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Aquel dólar 1 a 1 y sus consecuencias

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Esta es la ponencia que leerá el italiano Emiliano Brancaccio en el Forum Social Europeo en la primera mesa que debatirá sobre el liberalismo el próximo jueves 7 de noviembre en Firenze (Florencia) en la Fortezza di Basso.

Contra la tiranía de los mercados financieros: la taza Tobin y el control de los movimientos de capital (fragmento)

Por Ricardo Bellofiore y Emiliano Brancaccio

En 1998, a causa de la crisis de la rupia en Indonesia, en la periferia de Yakarta, empezaron a formarse, cada noche, largas procesiones de desheredados que se dirigían hacia la zona del mercado del arroz. Su intención era la de recoger los granos caídos en el piso durante el día de distribución, con el fin de juntar una cantidad de arroz necesaria para quitarse el hambre.

Más recientemente, apenas pocos meses atrás, la Argentina fue sacudida fuertemente por una trágica ola de saqueos y revueltas cuyas imágenes, trasmitidas en todo el mundo a través de los medios, están aún ahora vivas en nuestras mentes.

Hay, sin duda, algo de misterioso en la relación entre la oscilación del mercado de cambio y la exasperación en la vida cotidiana de millones de personas. La existencia de un nexo fue percibida por muchos, y en particular por quienes vivieron en primera persona la dramática experiencia de una crisis monetaria. Esto vale en parte también para nosotros, italianos, que tendemos a ligar espontáneamente el recuerdo de los ataques especulativos a la lira en 1992 con el comienzo de la «política de sacrificio» perteneciente al gobierno de Amato y Ciampi. Esta conexión se agrava además por la sensación de que, en circunstancias particulares, la estabilidad económica de un país puede depender de las decisiones de unos pocos, los grandes especuladores. En este sentido, George Soros escribió que en 1992 se abstuvo de especular contra el franco francés porque prefirió evitar convertirse en el responsable del «crack» definitivo del Sistema Monetario Europeo. (1). Una declaración inquietante, considerada creíble por muchos estudiosos notables, que tienden a valorar las percepciones comunes según las cuales, hoy quizá más que en el pasado, el destino de muchos puede depender de las decisiones anónimas de unos pocos.

Más allá de las simples percepciones, sin embargo, es siempre difícil entender. La comprensión de la precisa secuencia lógica que permite valorar la existencia de un nexo entre las decisiones de los especuladores y la vida cotidiana de millones de personas difícilmente pudo comprenderse más allá del entorno de los especialistas. Por lo tanto, justamente con el fin de hacer este nexo lo más explícito posible, el razonamiento que sigue propondrá un esquema simplificado en base al cual interpretar el fenómeno de la crisis de la moneda.

Por lo general, una crisis se origina a partir de las decisiones que toma un país al vincular la propia moneda a una tasa fija de cambio con el dólar o con cualquier otra moneda fuerte, aceptada como medio de pago internacional. La banca central argentina, por ejemplo, hasta hace pocos meses, se declaraba lista para comprar pesos a los privados y ceder en cambio dólares, según una relación fija de uno a uno. Las razones por las que un país decide engancharse a una moneda fuerte son muchas. Entre ellas, es frecuentemente citada la exigencia de estabilizar la moneda nacional con el objetivo de acrecentar la confianza de los inversores sobre la misma. Otra motivación para el enganche, menos citada pero no por eso menos importante, es que con esta medida se puede intentar vencer la inflación interna. En efecto, si un país se liga renunciando de este modo al instrumento de la devaluación, las industrias de exportación serán impulsadas a oponerse por todos los medios a los aumentos de los costos internos y en particular de los salarios, porque saben que tales aumentos, descargados sobre los precios del mercado, darían lugar a una pérdida de competitividad internacional. La paridad fija con una moneda fuerte constituye entonces un posible instrumento de disciplina contra las reivindicaciones salariales, lo que aclara uno de los motivos por los cuales, después del desenganche de la lira del Sistema Monetario Europeo en 1992, de varias partes de Italia empezó a tramarse la consolidación de un pacto social con los sindicatos, un pacto que permitiese frenar los salarios aún en ausencia del vínculo de la paridad fija con el marco o con otras monedas europeas.

De todos modos, cualquiera sea la motivación del enganche a una moneda fuerte, los problemas a los que esta situación puede fácilmente dar lugar son: la sobre valuación de la moneda nacional y una progresiva pérdida de la competitividad que traen aparejadas una peligrosa tendencia a importar demasiadas mercaderías y a exportar demasiado pocas.

La pérdida de la competitividad puede a veces verificarse a causa del hecho de que el enganche a la moneda fuerte (y la consecuente imposibilidad de devaluar), se vuelve inadecuada para garantizar la contención de las demandas salariales, de los costos y por lo tanto también de los precios de las mercaderías. Con frecuencia, sin embargo, la crisis de competitividad se dispara de fenómenos externos, mayormente generados o favorecidos por la dinámica especulativa: por ejemplo la moneda fuerte a la cual el país está enganchado tiende a subir, quizá justamente mientras los principales socios comerciales del país están devaluando, la pérdida de la competitividad, entonces, será inevitable. Un caso de este tipo es precisamente el argentino, que en los últimos años tuvo al peso obligado a seguir las alzas extraordinarias del dólar en el mismo momento en que el real brasileño se devaluaba, con la consiguiente caída de las exportaciones argentinas con respecto a las brasileñas. En circunstancias parecidas, para preservar la competitividad, la Argentina debería haber impuesto bajas de salarios tan rápidas e intensas como para compensar la inmensa alza del dólar y del peso respecto del real. Una receta tan violenta que toca lo absurdo, aunque no faltaron voces notables que se apuraron, más o menos explícitamente, a intentar llevarla adelante.

La sobre valoración de la moneda de una país y la consiguiente pérdida de competitividad, entonces, implican que este país no será capaz de reunir muchos dólares de las exportaciones de las mercaderías propias y que por fuerza tenderá a usar esos pocos dólares de los que dispone, y entonces podría, un día u otro, declararse incapaz de garantizar la conversión de la propia moneda en dólares según la paridad fija preestablecida. En otras palabras, el país podría más rápido o más tarde ser obligado a devaluar, desenganchándose de la moneda fuerte.

En teoría, aún en presencia de tales dificultades comerciales, la situación puede prolongarse si los prestamos en dólares siguen aumentando. El problema, entonces, es que la devaluación daña a los acreedores y entonces los préstamos aumentan solo si la probabilidad del daño es remota. Pero, paradojalmente, la probabilidad de una devaluación será tanto más remota cuando más aumenten los prestamos! Esta suerte de gato que se muerde la cola indica, en el fondo, que cada operador financiero continuará prestando dólares al país sólo si considera que los otros operadores harán otro tanto. La situación, en síntesis, se concentra toda en manos de los operadores financieros. Si estos se convencen de que la tendencia a abandonar el país es proclive a prevalecer, la misma tendencia se verificará efectivamente. Keynes hablaba de expectativas que se autorealizan, acumulándose unas con las otras.

2.Tobin (1997)

3.Dornbusch (2001)

4. La devaluación es temida por los acreedores en todos los casos. Ya sea que ellos reembolsen en la moneda local sujeta a la devaluación, ya sea que ellos reembolsen en dólares. En el primer caso, en efecto, a continuación de la devaluación los acreedores serán reembolsados con una moneda local que en términos de dólares valdrá mucho menos de lo previsto. En el segundo caso, el riesgo de los acreedores consiste en las declaraciones de quiebra de los deudores, o en el pedido de renegociación de las deudas. Así, cuando los deud
ores son obligados a pagar en dólares, todo el peso de la devaluación recae sobre ellos. En esta circunstancia, la historia nos enseña que los deudores, encontrándose con frecuencia imposibilitados de respetar sus obligaciones, piden una renegociación de los pagos. En función de estos hechos es significativo ver como, durante todo el transcurso de los años noventa, el Fondo Monetario Internacional, se tensaba si debía tutelar a los acreedores aún en las circunstancias más dramáticas, y no avalaba casi nunca los pedidos de renegociación provenientes de los deudores.

Los especuladores, en general, entran en juego justo en circunstancias de este tipo, cuando el país en dificultad y los acreedores, temiendo el fantasma de la devaluación, se predisponen a la fuga. En una situación de este tipo, operadores dotados de una enorme liquidez, están en condiciones de iniciar un asta de moneda local, con el fin de venderla pronto o rifarla más tarde. El banco central tailandés, por ejemplo, tuvo que afrontar en 1997 una ola de pedidos de cambio de bath a dólares que agotaron muy rápido sus reservas de dólares y lo obligaron así a devaluar. Naturalmente, una vez iniciado el ataque de los especuladores, es probable que a esto se sume el retiro de los acreedores, en base a la expectativa que tarde o temprano el país cederá a las presiones dejando caer la moneda propia.(5)

Es justamente en este punto que, además de alejar la tendencia de fugas masivas, la autoridad del país bajo presión inicia una sucesión suicida de sacrificios y execrables medidas macroeconómicas, todas orientadas a mejorar las cuentas con el exterior y a evitar así el agotamiento de las reservas en dólares. Las acciones de la autoridad, se concentran, en general, sobre dos frentes. De un lado, se decide aumentar las tasas de intereses internas para convencer a los acreedores de permanecer y evitar de este modo la salida de dólares del país. Por otra parte, se aumentan las tasas y se comprimen las compras internas con el fin de desencadenar una ola recesiva que determine los siguientes efectos: una caída de las importaciones, un aumento de la competitividad y de las exportaciones a través de la desocupación y la caída consecuente de los salarios y de los precios, un aumento de las tasa de interés reales y por consiguiente un incentivo posterior para que los acreedores no los abandonen.(6) Es de destacar el hecho de que estos objetivos que animan las políticas restrictivas de los gobiernos, tienen bien poco que ver con la necesidad de sanear las cuentas del Estado, lo que hace comprender por qué el pedido de «sacrificios» a la población ha estado convocado en presencia de balances públicos en perfecto orden! (7)

De cualquier manera, como dejó evidenciar el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, tales medidas draconianas no llegan jamás ni a impedir la fuga del capital ni a impedir la devaluación.(8) La liberalización de los mercados financieros mundiales, de hecho, consiente hoy a los operadores privados, mover en poquísimo tiempo enormes cantidades de capital de un lugar a otro del mundo: masas cuya amplitud constituye un múltiplo de las reservas de los bancos centrales nacionales a causa de esto impotentes, y cuya velocidad banaliza las medidas autoflagelantes y grandiosas de cada país.

(5) Conviene aclarar que un acreedor puede ser al mismo tiempo un especulador por lo cual la distinción entre las dos categorías puede ser ficticia. Pro otra parte, un especulador no tiene necesidad de ser un acreedor, de este modo, la mayoría de las veces es él mismo un deudor, de naturaleza un poco particular: para atacar el bath tailandés, por ejemplo, un especulador puede hacerse prestar bath, venderlos hoy, esperar la caída, recomprarlos mañana a precios de remate, restituir la suma recibida en préstamo y quedarse con la diferencia derivada de haber vendido a valores altos y recomprado a valores bajos.

(6) Para un análisis teórico de los efectos que favorecen a los acreedores de la deflación y para una aplicación, en el caso italiano, cfr.- Brancaccio e Marconi. (2002 a)

(7) Se recuerda, en tal sentido, que en 2001, Argentina presentaba todavía, a pesar de la prolongada recesión, una deuda pública del 50 por ciento del PBI y un déficit del al 2,5 por ciento. Datos envidiables, teniendo en cuenta las cifras de los países europeos del Tratado de Maastricht.

Los únicos efectos ciertos de tales políticas consisten, entonces, en el deterioro aterrador de las condiciones de vida de los trabajadores, de los pensionados y de las franjas más débiles de la población, en general las más golpeadas por las medidas restrictivas de los gobiernos.

La secuencia descripta nos permite entonces individualizar, aunque más no sea a grandes rasgos, el nexo que atraviesa una serie de ventas veloces de rupias o de pesos en el mercado de cambio y los conflictos sociales y étnicos que estallaron en Indonesia durante los años 90 o las manifestaciones en Plaza de Mayo en enero pasado. La secuencia aclara algunas cuestiones políticas cruciales. Con esto, se evidencia que el enganche a una moneda fuerte, causa primaria de la crisis, puede depender ya sea del intento de un país de protegerse contra las oscilaciones de la propia moneda, ya sea por la voluntad de reprimir las reivindicaciones salariales y el conflicto social. La misma secuencia, en fin, muestra que la facilidad con la que hoy se puede verificar una fuga de capitales depende de la actual y absoluta liberalización de los mercados monetarios y financieros, una orientación política que ha dominado el curso de los últimos veinte años pero que ninguna región debe considerar irreversible.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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