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Milei: un discurso de humo que contrastó con lo que encendió la gente en la calle

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“Dice siempre lo mismo, ni una sola solución a los problemas reales, me hace mal escuchar su discurso enfermo” explica Patricia, una de las mujeres que se reunió en el Congreso mientras el presidente Javier Milei encadenaba su discurso en el que no brindó pauta alguna sobre la inflación, precios de los alimentos, aumento exponencial de la pobreza e indigencia, desempleo, crisis social explosiva, alquileres, medicamentos, salud, desguace del Estado, derrumbe inédito de lo que se consideraba clase media. No hubo referencia alguna a la crisis, y solo pidió “paciencia y confianza”. Las calles fueron el reflejo inverso de lo que ocurría en la Asamblea Legislativa, donde los legisladores e invitados oficialistas ovacionaban excitadamente cada afirmación guionada y contundente del mandatario. En las calles, además, se organizó un desproporcionado operativo que incluyó a 5.000 efectivos (cifra nunca vista ni en los eventos deportivos más complejos) y el corte de calles de todo el centro porteño.

La propuesta de Milei no incluyó los problemas de decadencia social y productiva. Al contrario, buscó convertir todo el presente en un discurso pensado y elaborado para las redes siempre repetido desde que asumió, en el que se preocupó por atacar a “la casta” (particularizó esta vez en el kirchnerismo) y anunció el llamado a un “Pacto del 25 de Mayo”. Lo definió como «un nuevo pacto fundacional para la República Argentina» que presentó la curiosidad de no ser un llamado a un diálogo, sino a firmar 10 puntos ya decididos por Milei, a condición de que antes le aprueben la “Ley de Bases” que ya eclosionó en la Cámara de Diputados, y el DNU que sigue intentando imponer. Federico, desde la calle, definió ese discurso con precisión: “una fantasmeada”. Lo que pasó en alrededor del Congreso, el rol del perro Conan y los 10 puntos del supuesto pacto.

Esta producción se realizó gracias al trabajo de Lina Etchesuri (fotos), Franco Ciancaglini, Francisco Pandolfi y Anabella Arrascaeta

Milei: un discurso de humo que contrastó con lo que encendió la gente en la calle

Foto: Lina Etchesuri para lavaca

Ojos que ven

La gente acá está triste. Acá es Avenida Rivadavia entre Virrey Ceballos y Rodríguez Peña. La puerta de un local de la organización política Igualar. Del lado de adentro prenden un televisor para que se vea el discurso desde la vereda. Y la gente se junta, se acompaña. Acá la catarsis es colectiva. Escucha la gente, e insulta. Y mastica bronca y la saca como puede, porque la cosa le pinta mal. “Estás generando más hambre, Milei”, le grita una chica al televisor, como síntesis de estos dos meses de gobierno.

La tristeza se ve en los brazos que piden por favor, cuando oyen decirle al presidente Javier Milei que los alquileres bajaron. Se ve en las risas para no llorar, cuando lo escuchan decir esa mentira fácilmente comprobable. En los gritos cuando habla de la “libertad” de las prepagas a costa de quienes las pagan.

Foto: Lina Etchesuri para lavaca

La tristeza también se ve en los ojos.

Federico es docente y los tiene empañados. En todo el discurso se mantuvo en silencio. Tras el cierre comparte su sentir con lavaca: “Cada vez que este personaje interviene hay como un miedo instalado en todos nosotros. Venía con la peor de las configuraciones pero según lo que oí me parece que sigue pateando para más adelante para seguir dañando todo lo que pueda el poder adquisitivo de los trabajadores”.

¿Esperabas otra cosa? “Pensaba que el discurso iba a ser más estrambótico, de la dolarización, y al final puso esta zanahoria del Pacto de Mayo que es una fantasmeada. Es un delirio, no es un cambio de dirección ni nada: sigue el desastre”.

En estos 2 meses y pico, ¿cómo ves al pueblo? “Creo que la mayoría está más asqueada de la política y los años pésimos de Alberto Fernández que un montón de gente que lo votó creyendo que puede mejorar su posición. Todavía conserva ese caldo de bronca y hastío”.

Milei: un discurso de humo que contrastó con lo que encendió la gente en la calle

Foto: Lina Etchesuri para lavaca

En la ronda donde la gente insulta a Milei casi al unísono, el “casi” lo aportan tres de sus votantes. Una de ellas, María, está con una bandera argentina que cuelga de su espalda. Habla bajito, para que no escuche el resto, la defensa al actual Presidente: “Lo apoyo porque es liberal, porque lo respeto, lo admiro, le agradezco que nos saque del infierno del populismo zurdo”.

¿Qué pensás de las medidas de estos 3 meses? “Son las que había que tomar”.

¿Y las medidas en relación a los jubilados? “La verdad, no vivo de mi jubilación, no podría. No sé cómo viven los jubilados. Pero eso no es culpa de Milei”.

¿Y en relación a las medidas de Milei con los jubilados? “Estamos esperando que los diputados, estos hijos de puta aprueben la Ley Base”.

Milei dijo que esto lo va a pagar la casta: “Lo está pagando, por eso están todos calientes y llorando”.

La suba de colectivos, de tarifas, ¿eso es la casta? “Lo iba a hacer Massa. No lo subió Milei”…

Foto: Lina Etchesuri para lavaca

Al lado de esta señora, se escucha: «La casta son ellos», y a los segundos se clama: «Unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode». Termina la canción. Milei sigue hablando del cierre del ajuste más grande de la historia, y una señora se lamenta: «Esto se va a pudrir».

La gente le grita a la tele: cuando menciona que le hará pagar a las organizaciones los operativos en movilizaciones, alguien dice: “Habla para la gilada”. Cuando dice que enfrentarán a los delincuentes: “Vos sos un delincuente”. Sobre la asistencia social: “Tu hermana es la planera” y “largá la comida a los comedores”.

Acá la gente está triste, pero no se calla. Y estalla, cuando Milei en el epílogo de su discurso le pide al pueblo argentino “paciencia y confianza”. Estalla y le dice frases sueltas: “Vivimos peor que antes”, “Entregá los remedios oncológicos”.

Las mujeres que lo defendían, calladamente, se van.

Milei: un discurso de humo que contrastó con lo que encendió la gente en la calle

Foto: Lina Etchesuri para lavaca

Teoría de la desilusión

Otras miles de personas eligieron protestar sin ver el discurso por tevé. Uno de ellos es Rubén, de Jubilados Insurgentes, el grupo que resistió los embates y ataques de la policía en movilizaciones anteriores: “Ya sé lo que va a decir, para qué me voy a sentar a escuchar lo que dice siempre hasta que lo volteemos. Por eso en cambio vine a la calle”.

Otras son Patricia y Marta, que van caminando de espaldas al Congreso: “Dice siempre lo mismo, me hace mal escuchar su discurso patológico, entregador, desafectivizado” dice Patricia. “Porque si la política tiene algo es pasión, sea de la ideología que sea, y el no tienen ningún sentimiento: está entregando la Patria”.

¿Cómo vivieron estos primeros tres meses? Marta: “Un montón de cosas he tenido que postergar, como por ejemplo llevar a mis nietos un día a almorzar. Algo tan simple como eso”. Patricia: “El alquiler es una locura, me subió 100 por ciento. Nos afectó un montón: el colectivo, la comida, nos está hambreando. Nos va hambreando de a poco, en todo sentido, alimentación, cultura, entretenimiento. Todo”.

Milei: un discurso de humo que contrastó con lo que encendió la gente en la calle

Foto: Lina Etchesuri para lavaca 

¿Cómo ves el clima social? Rubén: “Yo creo que la ebullición va creciendo desde el subsuelo. Marzo es un punto de ruptura. De abajo está creciendo una desilusión, y la desilusión es muchísimo peor que el odio. Lo único que tenemos que hacer es esperar el 8 de marzo y el 24 de marzo” (el Día Internacional de la Mujer, la marcha de derechos humanos a 48 años del golpe).

Milei volvió a insinuar que no son 30 mil los desaparecidos. Al hablar de la pandemia, dijo que si se hubiese gestionado bien, hubiera habido solo 30.000 muertos, y agregó «30.000 de verdad». Rubén: “Mirá, yo conozco de dónde viene ese discurso, no son chicanas. Este tipo de provocaciones siempre la hicieron los nazis, a lo largo de la historia. El nazismo tiene tres puntos elementales: la sumisión de los pueblos; el espacio vital que tienen que tomar; y la destrucción de las fuerzas productivas. ¿Te suena? Quieren cansar el país para poder meterse y sacar los recursos naturales. Ese es el objetivo” dijo, sobre algo que aparece explícito en el supuesto Pacto que Milei propone a los gobernadores para el 25 de Mayo.

Más temprano Paulina, jubilada, se sentó frente al Congreso con un cartel que decía “Cajas afuera”. Una de las pocas en apoyo a Milei. “No sé si quedarme o irme a casa a verlo por tevé. Para mí va a tirar una bomba sobre la corrupción. Ya sé que estoy sola, la gente lo ve desde la casa”.

Cuando le dicen loco al Presidente, ¿qué piensa? “Es cierto. Es loco. Cada apretada, cada golpe, redobla la apuesta. Es lo que hay que hacer”. Paulina dice que no es una fanática, y que los tropiezos del gobierno son por causas externas: “Lo que pasó con este pelotudo de Chubut… estaba todo planeado. Hay traiciones desde adentro. La cagó por ejemplo cuando la puso a la Píparo” dice Paulina, y reconoce que Patricia Bullrich le encanta, antes de plegar la silla e irse a ver todo por televisión.

Milei: un discurso de humo que contrastó con lo que encendió la gente en la calle

Foto: Lina Etchesuri para lavaca

Sí la vemos

Otros eligieron ver las cosas de otra forma: bailando y cantando, con una acción performática en la calle que empezó convocada por jóvenes estudiantes: “Sumate a armar ojos, máscaras y pancartas” llamaron a la sede de la UNA (Universidad Nacional de las Artes), donde empezaron a gestarse unos llamativos ojos de colores que simbolizan una frase: “Sí, la vemos. Por eso luchamos”.

Hoy, estas jóvenes nucleadas en la Colectiva Red Cultural, llevaron los ojazos al Molinetazo en Plaza Once (https://lavaca.org/notas/molinazo/) , donde junto a asambleas saltaron los molinetes de los trenes como forma de protestar contra los aumentos y el ajuste en general. Marcharon luego hasta el Congreso, donde realizaron un baile y una canción, y luego dijeron a lavaca estas jóvenes palabras:

Agus: “Estamos acá contra los ataques del gobierno de Javier Milei al arte, la cultura, contra los despidos, y para que se venga abajo el DNU y el protocolo represivo de Bullrich”.

Julia: “Milei quiere cercenar nuestros derechos. Somos estudiantes, somos migrantes, somos ambientalistas, estamos acá para decirle No a Milei”.

Trini: “Nos encontramos para exigirle a la CGT que haga una huelga general ya. En contra de los ajustes, del tarifazo y de todo el plan de Milei”.

Lucía: “Estamos en contra de la xenofobia de este gobierno, que acaba de cerrar el INADI, que dice que la educación tiene que ser arancelada: estudiar no es un privilegio, es un derecho”.

Andie: “Queremos tirar abajo este gobierno horrible”.

Agus: “El 15 de marzo vamos por otro Molinetazo”.

Milei: un discurso de humo que contrastó con lo que encendió la gente en la calle

Foto: Lina Etchesuri para lavaca

Conan y los 10 puntos

El llamado a que el “Pacto de Mayo” sea firmado en Córdoba fue explicado por el propio Milei después del discurso, diciendo ante las cámaras televisivas que Córdoba “es la docta”, y agregó que “Conan es cordobés” (Conan es el perro muerto con el que el presidente se comunica a través de su hermana, y que hizo clonar en Estados Unidos en otros cuatro mastines ingleses cuyas jaulas están instaladas en la residencia de Olivos y sus rostros en el bastón de mando que hizo fabricar).

Milei: un discurso de humo que contrastó con lo que encendió la gente en la calle

Foto: Lina Etchesuri para lavaca

El discurso y el llamado al supuesto “Pacto” para el 25 de Mayo parecen un modo de poner el foco mediático en un hecho posterior a marzo y abril, meses que aparecen como de profundización inevitable del desastre económico que se está viviendo hoy. Las cámaras se enfocaban estudiadamente en imágenes de los misteriosos Santiago Caputo (el diseñador de este tipo de comunicación con foco mediático y de redes), Nicolás Posse (jefe de Gabinete, y la hermana presidencial, Karina, secretaria general del gobierno. Milei recordó que buena parte de esa crisis viene de antes (aunque no nombró a Macri y el mayor endeudamiento en la historia del FMI, fugado durante aquel gobierno). Omitió en cambio toda mención a la devaluación del 120% de la moneda y a las medidas de inédito ajuste que están beneficiando a un puñado de corporaciones a costa de la vida y el futuro de la sociedad.

Milei: un discurso de humo que contrastó con lo que encendió la gente en la calle

Foto: Lina Etchesuri para lavaca

Los 10 puntos de su propuesta, condicionada a que se apoye la fracasada Ley Ómnibus son:

“La inviolabilidad de la propiedad privada; el equilibrio fiscal innegociable; la reducción del gasto público a niveles históricos, en torno al 25 por ciento del PBI; una reforma tributaria que reduzca la presión impositiva, simplifique la vida de los argentinos, y promueva el comercio; la discusión de la coparticipación federal de impuestos para terminar para siempre con el modelo extorsivo actual; una reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal; una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema, respete a quienes aportaron y permita, a quienes prefieran, suscribirse a un sistema privado de jubilación; una reforma política y la apertura al comercio internacional, de manera que la Argentina vuelva a ser una protagonista del mercado global”.

Traducción: nuevos eslóganes de campaña, números económicos falseados y operaciones de la más pura casta, en busca del tesoro más preciado. El que definirá cómo seguirá esta historia: el tiempo.

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Foto: Lina Etchesuri para lavaca

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Jubilados: el triunfo es seguir

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El Congreso de la Nación convirtió en ley el primer triunfo social que se logró al sostener en la calle, todos los miércoles y durante casi dos años, un reclamo que ni los gases ni los palos ni las detenciones arbitrarias pudieron desalentar.

Lo que deriva, ahora, es también el primer gran desafío político para un gobierno agobiado por la debilidad de su plan económico –debilidad que ahora quiere atribuir a esta decisión legislativa– y desgastado por una retórica abusiva que lo está dejando sin aliados y rodeado únicamente por aduladores, odiadores y especuladores.

La aprobación de un aumento de las jubilaciones del 7,2%, un incremento del bono de 70.000 a 110.000 y la extensión de la moratoria extinguida por decreto fue suficiente para que, además, comenzaran los reproches públicos de la interna oficialista, que tuvieron a la gran perdedora de esta pulseada –la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich– como vocera.

La estrategia de la ministra de sofocar con palos y criminalización el reclamo social dejó ayer en evidencia su fracaso, tal como había sucedido en su anterior gestión al frente de esa cartera en tiempos de Mauricio Macri presidente.

Lejos de aprender la lección, la repitió cosechando idéntico resultado. Lo sintetiza Beatriz Blanco, 81 años, la jubilada golpeada, tumbada y gaseada durante una la jornada de protesta del 12 de marzo (en la que también fue atacado el fotógrafo Pablo Grillo que continúa su arduo proceso de rehabilitación): “Si no aflojamos, lo logramos: esa es la lección de hoy”.

Beatriz no está confiada ni esperanzada: “Estoy decidida”, dice para definir qué espera en los próximos días, cuando se defina si el Congreso apoya o desactiva el anunciado veto del presidente Milei.

Esa decisión que define el estado de ánimo de Beatriz tiene un por qué: “ya no estamos tan solos y eso nos permite creer en nosotros. Nuestra fuerza es seguir”.

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La independencia de los jubilados

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Hubo marcha alrededor del Congreso vigilada por 26 vehículos de Gendarmería y Policía Federal como anticipo de las movilizaciones convocadas para la semana próxima. Sin embargo fue un 9 de Julio sin violencia contra quienes manifiestan, mientras lavaca planteaba una pregunta a jubiladas y jubilados: ¿De qué hay que independizarse?  

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos: lavaca.org

“Tengo 48 años de aportes y no llego a 500 mil pesos de jubilación. No puede ser que ni siquiera tenga para un gustito de comprarme un dulce de batata” dice a lavaca Hugo, 74 años, mientras marcha alrededor del Congreso. Tiene una barba blanquísima que le envidiaría Papá Noel. Vino desde Villa Domímico. Su síntesis para un 9 de Julio: “De lo que tenemos que independizarnos es de este gobierno, que no da para más”.

La independencia de los jubilados

El 9 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán, integrado por representantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata, proclamó la Independencia de estas tierras. Ese día, las manifestaciones populares se concentraron en los alrededores de la Casa de Tucumán, coreando el grito de «Viva la Patria». 

209 años después, este 9 de julio de 2025, afuera de ese Congreso de la Nación integrado por diputados y senadores, jubiladas y jubilados proclaman de qué falta todavía independizarse en un contexto de jubilaciones licuadas (el haber mínimo a $379 mil), de barrida de la moratoria previsional y de la gratuidad los remedios.

Hugo sigue describiendo la situación tras sus 48 años de aportes, a través de un montón de preguntas: “¿Dónde está lo que pagué durante tantos años? ¿Cómo como? ¿Cómo vivo? ¿Quién me explica eso?”. Agrega otro elemento: “Soy epiléptico, tomo un remedio que me sale 200 mil pesos. Con mi señora ya no comemos a la noche. Esto es una esclavitud”.

La independencia de los jubilados

Un dolor en el pecho

Graciela, 78 años, es de Libertad, Merlo: “Tenemos que independizarnos de esta mierda de gobierno y de todo lo que nos explotan día a día. Estoy viviendo mal, no me puedo comprar los remedios que necesito. Nos han quitado todo a los jubilados. Este es un gobierno democrático, elegido por una votación, pero tremendamente dictatorial”. 

Un poco más joven, Osvaldo tiene 72 julios. Llegó desde Claypole donde vive. Dice que hay que independizarse de lo que define del siguiente modo: “Es una mafia que está regalando el país, todos los bienes naturales. Volvimos a depender de Estados Unidos, nos endeudan cada vez más, es un desastre”. Cuenta que cobra la mínima y que tiene un dolor en el pecho cada vez que lo visita alguno de sus seis nietos: “Me piden un yogur y no se los puedo comprar. Mis hijos no me ayudan aunque quieran, porque están peor”. Hace una pausa. Confiesa. “Te digo la verdad: ya no ceno, me tomo un té, no me da para otra cosa”.

La independencia de los jubilados

Lo que quiere Milei

Alrededor del Congreso, esta vez sin vallas, dos ejércitos desproporcionados están apostados para evitar vaya a saber qué: Gendarmería Nacional (15 vehículos) y Policía Federal (11 vehículos). Pero no pueden impedir que los y las jubiladas marchen alrededor del palacio legislativo, al grito de “qué vergüenza, pegarle a un jubilado por dos pesos con cincuenta”, aunque evidentemente los haberes de los llamados efectivos son otros.

Surgen algunas preguntas entre los manifestantes:

¿Cuánto cuesta un operativo así de desmedido?

¿Por feriado se les paga doble a ese montón de uniformados?

¿Qué sentido tiene tanta parafernalia de seguridad?

La independencia de los jubilados

Este jueves está prevista la sesión en el Senado para tratar el aumento de jubilaciones. Opina Hugo: “Milei ya dijo que lo volverá a vetar. Y eso que sería un miserable aumento, es una vergüenza, es un desalmado, una mala persona”. Argumenta Graciela: “No tengo expectativas, porque aunque el Congreso apruebe todo, el señorito que tenemos por presidente lo veta. Él quiere a los jubilados sin nada, muertos”.

La independencia de los jubilados

Señalando la corrupción

Teresa dice que pasó los ochenta y que es de un territorio innombrable: La Matanza. Se presenta como militante comunitaria en Laferrere, con acción en la casa de salud barrial, y cuando se le pregunta por el día patrio, se enciende: “Hay que independizarse de la corrupción”, dice y señala al Congreso: “Si pueden tirarlo abajo, tírenlo, porque no me representa a mí ni a ninguno de los que estamos acá. Nosotros hacemos la patria grande, con este bastoncito que ves hice mucho por esta Patria, la amo y me la están robando. Luché mucho por ella, hijo. Mucho”. Nos pide que escuchemos un tema de Horacio Guarany,

“Qué te ha pasado justicia”. Lo que se cantaba en el siglo pasado:

A ver, señor diputado,

¿qué le ha pasado que se olvidó

del bendito pueblo obrero

que usted en campaña siempre nombró?

Tengo mis hijos pidiendo,

que por la calle siempre se ven

y usted se aumentó la dieta, 

y yo a la dieta la hago muy bien.

Alicia, 80 años, es otra de las jubiladas con esa dieta (cobra la mínima, $304.723,90 más el bono de $70.000), y dice que hay que independizarse de todo: “Somos una colonia. Se han posesionado de nuestros recursos naturales, el agua, el litio, el petróleo, están regalando las mineras, la educación, la salud, la jubilación. En realidad, no tenemos nada”. 

La independencia de los jubilados

¿Qué necesitamos?: “Otra independencia”, sintetiza Alicia, que integra Jubilados Insurgentes.

Mónica, 72 años, de la Asamblea de Vecinos de Boedo, viene siempre los miércoles sin importar si llueve o hace frío, y la hace corta: “Hay que independizarnos del presidente cipayo que tenemos, de Estados Unidos y de Israel”.

A su lado está Ricardo, 84, de Lanús, conurbano sur: “Llegamos al 9 de Julio con despidos masivos, garrote y gaseo a trabajadores del INTI, de Vialidad Nacional, con una CGT traidora. Esto, con huelga y un plan de lucha se termina. En 1919, los trabajadores de la Semana Trágica luchaban por trabajar ocho horas en lugar de doce y se cargaron 700 cuerpos. Hoy la clase argentina trabaja por salarios de hambre y no se para de manos”.

Pertenece a una agrupación llamada Bastones en rebeldía y dice que viene por quienes no pueden estar por razones de salud. “Acá tiene que venir más gente, somos seis millones de jubilados…”. Se enoja, mueve la cabeza y cuenta que tiene siete categorías para englobar a quienes no vienen cada semana a lo que se transformó en el epicentro de la resistencia a este gobierno: 1) Los indiferentes 2) Los indecisos 3) Los adormecidos 4) Los que naturalizan todo 5) Los resignados 6) Los mesiánicos 7) Los hiperindividualistas. Dice que no tiene necesidad económica, pero que prefiere seguir marchando.

La independencia de los jubilados

Las 14 organizaciones que integran la Mesa de jubiladas y jubilados en lucha convocan para el próximo miércoles 16 de julio, desde las 15, a una “gran marcha antirrepresiva entre todos los sectores que hoy padecen la crueldad de este gobierno”.

Llaman a marchar el jueves 17 con los trabajadores del Hospital Garrahan.

El 9 de julio de 1816 marcó la independencia política “de España y de toda dominación extranjera”, pero siguieron existiendo muchas formas de dependencia: económica, cultural, productiva, mental. Toda relación entre aquellos eventos de Tucumán y las cosas que ocurren 209 años después, ¿serán pura coincidencia? A más tardar la semana próxima las calles volverán a decir lo suyo.

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Otro ataque a la salud pública y al Garrahan: las movilizaciones que se vienen

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No solo no soluciona el problema, sino que lo empeora: el gobierno difundió un reglamento que degrada las condiciones laborales de los profesionales de la salud residentes en hospitales nacionales al buscar convertirlos en “becarios”. Asambleas y la decisión: paro y un abrazo al Garrahan el próximo jueves 10, y la convocatoria a una gran marcha federal por la salud el jueves 17 de julio.

Por Francisco Pandolfi

Residentes sí, becarios no. Ese es el nuevo lema que hoy levantan (y denuncian) residentes de los hospitales nacionales del país, ante el nuevo reglamento que dictaminó el 2 de julio el ministerio de Salud de la Nación para las residencias médicas.

¿Qué son las residencias? Tienen como objetivo capacitar y especializar a egresados de carreras como medicina, enfermería, psicología y bioquímica, entre otras, en el marco del trabajo asistencial y académico. 

¿Qué aduce el gobierno nacional para la formulación del nuevo reglamento? “Recuperar su rol formativo y permitir que los residentes puedan elegir bajo qué modalidad realizar este tramo de su formación y cómo administrar el monto de las becas percibidas. A fin de jerarquizar el carácter formativo de esta etapa, el nuevo reglamento recupera el concepto de beca (excluyendo cualquier encuadre como empleo público, relación laboral o contratación de obra o servicio) y ofrece a los residentes la posibilidad de elegir entre dos modalidades diferentes: Beca Institución (el hospital otorga la beca) o Beca Ministerio (contrato con el Ministerio de Salud). No es empleo público, no es una relación laboral. Es una etapa formativa con financiamiento estatal”.

Ante la Resolución 2109/2025, las y los residentes del Hospital Garrahan a la cabeza, y todos los profesionales de la salud del sistema de residencias nacionales realizaron ayer una conferencia de prensa en Plaza de Mayo, donde denunciaron: “Este modelo de residencias, ampliamente utilizado a nivel global y que rige en Argentina desde hace más de 30 años y que fue perfeccionándose en el tiempo, garantizó profesional altamente capacitado en cada rincón del sistema de salud. La nueva normativa desmantela las bases fundamentales del sistema, se nos atribuye libertad de elección ante dos opciones de las cuales ninguna resuelve la problemática salarial de base, y además ambas implican la pérdida de múltiples derechos laborales adquiridos; pretende transformar lo que hasta ahora era un régimen formativo en servicio, remunerado y con derechos reconocidos, en un esquema de becas sin vínculo laboral claro, ni aporte y con importantes recortes en licencia, descanso y condiciones de trabajo”.

Entre los puntos “más alarmantes”, destacaron: 

  1. Aumento de la carga horaria y del número de guardias (de 70 horas semanales a 93).
  2. Eliminación del descanso post guardia (lo que implica pasar de 24 horas de corrido a 30).
  3. Reducción del valor de la hora trabajada: en caso de la Beca Institución, $3.200 de cobrarse un bono hospitalario. En Beca Ministerio: $2.200. 
  4. En la Beca Institución, mayor dinero en mano, pero a expensas de la pérdida del aguinaldo, aportes previsionales y obra social.
  5. En la Beca Ministerio, menos dinero en mano, obra social estatal y sin posibilidad de cobrar bonos institucionales. 
  6. En caso de rescisión de contrato, no se contará con indemnización. 
  7. Renovación de contrato de forma anual a pesar de concursarse por formación de 3 a 4 años.

Como cierre de la conferencia, sentenciaron: “No se puede aludir a la libertad cuando se nos acorrala entre dos opciones de precarización extrema. La residencia sí es un trabajo. Exigimos la inmediata derogación de la resolución y la apertura urgente de instancias de diálogo con las y los residentes de todo el país. Sin residencia como fuente de personal capacitado, no hay futuro posible para la salud de Argentina”. 

Abrazo y marcha federal 

Josmar Flores Arnéz es licenciado en bioimágenes, tiene 37 años recién cumplidos y hace 16 que trabaja en el servicio de neurointervencionismo del hospital. Además, es delegado de la junta interna de ATE. Habla con lavaca: “La modificación en las residencias no sólo es una degradación de las condiciones laborales de las y los residentes, sino también implica la degradación del sistema de salud completo, porque cambian la forma de contratación quitando derechos laborales. Lo que decretan es que dejan de ser trabajadores, para hacer las tareas por una especie de bono, a través de una metodología de becas”.

Esta nueva medida se enmarca en una política de ajuste a la salud pública en general, y al hospital Garrahan en particular. El miércoles pasado, en la Cámara de Diputados se estaba tratando la emergencia para el Garrahan, pero la sesión se levantó por discusiones entre el bloque oficialista de La Libertad Avanza, y el peronismo. La emergencia quedó sin tratar…

¿Cuál es la emergencia? Josmar Flores plantea cuatro puntos clave:

  1. Una recomposición salarial del 100%.
  2. Que la persona que recién ingresa cobre lo mismo que estipula la canasta básica familiar: un millón ochocientos mil pesos. 
  3. El aumento del presupuesto del hospital.
  4. Mejora en las condiciones de trabajo: que se reconozca un régimen de insalubridad especial para el hospital.

¿Cómo sigue la cuestión? “Todos los trabajadores del hospital, incluidos los residentes, hacemos asambleas conjuntas y acabamos de decidir ir a paro los próximos dos jueves –cuenta Josmar–. El 10 llamamos a un abrazo solidario al hospital, en la puerta sobre Combate de los Pozos; y 17 convocamos a toda la población a una gran marcha federal, que en la Ciudad Buenas Aires irá desde Congreso a Plaza de Mayo”.

Cierra: “Este gobierno nos ataca por muchos ángulos y la única manera de cambiar la realidad es seguir por este camino”.

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