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Pendejadas: Carolina Unrein

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Tiene 20 años. Publicó un libro sobre su vida de adolescente trans. Firmó con Planeta para escribir otro. Actúa, modela y encarna una nueva generación que toma el legado de figuras como Lohana Berkins y Susy Shock. Ideas frescas sobre amores, mandatos y libertades. MARÍA DEL CARMEN VARELA

Este es el mejor día de mi vida, pensó Carolina Unrein cuando empezó el rodaje de Yo, adolescente, el film dirigido por Lucas Santa Ana y basado en los textos del blog de Zabo Nicolás Zamorano. Interpreta a Flor, la chica más linda del colegio; así describieron a su personaje cuando se presentó al casting. “Todo adolescente es punk, o debería serlo”, “Mi chica ideal no puede ser un chico”, “Alguien en alguna parte debe estar pasando por lo mismo”, son frases que se escuchan en el tráiler de la película próxima a estrenarse. La filmación arrancó en junio, cuatro meses después de que Carolina abandonara el pueblo entrerriano donde vivía con su familia, para venir a probar suerte a Buenos Aires. “Me voy a estudiar actuación”, les dijo a sus padres y en febrero de este año, armó las valijas y se vino. Se anotó en la Licenciatura de Actuación en la Universidad Nacional de las Artes, hizo el ingreso y después dejó: “Las academias e instituciones no son lo mío”. En realidad, lo de estudiar era más una excusa, un argumento para dejar tranquilos a sus padres, pero al menos lo intentó. “Me podría haber venido a trabajar en Rappi o en Glovo o de mesera, donde sea, no importa. Necesitaba estar acá y encontrarme con gente a la que le pasan las mismas cosas que a mí”.

Salvar la vida

Carolina se marchó del pueblo cuyo nombre parece también definirla a ella, revelando su esencia e insinuando su destino: Diamante. “Me vine porque en mi pueblo ya no me quedaba más vida para vivir”, dice a sus recién cumplidos 20 años. Sintió que allá se le acababa la vida y urgió parirse de nuevo. “Era enfrentarme a la muerte y yo creo que el proceso de venirme y tomar esa decisión fue bastante instintivo, como de supervivencia, muy primitivo. Fue una decisión que me salvó la vida”.

Cuenta Carolina que en Diamante tenía una amiga marica y una amiga torta. Las tres eran blanco de burlas, despreciadas y marginadas. Ella tenía a favor que siempre había contado con el amor incondicional y el abrazo de sus padres. “También represento mucho más el modelo hegemónico de persona trans que los medios ahora están intentando vender, y por esa misma razón me parece que al pueblo le fue más fácil digerirme a mí. A veces siento que no estoy pudiendo comunicar del todo lo que significa estar con gente como vos, porque entiendo que inevitablemente la gran mayoría de la gente es cis o hétero o es las dos cosas y no entienden, no se les pasa por la cabeza lo difícil que es vivir en un pueblo para alguien así”. Con sus únicas amigas, armaron un grupo de teatro, creaban obras, organizaban varietés que presentaban cada tanto ante público. Apenas llegada a la Capital, hizo su primer casting y quedó seleccionada. “No creí que fuera a entrar en una película tan rápido. Me dieron un papel de una persona cis, cosa que no pasa nunca, y no sé si es la primera vez que sucede en el cine argentino, al menos. Nunca me habían pagado por actuar. El primer día estaba con un compañero del rodaje, Thomas Lepera, y en un momento dije ‘pará, pará, estoy haciendo una película, mi cara va a quedar registrada por siempre en el archivo cinematográfico argentino y algún día la van a pasar en el canal Volver y mi cara va a estar ahí’. Y me pareció muy loca esa idea, estar haciendo historia y pensaba en esto de un personaje cis hecho por una persona trans, y me emocioné un montón. No puedo pensar en otro día en que la haya pasado mejor. Fue darme cuenta de que yo ocupo un lugar en el mundo y que no soy una tonta que no tiene nada para decir, como siempre me dije a mí misma. Fue un antes y un después, un hito para mí”.

El nido trava

Siete años atrás, en Canal 7 se emitía la miniserie La viuda de Rafael, donde actuaba -con un rol protagónico- la actriz, cantante y escritora trans cordobesa Camila Sosa Villada. Carolina quedó impactada y algo hizo click en su cabeza y en su determinación. El año pasado fue a Paraná para participar de la Marcha del Orgullo, ahí se cruzó con la artista trans Susy Shock, quien le preguntó si quería participar del ciclo Cotorras, que durante dos años tuvo lugar en Mu Trinchera Boutique, el espacio cultural de la cooperativa lavaca. Carolina aceptó la invitación encantada. Ya instalada en Buenos Aires, sus principales ámbitos de amor y contención fueron Cotorras y Casa Brandon. “Hicieron que todo sea mucho más sencillo. Mudarse a Buenos Aires siendo trans, siendo tan chica, es un proceso súper complicado y todavía está transcurriendo”.

Como adolescente trans, para Carolina fue clave apreciar la existencia de dos artistas que la alentaron a valorar y expresar su propio arte. “Ya transicionada me crucé con Susy Shock, con Camila Sosa Villada y me partió la cabeza ver artistas trans que escribían, que creaban desde lo artístico y que había gente que las escuchaba, que les interesaba lo que tenían para decir y ese proceso de verme reflejada en lo que escribían me inspiró para empezar a escribir, después de verlas a ellas”.

Susy Shock -la tía Susy, como le dice Carolina-, cuenta: “En el nido trava, Carito es una pichona de las más talentosas, de las más aguerridas, tiene vuelo propio. Viene de las palabras, la poesía y eso nos hace estar muy cerquita. La conocí en Diamante, cuando salimos de gira con la Bandada de Colibríes, en una sala de teatro donde ella era parte. Fuimos a comer a su casa y de ahí no nos separamos más, después vino a Buenos Aires y eso hizo que ese lazo se profundizara. La quiero mucho, siento que tenemos que cuidar a nuestras pichonas, hagan el vuelo que hagan, que para eso peleamos, para que puedan trascender ese aparente destino travesti que es solamente la calle, la criminalización, estar afuera de todo, para que haya otras nuevas voces como la de Carito”.

Caro aprendió a leer y escribir a los 3 años, siempre tuvo facilidad para el lenguaje, para redactar textos en español y en inglés. A los 13 escribió un cuento para poder participar en un concurso literario y quedó tercera, a los 15 empezó a escribir poesía y un año más tarde editó su primer fanzine. “Se lo dediqué a Marlene, a Susy, a Nadia, a Camila, a Diana, a Lohana, estoy infinitamente agradecida de todo lo que hicieron por nosotres”. En 2016 escribió un capítulo para el libro Ni una menos – Desde los primeros años, de Editorial Chirimbote, y este año publicó –también con Chirimbote- el libro Pendeja – Diario de una adolescente trans. Textos, poemas, fotos de actos escolares, primera comunión, eventos familiares, de cuando era llamada Agustín. “Quedate tranquila, todo va a estar bien, Agus. Ya va a llegar el momento de ser Caro”, dice en una de sus páginas.

En poco tiempo más, un nuevo libro de su autoría saldrá a la luz: Fatal. Será publicado por Editorial Planeta. “Nunca pensé que iba a ser escritora”, reconoce Carolina. “Fatal es una revisión más adulta de Pendeja, que es un libro que cumple con el propósito de comunicar la vida, la cabeza, los pensamientos, las ideas, las emociones de la adolescencia trans. Fatal es más prosa, es mi transición a la literatura adulta y las cosas que dejé en el tintero con Pendeja: primero mi vaginoplastia, porque Pendeja lo escribí al mes y medio de haberme operado y no lo quise escribir ahí, me parecía que era para otro libro y fue una buena decisión. La pregunta que yo me hacía cuando lo estaba escribiendo era cómo se construye una identidad femenina entendiendo el arquetipo de femeneidad sumiso, suave y dócil y el arquetipo de masculinidad, como fuerte, dominante, rudo, grande. Cómo se construye una identidad femenina teniendo en cuenta esos conceptos cuando sufrís un abuso sexual y tenés que de algún modo también procesar ese abuso. Cómo salgo yo del lugar de víctima, de la sumisión, del ser violentada, cuando este proceso de abuso sucede en el medio de mi construcción de una identidad femenina. Esa es la pregunta que me hago en Fatal y también el puntapié para pensar todo lo que viví desde mi infancia hasta el momento de la operación, hasta mi llegada a Buenos Aires, en la que trato de algún modo de encontrar las respuestas a esas preguntas, que en realidad no sé si las encuentro”.

Pendejadas: Carolina Unrein
Carolina Unrein Foto: Martina Perosa

Nazis del cuerpo

ctriz, poeta, escritora. Y también modelo. Caro trabaja en la agencia Pink Models. Ya la habían llamado antes de otras dos agencias pero no aceptó. Le exigían bajar de peso, entrenar, cuidar su imagen: con quién se la veía en público, qué subía a su Instagram, qué decía en entrevistas. No le pareció que todo esto fuera lo que había venido a buscar a esta ciudad. “Unos nazis del cuerpo, es lo que pasa en la mayoría de las agencias. La industria de la moda es bastante transfóbica y gordofóbica. Yo no dejo de ser una modelo hiper hegemónica, blanca, alta, flaca, pero al menos soy trans y esa palabra está empezando a ser instaurada en la industria de la moda y el mundo que queremos construir es uno con una industria de la moda en la que haya mujeres negras, gordas, de todos lo tamaños, personas no binarias, trans de todas las formas”.

No hace un año aún que Carolina partió de Diamante para vivir su vida en la ciudad y ya han florecido varios logros, como la independencia económica, que le permite alquilar un departamento en el barrio de Boedo. La Carolina actriz participó en una película, la Carolina escritora publicó un libro y está por lanzar otro con una de las editoriales más conocidas y la Carolina aventurera, sagitariana de belleza clásica posa como modelo luciendo ropa sofisticada. Hace un par de años, Margot, de Cotorras, le dijo que ella representaba la generación que quería y por la que había luchado la activista trans Lohana Berkins, fallecida en febrero de 2016. “Me parece que tanto yo como los chicos del Movimiento de Juventudes Trans y esta nueva generación en general somos la generación que quería Lohana, que puede elegir sobre su propio cuerpo. Tanto a mí como a ellas, las trans más grandes, el mundo nos quiso muertas, invisibilizadas, solas, tristes y no había espacio para nosotras en este mundo. ¿Cómo ser una persona maravillosa, buena y comprensiva cuando viviste toda esa mierda? Esta nueva generación tiene otras herramientas y oportunidades y no está mal plantearnos ser de otra forma”.

Define su transición como pueblerina, en la que sumó tener a sus padres cerca y le restó sentirse incomprendida por su entorno más amplio. “No sentirse válide es un sentimiento muy recurrente en las personas trans, y también la soledad. No hay persona trans que no se sienta sola o no se haya sentido sola en algún momento de la vida, y te puedo asegurar que cualquier persona trans que conozcas se siente sola, y eso me parece un concepto muy fuerte. Queremos que nos lean, que nos escuchen, que el mundo se entienda ignorante y se tome el trabajo de ponerse en el humilde lugar de receptor y escucharnos, porque no tenemos vidas fáciles y nos sentimos solas y no tenemos un promedio de 35 años por nada y la gran mayoría de nosotras no termina la secundaria o labura en la calle por nada. Esto de venirse a Buenos Aires y la urgencia de vivir, todo se reduce a un pedido de que no nos queremos seguir muriendo, no queremos ser la próxima que se muera”.

En un capítulo de Pendeja, Caro se refiere a la sexualidad trans adolescente. A los orgasmos, a la masturbación y a las similitudes entre los genitales masculinos y femeninos, que hacen que sea posible una cirugía de reasignación de sexo. La vaginoplastia “es, en esencia, reacomodar los genitales a la forma original en la que se encontraban cuando estaban en el útero”. El orgasmo también transiciona y de ser un placer genital de unos pocos segundos generado por la eyaculación pasa a ser una sensación de placer en gran parte del cuerpo, más duradera y que puede repetirse por estimulación. “El deseo y el placer trans y especialmente el de las femineidades trans es mucho más invisibilizado y olvidado porque también somos consideradas como ciudadanas de segunda, como el puto que se fue de mambo, y hay algo en nuestras existencia que en los ojos de los varones hétero, es leído como agujero, muñeca, cosa, artefacto que uso para violentar de la manera en que no puedo hacerlo con mi novia cis. Nadie me dijo que yo podía desear, que mi deseo era válido y yo tenía derecho a sentir placer. Así se dan las situaciones de abuso por las que pasé. Me acuerdo que era tener un encuentro con un chabón y que haya un acuerdo tácito de que estemos ahí para darle placer a él y que todo gire en torno a su poronga. Viví la adolescencia así y me estoy planteando esto. Y hay un montón de pibitas trans y cis que se lo plantean, ¿cuántas veces fui abusada y no me di cuenta, cuántas veces hice algo que no quería hacer o cuántas veces me preguntaron si acabé? ¿O cuántas veces me pregunté si podía tener un orgasmo y sentí deseo de que sea tan respetado como el de la persona con la que estoy? No hay nada escrito, por eso me quise abocar a hacer un libro contando esa experiencia en primera persona. Son cosas que escribo que yo entiendo que a mí me hubiera servido tenerlas, hago las cosas que a mi me faltaron”.

Teoría de los destinos

¿Cómo pensar las relaciones sexoafectivas en este contexto que nos toca vivir? “Estamos en un momento bisagra, no solamente para las relaciones sino en todo sentido, estamos construyendo un mundo nuevo. Me da orgullo haber nacido en esta época, ser parte, ser contemporánea a este momento, porque nos estamos planteando la posibilidad de construir un mundo nuevo como queramos y parte de esa agenda, de esas construcciones nuevas tienen que ver con cómo pensamos las relaciones. Lo crucial es sacarse la idea de que la monogamia, la familia y los hijos son la única opción posible, el único destino y lo único a lo que podemos aspirar en nuestras vidas y también nos estamos empezando a preguntar cuáles son esas construcciones, esos otros destinos sobre los que no hay casi nada explorado. Entiendo que las relaciones abiertas o poligámicas no se tienen tampoco que convertir en las nuevas relaciones hegemónicas o en las nuevas únicas opciones; el trabajo de deconstrucción también es preguntarse si realmente deseamos estar en relaciones monogámicas o lo deseamos porque nos dijeron que tenemos que desear eso”.
En su libro Caro se refiere a la vida como la propia película, donde sos protagonista, elegís los personajes principales, la escenografía, el vestuario y dónde colocar la luz para hacer foco en aquellas cosas que quieras destacar. ¿Cuáles son las luces y sombras en este momento? “Estoy tratando de hacer el laburo de poner el foco, de poner la luz en las cosas que me hacen bien y que estoy haciendo bien. Porque de pronto me carcome la sombra de que no es suficiente lo que estoy haciendo, de dudar de mí misma y del trabajo de poner la luz sobre cosas que estoy haciendo bien y me está yendo bien y que estoy cambiando un poco el mundo, como siempre había soñado”.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

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Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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