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“Agua para todos, todos por el agua”: escrache a la Cumbre Mundial de Cambio Climático
Frente a un desproporcionado operativo policial, 500 personas se manifestaron contra el encuentro organizado por la ONU en las instalaciones de la Sociedad Rural. Participaron aborígenes, campesinos y movimientos de trabajadores desocupados. Protestaron contra la privatización del agua y contra la represa prevista para el río Carrenleufú, en la zona de Corcovado, Chubut.
La Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático también tuvo su escrache. Una manifestación de más de 500 personas marchó el viernes pasado –durante la jornada de cierre- desde Scalabrini Ortíz y Aráoz hasta la puerta de la Sociedad Rural, donde debatían funcionarios ambientalistas de todo el mundo. “Acá se reúnen los dirigentes para diseñar políticas de desarrollo para el poder económico, no para los pobres”, denunció una de las organizadoras, Moira Millán, miembro de la comunidad mapuche Pillán Mahuiza, de Corcovado, provincia de Chubut.
La marcha estuvo encabezada por la bandera del Frente de Defensa del Río Carrenleufú, el curso de agua donde está prevista la construcción de la represa La Elena, que de llevarse a cabo inundará 11.000 hectáreas de bosques en la zona de Corcovado e implicará el desalojo de 30 familias mapuches. Pero el estandarte no era sostenido sólo por representantes de pueblos originarios, también lo llevaba José Pepino Fernández, de la Unión de Trabajadores Desocupados de General Mosconi, y Germán López, un campesino ecuatoriano que llegó al país para participar de la Cumbre. “A mi me invitaron a venir y resulta que no pude hablar, porque sólo se lo podía hacer en inglés”, se quejó.
López le prestaba la voz al megáfono: “Agua para todos, todos por el agua. Abajo la privatización del agua”, gritaba con su tonada centroamericana y la vena hinchada. A su lado, marchaba Millán con la Kupán, la vestimenta típica de su pueblo. Cada vez que la proclama del ecuatoriano concluía, ella lanzaba un “¡Marici Weu!”, el alarido de guerra mapuche que significa que por cada uno que caiga, serán diez los que se levantarán. Si ese grito dotaba ded mística a la caminata, la música de los sikus, cultrún, y erquencho la imbuían de cierto clima ritual.
La manifestación era bien heterogénea. Había representantes de los Movimientos de Trabajadores Desocupados de La Plata, Solano y Lugano, entre otros. También estaban los del Movimiento Teresa Rodríguez, el equipo de Educación Popular de Madres de Plaza de Mayo, miembros de distintas entidades ambientalistas como Río Abierto o agrupaciones culturales como El Grito del Sur. Todos se marchaban entre las whipalas, los estandarates multicolores de los aborígenes. Las consignas “Territorio y dignidad”, se mezclaban con las que exigían la libertad de los presos políticos y las que condenaban a los transgénicos alternaban con “Iglesia, basura, vos sos la dictadura”, que aludía a la censura judicial impuesta a la muestra del artista León Ferrari, por considerarla ofensiva para los intereses clericales.
“Venimos a decirle al pueblo argentino que los guardianes de la vida no vamos a permitir que se hagan negocios con los recursos naturales. Venimos a denunciar que lo que llaman energía limpia arrasará con 11.000 hectáreas de un bosque paradisíaco”, explicó Millán cuando los manifestantes arribaron a la puerta de la Rural. Varios cordones policiales protegían la entrada en un operativo que parecía desproporcionado. Fue de tal magnitud, que entorpecía la labor de los periodistas extranjeros acreditados que querían cubrir un acontecimiento que los sorprendía. “¿Alguien habla inglés?”, preguntó un cronista japonés, cordón policial de por medio (más que un cordón parecía un piquete). Antes que nadie, contestó el comisario: “No”, aseguró.
Hasta los funcionarios de otros países, que entraban y salían de la Cumbre, tenían problemas con la policía cuando se detenían a sacar fotos de la colorida protesta. Sobre todo, en el momento en que el Equipo de Educación Popular de las Madres de Plaza de Mayo realizó una sátira teatral protagonizada por un Julio Argentino Roca que parecía tan duro como una piedra.
En ese lugar, también habló el ecuatoriano López, quien denunció que en su país comenzó a privatizarse el agua. “No debe existir el agua como mercancía, es proteína. Nos quieren matar”, sentenció y agregó: “Repudiamos esta Cumbre. Los recursos naturales se siguen extrayendo con contaminación. Le decimos no al saqueo a todas las corporaciones que se llevan nuestros recursos con la complicidad de los gobiernos”. La protesta se cerró cantando Cinco Siglos, esa canción que asegura que se “hace vida con el sol y en la Pacha Mama, florenciendo”. Muchos bailaron. Y los funcionarios de la ONU, organizadora del encuentro internacional en la Rural, seguían sacando fotos.
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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