#NiUnaMás
Del dolor a la organización: presentación del proyecto de Periodistas Argentinas sobre acoso sexual en ámbitos laborales y académicos

Se presentó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley impulsado por la colectiva Periodistas Argentinas que propone modificar la Ley de violencia contra las mujeres (26.485), incorporando en un nuevo inciso el acoso sexual en contextos laborales y académicos. Acompañan la iniciativa representantes de los bloques de Unión por la Patria, Encuentro Federal, UCR, Frente de Izquierda, PRO, Coalición Cívica, que integran la Comisión Mujeres y Diversidad. El proyecto busca ofrecer una protección integral a trabajadoras y estudiantes que enfrentan este tipo de agresiones sin un marco legislativo específico. La propuesta nació al conocerse las denuncias contra el periodista Pedro Brieger, y el vacío de respuestas institucionales frente al tema. El consenso logrado, el texto de la modificación, y cómo continúa el tratamiento del proyecto.
Por Anabella Arrascaeta
La presentación del proyecto elaborado por Periodistas Argentinas para modificar la Ley 28.485 fue encabezada por la diputada Mónica Macha (Unión por la Patria), presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados, acompañada por representantes de la mayoría de los bloques parlamentarios: Paula Penacca de Unión por la Patria; Esteban Paulón y Mónica Fein de Encuentro Federal; Vanina Biasi del Frente de Izquierda; y Nancy Ballejos y Belén Avico del PRO.

Belén Avico y Nancy Ballejos (PRO), Esteban Paulón (Encuentro Federal) y Mónica Macha (UxP), presidenta de la Comisión permanente de Mujeres y Diversidad. Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org.
La periodista Nancy Pazos agradeció a todos los bloques la presencia y el acompañamiento, y recordó que Periodistas Argentinas surgió cuando se debatía el proyecto de aborto legal, seguro y gratuito, que fue debatido en el Congreso en el mismo salón en el que hoy se presentó el proyecto de modificación a la Ley 26.485. “Somos periodistas, somos mujeres, representamos a colegas de todo el país, y lo que sucedió es que cuando presentamos a la sociedad el informe Brieger (a partir de las denuncias contra el periodista Pedro Brieger por situaciones de acoso sexual) hubo reclamos sobre por qué no judicializar el tema, y la verdad que no teníamos las herramientas”.

Mónica Fein (Encuentro Federal), Vanina Biasi (FIT), Paula Pennaca (UxP), y las periodistas Nancy Pazos y Claudia Acuña. (Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org)
Como respuesta a esa falta de herramientas Periodistas Argentinas propone mediante un proyecto de ley incorporar el inciso «j» al artículo 6° de la Ley 26.485, tipificando la violencia y el acoso sexual en ámbitos laborales y académicos como conductas no consentidas que atentan contra la dignidad de las mujeres, generando entornos intimidatorios, hostiles y humillantes. De esta manera, se busca ofrecer una protección integral a trabajadoras y estudiantes que hoy enfrentan este tipo de agresiones sin un marco legislativo específico.
«La salida es colectiva»
La iniciativa surgió del acompañamiento que la colectiva dio a periodistas afectadas por el acoso sexual ejercido por Pedro Brieger, y a muchas otras que también han atravesado situaciones de la misma índole. Por eso fue reparador escuchar la voz de la periodista Agustina Kampfer, quien denunció hace más de diez años la situación sin ser escuchada en ese momento. Dijo en Diputados: “Hoy pensaba qué camino triste y duro recorrido, pero hermoso al fin porque terminó acá. No hay una ley que acompañe en lo específico el acoso sexual en ámbitos académicos y laborales, por eso la importancia de lo que estamos haciendo. La salida es colectiva, sin lugar a dudas”.

La intervención de la periodista Agustina Kampfer. (Fotos Lina Etchesuri/lavaca.org)
La periodista de MU Claudia Acuña puso en palabras lo que significó la presentación: “Quiero destacar esta ceremonia, porque esto nació con mucho dolor. Reparamos así, organizándonos y haciendo política».
Frente a la cultura del acoso
La diputada Mónica Macha comenzó la presentación reconociendo el trabajo realizado por Periodistas Argentinas, entendiendo que lo relatado no se trata de una única situación, “sino que tiene que ver con la cultura del acoso. Es una instancia que necesita de transformación, una transformación que es activa, que tiene que ver con la militancia y en ese sentido los feminismos y transfeminismos han hecho mucho para poder poner en palabras situaciones que estaban naturalizadas. Hoy podemos decir que son acciones violentas”.
Los informes presentados por Periodistas Argentinas permitieron ver la necesidad de contar con una normativa. Macha: “La Ley 26.485 es una ley viva, visualiza la violencia en todos los ámbitos, pero necesitamos poder ir transformándola para poder nombrarla. El acoso sexual en ámbitos laborales y académicos también nos permite que las instituciones, personas, organizaciones, puedan ir construyendo formas de prevención y acompañamiento. Por eso esta ley tiene una doble dimensión: reparación, política restaurativa, y un mensaje solidario que es pensar en las otras para que no le pase lo mismo. Es un mensaje muy amoroso. No podemos asegurar que esto no vuelva a pasar, pero sí pasa, que la respuesta sea otra”.
El diputado Esteban Paulón, vicepresidente de la Comisión de Mujeres y Diversidad, planteó: “Quienes somos parte de colectivos vulnerados en derechos sabemos que estas leyes y estos cambios se construyen sobre nuestros cuerpos y nuestras historias”. Paulón estuvo en la presentación junto a Mónica Fein con quien integra Encuentro Federal. “La verdad es liberadora, la libertad es poder vivir sin la mochila que implica estar gambeteando algo, poder ponerla sobre la mesa y, como hicieron ustedes, accionar para que se modifique algo”. Además destacó la transversalidad de apoyo a la iniciativa.

Parte del grupo de Periodistas Argentinas que se presentó en Diputados. Muestra copia del proyecto Analía Argento.
La diputada Nancy Ballejos, del PRO, resaltó: “Llegamos hasta acá por un hecho público y mostró que la violencia necesita mayor visibilidad y participación”. Dejó claro que “el compromiso de nuestro bloque es seguir apoyando”. Agregó: “Lo que me resulta muy valioso destacar es que esto es un proyecto que no distingue de ideologías partidarias sino que por el contrario nos une y nos fortalece para encarar y poder poner en debate todas estas problemáticas. Hoy modificamos un inciso que significa mucho porque es validar esta convicción que tenemos de defensa de los derechos de las mujeres y minorías. Hace falta mucho, una ley que parecía completa nos damos cuenta de que faltan detalles y solo los podemos conocer cuando las problemáticas toman estado público. Acá estamos para recibirlas y salvar esos errores”.
La diputada Vanina Biasi, del Frente de Izquierda, señaló la organización de las periodistas y ubicó al proyecto en el contexto actual al que calificó como regresivo en materia de derechos. Propuso: “Tenemos que seguir organizadas para avanzar mucho más, ahora tenemos la tarea de que se aplique”.
Este es el proyecto presentado.
Cómo se sigue
El proyecto lleva la firma de representantes de distintos bloques evidenciando el apoyo interpartidario. Entre quienes firmaron están:
- Mónica Macha, Paula Penacca, Gabriela Estévez, Brenda Vargas Matyi, Sabrina Selva, Carolina Yutrovic, Hilda Aguirre, Leila Chaher y Ana Carolina Gaillard de Unión por la Patria.
- Silvana Giudici, Silvia Lospennato, Nancy Ballejos, Sofia Brambilla, Belén Avico y María Angel Sotolano del PRO.
- Carla Carrizo de la UCR.
- Vanina Biasi del Frente de Izquierda.
- Esteban Paulón de Encuentro Federal.
- Maximiliano Ferraro de la Coalición Cívica.
Ahora que la propuesta fue ingresada, tendrá tratamiento en las siguientes comisiones, intentando que sea en plenario conjunto:
- Comisión de Mujeres y Diversidad, cabecera del proyecto, y donde todas las integrantes que la integran acompañan la iniciativa.
- Además se tratará en la Comisión de Legislación del Trabajo, presidida por el diputado Martin Tetaz (UCR).
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La venda en los ojos: la justicia frente al abuso sexual contra niñas y niños
El 42% de las denuncias de violencia sexual corresponden a menores de 17 años en la ciudad de Buenos Aires. El ministerio de Justicia bonaerense reveló que entre 2017 y 2022, de más de 96.000 causas por abuso sexual, 6 de cada 10 tuvieron como víctimas a menores y se duplicó el número de denuncias: el 80% fueron mujeres, principalmente niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años. ¿Cómo recibe el Poder Judicial a las infancias que se atreven a denunciar abusos? Las víctimas convertidas en “culpables” de un delito que padece a nivel mundial entre el 15 y el 20% de la niñez. La campaña conservadora y oficial: desestimar denuncias y motosierra. Lo que no quiere ver la justicia. Cómo encarar estos casos, y la enseñanza de Luna. Por Evangelina Bucari.
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Cecilia Basaldúa: el cuerpo desaparecido

Daniel y Susana denunciaron que desapareció el cuerpo de su hija, Cecilia Basaldúa, que reclamaban para realizar nuevas pericias. La historia de lo ocurrido y el rol de la fiscal de Córdoba Paula Kelm “que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.
Por Claudia Acuña
El 7 de noviembre Cecilia Basaldúa hubiese cumplido 42 años y no hay festejo porque no hay Cecilia: la desaparecieron, violaron y mataron en abril del año 2020, en Capilla del Monte y en pleno aislamiento por la pandemia de Covid. Su familia, como cada año, reunió amistades y familiares de otras víctimas de femicidios territoriales –el padre de Natalia Melman, el hermano de Laura Iglesias– en el mural que la recuerda en su barrio de Belgrano. Fue ese el marco elegido por Daniel y Susana, los padres de Cecilia, para compartir lo que significa buscar justicia para este tipo de crímenes. Con la voz partida por el dolor narró cómo fue la última reunión con la nueva fiscal responsable de la investigación: es la cuarta. La primera – Paula Kelm– desvió las pruebas para atrapar a un perejil, que fue liberado en el juicio oral y así la investigación del femicidio de Cecilia volvió en punto cero; el segundo estaba a meses de jubilarse y pidió varias licencias para acortar su salida; el tercero –Nelson Lingua– no aprobó el examen para ocupar el puesto y, finalmente, desde hace pocos meses, llegó ésta –Sabrina Ardiles– quien los recibió junto a dos investigadores judiciales y los abogados de la familia. Antes se habían reunido con el ministro de Justicia de la provincia de Córdoba, Julián López, quien le expresó el apoyo para “cualquier cosa que necesiten”. Fue entonces cuando Daniel y Susana creyeron que había llegado el momento de trasladar el cuerpo de su hija hasta Capital, donde viven y, además, habían logrado conseguir que se realice una pericia clave para la causa y que siempre, en estos cinco años, les negaron. Fue la joven investigadora judicial quien soltó la noticia: el cuerpo de Cecilia no está.

Gustavo Melmann, que sigue buscando justicia por su hija Natalia, junto a Daniel Basaldúa y Susana Reyes, los padres de Cecilia.
Según pudo reconstruir la familia después del shock que les produjo la noticia, fue en 2021 –cuando todavía estaban vigentes varias restricciones originadas por la pandemia– cuando el cuerpo fue retirado de la morgue judicial, a pesar de que Daniel y Susana habían presentado un escrito solicitando lo retuvieran allí hasta que se realicen las pruebas por ellos requeridas. La fiscal Kelm no respondió a ese pedido ni notificó a la familia de lo que luego ordenó: retirar el cuerpo de la morgue y enterrarlo.
¿Dónde? La familia está ahora esperando una respuesta formal y sospechando que deberán hacer luego las pruebas necesarias para probar la identidad, pero no dudan al afirmar que con esta medida han desaparecido el cuerpo de su hija durante varios años y definitivamente las pruebas que podía aportar su análisis.
A su lado está Gustavo Melmann, en el padre de Natalia, asesinada en 4 de febrero de 2001 en Miramar, quien desde entonces está esperando que el Poder Judicial realice el análisis de ADN del principal sospechoso de su crimen: un policía local. Por el femicidio de Natalia fueron condenados a prisión perpetua otros tres efectivos policiales. Uno ya goza de prisión domiciliaria. Falta el cuarto, el del rango más alto.
Melmann cuenta que se enteró de la desaparición de Cecilia Basaldúa por su sobrina, quien había ido al secundario con ella. “Fue el primero que nos llamó”, recuerda Daniel. También rememora que no entendió por qué le ofrecía conseguir urgente a un abogado “si yo la estaba buscando viva. Hoy me doy cuenta de mi ingenuidad”.
El silencio entre quienes los rodean es un grito de impotencia.
Daniel y Susana lo sienten y responden: “Nosotros no vamos a parar. Nada nos va a detener. Ningún golpe, por más artero que sea, va a impedir que sigamos exigiendo justicia. Elegimos contar esto hoy, rodeados de la familia y los amigos, porque son ustedes quienes nos dan fuerza. Que estén hoy acá, con nosotros, es lo que nos ayuda a no parar hasta ver a los responsables presos, y esto incluye a la fiscal Kelm, que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.

Los padres y hermanos de Cecilia, junto al mural que la recuerda en el barrio de Belgrano.
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Femicidios, cifras y vidas: lo que Bullrich oculta

Por el Observatorio de violencia patriarcal Lucía Pérez
Todas las administraciones del Estado se han adjudicado falsamente la baja de femicidios y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich acaba de rendirle tributo a esta tradición. Pero las cifras del Observatorio Lucía Pérez, construidas a partir de casos judiciales, denuncias y relevamientos provinciales, demuestran una realidad diferente.
Antes de los números, una aclaración: el 2023 fue el primer año en que el Estado nacional publicó estadísticas criminales sin clasificar. Lo hizo con un archivo Excel desordenado que abarcaba una década, sin distinguir delitos ni consolidar provincias. Algunas jurisdicciones directamente no informaron datos en categorías sensibles, como violaciones. Así, la ciudadanía no puede verificar ni auditar los números oficiales.
En ese vacío, las declaraciones de Bullrich remiten a una lógica conocida: la de la inflación. Como con los precios, la diferencia entre los números oficiales y la vida real se amplía cuando se manipula o se oculta información.
Por eso, este Observatorio público y autogestionado carga 12 padrones de manera diaria. Para realizar un seguimiento estructural de la violencia machista, y también para controlar el rol del Estado.
A diferencia de los 178 registrados que mencionó la ministra, el Observatorio Lucía Pérez contabiliza 217 femicidios y travesticidios en lo que va del 2025. Estos son las cifras que pueden verse y verificarse, ya que el OLP es un padrón público:

Otro dato que se oculta es el que representan los femicidios cometidos y sufridos por integrantes de fuerzas de seguridad, que están bajo la responsabilidad de la ministra.
En 2025, el primer femicidio del año fue el de una mujer policía asesinada con su arma reglamentaria (Guadalupe Mena). Y el último, ocurrido apenas el 26, también: Daiana Raquel Da Rosa.
Si bien existen medidas para en estos casos limitar su acceso por parte de los uniformados por “representar un riesgo inminente para la víctima”, como indica la resolución 471/2020 del Ministerio de Seguridad de la Nación, los datos muestran que esto no siempre se cumple. Según el relevamiento de funcionarios denunciados por violencia de género del Observatorio Lucía Pérez, 71 de ellos pertenecen a las fuerzas de seguridad. Es decir que muy probamente porten armas.
Armas reglamentarias, vínculos jerárquicos y falta de sanción disciplinaria conforman una trama donde la violencia institucional se reproduce dentro y fuera de las comisarías. ¿Y Bullrich?
Más preguntas que emergen: ¿cómo se mide el porcentaje de crueldad? Los “narcofemicidios” de Lara, Brenda y Morena muestran una violencia cada vez más planificada y asociada a redes delictivas con complicidad del Estado.
Otra cifra invisibilizada en este crimen social que es un femicidio es la de las infancias huérfanas. En lo que va de 2025, el Observatorio registra 139 infancias huérfanas por femicidios. En todo 2024 fueron 173. Y detrás de cada una hay un Estado que sigue sin garantizar la Ley Brisa, que establece una reparación económica y acompañamiento a hijas e hijos de víctimas de femicidio.
Mientras la violencia machista sigue cobrando vidas, multiplicando huérfanos y exponiendo la precariedad institucional, el Estado tergiversa y oculta.
La pregunta es: ¿por qué?

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