CABA
Alerta Salta: trabas en la aplicación de la ILE
Una joven médica residente de un hospital público de Tartagal fue detenida por garantizar un aborto. Era la única que no era objetora de conciencia en la zona, y había denunciado a un ginecólogo por abuso de menores. Su caso demuestra cómo (no) se aplica en los territorios la Ley y cómo funciona la máquina de obstaculizar derechos, encabezada por la justicia, los medios, la Iglesia y el poder político. Por Inés Hayes y Melissa Zenobi.

La realidad en Salta supera a la ficción. O, en verdad, demuestra cómo es la verdadera realidad alejada del Congreso, donde no siempre se cumplen los derechos que allí se votan.
La noticia: a fines de agosto en Tartagal, una médica de 31 años que garantizó el derecho de una joven de 21 años que decidió interrumpir su embarazo, terminó detenida. La orden fue firmada por el juez Fernando Mariscal Astigueta y motorizada por el fiscal Gonzalo Ariel Vega.
El caso se convirtió en un emblema de cómo (no) se aplica la Ley 27610 en los territorios. Emblema para la lucha de las mujeres que en Salta se movilizaron para exigir la liberación de la médica y, ahora, reclamar el fin de su persecución judicial; y emblema para los grupos antiderechos de la provincia, que iniciaron una cruzada para aleccionar a los profesionales que puedan llegar a replicar la interrupción de un embarazo no deseado.
La médica detenida es la única médica no objetora de conciencia en la zona. De ese modo, su detención implica que no se garantice la ley de IVE en Tartagal y alrededores, además de un claro mensaje disciplinatorio a todo el resto de los profesionales médicos.
Se trata de la misma doctora que denunció de oficio un caso escalofriante: el del Marcelo Cornejo, médico ginecólogo de 64 años, acusado de abuso sexual por pacientes adultas y menores en el Hospital de Tartagal Juan Domingo Perón. Según las denuncias, Cornejo era objetor de conciencia durante la mañana, en el hospital, pero por la tarde, en su consultorio, cobraba 20 mil pesos por realizar abortos clandestinos; los testimonios también refieren que solicitaba favores sexuales cuando las mujeres no contaban con dinero, y hasta casos de abuso sexual. Si bien las denuncias datan de mediados del año pasado, Cornejo fue separado de su cargo recientemente.
Entre las organizaciones de mujeres de la provincia, la detención de la médica se lee como un clásico “pase de factura” por la denuncia que involucra a Cornejo. Pero sus consecuencias calan más hondo, en una provincia que tiene una alta tasa en internaciones hospitalarias por abortos y muertes maternas: antes de la ley, la Dirección General de Estadísticas de Salta estableció que alrededor del 30% de las muertes maternas en la provincia se debían a abortos clandestinos. En 2018, una publicación de Amnistía Internacional Argentina advirtió que, con una tasa de 83.4%, Salta se ubicaba en el cuarto lugar entre las provincias con mayor cantidad de embarazos adolescentes.
Nada indica que esta realidad haya cambiado tras la ley: al contrario.

El cuento de la médica
«¿Quién protege a las mujeres en la provincia de Salta?”, es la pregunta que hace suya la joven médica detenida, cuya identidad se reserva a su pedido. Pregunta que contempla también al cuidado de las personas que, como ella, garantizan derechos desde los estamentos públicos. Cuenta: “La paciente fue usada políticamente; yo, también. No sólo la han expuesto sino que ahora la están obligando a hacer una falsa denuncia, obligándola a mentir y a dar un falso testimonio”, dice la médica sobre la maniobra que intenta inculparla a ella como promotora de la interrupción a costa de la voluntad de la mujer. “(La interrupción) fue autorizada por el director del hospital y por todo el equipo interdisciplinario; la historia clínica es muy clara, está el consentimiento informado, hay testigos”, enumera sobre las pruebas que se presentaron en la causa penal que enfrenta, a las cuales se suman las conversaciones con la propia paciente. “Estoy cumpliendo con una ley nacional”, recuerda y reclama: “No conocen las necesidades sanitarias del norte de la Argentina. Que nos dejen trabajar y continuar con nuestros servicios públicos: dejen de jugar a la democracia”.
Su defensa apunta a explicar cómo y por qué actuó en el marco de una ley que fue ampliamente discutida en el Congreso y ganada en la calle en 2020. “Yo no puedo obligar a nadie a abortar. ¿Qué va a movilizar a una médica a obligar a una paciente a abortar? Yo soy residente, así que no actúo sola sino con la institución y un equipo interdisciplinario”, insiste la joven.
Ni bien se conoció el caso, las organizaciones de mujeres y derechos humanos de la provincia se pusieron en movimiento y exigieron su inmediata liberación. “La persecución, el encarnizamiento judicial y mediático por el caso ILE en Tartagal contra la doctora solo encuentra explicación en el marco de una sociedad machista y patriarcal como la de Salta”, dice a la MU Marta César, presidenta de la Multisectorial de Mujeres de Salta e integrante fundadora de la Red PAR. “Una provincia en la que abogadas y militantes feministas debieron llegar a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que las clases de religión católica en las escuelas públicas dejaran de ser obligatorias y donde el ministro de Educación se niega a cumplir con el Programa de Educación Sexual Integral”, contextualiza.
Finalmente, movilizaciones tanto al Hospital Juan Domingo Perón donde trabajaba la médica, como al Ministerio Público Fiscal, terminaron logrando la liberación de la residente el mismo día de su detención.
La máquina de adoctrinar mediante escuelas y perseguir a través fiscalías, también tiene como protagonistas a los medios de comunicación. El caso de la médica de Tartagal: “Cuando la causa no estaba caratulada, cuando se detuvo a la médica sin que esta supiera bajo qué cargos se procedía a su detención, el diario hegemónico El Tribuno salió a instalar la idea de ‘asesinato’ y continuó con una serie de notas carentes de perspectiva de género, con el fin de espectacularizar el caso. Gran parte de los periodistas anti derechos tomaron esa versión, confundiendo a la población entre Interrupción Voluntaria del Embarazo e Interrupción Legal del Embarazo con el agravante que no se aclara el respaldo legal de ambas prácticas”, explica César desde Salta.
La vara clandestina
Las denuncias contra el ginecólogo Marcelo Cornejo muestran la otra cara de la noticia de la médica: la doble vara que caracteriza a quienes avalan la clandestinidad, para su propio beneficio.
Este médico fue imputado también por abuso de una menor y denunciado ante profesionales del hospital por abuso contra una mujer mayor. “Nadie lo persiguió, ni demonizó como a la médica residente”, sigue César sobre otras dobles varas. “Nadie se puso a averiguar de cuántos meses eran los embarazos que cursaban esas chicas y las mujeres”, explica Marta comparando la situación. Casualidades que no lo son: “El abogado Alexis Rambert Ríos, quien defiende a Cornejo, es uno de los que acusa a la médica que denunció de oficio al médico abusador. Y fue una concejala de Salvador Mazza, Claudia Subelza, a la vez funcionaria de la Secretaría de la Niñez y la Familia de la Municipalidad de Salvador Mazza, quien expone a la paciente al contar el caso, que es un derecho y una decisión de índole privada, a los medios de comunicación”.
Por otra parte, el abogado defensor de Cornejo tiene también una denuncia por abuso sexual de una chica hipoacúsica; esa causa está con pedido de elevación a juicio. “Ríos pidió la detención de la médica y un jury contra Lorena Martínez, la fiscal que interviene en la causa. Eso es un claro pase de facturas del abogado Ríos, del médico Marcelo Cornejo, primero contra la joven residente y luego contra la fiscala Martínez, que expone el accionar de la urdimbre machista en esta provincia”, dice César.
Más conexiones sospechosas: el juez que pide la detención de la doctora es Fernando Mariscal Astigueta, quien retardó el caso de la nena wichí (relatado en la MU 101, nota Todo y nada), por el que pidieron un jury que no fue llevado a cabo, “porque la Comisión de Jury, está integrada por hombres y mujeres del Opus Dei”, explica Marta. En 2015 esta niña wichí de 12 años de la comunidad de Alto La Sierra sufrió una violación en manada de 8 varones.
“¿Qué tipo de justicia con perspectiva de género podemos encontrar acá?”, se preguntan desde la Multisectorial de Mujeres de Salta. “Queda clarito este pacto machista patriarcal de una manera brutal: ni el hospital, ni los antiderechos, ni la Iglesia, ni lxs diputadxs provinciales, Cristina Fiore y Andrés Suriani- diputados conocidos en la provincia por oponerse a todas las leyes que signifiquen un avance para las mujeres y disidencias- dijeron nada del médico abusador que hacía abortos en su consultorio”, indicando que el silencio, cuando es selectivo, se parece mucho a la complicidad.
El agujero negro
«El acceso a la IVE en Salta es complejo”, explica a MU Monik Rod, miembre de Consejerías Comunitarias de Salta. El acceso se da desde el 0800 222 3444, una línea del Ministerio de Salud de la Nación que funciona desde 2010 y desde la cual se hacen las derivaciones a las provincias. Informa Monik: “Sin embargo la línea no solo recibe solicitudes de abortos, sino también denuncian por ejemplo que determinado profesional o institución no quiso colocar un DIU, porque el profesional lo considera abortivo y es objetor. La persona gestante llama pero eventualmente pueden encontrarse con un embarazo embrionario, o un test negativo”.
Una vez hecha la demanda, se recibe un código y hay un plazo de 10 días para cumplir con el pedido; el código sirve para seguir el trámie y reclamar en caso de que no se cumpla. La línea funciona de lunes a viernes de 9 a 21 horas y sábados, domingos y feriados de 9 a 18.
Monik cuenta además que “quienes atienden los llamados son administrativas o enfermeras, no psicólogas como antes y esto hace que la modalidad sea menos efectiva. No es lo mismo si alguien te llama amigablemente y te habla de determinada manera, con empatía, y te explica los pasos a seguir, despeja dudas, etcétera. La atención ha hecho de esto una cuestión más rasposa porque piensan que el acompañamiento no es necesario o importante. Que sea legal, seguro y gratuito no significa que no haya un montón de dudas que deben ser respondidas antes. En estos casos es muy importante un acompañamiento con contención”.
La diferencia entre el interior y la capital: “Nosotras tenemos privilegios porque estamos en Salta Capital y hay un puñado de médicos que lo garantizan en la atención primaria de la salud. Pero en el interior todo es mucho más difícil, no hay señal, se dificulta la comunicación, hay menos médicos. Si estás en Iruya por ejemplo, es muy difícil: no hay ni señal. Por eso intentamos establecer contactos con maestras y profesoras para poder llegar. Pero es realmente complejo. Además no tenemos recursos, y es muy difícil movernos. Militamos todo el tiempo, 24×7, porque a veces las pibas no pueden hablar durante el día. Entonces mientras todos duermen, en el teléfono privado pasan cosas”, revela.
Parafraseando a una de sus compañeras, Monik dice: “Si no es a través de nosotras, las rutas se vuelven intransitables y las chicas no llegan”. Es que en Salta son las organizaciones feministas, sociales y populares las que han difundido y visibilizado el 0800, y no el Estado: “Le hemos hecho una campaña tremenda, que no nos la podrían pagar nunca: hicimos el número más conocido. Pero incluso las acompañadas igual quieren saber más, entran a la página, consultan. Estas experiencias nos llevan a la primera instancia, la necesidad de la Educación Sexual Integral, a tener una consulta con un médico que pueda entender qué herramientas en salud nos van a brindar para nuestra vida sexual”.
Según el informe que presentó la Jefatura de Gabinete ante el Senado de la Nación, entre enero y febrero de 2021, se llevaron adelante 383 interrupciones voluntarias de embarazo (IVE). De acuerdo al informe, 88 interrupciones se hicieron entre el 24 y el 31 de enero de 2021 y entre el 1 y el 28 de febrero, se llevaron a cabo, 295 interrupciones.
Salta es la segunda provincia a nivel nacional en relación al pedido de IVE, detrás de Buenos Aires, con 1.070 interrupciones.
Las otras trabas
Si se logra surcar el sinuoso camino para iniciar una interrupción, aparecen otras trabas, acaso las más difíciles de desarmar: “En la consulta te hacen una ecografía y te hacen escuchar los latidos”, cuenta. “Los médicos que garantizan prácticas son hostigados todo el tiempo, entonces muchos terminan por volverse objetores de conciencia: la gente, los vecinos, y los otros médicos los persiguen, los violentan. Muchas médicas trabajan sin decir que hacen esas prácticas”.
La IVE no es el único derecho consagrado que no se aplica efectivamente en la provincia: la educación católica en establecimientos públicos, prohibida por Ley, parece nunca haberse ido de las aulas. Describe Monik: “A mi hijo de 5 años la maestra lo hace rezar. Si bien el catolicismo no es una materia, igual rezan, se persignan, hay una virgen en la escuela. Y respecto a la ESI, capacitaron a los mismos profesionales que daban la materia religión en las escuelas, y pretenden que sean quienes ahora den clases de educación sexual: ESI basado en el amor, le llaman”. La paradoja: “Como nos opusimos a eso, directamente no hay ESI”.
Alma Blanco, de la Federación de Estudiantes Secundaries suma panorama desde adentro: “La aplicación de la ley de Interrupción del Embarazo se está manejando muy mal en Salta, al igual que en muchas otras partes del país. En muchas provincias se presentaron cautelares para que los hospitales puedan meter presos a los médicos que garantizan los procedimientos. En Salta es todavía más complicado: siempre se dificultó la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral, y el desarrollo de la diversidad de género y sexual en los colegios. Ahora, aunque tengamos una ley hace ya más de 9 meses, en Salta acceder de manera legal, pública y gratuita al aborto sigue siendo algo poco común, y muy dificultoso. Hoy por hoy no se puede ir a un centro de salud y esperar que te atiendan: no solamente porque puedan meter presa a esa médica, si no porque te dilatan la situación para que no llegues a hacerlo”.
Continúa: “Hay muy pocos hospitales en la provincia para la cantidad de demanda sobre todo en el interior. La situación de las mujeres en las comunidades del norte, las localidades fronterizas con Chaco, con Bolivia y Formosa, está atravesada por muchas otras cosas, no solamente por la salud reproductiva. Las mujeres o personas gestantes del interior de la provincia no cuentan siquiera con el poco acompañamiento que podemos tener en la capital. No es una crítica en cuanto a la ley, sino al presupuesto que se baja en salud para la provincia, en Educación y Salud Integral, y la falta de profesionales que hagan valer la ley”.
Cuando las denuncias son por violencia machista, tampoco cambia mucho: “Si vas a denunciar a tu marido violento, la policía te pregunta si lo vas a dejar entrar el fin de semana: hay cero perspectiva de género”, dice Monik, recordando que en Salta se habla corrientemente de “ideología de género”.
El Observatorio contra la Violencia Patriarcal Lucía Pérez lleva contabilizados 185 femicidios (30 cada 100 mil mujeres) y 47 tentativas de femicidios en la provincia. Además, entre 2017 y 2019 hubo 1.008 violaciones y aun hoy hay 11 mujeres desaparecidas.
Como contrapartida para dar vuelta esta realidad, en los últimos tiempos se hicieron 22 movilizaciones pidiendo justicia y reclamando derechos, entre ellos, los garantizados por la propia ley.
CABA
Villa Lugano: una movilización en contra del “Máster Plan”

Vecinas y vecinos del barrio del sur porteño resisten ante una obra que está haciendo el gobierno de la Ciudad a espaldas de la comunidad: tala de centenares de árboles añosos, el cierre de varios ingresos y egresos de la autopista Dellepiane y la colocación de un nuevo peaje (a 4 km de otro ya existente) para ampliar la recaudación. El silencio del gobierno local y el ruido de sus topadoras arrasando el espacio verde y público. La voz de la organización popular que no calla y sale a la calle, otra vez –este viernes y en una caravana de autos– para visibilizar lo que pasa en una de las zonas más postergadas de CABA: a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel hasta Dellepiane Norte y Piedra Buena.
Por Francisco Pandolfi
Desde noviembre del año pasado la comunidad de Villa Lugano resiste a una obra que ya está haciendo el Gobierno de la Ciudad sin licencia social ni escuchar a la vecindad: el Máster Plan Autopista Dellepiane, con un costo de más de 7.000 millones de pesos, tala de centenares de árboles, cierre de 14 ingresos y egresos a la autopista y otro peaje (a cuatro kilómetros del de avenida Lacarra).
La organización popular no cesó desde el momento en que se enteraron de la iniciativa. Asambleas, audiencias públicas, semaforazos, volanteadas en los distintos sub barrios que forman parte de este barrio porteño bien al sur porteño. Y guardias, para evitar el talado de árboles en lo que las y los vecinos denuncian como “un ecocidio”, que está sucediendo desde marzo.
La comunidad hizo un relevamiento casa por casa con los frentistas a la autopista Dellepiane: más del 70% no tenía idea de la existencia del Máster Plan. Presentaron por escrito pedidos de información pública a AUSA (Autopistas), APRA (Agencia de Protección Ambiental), Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño, sin respuestas.
Sin embargo, la obra empezó aún incumpliendo la promesa de que antes habrían mesas de trabajo en conjunto. Este viernes, la comunidad decidió volver a manifestarse, en una caravana de autos para seguir visibilizando la problemática. Desde lavaca hablamos con el colectivo de vecinos apartidario No dividan Lugano que está al frente de denunciar la obra.
Sobre lo negativo y lo positivo de la obra, dirán: “El Master plan Autopista Parque Dellepiane fue presentado como una mejora para el sur de la ciudad, pero en la práctica profundiza las desigualdades urbanas, degrada el ambiente y fragmenta el territorio. Lo negativo es abrumador”, y enumeran:
• Implica la tala de más de 500 árboles añosos, sin plan de reforestación efectivo.
• Aumenta la huella de carbono y destruye espacios verdes sin compensación.
• Instala un Metrobus central inaccesible, que obliga a cruzar pasarelas extensas sin rampas adecuadas ni soluciones reales para personas mayores o con movilidad reducida.
• Divide al barrio aún más, eliminando accesos, aislando sectores y obstaculizando la vida cotidiana.
• No contempla una red multimodal de transporte, ni bicisendas, ni centros de transferencia.
• Instaura peajes en tramos que eran gratuitos, generando un nuevo costo para vecinos que hacen trayectos cortos todos los días.
Agregan: “Lo positivo, si lo hay, podría haber sido la oportunidad de pensar el área como un verdadero corredor verde y sustentable. Pero nada de eso fue incorporado, ni escuchado”. Y vuelven a enumerar, en este caso, sobre lo que es fundamental denunciar en esta obra:
• Fue diseñada sin participación ciudadana efectiva, sin diálogo real con la comunidad.
• Incumple múltiples normativas locales y nacionales, desde la Constitución de la Ciudad hasta leyes de accesibilidad, ambiente y derechos ciudadanos.
• Avanza a pesar de un amparo ambiental colectivo presentado por vecinos, vulnerando el Acuerdo de Escazú y los principios de justicia ambiental.
La obra es impulsada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCBA), a través de su empresa estatal AUSA (Autopistas Urbanas S.A.), con financiamiento internacional de la CAF –Banco de Desarrollo de América Latina. Las veces que lavaca quiso comunicarse con la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño fue imposible. Nadie atiende. En relación a AUSA el prensa de la empresa explicó que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”.
Dicen las y los vecinos: “El proyecto fue aprobado sin estudios de impacto ambiental adecuados, sin matrices de costo-beneficio transparentes y sin haber sido sometido a procesos participativos válidos. Hoy, la obra está en plena ejecución, avanzando a toda velocidad sin haber sido revisada tras la presentación del amparo ni durante las mesas de trabajo convocadas por la Justicia, una vez que ya habían iniciado la obra”.
¿Las mesas de trabajo están sirviendo de algo? ¿Hay escucha del gobierno porteño y de la empresa?
Las mesas de trabajo fueron convocadas por orden judicial. Pero en la práctica, no hay escucha real. El GCBA y AUSA llegan a las mesas con el proyecto cerrado, sin brindar información clave, sin contestar a los pedidos de acceso a la información, ni frenar las obras mientras se debate. Las propuestas alternativas presentadas por los vecinos (como usar colectoras, premetro, u otros modelos de movilidad sustentable) ni siquiera fueron consideradas. Las mesas han sido una formalidad dilatoria mientras la obra avanza sin freno.
¿Qué perjuicios ya están sucediendo y cuáles sucederán?
Tala de árboles, pérdida de sombra, humedad y biodiversidad; rotura de veredas, ruidos permanentes, vibraciones y molestias en la vida diaria; corte de accesos históricos, dejando barrios desconectados. Y si no se frena habrá un aumento de inseguridad vial, con colectivos cruzando carriles rápidos en maniobras riesgosas; aislamiento de sectores enteros del barrio; encarecimiento de la vida cotidiana por peajes, más transporte y pérdida de comercios barriales; mayor contaminación ambiental y sonora; desvalorización de las propiedades y deterioro del entorno.
¿Por qué este viernes 1 de agosto la comunidad hará una caravana?
Porque ya no alcanza con reclamar en silencio ni esperar respuestas que no llegan. Convocamos a una caravana vecinal pacífica para visibilizar el conflicto, frenar el avance destructivo de la obra, y exigir participación real. Será una caravana con autos, banderas argentinas y carteles. Queremos que nos vean y que nos escuchen.



La caravana saldrá a las 18 horas desde Dellepiane Sur y Montiel y finalizará en Dellepiane Norte y Piedra Buena. Participarán familias, organizaciones barriales, ambientalistas, arquitectos, docentes, jubilados, comerciantes. Al finalizar, se realizará una ceremonia simbólica con Flavia Carrión, antropóloga y comunicadora de sabiduría ancestral, en el Día de la Pachamama. “Será un acto de gratitud ambiental, una pausa colectiva para honrar a los árboles y el esfuerzo de toda nuestra gente; para agradecerle a la Tierra por seguir aguantándonos. Un momento para reencontrarnos con lo esencial: la naturaleza, la vida en comunidad y la defensa de lo que amamos”.
Esta misma vecindad organizada se formó el año pasado con el nombre “No dividan Lugano”, cuando evitó que el gobierno porteño hiciera una serie de pasos bajo a nivel, que hubiesen significado un abanico de perjuicios para el barrio. En ese entonces, cuando llegaron las topadoras, mujeres y hombres se atrincheraron para defender árboles de más de 100 años. En esta crónica contamos lo que fue ese proceso comunitario.
Un año después, el barrio de Lugano sigue en pie de resistencia. “Somos una comunidad que se levanta para defender a su barrio. Ya presentamos más de 800 firmas, relevamientos propios y propuestas alternativas. Pero nos siguen ignorando, y la obra sigue destruyendo. Por eso salimos a la calle, otra vez, y así lo seguiremos haciendo cada vez que haga falta”.
Actualidad
Marcha de jubilados: balas y bolitas

Siete detenidos y al menos 30 personas heridas, entre jubilados, curas, trabajadores de prensa (lavaca, Cítrica, Infonews, El Destape y C5N, entre ellos), defensores de derechos humanos, y un niño de 4 años que estaba con su familia en la Plaza de los Dos Congresos. Ese es uno de los saldos de otra semana de represión brutal a la protesta de cada miércoles, esta vez coordinada por la Policía de la Ciudad, que disparó postas de goma, balines con gas pimienta, granadas aturdidoras, golpeó con escudos y lanzó un nuevo tipo de gas que producía tos y vómitos. El despliegue también implicó tareas de inteligencia ilegal con efectivos que filmaban y fotografiaban manifestantes, según denunció la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que también relevó «policías armados con postas de plomo que están prohibidos». Los carteles, las reflexiones, y la creatividad: algunos integrantes de la marcha terminaron jugando a las bolitas en la calle con los balines policiales.
Por Lucas Pedulla y Francisco Pandolfi. Fotos Juan Valeiro/ lavaca.org

El padre Paco Olveira muestra los balines que golpean y expulsan gas pimienta. Terminaron jugando con ellos a la bolita sobre la acera.
Otro miércoles de protesta de jubilados y otro miércoles de represión feroz y absurda enfocada principalmente a jubilados y a la prensa que cubría lo que estaba ocurriendo. Con ataques directos a los ojos y a los cuerpos. A las cámaras y a los celulares que registraban la bestialidad de las fuerzas de seguridad –el fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, entre ellos, con quemaduras de primer grado en el cuello y en la oreja–. No es difícil imaginar lo que hubiese ocurrido si ese ataque le hubiera llegado directamente a los ojos. Esta vez fue la Policía de la Ciudad la encargada de lanzar gases y disparos a mansalva en la intersección de Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña cuando la movilización pretendía ir hacia la Casa Rosada.

El fotógrafo Juan Valeiro de lavaca, uno de los periodistas atacados, como ocurrió con profesionales de Cítrica, Infonews, El Destape y C5N.
Hubo 7 detenidos (Agustín Cano, Leandro Maristains, Alejandro Carrizo, Federico Burgos, Francisco Ramos, Hugo Eischler y Javier Mendoza) y al menos 30 heridos según la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), entre ellos un niño de 4 años que estaba en la Plaza de los Dos Congresos junto a su familia.

Escenas de otro miércoles de violencia estatal absurda.
Más allá de la violencia ordenada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la concentración de jubilados tuvo un eje concreto de reclamo: el “no al veto” del gobierno nacional a la suba de las jubilaciones y la emergencia en discapacidad. Sin embargo, Javier Milei ya avisó que vetará las leyes aprobadas por el Congreso. Tiene plazo hasta el lunes 4 de agosto, tiempo destinado a ofrecer distintas cuestiones no públicas a diputados que se sumen a apoyar el veto, como ha venido ocurriendo. ¿El argumento del oficialismo contra un ínfimo aumento a jubilados? “Va en contra del equilibrio fiscal”.

Una de las jubiladas víctimas del coraje policial contra ellas, y de un nuevo gas tóxico, un símbolo de esta época.
Con la camiseta de Independiente y máscara del Hombre Araña, un jubilado entendió el mapa económico que traza esa decisión, y lo señaló con un cartel en tono bíblico: en el Génesis se habla de un sueño con vacas gordas y vacas flacas, referencia a los períodos de prosperidad y a los de dificultades. El jubilado escribió una actualización argentina de aquella imagen que ya no tiene forma de sueño sino de pesadilla.
- “Vacas gordas, jubilados flacos”.

El Hombre Araña es del Rojo, y releyó el Génesis.
Números y un café
Carlos trabajó cuarenta años en el Correo y no falta ningún miércoles a la marcha de jubilados y jubiladas con su remera ya mítica de Chacarita. Tanto, que casi nadie sabe que se llama Carlos y la gente le dice “Chaca”. Hoy caminó por Rivadavia con dos vendas que le envolvieron sus dos antebrazos. “Como todos los miércoles, venimos a reclamar y te cagan a palos. Acá tenés la prueba”, dijo a lavaca mostrando sus moretones. “Pero ya lo dije: esta sangre mía Bullrich la va a pagar”.
Héctor acaba de cumplir 75 años: “Decir que la suba de las jubilaciones atenta contra el equilibrio fiscal es una payasada. Milei lo deja claro cuando le baja las retenciones al campo, como dijo el sábado en la Sociedad Rural. Para nosotros nada y para los ricos todo, esa es la política del gobierno. ¿El beneficio para el campo no genera déficit fiscal? Milei es una máquina de mentir”. El hombre cuenta sus propias y reales retenciones: “Ya no salgo más que los miércoles acá. Ya no tengo la vida que tenía antes, no puedo viajar ni tomarme un café”.

Policías en acción, frente a jubilados que reclaman por sus haberes amputados por la motosierra.
De ratificarse el veto a los jubilados, la suba de agosto no será del 7,2% como fija la ley aprobada (el haber mínimo $441.600), sino del 1,62% en base al último índice de inflación de junio de 2025, por lo que la jubilación mínima será de $ 314.243,51.
Abus en la calle
Alicia tiene 63 años y lleva un pañuelo firmado por siete de sus nietos: “Abus en lucha”, “Aguanten los jubilados”. No entiende la distribución de la riqueza. O sí, pero la ve obscena: “La baja de las retenciones y el veto a los jubilados es una guasada total”. Sus retenciones: “Ya no me puedo dar más un gustito. Vivo el día a día, ya no estoy comprando nada ni semanal ni mensual”.
En la marcha hubo muchos carteles al respecto:
- No al veto: nuestra indigencia es tu superávit
- Ni veto ni represión: fuera el FMI
- No al veto a las leyes en jubilaciones
- No al veto: cobarde estafador (y la cara de Milei).
Ana, 74 años, trajo su propia pancarta: “Baja las retenciones a los ricos, hambrea a los viejos”. Cuenta que su hijo trabaja en el Correo y teme ser despedido, que su nieta encontró trabajo en un Todo Moda pero la echaron a los dos meses. Para ella todo el pueblo debería movilizarse: “No sólo los jubilados y los del Garrahan. Todos”.

No hay plata para el cine argentino (el Gaumont como símbolo) pero sí para filmar ilegalmente a manifestantes.
Walter (66) y Julio (62) llegaron de Campana, norte de la provincia de Buenos Aires. Sumaron otros dos carteles: “Viejo: no te quedes en tu casa, vení a luchar” y “Ayudame a luchar. El próximo viejo sos vos”. Walter movió la cabeza de un lado para el otro al recordar el discurso de Milei en la Sociedad Rural: “Un tipo desquiciado, frente a toda la oligarquía, los terratenientes, los dueños de la tierra. Él mismo dice: ‘soy cruel’. Nos la está haciendo parir. Nos quitó la medicación, todo un desastre”.
Julio coincidió: “Ahí ves realmente para quién gobierna. Hasta el que tiene séptimo grado, como yo, se da cuenta”.

Jubilado hablándole a la pared.
Roberto, 62 años, de Trelew (Chubut), lo escucha: “Pero hay que seguir viniendo, compañeros. Son totalmente inescrupulosos. Hoy hablaba con un amigo que me decía que había que respetar el voto popular, pero Hitler también ganó con el voto popular. Si no salimos a la calle, no sé qué más va a pasar”.
Vallas a donde vayas
El Congreso estuvo totalmente vallado. Vallas sobre Entre Ríos, Riobamba, Yrigoyen, Rivadavia. “Este quilombo lo hizo la Buillrich”, gritó un cincuentón a los automovilistas que se quejaban porque avanzar por las calles lindantes era un imposible.
Luis llevó un cartel: “Menstruación=sueldo de jubilado; viene una vez y se va a los tres días”. Dijo que lo escuchó a Milei cuando anunció en La Rural la baja de las retenciones al agro. “Lo que me dolió fue que la gente aplaudió cuando dijo que iba a vetar nuestro aumento. La gente del campo aplaude a todos los que empiezan con la “m” de mierda: Martínez de Hoz, Menem, Macri y ahora Milei”.

Mensaje para el tal vez próximo embajador de Trump en Argentina. Un apellido que parece un mandato.
Después de la radio abierta, como cada miércoles, empezó la movilización. Las columnas bajaron a Hipólito Yrigoyen, cuya circulación no estaba cortada y marcharon por la calle. “Luche que se van”, fue otra vez el hit, al que siguió “que se vayan todos”. Uno de los temas, con dedicatoria explícita: “A dónde está, que no se ve, esa famosa CGT”. Nobleza obliga: ni la CGT ni ningún partido político, con la cabeza en las elecciones legislativas y no en la calle.
La violencia y las bolitas
Sobre Yrigoyen, casi Luis Sáenz Peña, se divisaba un camión hidrante que se retiró. La columna dobló al final de la Plaza para ir hacia Avenida de Mayo con la intención de seguir la marcha hacia Plaza de Mayo. Sin embargo, en otro operativo de pésima coordinación –esta vez por la Policía de la Ciudad– la manifestación se mezcló entre autos y colectivos que seguían pasando.

“¡Por la vereda!”, gritaron algunos jubilados. Pero en ese momento, los efectivos cortaron de cordón a cordón empezando con la respuesta física violenta. El operativo estuvo acompañado, como suele ocurrir, por oficiales con cámaras que filmaron y sacaron fotos (con el objetivo de realizar algún tipo de “inteligencia” y amedrentamiento a quienes ejercen el derecho de reclamar).
La movilización avanzó pero rápidamente empezaron las detonaciones de escopeta con postas de goma y de granadas. Dispararon balines de armas byrna, redondos y de colores, que impactaban en los cuerpos, provocando lastimaduras y liberación del gas que llevan dentro. También lo hicieron sobre la vereda, donde se supone que no hay “protocolo”. Detuvieron, golpearon y gasearon fundamentalmente a trabajadores y trabajadoras de prensa, como cada semana. El efecto de esos spray, que poseen una sustancia espesa y viscosa: penetra los poros y quema durante horas. El fotógrafo de lavaca, Juan Valeiro, como otros reporteros (Cítrica, Infonews, C5N y El Destape, entre otros), fueron atendidos en la misma plaza y en el Instituto Patria. “Quemadura de primer grado”, diagnosticaron a nuestro compañero.

¿Qué escudan los escudos?
Nadie fue ajeno a esta nueva ofensiva. La policía disparó un gas que generaba tos hasta el punto de provocar arcadas y vómitos. La sensación era extraña, porque no había un sabor ácido ni picante, pero provocaba una tos ronca. El efecto llegaba incluso a las calles aledañas, aparentemente ajenas al la marcha. “El registro del despliegue policial evidencia su brutalidad e irracionalidad”, denunció la CPM, organismo que precisó otro detalle alarmante: “Se relevaron también policías armados con armas con postas de plomo que están prohibidas, y acciones de inteligencia ilegal”.
Agregó la CPM que el ataque incluyó a defensores de derechos humanos, cuyo hostigamiento tenía como fin evitar el registro de los hechos.
Sin embargo, la gente no se fue.
La gente se quedó. La policía avanzaba, seguía gaseando, y la gente siguió.
“¡Tienen miedo!”, gritó una jubilada. “¡Tienen miedo!”.
Uno de los primeros detenidos había sido el padre Paco Olveira. Lo golpearon, lo gasearon y lo salvó la gente. Se llevó de recuerdo dos de los balines de la Policía. “Es el último arma que trajo Bullrich”, explica y muestra a lavaca. “Te tiran y salta el gas. No te deja respirar. Y duele, porque nos dieron unos cuantos en los pies. Gracias a Dios hoy no tiraron a los ojos”.
De fondo, la jubilada siguió gritando: “¡Tienen miedo!”.
Otro miércoles de protesta de jubilados se diluía entre detenciones y balines de gas. Entre un cordón con armas largas sobre Rivadavia y un grupo de la motorizada dispuesto a salir sobre Rodríguez Peña. Sin embargo, mientras el padre Paco seguía mostrando los balines, alguien propuso:
–Juguemos a las bolitas.
Todos se rieron, por el absurdo de la situación.
De nuevo, frente al horror, la creatividad social.
Y así, frente a policías que seguían filmando ahora una burla, un párroco y una jubilada arrodillados en la calle, jugaron a las bolitas con los balines para cerrar otro miércoles argentino.

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


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