CABA
Flogger y resto
Cumbio hoy. Regresó con un documental que registra el fenómeno de ser adolescente y moda. Se aburrió de dar notas, pero aceptó esta para contar cómo sobrevivir a la fama.Cuenta la leyenda que, con tan solo 17 años, recorrió el país entero desfilando frente a miles de púberes que coreaban su nombre al unísono y corrían ansiosos por sacarse una foto con ella o abrazarla. El fenómeno data del año 2008, y si bien hay varias versiones, hoy en día sabemos que no fue una estrella de rock, ni una vedette ni una política. Aparentemente, habría sido la primera en convocar una reunión general entre usuarios de Fotolog, la plataforma digital que marcó el inicio de lo que hoy conocemos como redes sociales y que terminó por darle nombre a un nuevo grupo de jóvenes que ostentaban prendas coloridas y peinados estrafalarios: los floggers, de los que hoy sólo quedan vestigios.
El fenómeno Cumbio puso en evidencia que había nuevos canales de interacción y conectividad. Según fuentes confiables, su página personal tenía más visitas que la del diario más vendido del país. Pero Cumbio, que por lo que sabemos no era una comunista libertaria, terminó cayendo rápidamente en las fauces del mercado: firmó acuerdos publicitarios con importantes marcas de nivel internacional, sacó un libro sobre su historia y llegó a salir en la tapa del New York Times de Estados Unidos, con un reportaje titulado “En Argentina una cámara y un blog crean una estrella”.
Pasó el temblor. Facebook en poco tiempo desplazó a Fotolog y los pequeños floggers crecieron y dejaron atrás las reuniones en el Abasto junto con los chupines de colores. ¿Y Cumbio? ¿De qué le sirvió todo esto? ¿Cambió algo en ella? ¿Ganó mucha plata? ¿Tuvo esta experiencia algún sentido? Todo esto y mucho más a continuación, en esta charla que pudimos tener casi en exclusiva en el bar de la esquina de su casa, con el lanzamiento de un documental sobre su vida como excusa.
Jugar y ganar
«La directora quería contar la vida de un adolescente. Fue al Abasto, donde nos estábamos juntando nosotros y ahí la vi hablando con un amigo mío. Le pregunté: ¿Es tu mamá?. Me dijo que no y me fui sin darle bola. Eso le gustó, no sé, mi actitud. Todavía no había explotado mediáticamente ni firmado el contrato con Nike. A la semana vino a casa y lo charlamos con mis viejos. Me estuvo filmando durante dos años. Viste que siempre te dicen que hay que plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Bueno yo a eso le agregué tener un documental”.
Ahora sabemos que no fueron ni Nike ni el suplemento Sí! los primeros en llegar, sino la cineasta Andrea Yannino. Y hay que reconocer esa virtud: le bastó con un gesto para intuir que en esa chica había algo, por eso pudo registrar todo lo que pasó desde el principio. El resultado final del documental no es malo, pero podría haber sido excelente. Hay un error conceptual, que es el de trabajar sobre la consigna “La persona detrás del personaje”, pero Cumbio, es decir, Agustina, es la misma en todos lados, allí no está el misterio. Lo más interesante de ella es la puesta en escena porque es allí donde surge el contraste, que se puede percibir en el film no como un manifiesto estético, sino como algo que se filtró inadvertidamente: su casa venida abajo y el afiche multicolor de Nike, los almuerzos familiares y su visita al programa de Mirtha Legrand, o la relación con su representante, que por momentos pareciera no entender cuál es su función: “Lo que ustedes hacen en un segundo y sin gastar un peso a nosotros siempre nos costó muchísimo tiempo y dinero”, se queja. Pero gracias a la película tenemos el gusto de conocer a su padre, un plomero tatuado que siempre sonríe cuando habla de su hija, y a su madre que, por el contrario, parece estar siempre preocupada, inquieta, superada por la situación. En esos cuerpos y en esa forma de hablar reconocemos de dónde viene Cumbio, la flogger más famosa del país (si es que eso todavía quiere decir algo).
“Para mí fue un juego y por eso me divertí mucho. Tuve siempre en claro que todo era una moda. Yo tengo que crecer como persona y sabía que no puedo vivir toda mi vida de un fotolog. Sabía que en un tiempo ya no me iba a divertir, me iban a gustar otras cosas. La mayoría de los chicos crecieron y casi ni lo usan, en parte porque Facebook lo mató. Muchos hasta se arrepienten de haber sido floggers, y los entiendo, porque seguro que vos tampoco querrías ser lo que fuiste a los 14 años. Tenemos otros gustos, otras obligaciones… me aburrí de hacer notas. Todavía me siguen llamando para preguntarme por los floggers. ¿Cuántas veces te lo tengo que explicar? Siempre lo mismo, hablemos de otra cosa…”
¿Se gana mucha plata siendo famoso?
Y, mirá, a mí lo que me entraba era por lo de los boliches. Primero eran 300 pesos y después llegué a 2.000 por fin de semana. Con la plata que gané, más una ayuda importante de mi hermano, me pude comprar una casa. Después trabajé en Vértigo, un programa de televisión. No te creas que ganaba mucho más de lo que gana mi novia como empleada en un local de ropa.
Agustina -esa piba de barrio que parece la encarnación humana de un animé- encaró el fenómeno Cumbio como si fuera un juego en su acepción más pura: no se trata de ganar o perder, sino de divertirse. No se trata de avanzar casilleros, sino de aprovechar las oportunidades que de otra forma, como bien dijo ella, nunca se le hubieran presentado.
Ahora ya tiene 20 años, pero parece más chica. Pienso que es un poco ingenua. Enseguida me doy cuenta de que esa ingenuidad fue el antídoto que la mantuvo invulnerable frente al poder enloquecedor de la fama y le permitió disfrutar al máximo una experiencia que a muchos otros los hubiera desbordado.
Juicios y prejuicios
Cumbio, es decir Agustina, está en pareja desde hace cuatro años con Maru. Había pasado el primer año de noviazgo (tenían 17 y 15 años respectivamente) cuando decidieron hacer público su amor y subieron fotos en las que se estaban besando, razón suficiente para que el amarillismo lo tomara como fundamento principal de aquello que le da de comer: el Escándalo. Agustina, es decir, Cumbio, tuvo la entereza suficiente como para soportar los golpes bajos de algunos periodistas y, sobre todo, de los transeúntes que le gritaban cosas como “¡Me das asco!” cada vez que salía a la calle. Dice Cumbio: “Al ser famoso estás expuesto a que cualquier pelotudo sienta que tiene el derecho de decirte lo primero que se le venga a la cabeza. Lo mío con Maru nunca lo ocultamos. Quizás al principio a nuestros padres les decíamos que salíamos con dos chicos, pero eran unos amigos gays. Además siempre nos besamos frente a todos. Yo subí las fotos porque sabía que no estaba haciendo nada malo. Hay muchos chicos a los que entiendo: les da vergüenza o no pueden aceptarse a sí mismos. Pero a mí nunca me pasó eso. El tema fue cuando se empezó a hacer muy masivo, eso no me gustó. La madre de ella se enteró por la tele y se enojó mucho. Varias veces me echaron de la casa. Mis viejos, en cambio, la aman. Fue difícil, pero seguimos juntas”.
Nuevos tiempos
Agustina, es decir Cumbio, está contenta por cómo cambió en tan poco tiempo la situación frente a la ley y al prejuicio social. Lo resume en tres anécdotas (la primera quizá no sea la más ilustrativa).
1) “Una vez me estaba besando con Maru en un McDonal´s y nos echaron. A los dos meses, cuando explotó mi fama, nos llamaron de ese mismo lugar para que ‘Cumbio y su novia’ participaran´ de una campaña solidaria”.
2) “Siempre nos besamos en la calle, pero antes había muchos señores que nos miraban con asco o nos gritaban cosas. Nos hacían sentir vergüenza de lo que estábamos haciendo. Ahora, esos mismos señores nos miran y siguen caminando. Son ellos los que deben sentir vergüenza de lo que piensan”.
3) “En la primaria varias veces llamaron a mi vieja diciendo ‘su hija tiene gustos raros’. Ahora por suerte no me pasa. La otra vez, un boludito de la facultad me empezó a joder diciendo que no sabía si yo era mujer u hombre. Hablé con las autoridades y me re respaldaron. Fue muy lindo poder escuchar cómo me defendían frente a él”.
Agustina, es decir Cumbio, está estudiando comunicación audiovisual en la Universidad de Palermo donde, al parecer, le va bastante bien.
Con respecto al fotolog, mantiene un contrato informal para subir publicidad de una empresa que fabrica notebooks.
Con respecto al documental, ya estuvo en el BAFICI, en Málaga, en Guadalajara; se proyectó en el Gaumont y está invitado a tres festivales más. Uno de ellos es en Brasil, al que Agustina viajará en condición de jurado.
Con respecto al amor, a fin de año se irá a vivir sola con su novia.
Agustina, es decir Cumbio, está entera, feliz.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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