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Misiones arde
Cuando uno habla de Misiones, la primera y única imagen que se le viene a la mente es la selva o las cataratas: en absoluto uno pensaría en policías acuartelados, docentes cortando rutas o personal de salud apostado en el ministerio. Pero detrás del velo de la hipnotizante naturaleza misionera se esconde una realidad de miseria generalizada: sueldos de indigencia, costo de vida altísimo, una clase gobernante enquistada en el poder y un aparato mediático blindando el plan de ajuste de la casta misionera.
Desde Misiones, por Sergio Rondán
Son las 7 de la tarde de un viernes atípico en la ciudad de Posadas: hace varios días que el clima fluctúa entre una lluvia leve pero constante, y un cielo encapotado y frío. Llovizna y hace frío. Sí, hace frío y acá es más húmedo y penetra todo. Pero a los policías no les importa. “Nosotros estamos acostumbrados a pasarla mal… estamos acostumbrados a que nos maltraten” dice con un extraño orgullo un miembro de la fuerza en actividad, sin necesidad de mencionar al gobierno que encabeza Hugo Passalacqua.
La policía misionera utilizando gomas para apoyar su reclamo en la calle.
El policía no puede dar su nombre: es la situación de muchos de los policías que se encuentran acuartelados en el Comando Radioeléctrico UR-I de Posadas. En cambio, Ramón Amarilla, suboficial retirado, sí puede dar su testimonio: “No estamos acuartelados, el comando está operativo. La calle fue cortada por la municipalidad”. Algo de razón tiene porque la cartelería de la municipalidad de Posadas es la que anuncia el desvío. Pero la decena de patrulleros que atraviesan la avenida República Oriental del Uruguay, una de las arterias que conducen al centro de Posadas, muestran otra cosa.
De golpe suenan todas las sirenas de los patrulleros apostados. Una mujer con altavoz toma la palabra: “Saludamos a los camaradas de Eldorado que acaban de llegar, quiero escuchar esas bocinas y aplausos, demostremos que la familia policial no se rinde.” Misiones es una provincia que tiene 1.280.960 habitantes: unos 330 mil viven en Posadas y su área metropolitana, otros 70 mil en Oberá, a 100 km de la capital yendo hacia el centro de la provincia y otros 60 mil habitan en Eldorado, a 200 km sobre la Ruta Nacional N°12. El resto de la población vive en alguno de los 75 municipios. “Estamos esperando camaradas de Iguazú, de Wanda, de El Soberbio… de todos lados se están moviendo hacia Posadas para manifestarse. No nos vamos a mover de acá. Solo pedimos lo justo: poder darle dos comidas al día a nuestras familias y que nuestros galleteros (como se le dice al niño/a que está cursando sus primeros años de escolaridad) puedan ir a la escuela con un cuaderno y un lápiz en la mochila”. Amarilla es certero con sus palabras: la situación salarial es insostenible. El escalafón más bajo de las fuerzas cobra cerca de 450 mil pesos, por lo tanto entra en la línea de pobreza ya que no alcanza a cubrir ni de cerca la canasta básica.
La protesta docente, ignorada masivamente por los medios misioneros: privados y subordinados al gobierno
Pero esta situación no sucede solamente con la policía. Los reclamos de las fuerzas de seguridad siempre ganan más notoriedad porque no son la norma. Nadie está acostumbrado a ver policías cortando calles sino más bien lo contrario. Por eso quizás el reclamo docente o de salud pase desapercibido. Aunque el caso docente es paradigmático en esta provincia ya que es una lucha que viene de hace rato y se agravó con la llegada de Milei.
“Antes del cambio de gobierno, la gestión saliente envió fondos para pagar los componentes salariales que Nación aporta al sueldo del docente de Misiones. Pero esa plata nunca llegó a nuestros bolsillos”. Jorge Romero es profesor de Historia y referente dentro de las bases docentes que se movilizan sin pedir permiso a los aparatos ni estructuras. Para entender lo que dice hay que comprender cómo funciona el salario docente. Luego de la reforma constitucional de 1994, las provincias debieron hacerse cargo de la educación. Misiones, como tantas otras, no tenía dinero para los sueldos: de ahí surgen los 1.000 días de la carpa blanca que terminaron en el famoso FONID, o Fondo Nacional de Incentivo Docente, el cual se cobra desde 1998. En el caso de Misiones y otras provincias, no solo Nación enviaba ese dinero, sino también la Garantía Nacional y la Conectividad; la primera correspondía a una suma para aquellas provincias donde los gobiernos provinciales no podían llegar al piso de la Paritaria Nacional Docente. La segunda surge luego de la pandemia. Pero en números, el FONID representaba 12.500 pesos, la Garantía unos 50.000 y la conectividad otros 12.500. ¿No se entiende? No, claro que no se entiende pero digamos que con todas esas cifras, la maestra misionera en noviembre del 2023 debería haber cobrado 250 mil pesos pero recibió 161 mil pesos.
La policía en la calle, esta vez para ejercer su derecho a reclamar, ante el silencio oficial.
El dinero se giró, llegó a la provincia, pero nunca a los docentes, que hasta bien entrado febrero estuvieron cobrando esa miseria. Recién a mediados de ese mes el gobierno provincial fue soltando el dinero a cuentagotas, es decir, en cuotas. El docente misionero nunca cobró su sueldo entero sino en partes, cosa bastante única en el país.
“Acá el problema viene de hace rato y es exclusiva responsabilidad de la Renovación (el partido que gobierna hace 21 años la provincia) que mantiene a los docentes en la indigencia. Y no es solo el salario, el acceso a los cargos no es transparente. No existen los actos públicos, muchos cargos se reparten a dedo. Hasta hay desplazamientos hechos a dedo, es una locura” cuenta otra docente que prefiere guardar su identidad. Actualmente un docente de grado cobra 237.000 pesos por cargo sin antigüedad: esto es, un sueldo que está muy por debajo de la línea de indigencia. Carlos Lezcano, referente de la lucha misionera lo explicó muy bien en una mesa de discusión: “Un docente con un cargo es indigente, un docente con dos cargos es pobre”.
Cuando Buenos Aires pone su ojo sobre un punto del país, este cobra existencia y relevancia, tanto para bien como para mal. Ante un hecho como este, uno esperaría que medios locales estén cubriendo la situación pero en Misiones eso no sucede.
¿No hay radios o canales de televisión? Si, y bastantes, muchos de ellos bajo la órbita de Multimedios SAPEM (Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria) siendo Canal 12 su nave insignia. El aparato comunicacional de la Renovación maneja los medios públicos para imponer su discurso de una Misiones blanca, pura, radiante y mayormente rubia. Quienes no están bajo la órbita directa de SAPEM reciben de una u otra manera dinero para mantener una férrea bajada de línea. En este caso, ninguno de esos medios cubren la situación.
Un ejemplo: se escuchó a Jorge Rial decir al aire que intentó comunicarse con colegas de Misiones para pedir un móvil pero que nadie respondió. Rodrigo Aranda, vicepresidente de SAPEM y hermano de Ramiro Aranda, ministro de Educación provincial, dio la orden de no cubrir nada. Todos son comentarios off the record, por supuesto: nadie quiere quedar expuesto. Es por eso que los cortes de ruta que los docentes vienen realizando hace un mes por toda la provincia no tienen difusión: la gente no se entera. Solo trascendió cuando un gendarme muy suelto de lengua amenazó con disparar pero quedó en eso: en un producto de la memética actual.
“Canal 12 es un medio oficialista que no dice nada. Solamente muestran las Cataratas y pajaritos, eso es Misiones para ellos. Nosotros venimos protestando desde enero. 10 días estuvimos acampando en la Casa de Gobierno y no vino nadie. Nadie nos recibe, esta situación es extrema y de acá no nos movemos”. Lo mismo pasa con docentes o personal de salud. Nadie recibe a nadie, los aumentos que se dieron en febrero no llegaron al 10% y se realizaron por decreto. Mientras tanto, el gobierno de Misiones se muestra como un ejemplo de educación y de salud desde sus medios y las redes.
Pero en las calles, pese al frío y la lluvia, el clima arde. La semana que pasó los docentes cortaron la Ruta Nacional N°12, que bordea el Paraná y la Ruta Nacional 14°, bordeando el Uruguay. Buscaron al ministro de Hacienda, Alfredo Safrán, que nunca apareció, lo mismo el ministro de Educación Aranda. Intentando burlar el cerco mediático, se enteraron de que el vicegobernador iba a estar en un streaming del grupo SAPEM y lo encararon en YouTube pero también lo esperaron a la salida del programa. Lucas Spinelli huyó en una fastuosa camioneta 4×4 y casi provoca un accidente. Al día siguiente, los docentes marcharon hacia la Legislatura, que se hallaba vallada y con un cerco policial, cosa nunca antes vista. Hubo forcejeos, insultos al gobierno provincial, se tiraron vallas. Los policías solamente estaban haciendo de escudo sin usar la fuerza, aunque también tuvieron que escoltar a los diputados de la Renovación que huyeron por una salida lateral.
“Nosotros de acá no nos vamos. Lo nuestro va a ir hasta las últimas consecuencias. Alguien tiene que venir, dar la cara y hablar, tenemos vocación de diálogo” sentencia Ramón Amarilla. No se siente asustado por el “comité de crisis” de Patricia Bullrich. Los docentes tampoco, y ya comienzan a movilizarse desde toda la provincia. La batalla dura se dará el lunes, cuando el gobierno anuncie el aumento que tiene planeado. “Nos van a ofrecer solamente un aumento por encima de la inflación de abril, ya se sabe. Pero nadie va a aceptar eso” dice Jorge Romero y plantea la forma del futuro: “Vamos a seguir luchando hasta que la dignidad se haga costumbre”.
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Una marcha que hace Historia
Por Claudia Acuña y María del Carmen Varela
Hay algo de revolución en este día que hará Historia y es una de las clásicas, que deja al mismo tiempo perplejas a las bibliotecas, sacude las cabezas, cuestiona a la política partidaria y enciende los sentimientos sociales. Es, además, de aquellas alegres y rabiosas, pero sobre todo, poética. Es lógico: si hay alguien a quien atribuirle la primera puntada que hizo posible esta jornada imposible es a una bordadora de esas bellas artes. Susy Shock fue quien comenzó a señalar el horizonte de esta utopía con precisión: un frente antifascista. Lo repitió tanto y en tantos lados y durante tanto tiempo, que cuando llegó el momento de escoger una palabra para esta convocatoria brotó ese término, como una flor que nace con el riego de los tiempos urgentes.
A las trabajadoras sexuales de Constitución, en general, y en la voz de Georgina Orellano en particular –a quien días antes vimos azotada por las botas policiales– les debemos la puntada que la unió con la siguiente: antirracista.
Susy Shock . Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
A las travas históricas, el coraje y la memoria, que sonó como advertencia o como reto y que sintetizó la voz disonante expresada por Marlene Wayar: “Estamos cansadas de luchar porque sus manos son débiles”.
El reloj, en cambio, lo marcaron las infancias y adolescencias: el sufrimiento concreto con el que castigaron sus vidas esas palabras crueles infringidas desde lo más alto del poder institucional.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Dirá hoy la actriz trans Flor de la V: “Ese es el límite. Desde que asumió este gobierno hace un año y meses, no paran de agredirnos, de decirnos cosas horribles sobre nuestras identidades y lo que sucedió en Davos fue la gota que rebalsó el vaso. Hasta ahí llegamos. Tenemos una ley de género que deben respetar y una de matrimonio igualitario que no pueden ignorar. La verdad es que hace décadas que nos bancamos el maltrato y el desprecio de una sociedad, pero hoy con leyes que nos reconocen, no lo vamos a permitir más”.
Flor de la V Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Juana y Agos, de El Teje –una organización autogestiva dedicada al cuidado de las infancias trans y no binarias– lo sintetizan así: “Había que decir basta para demostrar que la calle nos pertenece, que la palabra libertad nos pertenece, por sobre todas las cosas, para demostrar que las personas a quienes no quieren dejarnos existir somos aquellas que más unimos a esta sociedad”.
Poetas, putas, travas, infancias, adolescencias y juventudes trans y no binarias, las más empobrecidas, las más castigadas, las últimas de la fila se pusieron al frente y convocaron a mover este mundo horrible al que nos quieren condenar.
Lo siguiente fue la marea que emerge, brava y colorida, para desafiar las violencias. Ese tesoro social que tiene la Argentina y que nadie, nada, nunca, puede ni predecir ni controlar.
Una vez más el Nunca Más.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
El plan
Otra vez Juana: “Este ataque es parte de un plan económico que impone quién accede al capital y quién no, quién accede al trabajo y quién no, quiénes acceden a qué tipo de trabajo y quiénes no. Quiénes tienen que hacerlo en la prostitución, quiénes tienen que empobrecerse para que unos pocos puedan tener mucho acceso al capital”.
Agos: “Para frenar el fascismo y estos discursos de odio poner el cuerpo es una estrategia eficaz, por eso estamos todes acá, pero formar parte de El Teje me hizo darme cuenta de que una buena forma de enfrentarlo es parar la bola, escuchar y bajar el ego”.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Juana: “Y armar red. Lo que propone el fascismo, lo propone desde la individualidad. Si logramos combatir este plan económico que nos obliga a tener dos, tres trabajos que nos sostengan, es a partir de preguntarle a la persona que tenemos al lado –no importa si es de nuestra comunidad o no– cómo estás, qué necesitas, en qué te puedo ayudar”.
En la calle, los obreros de la UOCRA saludan eufóricamente a las columnas y los bancarios sacuden abanicos con los colores de la diversidad. Los jubilados y jubiladas bailan. Las parejas con canas sostienen carteles hechos con cartón que proclaman “Basta de fascismo” y un joven alza su cartulina escrita con marcador azul para recordar: “El pedófilo no era gay: era tu diputado”, en referencia a Germán Kiczka, el legislador de la oficialista La Libertad Avanza, cuya causa por abuso infantil fue elevada a juicio el 21 de enero.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
El balcón es para dos estrellas, María Becerra y Lali Espósito, que saludan a la multitud mientras le cantan “¿Quiénes son?”, una complicidad espontánea y profunda, que sólo se comprende con el resto de la letra:
“Yo tiro flores, bebé.
No tengo tiempo pa`nada,
menos para atajar tu agresividad”.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
Fotos Lina Etchesuri y Nacho Yuchark para lavaca.
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Marcha antifascista y antirracista en 160 plazas de todo el país y 15 ciudades del mundo
La Marcha nacional Antifascista y Antirracista autoconvocada y autogestionada por el movimiento LGTBI+ se replicará en las principales plazas: hay más de 160 convocatorias en todo el país y 15 en las principales ciudades del mundo.
En la ciudad de Buenos Aires está convocada en el Congreso a las 16 horas para caminar rumbo a Plaza de Mayo.
La propuesta incluye un abanicazo: «Salvaremos al mundo revoleando el abanico, amor» plantea la convocatoria. «Convocamos a todes a marchar contra el fascismo este sábado con el abanico y el orgullo bien en alto».
El detonante de la movilización lo provocó el discurso de odio del presidente Javier Milei en el Foro Económico de Davos, aunque la escalada de violencia verbal y el recorte de derechos es una constante de este gobierno. En el marco de ese clima hostil hacia el colectivo, un hombre en Cañuelas prendió fuego la casa de una pareja lesbiana, luego de hostigarlas durante varios meses.
La Marcha será encabezada por el colectivo Trans Travesti, No Binario, junto a Madres, Abuelas y la columna antirracista: afro, pueblos originarios, migrantes. «Se sumarán las personas que lleven carteles con los conflictos y demandas más urgentes y que afectan a la comunidad: la Marcha es plural, colorida y diversa» reafirman.
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30 preguntas desde la comunidad travesti a nuestras disidencias: un llamado a la acción y la autocrítica
Por Marlene Wayar
1. ¿Cómo podemos construir una resistencia real frente al fascismo, más allá de la euforia y los slogans, que nos permita sobrevivir y generar cambios duraderos?
2. ¿Qué acciones concretas debemos tomar para evitar ser utilizadas como «chivos expiatorios» en los discursos de odio y violencia del poder?
3. ¿Cómo nos enfrentamos al uso político de nuestra existencia por parte de movimientos progresistas que nos dieron espacios sin poder real ni respaldo presupuestario?
4. ¿Por qué hemos permitido que nuestra representación en las instituciones sea simbólica y no estructural?
5. ¿Qué estrategias debemos adoptar para recuperar y fortalecer el estatus ciudadano que nos están arrebatando?
6. ¿Cómo respondemos a la narrativa que nos acusa de ser una «excentricidad caprichosa» sin interés en los problemas de la sociedad en general?
7. ¿Por qué no hemos priorizado construir una comunidad que proteja a nuestras viejas y las voces históricas que han clamado por dignidad y justicia?
8. ¿Cómo rompemos con la lógica binaria y superficial que se replica en nuestras propias redes sociales y espacios de visibilidad?
9. ¿Qué hemos aprendido del modelo brasileño, donde personas trans están ocupando espacios en el Congreso y visibilizando agendas inclusivas para todas las comunidades?
10. ¿De qué manera podemos reorientar nuestras luchas hacia un activismo que sea percibido como válido y necesario por toda la sociedad?
11. ¿Cómo reconstruimos el tejido comunitario, dañando por años de individualismo y desmovilización?
12. ¿Qué podemos aprender de las comunidades originarias, migrantes pobres, quienes también están siendo atacadas por los discursos de odio?
13. ¿Cómo podemos articularnos con otras luchas, como la de los pueblos originarios, las mujeres pobres, las trabajadoras sexuales y las comunidades afrodescendientes, para construir alianzas sólidas y efectivas?
14. ¿Por qué no hemos aprovechado la libertad conquistada para romper con el sistema establecido en lugar de replicarlo?
15. ¿Qué papel juega la cultura en nuestras luchas, y cómo podemos hacer que nuestras expresiones artísticas lleguen a tocar otras vidas más allá de nuestros propios nichos?
16. ¿Cómo enfrentamos la instrumentalización de nuestras identidades por parte de quienes buscan distraer al pueblo de los problemas estructurales del capitalismo, el patriarcado y el colonialismo?
17. ¿Estamos creando espacios seguros y significativos para nuestras infancias travestis y trans? Si no, ¿qué nos lo ha impedido?
18. ¿Cómo podemos construir un humor y una narrativa que no se burle de quienes ya están en el suelo?
19. ¿Qué nos falta para reconocer la importancia de proteger nuestra memoria colectiva y honrar nuestras historias sin convertirlas en herramientas frívolas de consumo?
20. ¿Qué lecciones podemos extraer de nuestra convivencia con burócratas que prometieron apoyarnos y nos traicionaron?
21. ¿Cómo nos preparamos para enfrentar la violencia estatal que se cierne sobre nosotras, especialmente en este contexto de fascismo explícito?
22. ¿De qué manera podemos recuperar el respeto hacia nuestras comunidades, evitando ser colonizadas por narrativas globales que borran nuestras especificidades locales?
23. ¿Qué hemos dejado de lado en nuestra lucha por derechos colectivos al concentrarnos en obtener visibilidad individual?
24. ¿Cómo enfrentamos las contradicciones entre el deseo de unidad y la desconfianza hacia quienes se suman solo en momentos de crisis?
25. ¿Qué estrategias podemos implementar para crear autonomía económica y social dentro de nuestras comunidades?
26. ¿Por qué hemos permitido que la lucha por la «libertad» sea cooptada por dinámicas de frivolidad y banalidad?
27. ¿Cómo enfrentamos la sensación de que llegamos tarde a este reclamo, y qué podemos hacer con el tiempo y los recursos que aún tenemos?
28. ¿Qué formas de autocrítica nos permitirán no caer en los mismos errores que nos han llevado a esta precariedad política y social?
29. ¿Cómo podemos canalizar el enojo y la indignación para construir un movimiento más fuerte y cohesionado?
30. ¿Qué mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, y qué estamos dispuestas a hacer hoy para lograrlo?
Reflexión, estrategia y contradicciones: un llamado urgente
No podemos seguir librando esta batalla como si fuéramos iguales a quienes nos atacan. Nuestra fuerza debe nacer de la decisión consciente y de un equilibrio entre firmeza y afabilidad. Firmeza para evitar el Yo que todo lo puede, y la afabilidad de escuchar otras ideas de manera receptiva y hacer crecer esas ideas. No podemos comprometernos con el odio ni embellecer nuestras propias fallas. La maldad debe quedar desacreditada bajo cualquier circunstancia.
Debemos abandonar la violencia directa como estrategia, pues al combatir golpe por golpe solo alimentamos al odio y nos enredamos en pasiones que nos desgastan. La verdadera resistencia comienza en casa: debemos observarnos, identificar y trabajar nuestras propias deficiencias sin enfrentarlas con violencia interna. Al hacerlo, las armas del odio pierden su filo, incapaces de encontrar adversario.
El progreso en el sentido del bien debe ser nuestra mayor herramienta. En lugar de dirigirnos únicamente contra quienes nos odian, nuestra tarea es interpelar al pueblo: a nuestras familias, vecinas, compañeros de trabajo y quienes nos conocen. Es su responsabilidad protegernos, comprender que el odio no es una herramienta de gobernanza y que no deben convertirse en las manos ejecutoras de un poder macabro. Un país que niega 30.000 desapariciones o que simplemente dice “yo no sabía” debe hoy ver que se están re-configurando nuevos campos clandestinos y que el objetivo somos nosotras.
Pero aquí me encuentro, habitando una contradicción profunda. No puedo dejar de sentirdesazónal ver cómo se nos exige seguir luchando, sin permitírsenos siquiera envejecer en paz. Me dicen que me despreocupe, que serán creativas e incluirán, pero me queda claro que debo ocuparme yo misma, aun cuando ya lo he dado todo. No es metiendo nuestra identidad en el armario que vamos a convocar a nadie contra el fascismo y el antirracismo, convocamos nosotras travestis, maricas, lesbianas, nobinaries … somos nosotras el blanco de tiro.
Les dimos un país transformado, con una Ley de Identidad desesperada y errónea, pero que reconoció finalmente un cupo laboral, sin antes haber reparado el genocidio travesti que era un imperativo colectivo. Nuevamente son los privilegios lo que mueve, mientras el hambre de alimento y abrazo de las viejas espera mejores tiempos ¿Para qué? Para ser payasas de un peronismo estúpido que ahora les suelta la mano mientras chupa cirios. Gritan «no tenemos miedo» y tiran frases vacías con los nombres de mis amigas muertas como si fueran una droga más. Dejen de drogarse con muestras muertas. Sus nombres no son amuletos ni mercancías para toda esta euforia vacía.
¿Y qué hicimos que no vemos los resultados de la Ley Micaela? ¿Por qué nadie, ni siquiera dentro de nuestra propia comunidad GLBTTI, conoce a las funcionarias que no funcionaron? ¿Convocaran a sumarse a la marchas las rectorías universitarias? ¿Un sábado no laboral irá la clase trabajadora? ¿Qué cuerpos tomarán la responsabilidad? Este reclamo llega tarde, no porque no sea necesario, sino porque ahora tenemos enfrente un Estado capaz de dispararnos a plena luz del día, matándonos en tacos altos y con brillos a las cuatro de la tarde.
Nuestra energía no debe perderse en redes sociales donde reina la irracionalidad y la mala fe. Es inútil discutir con quien ha decidido no escucharnos. Debemos centrar nuestra acción en despertar conciencia y solidaridad en el resto de la sociedad, interpelando a quienes aún pueden actuar desde la animalidad de proteger su prole, no desde el odio. Dejemos de emplear la palabra humanidad como un término con el presupuesto de bien: hasta las disputas por el territorio entre machos animales se dan sin producir un genocidio. El genocidio, sí es humano, lo ha sido y el que se cierne sobre nuestras cabezas lo será.
Hoy más que nunca, necesitamos construir una comunidad enérgica, honesta y solidaria, capaz de avanzar con convicción hacia un futuro donde el odio no sea la respuesta, sino el reconocimiento y la dignidad para todas las personas, incluso mientras discutimos las identidades. Entreguen lo hombre y lo mujer que nos resta identidad y tanto escozor les da. Que el buen sentir-pensar sea nuestra revolución, que la memoria sea nuestra guía y que el amor por nuestras muertas nos inspire a cuidar a las vivas.
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