CABA
«¡Con razón eran secretos!»
Greenpeace difundió documentos hasta ahora secretos de la Asociación Transatlántica de Comercio de Inversiones (TTIP), que desde hace más de tres años negocian los principales países industrializados del mundo, Estados Unidos por un lado y los 28 de la Unión Europea por el otro. Lo filtrado confirma lo que se denunciaba o se suponía: que el tratado está a hecho a medida de las grandes trasnacionales. Por Daniel Gatti, de Brecha.
Greenpeace difundió documentos hasta ahora secretos de la Asociación Transatlántica de Comercio de Inversiones (TTIP), que desde hace más de tres años negocian los principales países industrializados del mundo, Estados Unidos por un lado y los 28 de la Unión Europea por el otro. Lo filtrado confirma lo que se denunciaba o se suponía: que el tratado está a hecho a medida de las grandes trasnacionales. Por Daniel Gatti, de Brecha.

Greenpeace. Foto: John Macdougall/AFP
Cuando los responsables de la asociación ecologista Greenpeace pudieron finalmente leer pasajes de los documentos que unas pocas horas después pondrían en conocimiento del público, lo que vieron les hizo exclamar: “¡Con razón eran secretos!”. Lo mismo habían afirmado unos meses atrás eurodiputados españoles que habían accedido a una documentación similar pero en una fase previa de discusión. “Ahora me explico tanto secretismo, tanta opacidad”, sostuvo en esa ocasión la legisladora de Podemos Lola Sánchez. “Es impresionante”, se limitó a afirmar su colega de Izquierda Unida Marina Albiol. Era en febrero, y ambas acababan de salir del llamado reading room, un pequeño cuartito bruselense que oficia de cámara secreta y al que los eurodiputados deben ingresar para conocer –vigilados por guardias, por un par de horas y luego de haberse desprendido de efectos personales y comprometido por escrito a no difundir nada de lo leído– apenas algunos “pasajes escogidos” del famoso tratado transatlántico que Europa y Estados Unidos vienen negociando desde fines de 2012.
Los papeles greenpeaceños van más lejos que los que hasta ahora se fueron turnando para ver algunos europarlamentarios críticos o curiosos. Las casi 250 páginas difundidas integran 13 de los 17 capítulos ya “consolidados”, es decir que recogen las posturas de ambas partes en las negociaciones y que fueron la base de la última ronda de discusiones (la decimotercera) que tuvo lugar en Nueva York entre el 25 y el 29 de abril, hace apenas unos días. “No sólo por el volumen son más importantes que los que estaban a disposición en el reading room: al exhibirse las posiciones reales de los dos negociadores uno puede ver, por un lado, el tamaño de las presiones de Estados Unidos sobre sus eventuales socios, y, por el otro, la dimensión de las concesiones reales europeas, que contradice la retórica de relativa firmeza que pour la galerie han exhibido los europeos. Y por encima de ellos el gigantesco peso, mayor acaso que el de los estados, que tienen las grandes corporaciones”, dijo un representante de Greenpeace en Francia.
TOLSTOIANO. “Cada vez que en esta época de leak-periodismo y leak-activismo aparece una nueva filtración, lo mismo los papeles de Panamá que los documentos del Ttip, me acuerdo de los diarios íntimos de Tolstói y de los niveles de seguridad que manejaba el escritor ruso para evitar un Tolstoileaks por parte de su esposa”, comparó en una columna publicada el martes 3 en Eldiario.es el escritor español Isaac Rosa. Así como Tolstói elegía poner más o menos a la vista de todos algunos textos inconexos de sus tres diarios, disimular livianamente otros, cosa de que quien los viera creyera que estaba descubriendo la pólvora, y colocar bajo tres candados lo esencial oculto a los ojos, Bruselas ha hecho lo mismo con los documentos del Ttip: “Tiene un primer nivel público, a la vista de cualquiera, con documentos que va soltando con cuentagotas y publicando en su web. Pero son pocos papeles, muy técnicos, y por lo visto desfasados, que no reflejan el verdadero momento de la negociación. Así que luego hay un segundo nivel, exageradamente confidencial, a la manera del diario que el marido esconde pero no demasiado”, el nivel del reading room, y“sospechamos que hay un tercer diario escondido en algún doble fondo, los verdaderos documentos del Ttip, los que reflejarían los primeros acuerdos que ya se estarían produciendo. Documentos que sólo han leído quienes se sientan en esas mesas clandestinas, y de los que tal vez nunca sepamos nada, o sólo cuando sean hechos consumados y se aprueben”.
Los filtrados por Greenpeace pertenecerían a un nivel intermedio, entre el 2 y el 3 en la escala tolstoiana de Isaac Rosa. Son, de todas maneras, suficientemente fuertes como para sacar algunas conclusiones que van incluso mucho más allá de lo negociado exclusivamente entre europeos y estadounidenses. Y confirman todo aquello que se había venido denunciando de parte de algunos partidos de izquierda y de decenas de movimientos y de organizaciones sociales, pero que todavía se manejaba como rumor o incluso como intuición. “La filtración denota que funcionarios de la UE y políticos del bando conservador y socialdemócrata nos han mentido cuando han dicho que las negociaciones no van sobre eliminación de derechos y regulaciones. Los documentos filtrados muestran que hablamos de una rebaja importante de derechos fundamentales”, comentó Tom Kucharz, de la coordinación de Ecologistas en Acción. “Lo que no han conseguido hasta ahora por medio de los recortes y las privatizaciones para liberalizar todavía más los flujos de capitales y aumentar la concentración del poder en manos de la banca y del sector financiero, lo quieren conseguir por medio de tratados de libre comercio, entre otros el Ttip.”
CONFLUENCIA. De la lectura de los textos filtrados se concluye, dice Florent Marcellesi, portavoz de los “ecologistas sociales” de Equo en el Parlamento Europeo, que si bien europeos y estadounidenses parten de distintas premisas y se manejan con distintas lógicas, y por momentos constatan en el papel la existencia de “difíciles discusiones”, “diferencias sustanciales” e incluso “diferencias irreconciliables”, terminan confluyendo y entregando terreno a terceros. Si se compara la postura de partida de los negociadores europeos con la de llegada, observa Marcellesi, se verá cómo han ido cediendo a las presiones estadounidenses y hasta llegado a aceptar posiciones de la otra parte que en un principio presentaban como inaceptables, por ejemplo en materia de protección del ambiente y de los derechos laborales. “Hay una voluntad evidente de Estados Unidos –se lo ve en las páginas difundidas– de homogeneizar las economías de ambas partes en función de sus propias normas”, dice la filósofa y politóloga estadounidense radicada en Francia Susan George. “El objetivo central de los negociadores de Estados Unidos es introducirse en sectores europeos como el de los servicios, el comercio electrónico, la salud y la agricultura, y están intentando echar por tierra la legislación de los 28, que es muchísimo más protectora. Lo peor es que, por lo visto, los europeos protestan pero se pliegan a las exigencias de los otros”, afirma la presidenta del Comité de Planificación del Transnational Institute de Ámsterdam y de Attac Francia. Los transgénicos, la producción química, la experimentación en animales para la elaboración de artículos cosméticos, las denominaciones de origen –esa figura puramente europea adoptada para amparar producciones ligadas a los territorios–, los derechos laborales (Europa ha ratificado los ocho convenios fundamentales de la Oit, Estados Unidos sólo dos) son áreas en las que “los ciudadanos de las dos partes, pero sobre todo de la parte más protegida, tienen mucho que perder”. “Y la producción de los pequeños agricultores, que en Europa son millones.” En uno de los documentos, Estados Unidos manifiesta su voluntad de “supervisar” regulaciones que se puedan decidir en Europa en áreas que puedan afectar sus intereses, y nada equivalente propone para su contraparte.
Lo curioso, afirma Tom Kucharz, es que los europeos han ido pasando explícitamente de esgrimir argumentos como el “principio de precaución” para rechazar las exigencias estadounidenses de liberalizar la normativa ambiental, a aceptar el “principio de riesgo” levantado por los negociadores de Estados Unidos en aras del fomento del comercio. Y ambos se han pasado por alto, en los textos respectivos, los compromisos que acababan de consensuar en la cumbre de París sobre cambio climático. “Es como si la cumbre no hubiera existido: hay ítems en este acuerdo que van directamente en contra de lo adoptado en diciembre”, dice Kucharz.
EL PODER DE LAS EMPRESAS. Y qué decir de los lobbies, de la influencia de los lobbies empresariales sobre el contenido del Ttip. En los documentos de ambas partes se deja constancia de que en determinado momento las negociaciones tarifarias sobre productos químicos se frenaron en espera de conocer la postura de la industria química estadounidense. Y en uno de los textos europeos se señala que posturas de la Unión en materia agrícola fueron “articuladas en torno a la posición común de la industria europea y estadounidense”. La incidencia de las corporaciones en las negociaciones “fue escandalosa: se las consultaba constantemente, tenían reuniones casi que periódicas, por lo menos con los representantes europeos. Y ello mientras la Comisión negaba reuniones a las asociaciones, las centrales sindicales y los movimientos sociales que lo reclamábamos”, señaló Greenpeace. “Este tratado es un programa de las corporaciones. Todo lo que contiene se está negociando en nombre de las grandes multinacionales”, aseguró por su lado Susan George. “Se les ha dado todo tipo de derechos. De hecho se les ha otorgado un poder de contralor sobre las regulaciones comerciales, con la posibilidad que tienen de atacar a los estados ante tribunales absolutamente adscritos a sus intereses en casos de litigio o cuando consideren que sus intereses han sido lesionados. Francia dijo que rechazaría esta norma, inscrita en todos los tratados de libre comercio, pero hay que ver si lo hará, porque ha ido yendo de más a menos en este como en muchos otros campos. Están también las disposiciones que eliminan el tratamiento preferencial a empresas europeas en Europa en los contratos públicos, y un montón de ‘normas trampa’ que parecen acordar derechos a la ciudadanía, pero que en realidad son tan ambiguas que consagran los derechos de las empresas”, dijo Miguel Urbán. El eurodiputado de Podemos cita una norma que reconoce a “cada una de las partes el derecho a adoptar, mantener y reforzar las medidas necesarias para lograr objetivos políticos legítimos como proteger a la sociedad, al ambiente y a la salud pública, a los consumidores, asegurar la integridad y estabilidad del sistema financiero, promover la seguridad y la protección de la diversidad cultural”. “¿Cuáles son esos intereses legítimos? ¿Quién los representa o determina? ¿Quién fija sus límites?”, se pregunta Urbán.
Susan George destacó otro punto: si esto sucede con el Ttip, una de cuyas partes, la europea, tiene en principio fuerza suficiente como para fijar límites a la otra, ¿qué sucederá con los Tlc en que Estados Unidos aparece como “la potencia indiscutible”? ¿Qué sucederá con el Tisa, por ejemplo? O con los tratados bilaterales con la única superpotencia, que tanto se promueven.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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