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Agrotóxicos vs. Salud, Capítulo 3: Por qué estamos a ciegas

Dos estudios del Ministerio de Salud de la Nación revelan la total ausencia de política sanitaria destinada a quienes trabajan con agrotóxicos, población prioritaria ya que está directamente expuesta y es quien aplica dosis de agroquímicos de las que desconoce su peligrosidad tóxica y las consecuencias para la salud y el ambiente.

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Dos estudios entregados a lavaca.org por el Ministerio de Salud de la Nación revelan la total ausencia de política sanitaria destinada a quienes trabajan con agrotóxicos, población prioritaria ya que está directamente expuesta y es quien aplica dosis de agroquímicos de las que desconoce su peligrosidad tóxica y las consecuencias para la salud y el ambiente. Ambos estudios coinciden en señalar que lo único que han recibido los productores es una sobredosis de información sobre los beneficios económicos de esos productos. También señalan el incumplimiento de toda la normativa vigente y, en especial, de la Ley Nacional de Medio Ambiente, de la cual destacan el principio precautorio, es decir, aquel que orden ante un peligro inminente detener la causa del posible daño aún antes de que esté probado.
Agrotóxicos vs. Salud, Capítulo 3: Por qué estamos a ciegas
Los estudios se realizaron en la Patagonia y en el Norte del país, por diferentes grupo de investigadores, pero tienen idéntico objetivo y metodologías similares. Lo que buscan es determinar si quienes usan agroquímicos cuentan con la información suficiente, necesaria y exacta. La respuesta es no.
Ambos advierten la gravedad de esta situación, en especial por el impacto que tiene en la salud de la población. Y alerta especialmente sobre la situación de niñas y niños expuestos. “Debido a que en muchos casos existe una colaboración y participación cotidiana de los niños en los trabajos agrícolas de su familia resulta indispensable aclarar que los niños, desde la temprana edad gestacional, constituyen la población más vulnerable a cualquier agresión química”.
Ninguno de los encuestados para este estudio recibió nunca instrucción sanitaria sobre agrotóxicos. Y cuando se los consultó sobre quién los asesoraba en el uso de plaguicidas, la abrumadora mayoría respondió: “el vendedor”.
Médicos: Uno de los estudios también analiza a profesionales de la salud. De todos los entrevistados, solo un médico recibió capacitación en intoxicaciones. Concluye que ninguno recibió capacitación en agrotóxicos y salud, por lo cual los profesionales de la salud no relacionan las afecciones que atienden con estas sustancias.
Funcionarios: Otro grupo analizado es el de los funcionarios del área. La mayoría ( 12 de 15 entrevistados) son profesionales de la ingeniería agronómica. El resto veterinarios, bioquímicos y técnicos agropecuarios. Más de la mitad dijo haber participado en ese último año en alguna capacitación sobre “uso responsable de agroquímicos” “Cabe destacar que todos se mostraron disconformes en cuanto al abordaje” ya que el tema no fue “seriamente tratado” o “no se trata como debería”.
En cuanto a los productores entrevistados, el estudio detalla que entre los síntomas de intoxicación “percibidos por los entrevistados” por el uso continuo de agroquímicos figuran: “dolor de cabeza, mareos, somnolencia, tos, sarpullidos, dolor de panza, náuseas, picazón, enrojecimiento de manos, irritación ocular, irritación en la garganta y dificultad para respirar”.
Con respecto a los médicos entrevistados, “a excepción de uno, todos atendieron pacientes con síntomas de intoxicación por plaguicidas. Cita al único especializado en intoxicaciones: “No llegan al hospital los productores que aplican con síntomas leves, de esos creo que ni nos enteramos. Lo que llega a la guardia es lo que pasó en los domicilios a donde fueron a parar esas sustancias y cuando la enfermera (identifica y ) me manda el producto, me lo manda como un remedio: el remedio para las plantas. Entonces los equipos de salud tampoco tienen verdadera dimensión del riesgo”.
Apunta el informe que “remedio para las plantas” también es el término más usado entre los productores. Y concluye: “Pareciera que existe una relación entre el nombre que se le asigna con la percepción de esa sustancia”. Y cita a uno de los médicos entrevistado, quien al referirse a los casos de intoxicación dijo: “Tengo la idea de que están relacionados con la cura de hortalizas”. Dice el informe. “El médico entrevista utilizó el término cura para referirse a la aplicación de agroquímicos, alejando de esta manera desde el discurso a los plaguicidas de las sustancias tóxicas y peligrosas”.
Esta percepción refuerza la información que los productores del mercado. Cuando se lo interrogó acerca de qué elementos tienen en cuenta al elegir los plaguicidas, los productores respondieron el más potente o el más eficaz, pero ninguno eligió el menos peligroso.
Ambos informes describen cuales son las consecuencias de esta falta de percepción de peligro. Los aplicadores no usan elementos de protección personal cuando esparcen los agroquímicos, tampoco realizan una higiene completa y profunda luego de manipularlos y no almacenan stock ni restos como material químico peligroso, contaminante y tóxico.
“El resultado deja ver que la percepción del riesgo de los productores entrevistados asociado al uso y manipulación de agroquímicos no se acerca siquiera al verdadero riesgo al que se encuentran expuestos. Esta mirada en torno al riesgo en la utilización de plaguicidas es una construcción social particular”.
Concluye: “Pareciera que hay una instalación del modelo productivo muy afianzada que dificulta el pensamiento puesto en desarrollar otras alternativas productivas”.
El informe alerta que “no hay cumplimiento de la Ley N°15.465 sobre el Régimen Legal de las Enfermedades de Notificación Obligatoria”. Esto significa que no se reportan las intoxicaciones con agrotóxicos en cuanto tales, por lo cual hay un subregistro de casos que impide tener una dimensión del problema. Aun así, la provincia con mayor cantidad de casos notificados en Tucuman, con una tasa de 56.69 casos notificados, seguida por el Chaco, con una tasa de 42.92 casos.
Concluye este informe: “Habiendo analizado el marco coyuntural vinculado al uso de agroquímicos se observa además que algunos principios de política ambiental establecidos en la Ley Nacional General del Ambiente no están siendo cumplidos adecuadamente, a saber: principio de prevención, principio precautorio, principio de equidad intergeneracional, principio de responsabilidad, principio de subsidiariedad y principio de sustentabilidad. En función de los datos relevados, se observa que de toda la reglamentación mencionada a los largo del trabajo sólo una pequeña porción se cumple efectivamente. La falta de articulación de diversos organismos de gobierno y la falta de presupuesto destinado a la fiscalización y control se presentan como posibles causas de este escenario”.
Por último, el informe recomienda “el apoyo a prácticas agroecológicas, ambientalmente y saludablemente sostenibles a lo largo del tiempo”.
Agrotóxicos vs. Salud, Capítulo 3: Por qué estamos a ciegas

Percepción del riesgo y dinámica de uso de plaguicidas agrícolas en el Valle Inferior del Río Chubut

Año 2012.
Investigadora: Lic. Luciana Antolini
Director: Magister Ing. Agr. Javier Souza Cassadinho
Consultora: Dra. Susana I. García
Programa Nacional de Prevención y Control de las Intoxicaciones por Plaguicidas. Dirección Nacional de Determinantes de la Salud e Investigación.
Lugar: Valle Inferior del Río Chubut (municipios Rawson, Gaiman, Dolavon y 28 de Julio). Relevamiento de 10.447 hectáreas (25.2% de los suelos) de área cultivable para todo tipo de cultivos, el 5% del total de la superficie es ocupado para actividades intensivas de horticultura y fruticultura

Documentos

  • Descargar el informe completo, en formato .pdf (2,96Mb)
  • Características:

    • El destino final de la producción hortícola del valle es el consumo interno
    • Existen unos 458 establecimientos agropecuarios, la mayoría de ellos familiares
    • Prevalecen las tierras arrendadas
    • Los pesticidas más utilizados son la Cipermetrina, la Lambdcialotrina y el Dimetoato, tres insecticidas. También surgieron el Endosulfan (5 menciones) y el Clorpirifós (2) y el glifosato con solo 1 mención.

    Método: el estudio consta de entrevistas a tres actores de la zona.

    • Productores hortícolas aplicadores de agroquímicos (17 casos)
    • Médicos responsables de atender a los pacientes ante una intoxicación por plaguicidas (6 entrevistados)
    • Los miembros de instituciones públicas de diferentes niveles de gobierno vinculados al tema de referencia (11 funcionarios)

    Productores

    • “Casi la totalidad de los médicos entrevistados refirieron no saber los nombres de los productos”.
    • “No se constató durante la entrevista un conocimiento asentado sobre qué productos utilizan y para qué cultivos”.
    • “Ocho de 17 entrevistados informaron que lo adquieren fraccionado, a pesar de que el fraccionamiento es un acto delictivo”.
    • “12 de 17 productores respondieron que quien los asesoraba en el uso de plaguicidas era el mismo vendedor del producto”.

    “Entre los elementos que tienen en cuenta al elegir los plaguicidas, 7 dijeron “más eficaz”, 4 “más potente”, 2 “más conocido” y 1 “más barato”. Ninguno eligió la opción “menos peligroso””.
    “De los 17 entrevistados, doce indicaron utilizar algún elemento de protección personal y cinco refirieron no utilizar ningún tipo de protección. Sólo un entrevistado dijo utilizar todos los elementos de protección”.
    “Además de la falta del uso de elementos de protección personal se observa que la higiene posterior a la manipulación no es una práctica usual entre todos los entrevistados: sólo tres mencionaron realizar las tres acciones de higiene (lavado de manos, cambio de ropa y baño)”.
    “Casi la totalidad de los aplicadores preparan el plaguicida al aire libre y más de la mitad de los encuestados lo hace al lado de un canal de agua. 8 de 17 lo almacena en un depósito y 9 guardan el sobrante. Con los envases, 11 de 17 aplicadores los quema”.
    “Del total de 17 entrevistados siete no terminaron la educación básica inicial”.
    “Nueve de las personas consultadas alguna vez recibieron capacitación sobre uso responsable de agroquímicos, y ocho no recibieron ninguna capacitación”.
    “En ningún caso alguno de los horticultores respondió todas las vías de ingreso al organismo del agroquímico”.
    “A pesar de que más de la mitad de los productores indicó haber tenido algún síntoma que podría relacionarse con los agroquímicos utilizados, sólo uno consultó al médico”.
    Médicos
    “En la actualidad existe un solo médico en toda la Patagonia con especialización en Toxicología que posee la profundidad necesaria de conocimientos para el tratamiento de un paciente intoxicado con un agroquímico”.
    “Cinco de los seis médicos indicaron que no recibieron capacitación en materia de toxicología más allá de la formación de grado”.
    “Sin embargo, a excepción de un entrevistado, todos atendieron pacientes con síntomas de intoxicación por plaguicidas”.
    “Ninguno de los entrevistados refirió utilizar algún modelo de historia clínica ambiental”.
    “Los médicos no suelen identificar con claridad con qué tipo de sustancias trabajaron durante la aplicación”.
    “Los equipos de salud no dimensionan correctamente el riesgo que implican los agroquímicos, inclusive cuando se atiende a un paciente intoxicado”.
    “Cinco de los seis médicos entrevistados confirmó en forma rotunda que sí existe una relación entre la salud de las personas y la forma de uso de plaguicidas. Asimismo indicaron que pueden se riesgosos para el ambiente”.
    Funcionarios públicos
    “El precio y la efectividad son los dos factores que inciden en la decisión de compra de los agroquímicos, según los funcionarios públicos”.
    “A este dato se le agrega la mención sobre la escasa variedad de productos que llegan al valle”.
    “Destacan que la falta de uso de elementos de protección personal está asociada a la falta de visibilidad de las consecuencias en la salud que eso trae”.
    “Tres de los entrevistados indicaron que no hay agroquímicos buenos ni malos, sino que es buena o mala la forma en la que se utilizan”.
    “No se efectiviza un control adecuado y total de los residuos de plaguicidas que llegan con las hortalizas a los puntos de venta al consumidor”.
    Conclusiones
    “Este resultado deja ver que la percepción del riesgo de los productores entrevistados del valle asociado al uso y manipulación de agroquímicos no se acerca siquiera al verdadero riesgo al que se encuentran expuestos”.
    “Parece que el subregistro de los casos se debe en parte a: la inespecificidad de la sintomatología, la escasa capacitación médica, el registro de un diagnóstico y diferente y la falta de asistencia a la comunidad”.
    “No hay cumplimiento de la Ley 15465 sobre el Régimen legal de las Enfermedades de Notificación Obligatoria y la inclusión de las categorías de intoxicaciones por plaguicidas como tales por Resolución Ministerial 1715/2007”.
    “Los principios de política ambiental establecidos en la Ley Nacional General del Ambiente no están siendo cumplidos adecuadamente, a saber: principio de prevención, principio precautorio, principio de equidad intergeneracional, principio de responsabilidad, principio de subsidiariedad y principio de sustentabilidad”.
    “Esta situación no es ajena a las autoridades de aplicación en el ámbito del trabajo. La Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT, 2005) en su informe “Panorámica de los Riesgos Laborales en el Sector Agrario” dice que los trabajadores agrarios son los principales afectados por los plaguicidas.
    “Frente a este panorama estadístico, la primera interpretación indica la falta de medidas de prevención para controlar la diversidad y las peculiaridades propias de este tipo de trabajo.
    “Incluidos los entrevistas confirman la existencia de productores que no utilizan plaguicidas a nivel internacional, nacional y en la región en estudio, por lo que se deduce que es rentable y posible producir sin agroquímicos”.
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    Estudio de percepción de riesgo a la salud y dinámica de uso de plaguicidas en la localidad de Maimará, Jujuy

    Año 2014
    Firmante: Griselda Martínez Borda, Residencia de Epidemiología, Ministerio de Salud de la Nación
    Alcance: Sector hortícola del Municipio de Maimará, ubicado a 75 km al norte de la ciudad de San Salvador de Jujuy, en el departamento de Tilcara.
    Los entrevistados están relacionados con las siguientes instituciones:

    • Secretaría de Agricultura Familiar
    • Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTI)
    • Hospital provincial Maimará
    • Cooperativa agropecuaria Maimará

    Documentos

  • Descargar el informe completo, en formato .pdf (2,1Mb)
  • Conclusiones
    “Todos los productores leen las etiquetas de los productos, sin embargo un 63% refirió que no son claras en aspectos como a dosis que deben utilizar los cultivos donde aplicar, y palabras técnicas”.
    “Sólo dos productores indicaron todas las posibles vías de ingreso”.
    “De los productores que han consultado al servicio de salud, ninguno tuvo diagnóstico de intoxicación, recibiendo tratamientos con: pomada, gárgaras y crema”.
    “Las prácticas de preparación y aplicación no son las adecuadas”.
    “El único aspecto positivo de los agroquímicos fue en relación al beneficio económico”.
    “El principal aspecto negativo reconocido para el hombre fue la salud”.
    “No sean evidenciado conocimientos adecuados en cuanto a las legislaciones municipales y provinciales respecto al uso de agroquímicos”.
    Recomendaciones
    “Se recomienda implementar talleres educativos que abarquen temáticas referidas a la promoción y prevención de la salud, que estimulen cambios de conducta frente a la exposición de los agroquímicos”.
    “Los estudios locales como los que fueron llevados a cabo en Maimara, exponen la necesidad urgente de llevar a cabo evaluaciones y control de los efectos de la salud de los plaguicidas, dirigido a las personas que están expuestas”.

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    Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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    Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

    Por Claudia Acuña

    Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

    Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

    Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

    A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

    Una y otra vez.

    Una y otra vez.

    Una y otra vez.

    Hasta lograrlo.

    Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

    Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

    Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

    Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

    Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

    Quizá.

    Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

    Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

    La presentación

    Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

    Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

    Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

    El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

    Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

    Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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    La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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    La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

    Por Francisco Pandolfi

    Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

    La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

    Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

    Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

    En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

    www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

    Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

    Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

    En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

    La causa, sin avances

    Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

    Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

    La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

    Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

    Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

    Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

    www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

    Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

    Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

    Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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    La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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    Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

    Por Franco Ciancaglini.

    La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

    En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

    “Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

    La que habla es una de sus hijas, Paula.

    El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

    Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

    La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

    Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

    El arma y la palabra

    Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

    Es jubilada.

    Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

    Tiene tres hijas.

    Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

    Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

    Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

    La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

    Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

    La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

    Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

    El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

    Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

    Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

    Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

    La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

    Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

    “Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

    Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

    Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

    Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

    Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

    La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

    ¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

    La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

    ¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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