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Alimentazo de la UTT: la verdadera respuesta de los mercados

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La Unión de Trabajadores de la Tierra realizó un nuevo alimentazo en Constitución en una semana de corridas especulativa y devaluaciones. Mientras sobrevuela el fantasma de los mercados en la desestabilización financiera, la organización que agremia a 15 mil familias de campesinos, campesinas y productores respondió desde la economía social: cientos de personas hicieron fila desde temprano para comprar verduras y frutas a 20 pesos o pan a 50. Cómo es posible sostener esos precios. Por qué es necesario pensar otro modo de producción. Testimonios y prácticas para salir de la crisis.
Son las diez y media de la mañana, pero Ramón González ya estaba sentado en uno de los bancos de cemento de la Plaza Constitución diez minutos antes. Llegó temprano para poder ser uno de los primeros en las filas del alimentazo que la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) convocó para este jueves, tres días después de la corrida especulativa y la brusca devaluación tras la derrota electoral del Gobierno. Y mientras bajan de los camiones los cajones de mandarinas, puerro, cebolla de verdeo, brócoli y pan de campo, Ramón, a sus 68 años, sintetiza por qué vino: “Los precios”.
Explica:

  • 20 pesos las verduras.
  • 20 pesos el kilo de mandarina, naranja o pomelo.
  • 50 pesos el pan de campo.
  • 50 pesos el kilo de pan.
  • 25 pesos las prepizzas.
  • 110 pesos la yerba.

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Foto: Lina Etchesuri


Y mientras la UTT termina de acomodar los cajones y armar las mesas, la fila ya llega a treinta personas. Detrás de Ramón está Lucía, jubilada de 69 años, vecina de Constitución: “No alcanza el dinero”. Sigue de cerca los anuncios de la organización: “Se ahorra mucho, y es la realidad de lo que nos toca vivir hoy. Los jubilados estamos mucho peor: ni se acuerdan de nosotros”.
Detrás de ella una señora comenta que no gasta menos de 180 pesos cuando compra verduras en Wilde, sur del conurbano: “Acá no gasto más de 60”.
Lucía no puede dejar de leerlo a trasluz de lo electoral:
-El Gobierno recibió un cachetazo con tanta diferencia de votos, pero la gente como nosotros, que estamos abajo, ya lo sabíamos. Los que no quieren ver son los que están arriba. No es que no lo ven, ojo: no les importa. Hoy tenemos a todos estos periodistas que están pidiendo disculpas porque en cuatro años no se dieron cuenta de lo que pasaba. A esos les digo que nosotros, los negritos cabeza, no somos tan ignorantes como se creen. Si no lo querían ver es porque estaban beneficiados en algo. Pero la gente no es idiota, no, y el domingo les dio una respuesta. Ojalá cambie. Porque imagínate, m´hijo, otros cuatro años más de esta gente donde encima te dicen que todo lo que hicieron lo quieren acelerar. Yo no sé dónde iremos a parar. Pero, con este que tenemos, no va más.
Alimentazo de la UTT: la verdadera respuesta de los mercados

Foto: Lina Etchesuri


Lucía se pide dos kilos de naranjas y mandarinas.
Y confirma que la verdadera respuesta de los mercados no es especulativa.
Es social, del productor al consumidor y sin venenos.
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Foto: Lina Etchesuri

Dónde está la fuerza

Cada alimentazo, verdurazo o feriazo de la UTT es un hecho social que implica la politización no sólo del espacio público, sino también de la alimentación y del derecho a la tierra, realizada por una organización que agremia a más de 15 mil familias de campesinos, campesinas y productores. ¿Esta es la verdadera respuesta de los mercados? “Los mercados, tal como los conocemos, en realidad son poderes concentrados económicos”, apunta a lavaca el coordinador general de la UTT, Nahuel Levaggi. “Tienen nombre y apellido y son los grandes poderes financieros. Y ante la corrida del dólar, con algunos productos que hoy ya no se están comercializando por esta desestabilización, salimos a mostrar que podemos mantener los precios y que el único responsable de esta crisis es el Gobierno”.
-¿Qué implica hoy salir a la calle y sostener estos precios?
-Los compañeros que salen a vender el pan a 50 pesos hacen un esfuerzo, porque no dejamos de vivir en esta Argentina dolarizada. Pero sí escapamos y saltamos la mentira de que hay una mano invisible. Acá es el movimiento social organizado que, ante estas acciones económicas del gobierno, salimos a proponer medidas para un modelo agropecuario soberano y popular, que fortalezca a los pequeños productores con acceso a la tierra y garantice alimentos sanos y saludables para el pueblo.

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Foto: Lina Etchesuri


-Desde esa visión, ¿cómo ve lo que viene luego de realizar el Primer Foro Agrario, que reunió a más de 3000 campesinos, campesinas y trabajadorxs de la tierra para discutir otro modelo?
Creemos que estamos en mejores condiciones para presionar a la clase dirigente de que es necesario transformar este modelo. Si bien estamos contentos de que cambie este gobierno porque las medidas de Macri son directamente antipopulares, tampoco depositamos toda la esperanza y expectativa en un futuro gobierno. Reconocemos que la fuerza está en la capacidad de presión del movimiento social organizado. Por eso es en la calle donde vamos a seguir, acercando nuestra propuesta que garantice alimentos sanos a precios justos para el pueblo.
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Foto: Lina Etchesuri

Tres propuestas ante la crisis

Morena Torres tiene 37 años y en sus brazos sostiene a Sara, de tan solo dos semanas: “Ya vino a trabajar: es su primer alimentazo”. Son de la cooperativa gastronómica La Superliga, en Floresta. Son 15 trabajadores y trabajadoras que producen y venden el pan a 50 pesos, además de pastafrolas y budín de pan. “Promovemos la economía social, el consumo responsable y el comercio justo para sumar nuestro granito de arena a la soberanía alimentaria. Hacemos lo básico: que la gente pueda acceder a un kilo de pan o que puede acceder a lo que necesite. Y en los comercios, ahora, no pasa esto. Nosotros hacemos un esfuerzo para sostener los precios del último alimentazo”.
-¿Cómo se puede dimensionar ese esfuerzo?
-Nosotros no especulamos. Ni tampoco aumentamos de antemano, como ya están haciendo la mayoría de los comercios. Si fuéramos menos chantas, decimos que aumentó la harina y que eso impacta en el pan, pero en realidad mantenemos nuestra ideología y nuestras convicciones a la hora de trabajar. Por eso podemos hacer estos productos. De eso se trata: otras vías de comercio, de garantizar condiciones dignas de trabajo y de que el consumidor pueda acceder al mejor precio.

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Foto: Lina Etchesuri

Qué acelga

Gilda Sánchez tiene 22 años, es integrante de la Comisión Directiva de la UTT en La Plata y apunta que la suba del dólar de 45 a 60 pesos va a impactar en las boletas de luz, en los alquileres y en las semillas, pero que la propuesta de salir a la calle precisamente esta semana fue exclusivamente por la gente. “Demostramos que con 100 pesos se pueden llevar un montón de cosas, aunque ya vemos hoy que las verdulerías están aumentan absolutamente todo”.
La joven explica que una de las razones por las que son posibles los precios bajos es que están produciendo sin agrotóxicos: “Es mucho menos el costo de producción que lo convencional”.

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Foto: Lina Etchesuri


Un ejemplo: la acelga. “La plantamos y vamos usando un remedio casero, la sulfopacha, a base de ajo, cebolla y otras verduras comestibles, que creamos nosotros con nuestros técnicos, y que no mata a los bichitos, sino que los repele. Sólo los estamos ayudando a irse a otro lado. Tampoco atacamos a la tierra, y así vemos que la verdura crece más grande, más verde, y tiene otro tipo de vida de las que salen todas muertas y pálidas. El proceso nos reduce los costos casi en un 50%”.
¿Qué podemos aprender de la acelga leída en clave de corrida cambiaria, especulación y parálisis financiera?
Gilda piensa.
Y dice: “Otro modelo de producción y de vida”.
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Foto: Lina Etchesuri

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Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

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Mario Mainardi (en la foto tomada hoy), uno de los principales sospechosos por el femicidio de Cecilia Basaldúa cometido en Capilla del Monte, Córdoba, hace poco más de 5 años, finalmente fue citado por la fiscalía de Cruz del Eje para realizarle este martes una extracción de sangre. La abogada de la familia Basaldúa, Daniela Pavón, se enteró apenas un día antes de esta citación a Mainardi. El sospechoso (actualmente vive en Santa Fe) había sido encargado de alojar a Cecilia en Capilla, y fue la última persona que la vio con vida, el 5 de abril de 2020. Sobre su presencia hoy en Cruz del Eje, contó la abogada: “Sacó fotos a todo el edificio, selfis con tribunales de fondo y salió custodiado con personal de la policía de Córdoba. Se subió a un móvil y se fue”.

Las irregularidades y desinformación o manipulación en la causa han sido frecuentes en perjuicio de la familia y sus defensores (además de Pavón, el abogado Gerardo Batistón es querellante en nombre de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación). También ha significado un ocultamiento a la prensa. Audiencias para las que los testigos no eran notificados, falsos argumentos policiales para explicar su propia inoperancia, demoras incomprensibles en la causa, todos temas por los que hay iniciada una denuncia de la Dirección Nacional de Protección de Grupos en Situación de Vulnerabilidad de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en la Dirección de Investigaciones de las Fuerzas de Seguridad. Además se solicitó a la Fiscalía de Cruz del Eje que la policía de Capilla del Monte, ya no sea la que realiza las notificaciones.

Queda pendiente ahora la información que se brinde a la sociedad sobre este trámite, que permitió ver a un sospechoso clave que nunca dio la cara. La causa ha sido siempre un laberinto sacudido en todo caso por numerosas movilizaciones, desde Buenos hasta Córdoba, para exigir la verdad. Aquí publicamos la crónica de lo ocurrido hace menos de un mes, al cumplirse 5 años del hallazgo del cuerpo de Cecilia Basaldúa.

Fotos y crónica de María Eugenia Marengo para cdmnoticias.com.ar

25 de abril. Cruz del Eje. El GPS calcula unos 2 kilómetros. La entrada a la ciudad está envuelta de un aire viscoso. Una avenida se extiende en silencio y después de atravesarla, la llegada a los Tribunales se convierte en un ritual: una reminiscencia de lo que fue, una promesa de lo que debe ser. El pedido por Verdad y Justicia, es una demanda que crece. Cada letra se ubica en el mismo lugar que ocuparon tres años atrás. Las escaleras de la justicia cruzdelejeña son de un cemento gastado. Raspan, duelen.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

¿Qué pasó en Capilla del Monte? El papá y la mamá de Cecilia, Daniel Basaldúa y Susana Reyes, están cargados de bolsas, llenas de carteles con el rostro de su hija, multiplicado. Son como una red que se estira a lo largo de esos 868 kilómetros que conectan a Buenos Aires con el noroeste de Córdoba. El camino recurrente que transitan para llegar a la verdad..

Sin previo aviso, adentro del edificio de Tribunales Daniel y Susana se anuncian. Quieren ver al todavía fiscal Nelson Lingua, quien aún está a cargo de la investigación de la causa, antes de que asuma como nueva fiscal, Sabrina Ardiles. Afuera todavía se respira la niebla. La espera alerta a los policías. Quieren saber si van a venir más personas.

      – Lo hacemos para cuidarlos –dice la mujer de uniforme.

Piden datos, intentan tomar nota de lo que es una rutina inventada.

–La policía a nosotros no nos cuida –reacciona Susana y en un intercambio sin sentido, se alejan.

Silvia Rivero es la prosecretaria de la fiscalía, se acerca afuera y los llama. El fiscal se hizo un lugar en la agenda del día viernes. Adentro, el reflejo del piso de tribunales es como un espejo que se extiende, entre mocasines, tacos, alpargatas y zapatillas.

La preocupación de la familia es evidente. El recibimiento del fiscal es cordial. Se explica ante los recientes cambios que pronostican para el mes de mayo a Sabrina Ardiles, como la persona que estará sentada en el mismo sillón inmenso de cuerina, desde donde ahora, les habla Lingua. La dra. Rivero, también explica, y confirma que nunca se dejó de investigar. La necesidad de la confianza es una tregua durante esa hora de reunión, los tecnicismos se suspenden y las palabras se abren en una cronología de datos, guardados en la memoria indeleble de Daniel Basaldúa.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

La medida del tiempo de la causa, son las fojas de expedientes que se acumulan. La inspección judicial realizada en el mes de agosto del año 2024, por los posibles lugares donde Cecilia pudo haber estado en Capilla del Monte antes de su muerte, dejó en evidencia la dudosa hipótesis de la anterior fiscal de Instrucción de Cosquín, Paula Kelm, quien había asegurado que Cecilia había llegado por sus propios medios al lugar donde apareció sin vida. Mientras que en el transcurso de estos años, cada vez son más los policías que estuvieron en la búsqueda e investigación, presos por violencia de género:

Adrián Lúquez, ex sub comisario, detenido por amenazas con armas de fuego a su pareja. Hoy en libertad, se fue a vivir a San Luis. Ariel Zárate, ex sub comisario de la Brigada de Investigaciones de la Departamental Punilla Norte –preso por violencia de género.  Diego Concha, ex director de Defensa Civil, encargado de la búsqueda –condenado a prisión perpetua por el crimen de Luana Ludueña y por la causa de violencia de género hacia su ex mujer, y Diego Bracamonte, ex comisario departamental, a cargo del operativo de la búsqueda –preso por violencia de género.

El tiempo de la justicia es una curva enredada, en apariencia, inofensiva. El tiempo de la justicia es el de las burocracias que definen su forma de proceder. El tiempo, es de una lentitud que lastima. Las letras se vuelven a guardar.

Son las cuatro de la tarde y el sol avanza en la siesta de Capilla del Monte. En la plaza San Martín, alrededor del Jardín de la Memoria, se arman los gacebos, se pone un aguayo, se llena de flores. Rojas, amarillas, lilas, celestes, el monte aún está florecido. Contrayerba, lavanda, romero, palo amarillo, incayuyo, ruda, los sahúmos se arman. Una compañera comienza a preparar el fuego.

Más lejos, sobre la calle Pueyrredón, en la puerta de la Secretaría de Turismo, la concentración crece. Llegan de todas las direcciones. Con tambores y repiques, con banderas y ofrendas. Una combi estaciona, descienden vecinos y vecinas que subieron en Córdoba y en distintas partes del Valle de Punilla.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

La batucada suena, es un comienzo en cuenta regresiva. La marcha avanza a contramano. Hay una indignación que toma el ritmo de los tambores, trepa en el repique y todo se hace canción. La calle techada de Capilla del Monte es un anfiteatro de barricadas. Los sonidos viajan a través de la mejor acústica para el reclamo: ¡Vecino, vecina, no sea indiferente nos matan a Cecilia en la cara de la gente. Cecilia presente!

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

“Este es un día especial y este lugar es especial porque tiene mucho que ver con lo que le pasó a Cecilia”, comienza Daniel en la puerta de la comisaría de Capilla del Monte, “hay muchos policías involucrados en el caso. Ya lo hemos denunciado muchas veces, pero parece que no alcanza”, dice mirando a los uniformados que permanecen parados como  granaderos.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

Daniel les recuerda que durante el año pasado, la policía de Capilla debió haber realizado  notificaciones a tres personas para declarar en los Tribunales de Cruz del Eje, pero no lo hicieron. Las testimoniales pudieron efectivizarse, porque intervinieron los abogados de la querella, Daniela Pavón y Gerardo Battistón. En ese mismo reclamo, la abogada Pavón  se acerca y también hace pública la falta de atención institucional que hay para las víctimas de violencia de género en la localidad.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso
Susana, Daniel y Daniela Pavón

La familia de Ezequiel Castro, asesinado por la policía de Córdoba, se adelante y los abraza. Alguien grita que ahí mismo, en la comisaría, apareció ahorcado Jorgito Reyna, hace 12 años, atado con la manga de su campera a la reja de una ventana, pocos centímetros más alta que él. Que su causa, también sigue impune y que los golpes que tenía no fueron suficientes para demostrar  que lo habían torturado. Que a pesar de no bajar los brazos, las familias sienten que el duelo es un proceso tan profundo, como inacabado.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

Susana y Daniel permanecen frente a una multitud, observan hacia adelante y hacia atrás. Saben que la comisaría es señalar lo que siempre llega al mismo lugar: complicidad. “A las chicas les pedimos que no tengan miedo, que denuncien -acentúa Susana- que no se dejen asustar con los policías ni con nadie, nadie tiene derecho a venir a violentarnos”.

 El espacio público es un canal clave para recordar que los asesinos de Cecilia están libres, “y que muchos andan dando vueltas por acá”, dice Daniel y remarca que no dejarán de venir a Capilla del Monte, hasta que los responsables del femicidio de su hija, estén presos.

La llegada a la plaza San Martín es un círculo de candombe que la nombra. Hace cinco años que se insiste en las mismas palabras, como un tajo que se abre en el cemento, una cicatriz que se agranda en medio de la incertidumbre: ¿Qué pasó con Cecilia?

Tal es el encubrimiento que las responsabilidades se hacen obvias.

La ronda se acerca al altar. Es un asedio a la justicia que falta. Desde el micrófono se invita a dejar una ofrenda en memoria de Cecilia, a conjurar entre todas y todos ese momento, esa memoria. En el  centro de una plaza que se anochece, resuena una voz grabada -desde algún punto del Abya Yala- Lolita Chávez, lideresa maya de los pueblos K’iche de Guatemala, habla entre los yuyos que comienzan a perfumar lo que no se puede detener. Cada rama seca que se enciende se hace una intención, un pájaro que se dispara, restos del día que se van:

 “Hoy 25 de abril levantamos nuestra fuerza sagrada, y nuestro poder popular feminista. Reconociendo la memoria, la historia, el vientre en la sangre, de Cecilia Basaldúa. Ese femicidio no debe quedar en la impunidad (…). Con la fuerza de nuestras ancestras, con los fuegos sagrados que encendemos, levantamos nuestra expresión de indignación  y lo comunicamos a los cuatro puntos cardinales. Para que nunca más haya este tipo de violencias contra nuestras vidas”.

Las copleras y la poesía toman el escenario. Las y los músicos hacen de Cecilia esa canción y en el centro del caldero caliente, el humo abre el cielo: hay una memoria que se desprende y una vida que cambió de idioma.

Cecilia Basaldúa: la sangre de un sospechoso

En medio del algarrobo que sostiene los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, una placa de cerámica con el rostro de Cecilia, también observa. El día queda atrás y en el fondo de la noche, las palabras todavía están en suspenso, son un silencio que pronto dirá.


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Desde que se inició este año desde el Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez registramos 100 femicidios, casi 1 por día. 

La víctimas fueron desde mujeres de 83 años, como Ana Angélica Gareri, en Córdoba, a una adolescente como Pamela Romero, de 16, en Chaco; y una bebé de 3 años en González Catán. 

En este 2025 ya registramos 85 tentativas de femicidio.

En el 2025 registramos en todo el país 77 marchas y movilizaciones que se organizaron para exigir justicia por crímenes femicidas. 

Cien

En nuestro padrón de funcionarios denunciados por violencia de género, podés encontrar el registro clasificado por institución estatal y provincia. Hasta la fecha, tenemos contabilizados 161 funcionarios del Poder Ejecutivo, 120 del Poder Judicial, 72 del Poder Legislativo, 71 de las fuerzas de seguridad y 71 de la Iglesia Católica. 

Cien

En el padrón que compila datos oficiales sobre denuncias de violencia de género, podés encontrar datos sobre cantidad de denuncias por localidad y la frecuencia con que la recibimos. Un ejemplo: este mes la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación informó que durante el primer trimestre de este año recibió un promedio de 11 denuncias por día de violencia contra las infancias.

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Otro: el Ministerio Público Fiscal de Salta informó que no alcanzan al 1% las denuncias por violencia de género que son falsas.

En nuestro padrón de desaparecidas ya registramos 49 denuncias.

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Lo que revela toda esta información sistematizada y actualizada es el resultado que hoy se hace notorio con una cifra: 100.

Más información en www.observatorioluciaperez.org

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