Tulliworld, por Nancy Arruzza.

En 2019, en la MU 139, Darío Aranda detalló cómo la grieta tan mentada entre macrismo y kirchnerismo en relación a la megaminería, agronegocio, petróleo, litio y monocultivo forestal no ha existido nunca. En relación a les tullides, tampoco. Solo un ejemplo: desde 2003 la Ley nº 25689 determina que el Estado nacional debe cumplir con el 4% de cupo laboral de personas con discapacidad en la administración pública. Se cumple con un porcentaje menor al 2%, aún hoy.

Si tuviera que trabajar, por más voluntad que invirtiera en una búsqueda laboral y por más calificada que estuviera para realizar alguna tarea productiva, ¿qué opciones tendría? 

Si quisiera probar suerte, igualmente en la esfera de lo público o en empresas privadas, ni siquiera podría presentarme a una entrevista: donde vivo las veredas están destruidas, abundan las rampas mal hechas o inexistentes, hay líneas de colectivos que ni siquiera cuentan con una unidad con rampa (aunque, eso sí, si lograra subirme, tendría dos espacios para estacionarme claramente señalados. Ojo). En los trenes, suele suceder lo mismo: espacios para tullidos usuarios de sillas de ruedas, imposibilidad de acceder a ellos… Si quisiera llegar a CABA utilizando un subte, la ausencia de ascensores en la mayor parte de las estaciones sería otro impedimento.

En caso de llegar milagrosamente a la cita, probablemente el lugar no estaría adaptado y alguien me palmearía la espalda y me diría que siga participando. Y no estoy siendo pesimista.

Asumo que me he detenido sólo en aspectos que conozco relacionados con cierta tullidez motriz y situados en Porteñolandia. En muchas cuestiones, no soy una tullida federal.

El actual presidente, en discursos y en acciones concretas que su gestión ha tomado con la intención aparente de mejorar la vida tullida, no ha dejado error sin cometer.

No solo en temas vinculados a la discapacidad el conocimiento brilla por su ausencia: hay temas que necesariamente tienen que estar en la agenda política contemporánea, aunque no es obligatorio al parecer que les funcionaries sepan algo al respecto. No suele hacerse lo que realmente sería útil para otres y ni siquiera se les ocurre consultar a quienes sí saben y persiste, en muchos ámbitos, la desidia y la ignorancia. 

Macrismo y kirchnerismo sin grietas ostensibles tampoco en este tema. Lo dicho.