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¿Chau glifosato?: un freno en México, vía libre en Argentina

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El anuncio de México sobre la progresiva sustitución del glifosato y del maíz transgénico sin glifosato revela la pulseada actual, las presiones de las corporaciones y agencias de EEU como portavoces de la industria para evitar su implementación. Las dudas de las comunidades en lucha sobre la medida y el señalamiento de la urgencia del cambio total del modelo productivo veneno-dependiente. Mientras, en nuestro país, no se avizoran medidas concretas para evitar sigamos ostentando el triste récord de ser uno de los países más pulverizados del mundo, pese a que el Ministro de Ambiente calificó al glifosato como un «veneno».

Por Anabel Pomar

El último día del 2020, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, publicó un decreto[1] que ordena a las instituciones públicas a «sustituir gradualmente el uso, adquisición, distribución, promoción e importación”  del glifosato » estableciendo una transición que tiene como plazo final el 31 de diciembre de 2024. En el decreto se ordena que estos agroquímicos sean sustituidos «por alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas», y que resulten «seguras para la salud humana, la diversidad biocultural del país y el ambiente».

También instruye a las Secretarías de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Salud, y de Agricultura y Desarrollo Rural, así como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología a promover las reformas de los ordenamientos jurídicos aplicables para evitar el uso de  maíz genéticamente modificado en México, a más tardar en el primer semestre del año 2023,

Según la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales del Estado de México (Semarnat), el 60,6 % de las hectáreas de producción en ese país -que en términos ilustrativos equivale a la superficie de Alemania, Dinamarca, Finlandia y Suecia en su conjunto[2]– utilizan herbicidas químicos.

México integra, desde su anuncio de restringir las importaciones de glifosato en 2019, uno de los 40 países de todo el mundo[3]  donde se han tomado medidas para limitar el uso o prohibir el herbicida probable cancerígeno y genotóxico con medidas de diferentes tipos y alcances.

Silvia Ribeiro, directora para América Latina del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC), enciende algunas alertas sobre el decreto al señalar que “al poner plazo a 2024 para ver cómo sustituir al glifosato y “evitar” su uso (no prohibirlo) probablemente la consideración quede en manos de un próximo gobierno. Todo revuelto con algunas frases que suenan bien pero son expresiones de deseo, que se pueden o no cumplir”[4].

La Red en Defensa del Maíz, en la misma línea, expresó que al involucrarse a diferentes organismos (secretarías de salud, medio ambiente, agricultura y Conacyt) en “lo que podrían hacer para sustituir el glifosato gradualmente, con tantas condicionantes y limitaciones, podrían también concluir que no pueden hacer nada, sea verdad o excusa”. Y que “del documento emana la enorme confusión de asumir que la defensa de la agricultura, de la alimentación, del maíz y la “autosuficiencia alimentaria”, atañen meramente al ámbito institucional, donde no es la gente implicada directamente la que pudiera decidir nada, y donde tales instituciones sólo pueden hacer cosas siempre y cuando no contravengan “la normatividad aplicable y el ámbito de su competencia”, lo que le forja pies de barro al texto”.[5]

Por su parte desde la Campaña nacional “Sin maíz, no hay país” en un comunicado público[6] expresó: “El tiempo de saldar la deuda histórica con campesinas y campesinos, con la diversidad genética en México llegó y celebramos que con esta propuesta de decreto presidencial se prohíba la siembra de maíz transgénico de inmediato y el glifosato de manera progresiva para 2024. Son pasos importantes para avanzar hacia una producción ecológica que preserve la biodiversidad y la agrobiodiversidad forjada en manos campesinas desde hace milenios, dándonos la oportunidad de transitar hacia un medio ambiente sano y un sistema agroalimentario justo, sustentable y saludable”.

Lo cierto es que luego de conocerse el Decreto, en México se juega una pulseada que trasciende lo local y la importante e histórica lucha por la defensa del maíz en ese país. Lo que suceda allí permitirá conocer si es posible un Estado pueda encarar y cumplir con una agenda de prohibición del glifosato que brinde respuestas a su campesinado y no se agote en un agrotóxico sino en un cambio del modelo productivo, y que sea capaz de resistir  los embates de sectores agroindustriales concentrados, actores de terceros estados, y  corporaciones.

¿Chau glifosato?: un freno en México, vía libre en Argentina

Lobby feroz

Mediante solicitudes de acceso a la información, el Centro para la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés) obtuvo correos electrónicos que revelan cómo funcionarios de varias agencias de EEUU intercambiaron información con CropLife America sobre la postura de México respecto al uso del glifosato. «Se está convirtiendo en un severo problema», puede leerse en uno de los correos difundidos públicamente en el diario británico The Guardian en febrero de este año[7]. Y también, cómo esas agencias directamente presionaron sobre autoridades mexicanas con la agenda y la estrategia marcada por las corporaciones a través de Croplife.

El conocido grupo de lobby agrupa  a los gigantes del sector agroquímico, entre ellos Bayer, que a su vez es dueña de Monsanto, condenada en tres oportunidades por ocultar con malicia el riesgo del Roundup y por haber sido sustancial para provocar cáncer a Dewayne Johnson, Ed Hardeman, Alva y Alberta Pilliod. Bayer enfrenta más de 100 mil demandas y busca sin éxito cerrar un acuerdo extrajudicial que ponga fin a los juicios pero que aún (al cierre de esta nota) no se concreta, pese a los innumerables medios de comunicación que han asegurado lo contrario.

Consultado por MU, Nathan Donley, del Centro para la Diversidad Biológica detalla que el cruce de correos, de un lapso de 18 meses, es una “historia triste”: “Básicamente, estamos viendo que los intereses corporativos dictan las actividades del gobierno de los EE. UU. De una manera que no beneficia a nuestra sociedad y solo beneficia a los que están en el poder. Piensan en nosotros como mercenarios y, lamentablemente, a menudo estamos dispuestos a complacerlos”.

En los correos difundidos, queda evidenciado cómo la industria de agroquímicos presiona para que EE.UU. incorpore este tema al acuerdo comercial que tiene con México y Canadá, conocido como T-MEC, conocido como USMCA por su siglas en inglés, vigente desde el 1 de julio de 2020.

La estrategia incluye la advertencia a México de que sus acciones respecto al glifosato y los cultivos transgénicos generan preocupación «respecto al cumplimiento» del T-MEC. De esta forma, la industria a través de agencias estatales presiona al país latinoamericano para que modifique su política a cambio de no enfrentar sanciones por el supuesto incumplimiento del acuerdo comercial[8].

Estas presiones ya habían sido expuestas por Víctor Toledo, ex titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales del estado de México, (Semarnat).  En una conversación privada que fue filtrada a medios, Toledo se quejó de que el Gobierno estadounidense y funcionarios de «20 embajadas en México» mostraron una respuesta «apabullante» tras la intención de la Semarnat de prohibir 111 herbicidas y pesticidas catalogados como altamente peligrosos. Y abiertamente en los medios denunció la “operación glifosato” destinada para acabar con cualquier plan de eliminación de ese agrotóxico[9].

En tierra mexicana el lobby está encabezado por el Consejo Nacional Agropecuario (CNA) -que reúne a productores industriales y que tiene entre sus integrantes a Bayer, Corteva y Syngenta, entre otras corporaciones-, organismo que anunció iniciará un plan de acciones[10] -que contará con una inversión inicial de 12 millones de pesos (mexicanos)- que incluyen la contratación de un grupo de abogados para emprender acciones legales contra el decreto para la eliminación del uso del glifosato, la identificación de las violaciones a los acuerdos internacionales y una campaña de comunicación para reforzar sus planes.

“Es un veneno”

En Argentina, el viernes 15 de mayo de 2020, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, en el marco de una reunión virtual de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado, criticó el uso del glifosato y lo calificó como contaminante y venenoso. «Ustedes saben lo que significa el uso del glifosato, que es un veneno. Contamina las napas freáticas y se fumiga la cara de los niños en las escuelas rurales y las de los centros urbanos. Hay muertes producto del glifosato. Si hiciésemos un estudio de sangre, nos alarmaríamos fuertemente. Si hiciésemos un estudio de glifosato en nuestro plato de comida, nos alarmaríamos», expresó. 

Esa sola mención, ya que posteriormente no hubo anuncios ni avances de ninguna política concreta que busquen limitar el uso de glifosato, alcanzó para que los sectores del agro concentrado salieran públicamente a marcarle agresivamente la cancha a Cabandié. Quién también recibió amenazas en sus redes sociales. “Negro hijo de mil puta. Me la paso todo el año arriba de un tractor. (…) Si algún día andas por Zárate te vacío el cargador en la cabeza”, le escribieron en Instagram.

A casi un año de ese  reconocimiento de Cabandié sobre la peligrosidad del Glifosato no se conoce que su Ministerio trabaje en ninguna medida concreta para que en Argentina se restringa o prohíba su uso.

Esa señal sumada al rumbo vigente de las políticas nacionales del resto de las carteras que profundizan el agro-negocio no permiten augurar ningún camino que sume a Argentina la larga lista de países que buscan priorizar la salud de su ciudadanía y la consecución de la soberanía alimentaria frente al modelo veneno-dependiente.


[1] Poder Ejecutivo Federal, en la Ciudad de México, a 31 de dic de 2020.- Andrés Manuel López Obrador https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5609365&fecha=31/12/2020   

[2] https://www.gob.mx/semarnat/prensa/la-produccion-agricola-nacional-puede-avanzar-sin-aplicar-glifosato-coinciden-expertos?idiom=es

[3] https://www.baumhedlundlaw.com/toxic-tort-law/monsanto-roundup-lawsuit/where-is-glyphosate-banned/

[4] Silvia Ribeiro en Desinformemos, texto reproducido con permiso de la autora. https://desinformemonos.org/glifosato-maiz-y-simulacros/

[5] https://redendefensadelmaiz.net/2021/02/diez-puntualizaciones-a-un-memorandum-presidencial-sobre-el-glifosato-y-el-maiz-geneticamente-modificado/

[6] https://sinmaiznohaypais.org/archivos/1895

[7] https://www.theguardian.com/business/2021/feb/16/revealed-monsanto-mexico-us-glyphosate-ban

[8] https://usrtk.org/wp-content/uploads/2021/02/May-2020-Letter-from-USTR-to-Mexico-Secretary-Marquez-re-biotech-crops-and-glyphosate.pdf

[9] https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/08/11/mas-alla-del-espionaje-la-operacion-glifosato-victor-manuel-toledo-8904.html

[10] https://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/wp-content/uploads/2021/02/Estrategia.pdf

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La Estela: tierra guaraní en escena

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Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.

Por María del Carmen Varela

A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad.  La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.

La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.

Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

La Estela: tierra guaraní en escena

Foto: Gentileza La Estela.

Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.

El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.

Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.

La Estela

El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA

Sábados a las 18  hs, hasta el 27 de septiembre

@laestela.obra

@casandravelazqz

@ivanazacharski

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Litio: nace un nuevo documental

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Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.

“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.

Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…

Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).

Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco. 

LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.

“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.

El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.

LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:

“Esta historia continuará

¿Dale?”.

Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

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Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

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¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?

Por María del Carmen Varela

Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?

La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.

Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.

¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.

Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.

En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.

Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.

NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA

Miércoles 30 de julio, 21 hs

Próximas funciones: los viernes de octubre

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