a la sociedad, una sociedad que estuvo dispuesta a votar cualquier cosa sin saber a dónde iba. Creo que poner el acento ahí. Lo otro de verdad es entretenido para incentivar las broncas. Pero está fuera del juego de lenguaje que no toma la sociedad de verdad. Salgo a la calle y me para un montón de gente que quiere que esto termine rápido. Nunca nadie me habla de la internita, de la chiquitita; eso no lo ve nadie en verdad, yo no le doy importancia verdad y no creo que hoy tenga ningún reflejo en el bloque.

-Y si se aprueba la ley, ¿qué va a pasar en la calle?

-Ahora en términos concretos, no creo que vaya a pasar nada, pero sí la sociedad va a ir viendo, a medida que avancen los efectos de esto, que vamos a estar cada día un poco peor. No creo que haya un conflicto social fuerte en el corto plazo, sí creo que habrá un fenómeno de implosión social porque estamos todos sacados: un partido de fútbol del barrio que debería terminar con un par de cargadas, termina los tiros, o una discusión de tránsito. Se siente esa violencia, pero no es explosión, es una implosión.

Dicho esto, Arroyo marchó hacia la zona en la que iban a hacerle la entrevista televisiva.

Ley Milei entre el palacio y la calle: aprobación en general y lo que se viene

Foto: Juan Valeiro para lavaca

El trabajo y la juventud

Raúl Godoy es un obrero que anda con su gorra de Zanon, fábrica recuperada de Neuquén en la que pidió licencia sin goce de sueldo para sumarse como asesor en el bloque del Frente de Izquierda y Trabajadores (FIT). Algunas ideas sobre el presente y la ley.

“Lo que quieren hacer con lo laboral no va a crear más trabajo, sino precarizar al que ya existe. Las empresas no van a contratar a pibes nuevos sino a los obreros con experiencia, para quitarles derechos y tratarlos como aprendices. Es una degradación del trabajo. Mano de obra barata, para que ganen solo los empresarios”.

“Ponen el ejemplo de UOCRA, la construcción. Te aclaro que trabajé en la construcción, soy oficial albañil y lo conozco de adentro. A vos te van descontando de tu sueldo para el momento en que la obra termine, para que esa sea tu indemnización. Acá eso significa quitarte el derecho, que vos mismo juntes tu indemnización para que te echen cuando quieran”.

“Vos como joven, con esta ley, hoy entrás sin derechos casi en todos lados. A los pibes les quita toda posibilidad de entrar y pensar que van a ascender, que les va a ir bien, salvo en casos muy puntuales. En general, olvídate de toda la historia del ascenso social”.

Ley Milei entre el palacio y la calle: aprobación en general y lo que se viene

El Congreso decorativo

Lo que negociaron, según Godoy. “Todos los días estaban cambiando cosas. Una locura. Y en medio de las bombas de humo y las bombas de estruendo, no podés ver lo que hay detrás de todo esto. Hasta que la gente caiga, van a pasar dos o tres semanas. Hay además un rol pérfido de las conducciones políticas”.

Facultades delegadas: “Firmarle un cheque en blanco a este tipo (Milei) es peligrosísimo”.

El propio Milei dijo que no le importa que voten esta ley. “Creo que es cierto. Él quiere un estado policial, plenos poderes, que el congreso sea una cuestión decorativa”. Aclaración: decorado con aumentos salariales que no reciben los jubilados.

“Pero aunque a Milei no le importe nada más que seguir destruyendo, los del gobierno que no son psiquiátricos necesitan un marco de legalidad para mostrarle al FMI, al establishment, a los propios Estados Unidos, que hay algún viso institucional en todo esto. Milei capaz que ni se da cuenta, pero los vivos que están alrededor suyo sí”.

Sobre lo ambiental: “Hay 61 artículos de este proyecto relacionados con la energía. Ahí también le delegan facultades al Presidente, a medida de las exigencias de las petroleras. En ese rubro, en Neuquén lo sabemos muy bien, además de desabastecer al mercado interno para exportar, además del ataque al bolsillo con el encarecimiento de los combustibles, hay un piedra libre para seguir reventando los territorios con modelos como el del fracking. Paolo Rocca y las demás empresas, felices”.

De madrugada continuaban las exposiciones infinitas, esperando llegar a la aprobación en general. El resto de esta saga aún está por escribirse. 

Los cuero-duro

En la calle, frente al anexo del Congreso hay una carpa con jubilados y jubiladas. Noelia Guzmán es una de ellas, preside el Centro Nacional de Pensionados y Jubilados de ATE, tiene su pechera verde, y afirma que se van a quedar toda la noche: “Siempre en la lista de ajuste los primeros somos nosotros. El gobierno quiere elevar la edad jubilatoria de las mujeres a 65 años. Quiere bajarnos la ley de moratoria. No le alcanzó con el 34% que le pusimos para que su déficit fiscal quede en cero. Nos quiere terminar de matar. Pero no lo va a conseguir porque vamos a seguir luchando. No nos va a vencer. Tenemos cuero duro, venimos de luchas muy difíciles como la dictadura militar. Lo único que puedo decir, compañeros, es que salgan a la calle, porque esta lucha no es solamente pedir aumento de sueldo sino que en el futuro  ustedes sean felices, y no como estamos viviendo nosotros”.  

Sobre la plaza, mientras tanto, el panorama es similar a las jornadas de debate de la Ley Ómnibus: hay banderas de Polo Obrero, MST, PTS, AGD-UBA, MTL. Hay un escenario y las voces van pasando. Un detalle es que todas las voces son de jubilados y jubiladas. Una jubilada de una asamblea porteña (“El 65% de las mujeres que se jubilan son por moratoria”, advierte), otra del sindicato docente Ademys, otro de la CTA, otro de Jubilados Clasistas, otra del Plenario de Trabajadores Jubilados: “Esta ley es antiobrera y antijubilatoria”. 

Ley Milei entre el palacio y la calle: aprobación en general y lo que se viene

Foto: Juan Valeiro para lavaca

De frente escucha atento Juan Manuel, arquitecto de 60 años, vecino de la Ciudad, que tiene un cartel provocador: “¡Agarrá la pala, zurdo! Para enterrar las Bases”. No vino con ningún partido ni agrupación, está por su cuenta: “Esto es una estafa al pueblo. Es saqueo. Van a dejarnos en pelotas. No entiendo cómo no hay nadie, más gente, porque afecta a todos. Recién vi un ferroviario, pero la privatización de los ferrocarriles ya sabemos cómo terminó: cierre de ramales, muerte de pueblos y así con todo”. Conla luz roja del semáforo grupos de trabajadores se instalan frente a los autos con un cartel: “Todos somos Aerolíneas Argentinas”.

Se sumaron banderas de la UTEP (Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular) y del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos), dos que suman otras siglas, personas y color al paisaje de agrupaciones y organizaciones de izquierda. Hay asambleas de barrios porteños y también algunos gremios como Satsaid (televisión y servicios audiovisuales), SUTEP (Sindicato Unido de Trabajadores de Espectáculo Público) y SICA (Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina). Hay cordón de fuerzas de seguridad y enfrente, un policía federal mira la plaza con binoculares.

Una columna de jubilados y jubiladas, sin dudas el sector más enérgico durante este día, comienza una caminata que da una primera vuelta a la manzana del Congreso. Cantan “Milei, basura, vos sos la dictadura” cuando pasan por la puerta de Diputados y “Ju-bi-lados, carajo”, con la entonación de “piqueteros”, al pasar frente a la puerta del Senado. María del Carmen es una de ellas y tiene uno de los carteles más significativos: “Jubilada en peligro de extinción”. Cuenta muy seria qué significa: “Vine para no morirnos de hambre. ¿Qué te parece que puede hacer un jubilado con la mínima? Me mantiene mi hijo”.

Un policía de la Ciudad se le acerca y dice que caminen más despacio porque no le puede seguir el ritmo. Cuando la columna pasa enfrente de las banderas ubicadas en la Plazoleta del Congreso, cercadas por la policía, ambas se unen en un canto: “Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode”. Un jubilado se para enfrente de los policías y les muestra en la cara un cartel escrito a mano: 

“Diputados: los estamos viendo. No disparen contra el pueblo”. 

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Foto: Juan Valeiro para lavaca

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Más Nunca Más que Nunca

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Más de 500 mil personas volvieron a marchar en todo el país por Verdad, Memoria y Justicia en tiempos en los que el Estado es usado como herramienta negacionista, además de la miseria planificada, con represión. Como los miércoles con los jubilados y jubiladas, la calle demostró una vez más que es el escenario donde la sociedad se expresa por fuera de los moldes con alegría pero también con bronca, aunque sin violencia cuando la policía no aparece. ¿Casualidad? Las voces de jóvenes sub 20, niños, niñas y padres en otra jornada histórica de lucha en la que, después de 19 años, hubo acto unificado. ¿Qué es la unidad, más acá de lo electoral? ¿Cómo se está construyendo? ¿Se está construyendo? ¿Qué contenido tiene? La sociedad la llena, en esta crónica de lavaca.

Por Lucas Pedulla, Francisco Pandolfi y Sergio Ciancaglini. Fotos de Tadeo Bourbon para lavaca.

El primer 24 de marzo sin Norita Cortiñas, ni Mirta Baravalle, ni Laura Jordán, ni Otilia Acuña, ni Lita Boitano, ni tantas otras, se merecía un marco de unidad: más de 500 mil personas (400 que calcularon en CABA desde el escenario, más las que marcharon en todo el país), autoconvocadas, de asambleas, sindicatos, secundarios y organizaciones, llenaron la Plaza y la Avenida de Mayo y todos sus alrededores, como un aprendizaje y un mensaje pensando en el presente y también en el futuro.

Después de 19 años, organizaciones y partidos convocaron juntos, acaso como un reflejo de lo que representan las mayorías golpeadas desde abajo; y también, consensuaron un documento. Debajo del escenario, por las calles, miles de personas celebraron la decisión como un gesto ante estos tiempos oscuros. Un gesto de unidad que está siendo rellenado por la propia práctica de la sociedad movilizada.

Más Nunca Más que Nunca
Fotos: Tadeo Bourbon

La ley de la calle

Las expresiones culturales, de alegría, de dolor, de reclamo y de firmeza se ven y sienten en toda la marea que va y viene por Avenida de Mayo, las Diagonales Sur y Norte, y las calles aledañas. Se ve y se siente en el montón de infancias corriendo, saltando y jugando, junto a las Madres y Abuelas, y a las madres y abuelas sin mayúscula también, que siguen llegando a la Plaza, rodeadas de mensajes contundentes y hermosos, como estos:

  • Militar la vida.
  • El aislamiento y la desmemoria son armas del sistema.
  • Que la calle no nos calle.
  • Sembrar memoria, cosechar futuro.
  • Solo el pueblo salvará al pueblo.
  • Milei y Bullrich, hijos de Videla.
  • 1976-2025: La casta fue, es y será económica.

Hay bombos, trompetas, cantos, bailes, y mucha gente con remeras de Norita Cortiñas, de Maradona, de Hebe Bonafini, de Spinetta, de Rodolfo Walsh. Está también presente en todos lados el fotógrafo de 35 años atacado por la policía el miércoles 12 de marzo, Pablo Grillo: en bombos, en fotos, en carteles, en banderas, en stickers, en canciones. Y en esta producción que llevamos desde lavaca, especialmente para enviarle en su recuperación en el hospital Ramos Mejía todas esas energías que circularon hoy.

Lo que no hay: policía. Ni uno. Y pasa nada. Ningún incidente. Ningún detenido. Ningún herido. Otra vez, al igual que en la Marcha del Orgullo Antifascista, la ausencia policial garantizó una marcha pacífica cargada de sentido, sin violencia, al revés de cuando las fuerzas de Bullrich provocan y generan los disturbios que intentan opacar los contenidos de la protesta.

Sobre Avenida de Mayo y Piedras, Marcelo, fletero de 55 años, es uno de los que acepta sacarse una foto con el cartel de “Fuera Bullrich”. Se le humedecen los ojos al decir que conoce a Pablo Grillo del barrio: es de Remedios de Escalada, sur del conurbano, el barrio de Pablo. “Ese miércoles Pablo cae a 15 metros mío —dice Marcelo, que tiene una remera de HIJOS—. Nunca vi una cosa igual. Mirá que tengo marchas, pero nunca vi tanto odio: simplemente por estar te pegaban. Ligué un palazo por estar con un abuelo arrodillado: esa saña no la recuerdo”.
¿Cómo salimos de eso? “Me cuesta establecer una ruta de por dónde salimos. Sí hay que tratar de cambiar la economía de la gente. Hoy la gente no puede comprar, el Gobierno eliminó cosas básicas como la carne. Para mí se sale con salud, educación y economía, pero con este gobierno, eso no va a ser posible”.
Qué significa este 24 de marzo: “Es un punto para curar heridas y recargar”.

Qué unidad

Son las 15 y desde 9 de Julio ya no se puede caminar más. La histórica y enorme bandera azul con la cara de los 30 mil cruza desde ahí hasta la Plaza de Mayo.

Más Nunca Más que Nunca
Foto: Tadeo Bourbon/lavaca.org.

La gente, que antes del cruce de esta bandera estaba cantando “Patricia Bullrich, la puta que te parió”, se detiene. Hace silencio, no insulta más a Bullrich (por un rato…) y aplaude. Aplaude sin parar. Sin frenar. Aplaude a las y los desaparecidos. Pasan uno, dos, cinco, diez minutos y la bandera sigue su curso con dirección al escenario donde se leerá el documento. Una vez que entró en su totalidad, la masa otra vez canta. Esta vez:“Milei, basura, vos sos la dictadura”.

Justo ahí, empieza a llover.

Pero la gente no se mueve. O en realidad, todo lo que hace es moverse. Está donde quiere estar.

Y dice todo lo que siente decir.

Marilé Neumayer vive en el barrio porteño de Flores y es docente de la UBA, de la Universidad de Avellaneda y del Centro de Formación Profesional 24, una escuela pública de oficios. “Este gobierno retomó la represión, y Pablo Grillo es todo un emblema. Es terrible que a más de 40 años sigamos aguantando esta historia. Es muy triste”. Sobre la unidad de los organismos de Derechos Humanos en esta marcha: “A veces uno critica a su propia familia, pero cuando la vienen a joder de afuera, nos unimos todos porque es la única forma de defensa. Acá es lo mismo: no hay otra forma de vencer a esta gente, porque a esta gente hay que vencerla para siempre. Para eso debemos tener una ley contra el negacionismo”.

Recuerda: “A mi viejo, Carlos Eleuterio Neumayer, le pusieron una bomba porque pidió un habeas corpus por una persona desaparecida. Entonces, ¿vamos a seguir con esto?”. 

¿De cara al futuro? “Me cuesta pensar con esta Justicia y este parlamento que son un chiste y no reflejan a la mayoría de los argentinos. En principio, debemos saber a quién estamos eligiendo y recuperar la confianza en la fuerza, porque nosotros somos muy fuertes, aunque nos hayan hecho creer que no”.

Marcos tiene 89 años. Camina despacio, con su bastón, pero con una firmeza admirable. Cruza la 9 de Julio y va hacia la Plaza de Mayo, contento. Una vez más. Integra la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Jubilados y Pensionados de la Argentina. Cuenta que marcha todos los miércoles al Congreso desde 1993. Y que esta semana será la movilización 1.782. Dice orgulloso: “Es muy importante la unidad que se logró hoy, que también logramos en nuestro sector, y la solidaridad que el pueblo está teniendo con los jubilados. Estamos marcando un camino de la unidad de acción. Y este es el único camino, creando una verdadera fuerza política alternativa, para enfrentar y derrotar a este gobierno”.

Más Nunca Más que Nunca
Foto: Tadeo Bourbon/lavaca.org.

Iván tiene 39 y es vendedor. Natalia también tiene 39, es arquitecta, y lleva en la panza un futuro de siete meses, que posiblemente venga el próximo 24, en 2026, cuando se cumpla medio siglo del golpe. Son del conurbano de San Martín. Él piensa en la unidad que se refleja en las calles: “Un poco tarde. Pasaron cuatro años de un gobierno todos separados, muchos años que la izquierda no va junta, y hoy son los únicos que van también separados: seguimos divididos. Por eso nos gobierna esto que no se puede clasificar”.

Natalia ve el lado positivo: “Cada año hay más gente en la calle, y me siguen sorprendiendo los niños, la juventud, y eso también es recordar y tener memoria. No dejarse pasar por arriba. Todos los años hay que seguir luchando hasta que las cosas se acomoden, porque salir a la calle es más una alegría que una lucha”.

¿Nos une el espanto o algo más? Iván piensa: “Somos muchos hoy, y no es solo el espanto lo que une al argentino, tampoco solo el fútbol. Nos unen cosas lindas como la solidaridad, aun en este Estado que se retira de absolutamente todo. Creo que eso es algo que no nos pueden robar, y es lo que tenemos que mirar porque somos pueblo”.

Micaela tiene 42, una remera que dice “juicio y castigo”, y camina de la mano con Ezequiel, que tiene 45 y una camiseta de Lanús. Ambos son de ese municipio del sur del conurbano. Dudan un poco de la idea de unidad: “Lo veo difícil ahora, porque creo que sigue habiendo un núcleo que apoya este gobierno. Sí creo que tiene que haber más unidad, eso sí, y una fuerza política que vaya más adelante y nos represente un poco más”. Ezequiel: “Hay una legitimación del ajuste económico, y estas semanas también lo vimos con la represión. Creo que hay que prepararse porque se van a venir años difíciles”.

Micaela es empleada de PAMI: “Tengo varias caras de la moneda. Por un lado, los jubilados y un recorte no solo en lo económico, sino también en remedios, en subsidios sociales, en el aumento de la SUBE. Por otro, hay muchos empleados del Estado que siguen apoyando o no le dan bola a eso. ¿Por qué? Porque no hay conciencia de clase”.
Por eso Micaela pierde la paciencia: “Tenemos que fijar cosas en común entre muchos partidos. Dejarnos de joder con la interna, que el peronismo una cosa, que el kirchnerismo otra”. Iván observa: “El tema de la unidad es ¿qué se nos mete cuando abrimos la tranquera?”.
Micaela responde: “Todos para adelante, con educación y salud pública”.
Ambos vuelven a tomarse de la mano, y siguen marchando.

Todas las familias

Juliana tiene 37 años y conforma una de las postales más lindas de la jornada. Tiene en brazos a su beba recién nacida mientras a su lado salta su otra hija, unos pocos años más grande. Las tres sonríen. Es de Mar del Plata y vive en Buenos Aires. Dice Juliana: “Mostrar la unidad en la calle, ese es el futuro que necesitamos. Es la única manera que no se nos impregne el miedo que desde el gobierno nos quieren imponer. Por eso cada miércoles debemos ser más marchando con los jubilados. Sé que es difícil, pero hay que sostenerlo. Si estamos juntos, saldremos de esta”.

Beto llegó con su esposa Débora y sus mellizos: Juan y Ernestina. Él es diseñador, ella abogada, y Ernestina y Juan tienen 9 años, sin decisión sobre futuras profesiones.
“Venimos todos los años. Ellos nacieron un 16 de marzo y el 24 estábamos acá. Tenían ocho días, así que no entramos a la Plaza, pero estuvimos cerca viendo al grueso de la gente”, cuenta Beto. Tiene amigos que estuvieron desaparecidos en el centro clandestino El Vesubio.

Débora: “Vemos que vienen muchísimas familias y está bien. Tenemos que estar juntos”. Beto: “En este tipo de temas no tiene que haber diferencias. Y fijate. No hubo un solo policía, y a la vez no hubo ni un solo problema. La gente viene en paz a hacer una conmemoración y estamos todos bregando por lo mismo. Con la policía hay un tema de leyes físicas, de acción y reacción”.

Beto cree que para que se haya llegado a la actual situación política influyó decisivamente la última gestión “llamala kirchnerista, peronista, justicialista, frentista o como quieras, pero fue desastroso. Y a nivel de comunicación avanzaron con el odio inoculado todo el tiempo, las muletillas, las falsedades, metiéndole odio a la gente en la cabeza. Agregale el hartazgo, y tenés la situación definida, que ahora se traslada al Congreso”.

¿Por qué al Congreso? “Porque parecen todos panelistas de televisión, se putean, se cagan a palos, se tiran cosas”. Ernestina y Juan ríen, cuando les pregunto se ponen serios y dicen sobre esos panelistas: “Están locos”. Débora agrega: “Hay que hacer una autocrítica porque, si no, se van a repetir los mismos errores. Y a la vez hay que entender que lo de la ultraderecha es un fenómeno que está pasando en muchos países, no solo acá”.

Beto: “También es cierto que hay que hacer más. Yo veo lo de los jubilados y me emociona. Me da bronca, y también orgullo. Pero tiene que apoyarlos mucha más gente. Cuando fue la marcha universitaria salimos todos en defensa de que todos los pibes estudien. Pero los miércoles no veo ningún pibe estudiante de la universidad pública viniendo a defender a los jubilados. Lo mismo con los trabajadores, aunque ahora parece que va a venir la CGT, por fin. 

¿Hacia adelante? «Yo soy de los que cree que cada gobierno tiene que terminar su mandato. Pero ojalá recapaciten en el destrozo que están haciendo”.

Débora, al contrario, no parece ilusionarse: “Yo creo que explota todo. La gente está muy tibia, pero creo que esto no se aguanta mucho más. Hay gente que vive en una burbuja, tiene plata, viaja al exterior, pero es un sector muy chiquito. Todavía no se está oyendo a los que no tienen voz”.

Lucas es de San Justo y tiene 36 años. Está parado junto a su compañera sobre Avenida de Mayo porque seguir caminando se les hace imposible con ese bebé hermoso que nació en septiembre de 2024 y que no para de sonreír a esa marea de pueblo que le pasa por el costado. Es el primer 24 de Lisandro y no podía faltar. Dice su viejo: “El compromiso con la consigna de Memoria, Verdad y Justicia es innegociable, más en este contexto oscuro que no sabemos qué va a pasar; todos los días quieren voltear el más mínimo pacto democrático que construimos desde hace tanto tiempo. No podemos tolerar que un diputado diga que hay que ‘pasar la página’ y que se debe ‘terminar como el feriado nacional’”. Frente a esto, Lucas realza la unidad de los organismos: “Es importantísimo este ejemplo para el resto de la sociedad civil en pos de un proyecto colectivo de país que nos lleve hacia adelante. Esto debe darse desde las bases, yendo a buscar a las personas que hoy están lejos de cualquier partido político y dejando de tener las máximas de siempre, para escuchar a esa masa hoy un poco alejada pero que también quiere construir en conjunto”.

Adriana es trabajadora social. Su hija Luana tiene 9 años y lleva un pañuelo con dos palabras impresas: Nunca Más.

“Es impresionante la gente que vino. Yo estaba con un poco de miedo. Pero Luana me dijo: ‘Mamá, tenemos que ir’. Ella es la valiente. Escribió ‘memoria, verdad y justicia’ en unos papeles y se los repartía a la gente. Estoy orgullosa de ella”. Luana sonríe, brillan sus ojos. Hizo además un dibujo con una idea vital, pero no muy frecuente: “Mi corazón tiene memoria”.

Adriana: “Lo que estamo viviendo es un horror total, una deshumanización. Venir aquí te da otro ánimo y si llorás no es de tristeza, sino de emoción. Pero después ves a la policía pegándole a personas ancianas y no se puede creer. Son ellos los que no quieren que la gente levante la voz”.

Luana da un respingo y dice algo sencillo y parecido a lo que nos decía Estela de Carlotto en la nueva MU: “Son malos”. Su mamá plantea: “Yo me acuerdo del 2001, ir a dormir con hambre en serio. Y ahora veo a los jubilados planteando que no tienen para comer y es increíble que no podamos ir hacia adelante, a mejorar. Igual para mí no es solo lo económico. Estamos con una bestia humana gobernando más allá de que pare la inflación, que encima no la para. Es todo una mentira grande como una casa y ahora terminaron con otro fracaso, con los payasos del FMI”.

Luana nos mira. Le pido que me diga tres palabras que para ella sinteticen la imagen de este acto. Piensa unos segundos, con esa seriedad que solo se tiene a los 9 años, y responde: “Alegría, furia y verdad”.

Más Nunca Más que Nunca
Foto: Tadeo Bourbon

Dónde está la juventud

En la movilización también hay una cantidad de adolescentes y jóvenes que emociona.

Cleo tiene 20 y está en la orilla de la Plaza, a punto de entrar al máximo epicentro antiamnésico del país. “Es un día para mantener la memoria, para hacerlo desde la juventud, para demostrar que no nos olvidamos”. Ailén, también de 20: “Además del luchar por nuestro presente, no debemos olvidar a los desaparecidos”. Lauti, de 22: “Hay que recordar lo que pasó, porque el pueblo tiene que saber la verdad”. Y dicen los tres: “Ante este gobierno lo más importante es unirnos, la única manera de combatirlo es todos juntos. Si no nos subimos al mismo colectivo, no vamos a llegar a ningún lado. Uno por uno, nos van a ir destruyendo. Todos juntos o nada”.

Pilar, de 21, y Valentina, de 22, viajaron desde Quilmes. Una estudia en la UBA, la otra en la Facultad de La Plata. En tres minutos dan una clase de política, de sociología, de humanidad, de visión a futuro. “En los tiempos que estamos viviendo debemos hacer hincapié en la memoria, pero no solo recordar las atrocidades, sino qué condiciones hubo para que eso pasara. Por eso no podemos quedarnos callados cuando reprimen en una marcha de jubilados, porque ese silencio es el que permitió que después terminara pasando lo que pasó. No es solo recordar, sino recordar para no repetir”. 

Intuyen una estrategia para lo que viene: “No tener miedo a pesar de todo lo que pasó y salir a la calle igual”.

¿Cómo se le llega a las y los jóvenes que no están acá? “Estaría bueno que los artistas se animen a hablar más, que no tengan miedo de perder cierta cantidad de seguidores por decir ‘che, esto no lo banco’, y no me refiero a posicionarse partidariamente, no pasa por ahí, sino en expresarse en cuestiones básicas para llegar al público más joven. Todo se fue corriendo más a la derecha. Antes, por ejemplo, los jugadores de la Selección tenían un cartel que decía ‘Nunca más’, ahora ya no lo hacen porque los etiquetan como kirchneristas. Eso hay que transformarlo, los derechos humanos no son partidarios”.

A su lado se está armando la columna de los centros de estudiantes. Mario y Sofía son dos estudiantes de quinto año de la escuela de Artes y Medios Osvaldo Pugliese, también conocido como el Padilla: así se referencian en la enorme bandera que llevan. “La mirada sobre este momento la aportamos desde la comunicación -apunta Mario-. Es muy triste la situación porque hay una retroversión: se pensaba una comunicación para todos, con Ley de Medios y televisión pública, pero hoy tenemos cada vez más monopolios”.

Sofía y un enfoque: “Pareciera que siempre volvemos a un estado anterior, como si estuviéramos en la aguja hipodérmica”. Según esta famosa teoría, que busca explicar la persuasión de los medios en las personas, que “inyecta” la información en un receptor sin posibilidad de repelerlo. Muchas de ellas nacieron en contextos de regímenes totalitarios: “Hoy sólo se trata de adoctrinar a las personas”, piensa Sofía. 

Mario piensa en las redes sociales: “Son muy raras, ya no sé quién las domina. Todo el mundo habla por ahí pero nada tiene sentido. Se trastornó tanto que todos quieren tener la razón. Ya no importa la noticia sino la forma de comunicar y la búsqueda de adoctrinamiento”. Lo articula con la juventud y Milei: “Se está creando un sentido de una mente colmena: todos repiten lo mismo, responden igual, sin manera de razonar, con una sola figura que manda”.

Sofía sintetiza: “El razonamiento no es algo que está presente”.

¿Cómo salimos? Mario no duda: “Estando juntos, tratando de explicarle al otro, y pensando que yo no quiero que le pase al otro lo que me pasa a mí, y por eso hay que acompañar”.

Jóvenes sub 20 proponiendo que la salida no es en las redes, sino estar juntos.

Estar juntos: el acto

El acto llamado a las 16.30 arranca puntual. Hablan las madres Taty Almeida y Elia Espen, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Estela de Carlotto, de Abuelas; y el Premio Nobel de la Paz y presidente del Servicio de Paz y Justicia, Adolfo Pérez Esquivel.

Dos locutoras unen a cada emblema con las consignas consensuadas. La única persona que no forma parte de los organismos e invitan a subir es una de las voces que más quisimos escuchar desde el 12 de marzo, cuando un proyectil de gas lacrimógeno le rompió la cabeza a su hijo: Fabián Grillo, el papá de Pablo. Sus palabras son sintéticas y agradecidas: “Gracias a ustedes y a los profesionales del hospital público, Pablo está mejor. Y va a estar acá”.

Lo abraza una ovación.

Más Nunca Más que Nunca
Estela de Carlotto y el papá de Pablo Grillo, hoy en el acto.

Luego, las locutoras repasan consignas que recuerdan a Jorge Julio López, a Santiago Maldonado, Iván Torres, que subrayan que “no perdonamos, no olvidamos, no nos reconciliamos”, que libertad a Milagro Sala, que la búsqueda de la dictadura era un plan económico de miseria planificada, que abajo el DNU, la Ley Bases, que fuera el Fondo Monetario Internacional, que basta de discursos de odio.

Un estribillo fue uniendo algunas de las consignas: “Fuera Bullrich”.

Elia es la primera que habla: “Seguimos exigiendo justicia y castigo a todos los culpables. Cárcel común y perpetua. Apertura de todos los archivos de 1974 a 1983. El destino de todos los hijos apropiados durante el cautiverio y de las y los compañeros que nos faltan: ¿dónde están?”.

Sigue Estela: “Hace 48 años luchamos por restituir la identidad a cientos de bebés robados. Como siempre pedimos información, quienes tengan algún dato para aportar llamen a Abuelas, también quienes tengan dudas sobre su identidad. En esta lucha llevamos 139 casos resueltos. Necesitamos de toda la sociedad para encontrarlos”.

Sigue Adolfo, que canta un fragmento de La memoria, de Léon Gieco: “Derogación de la corrupta Ley Bases, del DNU, de las facultades delegadas. Denunciamos la situación social de pobreza en la que viven cada vez más familias. El cierre y vaciamiento de políticas y asistencia a los más vulnerados. El vaciamiento de hospitales y programas de salud. Defendamos la tierra y el agua contra el extractivismo”.

Taty Almeida cierra: “Tenemos la fuerza de la historia de nuestro pueblo, por eso pretenden negar el genocidio y hacen apologismo. Denunciamos el desmantelamiento de los sitios de la memoria, de la CONADI, del Banco Nacional de Datos Genéticos. Exigimos la preservación de los espacios para la memoria que funcionan donde hubo centros clandestinos de detención y exterminio. Esta marcha va a ser histórica porque después de mucho tiempo logramos la unidad. Estamos demostrando que un pueblo unido jamás será vencido. Terminemos gritando bien fuerte por los 30.000”.

La plaza le hace caso y grita bien fuerte, una vez más. Más que nunca:

-¡Treinta mil compañeros desaparecidos! ¡Presentes!

La multitud desconcentra la Plaza y sus alrededores de a poco (muy de a poco, como celebrando esta plaza entera toda para el pueblo), y que celebra que llegue, justo antes de cerrar esta crónica, un mensaje de la familia de Pablo Grillo: “Hoy estuvo sin fiebre, con la kinesióloga; lo sentaron y le dieron alimentación blanda por la boca, que toleró. La curva sigue siendo ascendente. Un peldaño más, o piano a piano, como diría el Tolo Gallego. Pablo lucha y lucha junto al cuerpo médico. Gracias totales”. Tal vez sea otro signo para el futuro.

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Actualidad

Hasta el lunes, Nora

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Nora Irma Morales de Cortiñas, alias Norita, cumpliría hoy 95 años. A dos días de otro 24 de marzo, y en medio de tantos días turbios, una semblanza de una mujer que eligió la libertad, el pensamiento, el sentimiento, la resistencia cotidiana y la alegría. La publicamos el año pasado, como homenaje a un ejemplo que no tiene fecha de vencimiento y que el lunes, en muchos sentidos, volverá a decir presente.

Nora como copilota de auto, y su agenda infinita. Nora, el clítoris, y su número de DNI. Nora y la pelopincho. Nora y la justicia. Nora y la inteligencia. El feminismo, el cannabis, la sensibilidad, y su teoría de las endorfinas. Su propuesta sobre qué hacer frente a la crisis actual. Y su respuesta a una consulta: ¿qué pasará con Madres el día que no haya más Madres?

Los relojes sostienen con una precisión insoportable que todo ocurrió –o dejó de ocurrir– a las 18.41 del jueves 30 de mayo de 2024, un rato después de la ronda de Madres de cada jueves a la que esta vez obviamente ella no había podido ir, internada. Tenía 94 años, cumplidos el 22 de marzo.

Es una de las figuras más importantes en la historia argentina, una mujer gigante que nunca quiso revelar cuánto medía, partidaria de los abrazos y de todas las luchas, y abanderada de la sonrisa y la cordialidad, oficios que se ejercen con el corazón. Se despidió para instalarse en el infinito. Estos son algunos retazos, algunas semblanzas, algunas palabras, para intentar desobedecer a la muerte.

Para recordar a una persona maravillosa, y para no decirle adiós.  

Por Sergio Ciancaglini

Hace unos meses, ante acontecimientos electorales (a)narco capitalistas que son de público conocimiento, alguien le comentó a Nora Cortiñas: “Qué desastre lo que está pasando, ¿qué vamos a hacer frente a todo esto?”.

En lugar de hablar de lucha, resistencia, desobediencia civil, coraje y otras cosas que podían esperarse que salieran de sus labios ante semejante desafío, ella contestó, desde su silla de ruedas: “Una fiesta”.

Dio detalles: “En un barco, bailando y cantándole al río”.

Y se rio. Todo lo demás estaba sobreentendido. Ella sabía, tal vez desde siempre, que las cosas hay que concretarlas más que anunciarlas, y que la rebeldía debe aprender a alimentarse también de la celebración, el encuentro. La fiesta.

Es lo primero que se me ocurre recordar sobre Nora. Ante la muerte, la memoria fragmenta las imágenes, como cuando se mira a través de unas ventanas o de unos ojos empapados. Perdón entonces por el estado de mis ventanas: estos son algunos fragmentos de lo que alcanzo a ver en la memoria, y que quisiera contar desordenadamente antes de olvidarlo.

El DNI

Una tarde en la sede de Madres Línea Fundadora. Nora revisa su cartera en la que lleva el pañuelo blanco, el verde por el aborto, crema de cannabis medicinal para su rodilla, una lata de sardinas y la agenda en la que anota sus hiperactividades cotidianas, entre otros secretos. Su agenda fue siempre el mejor mapa para comprender la conflictividad social argentina. Las luchas por la vida.

En la cartera está también su DNI: 0.019.538. “Fui de las primeras en la cola para sacarlo. El otro día, por un trámite, los empleados de un banco me dijeron que la máquina no podía interpretar un número tan bajo”.

La ayudé a cerrar la sede de Madres ese día mientras me apuraba: “Dale, dale, que tengo mucho que hacer”. Se puso el ponchito de barracán, agarró la cartera, el bastón, apagó la luz y cerró con llave. Al cerrar esa puerta, da media vuelta y abre un mundo. Nora se transforma en Norita, que en lugar de ser un diminutivo resulta un aumentativo, una clave, un código de acción.
Sale Nora de Madres y entra Norita a la calle, las plazas, las ciudades, los pueblos, las rutas, las fábricas, la naturaleza, los conflictos.
Entra a sus verdaderos lugares de acción: lo público, los espacios donde ocurren las cosas, o donde las cosas se manifiestan escapando de los encierros y del silencio. 

Hasta el lunes, Nora

La foto de portada: Martín Acosta. La que se ve sobre estas líneas, Alejandro Carmona. Ambas para la cobertura colaborativa. Enero 2024

Los sí y los no

Vi su DNI por primera vez en 2012, en Tribunales, cuando presentó un hábeas corpus por su hijo Carlos Gustavo Cortiñas, desaparecido el 15 de abril de 1977 a las 8.45 en la estación Castelar, cuando iba hacia su trabajo en el INDEC.

Aquel 10 de diciembre de 2012 fue también la primera y única vez, en décadas, que la vi llorar. Como cronista de lavaca, me tocó ser el único periodista presente en ese momento. Acompañaba a Nora Ana Careaga, desaparecida durante la dictadura, embarazada, a los 16 años, hija de Esther Careaga, una de las tres madres desaparecidas en diciembre de 1977. También estaba con Nora Adolfo Mango, del equipo de Derechos Humanos de la Iglesia de la Santa Cruz, epicentro de la desaparición de la propia Esther, Mary Ponce de Bianco y Azucena Villaflor de Devincenti, además de las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet, tras la infiltración realizada por el marino genocida Alfredo Astiz.

Nora me explicó que su idea con el hábeas corpus era lograr que se abran los archivos sobre qué pasó con cada persona desaparecida, incluso su hijo: “Claro: nosotros no torturamos a los militares para que hablen. Depende de ellos. Y no hablan porque es parte de su culpabilidad y la demostración del crimen que cometieron. Lo mío es una pregunta sencilla y de madre. No tiene ninguna otra intención que saber dónde está mi hijo”. Como siempre, tenía la foto de Gustavo colgada del cuello, junto al corazón.

Durante la espera repasaba algunos no y algunos sí que plantearía ese mismo día al recibir el Doctorado Honoris Causa de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA: “No a la Ley Antiterrorista. No a Clarín ni a ningún tipo de monopolio. No a la megaminería a cielo abierto. No al glifosato, no a Monsanto. No a la discriminación a los pueblos indígenas. No al pago de la deuda externa inmoral, impagable y odiosa. Sí a la Justicia. Sí a la verdad. Sí a la memoria. Sí al apoyo a los juicios hasta que se condene al último genocida. Sí a la recuperación de la identidad para todos los jóvenes que fueron niños apropiados por el terrorismo de Estado. Sí a la reivindicación de la lucha de nuestras hijas, hijos, y del pueblo”.

La llamaron del despacho del juez Ricardo Warley y la secretaria Miriam Halata. Me pidió que fuese con ella. Le preguntaron la causa del hábeas corpus: “Es que sigo sin saber qué le pasó a mi hijo. Y yo quisiera que él, de algún modo…” La emoción la hizo callar. Me miró con los ojos inundados haciendo un gesto con su mano, tipo “no puedo”. Hubo unos segundos de silencio. Se repuso: “Quisiera que él sepa que siempre lo buscamos”.

El cine, la onda verde y los pelotudos

Una de nuestras salidas en los últimos años fue al cine, en 2022, para ver Argentina 1985. La pasé a buscar por el Congreso, el mismo en el que hoy se decide –o no– el posible remate del país, sobre el que ella tanto advirtió. Bajó con una persona que la acompañaba, plegamos en el baúl del auto la silla de ruedas que ya le resultaba inevitable y allí fuimos hacia el infierno de Puerto Madero. En el cine no pidió nada en especial, ubicaron su silla un pasillo, y vio conmovida la película. Saludó al director Santiago Mitre y a Dolores Fonzi con afecto y me dijo: “Vamos a comer algo”. Salió del cine, impermeable a los flashes y las celebridades. No sabía qué pensar de la película, que la había sacudido. La emocionaron muchas cosas, le pareció que faltaban otras: esta historia es tan infinita que siempre falta algo o mucho por contar.

Comimos con Marisa, su asistente, y con Claudia Acuña. Nora saludaba y conversaba con la gente de las mesas cercanas en ese restaurante de Avenida de Mayo. La llevamos a su casa de Castelar. Iba como mi copilota, era la una de la madrugada: “Mirá, ya lo tengo estudiado. Si agarramos la onda verde, no nos para nadie hasta la General Paz. ¿Sabés cuál puede ser el único problema?”.

La miré de reojo y replicó: “Los pelotudos”.

Arrancamos. Cuando algún auto o colectivo hacía una maniobra indescifrable, Nora saltaba: “¿Ves lo que te digo? Lo que hay que hacer es esquivar a los pelotudos, y así se llega bien a donde uno quiere”.   

Empezar a romper

La primera vez de las Madres en Plaza de Mayo fue el sábado 30 de abril de 1977. El 15 había desaparecido Gustavo. Militaba en la Juventud Peronista. Flaco, sonriente, bigote setentista, pelo largo.
En la casa de Nora hay una foto en la que se lo ve mirando a los chicos de la Villa 31, en la que militó con el padre Carlos Mugica. “Tiene un gesto que me parece dolorido y comprometido con lo que está viendo. Pero fijate los chiquitos: son iguales a los que ves hoy en las villas”. Se queda pensando: “Nuestros hijos luchaban por la justicia social. Pero hoy la brecha entre ricos y pobres es todavía mayor que cuando se tomó esta foto”. Para esa mujer que había tenido que amoldarse al rol de ama de casa y profesora de alta costura, la desaparición del hijo representó el fin de muchas cosas. “Fue dejar la casa y salir a buscarlo. Y fue para todas igual. Mujeres comunes que no éramos de la academia, ni de los grupos de pensamiento. Pero hoy entiendo que ahí ya fuimos feministas. Ahí empezamos a romper”.

Relata Nora que los varones y esposos no intervenían en las rondas porque el horario de las 15.30 era de trabajo. “Pasaba otra cosa. Al ver a los milicos algunos padres decían ‘yo le dije a mi hijo que no se metiera’ y cosas así. Entonces eso no servía. Las madres no hacíamos esas cosas”. Confrontaban. El lugar común indica que el dolor enceguece, pero Nora piensa distinto: “El dolor nos hizo ver. Nos fortaleció, y nos ayudó a ser claras”.
Empezó a entender algunas charlas que había tenido con su hijo: “Una vez me dijo: ‘¿Sabés que te pasa, mamá? Te falta calle’. Aprendí. Ahora me pasé de calle. Más que en los libros, la concientización está en la calle. Esto significa moverse siempre. Y no pensar dos veces ”.

Mínima, vital y móvil


Más fragmentos.

Desde que cumplió 82 años se definió como mínima, vital y móvil.Mínima: Nunca escondió la edad, pero ocultaba su estatura.
“Ni a mis nietos se los digo”. En el jardín de su casa hay una pequeña piscina
de dos metros de largo y uno de profundidad. Me la mostró y me guiñó un ojo: “Me
meto con salvavidas”.

Vital: Parece inagotable, aunque no lo es. Hace años sufrió
un ínfimo ACV. “Hablé dos horas después de eso en un acto, y parada. Ni yo lo
puedo creer. Pero es un compromiso con nuestros hijos y nuestras hijas. No es
un sacrificio para nada. Cada día es estar donde hay una injusticia”.

Móvil: Sus idas y vueltas a Castelar en micros, trenes
y subtes fueron durante décadas una especie de gesta cotidiana en medio de la
multitud. Un día me contó: “El otro día bajaba del tren. En el medio del gentío,
un chico que iba a subir me vio, tenía un chocolate, me dijo ‘gracias por todo
lo que hacés’, me lo dio y subió. Me quedé en el andén con el chocolate
llorando de emoción. Ni sé el nombre. Solo sé que era un chico del oeste”.

Cómo posar en una foto

Nora estuvo en la inauguración de la anterior y de la actual sede de lavaca: nuestra madrina. Siempre llegaba con flores. Allí, y en todas partes, la gente siempre le pidió fotos. Cuando le reclamaban sonrisas con el clásico “digan whisky”, Nora replicaba: “Digan clítoris”.

Un día me dijo: “La magia no nace porque sí. La tenés que crear con tu espíritu. El espíritu de ver el lado bueno de la vida. Si no hacés magia con lo que te pasa, es imposible sentir que lo que hacés está bien, que te genere alegría porque no estás entre los mafiosos”.

Me contó también que su biznieta Camila, a los 9 años, le dijo que los besos y los abrazos contagian gérmenes. “Pero el abrazo y las caricias estimulan las endorfinas que son lo que dan ganas de vivir. Cuando alguien está enfermo, lo acariciás, le das la mano y eso es terapéutico por las endorfinas. Así que en eso sí que tengo partido: soy partidaria de los besos y los abrazos”.Defendió siempre la democracia, por eso desconfiaba de los políticos. Varias veces votó metiendo un papel en el sobre, con estas palabras: “30.000 detenidos desaparecidos. No al extractivismo. No a la persecución a las comunidades indígenas. No a la deuda externa impagable, inmoral y odiosa. Me lo habrán anulado. No importa, saben que estuve ahí”. 

En la Plaza, antes y hoy

Plaza de Mayo, jueves, 15.30.
Las Madres están partidas desde 1986, pero allí están. Girando siempre en sentido inverso al de las agujas del reloj, como para recuperar el tiempo detenido por el terror. Cada uno de los dos grupos (Asociación y Línea Fundadora) en el extremo opuesto de ese círculo alrededor de la Pirámide de Mayo que culmina con una estatua que representa a la Libertad. La libertad está inmóvil, mientras la memoria, la verdad y la justicia rondan alrededor. Esa vez ocurre en tiempos de Mauricio Macri. Al final de la marcha circular Nora toma un micrófono, presenta a gremialistas, a asambleístas anti mineros, a maestras de escuela, a familiares víctimas de femicidios, denuncia la deuda externa y eterna, y anticipa lo que vino desde entonces hasta hoy, “porque hay gente que se queja en la verdulería, pero no entiende que lo que le pasa es consecuencia de que se están llevando los dólares y las riquezas, y cada dólar se paga con hambre en nuestro país”. 

Repaso lo que dijo aquel día, como si lo estuviese diciendo hoy. Dice que el gobierno (¿aquel gobierno?) es “negacionista, inmoral y ladrón”, y cuenta lo que está sintiendo. “Hoy no hay buenas noticias para dar, la buena noticia fueron esos chiquitos que vinieron de Lugano”.
Agrega: “No nos volvamos locos. Cada día me acuesto pensando ¿qué mal van a hacernos mañana? Es como que con cada acción, con cada decisión, quieren humillar. No lo logran, porque nos tienen que resbalar las cosas que dicen y hacen”.
Mira a la gente: “Siento que esta Plaza es mágica. Me siento feliz aquí. Me da pudor decirlo, con tantos desastres que pasan, pero es lo que siento viendo que tantas personas vienen, se encuentran, se abrazan, se reconocen”.

Salto a este 2024, en el que mis compañeras y compañeros de lavaca resolvieron reforzar el acompañamiento a cada marcha, cada vez con menos Madres, que sienten que lo que está en juego es seguir. Les debemos eso: acompañarlas en un momento así. Nora fue varias veces este año. Otros jueves empezó a no poder. Se organizó una cobertura fotográfica colaborativa de cada una de esas rondas. En esos giros vimos el nacimiento de Hermanxs (hermanos y hermanas de personas desaparecidas) y lo más nuevo: Nietes. Norita alcanzó a fotografiarse con esos grupos que fermentan el futuro.

Hasta el lunes, Nora

Nora puño en alto, Elia Espén, y Nietes. Foto: Lucía Prieto para la cobertura colaborativa. Abril 2024.

Me llegan mensajes de hoy. Lina y Francisco están en Misiones, cubriendo el conflicto provincial. «Le dimos la noticia a la asamblea y acampe docente, le brindaron un aplauso. Fue muy emotivo». Claudia: «Fue muy fuerte estar en la ronda hoy, y verla a Elia Espén, y que transmitía tan claro y con el cuerpo que sabía, y nos miraba a los pocos que éramos, y decía ‘griten más fuerte’, y temblaba. Pedía que no dejemos de ir. Le agarré las manos y le dije que se quede tranquila, que íbamos a seguir». Lucas: «Por cada lágrima se me vienen mil sonrisas porque así iluminabas todo. No sólo por tu Gustavo, que llevabas siempre a la altura de tu corazón, sino en una calle conurbana que pedía a gritos la aparición de un pibe desaparecido por la Bonaerense, en una asamblea de algún pueblo fumigado, en cualquier marcha feminista, en cada fábrica recuperada. Decías: todo daño que nos hacen transformémoslo en amor». Franco: «Norita era magia subidora, sonrisa y puño en alto, se fue para no aguantar más a este gobierno, y estará más que viva que nunca».

Se me ocurrió hace tiempo preguntarle a Nora: ¿Cómo imaginar esa ronda cuando ya no queden Madres?

“Yo no me imagino nada. Nunca digo que esto va a ser así o asá. Lo que creo es que siempre hubo etapas con determinadas personas que vivieron y luego murieron. Es la ley de la historia, y de la vida. Ojalá nunca más tenga que haber Madres porque hay genocidios y represiones. Pero en nuestro caso, de algún modo estaremos en la Plaza. Y entonces habrá que ver qué es lo que nace”.

Me lo dijo sin miedo y sin nostalgia, haciendo bailar esa sonrisa alimentada en la calle con abrazos y resistencia, besos y valentía, magia y endorfinas.

Su última salida pública fue para ver el show de Susy Shock: una noche de alegría.

Hay tanto para contar, y tan poco para decir en esta noche triste, que tal vez solo alcance con repetir la palabra que le dijo aquel chico del Oeste que le regaló un chocolate en un andén, y que la emocionó: gracias. Mientras la imagino ahora mismo en un barco, bailando y cantándole al río.

Hasta el lunes, Nora

Nora en la Cooperativa Lavaca, en la inauguración de nuestra trinchera. Año 2016.

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Hola viejo

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Fabián, el padre del fotógrafo Pablo Grillo, contó este jueves que su hijo abrió los ojos en la terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía y le dijo “Hola viejo”.

Es una noticia breve y luminosa. Pablo (fotógrafo, 35 años) continúa en estado crítico pero está respondiendo neurológica y físicamente tras el ataque que sufrió el 12 de marzo por parte de las fuerzas de seguridad conducidas por Patricia Bullrich: le apuntaron y dispararon una granada de gas que golpeó su cabeza provocándole fracturas craneanas y pérdida de masa encefálica. Pablo este jueves logró hablar también con su madre.

Fabián Grillo contó en la vereda del hospital y visiblemente emocionado y esperanzado: “Después hablamos con los médicos y te dan un baño de realidad. Está en terapia, todavía la situación sigue siendo grave. Puede haber alguna reversión, pero por ahora es asombroso el nivel de avance que tuvo”. Cabe señalar que nadie del gobierno se acercó ni se comunicó con la familia, actitud que se define por sí sola.

La familia explicó a lavaca que el monitoreo médico es minuto a minuto y que aparecen signos alentadores.

Y envió un mensaje a la comunidad: “A seguir luchando. Sus rezos, cariños, buenas energías y todas las vibras que le envían, él las está convirtiendo en combustible para pelearla. Infinitas gracias”.

Hola viejo

Fabián, el papá de Pablo Grillo.

Hola viejo

Una de las paredes del Ramos Mejía.

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