CABA
Dolores Fonzi: mujer orquesta
Escribió, dirige y actúa en una nueva película, Blondi, que se estrenará en Amazon. Narra la vida de dos hermanas, entre la maternidad, el cannabis y el humor. El equipo y el amor que la sostienen, en medio del desfinanciamiento del cine argentino; los trucos para filmar, la tecnología de la sororidad, las inspiraciones, los actos de fe. Y una palabra que lo sintetiza todo, en tiempos de incertidumbre, para pasar de los sueños a la realidad: “¡Acción!”. Por Claudia Acuña.

1. Las noticias del día reproducen en todas las pantallas los alaridos de la periodista italiana Giorgia Meloni –“Sí a la familia natural, no a la ideología de género”– ; las últimas medidas de Isabel Ayuso, la alcaldesa de Madrid –prohibió en las escuelas enseñar el cuidado del medio ambiente por considerarlo “adoctrinamiento”–; la arenga de la terrorista mediática Viviana Canosa –“ahora pueden meterse la e, la x y la arroba bien adentro”–, la flamante resolución que le permite a la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, perseguir a docentes que utilicen el lenguaje inclusivo y la furia que desata en las catacumbas del inefable Milei que su mano derecha sea su hermana.
No hay metáfora.
Hay sí una persistente campaña protagonizada por mujeres que nos augura ese horizonte siniestro que nos obligan a mirar con los ojos desvalijados por el espanto.
“Acción”.
El grito me libera de la pantalla del celu y lo que me atrapa ahora es la inmensa sonrisa de Dolores Fonzi.
Estamos en Liniers y esto significa los bordes de la ciudad real. Las calles de este barrio amontonan coquetos chalecitos protegidos con jardines y rejas. Todas y cada una de estas casas son memoria y son resistencia. La que ahora es set de filmación, por ejemplo, es una perfecta biopsia de aquellos escasos años 70 pre Videla, con materiales tan Gelbard y ese estilo tan Perón –Perón capaz de sobrevivir impecable a dictaduras, hiperinflaciones, corralitos y más… hasta la pandemia
Ahora está en venta. Y hoy en alquiler, por jornada y para que cobije por horas la ilusión de ser la casa de Rita Cortese, la madre de la protagonista.
Estamos en la cocina, entonces, pisando los mosaicos de puntitos mostaza, mientras Rita recita en voz alta las secuelas que le dejó el coronavirus:
–“Yo, mujer privilegiada, con casa, con jardín, con ahorros y con todo lo que necesitás para comprender que vivir no es solo producir sino existir. Yo, entonces, pude aprovechar esta pandemia para leer, para entender y para luego actuar de acuerdo a eso que comprendí, cuando llegara el momento…. Llegó. Y por eso estoy así…”
Dice “así” para explicar por qué tiene los ojos inundados.
Y dice “así”, enfocando esos ojos transparentes de Dolores Fonzi que la emocionan tanto: la está viendo crecer.
Y lo dice “así”, hermoso, porque así es Rita.
Dolores sonríe, enorme.
Corten.


2. Había una vez un niño norteamericano llamado Mark Johnson que abruptamente tuvo que emigrar a España cuando sus padres se separaron. A aquellos días tristes le debemos su habilidad para convertir el cine en trinchera, su perfecto español y su fascinación por la literatura latinoamericana. Aquel niño logró así crecer, mantener a salvo la sonrisa y regresar a Estados Unidos. Muy pronto se convirtió en el productor más joven en recibir un Oscar: fue en 1988 y por Rain Man, con el precioso Tom Cruise y el increíble Dustin Hoffman dándolo todo en la gran pantalla.
Tras varios años de acumular premios y experiencia en el cine, como todo Hollywood se vio abruptamente obligado a emigrar a la República de las Series. Allí otra vez se quedó con todo. Un solo título basta para dimensionar la gloria alcanzada: Breaking Bad.
Imaginemos entonces que en algún momento de esta historia reciente, el Mark Ganador hace flashback, recuerda al Mark Triste y todo lo que de él aprendió. Y así, quizá por azar o quizá para inspirar su próximo paso, brotó un libro y su siguiente proyecto: Distancia de rescate, la novela de la escritora argentina Samanta Schweblin. Fue entonces cuando conoció a Dolores Fonzi, la actriz que protagonizó esa historia que él produjo y se filmó en Chile.
Ahora estamos en Liniers, dijimos, y esto significa que fue en Santiago donde aquel productor le preguntó a Dolores si quería hacer la siguiente película que él iba a producir, pero antes de que complete la propuesta ella lo interrumpió con su sonrisa reflector:
–Por supuesto: la mía.
La de ella entonces es la que Mark Johnson está ahora produciendo en Liniers.
Blondi se llama esta película.
Dolores Fonzi la escribió con la actriz y dramaturga Laura Paredes, en 2017, porque sí y con mucha alegría porque de eso se trata justamente: de una comedia.
Se trata también de un clan femenino compuesto por tres mujeres –madre (Rita Cortese) y hermanas (Dolores Fonzi y Carla Peterson)– y todo lo que esa trilogía significa generacional y vitalmente: elecciones, destinos, consecuencias.
La trama arranca con una crisis: la hermana más adaptada, exitosa y “normal”, se mandó a mudar. Esa es la noticia que acaba de comunicarle a Rita y a Dolores el marido de Carla (Leonardo Sbaraglia) en la cocina de Perón/Perón, escena que necesitó tres tomas, más cuatro planos cortos.
“Corten”.






3. La inflación de este mes es la más alta de los últimos 30 años, en estos 5 meses ya asesinaron a 15 infancias en Rosario –2 eran bebés recién nacidos– y ya suman 3 los casos de viruela del mono: cifras todas de las noticias que gritan “último momento” desde las pantallas más diversas.
“Acción”.
En la vereda de Liniers una sabia aymara a cargo del catering prepara el conjuro que necesitamos para soportar estos tiempos implacables: miel líquida, pequeños dados de limón, jengibre, agua caliente y listo. Todo el equipo está abrigado en el silencio redoblado: se está filmando y se está viendo jugar a la selección argentina, por celular y sin sonido. Mientras, Dolores Fonzi va de la mesa de la cocina al monitor de la cámara, ida y vuelta, ida y vuelta, concentradísima en los detalles de la filmación, capturada por la ficción, hasta que dice:
–Y con ese gol de Messi, señoras y señores, damos por finalizado el maravilloso trabajo de Leo Sbaraglia. ¡Aplausos por favor!
Efectivamente: Messi acaba de anotar el tercer gol contra Italia.
Ese modo Mujer Orquesta es el que está desplegando Dolores desde que comenzó la filmación de la película que escribió, protagoniza y dirige. Que su debut detrás de cámara implique tantas responsabilidades lejos de mostrarla agobiada la hacen desplegar esa sonrisa extra large. Le pregunto entonces si al final de cada jornada termina extenuada y responde:
–Termino feliz.
Se nota que está bailando un ritmo para el cual entrenó. Y que sabe de qué se trata este baile: el éxito es hacer. El premio es lograrlo. El postre, el resultado.
4. Había una vez un tiempo en el que el sueño de todo director de cine era llegar a Hollywood y conquistar a un productor para que ponga todo dinero que necesita una película hasta llegar a la pantalla.
Ya no.
Ahora la meca del cine no es una glamorosa localidad estadounidense sino una plataforma virtual. En el caso de Blondi es Amazon, nada menos. Diríamos que la mejor, si por mejor se entiende la que tiene más dinero y otorga más libertades a los creadores de contenidos, nombre que haría revolcarse en su tumba a Passolini o Buñel, por decir nostálgicas viejadas.
Mark Johnson, entonces, es el productor que interesó a Amazon para hacer Blondi, lo cual es una noticia excelente y un maravilloso reconocimiento, pero –y acá el pero tiene el tamaño de la colina de Hollywood– Amazon recién pondrá todo el dinero contra la entrega de la película terminada. Así es el capitalismo de plataforma: cash.
Cuando le pregunto a Dolores Fonzi cómo hizo para superar todo el embrollo que significa tener y sostener un presupuesto semejante, su sonrisa es un láser que señala a Agustina Campbell, la superhéroa de esta película, una de las tantas que crió el cine argentino en las últimas décadas. Ella es una de las socias de la Unión de los Ríos, productora que parió junto a dos compañeros de la universidad del cine –Fernando Fader y Santiago Mitre– y la encargada de concretar el acuerdo con Amazon en fecha y en regla. Está ahora mismo sentada a mi lado en una de las mesas del Club Liniers, donde el equipo cena, masticando una tarta mientras me cuenta que apenas termine este rodaje va a salir a buscar con su auto locaciones para Las aventuras de la China Iron, su próximo desafío basado en la novela de la escritora Gabriela Cabezón Cámara, una mega producción que ella hace parecer sencilla, fácil, posible. Y realmente lo es: Agustina y todo el equipo de la Unión de los Ríos han logrado el milagro de filmar en plena pandemia con todas las restricciones sanitarias y con cientos de extras. Se estrena en septiembre, la dirige Santiago Mitre y narra nada menos que la epopeya del primer juicio a las juntas militares. (Spoiler: es maravillosa y muy oportuna políticamente. Estuvimos ahí y ya vamos a contarlo). Filmar luego de esa experiencia les ha dejado un hándicap en sortear con éxito restricciones mortales. Y acá tampoco hay metáfora.
Le pregunto entonces por su desafío actual: cómo hacer para sacar cuentas y pagos en una economía tan inestable y su respuesta es mostrarme el celular:
–Mi trabajo se hizo mucho más sencillo desde que armamos un chat de productoras. Ahí nos cruzamos data, compartimos estrategias, nos acompañamos. Todo con total confianza y con una incondicionalidad que te conmueve y compromete.
En tiempos miserables la ética sorora cotiza más que el bitcoin.
5. Las noticias del día informan que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos admite que financia 46 laboratorios biológicos en Ucrania, algo que había negado hasta hoy y que el portavoz del ministerio de Defensa rusa había denunciado así: . “Durante años y bajo control de expertos estadounidenses se llevó a cabo un estudio sobre la transmisión de enfermedades mediante murciélagos”, según cita el cable de una agencia internacional que parece dictado por el guionista de una película de ciencia ficción.
Quizá porque el mundo se ha convertido en un lugar incomprensible, por inverosímil, el registro de lo verdadero ha quedado ahora en manos del cine.
Blondi cuenta una historia pequeña que registra enormes cambios: otra maternidad posible, lejos del estereotipo tradicional, sostenida por una red de complicidades y donde las jerarquías se horizontalizan. Dolores resume: “La protagonista fue madre a los 15. Por estar fuera del sistema está fuera de su tiempo. Su vida es su hijo. Y al ser una madre soltera pudo maternar porque la sostuvieron su madre, su hermana. Es una película de mujeres”.
La historia fue parida por un mix de inspiraciones: “Santi Mitre (su pareja y cómplice en este lío que es llenar la vida de cine) me regaló El mundo según Garp (la novela de John Irving). Algo de eso quedó y se sumó a mi mirada sobre Lebowsky y la cultura cannábica (se refiere a la película El gran Lebowsky, protagonizada por Jeff Bridges y a su experiencia de escuchar a Mamá Cultiva y de integrar la Red Pro Cann), más la necesidad de mostrar otro tipo de maternidad, y la hermandad de las mujeres… De lo que se trata esta película, finalmente, es de crecer. Y de contar ese proceso con humor, tan necesario en estos momentos”.
El horror se espanta con parodia.
Dolores tiene las cejas pintadas de verde y la boca rosada, y habla mientras le colocan rastas también verdes y define con Ezequiel Díaz, el coach de actuación, la coreografía de la próxima toma, que será en el sótano del bar de la esquina de Bartolomé Mitre y Rodríguez Peña, donde ya está estacionada la caravana de móviles que se transforman en camarín, sala de maquillaje y vestuario, equipos de iluminación, depósito de escenografías y guarida de todos los exquisitos oficios que requiere esta fábrica de sueños. Sesenta personas, precisa Dolores, están detrás de cámara hoy y en lugar de sentirlo como un peso, dice, lo vive como una bendición.
“Hacer cine es un acto de fe” reza Dolores Fonzi al terminar la charla y antes de gritar amén, que en el idioma de la ilusión se pronuncia “Acción”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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