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Luche y vuelve
Xuan Pablo González. Ya autoeditó cinco libros en los que recupera voces latinoamericanas para descolonizar la sintaxis heredada del castellano imperial. Así creó un estilo propio. Su próxima trinchera: una novela inspirada en Túpac Amaru como símbolo de rebelión.
Un escritor argentino que anda vivo por los caminos de Latinoamérica, buscando preguntas, visiones, voces que no siempre encuentran oídos. Un explorador del lenguaje que toma historias, las incorpora y las transforma, para llevarnos a ese otro mundo.
Leer, en el mejor de los casos, puede resultar una aventura, un viaje. En este caso, leer a Xuan Pablo González es ir hacia ese continente silenciado que está debajo del asfalto. Si descolonizarse es descubrir América, estas páginas van en esa dirección.
Hasta el momento, los libros de Xuan son cinco y cada uno se presenta con un color: LeyendaSuRevoluzión (tapa roja, 2003); Alucinaciones Salvajes Proyectadas (tapa verde, 2004); Rompecabezas de la ciudad de Esteco (tapa amarilla, 2005); Psicodelianarkocorrida (tapa naranja, 2008) y la recopilación Antiguos cantos de la tierra (tapa azul, 2009). Los primeros dos los autoeditó, para el tercero le ofrendó el dinero su hermano y para el cuarto ya consiguió que la editorial El Colectivo se hiciera cargo de la impresión de los 500 ejemplares. Todos los sigue distribuyendo él, en bicicleta. Así pueden leerse textos que tienen un ritmo y una sintaxis propia, original:
Ojalá que llueva,
que crezca el cucumelo,
canta el cordobés-comechingón merkeado la canción de las Manos de Filippi, no las de Perón…
Peronismo psicogardéliko.remixado, piensa sonriendo dientedeoro… puebloocumbiandoalucinadoensucesosargentosolarizados… remixao.
Pochoperónpeposooosooso…
Porque así es Psicodelianarkocorrida, el libro ilustrado por Leo Occhipinti y María Tabakman que se transforma en un viaje por historias sobre y con plantas sagradas alucinógenas, y que incluye un pequeño glosario, 328 citas de personas, canciones, fábulas y libros difíciles de rastrear.
Y porque así es Xuan: “Empecé a estudiar cine y filosofía, pero duré poquito. Nunca me llevé muy bien con todo el sistema educativo. Desde la primaria me pareció que eran demasiado esquemáticos. Me llevo mejor con las cosas que no son tan estructuradas, tanto en mi manera de aprender como en la de escribir, donde justamente trato de romper estructuras”.
Lenguaje de acá y de allá
Juan hace con el lenguaje un juego, pero es un juego bien serio, donde hay un atrás y un adelante, un porqué y una búsqueda, una forma de decir para decir, un uso de otras palabras para expresar otras voces. “Fue saliendo a partir de lecturas, del mambo del surrealismo, las vanguardias; ése fue un puntapié. Después sumé otras experiencias que me ayudaron a romper estructuras”. En esa necesidad de ruptura está su clave. “A mí me flasheó laburar con el castellano antiguo, cuando investigué y me di cuenta de que nació en 1492, con la conquista de América. De hecho, el que escribe el primer diccionario de la lengua castellana dice que el lenguaje va a ser una forma imperial de dominación”. Xuan está hablando del lingüista español Antonio de Lebrija, que en 1492 publicó su célebre Gramática Castellana. Cuenta la leyenda que dedicó el libro a la reina Isabel la Católica y que cuando se lo ofrendó, la monarca le reprochó:
-¿Y para qué quiero yo este libro, si ya conozco la lengua?
A lo que el andaluz respondió:
-Alteza, la lengua es instrumento del Imperio.
Sigue Xuan: “En el castellano antiguo encontrás en una misma página la misma palabra escrita de distintas maneras porque no estaba la regla y a mí me parece muy positivo que no esté. La regla trata de controlar algo, de estructurar algo, más que de comunicar algo. Una palabra por más que esté escrita con errores de ortografía se entiende igual. Y en eso siento como una especie de militancia: hay que destruir la base del lenguaje castellano europeo. Para mí, ése es el camino: sentar las bases semánticas y sintácticas del lenguaje de acá, como lo han hecho ya un montón de poetas y artistas. Por eso uso muchas palabras de lenguas autóctonas, para diferenciarlo”.
Dirá, también, que el lenguaje es magia y que la policía de lengua ha luchado por exorcizarla. “Los surrealistas son los primeros que plantearon que para recuperar la magia había que romper la prisión de la gramática. Ellos lo hicieron a su manera. Acá tenemos otras fuentes: hay tantas palabras de tantos lenguajes que han sido perseguidos por cientos de años, tanta gente que fue asesinada por hablar otro idioma. Son lenguajes de una belleza poética y sonora repleta de significados. Son más ambiguos y, a la vez, más poderosos. Y eso es lo mágico”.
Esas voces serán, justamente, las que zurce en sus textos. “Me gusta la idea de ser un transmisor de voces. Más allá de lo que pueda aportar mi voz, siento que una parte importante de mi laburo pasa por juntar un montón de voces y pasarlas. A mí me llena, es una misión, un deber. Ser un canal es mi lugar en el mundo. Por ahí, desde ciertas ramas de la filosofía, del existencialismo, del pensamiento occidental, se plantea que la vida no tiene sentido. Eso me parece una mierda. Toda la vida tiene sentido y es maravillosa en sus muchos sentidos. Uno de esos sentidos es encontrar tu lugar, lo que viniste a hacer a la tierra. Estamos acá para hacer algo. Y una de las cosas más pulentas que yo vine a hacer es escribir. Lo comprobé cuando empecé a publicar. No por el ego, sino porque pude ver cómo iban pasando de mano en mano esas voces que nos alientan para que sigamos su lucha. Porque el arte es una lucha y una de sus principales fuerzas es ésa: poder generar cosas y modificar otras, aunque sean mínimas”.
Siguiendo esta línea, Xuan editó Antiguos cantos de la tierra, una antología que refleja, como bien lo dice su título, una cosmovisión que rescata vínculos: la amistad, el amor o la armonía. Y es también, como dijimos, un intento de descolonización que nos propone mirar la realidad de otras maneras, menos cínicas y más esperanzadoras, como las que transmite este poema sioux:
No hay lugares vacíos en la Tierra.
Tampoco en el Cielo
existen espacios deshabitados.
En todos los lugares hay vida,
visible e invisible
y cada cosa algo tiene en ella
que nosotros deberíamos tener.
Los Túpac Amaru
Juan está trabajando en la novela Suenhos Tupamaros, donde narra lo que investigó sobre los diferentes Túpac Amaru como referentes de la rebeldía. Para la cosmovisión andina, Túpac Amaru significa “serpiente resplandeciente” y Xuan hilvana las leyendas que la representan en muchísimas culturas previas al judeocristianismo, a partir de la cual este símbolo se transforma en la imagen de la tentación y el engaño. Cuenta también el libro otra historia de la Revolución de Mayo, cuando se decidió traer a Juan Bautista, hijo de Túpac Amaru, desde África, para coronarlo rey de las Provincias Unidas de Sudamérica. Ése era el plan revolucionario. Y de eso hablaba San Martín cuando proclamaba: “…Andaremos en pelotas como nuestros paisanos los indyos: seamos libres y lo demás no importa nada”.
Así eligió contarnos Xuan el final de esta historia:
“En 1826 el futuro Inka Juan Bautista Tupak Amaru se entera de que el mismo gobierno que lo está ´manteniendo´ en Buenosayres, ese mismo gobierno ´demócrata´ del presidente Rivadavia está mandando a ´eliminar a los Ranqueles´, está degollando a los hermanos indyos de las pampas del sur. Y mientras a él, Juan Bautista, lo ´retiene´ semipreso ahí en la civdad, está trayendo militares europeos para continuar la masacre de la indyada… porque es bien claro para quiénes trabaja Rivadavia: recibe un sueldo de la River Plate Mining Association.
Poco después, en septiembre de 1827, a los 88 años, muere Juan Bautista Tupak Amaru, algunos sospechan que envenenado por Rivadavia, que seguía exterminando indyos en las Pampas y negociando la colonización y endeudamiento con los yngleses.
El último y revolucionario Inka Tupaq Amaru es enterrado sin tumba ni lápida en el oligárquico cementerio de la Recoleta, en Buenosayres, bajo un ombú.
Su historia, como él mismo escribió, puede que aunque desgraciada ser útil al mundo”.
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Arriba los de abajo
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La única verdad
Gabriela Esquivada. El periodismo, la política, la militancia, la muerte, pero también la vida son las noticias que relata esta investigación sobre un diario y una época. Walsh, Gelman, Urondo, Verbitsky, Bonasso, son algunos de los nombres que integraron un dream team de intelectuales que se esforzó por crear un lenguaje popular. Lo lograron. Llegaron a vender 180 mil ejemplares. La aventura duró nueve meses. Según la mirada de Gabriela, ni empezó ni terminó allí. Cómo son hoy las redacciones, por qué pega el personaje de Bombita y qué está haciendo Firmenich hoy son parte de los datos que aporta para exponer su tesis.
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No son cifras