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Qué es tener pelotas

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China Pereiro, futbolista. Es la inspiradora de Pibas con Pelotas, organización que defiende los derechos de las que juegan al fútbol, pero que además propone una ley de equidad y fútbol femenino en las escuelas. Las escapadas en los recreos para poder jugar, y la complicidad con la abuela que la llevaba a entrenar. Los pactos de silencio futboleros para encubrir el machismo. 

Qué es tener pelotas

Florencia China Pereiro es exjugadora de Boca, hoy coordina Futsal femenino y masculino en Sportivo Barracas y es una de las impulsoras de Pibas con Pelotas, un flamante y singular colectivo que describe así: “Somos jugadoras, exjugadoras, entrenadoras, exentrenadoras, y todas las pibas que hemos vivido situaciones de machismo en el fútbol, de desigualdad, y que hoy siguen pasando. Queremos que el fútbol termine de ser profesional realmente. Que haya protocolo ante situaciones de abuso que suceden mucho y las chicas tienen mucho miedo de contar”. 

De las jugadoras sin cobertura médica y los contratos selectivos a la importancia de un censo para construir una voz colectiva. “Muchas compañeras desaparecieron del fútbol por denunciar situaciones en AFA. Y las pibas no existen más: se volvieron a sus provincias, o dejaron de jugar. Es una locura. Y los entrenadores que fueron denunciados siguen en actividad: los sacan de un club pero van a otro, como rotando, cuando la que deja de jugar es la piba. Por eso tenemos que juntarnos todas”. 

¿Quiénes son y qué quieren las Pibas con Pelotas?

¡Queremos un montón de cosas! Somos jugadoras, exjugadoras, entrenadoras, exentrenadoras, todas las pibas que hemos vivido situaciones de machismo y desigualdad en el fútbol, que hoy en día siguen pasando. Queremos que se modifiquen estas cosas. Vamos a pelear por situaciones que corresponden como tener obra social, que el fútbol de 11 termine de ser profesional realmente, un protocolo ante situaciones de abuso que suceden mucho y que las chicas tienen mucho miedo de contar. 

Hoy hablamos mucho de la profesionalización del fútbol, pero la realidad es que está en un estado de semiprofesionalización. 

Es una semiprofesionalización, más allá de lo económico. Hay muchas cuestiones atrás de la profesionalización que mucha gente por ahí no sabe, o está muy desinformada, como la cobertura médica: una piba se lesiona en un club, sea o no profesional, y no tiene cobertura. El club desaparece, se lava las manos, la piba no tiene cómo resolverlo y somos las pibas las que terminamos por ahí juntando plata para pagarle una operación. Esas cosas tienen que cambiar. 

Incluso en los clubes más grandes las jugadoras siguen sin tener contrato.

 Hay tres clubes en los que todas las jugadoras tienen contrato, y el resto son solamente ocho, que son las que bajaron: por eso también lo llamamos semiprofesionalización. Hay que modificar la obra social, los abusos. Cuando las pibas no tienen espacio para entrenar, no podemos hablar de fútbol profesional, cuando terminás entrenando en un estacionamiento, o no tienen materiales, o teniendo un partido a las 3 de la tarde: no podés estudiar. 

Vos jugaste Futsal en Boca.

Jugué Futsal 8 años en Boca. 

¿Cómo fue esa experiencia?

Es un club grande, todo el mundo lo sabe. No teníamos lugar para entrenar, usábamos la ropa de los varones, no teníamos materiales, terminábamos de jugar un partido oficial de AFA a las 12 de la noche de un domingo, y al otro día laburábamos la mayoría de nosotras. Intentamos desde adentro modificar la situación: no se pudo. Dejamos la actividad en el 2014, habiendo salido campeonas, habiendo jugando la Libertadores. Y digo esto para dejar claro que no era por una cuestión de resultados. Fue una experiencia linda en lo deportivo, pero no en todo lo demás.

Sin las condiciones apropiadas para desarrollar la actividad.

Ninguna. A veces cuento la situación de la ropa, que parece una tontería, y la gente me dice: “Ay, por algo estético querés tener la ropa chica”. No, es una cuestión de comodidad: es imposible jugar con un pantalón o remera XL. Además es una situación de denigrarte: “Tomá, mirá, los pibes dejaron de usar esta ropa porque tienen ropa nueva. Usá la ropa de los varones”. Cuando todos sabemos que no le cuesta nada a Boca tener diez remeras de talle S.

Parecería ridídiculo tener que aclararlo.

Ridículo. Pero pasa mucho esto de: “Te quejás de la ropa”. No: me quejo de la ropa, del espacio, de un montón de situaciones para que tengamos como tienen los pibes. Ellos tenían una cancha de parqué, ropa corta, médico, espacios, todo lo que necesita tener un deportista. 

¿Vos dónde estás hoy?

Estoy en Barracas. Coordino Futsal femenino y masculino.

¿Se saben qué cantidad de pibas juegan a nivel nacional?

La idea de Pibas con Pelotas también es hacer un censo, para saber cuántas pibas jugamos al fútbol en general. Lo que queremos lograr es juntar todas las disciplinas: futbol playa, Futsal, cancha de 11, porque nos pasa mucho que siempre que salimos a hacer reclamos, o a pelear por los derechos que nos corresponden, salimos solas, y la realidad es que las necesidades más importantes, más allá de algunas diferencias por disciplina, son las mismas. Para mí es muy fuerte salir a generar este colectivo, porque queremos salir a denunciar los abusos que hoy las pibas tienen miedo de denunciar y no están respaldadas ni por sus propias compañeras. No es lo mismo que seamos 20 de Futsal por un lado y 20 de cancha 11 por el otro a que seamos todas las disciplinas juntas, que sabemos que pasan estas cosas en todos lados. Y muchas veces son las mismas pibas que en cancha de 11 juegan Futsal y tienen que vivir estas situaciones horribles, que no saben ni a dónde acercarse a pedir ayuda ni cómo actuar ante estas situaciones. Incluso los profesionales también que están a cargo de las pibas, los educadores, no saben cómo accionar. No hay un protocolo. Ni adentro de los clubes ni en la AFA. De hecho nosotras como Pibas con Pelotas firmamos un acuerdo de carta de compromiso con el Ministerio Público Tutelar para que ellos provean de un protocolo de actuación ante situaciones de abuso. Es un avance que nunca hemos tenido en el fútbol femenino.

¿Dentro de la AFA hay comisiones de fútbol femenino?

Hay comisiones en cada disciplina. 

¿Cómo funciona?

Raro. La verdad es que la decisión siempre la termina tomando la cabeza de la AFA. Yo trabajé en la comisión de Futsal femenino en la AFA, duré dos meses, y cuando a veces desde adentro uno intenta cambiar las cosas te das cuenta que es imposible porque no tomás decisiones, te quedás y bancás la cara en algo que no estás decidiendo, o te vas. Es difícil querer modificar cosas dentro de la AFA, pero no imposible. Funciona como una pantalla. Las chicas que trabajan adentro intentan, pero no se les da espacio como para tomar decisiones.

¿Qué busca la ley de equidad en el deporte?

La equidad en el deporte en general, no sólo en el fútbol femenino. Incluye un montón de cosas. Estamos lejísimos de los salarios que cobra un jugador de primera división en esta semiprofesionalización. El mínimo de las chicas es de 22 mil pesos. La ley incluye cobertura médica, salarios igualitarios, que haya en la currícula escolar fútbol femenino, que es clave: hoy una nena va a la escuela y no juega al fútbol. Es lo que me pasaba a mí hace 20 años y hoy sigue pasando lo mismo: yo me tenía que escapar en los recreos y jugar con los varones y era el Cachito, el marimacho, porque no había espacio para que nosotras juguemos. Además de generar una educación en igualdad, va a hacer que haya más chicas que jueguen al fútbol. 

Además alimentaría a las inferiores.

Totalmente. Hoy no hay inferiores. Muy pocos clubes tienen reserva en cancha de 11. Futsal tiene tres categorías, pero las nenas se acercan a jugar a los 13 o 14 años, entonces es imposible trabajar la motricidad. Lógico que alguien que arranque a los 5 va a tener diferencia con alguien que arranque a los 13. De hecho, en mi caso, jugué en Italia y jugué con chicas que eran unas bestias. Eran 8 brasileras que la rompían toda y me decían: “China, yo juego al fútbol desde los 5 años”. Yo me acerqué a los 12 años por insistirle a mi familia que me lleven a jugar al fútbol. No había espacios para jugar. Además, todo esto va a abrir la cabeza en muchos lados. Y los padres van a entender que es un deporte y lo puede practicar cualquiera, como cualquier otro deporte. Pero la escuela es un espacio muy importante, porque es la que educa, además de los clubes. 

A escondidas con la abuela

Empezaste a jugar a los 12, ¿pero cómo se te despertó el entusiasmo?

Venía de una familia recontra futbolera. Mi papá jugó en River, mi abuelo era presidente de Almagro. Escaparme era imposible. Jugaban en el club de barrio, éramos cinco hermanos, yo estaba todo el tiempo con los varones jugando al fútbol. Jugué para el equipo de mis hermanos haciéndome pasar por varón porque no nos dejaban jugar en ese momento a las nenas. No podía haber una nena en el equipo. Mi abuela me llevó a probarme a Huracán. Eran todas pibas de 19 y 20 años. Mi papá me dijo: “Vos no jugás acá. Imposible”. Yo tenía 12, era más chiquita, mi papá machista no me dejaba jugar, pero mi abuela me llevaba a escondidas a entrenar a Huracán. La mamá de mi papá, encima: una genia. Cuando él se dio cuenta no me dejó jugar más. Y ya de más grande, cuando empecé a tomar decisiones sola, me pasé a jugar Futsal. ¿Por qué? El fútbol 11 entrena a las 2 o 3 de la tarde: ¿cómo vas estudiar, cómo trabajás? En lugar de incentivar, eso hizo que muchas chicas dejaran el colegio. La semiprofesionalización es eso también: “Bueno, listo, tomen: tienen ocho contratos, no jodan más”. Y no: hay un montón de cosas atrás de eso. Entonces empecé a jugar Futsal porque entrenaba de noche: me permitía terminar el colegio, empezar a estudiar, ir a trabajar, que para mí es algo clave que las pibas entiendan. Porque, por lo menos ahora, no vamos a vivir del fútbol femenino, que es lo que todas soñamos. Hace una semana agarré a unas nenas del club y les pregunté cuál era su sueño. Todas sueñan con ser futbolistas. Hay que incentivar que sigan estudiando, porque nosotras no es que dejamos de jugar y tenemos millones en el banco. Somos las que pagábamos para poder jugar. Ojalá que cuando crezcan puedan vivir de esto. Y Pibas Con Pelotas es eso: generar espacios para que esas chiquitas sigan soñando. Y hay mucha desinformación también: gente me saluda diciendo que soy profesional. Y no: Futsal no es profesional, aunque sea una actividad que esté en AFA. Y son sólo ocho nada más las jugadoras que tienen los contratos profesionales, y eso también genera una situación horrible entre las propias compañeras: ¿quién elige a esas ocho? ¿Cuál es el criterio de selección? ¿Las eligen los dirigentes? ¿Los entrenadores porque se llevan bien con esas ocho? ¿Y las otras? Porque en un plantel las jugadoras son once.

¿Se ha acercado a alguien de la política a Pibas con Pelotas?

Todavía no. Lo único que para mí era importante era acercamos al Ministerio para acercar la carta de compromiso por la cuestión de abuso que están viviendo ahora menores. Porque para mí es el tema principal: esta gente está todavía en actividad, y está trabajando con niñes, y es de público conocimiento en el fútbol, pero los dirigentes bancan al entrenador, sabiendo estas cosas. Y lo primero que hicimos desde Pibas con Pelotas fue acercarnos para generar este protocolo y, de a poquito, vamos a ir avanzando para llegar a alguien y lograr más situaciones.

Y que se rompa el pacto de silencio.

Totalmente. Y además generan miedo todo el tiempo con las jugadoras. Conozco un montón de pibas que dejaron de jugar. Desaparecieron del fútbol por denunciar situaciones en AFA. Y no existen más: se volvieron a sus provincias, o dejaron de jugar al futbol. Es una locura. Pero los entrenadores que fueron denunciados siguen en actividad: los sacan de un club pero van a otro, como rotando, pero siguen renaciendo en otro lado. La que deja de jugar es la piba. Por eso tenemos que juntarnos todas, para respaldar a las compañeras. Y que los clubes apoyen esto. ¿Cómo puede ser que un entrenador esté respaldado por un dirigente cuando hay pruebas de lo que hizo?

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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