CABA
La banda que vuela: Susy Shock y la bandada de colibríes
Acaban de editar su primer disco, Traviarca, pero vienen tocando, bailando y haciendo cantar desde hace tiempo. Mezclan ritmos saberes que viajan por el país llevando canciones sobre diversidad e identidad. El resultado es una sutileza que convierte a esta banda en el sonido de la época que viene. Por Claudia Acuña.
Su poesía es tan potente y su trans-identidad tan Grito Político Urgente, que este disco que acaba de ponernos Susy Shock en la mesa de la actualidad corre el riesgo de quedar en un plano que no merece. Hay que celebrar, entonces, que Traviarca esté ante todo y sobre todo. Y también analizar por qué al colocarlo en primerísimo lugar podemos apreciar todo lo que eso representa: si Traviarca significa, nada menos, que la banda sonora del desafío por venir, analizar ese sonido, entonces, puede darnos una pista sobre qué nos espera, pero también de lo inesperado.
Ha nacido una nueva etapa.
Celebremos.
Y también maduremos, porque al mismo tiempo nacieron nuevas batallas.
Sentidos de lo nuevo
Susy Shock concibió los sonidos de Traviarca junto a una bandada. Es decir, junto a un grupo que actúa de forma homogénea, pero no son necesariamente parte de la misma especie. Las une el trayecto, la búsqueda de horizontes, el proceso, el guiso cocinado en ese proceso y cada uno de sus ingredientes: primer sentido.
Eso significa, además, que Susy Shock se transformó en un nombre de fantasía en varios sentidos: identifica a una artista y, a la vez, a una forma de concebir el arte. Y esa forma es colectiva y autogestiva: segundo sentido.
Pero esta autogestión, a su vez, encarnada en una bandada significa, al mismo tiempo, una voz propia: tercer sentido, que tal vez sea el más complicado de explicar, porque implica esa delicada trama de producir algo entre muchas personas sin que ninguna de ellas pierda su propia identidad, sino, por el contrario, la potencie.
Y así como Traviarca confirma que Susy Shock cada día canta mejor, así también nos advierte que es cada vez más rica, si entendemos por riqueza la sabiduría. Ese saber que expresa Susy en Traviarca es puntada y es hilo. Borda así una delicada trama que dirige Caro Bonillo desde el piano, la guitarra y la voz, sin batuta y con mano amorosamente firme; y entrelaza los saberes de Sole Penelas (voz), Solana Biderman (contrabajo y voz) Horacio Vázquez (percusión) y Carla Morales Ríos (baile): La Bandada de Colibríes. Así logran lo que llega a tus oídos: los acordes del nuevo pop argentino, aquello que tradicionalmente llamamos folklore: cuarto sentido.
Desde esa trinchera nos advierten que estos son tiempos tormentosos y confusos, complejos, complicados. Y que en tiempos así el arte necesita raíces para poder volar: quinto sentido.
Así, también, nos anuncian el nacimiento de una nueva era de la música criolla y así también nos invitan a comprender que aunque esa era no nació ni hoy, ni con Susy Shock ni con Traviarca, encuentra en esta época, en esta artista y en este disco un punto de inflexión, algo así como una marca en el calendario de la Historia que conviene entonces registrar hoy, para disfrutar plenamente ser sus contemporáneos beneficiados. Nosotros somos el sexto sentido. Estamos ahí, formamos parte, creamos lo que hacía falta para que lo nuevo suceda: la oreja, invirtiendo el aporte del billete y la fortuna del aplauso, y todo lo que necesario y suficiente para que aquello que queremos, suceda.
Y ahí está.
Vivito y chayeando.
Con este shock, Susy nos invita a descifrar, además, qué representa la calidad que recorre toda la factura de Traviarca -desde la ejecución de cada instrumento hasta el arte del packaging- y también por qué ese perfecto Saber Hacer implica una posición ética y por eso mismo política, que potencia y completa ese ser trava-libre-autogestiva, porque finalmente se trata de ser mejor, y sostenerlo del dicho al hecho: séptimo sentido.
Los sonidos de Lohana
Zambas, condombe, milongas, coplas, huellas, chayas, chamamés, vidalas; cada una con sus condimentos y elementos que le dan sabor y textura -murgas, badoneones, cellos-; cada una con sus poéticas y con sus espadas apuntándonos:
“Me pegaste una etiqueta
Antes de saber quién soy
Cuando me pusiste nombre
Me condenaste a ser vos”.
Cada una con sus intenciones, homenajes y sensibilidad y todas juntas elevándonos la mirada hacia el cielo hasta abrazar a Lohana Berkins, nuestra Traviarca.
Ese es, entonces, el sentido final: recordarnos que todo límite es principio.
Y que donde hay Bolsonaro, hay Susy Shock.
De nosotres depende, como siempre, lo importante: qué escuchamos.
Manifiesto
Escucho ahora a Susy, en un alto del ensayo, advertirnos que estamos en una etapa clave. Nos recuerda entonces aquello que ya aprendimos y hoy tenemos la obligación de recordar. Y valorar: “La experiencia que nos dejó el 2001 y todo lo que vino después, desde entonces hasta hoy, nos tiene que servir para reconocer a la autogestión como forma de hacer y de crecer”.
Ese es nuestro piso y nuestro cielo.
Escucho, además, que define que este disco “ha sido gestado desde la belleza y la furia”, pero también desde el cuerpo, que literalmente colapsó en un estudio de grabación, con dos consecuencias que valora como lecciones: cuidar la energía y no apurarse. “Tengo tiempo”, sintetiza. Y en esa frase encierra la victoria que representa haber esquivado el destino que condena a toda trans. “Pienso en ese promedio de vida de mis compañeras y hermanas…¡y me siento en venganza! Entonces, en represalia de amor, seré viejita y les cantaré con mi voz envejecidita, pero con mi sueño joven”. Dirá también que lo que viene ahora, después de las convulsiones y el coma diabético, es “otro recomenzar, con cuidados nuevos y nuevos hábitos a sostener. Sanar y aceptar que para dar luz a veces hay que prenderse fuego”.
Escucho luego cómo ha tejido el recorrido del próximo desafío, que la llevará con toda la bandada a Europa y a escenarios que incluyen, por ejemplo, al Museo Reina Sofía, de España, donde el sábado 31 de octubre hará bramar su Traviarca, que la web del museo presenta así: “Quizá el concepto más apropiado para situar a este grupo musical sea el de canción de protesta en clave neo-tropical”.
Escucho, finalmente, cómo ese tiempo nuevo de esta renacida Susy Shock, en el cual se planta más profunda y menos apurada, la coloca en el escenario del teatro Margarita Xirgú –donde presentó formalmente Traviarca- ante una sala desbordada de afectos, alegría y ovaciones, para la cual recita el mismo manifiesto que leyó por primera vez ante unos pocos aunque entusiastas seguidores, allá por 2014 y en la ya mítica sala Giribone, desde donde se propuso y nos propuso -estrenando en nuestros oídos eso que ahora llamamos “lenguaje inclusivo”-, construir aquello que ahora sí vemos.
Escuchamos entonces a Susy Shock decirnos:
“Otro será el cantar…
Porque no pensamos sólo en la canción de hoy, sino que nos vamos proyectando en las que vienen, las que vamos construyendo entre todxs, mientras vamos deconstruyendo lo viejo que impone el mercado cada vez más supermercado.
Porque esa canción no desconoce lo infinito que nos ha traído hasta aquí, ningunx de esxs enormes faros desde donde nos reconocemos, pero esta canción es la canción de su propio tiempo y ese tiempo nos habla y nos exige nuevos diálogos con todos los temas y sus formas.
Hoy cantar contra la megaminería y contra toda forma de opresión del capitalismo es el compromiso al pensar en una posible canción desde la tierra desde este lado del mundo, pero no será suficiente si no le oponemos canto al mismo tiempo al patriarcado y a todas sus prácticas poderosamente arraigadas.
Es necesaria una canción inclusiva, entonces. Eso piden estos tiempos. Así como nos exigen también nuevas prácticas creativas y autogestivas desde donde hacer y ser cultura.
No olvidemos que el folklore, con sus artistas, también fue un recurso del Estado para fomentar los símbolos de una patria que necesitaba tener su propia identidad en medio del aluvión inmigratorio y sus nuevas informaciones culturales, para construir un imaginario de patria que todavía hoy tiene su relato, por ejemplo, en un ‘nacionalismo militarista y clerical’, en el campo como ‘proveedor natural’ de las riquezas del país y también en el machismo. Bailes y canciones le dan a lo femenino el lugar de la sumisa bonita que es ‘celebrada’ y, a la vez, algo tan caro como la misma Pachamama queda relegada al rol de madre, santa y proveedora, abonando el lugar que ocupa lo colectivo en el inconsciente colectivo.
Ponemos en práctica entonces este espacio amoroso de alegría y de diálogo.
Necesitamos una canción nueva.
Y necesitamos escenarios nuevos.
Y necesitamos festivales nuevos, con lógicas solidarias y profundas que abonen la posibilidad del encuentro con la poesía y con un nuevo público que tiene que ir naciendo junto con nosotres.
Por eso tenemos que encontrarnos, mezclarnos, informarnos de las novedades de un tiempo que en sí es diverso y plural.
Tenemos un compromiso que es letra y es pentagrama y es danza y es canto y es encuentro.
A eso les invitamos”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Revista MuHace 2 díasMu 208: Lara Brenda Morena

Revista MuHace 4 semanasMu 207: Crear lo que viene

#NiUnaMásHace 5 díasUn mes sin Brenda, Lara y Morena: lo que se sabe de la trama narcofemicida

Soberanía AlimentariaHace 3 díasMiryam Gorban: hasta siempre, maestra

#NiUnaMásHace 3 semanasLara, Brenda, Morena: Las velas del silencio

















