CABA
El triunfo y después
IMPA. La primera fábrica recuperada por sus trabajadores logró la expropiación definitiva, la legalización del canal comunitario y el reconocimiento a los profesorados de la Universidad popular. Prácticas y reflexiones para pensar la que se viene.

Natalia Vinelli, de Barricada TV y Eduardo Murúa, referente de IMPA.
Sdivina adivinador.
Cuatro letras.
Dos sílabas.
Diecisiete años.
Una fábrica recuperada.
Una cooperativa.
Un canal de tevé digital comunitario.
Un bachillerato con 200 alumnos.
Un centro cultural.
Un museo.
Una universidad.
Una radio.
¿Qué es?
Es el aquí y ahora, una vena abierta en Almagro.
Es IMPA.
La alcancía
El 18 de mayo de 1998, envueltos en una crisis y una quiebra que no habían provocado, 40 trabajadores ocuparon la fábrica Industria Metalúrgica y Plástica de Argentina (IMPA) con el objetivo de resguardar su dignidad y sus fuentes de trabajo. Sin luz ni gas ni materia prima, salieron a la calle con una alcancía para recolectar la colaboración de los vecinos, en medio de una deuda millonaria que la administración les cargó como un yunque. Parieron la primer fábrica recuperada en el país y esa insolencia atemorizaba: era la demostración ética y operativa de que se podía producir sin patrón.
Amenazas de desalojos, represiones, detenidos, una expropiación, un juez (Héctor Vitale) que la declaró inconstitucional y más amenazas de desalojos ilustran el lienzo que estos trabajadores bordaron a lo largo de 17 años. La puntada final de este capítulo recién llegó el 25 de noviembre de este año cuando le arrancaron al Senado nacional la expropiación definitiva del inmueble, que significa la empresa en manos obreras.
“El proyecto de expropiación fue la ley que siempre planteamos y soñamos como movimiento”, explica Eduardo Vasco Murúa, uno de los referentes de IMPA y del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER). “Es una necesidad de nuestro pueblo tener una ley donde el Estado pueda expropiar y cedérsela en comodato a los trabajadores, pero que quede como propiedad social. Eso significa que si el objeto de la cooperativa fracasa, por un motivo u otro, el Estado sólo puede realizar en el lugar expropiado un bien común, ya sea en salud, educación, cultura, deporte. Y esto es fruto de la lucha y el reconocimiento de toda la tarea que vino realizando IMPA, que no es solamente el mantenimiento de las fuentes de trabajo. Es muy difícil discutirnos si contamos todo lo que hicimos durante años. Si valorizamos económicamente todo lo que hicimos en función del empleo y educación, en los últimos 7 años le ahorramos al Estado casi 70 millones de pesos en concepto de planes de trabajo, programas, pibes que laburan, pibes que estudian. El Estado destina casi 8 mil pesos por pibe que estudia. Acá no cuesta nada”.
Pedagogía autogestiva
Carla Grossi y Fernando Santana son los coordinadores de uno de los distritos medulares de la patria IMPA: el bachillerato popular, primero y punta de lanza en toda la Ciudad de Buenos Aires. Nacido en 2004, tiene un plantel estable de casi 40 docentes que dictan clases durante tres años a más de 200 alumnos y alumnas mayores de 18 años. Emergente de una época, el bachillerato contó en su año debut con 60 estudiantes.
Santana: “Percibimos así una demanda educativa no satisfecha por parte del Estado y una falta de ofertas para los chicos”.
Rossi: “Son estudiantes que vienen de varias experiencias de repitencia o de abandono por quedar libres, la mayoría por inasistencia o por conducta”.
Santana visualiza el quid de esta cuestión: “El sistema escolar funciona de tal manera que los estudiantes viven estas experiencias de repitencia o de expulsión como un fracaso individual: terminan autoconvenciéndose de que son ellos los que fallan, a quienes no les da la cabeza, y no que hay un sistema que genera esa expulsión. Nuestro trabajo apunta a correr esas visiones construidas sobre sí mismos y que se sientan sujetos constructores de saber”.
Grossi y Santana cuentan que la relación con los trabajadores de la fábrica fue una construcción diaria: muchos no estaban de acuerdo con que puertas adentro hubiera un bachillerato, pero fueron los mismos obreros los que decidieron su fortalecimiento. “Fue una forma de agradecimiento a la comunidad por la solidaridad en la toma”, explican los coordinadores, que también demostraron que el bachillerato en IMPA era una decisión política, al ser un actor central en la segunda recuperación de la fábrica en 2008, tras el desalojo: “Estuvimos 15 días dando clase en la puerta, en la calle”. Ese reconocimiento se acrecentaría con los años, cuando muchos trabajadores completaron sus estudios en la propia empresa que habían recuperado. Grossi: “Sirvió mucho a nivel simbólico y permitió que vean la potencialidad del lugar para sus hijos y sus nietos. Se amplió el tejido”.
El sostén académico
El tejido se amplió aún más cuando se inauguró la Universidad de los Trabajadores, bajo la dirección académica de Vicente Zito Lema, un nombre con propio peso simbólico y político en la historia argentina. Poeta, dramaturgo, periodista, docente y filósofo, tuvo que exiliarse durante la última dictadura y fue el rector fundador de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo hasta 2003, cuando renunció, tras alertar sobre el crecimiento de Sergio Shoklender como figura influyente dentro de la organización. Hoy es el rector de la Universidad que días antes de la expropiación de la fábrica consiguió el reconocimiento de los profesorados en Biología, Historia, Matemática y Lengua y Literatura por parte del ministerio de Educación porteño.
“Fuimos organizando la Universidad de forma lenta. Acá no hubo nunca un peso. Como se dice en el barrio, todo a pulmón y atado con alambre. Hasta las sillas donde estamos sentados las hemos construido nosotros, pero poco a poco pusimos en marcha los profesorados. Hoy estamos peleando para que se reconozca la justa remuneración de los docentes. Y el eje de la Universidad es el trabajo: organizar desde la cultura del trabajo y desde el interés de los trabajadores. Que estemos en una fábrica recuperada es muy fuerte: las palabras tienen un peso, pero esa carga hay que mantenerla todos los días”.
¿Cómo se mantiene? “Ha sido una gran lucha, que nace de una época dura. Ya no del terrorismo de Estado, pero sí en el segundo momento de gran dolor para las clases populares. En el terrorismo de Estado hay una destrucción económica y una destrucción directa de los cuerpos, pero a fines del siglo 20 la destrucción fue social: hambre, enfermedades, dolor físico. Entre ellas, la destrucción del aparato productivo. Allí cae IMPA”. Y de allí IMPA se levanta. “Las generaciones del 60 y 70 luchamos por cambiar el mundo, por construir otra sociedad, y pagamos con sangre, dolor, muerte, desaparecidos y exilios, pero veo que, humildemente, algo de ese gigantezco sueño se está dando en IMPA, casi en sombras. Pero existimos”.
La mosca televisiva
Sobre el cuarto piso de la interminable IMPA funciona Barricada TV, el canal comunitario que un día antes de la expropiación de la fábrica se convirtió en la primera emisora de baja potencia autogestiva en ganar el concurso de operador licenciatario que otorga la AFSCA. Eso significa -ni más ni menos- que al sintonizar la Televisión Digital Abierta (TDA) se podrá ver al aire una programación sin fines comerciales, con una agenda dedicada a los movimientos y las organizaciones sociales. “Para ir realmente a fondo contra los monopolios hay que poblar el espectro con otras voces”, sintetiza Natalia Vinelli, fundadora de Barricada TV. “Somos un canal comunitario que funciona dentro de una fábrica que está completamente atravesada por la lógica de la autogestión y la perspectiva de la clase trabajadora, que es la que nos brinda una identidad y los objetivos y razón de ser del medio”. El canal ahora está en proceso de equipamiento y diagramación de la programación que mantendrá 14 horas al día.
¿Qué panorama observa para los medios comunitarios? “Hay que dejar de leer la ley desde el binarismo Clarín-Gobierno. Ni siquiera somos un ruido: somos un mosca que pasó, y eso nos obliga a estar muy atentos. Hay que pelear para que se sigan abriendo concursos y, si bien hay líneas políticas muy diversas, todos estamos de acuerdo en la defensa de la ley”.
Dónde está la potencia
¿Y las fábricas recuperadas? ¿Cómo están posicionadas frente al cambio de gobierno? Murúa: “Nos encuentra débiles. Tiene que ver con que todavía no hemos conseguido cambiar la lógica del Estado respecto a las fábricas recuperadas. Si bien este modelo está más instalado que nunca, y cada vez se recuperan más fábricas, no hemos conseguido políticas públicas. Y eso tiene que ver con una debilidad de nuestro movimiento. Por un lado, hay una incomprensión o desatención de la clase política en darle a nuestro país la posibilidad de tener una herramienta que logre parar el desempleo a partir de proyectos de economía popular. Por el otro, nos faltan cuadros. Hoy todas las empresas recuperadas están en un limbo jurídico y ninguna ha progresado de forma suficiente para estas instalada dentro del mercado”.
Cuando mira el trayecto recorrido, Murúa es de los que propone fijarse en lo que falta: “El peor error del movimiento popular fue haber salido de la calle. Creo que lo más fuerte que tenemos es la lucha de cuerpos. Es ahí donde podemos ganar: en la ocupación de las calles. Porque en lo que tiene que ver con la representación democrática formal, estámos débiles”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
- Revista MuHace 2 semanas
Mu 207: Crear lo que viene
- NotaHace 3 semanas
Julio López, 19 años desaparecido en democracia: sus testimonios contra la Bonaerense
- #NiUnaMásHace 2 semanas
Triple narcofemicidio: la respuesta al horror
- AmbienteHace 4 semanas
Salvemos al Mari Menuco: campaña desde Neuquén para un lago acosado por el fracking
- #NiUnaMásHace 2 semanas
Femicidios territoriales: las tramas de la violencia