CABA
El grito de Mateo: cómo vive y piensa un niño tucumano
Es el protagonista de un video viral en el que le reclama a los concejales de su ciudad que hagan algo. Tiene 8 años y sintetizó el grito de una época: “Nos morimos de hambre”. Un viaje al cirujeo, la fama, los tarifazos y la vida en Concepción de Tucumán. FRANCO CIANCAGLINI
Mateo es un niño especial.
Es decir: como todos los niños.
Pero Mateo es distinto a varios de los denominados “grandes”, entre otras cosas, porque es el autor de una frase que quizá sintetiza esta época: “Ustedes no hacen nada y nosotros nos morimos de hambre por su culpa”.
El grito de Mateo (y su llanto después de decir esas palabras) son grito y llanto de un país en el que uno de cada dos niñxs menores de 14 años es pobre. Uno de cada dos niñxs es Mateo.
Dijo lo que dijo, en la cara, a los concejales de su ciudad Concepción, al sur de Tucumán, la segunda más grande de la provincia.
Cualquiera que pise el barrio 1º de Mayo II donde vive Mateo puede ver la pobreza, el hambre, la desesperación y el abismo entre la Capital Federal y las provincias, entre las ciudades y pueblos, entre los discursos y la llamada realidad.
Pero no todos pueden verla con tanta lucidez como un niño de 8 años.
Y gritar.
Y hacer algo.
Tucumán arde
Al llegar a la terminal de San Miguel un altoparlante avisa que existen varios recorridos suspendidos por el corte de las rutas 157 y 38 que van al sur de la provincia. La protesta es protagonizada por la Corriente Clasista y Combativa para pedir alimentos, planes sociales y la baja de las tarifas de energía.
En el camino hasta el corte ya es notable el contraste de los afiches y las pancartas electorales con la grotesca ausencia estatal, ilustrada en ranchos de madera y chapa a la vera de la ruta, el 90% de calles sin asfaltar, los arroyos contaminados. Y niños jugando en la calle, con lo que hay.
El sur tucumano es una zona de plantaciones de limón, caña y papa, principalmente. Hay algún trabajo temporal durante la cosecha, pero los lugareños aseguran que “cada vez menos”. A Concepción le dicen turísticamente “La perla del sur” por su aparente oferta de naturaleza y aventura. Pero es difícil encontrar en el paisaje rural perla alguna.
La última casa
La última casa del último barrio, antes del basural: unas rejas marcan la frontera del terreno de la familia Silva, donde hay más tierra que ladrillo levantado. Adentro, se acomodan cocina, baño y el cuarto donde duermen los hermanos Mateo (8) e Isaías (11) junto a Pedro y Analía, sus padres, y los conejos Kone y Grisi. Afuera, agrandan la familia cuatro perritos indocumentados.
Hay dos teles, una antena de DirectTV que incluye el pack fútbol, pero una heladera que muestra que las cosas no andan bien. Hace seis años que los Silva viven en esta casa de un barrio construido durante la presidencia Kirchner. Trazan una comparación: “Pasamos de ser pobres a ser miserables”. La diferencia es no tener trabajo, y tener que changuear o cirujear para comer.
Según Analía, en el barrio no hay ni planes sociales: “Porque no estamos con ningún partido”. Muchas familias reciben en cambio “donaciones” que, aclaran, no vienen del Estado sino de “gente solidaria”, probablemente de la Iglesia barrial. Por eso, en la casa de los Silva cada vaso y cada plato es distinto, y la ropa rara vez coincide con la medida de quienes la usan.
Según el cálculo de Analía pronto aparecerán los punteros del intendente radical de Cambiemos Roberto Sánchez, que busca renovar mandato, pero cree que esta vez no alcanzarán las prebendas: “No necesitamos bolsones ni planes: necesitamos trabajo”.
El costo de ser padre
Pedro es ayudante de construcción: “Hace seis meses me he quedado sin laburo. Ganaba 1.500, 2.000 pesos por semana. Alcanzaba nomás para comer y pagar la luz”. Muestra la última boleta de electricidad: 1.555 pesos. “Antes pagábamos 100 pesos o menos, y ya nos parecía mucho”.
La pareja ha vuelto a una vieja práctica: el cirujeo. “No tenemos para la luz. Pagamos el la tele 200 pesos, para saber las noticias. Pero no te alcanza para comer. Y vamos al basural”.
Lo más codiciado es el cobre y el aluminio, que se encuentran en restos de electrónicos arrojados al basural. El cobre se paga 110 pesos el kilo. El kilo de lata, 15 pesos. Todos buscan, incluso Mateo: “Él vendió dos bolsitas y se hizo 140 pesos. Pidió 10 pesos prestados y compró los conejos”, cuenta su padre sobre el origen de los animales.
Analía: “Ahora no hay trabajo. Ya no vivimos: sobrevivimos”. ¿Cómo? “Gracias a dios hay que dar las gracias a las personas. Mirá”, señala dos cortadoras de césped. Pedro: “No es por la intendencia, es gente común que vio el video de Mateo y nos trajo máquinas. Por un corte hago 200 pesos para parar la olla”.
Hoy en la casa de los Silva se almorzará un exquisito guiso de fideos con menudos de pollo. A la noche, solo un mate bien azucarado y galletas con mermelada de durazno, hasta que la tele haga llegar la hora de dormir.
La madre de las batallas
Analía es la otra protagonista del video. Se sonroja por sus gritos ante los concejales, que también se hicieron virales. “Tenía la necesidad de decirles por qué nos cobraban tanto. Hay gente que no tiene un trabajo, que sobrevive como puede, y ellos lo saben”.
Aquella sesión había sido llamada para discutir los aumentos al alumbrado, barrido y limpieza. Analía repite las tres palabras, y se ríe: “¡A nosotros nos cobran eso! Mirá”, dice y señala la calle oscura, de barro y con un basural en frente. La creatividad impositiva a veces supera las metáforas. “Yo veía cómo la gente protesta en Buenos Aires, cómo luchan, y aquí no hacemos nada. En Tucumán todos aceptan el mal y se quejan. Le dicen de todo a Macri, pero nadie se anima a ponerse en frente. Y los medios no muestran la realidad. Un día le dije a Pedro: si aumentan y no me dan una solución, me voy a encadenar”.
n día llego la boleta de los 1.555 pesos.
Analía no se encadenó, pero generó una cadena de reacciones que terminaron pariendo esta historia.
La marcha de la cacerola
«Así quedó”, dice Analía exhibiendo una cacerola abollada y agujereada, agotada de su función culinaria. “Veía por la tele que en Buenos Aires se usaban las ollas y dije: ¿por qué no hacemos una caminata al Concejo? Yo voy con ollas, y los carteles me los llevan los changos”. Uno reclamaba “Manzur, da la cara” (por el gobernador peronista) y en el otro se leía “Macri gato”. Sin grieta.
La marcha comenzó en la ruta, donde ocho mujeres se venían juntando para hacer cortes parciales por los aumentos de tarifas (y aclaran: “no somos de ningún partido político”). El 3 de abril el corte derivó en una marcha a la Municipalidad: “Tremendo ruidaje hicimos. Salían de los negocios, han empezado a aplaudir. ‘¡Seguí, seguí!’. Toda la gente apoyando. ‘¡El pueblo unido, jamás será vencido!’, cantaban”. Mateo, a su lado, recuerda y canta: “¡El pueblo, unido!”
Analía: “Dimos vuelta a la plaza, ya nos habíamos agrandado. Llegamos a la oficina de Roberto Sánchez (el intendente) dele darle a la olla. ‘¡Sinvergüenza, da la cara, no nos querés dar trabajo y mirá lo que nos querés cobrar, andá ver el barrio!’, le gritamos. Una de las concejalas pidió silencio, a ver si nos recibían; yo seguía haciendo ruido. Al rato vuelve diciendo que podemos entrar, pero que hagamos silencio. Y entramos”.
Cómo hacer un viral
Susana no es community manager ni especialista en redes, no estudió comunicación y desconfía del periodismo. Sin embargo, o gracias a eso, logró que el video de Mateo recorriera el país y la web.
Es otra de las ocho mujeres que protestan por las tarifas en Concepción. “Cuando entramos los concejales se empezaron a reír, como que nosotros éramos payasos”, recuerda del día del video. “Entonces les digo: ¿cómo pagamos la luz, sin trabajo? Me he cansado de venir a pedir para limpiar las calles, no hay otro trabajo para la mujer aquí. Y de repente, veo que Mateo decía cosas y nadie lo escuchaba. Saco el celular y comienzo a filmarlo. Así nace el video”.
Cuenta Susana que “al toque” percibió que el video iba a ser viral: “Un nene diciendo lo que todos piensan. Dijeron que estaba guionado, que lo mandamos a que diga… ¡Qué guionado!”, se indigna, mientras el chico escucha atento la charla, y dice mirándolo: “Hay muchos Mateos”.
La familia Silva ha elegido a Susana como la madrina de Mateo.
En silencio no hay salud
Hoy Analía recibió dos malas noticias, que coronan la larga lista de problemas de salud que aquejan a sus hijos y que son resueltas más por los medicamentos que llegan de las donaciones, que por lo que brinda el hospital municipal: “Mateo tiene problemas serios en la vista, y a Isaías lo tienen que operar de una hernia en el pupo”. Cada cimbronazo de salud se vive como un calvario de esperas, trámites, turnos y dinero con el que se contaba para otras cuestiones. Por ejemplo, comer.
La mala nueva sobre la salud de Mateo puede conectarse con sus supuestas dificultades para leer desde el pizarrón en la escuela, según Analía: “Pensábamos que era de vago pero no: debe ser por esto”, razona acariciando a su hijo menor, que no parece mortificarse por el asunto. Mateo sugiere que repitió un grado de la escuela por este problema que ahora le descubrieron.
Si verá o no el futuro a través de lentes se definirá con un estudio llamado “fondo de ojo”. El turno: “En mayo la doctora de iba de vacaciones, así que me dieron para junio”.
El pan o la regla
Son las 4 de la tarde y desde la puerta del colegio Monseñor Ferro se escucha a las maestras entonar un saludo de despedida y una oración de gracias al señor. El colegio es público. Mateo llega fuera de horario para que le revaliden la matrícula. Apenas lo ven, tres niños se le acercan y comentan: “Es el del video”.
Analía entra a una reunión con la directora de la que saldrá horas después. El resultado parece insólito, pero es real: la jefa de área de salud del Hospital donde Analía había ido a la mañana aparece en la escuela de Mateo para garantizarle a la familia que podrá hacerse el fondo de ojo antes de mayo y que Isaías será operado en San Miguel. Ese fue el poder de su grito: lo que no funcionaba comenzó, mágicamente, a funcionar.
Para algo sirve gritar.
Mientras tanto, dos profesoras curiosas alertadas por la presencia de periodistas se acercan a hablar sobre los niños pobres. “Los chicos cuentan que hay días que no comen. Tenemos que hacer de maestra, de psicóloga, de asistente social. Todos son Mateos acá, cada vez más”, dice la más joven. La más veterana cuenta que su termómetro es el comedor del colegio: “Damos una merienda: mate cocido y facturas o un yogur con algún cereal. Desde este año no alcanzan las raciones, porque mandan menos y los chicos comen más”. Han organizado una colecta para comprar reglas: “Los nenes ya no traen útiles, porque no los pueden comprar”.
Cosas en la cabeza
Mateo ahora es famoso. En el barrio, grandes y chicos lo saludan y él responde seriamente: “Qué tal”. Su padre aporta una anécdota: “Al otro día del video vienen dos changuitos que antes no lo dejaban jugar a la pelota. Se arriman y lo llaman: ¡Mateo! Ya voy. ¿Qué quieren? ¿Vamos a jugar? Ah, ¿ahora que soy famoso quieren jugar conmigo? ¡Y los dejó parados ahí!”
Mateo se la pasa en el patio pateando la pelota o jugando con muñecos de superhéroes. “No ve tele como el hermano, ni noticieros: no sé de dónde saca lo que dice. Son cosas que tiene en la cabeza”, dice su padre.
Analía está orgullosa de su hijo y cree, a diferencia de Pedro, que su rebeldía viene de la casa. Pero no de una bajada de línea, sino de otro lugar: “Yo sabía que si ganaba este hombre íbamos a terminar mal. Como buena bruja, era una intuición. Y algo de eso de intuir es lo que tiene mi hijo”.
El mundo según mateo
¿Cómo se te ocurrió decir lo que dijiste en el Concejo?
Del co-ra-zón.
¿Te acordás lo que dijiste?
¿Lo digo? “Mientras nos morimos de hambre ellos solo se sientan y se ríen de nosotros… ¿de qué nos sirve?”.
¿Y por qué dijiste que se mueren de hambre?
No sé, porque es lo que todos dicen.
¿Vos sufrís hambre?
Sí. Bah, ya no…
¿Por qué les dijiste a los concejales que “están ahí sentados…”?
Porque es la verdad, son como hormiguitas. Los veo así (junta dos deditos chiquitos).
¿Qué pensás sobre los políticos?
No me importa la política, lo único que me importa es dis-cu-tir.
¿Qué te gustaría ser cuando seas grande?
Te doy una pista: balón, arquero y arco. Jugador profesional.
¿Por qué pensás que llamó la atención lo que dijiste?
¿Porque soy guapo? ¿Y fuerte?
¿Tus compañeros vieron el video?
Sí, y ahora me felicitan.
¿Qué les dirías hoy a los concejales?
Eso es algo que tengo que pensar
¿Y al presidente?
No me gusta cómo vivimos. Me gustaría robarle su lugar. ¿A qué edad puedo ser presidente?
¿Qué harías como presidente?
No tengo idea. Es algo que no he pensado.
¿Cuál es tu superhéroe favorito?
Gokú, de Dragon Ball. Porque cuando cambia de fase hace una liberación de su instinto.
¿Qué es el instinto?
Algo dentro de tu cuerpo; como que se libera un lobo y reacciona de la nada. Solo reaccionar. ¿Cómo te lo explico? Como que sentís que ya no existís, y que tu cuerpo reacciona solo. Y así vas a ganar y no perder.
Mateo tiene la capacidad de conectar la realidad y la ficción. Es decir: la realidad y la política, donde los concejales parecen vivir más lejos de lo real que este ser instintivo que inspira a Mateo llamado Gokú. Su realidad cambió un poco, o quizá definitivamente, al menos hasta que pase el furor de su video, las cámaras se apaguen y él vuelva vivir acaso donde siempre: en la pobre Concepción.
El grito que dejó seguirá sin embargo retumbando como una lección, o como la liberación de un instinto cuando ya no queda más nada.
Escuchémoslo.
Y hagamos algo.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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