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6 años sin Santiago Maldonado: la actualidad de la injusticia

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El juez federal de Rawson, Gustavo Lleral, sobreseyó a todos los gendarmes que eran objeto de la investigación por la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado, de la que se acaban de cumplir seis años. Lo hizo dos días antes de las elecciones, donde la precandidata a presidenta de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, es la principal acusada, por parte de la familia, como la máxima responsable del operativo represivo donde el joven fue visto con vida por última vez. No es la primera vez que Lleral opera de esta forma: en octubre de 2017, horas antes de las elecciones legislativas de ese año, había anunciado en rueda de prensa que Santiago se había ahogado solo y que no se había tratado de una “muerte violenta”. Por esa razón, la familia del joven afirmó que la decisión judicial sella un “pacto de impunidad” para Bullrich y la Gendarmería Nacional. Sergio nos comparte este video, donde habla que Lleral actuó ·partidariamente·, y exige justicia para Santiago y para Facundo Molares, el militante asesinado esta semana por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Compartimos también la última entrevista que hicimos con Sergio, donde explica los caminos internacionales para el pedido de justicia y las sensaciones de un nuevo aniversario en medio de una campaña con Bullrich como candidata a presidenta.

Texto: Lucas Pedulla

«No es que estás preparado o pensás algo de cómo va a ser el día. Es algo natural, que se va aproximando, y por más que no quieras pensar, las fechas caen. Lo que estoy viviendo ahora es similar al 2017: caen las mismas fechas los mismos días”.

Hace seis agostos que la vida de la familia de Santiago Maldonado cambió para siempre. Es que el 1 de agosto de 2017, en plena meseta patagónica, fue la última vez que vieron con vida a Santiago, un joven de 28 años que se había acercado a la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen, que había sido cruelmente reprimida meses atrás, y que estaba reclamando por la liberación de su referente, Facundo Jones Huala. Santiago estaba de paso, porque quería volver a su 25 de Mayo natal a estar con su familia, porque extrañaba a su mamá y a su abuela, pero ese día tuvo que escapar aterrorizado de una violenta represión de más de cien gendarmes que irrumpieron de forma ilegal sin orden judicial sobre una comunidad. Santiago desapareció.

Sergio, su hermano, encarnó la lucha de una familia que, después de 78 días, el 17 de octubre de ese año, dio con el cuerpo, que encontraron en el mismo lugar del Río Chubut que ya había sido rastrillado previamente. El juez Gustavo Lleral quiso cerrar la causa diciendo que Santiago Maldonado se había ahogado, sin tener en cuenta el contexto violento de represión en el que se produjo su desaparición. Desde entonces, la familia tuvo que recurrir a vías internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para llevar a cabo un pedido concreto: una investigación imparcial e independiente. 

6 años sin Santiago Maldonado: la actualidad de la injusticia
Sergio Maldonado, hermano de Santiago. Foto: Lina Etchesuri /lavaca.org

Seis agostos sin Santiago Maldonado

Hace seis agostos que la familia Maldonado reclama ser escuchada, pero este 2023, además, trae una sincronía en el calendario, que reaviva aún más estos recuerdos dolorosos: “El 13 de agosto de 2017 fueron las PASO. No voy a poder aislarme de que me enteré de la desaparición de Santiago el 2 de agosto, que era miércoles. El 11 de agosto, que va a ser viernes, fue la primera marcha en Plaza de Mayo, cuando Norita Cortiñas (Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora) me agarró de la mano. Y a eso le sumo, principalmente, el discurso de derecha”. 

Sergio lo subraya porque ese 2017 tenía a Patricia Bullrich como ministra de Seguridad del gobierno de Mauricio Macri, que apoyó a los gendarmes e intervino, con sus funcionarios, decididamente en la orientación de la causa judicial. En este 2023, Bullrich es una de las precandidatas de Juntos por el Cambio con posibilidades de disputar la presidencia. Sergio observa el marco: No es que hablamos de Bullrich, solamente, sino que la mayoría de los candidatos tienen la misma línea. Escucho que Bullrich dice “vamos a hacer lo mismo, pero más rápido”, y de pronto ves Jujuy, cómo se está reprimiendo, el silencio generalizado del Gobierno: todo el marco y el escenario actual es cómo van a sacar a los piqueteros de la calle, cómo los van a encarcelar en vez de dar solución a mejorar las condiciones sociales y laborales. Es preocupante. No puedo dejar de pensar en los referentes sociales y políticos detenidos en 2018, así como se generó una estigmatización sobre Santiago: van a ser 6 años sosteniendo que Santiago “se ahogó”. Eso sigue estando”.

En ese 2017, una Plaza Mayo entera gritó: “Bullrich renunciá”. Hoy es una de las precandidatas a la Presidencia. ¿Qué te provoca?

SM: Si me pongo a ver, todos los políticos han tenido episodios históricamente relacionados con alguna desaparición o hecho de violencia, pero no el nivel de Bullrich. En esta puesta de mano dura también queda en evidencia que la derecha termina cayendo en algo que se desploma, porque no tiene sustento, es una persona que no está capacitada para ser presidente. No tiene la visión, y su handicap fue estar en Montoneros, se da vuelta, pasa por todos los partidos políticos, recortó 13 puntos a la jubilación, reprimió. En todos los lugares donde estuvo quitó derechos. Y, de hecho, el más importante: le quitó la vida a personas. Va a ser más lo que perjudique que favorezca, pero hay un cierto grado de falta de empatía en lo que cada uno percibe. Lo mismo pasa con Milei. Con este nivel de incoherencia, tenés una Bullrich candidata. Y ella no miente, no es como Macri.

¿Te duele que se presente?

SM: Me acuerdo que, en el 2019, el Frente Darío Santillán hacía campaña contra Felipe Solá (gobernador bonaerense cuando asesinaron a los militantes piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki) para que no se presentara como candidato. Si yo salgo o me sumo a campañas así, no paro nunca, porque todo el tiempo tendríamos que hacer campaña porque todos los candidatos tienen muertos en su gestión, con mayor o menor participación. Obviamente repudio que Bullrich se presente porque debería estar con una investigación en curso y hasta privada de su libertad, pero tampoco puedo quedarme en eso; si no, no avanzás. Repaso candidatos: Berni (Sergio, ministro de seguridad bonaerense) como senador, Arcioni (Mariano, exgobernador de Chubut) va segundo al Parlasur. Me acuerdo de Vanesa (Orieta, hermana de Luciano Arruga, desaparecido por la Bonaerense en 2009) y su lucha contra Daniel Scioli (actual embajador en Brasil), sola. Son muy pocos los que no tienen una mancha, y el que no tiene es porque no estuvo. Si me pongo en esa tengo que apartarme y decir: “No participo más”. No puedo meterme porque se me va la vida. Si no, tendría que decir que suspendan las elecciones. ¿Qué diferencia hay entre Bullrich y Berni? Yo podría decirte que en Bullrich había un lineamiento desde su gobierno y una política de estado de cómo reprimir, y que tuvo apoyo, mientras que Berni tuvo cuestionamientos desde distintos lugares por la desaparición de Facundo Castro; que Bullrich va como presidenta y el otro como senador. Pero eso no lo hace menor o mayor para los familiares, porque el dolor de Cristina Castro (mamá de Facundo) fue mucho. Y ahí no se puede contradecir nunca a un familiar, porque los familiares siempre tienen razón. 

En el repaso que hacés, el Estado siempre buscó instalar su versión: Luciano Arruga cruzó mal la General Paz, Facundo Castro se ahogó, Santiago se ahogó. ¿Cómo sentís en lo cotidiano el recuerdo de tu hermano hoy?

SM: Sigue estando y eso también es un motor de aliento. No hay un día, sobre todo en Buenos Aires donde circula más gente, que no se me acerquen a charlar. Voy al súper y se me acercan a transmitir una empatía que es gratificante. Te agarran de la mano. Te transmiten que a Santiago no lo conocieron, pero se quedan en entender qué es una lucha. Se acuerdan que Santiago escribía, que cantaba contra el Papa. Santiago era anarquista, y no tenía que cantar la Marcha para que el peronismo apoye o recitar a Marx para que la izquierda apoye, no pasó eso. Lo que agradezco a casi 6 años es poder tener esa relación con distintos familiares, de distintos sectores. No estoy en ningún partido, organismo u organización, y eso te da cierto margen de credibilidad que es reconfortante. Judicialmente la causa no avanza, pero el tema se sigue manteniendo. Y cada vez que se necesita el apoyo, la contención está. Por eso es importante seguir tejiendo redes, estar con familiares en contacto y ver cómo nos mantenemos. Si no, te quedás en casa sin nada. 

Sin red no hay fuerzas.

SM: Los espacios de amigos no tienen que estar las 24 horas con tu tema, cada uno tiene su vida, sus proyectos. Por eso es importante tejer una red de familiares y gente militante, porque podés tomarlo como catarsis, tirar ideas, construir. Que se sumen otres. Y no hay que tener soberbia o ego, porque todo el tiempo se va aprendiendo. Hay que estar con la cabeza abierta, porque lo que hice en agosto de 2017 ya no sirve: van cambiando los métodos, las formas de comunicar. Macri hizo lo que hizo porque, por ahí, no estábamos preparados, una parte, de que esto pudiera volver a pasar. Nunca pensás que te va a tocar tan cerca, hasta que pasa y estás adentro. Por eso, prefiero pasar por paranoico y pensar las cosas, estar atento para que no me agarre desprevenido. Por eso fui a Jujuy para acompañar, porque me preocupa. Eso empezó en Chubut, y en Jujuy se acentúa con total impunidad, y es algo que ves replicado en lugares donde hay recursos naturales.

¿En qué estado está la causa?

SM: En octubre del año pasado, la Corte Suprema resolvió que la causa no se cerraba, que había que investigar todas las hipótesis, que no se descarta la desaparición forzada, pero que seguía el mismo juez, Gustavo Lleral, a quien ya le habíamos pedido la recusación. Lleral había intentado cerrar la causa en noviembre de 2018, y ahora empezó a tomar todas las medidas que no hizo en su época: alguna reconstrucción, que se analicen celulares que se habían hecho. Sigue dando vueltas alguien que ya debería haber tenido un juicio político. En paralelo, el Estado contestó una intimación de la CIDH diciendo que no habíamos tenido acceso a un juez imparcial. Por eso, la investigación sobre el rol de Gendarmería que hizo Sabina Frederic (primera ministra de Seguridad en la gestión de Alberto Fernández), la tiene Lleral. Todo está en la CIDH y es la que tiene que expedirse y decir cómo seguir, o sugerirle al Estado que haga. No me voy a sentar con Lleral, personalmente porque en el fallo de 2018 dice que la familia de Santiago Maldonado le genera “violencia moral”. Aparte dijo que la gendarmería era inocente: yo no puedo trabajar con un juez así. Hay cuatro imputados: no es que Gendarmería no tuvo nada que ver, como dice Bullrich. Están ahí. Y algo que no es ajeno es que los abogados que están defendiendo a los imputados también están en la causa de espionaje, están defendiendo a Milman (Gerardo, diputado nacional de JxC, exfuncionario de Bullrich) por el atentado a Cristina. Cuando le abren el celular a Darío Nieto, el secretario de Macri, dice que Mahiques (Juan, uno de los viajantes a Lago Escondido) va a ir a ver a Lleral. Cuando se presenta la denuncia por espionaje en Buenos Aires, estaba Capuchetti (María Eugenia, la jueza que tiene la causa por atentado a Cristina Fernández de Kirchner). Todos los mismos, justamente en causas complejas y grandes. Entonces, cuando vemos que estamos a 11 meses del atentado a la vicepresidenta, que es la máxima figura política en el país, estés de acuerdo o no con ella, y no está siendo investigado, nosotros no podemos ser ajeno a lo que está pasando en el poder judicial. 

¿El camino internacional es una esperanza?

SM: Es un aval y un apoyo grande porque demuestra que los Estados no terminan cumpliendo todas las condenas. Todavía hay cosas pendientes del caso Bulacio, por ejemplo. Me habría gustado que estuviera ya trabajando un juez imparcial. Eso no pasó y hay que seguirla desde otro lugar, porque estas causas son muy complejas. La masacre de Monte llegó a juicio, el asesinato de Rafael Nahuel llega a juicio el mes que viene. Pero no pasa con casos de desaparición forzada: el juicio por Franco Casco, en Rosario, tenía 19 imputados, y todos quedaron absueltos. Las causas por desaparición forzada no avanzan. En los otros casos hubo condenas, y si bien nunca se va a poder reparar el dolor de los familiares ni volver el tiempo atrás, hay un cierto grado de justicia. En Santiago no tenemos justicia. Sí considero que hay una justicia social porque la gente sigue apoyando. Y de esa manera seguimos peleando. El día que ya no crea que se pueda avanzar más, diré: “Hasta acá llegué”. Pero mientras haya posibilidad, seguiremos exigiendo justicia.

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

  1. “Que no te vendan gato por león”.
  2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
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Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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