#NiUnaMás
Carta de la mamá y el papá de Lucía Pérez a Alberto Fernández
«Como dicen las banderas de las marchas del 8 de Marzo y 25 de Noviembre ´Sin políticas públicas no hay Ni Una Menos´, ´El estado es responsable´, ´Un estado ausente es un estado femicida´ le pedimos que para el caso en que le toque gobernar tenga presente cada día de su mandato estas frases, que guíen su labor como presidente y que destine presupuesto necesario para poner fin a la violencia machista». Así concluye la carta que Marta Montero y Guillermo Pérez, mamá y papá de Lucía Pérez, la joven de 16 años asesinada en 2016, escribieron y trajeron desde Mar del Plata para entregarle en mano al candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, junto a una copia del fallo que absolvió a los femicidas. Como Fernández no asistió al acto, Marta y Guillermo la dejaron al candidato a jefe de Gobierno porteño, Matías Lammens, con la promesa de que se la acerque. Aquí reproducimos la carta por el pedido de la propia familia: «Que el mensaje llegue a todos lados».
Estimado Dr. Alberto Fernández:
De nuestra consideración:
Somos la madre y el padre de Lucía Pérez. Nuestra hija, una jovencita de 16 años, fue drogada, abusada sexualmente y asesinada el 8 de Octubre de 2016 por Matías Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel en la ciudad de Mar del Plata.
Como Ud. seguramente conocerá, de estos tres sujetos, uno fue absuelto, y los otros dos condenados por venta de droga y absueltos por la violación y el femicidio de nuestra hija. Dicha decisión judicial fue tomada por el tribunal oral en lo criminal número Uno del Mar del Plata, compuesto por los jueces Facundo Gómez Urso, Aldo Carnevale y Pablo Viñas.
Nosotros solicitamos el Juri de los tres integrantes del tribunal y además apelamos la decisión que tomaron, y la causa de nuestra hija hoy se encuentra en el Tribunal de Casación, en la ciudad de La Plata.
El femicidio de nuestra hija nos puso en un lugar que nunca hubiéramos imaginado, de ser una familia como tantas otras, con una vida cotidiana común y corriente, ambos trabajadores, con dos hijos adolescentes, con sueños y proyectos, Ese día nuestra vida cambio para siempre.
Con el profundo dolor que tuvimos, que tenemos y que nos acompaña cada día debimos enfrentar un proceso judicial traumático, pudimos experimentar en carne propia lo que tantas veces escuchamos de otras víctimas, el ninguneo de los funcionarios judiciales, la falta de recursos, la indiferencia ante el dolor de los familiares, la falta de acompañamiento institucional, la escasez absoluta de recursos, todas circunstancias que profundizaron nuestro padecimiento.
En el camino que transitamos desde aquel día, nos vinculamos con organizaciones de mujeres, con el movimiento de mujeres y diversidad de la ciudad de Mar del Plata, que nos acompañó siempre en nuestra lucha por la búsqueda de justicia para nuestra hija. También nos reunimos con otras familias que transitaron por el mismo sufrimiento, y hoy nos acompañamos en cada audiencia, en cada juicio oral, en las movilizaciones en las calles, porque sabemos que solo unidos y luchando lograremos que el estado nos escuche.
Pudimos darnos cuenta que el femicidio de nuestra hija es uno más en la horrorosa lista de femicidios de Mar del Plata y nuestro país. Que se trata de muertes evitables si existiera un estado que asistiera a las mujeres que sufren violencia, que las protegiera, si los jueces no fueran machistas y tuvieran la formación en género necesaria para este tipo de casos.
Lamentablemente el caso de nuestra hija fue resuelto por tres jueces patriarcales, como tantos otros que circulan por los edificios de tribunales. Aspiramos a que dichos funcionarios sean destituidos y que la Cámara de Casación revoque el fallo y condene a los tres sujetos que arrebataron la vida de nuestra hija y arruinaron la nuestra.
Hoy, a días de cumplirse tres años del femicidio de Lucía, nuestra lucha es por ella y también por el derecho de las mujeres a vivir sin violencia, y creemos que Ud., que posiblemente tenga la responsabilidad de gobernar nuestro país tendrá la oportunidad de cambiar el rumbo y destinar el dinero necesario para concretar políticas de prevención y erradicación de la violencia de género.
Desde nuestra experiencia, de los obstáculos que tuvimos que enfrentar, podemos decirle que nos parece fundamental la creación de Fiscalías con especialidad en el tema para este tipo de casos, con todos los recursos y equipamientos necesarios para agilizar los procesos judiciales y que además es urgente la formación de los funcionarios judiciales en género y un programa de contención y asistencia para las familias.
También pensamos que es necesaria la sanción de la ley “Abrazo”, que si bien es un proyecto de ley de la legislatura de la provincia de Buenos Aires, consideramos debe extenderse dicho proyecto a todo el país, para que nunca más se utilice como prueba para absolver femicidas cuestiones que tengan que ver con el pasado y/o elecciones sexuales de las víctimas, como sucedió en el caso de nuestra hija.
Como dicen las banderas de las marchas del 8 de Marzo y 25 de Noviembre “Sin políticas públicas no hay Ni Una Menos” “El estado es responsable” “Un estado ausente es un estado femicida” le pedimos que para el caso en que le toque gobernar tenga presente cada día de su mandato estas frases, que guíen su labor como presidente y que destine presupuesto necesario para poner fin a la violencia machista.
Portada
Oraciones, entre la cruz y la raya: un ritual para presentar el nuevo libro del Observatorio Lucía Pérez

Este domingo 16 de noviembre presentamos el nuevo libro del Observatorio de Violencia Patriarcal Lucía Pérez, editado por lavaca, con una perfomance conmovedora: Oraciones, entre la cruz y la raya fue una obra de teatro danza basada en los ejes teóricos de Femicidios, narcotráfico y Estado. La puesta transformó en lenguaje poético, corporal y musical una realidad que duele y mata, de la mano de talentosas artistas.

Familias sobrevivientes de femicidios, con el libro del cual son parte: el nuevo libro del Observatorio Lucía Pérez.
Oraciones, entre la cruz y la raya: así se llamó la presentación performática del nuevo libro del Observatorio Lucía Pérez editado por lavaca y titulado Femicidios, narcotráfico y Estado.
La obra de teatro y danza indagó en los mecanismos que operan sobre los cuerpos y los territorios desde una dramaturgia que combinó texto, movimiento y música. El resultado fue una experiencia que funcionó tanto como obra artística como herramienta para hacer sentir, colectivamente, de qué hablamos cuando hablamos de femicidios.
La obra fue ideada y escrita por Claudia Acuña, también responsable de la dirección general del Observatorio Lucía Pérez. En escena, Oraciones desplegó el trabajo de las intérpretes Julieta Costa, Lola Dominguez Hayes, Lucía Harismendy, Pia Leone, Luca y Juana Torras, quienes construyeron una trama sensible entre la fragilidad y la fortaleza. La música en vivo, a cargo de Santiago Torricelli en piano, aportó un pulso emocional que atravesó toda la pieza.



El diseño sonoro siguió de la mano de Pía Leone, junto con la operación técnica de Teo Escobar y Lucas Pedulla. Y el diseño gráfico estuvo a cargo de Jonatan Ramborger (autor, también, de la tapa del libro) y Julie August.
La puesta en escena fue realizada por Julieta Costa, mientras que la dirección coreográfica estuvo a cargo de la reconocida directora y coreógrafa Carla Rímola.
Oraciones dejó en quienes asistieron la certeza de que el arte no sólo puede denunciar lo que duele, sino también abrir caminos para imaginar otras formas de vida y de cuidado.
Y también, otras formas de presentar un libro.



El Observatorio y su libro
El Observatorio Lucía Pérez es una herramienta de análisis, debate y acción creada por lavaca.org con el objetivo de profundizar el trabajo sobre formas de prevención y erradicación de la violencia patriarcal.
Cada día un equipo conformado por Claudia Acuña, Amalia Etchesuri, Anabella Arrascaeta y Pablo Lozano actualiza 12 padrones de manera autogestiva, datos que sumados al seguimiento de lo publicado en medios de todo el país son luego chequeados y precisados con fuentes judiciales y periodísticas. Se trata del único registro público del país, lo cual quiere decir que pueden consultarse las fuentes de cada dato.
Cada mes el Observatorio realiza un resumen de este diagnóstico junto a víctimas y familias sobrevivientes de femicidios. El resultado es el informe mensual que se difunde a través de organizaciones sociales y referentes de la política y la cultura que intenta pensar, más allá de las cifras, la radiografía social y política de esta violencia.


Femicidios, narcotráfico y Estado reúne ahora y por primera vez los distintos informes, investigaciones y acciones del Observatorio Lucía Pérez. Es un material que indaga a través de la articulación de textos teóricos y reportajes periodísticos las vinculaciones entre lo narco, la violencia machista, los femicidios y el rol del Estado en la trama de la impunidad.
Todo eso quedó plasmado en esta presentación-ritual colectivo para empezar a sanar una realidad que duele, y organizar la realidad que viene: aquella que queremos, deseamos y nos merecemos.
Si querés el libro escribinos al teléfono que figura en este link, y suscribite para apoyar todo lo que hacemos:
#NiUnaMás
La venda en los ojos: la justicia frente al abuso sexual contra niñas y niños
El 42% de las denuncias de violencia sexual corresponden a menores de 17 años en la ciudad de Buenos Aires. El ministerio de Justicia bonaerense reveló que entre 2017 y 2022, de más de 96.000 causas por abuso sexual, 6 de cada 10 tuvieron como víctimas a menores y se duplicó el número de denuncias: el 80% fueron mujeres, principalmente niñas y adolescentes de entre 12 y 17 años. ¿Cómo recibe el Poder Judicial a las infancias que se atreven a denunciar abusos? Las víctimas convertidas en “culpables” de un delito que padece a nivel mundial entre el 15 y el 20% de la niñez. La campaña conservadora y oficial: desestimar denuncias y motosierra. Lo que no quiere ver la justicia. Cómo encarar estos casos, y la enseñanza de Luna. Por Evangelina Bucari.
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Cecilia Basaldúa: el cuerpo desaparecido

Daniel y Susana denunciaron que desapareció el cuerpo de su hija, Cecilia Basaldúa, que reclamaban para realizar nuevas pericias. La historia de lo ocurrido y el rol de la fiscal de Córdoba Paula Kelm “que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.
Por Claudia Acuña
El 7 de noviembre Cecilia Basaldúa hubiese cumplido 42 años y no hay festejo porque no hay Cecilia: la desaparecieron, violaron y mataron en abril del año 2020, en Capilla del Monte y en pleno aislamiento por la pandemia de Covid. Su familia, como cada año, reunió amistades y familiares de otras víctimas de femicidios territoriales –el padre de Natalia Melman, el hermano de Laura Iglesias– en el mural que la recuerda en su barrio de Belgrano. Fue ese el marco elegido por Daniel y Susana, los padres de Cecilia, para compartir lo que significa buscar justicia para este tipo de crímenes. Con la voz partida por el dolor narró cómo fue la última reunión con la nueva fiscal responsable de la investigación: es la cuarta. La primera – Paula Kelm– desvió las pruebas para atrapar a un perejil, que fue liberado en el juicio oral y así la investigación del femicidio de Cecilia volvió en punto cero; el segundo estaba a meses de jubilarse y pidió varias licencias para acortar su salida; el tercero –Nelson Lingua– no aprobó el examen para ocupar el puesto y, finalmente, desde hace pocos meses, llegó ésta –Sabrina Ardiles– quien los recibió junto a dos investigadores judiciales y los abogados de la familia. Antes se habían reunido con el ministro de Justicia de la provincia de Córdoba, Julián López, quien le expresó el apoyo para “cualquier cosa que necesiten”. Fue entonces cuando Daniel y Susana creyeron que había llegado el momento de trasladar el cuerpo de su hija hasta Capital, donde viven y, además, habían logrado conseguir que se realice una pericia clave para la causa y que siempre, en estos cinco años, les negaron. Fue la joven investigadora judicial quien soltó la noticia: el cuerpo de Cecilia no está.

Gustavo Melmann, que sigue buscando justicia por su hija Natalia, junto a Daniel Basaldúa y Susana Reyes, los padres de Cecilia.
Según pudo reconstruir la familia después del shock que les produjo la noticia, fue en 2021 –cuando todavía estaban vigentes varias restricciones originadas por la pandemia– cuando el cuerpo fue retirado de la morgue judicial, a pesar de que Daniel y Susana habían presentado un escrito solicitando lo retuvieran allí hasta que se realicen las pruebas por ellos requeridas. La fiscal Kelm no respondió a ese pedido ni notificó a la familia de lo que luego ordenó: retirar el cuerpo de la morgue y enterrarlo.
¿Dónde? La familia está ahora esperando una respuesta formal y sospechando que deberán hacer luego las pruebas necesarias para probar la identidad, pero no dudan al afirmar que con esta medida han desaparecido el cuerpo de su hija durante varios años y definitivamente las pruebas que podía aportar su análisis.
A su lado está Gustavo Melmann, en el padre de Natalia, asesinada en 4 de febrero de 2001 en Miramar, quien desde entonces está esperando que el Poder Judicial realice el análisis de ADN del principal sospechoso de su crimen: un policía local. Por el femicidio de Natalia fueron condenados a prisión perpetua otros tres efectivos policiales. Uno ya goza de prisión domiciliaria. Falta el cuarto, el del rango más alto.
Melmann cuenta que se enteró de la desaparición de Cecilia Basaldúa por su sobrina, quien había ido al secundario con ella. “Fue el primero que nos llamó”, recuerda Daniel. También rememora que no entendió por qué le ofrecía conseguir urgente a un abogado “si yo la estaba buscando viva. Hoy me doy cuenta de mi ingenuidad”.
El silencio entre quienes los rodean es un grito de impotencia.
Daniel y Susana lo sienten y responden: “Nosotros no vamos a parar. Nada nos va a detener. Ningún golpe, por más artero que sea, va a impedir que sigamos exigiendo justicia. Elegimos contar esto hoy, rodeados de la familia y los amigos, porque son ustedes quienes nos dan fuerza. Que estén hoy acá, con nosotros, es lo que nos ayuda a no parar hasta ver a los responsables presos, y esto incluye a la fiscal Kelm, que hizo todo lo posible para que los asesinos de Cecilia sigan hoy libres e impunes”.

Los padres y hermanos de Cecilia, junto al mural que la recuerda en el barrio de Belgrano.

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