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Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

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El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como “omnipresentes”. Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.

Texto: Anabel Pomar

A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).

Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.

La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.

Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas:

En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.

En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.

Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.

En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).

En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.

En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.

Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.

En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).

¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.

En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires. 

¿Por qué se incluyó a nuestro país?  Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.

Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.

Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.

El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.

Omnipresentes

 Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Los resultados de los venenos en materia fecal.

En los hogares

Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.

Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia, sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la  potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.

A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.

Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.

La mordaza

En la conferencia virtual –toda en inglés– que  duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.

lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.

lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.

El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, lavaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.

Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.

“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la  investigación.   

En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.

La vida cotidiana asediada

En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.

En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.

En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.

Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.

En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).

En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.

En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.

Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.

Ambiente

Gobierno y agrotóxicos: Caputo baja aranceles para beneficiar el uso de pesticidas que afectan la salud y el ambiente

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Glifosato, atrazina y 2-4,D son los tres venenos cuyos aranceles bajarán a menos de la mitad. Es un intento del gobierno de Javier Milei y su ministro Luis Caputo de beneficiar a las corporaciones de agrotóxicos y a los productores que los utilizan principalmente para productos transgénicos, en dosis cada vez mayores, y más patológicas. Detalles de otra medida regresiva para el medio ambiente, que busca favorece un sistema de producción contaminante, dañino y que beneficia principalmente a las grandes corporaciones del agronegocio.

Texto: Anabel Pomar

El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, a través de un mensaje en la red social X, anticipó medidas para “favorecer al agro”. El mensaje publicado éste lunes 8 de abril por la tarde, anunció que se producirá este mes la “baja de aranceles de herbicidas” y una “mejora de aprobaciones de los permisos de Senasa”.

“Los herbicidas a base de atrazina, glifosato y 2-4,D bajarán del 35% al 12.6% (que es el Arancel Común vigente para el Mercosur). A su vez reduciremos el arancel de la Atrazina primaria, desde el 24% actual al 10.8%”, dice textualmente.

La medida, en un contexto de profunda inseguridad alimentaria y hambre, y décadas de afectaciones producto del uso de ese tipo de peligrosos agrotóxicos, pinta un escenario distópico. “El gobierno busca reducir los costos de producción de los productores individuales con el claro objetivo de incrementar la siembra de los cultivos dedicados a la exportación (maíz, soja, trigo), con ello incrementar los saldos exportables para desde allí obtener más ingresos relacionados con las retenciones a la exportación. En términos estrictamente económicos, al bajar el precio de estos herbicidas cambia la relación entre el costo del insumo y su productividad marginal. Lo que producirá un incremento en la utilización de estos insumos. Claro está, todo ello, a costa de la salud socio ambiental”, dijo a lavaca el ingeniero agrónomo Javier Souza Casadinho. El gesto de Caputo parece responder a una realidad: no funciona la liquidación de la cosecha, lo cual es una de las patas, entre tantas, que amenazan desnudar al esquema económico del gobierno. Liberar estos precios, aunque sea a costa de la salud y de menor recaudación para el propio Estado, implica la idea de facilitar la producción de agricultores y pooles de siembra sumergidos en la creencia sobre su propia incapacidad (falsa) de cultivar sin agrotóxicos.

“El herbicida atrazina, muy soluble en el agua, es capaz de contaminar las napas y con ello el agua de bebida de todos los seres vivos. Por su parte el 2, 4 D es capaz de ser arrastrado por el viento (deriva) afectando a los cultivos circundantes de donde es aplicado. El glifosato, utilizado en la mayoría de las actividades agrícolas incluida la producción de frutas y hortalizas, contamina los alimentos, el agua y el aire que respiramos. Los tres herbicidas, parte del listado de plaguicidas altamente peligrosos, pueden producir alteraciones severas en la salud socioambiental, alteraciones endocrinas en los humanos alteraciones en el sistema nervioso, cáncer, linfoma de hodking”, resume a lavaca Souza Casadinho, que además es Coordinador Regional de la Red de Acción en plaguicidas sus Alternativas de América Latina (RAPAL)

Según estadísticas oficiales – últimos datos públicos – de la Dirección de Agroquímicos y Biológicos, Dirección Nacional de Protección Vegetal del SENASA, en 2022, Argentina importó:

ATRAZINA    21.007.820,00 (TOTAL DE KG – AÑO) desde China y USA.

GLIFOSATO   63.099.000,00 (TOTAL DE KG – AÑO) desde China y USA.

2,4 D     16.322.428,70 (TOTAL DE KG – AÑO) desde USA, China, México, Japón e India.

En un informe sectorial sobre Agroquímicos y Bioinsumos elaborado por el Ministerio de Economía de la Nación, de noviembre de 2023, puede leerse: “Si se consideran parámetros internacionales, Argentina se ubica entre los países que más uso intensivo hacen de los agroquímicos 7,4 (Kg/Ha arable) en el año 2020”. El consumo en nuestro país, según esa fuente y para el mismo año, fue por USD 2.920 millones. El 76% de ese dinero, corresponde al rubro Herbicidas.

Uno x uno

Atrazina

La atrazina es un herbicida disruptor endocrino (químico capaz de dañar nuestras hormonas) que, aun en dosis muy bajas, puede causar defectos de nacimiento y daños reproductivos. También es un posible carcinógeno, con mayor evidencia en cáncer de mama y próstata.

Prohibida en cuarenta países (Fuente Rapal-dato de 2021), la atrazina (ATZ) es uno de los tres plaguicidas más utilizados de Argentina. Según un informe del 25 de septiembre de 2021 del Ministerio de Ambiente, “se han detectado desvíos del uso permitido, como, por ejemplo, su aplicación en barbechos y cultivos de soja, papa, algodón, trigo y girasol”.

En ese informe del Ministerio de Ambiente se resumen hallazgos de atrazina en aguas de lagunas de llanura pampeana, en la lluvia, en suelos, en sedimentos, en aguas de pozo de escuelas rurales y de comunidades. También hay evidencia de que está presente en verduras, frutas, peces y en leche de vaca.

La atrazina es el compuesto detectado con mayor frecuencia en diferentes cuencas hidrográficas argentinas. Esto se debe a la alta presión de su uso, su alta movilidad y persistencia. (Aparicio, De Gerónimo et at., 2015). En el agua de red no se la monitorea.

Por estos días, ese herbicida tomó nuevamente un criminal protagonismo tras el incendio en Atanor de San Nicolás, en el sector de fabricación de atrazina provocando una nube tóxica e inconmensurables daños que se suman a la más de una década de denuncias por contaminación, enfermedades y muertes en los barrios linderos.  

Glifosato

El herbicida glifosato es tal vez uno de los herbicidas más conocidos en nuestro país. La causa es sencilla. Es el más usado y también quizás el más denunciado por provocar afectaciones, no solo aquí sino en el mundo entero.

El glifosato [N-(phosphonomethyl)glycine] (GLY) es un herbicida (como indica la palabra que mata hierbas) no selectivo, de post-emergencia, de amplio espectro, ampliamente utilizado para el control de las “malas hierbas”. Introducido por Monsanto en la década de los 70 como principio activo del formulado Round Up, es posiblemente el herbicida más utilizado en la actualidad en todo el planeta.

En 2015, la IARC (Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer, dependiente de la OMS), reclasificó al glifosato como clase IIA (Probable Cancerígeno en Humanos). El informe añade que hay fuertes evidencias de que la exposición a las formulaciones de base glifosato son genotóxicas; puede haber daños cromosómicos en las células sanguíneas; y que el glifosato y el ácido aminometilfosfónico (AMPA, producto de degradación del glifosato) inducen procesos de estrés oxidativo que pueden provocar muerte celular y disfunción tisular.

En nuestro país es posible encontrar residuos del herbicida con potencial carcinogénico en todo nuestro sistema ambiental. En diferentes concentraciones, en la lluvia que cae (el 80% tiene glifosato y el 34% su metabolito AMPA) en el algodón, gasas, (el 100% de todas las muestras de marcas que se venden en los comercios y supermercados dieron positivos para glifosato y AMPA). En el río Paraná y sus afluentes, tras un monitoreo en 23 puntos aparecen en los sedimentos (glifosato + AMPA) concentraciones de glifosato en proporciones tres veces mayor a la que se encuentra en un campo sembrado por soja, lo que daría a su vez cuenta de la movilidad de los componentes.

El pesticida ataca directamente también a comunidades, escuelas y personas. Por sólo mencionar un ejemplo, el 100% de participantes argentinos en la investigación internacional SPRINT sobre agrotóxicos dio positivo (glifosato en sangre). Todas las personas muestreadas tenían glifosato, aunque no lo usaran, inclusive aun viviendo lejos de los campos fumigados.

Lavaca ha cubierto las condenas y los numerosos juicios que se realizan en contra de Bayer/Monsanto, dueña del Roundup, la marca comercial más conocida del herbicida base de glifosato. Y también ha detallado cómo ese producto, pese a las evidencias que se siguen amontonando de su peligrosidad, continúa en el mercado a fuerza de lobby y fraude científico. Además de lo que representa como pérdida de dólares en un momento de crisis. Los productores quedan atrapados en un sistema presuntamente inevitable, reduciendo cada vez más sus ganancias. El detalle para todo esto: los proyectos agroecológicos han demostrado similar capacidad productiva, sin necesidad de esos gastos que afectan a quienes producen, y al país.

2,4 D

El herbicida 2,4 D, es célebremente famoso por ser uno de los componentes del “Agente Naranja” utilizado durante la Guerra de Vietnam por el ejército estadounidense. Fue clasificado en 2015 por la IARC como clase 2B, es decir, “posiblemente cancerígeno en humanos”. De altísimo riesgo, es neurotóxico, teratogénico (paladar hendido, malformaciones esqueléticas); genotóxico y disruptor endocrino.

Entre otros efectos reproductivos: disminuye el volumen de esperma y su movilidad y aumenta el porcentaje de espermatozoides anormales en trabajadores expuestos.

Asociado a la enfermedad de Parkinson, se señalan entre otros de sus efectos crónicos: bronquitis, peribronquitis, neumoesclerosis, nefrotóxico y hepatotóxico.

Es además altamente persistente. En 2014, en la ciudad santafesina de San José de la Esquina, un camión volcó 18.000 litros de ese herbicida. El Equipo Multidisciplinario de Interacción Ambiental (Emisa) de la Universidad Nacional de La Plata comprobó que los residuos del agrotóxico se registraban incluso a la vera del río Carcarañá y demostró que a casi dos años de ocurrido el derrame, la concentración del producto era hasta 100 veces más fuerte que “la tolerable”. Y aún se olía en el aire, síntoma obvio de su capacidad de seguir intoxicando sin degradarse.

La política del veneno

El biólogo, filósofo e investigador del CONICET, Guillermo Folguera, consultado por lavaca, señaló que este anuncio de reducción de aranceles para la importación tiene que ser comprendido en el contexto del “conjunto de medidas neoliberales que promueve el gobierno nacional actual pero también en cuanto a la genealogía e historia de nuestro país”.  A punto de publicar el libro Veneno en coautoría con la investigadora Paula Blois, en el que indagan sobre las políticas públicas y las relaciones de complicidad con las empresas extractivas, Folguera entiende que las políticas de los que se jactan de despreciar las políticas y el estado, no son nuevas. “En lo personal considero que se muestra un ciclo histórico muy marcado entre lo que ha significado la dictadura militar de la década del 70 y el intento por avanzar hacia el capitalismo en esta fase particular neoliberal, con un actor muy claro y muy evidente que tiene que ver con los grupos de especulación financiera, que se han metido muy fuerte en el agro, cosa que siguen profundizando”.

“Los cambios institucionales que se dieron en el gobierno de Carlos Saúl Menem promovieron los transgénicos pero también alteraron instituciones de control como SENASA. Omitieron cualquier política de prevención y ubicaron en un lugar muy secundario los cuidados ambientales y de salud. Los años siguientes han presentado a mi entender cierto carácter voluntarista en cuanto a la alternativa a los agronegocios sin meterse en el corazón, en el núcleo de este sistema que promueve la mercantilización de todo, de territorios, de cuerpos, de naturaleza, sin otra finalidad que es que cierto sectores del agro, de la especulación financiera y de las corporaciones se vean beneficiados”, concluye.

El gobierno, en el mismo mensaje de Caputo, anuncio una “mejora” en los permisos del SENASA. ¿Que implica esto?, se pregunta Casadinho y agrega: “¿Seremos más severos para aprobar el registro de un plaguicida?”. La respuesta parece obvia.

Además, incluyendo estudios de afectación a la salud donde pueda participar la sociedad civil, ¿la categorización de los plaguicidas será más exhaustiva? ¿Incluirá estudios sobre enfermedades crónicas?. Los representantes del ministerio de salud podrán participar de los estudios y en categorización toxicológica. ¿Esta mejora incluirá la prohibición de los 140 productos químicos prohibidos en otros países? ¿O será más de lo mismo? Es decir: aprobar el registro de plaguicidas sin realizar estudios en el país sobre su efecto tóxico, seguir aprobando plaguicidas altamente peligrosos, seguir aprobando plaguicidas manteniendo criterios de confidencialidad sin que la sociedad pueda conocer a fondo como se aprueban los plaguicidas, las investigaciones realizadas, así como su constitución. No estamos condenados a los plaguicidas. Es posible producir de manera rentable para los productores y generar ingresos para el país a partir de la producción agroecológica”.

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Actualidad

Precarizados y al borde del despido: así se apaga el fuego en Chubut

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Mientras el incendio que se inició en el Parque Nacional Los Alerces en Chubut ya quemó cerca de 8 mil hectáreas y las autoridades afirman que el fuego por el momento está detenido, cientos de brigadistas y de otras áreas de los Parques Nacionales trabajan sin contrato laboral. La posibilidad de quedarse sin empleo por un decreto de Milei y el incumplimiento de Cabandié que lo podría haber evitado. La falta de respuestas de este gobierno que vacía al Estado y la pregunta sobre quién se beneficia con las llamas. Ganar al truco como forma de conservar el puesto, en un pasado donde la precarización era incluso mayor.

Desde Esquel. Texto: Francisco Pandolfi /Fotos: Nicolás Palacios

El 25 de enero a las 22.30 dos focos comenzaron el incendio en el Parque Nacional Los Alerces, que arrasó con alrededor de 8 mil hectáreas. Es la quinta vez en los últimos años (2008, 2015, 2016, 2023 y 2024) que se quema el mismo Parque; en total, cerca de 20 mil hectáreas

“El Parque está todo quemado”, dice Estela, personal técnico de Los Alerces, a cargo del área de pobladores. Está sentada en una de las miles de sombritas de esta inmensidad que cautiva a los ojos por tanta belleza, y que los hace trizas cuando lo que se ve es fuego y cenizas. En su sector laboral hay una sola persona: ella, únicamente, es el nexo con las 39 poblaciones y 57 familias que habitan el Parque Nacional.

Estela, en medio del fuego, está sin contrato.

Y no es la excepción, sino la regla.

“En total, en el Parque Nacional los Alerces somos 112 trabajadoras y trabajadores. Nada más que 112 personas para cubrir un área de más de 250 mil hectáreas, así que tenemos falencias por todos lados. Por lo menos, necesitaríamos más de la mitad, como para empezar”. 

Precarizados y al borde del despido: así se apaga el fuego en Chubut

Estela trabaja en Los Alerces hace 13 años / Foto: Nicolás Palacios para lavaca

“Estamos en el aire”

No es el único problema la falta de personal. “35 brigadistas y 16 técnicos y administrativos estamos sin contrato. Yo hace 13 años que trabajo acá, tengo compañeros que están hace 20 y nunca nos pusieron en planta permanente. Siempre tuve contratos anuales, pero nuestra situación cambió tras el decreto firmado por el presidente Javier Milei”. A fines de diciembre, dio de baja los contratos del Estado firmados en 2023 y exhorta a que sólo podrán renovarse hasta 90 días. “El DNU dice hasta marzo, pero no firmamos nada, ni por tres meses. No tenemos ninguna comunicación oficial, nada que avale de manera formal que seguimos trabajando”.

Desde la asunción del nuevo gobierno, la Administración de Parques Nacionales (APN) está acéfala. Hasta el momento, no hay nadie que conduzca el organismo. En cuanto al Parque Nacional Los Alerces en particular, vive una situación parecida, ya que como no hay nadie nombrado oficialmente, el guardaparque Danilo Hernández Otaño es el intendente interino. “Es una locura la situación, la mitad del parque se quedaría sin empleados. Estamos en el aire y sin autoridades”, cuenta Estela.

Hernán Mondino conforma la Brigada de Incendios, Comunicaciones y Emergencia (ICE) del Parque Nacional Los Alerces. Acaba de bajar del helicóptero luego de otro día larguísimo combatiendo al fuego. Es delegado de sus compañeros, que como él, tampoco tienen contrato. “No sólo los de este Parque; los más de 600 brigadistas a nivel nacional estamos en la misma situación de precariedad laboral; así subimos a apagar el incendio”.

“Nosotros firmamos un contrato anual a la salida de la gestión anterior, el decreto 84 de Milei dio de baja esos contratos y puso un periodo de revisión hasta marzo, pero no firmamos nada. No nos echaron y nos siguen pagando… de ahí andamos agarrados por ahora”. ¿Qué significa estar sin contrato, en relación a si se lastiman por ejemplo? “No sabemos. Por tema de seguros y ART nos dijeron que sigue todo vigente, pero es un gris”.

Hernán, delegado que se puso al hombro el reclamo / Foto: Nicolás Palacios para lavaca

Sin respuestas

Tanto el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, como la Autoridad de Parques Nacionales, dependen de la secretaría de Deportes, Turismo y Ambiente, desde hace días a cargo de Daniel Scioli. La cartera está bajo la órbita del Ministerio del Interior, comandado por Guillermo Francos. “Pedimos una reunión con Francos por la apertura de paritarias y no hubo ninguna respuesta para establecer con claridad la situación en la que estamos ahora. Te van llevando a definir situaciones más extremas. La temporada pasada hicimos seis, siete paros y sabemos bien que cuando se apague el fuego, olvidate: menos bola nos van a dar”.

La incertidumbre laboral es uno entre varios reclamos que encabezan las y los brigadistas, que en asamblea decidirán en las próximas horas los pasos a seguir. “Que aparezcan todos los recursos cuando hay incendios y antes no, debe ayudar a reflexionar un montón de cuestiones. En el sistema de incendios forestales el brigadista es el principal elemento, pero somos los principales precarizados. Es necesario un proyecto con los trabajadores adentro, con plenos derechos. Hoy no es que sobra nada, pero pedís un pantalón y te dan el pantalón; pedís borcegos y te dan borcegos… son cuestiones elementales que deben brindarse antes, ¿por qué esperar a que haya un incendio para que te den la ropa adecuada? En cuanto a infraestructura estamos mal, tenemos un baño para treinta personas”.

Todo tiempo pasado fue peor

Hernán tiene 39 años y repasa los derechos conquistados, así como de dónde se partió hasta llegar a la actualidad. “La visibilidad que tuvimos en los últimos años transformó lo que era el rol del brigadista, che pibe del guardaparque. Si había que ordenar la seccional, ahí iba el brigadista, lo mismo para cortar el pasto. Al protestar porque hoy los contratos son anuales, debemos recordar que hasta hace cuatro años eran trimestrales. Y no sólo eso, años atrás los hacían jugar al truco por el contrato”

¿Cómo que los hacían jugar al truco?

–Sí, la precariedad era total; el que ganaba se quedaba contratado, el que perdía, afuera.

Recuerda Estela: “Eso pasaba hace diez años atrás, o menos; los contratos eran por temporada; hubo muchísimo trabajo de ATE y de los trabajadores para revertir eso”.

Suma Hernán: “En la última gestión de Cabandié pasaron a ser contratos anuales. Sin embargo, la pelea de fondo es el pase a planta. En un discurso, Cabandié dijo que nos iba a pasar a planta, pero nunca lo hizo. Recién al final de la gestión se abrió el reconocimiento del Estado a la necesidad de pasar a planta a 450 brigadistas de todo el país, cuando a nivel nacional somos 600. Todo quedó en la nada y ahora con este gobierno…”.

Completa Estela: “El trabajador estatal va a la par de la política pública, y por eso los recortes de Milei; si no hay política pública, ¿para qué nos quiere?”. Reflexiona: “Más allá de lo que fue el gobierno de Alberto, no puedo creer que no hayamos pasado a planta todos los trabajadores del Estado en un gobierno que cree en el Estado. Dejaron una parte muy importante descuidada, al laburante, al efector de la política pública. Nos subieron el sueldo, nos mejoraron de categoría y eso fue muy importante, pero no alcanza. Nos dejaron en banda los gobiernos anteriores, no identificaron nuestra importancia”.

Estela tiene 47 años, un hijo y una hija, cuyos nombres lleva tatuados en la piel. Vela por ambos. “Todos los trabajadores que no estamos en planta permanente tenemos otra changa, un plan B por la incertidumbre de quedarnos sin laburo. Y ahora más que nunca. Soy costurera y me puse a trabajar más por si me quedo sin empleo”.

Precarizados y al borde del despido: así se apaga el fuego en Chubut

Una cuadrilla de brigadistas recién aterrizados / Foto: Nicolás Palacios para lavaca

Una pepa de oro

Según comunicaron desde el Parque Nacional Los Alerces, el fuego se encuentra “detenido en fase de control”, que significa que el frente de avance se detuvo “a raíz de los trabajos realizados o por efectos meteorológicos”. E informan que “284 personas están asignadas al terreno para el combate con herramientas manuales y fajas cortafuegos; con el apoyo de maquinaria vial y autobombas para evitar nuevos focos secundarios”. Sigue habiendo algunos prendidos, aunque están contenidos. Permanentemente se realiza una guardia de cenizas para evitar la multiplicación de nuevos fuegos.

Datos oficiales confirman que el 95 % de los incendios son causados por actividad humana. Este incendio, para todas las fuentes entrevistadas en esta cobertura, fue intencional, pero no hay ninguna prueba que demuestre quién fue ni por qué. “No hay dudas de que fue intencional por el lugar donde fue, que no es accesible para cualquier persona y porque se prendieron dos focos juntos –opina Hernán–. La cuestión está en saber cuál es la motivación y para eso es importante analizar el historial de los incendios en Alerces, que ya fueron varios; de hecho, en esa misma zona donde empezó, el año pasado apagamos un par de focos”. 

Añade Estela: “Fue intencional porque el área que se prendió no es de uso público, son áreas de pobladores; quien lo hizo debió conocer muy bien la zona. Todos los incendios anteriores tuvieron características similares: sabían que habría viento y que los días siguientes haría mucho calor, las condiciones perfectas para que el fuego se propague”.

Hernán profundiza sobre otro elemento: “A la intencionalidad se suma el cambio climático, la sequía, la disponibilidad de combustible; antes los incendios eran más controlables, hoy explotan por la desertificación del suelo. La palabra para definir este incendio es que el fuego se escurre, vos le hacés la faja, le hacés de todo y el fuego se escurre igual… el campo está seco, tocás al pasto y hace ‘crack’, entonces se prende al toque”.

¿Quién gana con este fuego?

–Hernán: Pienso, le busco la vuelta y no la encuentro; porque el tema inmobiliario en Parques no tiene sentido, ya que no se puede vender la tierra, es área protegida. En cuanto a negocios, por lo menos con las leyes actuales, hoy no podés hacer nada.

–Estela: No lo sé. Si vos me decís que los incendios empezaron en la era de Milei, y… te diría que la provincia podría tener sus intereses, porque el DNU habla de la posibilidad de la descentralización de organismos nacionales a las provincias, y Chubut siempre tuvo interés de crear un parque provincial. Los Alerces es una pepa de oro para todo el mundo, todos se lo pelean. Sin embargo, esto no empezó con Milei: este parque está todo quemado y no puede seguir quemándose.

¿Las flotas de aviones y helicópteros son estatales? 

–Hernán: No. Hasta mediados de enero no estaban disponibles los aéreos; son empresas contratadas, tercerizadas. Ahí entra la discusión plenamente política, por qué no los tenés vos como Estado, por qué no te armás de una flota hidrante que tenga capacidad de respuesta propia.

Las jornadas arrancan a las 7 y terminar cerca de las 18 / Foto: Nicolás Palacios para lavaca

Una hijaputez

El ex vicepresidente del Parques Nacionales (2015-2019), Emiliano Ezcurra, declaró en la Revista Gente que “muchas veces la forma de protestar contra el gobierno o una política de gobierno contraria a los parques nacionales o a la reducción de presupuesto para brigadistas puede generar que algunos individuos tomen venganza prendiendo fuego el bosque. Los contratos de brigadistas se renovaron solo hasta fines de marzo, entonces en protesta contra esa precariedad laboral es muy probable que haya pasado esto”.

Le responde el delegado de los brigadistas: “Quieren tener una respuesta rápida a una situación de mierda de la que en realidad no saben nada; buscan pegarle al que le sirve discursivamente, es parte del debate bajo de la política. Lo que debemos pensar es si estamos como sistema de incendio a la altura, si están los recursos disponibles y si hay políticas de incendio”. Luego de la respuesta racional, le deja paso al sentir: “Me da mucha bronca lo que dijo, porque es un montón de entrega; te duele la rodilla y tenés que patear igual; te duele algo, e igual tenés que cargar las herramientas. Este tipo simplifica lo que hacemos, diciendo que ves un humito, mandás el dron y después te tirás encima y listo, como si fuera soplar y hacer botella”.

Foto: Nicolás Palacios para lavaca

Contesta Estela, directo al ex funcionario: “Los trabajadores de Parques no prendemos fuego, lo apagamos. Después que se fije la Justicia quién lo prende. Fue una hijaputez lo de esta persona, más con la situación laboral en la que estamos”. La Justicia no tiene novedades sobre la causa de este incendio. Ni tampoco sobre los fuegos anteriores. “Como se asume que son intencionales y algún día se van a cortar, no se invierte en la prevención, en la conservación. Hay que encontrar a quien los prende, pero nunca los agarran… O sea, ninguno es ninguno, en todos los incendios anteriores estamos como en este, no se supo ni se sabe nada”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1758100350152704093?s=20

Cuidar la naturaleza y a quien trabaja

En el Parque Nacional Los Alerces hay flora y fauna autóctona, hay lagos y ríos, hay montañas y poblaciones.

Y también hay laburantes precarizados, sin contrato y conectados con su hábitat.

Como Estela, que hace unos años se mudó al Parque Nacional Los Alerces: “Después del incendio habrá que esperar que crezcan los árboles; sabemos que se llenará de plantas exóticas, no nativas, y eso es grave; todo es grave, irrecuperable. Nadie que viva hoy va a volver a ver el bosque como fue. Ver al Parque quemado es lo más triste del mundo”.

Como Hernán, que nació en la localidad bonaerense de Berazategui y que eligió la Patagonia hace trece años: “Vine acá por los bosques, por los lagos, por la tranquilidad, por la paz; todo eso está en la naturaleza, hay que entender que somos parte, que hay que cuidarla. Y que otro norte, también, debe ser cuidar al que labura”.

Precarizados y al borde del despido: así se apaga el fuego en Chubut

Por estas horas, en asamblea decidirán los pasos a seguir / Foto: Nicolás Palacios para lavaca

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Nota

Agroecología y biodinámica en Mendoza: Elogio de la locura

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Mendoza tiene historia de movilización antiminera. Pero no todo es “no”. Hay además producciones agrícolas sanas, incluso de vinos, que reman contra la corriente tóxica, la crisis climática y sintonizan con las nuevas tendencias de consumo. Un viaje para conocer formas distintas de acción y pensamiento que conectan, aunque parezca una locura, el cielo con el suelo.

Texto: Sergio Ciancaglini

Fotos: Nacho Yuckark

Agroecología y biodinámica en Mendoza: Elogio de la locura
Sandra con las manos en el ajo agroecológico. Fotos: Nacho Yuchark.

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