Nota
Conferencia de Mike Davis: reflexiones frente al abismo
Esta es una conferencia del urbanista y escritor Mike Davis, publicada por SinPermiso, de cuyo Consejo Editorial Davis es miembro. Se trata de un análisis diferente sobre la crisis financiera global, rompe las comparaciones “keynesianas“, desnuda la falta de ideas en el establishment norteamericano, además de anunciar que Estados Unidos tendrá pronto su primer presidente ciego.
Mike Davis es un norteamericano nacido en 1946, profesor de Teoría Urbana en California y autor de libros como Prisionero del sueño americano, Ecología del miedo y el más reciente Planeta de suburbios, sobre las periferias urbanas como escenario político y social decisivo del futuro. Miembro del Consejo Editorial de la revista española SinPermiso, brindó una charla en el San Diego City College cuyo texto en castellano ha transmitido la propia revista. Una mirada sobre la crisis financiera y el anuncio de que los Estados Unidos, según parece, y gane quien gane las elecciones, están a punto de tener su primer presidente ciego.
Este es el texto completo de esa conferencia, dictada este 13 de octubre.
¿Puede Obama ver el Gran Cañón?
Permítanme comenzar esta charla de una forma harto oblicua, y aun extraña, con el Gran Cañón del Colorado y la paradoja implícita en todo intento de ver más allá de los precedentes culturales o históricos.
El primer europeo que pudo asomarse a las profundidades de la gran garganta fue el conquistador español García López de Cárdenas, en 1540. Quedó tan horrorizado por la visión, que retrocedió al punto, alejándose del Borde Sur. Hubieron de pasar más de tres siglos antes de que el teniente Joseph Christmas Ives, del Cuerpo de Ingenieros Topógrafos del Ejército de los EEUU, accediera al sitio en calidad de segundo visitante. Como García López, se sintió preso de un “pánico que hasta resulta doloroso recordar”. Aunque entre los miembros de su expedición figuraba un artista alemán muy conocido, no por ello dejaron de resultar los esbozos hechos del Cañón extremadamente distorsionados en lo que hace a escala y perspectiva.
En otras palabras: ni el conquistador ni el ingeniero del ejército lograron dar sentido a lo que vieron; a tal punto quedaron sobrecogidos por el horror y por el pánico primitivos que experimentaron. En un sentido fundamental, su ceguera emanaba de la falta de conceptos para organizar una visión coherente de un paisaje totalmente novedoso para ellos.
Sólo empezó a haber retratos fieles del Gran Cañón una generación después, cuando el lugar se convirtió en la obsesión de un héroe manco de la Guerra Civil, John Wesley Powell, y de sus celebrados equipos de geólogos y artistas. Eran éstos como astronautas victorianos en otro planeta: la Meseta del Colorado. Tomó años de brillante trabajo de campo construir un marco conceptual que lograra dar un sentido perceptible acorde con la realidad del paisaje.
El resultado de su trabajo, La historia terciaria del Gran Cañón, publicado en 1882, está ilustrado por obras plásticas maestras que, según dejó dicho Wallace Stegner, “son más fieles que cualquier fotografía”, porque reproducen detalles estratigráficos que, normalmente, escapan a las imágenes tomadas con cámara. Cuando hoy visitamos alguno de los puntos de observación famosos, la mayoría somos conscientes no sólo del grado en que esas imágenes icónicas han llegado a entrenar nuestra mirada, sino también de hasta qué punto estamos imbuidos por la idea, popularizada por Powell, del Cañón como un museo del tiempo geológico, espectacularmente revelado en una suerte de pastel de capas superpuestas en una milla de profundidad de estratos sedimentarios.
¿Y por qué estoy hablando de geología? Porque, como los primeros exploradores del Gran Cañón, lo que tenemos a la vista es un abismo de turbulencias económicas y sociales que confunde nuestras tradicionales percepciones del riesgo histórico. Nuestro vértigo se ve intensificado por nuestra ignorancia de la profundidad de la crisis y porque los sentidos no alcanzan a percibir la distancia que nos separa de la zona abisal a la que podemos finalmente abismarnos.
Permítanme confesarles que, como viejo socialista que soy, a menudo me hallo en una situación como la del testigo de Jehová que abre su ventana para ver las estrellas caer del cielo. Aunque durante décadas he estado predicando la teoría marxista de las crisis, nunca creí que viviría para ver el suicidio del capitalismo financiero.
Mi primera reacción al desplome de 777,7 puntos en Wall Street hace dos semanas fue de una euforia retro, muy años sesenta: “¡La clavaste, Karl!”, grité. “¡Cómanse sus derivados financieros y revienten, cerdos de Wall Street!” Como la del Gran Cañón, la caída de los bancos puede ser un espectáculo aterrador al par que sublime.
Pero los culpables reales, huelga decirlo, no van camino de la guillotina, sino que están bajando plácidamente a tierra munidos con paracaídas de oro. Nosotros estamos todavía atrapados en un avión incendiado y sin piloto, pero el despreciable Richard Fuld, que se sirvió de Lehamn Brothers para saquear fondos de pensiones y ahorros de jubilación, anda enfurruñado en su yate, rodeado de lujos.
Ante una nueva Depresión que augura a las gentes un ignoto mundo de dolor desde Wasila hasta Tombuctú, ¿cómo tenemos que reconstruir nuestra comprensión de la economía globalizada? ¿Hasta qué punto pueden servirnos de ayuda Obama o McCain para analizar la crisis y luego actuar efectivamente para resolverla?
Si el debate del pasado lunes en Nashville sirve de algo para responder a esa pregunta, hay que decir que pronto tendremos nuestro primer presidente ciego. Ninguno de los dos candidatos tuvo los cojones o la información suficientes para responder las sencillas cuestiones planteada por una audiencia ansiosa: ¿qué pasará con nuestros puestos de trabajo? ¿Cuánto empeorarán las cosas? ¿Qué medidas urgentes habría que tomar?
Más todavía, cual si anduvieran presos de sus hojitas volanderas, los candidatos se aferraban a un guión obsoleto. La única sorpresa que tenía reservada McCain era otra innovación falsaria: un plan de ayudas hipotecarias, ya debatido en el Congreso, que vendría primero en socorro de los bancos.
Obama recitó su programa de cuatro puntos, infinitamente mejor, en principio, que la opción preferencial de su contrincante por los ricos; pero abstracto, carente de detalles, más una promesa retórica que el esbozo de una maquinaria para la reforma. Hizo sólo una referencia de pasada a la fase siguiente de la crisis: el desplome de la economía real y un probable desempleo masivo, en una escala desconocida desde hace setenta años.
Es verdad, como argumentarían algunos de mis amigos, que en 1933 ni Franklin Delano Roosevelt ni nadie tenía un programa bien engranado. Lo que tenía (supuestamente) era una gran empatía con la gente común y una disposición a experimentar con todo tipo de intervenciones públicas. Obama, de acuerdo con este punto de vista, podría ser su reencarnación en el siglo XXI: calmo, sólido y dispuesto a aceptar el consejo de los mejores y más brillantes espíritus del país.
Lo que pasa es que esta analogía esperanzadora yerra, o resulta insuficiente, al menos en tres aspectos capitales:
Primero: la analogía entre la Gran Depresión y la situación actual podrá resultar adecuada, pero no lo es la analogía con el New Deal como fórmula resolutoria. Es verdad que hay mucho de déjà vu en los frenéticos intentos de templar el pánico y asegurar que lo peor ya ha pasado. Muchas de las afirmaciones de Paulson podrían ser calcos de las de su predecesor en el cargo Andrew Mellon (el secretario del Tesoro de Hoover), y ambas campañas presidenciales se mecen crispadamente en una retórica heroica procedente del New Deal.
Pero, como se ha encargado de adoctrinarnos durante años la prensa económica, esta no es la Vieja Economía Norteamericana, sino un engendro completamente nuevo construido de piezas externalizadas y sobrecargado con mercados mundiales instantáneos de todo lo imaginable, desde dólares y euros hasta tripas de cerdo y futuros metereológicos. Estamos asistiendo a las consecuencias de una perversa reestructuración que, desde los tiempos de Reagan, ha logrado invertir las proporciones de la industria manufacturera (21% en 1980; 12% en 2005) y de los servicios financieros (15% en 1980; 21% en 2005) en la composición de nuestro producto nacional. En 1930, las fábricas podían estar cerradas, pero la maquinaria estaba intacta; no había sido subastada y saldada a cinco céntimos el dólar a China.
Por otro lado, yo no pretendo subestimar las maravillas de la tecnología contemporánea de mercado. El capitalismo de casino ha demostrado su fibra transmitiendo a una velocidad sin precedentes el virus letal de Wall Street a todos los centros financieros del planeta. Lo que a comienzos de los 30 llevó tres años –la globalización de la crisis—, se ha conseguido ahora en sólo tres semanas. Dios nos ayude si, como parece, el desempleo arrolla a los sufridos contribuyentes a la misma velocidad.
En segundo lugar: carecemos de la ventaja que tenía Roosevelt al disponer de una incipiente teoría económica (luego llamada keynesianismo) de la intervención estatal y de la gestión pública de la demanda, una teoría que se convirtió en idea-fuerza merced a un levantamiento de los trabajadores industriales que marcó toda una época histórica.
Si han visto el triste cortejo de gurúes económicos que ha desfilado por el show televisivo de McNeil-Lehrer, estoy seguro de que coincidirán conmigo en que las estanterías intelectuales de Washington están vacías. Ninguno de los dos grandes partidos dispone sino de unos pocas cáscaras dispersas de tradiciones de políticas públicas distintas de las del neoliberalismo (ademanes pseudopopulistas aparte): No está nada claro que nadie en el anillo periférico, incluidos los consejeros económicos de Obama, esté en condiciones de pensar rectamente más allá de los esquemas cognitivos doctrinariamente impartidos por Goldmann-Sachs, el origen empresarial de dos de los más prominentes secretarios del Tesoro de la última década. Keynes, tan frecuentemente traído a colación estos días, está en realidad más muerto que vivo.
Más decisivo aún resulta el hecho de que, ni aun poseídos de un optimismo superlativo, resulta fácil anticipar un momento obrero norteamericano capaz de recuperarse de la derrota de una manera tan espectacular como lo hizo en 1934-37. Desde luego que yo seré el último en negar la posibilidad o la necesidad del resurgimiento de los trabajadores, pero tenemos que entender claramente que el New Deal no manó por generación espontánea de la Casa Blanca rooseveltiana. Al contrario, el pragmatismo keynesiano fue una respuesta que trató de integrar al mayor movimiento de la clase obrera que registra nuestra historia, en un período en el que el desafío del marxismo ejercía una extraordinaria influencia en el paisaje intelectual norteamericano.
El tercer problema que ofrece la analogía con el New Deal es el más importante. El keynesianismo militar ya no está disponible como deus ex machina. Se me permitirá explicarme.
En 1933, cuando Roosevelt tomó posesión del cargo, los EEUU estaban en plena retirada de los enredos en política exterior, y había pocas disputas sobre la necesidad de traer a casa unos cuantos centenares de marines destinados en Haití y Nicaragua. Se necesitaron dos años y una guerra mundial, la derrota de Francia y la amenaza de un colapso inmediato de Inglaterra, para conseguir una mayoría en el Congreso capaz de votar a favor del rearme, y cuando la producción de material bélico comenzó en 1940, constituyó un gigantesco motor de generación de empleo, la verdadera cura de los deprimidos mercados de trabajo de la década de los 30. La conversión de EEUU en una potencia mundial y el pleno empleo parecían andar positivamente correlacionados, y de forma tal, que se ganaron la lealtad de varias generaciones de votantes obreros.
La situación hoy, huelga decirlo, es radicalmente distinta. Un presupuesto mucho mayor del Pentágono no logra ahora crear centenares de miles de puestos de trabajo estables en las fábricas; buena parte de la producción está ahora externalizada, y el vínculo ideológico entre empleos con buenos salarios e intervención militar, entre buenos puestos de trabajo y viejos laureles gloriosamente conquistados en el exterior, aunque no un vínculo roto, es estructuralmente más laxo que en cualquier otro momento desde los tiempos de la Ley de Facilitación del Crédito [en 1941].(1) Hasta en las actuales fuerzas armadas (una casta ampliamente hereditaria compuesta de blancos pobres, negros y latinos) la desmoralización está llegando al punto del descontento activo, abriéndose paso ideas alternativas nuevas.
La expansión de los servicios militares, la guerra de las estrellas, una misión tripulada Marte: todas ellas son, desde luego, formas de gastar centenares de miles de millones de dólares, muchas de ellas aplaudidas por ambos candidatos; pero no traerán consigo la oferta de puestos de trabajo decentes, ni lograrán hacer que la cosa se ponga en marcha. Pero lo que sí puede lograr un gigantesco presupuesto militar en medio de un hondo desplome es la total destrucción de las modestísimas pero esenciales reformas que figuran en el programa de Obama y en sus planes de asistencia sanitaria, energías alternativas y educación.
La amalgama rooseveltiana de cañones y mantequilla, por decirlo con otras palabras, se ha convertido en una contradicción en los términos, y la campaña de Obama está forjando deliberadamente un catastrófico rumbo de choque: sus compromisos con la seguridad nacional van contra sus objetivos en política interior. ¿Por qué no ven el Gran Cañón?
Tal vez lo vean, en cuyo caso el engaño se habría verdaderamente convertido en factor nutricio de la política norteamericana.
Por si alguno de ustedes se ha perdido los debates, permítanme recordarles que el candidato demócrata se ha atado a sí mismo de pies y manos, salga el sol o caigan piedras de punta, a una estrategia global que mantiene el propósito de “victoria” en Oriente Medio como premisa directriz de la política exterior, y que procede a un afeite de la hybris constructora de naciones de los neoconservadores presentándola como una fe “realista” en una estrategia de “estabilización”.
Es verdad: la enormidad de la crisis económica puede forzar a Obama a renegar de algunas de sus más sonadas promesas, como sostener el idiota sistema de defensa basado en misiles o insistir en la provocativa inclusión de Georgia y Ucrania en la OTAN. Pero, como no se ha cansado él mismo de declarar, la derrota de los talibanes y de Al-Quaeda es, junto con la defensa de Israel, la clave de su agenda de seguridad nacional.
Sometido a una presión simultánea de los republicanos y de los halcones demócratas para recortar el presupuesto y reducir el crecimiento exponencial de la deuda nacional, ¿qué decisiones se verá Obama forzado a tomar al comienzo de su Administración? Es más que probable que la asistencia sanitaria universal quede en los puros huesos, si no menos; y que las energías alternativas acaben en el fraude del “carbón limpio”; y que lo que reste de presupuesto en el Tesoro, luego de que los beneficios de retiro de los estafadores empresariales lo hayan saqueado, sirva para pagar bombas que destruyan más aldeas pashtunes y que produzcan unas cuantas generaciones más de mujahidines encolerizados.
¿Me estoy poniendo indebidamente cínico? Tal vez, pero yo viví los años de Johnson y fui testigo del desmantelamiento de la Guerra contra la Pobreza, el último programa genuinamente inspirado en el New Deal, para pagar el genocidio en Vietnam.
Amarga ironía, pero, fundado en mi experiencia histórica, descuento como seguro que una campaña presidencial sostenida por millones de votantes por su promesa de terminar con la Guerra de Irak ha quedado ya hipotecada con su escalada –“más duro que McCain”— hacia una guerra contra toda esperanza en Afganistán y en la frontera tribal de Pakistán. En el mejor de los casos, los demócratas se habrán limitado a cambiar una guerra brutal por otra. Mucho me temo que a lo que aguardamos no es a la resurrección de la esperanza, sino a su despertar.
Nota
La estafa impulsada por Milei alcanzó entre 70 y 100 millones de dólares
En esta nota de Tiempo Argentino el periodista Jonathan Raed reconstruye cómo fue la estafa encabezada por el Presidente y el cálculo de lo que ganaron los creadores. Cómo fue la curva de esta memecoin creada por una empresa con lazos con el gobierno nacional y de la Ciudad, las posibles consecuencias para la Argentina y para el propio Milei, que ya enfrenta varios pedidos de juicio político.
Jonathan Raed en Tiempo Argentino
Entre las 19:01 y las 00:38 de la noche del viernes 14 de febrero de 2025, el presidente de la Nación Javier Milei impulsó y promocionó una estafa virtual que afectó a miles de personas alrededor del mundo.
Fueron más de 5 horas y media en las cuales los más fieles seguidores libertarios rogaban a las fuerzas del cielo que se tratara de un hackeo a las cuentas de redes sociales del máximo responsable del Estado argentino. Ocurre que si no era un hackeo, era una estafa.
Sin embargo, no hubo hackeo. Primero, allegados al presidente lo confirmaron; luego, el propio Milei, quien acusó que «no estaba interiorizado» en lo que previamente difundió como un «incentivo a la economía argentina» y mantuvo como tuit fijado (una manera de destacar el posteo) durante el citado lapso de tiempo.
Los números de la estafa
Con la estafa ya consumada, Milei borró el posteo y acusó desconocimiento. ¿Cuántas personas fueron estafadas y por qué monto total? ¿Quién se llevó la plata? Estas preguntas no tienen por el momento una respuesta definitiva, pero sí hay cálculos estimativos.
Al desempeño de la criptomoneda, se le puede dar seguimiento minuto a minuto. Tras el anuncio de Milei, el valor el mercado virtual llegó a alcanzar los 5 dólares por unidad. Horas más tarde, se desplomó a menos de 1 dólar. En ese lapso, quien compró y vendió se hizo de un buen dinero.
En la jerga, se conoce a esta estafa como «rug pull«. Los que entran primero, ganan; los que quedan colgados, pierden. Los creadores de la cripto compran por montos mínimos su propia moneda; luego, buscan la forma de impulsarla (pagando a famosos que la promuevan, por ejemplo) y, una vez alcanzado el ingreso deseado de compradores, abandonan repentinamente para llevarse los fondos de los estafados.
Como la operación es anónima, no se puede saber (al menos, sin una investigación a fondo) quién compró y/o vendió. El propio Milei podría ser un operador o no. Es una cuestión de fe.
En las horas que duró la aventura, compraron $LIBRA más de 40 mil personas de distintas partes del mundo. Se movieron más de 1.500 millones de dólares. La moneda alcanzó una capitalización de casi 4 mil millones de dólares y, a la hora del «cash out (retirar el dinero)», los creadores/ganadores se llevaron entre 70 y 100 millones de dólares. Los especialistas en la materia, de hecho, coinciden en un número más concreto: 87.4 millones de dólares de ganancia, en un rato.
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La gran estafa presidencial
Milei presentó la criptomoneda $LIBRA como un proyecto privado de inversión en empresas argentinas. Luego de la promoción del presidente, el valor de la criptomoneda se disparó, ya que aumentó en gran número la demanda; es decir, hubo fuertes compras de la misma.
El emprendedor, especialista en la materia y simpatizante de Milei, Santiago Siri, explicó: «Cuando Milei anuncia este proyecto, el 70 por ciento de las monedas está en manos de tres direcciones. Si abrís un proyecto para fomentar pymes, hay que hacer el proceso para que sea transparente. La gran mayoría de estas personas no sabemos quiénes son y hubo muchas desprolijidades en todo esto que se armó».
Los primeros compradores son usualmente los creadores de la moneda. «Compran» por 0 dólares y luego ven hasta dónde llega el valor. Usualmente, entre el 15% del total se encuentra en manos de los creadores; esta vez, fue el 70%, y en apenas 3 personas. «Vimos que sin poner un peso se llevaban cuatro o cinco o seis millones de dólares«, alertó Siri, en diálogo con Diario con vos, en AM 530.
«Milei es un fenómeno global y esta moneda tocó un techo de capitalización del mercado casi cuatro mil millones de dólares en cuatro horas, pero después en las siguientes cuatro horas se desplomó a casi cero. Milei lo hizo siendo presidente de la Nación y está obligado por la ley de ética pública a informar, a dar transparencia y datos sobre los hechos», completó.
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Las consecuencias para la Argentina
El extitular de la Unidad de Información Financiera (UIF), José «Pepe» Sbattella habló al respecto de la estafa con Te aviso con Tiempo, en la radio de las Madres de Plaza de Mayo: «Implica una acción política de la UIF para saber cómo se movió la plata y mostrar qué fue lo que pasó con esto. Todo quedó registrado y, tanto acá como en otros lugares del mundo, las características de cumplimiento las fijan los organismos fiscales. Puede implicar que Argentina vuelva a integrar la lista gris».
«Todo lo que pase por acá puede ser sospechado de ilícito. Pone a la Argentina en un estado de vulnerabilidad para que se convierta en un paraíso fiscal y libertinaje financiero. Las reservas de Argentina ya están depositadas en Londres, los activos ya pasaron a estar en una jurisdicción que es el corazón de la city global. Argentina ya se entregó a que los desastres que produzca la administración Milei tienen una garantía de que las reservas están en otra jurisdicción», alertó Sbatella.
Finalmente, completó: «Tiene que haber juicio político y pedido con sentencia final. Esto no es normal, que un presidente incentive la compra de una cripto y en horas se convierte en una estafa. Todo el camino se puede ver y los beneficiarios finales pueden ser identificados. Por eso, hay que pedir el juicio político».
Los lazos de Milei con la empresa creadora de $LIBRA
La empresa que desarrolló $LIBRA -la cripto de la estafa que tuvo al presidente argentino como impulsor- se llama KIP Protocol y mantiene aún los posteos de lanzamiento de la moneda. La empresa, creada en 2019, salió a desligar a Milei de la acción y no dio mayores explicaciones, al igual que el propio Milei.
KIP Protocol mantiene acuerdos con la Ciudad de Buenos Aires y en octubre último sus directivos mantuvieron reuniones con el presidente Milei, y hasta se compartieron imágenes del encuentro, en el marco del Foro Tech de Argentina.
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Nota
“¿Qué van a hacer?”: testimonios y preguntas del colectivo travesti trans en Diputados, tras los ataques del gobierno nacional
Una reunión informativa convocada por diputadas y diputados reunió a distintas voces del colectivo travesti trans, que planteó sus posturas, miradas y críticas hacia el rol del Estado mucho antes de los ataques del Poder Ejecutivo. Qué dijeron Cristina Montserrat Hendrickse, Gabriela Mansilla, jóvenes del colectivo El Teje, Florencia Guimaraes, y el contundente discurso de Marlene Wayar: un diagnóstico crudo de una situación históricamente vulnerable, gobiernos progresistas mediante, y la defensa ante los actuales ataques libertarios. Tratamientos médicos, DNI, discriminación diaria, social, laboral, la deuda con “las viejas”, y la pregunta a los anfitriones: «¿Qué van a hacer?»
La Comisión de Mujeres y Diversidades de la Cámara de Diputados de la Nación realizó ayer una “reunión informativa” para escuchar al colectivo travesti trans tras los ataques sufridos por parte del Poder Ejecutivo.
Mónica Macha (UxP), presidenta de la Comisión, enumeró el temario del día:
- El estado del cupo laboral travesti trans.
- Las consecuencias de los discursos y prácticas de odio y persecución.
- La preocupación por el acompañamiento a niñeces y adolescencias trans, a raíz de los cambios impulsados en la Ley de Identidad de Género.
“Es importante poner en palabras, en relatos personales, una respuesta que ya dio la sociedad argentina en la calle el 1 de febrero”, dijo el diputado Esteban Paulón (EF), vicepresidente de la Comisión, en relación a la masiva Marcha Antifascista y Antirracista.
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Luego, durante casi cuatro horas, diputados y diputadas de la mayoría de todos los bloques excepto de la Libertad Avanza, escucharon treinta y seis exposiciones de activistas, militantes, intelectuales, referentes de partidos políticos, de organizaciones sociales y sindicales, profesionales de equipos de salud, familias y adolescencias trans.
Estas son algunas de las voces que se escucharon.
Discriminación, DNI y “el mundo va a seguir pariendo trans”
“Coordino dos grupos de jóvenes que me preguntan: ahora qué hacemos. Hemos decidido continuar con la atención, hay un principio en medicina que es no abandonar a quien nos consulta y no dañar, y esta decisión daña a las personas transgéneros”, dijo Adrián Helien, psiquiatra y coordinador del Grupo de Atención a Personas Transgénero del Hospital Durand, que también cuestionó la formación médica que siga formando profesionales cisgéneros.
La abogada Cristina Monserrat Hendrikse, militante trans y funcionaria del fuero bonaerense, quien escribió una nota en lavaca tras la publicación de DNU 62/2025 del gobierno que busca modificar la Ley de Identidad de Género, comenzó su exposición explicando que “un DNU es la decisión única de un monarca que da su opinión y sin escuchar a otros toma su decisión de forma unilateral, cuando las reglas que gobiernan una sociedad democrática son el fruto del debate y de la escucha.
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Luego preguntó: “Si un adolescente de entre 13 y 16 años puede acceder a un tratamiento médico con autorización de sus padres, ¿por qué no lo puede hacer un niño o una niña trans? Evidentemente es discriminación a nuestro colectivo”. Cristina terminó su intervención interpelando a diputados y diputadas presentes: “No sé los señores legisladores qué van a hacer con este DNU, si lo van a confirmar o lo van a desechar, solo les voy a recordar que hace 3500 años el señor Moises escribió el Deuteronomio y nos prohibió, y todavía estamos acá. Hagan lo que hagan, aunque me maten, aunque nos maten a todas, la naturaleza, la biología, va a seguir pariendo trans”.
“He parido una hija que me puso en este lugar, que me enseñó a luchar, que me puso en conocimiento de toda esta comunidad que hoy no debería estar acá discutiendo lo que ya discutimos. No quiero que las niñeces aprendan a resistir lo que la comunidad adulta le tiene que garantizar”, dijo Gabriela Mansilla, de la Asociación Civil Infancias Libres y mamá de Luana, la primera niña en recibir DNI con su género autopercibido en el mundo. Entre lo que se está la mira del gobierno se incluye el DNI no binario y la rectificación de partidas de nacimiento. “Lo más importante es que pueda salir una respuesta para contestar esto – siguió Gabriela-. No estoy acá para decir palabras que emocionan, estamos exigiendo derechos. Tenemos niñeces que tienen miedo de salir a la calle. Por más que intenten lo que intenten, primero para tocar a mi hija, y para tocar a un montón de otras niñeces van a tener que pasar por delante de sus mamás, y les vamos a dar batalla”.
La voz de la adolescencia trans también estuvo presente a través de Manuel Sinde, de la Organización Adolescencias Trans “El Teje”, quien leyó una carta que escribieron colectivamente contando que tienen miedo, impotencia y ansiedad. “También queremos aclarar que todas esas personas que salen a hablar mal de nosotres y dicen que nos obligan a ser personas trans, son personas que nunca en su vida hablaron con una infancia o adolescencia trans, que nunca tomaron el tiempo de conocer nuestras vidas, nunca nos dieron el lugar, y siempre hablaron desde la ignorancia y el odio, queremos que se nos escuche”, leyó. Manuel aclaró respondiendo al presidente: “Las personas trans no somos ni hormonas ni cirugías nada más: somos mucho más”.
También participó Cero, que llegó desde La Matanza y leyó una carta de otro varón trans adolescente que no quiso ir por miedo: “Yo, antes de mi transición, me sentía incómodo con mi cuerpo, aspectos como mi voz, mi busto o el hecho de menstruar eran algo que no sentía propio de mí; y gracias a la comprensión, amor y cariño de mis padres y mi familia, fue que pude sentirme bien con empezar el tratamiento”. Junto a Cero llegó Lautaro, adolescente trans, que complejizó recordando los altos niveles de pobreza en la actualidad, las dificultades para tener trabajo registrado, y “ni hablar de tener que pagar hormonas o querer vivir solo en un futuro”.
Entre quienes hablaron también estuvo Vanessa Di Cecco, que hace unos días sufrió en Cañuelas que un hombre que la venía hostigando le prenda fuego su casa, la de su esposa y la de su hija. “Todo fue incendiado y destruido por el fuego y por el odio. Hicimos la denuncia ese día pero no se inició ninguna investigación hasta que no fuimos a los medios”. El hombre que incendió la casa y luego se fue caminando tranquilo sigue prófugo.
La activista y militante Florencia Guimaraes recordó por su parte las deudas históricas que hay con el colectivo travesti trans para no creer que los últimos años fueron “de ensueño” y ahora con un gobierno de derecha todo cambió. Hubo quienes les dijeron a les adolescentes que no tengan miedo.
Egos, política y “¿qué es lo que van a hacer?”
Cuando tomó la palabra la activista y pensadora Marlene Wayar, rompió con una pregunta: “Siempre me parece que venimos a aplaudirnos las unas a las otras. Yo pensé que era para trabajar, ¿cuál es la acción?. Esto es levantar nuestros egos, ¿qué es lo que vamos a hacer?”. La presidenta de la Comisión Mónica Macha le contestó que en principio es poder tener un espacio en la Comisión donde están representados todos los bloques y si no estuviera sería un silencio que no está bueno. Marlene retrucó: “Ellos se aplauden a sí mismos a ver quien tiene el tweet más violento, y nosotros quien es la más romántica: es exactamente la misma mecánica. Si algo demostró la marcha es que hay que seguir con la acción y son ustedes que están con asesoría legal, con legislación comparada quienes nos tendrían que haber dicho ‘el camino nos parece por acá, necesitamos que apoyen esto’. Vinimos a Diputados, sino tenemos la asamblea en una plaza y todo bien. ¿Ustedes cómo van a aportar? ¿Cómo les van a exigir a sus partidos que no nos vuelvan a dejar tiradas? ¿Qué van a hacer ustedes más allá de servirnos un cafecito? Esto ya se hizo con el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad: nos invitaron a doscientas cincuenta mil reuniones que no llegaron a nada, fueron muriendo nuestras viejas una a una”
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Siguió: “La corrección política es perfecta y sumamente vacía, estoy dolida de la falta de reacción que tienen y de lo fácil que caen en el egocentrismo de venir y sentirse hermosas acá en Diputados, ¿para qué estamos acá? Esa es la gran pregunta. ¿Para qué diablos estamos acá?, que encima estamos arriesgando el trabajo porque a las dos de la tarde estamos en horario laboral, en un trabajo policíaco en estos momentos. Entonces, estoy arriesgando mi puesto laboral de dos mangos por cincuenta para estar acá para hacer nada, para lamernos el ego”.
Esteban Paulón explicó que denunció penalmente al presidente, que acompaña distintos pedidos que se hizo de inconstitucionalidad del DNU, y que se está acompañando los debates y las marchas. “Lo de hoy es que pudiéramos tener en estos espacios las voces de las personas que por lo general no tienen voz”, dijo y destacó la presencia de distintos bloques en la escucha. “Bienvenidas todas las ideas para hacer más efectiva nuestra tarea en el parlamento”. Macha explicó que en el periodo de sesiones extraordinarias no se pueden tratar proyectos por fuera del temario establecido por el Ejecutivo, por eso la reunión fue informativa. “Creo que es importante las voces que se están escuchando acá, y cada compeñeres que está tomando la palabra responde a invitaciones de distintas diputadas”.
Las intervenciones de quienes fueron a exponer y luego de algunos diputados y diputadas siguieron durante dos horas. Aún está por verse si logran articularse acciones desde el Poder Legislativo construyendo consenso mayoritarios en un Congreso agrietado que ya está en modo campaña. Hacia el final se propuso hacer un proyecto de nulidad absoluta del DNU, intentar que se firme por la mayoría de los bloques, y tratarse en las próximas sesiones.
Por ahora, la pregunta sigue latente: ¿qué van a hacer?
Nota
Contra los incendios y la desinformación: sobre la caza de brujas en la Comarca Andina
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La policía provincial, fogoneada por el gobierno local y nacional, detuvo a 12 personas al voleo y sin pruebas como supuestas responsables de los incendios que ya consumieron más de 25 mil hectáreas en la zona. Se trata de vecinas y vecinos que se encontraban conteniendo las llamas o que tienen apellidos mapuche. Frente a la comisaría, una movilización que reclamaba la liberación de estas personas sufrió además el amedrentamiento de una patota ligada al magnate Joe Lewis (uno de sus integrantes, empleado del municipio y cercano al intendente). La policía los dejó actuar sin hacer nada. Lo que hay detrás de esta operación político-mediática: fake news para romper la organización, persecución social, proyectos de extractivismo y entrega de territorios. “El miedo que nos quieren infundir no va a ser un obstáculo para seguir organizándonos, en los territorios y en las calles”, dicen algunas personas que prefieren no dar el nombre pero testimonian en esta nota, explicando todo lo que pasó y sigue.
Por Francisco Pandolfi
Mientras se queman los bosques y la montaña y los valles y las casas, y los animales, empezó una caza de brujas en Chubut y en Río Negro. Una caza de personas que justamente combaten a un fuego que sigue ardiendo en cinco grandes incendios. Que ya quemó más de 25 mil hectáreas. Que ya se llevó una vida: Ángel Reyes, de 84 años. Que ya arrasó con más de 200 viviendas en la Comarca Andina. Y que ya tuvo por lo menos 12 detenidos, al voleo, sin pruebas, y con el cargo de “incendio doloso” (dos de esos detenidos fueron inmediatamente liberados por falta de pruebas).
La persecución que en las últimas horas escaló al extremo, con el Estado sembrando en la población un estado de terror.
Frente a esto: la autogestión. El poder de las comunidades organizadas, ante todos los otros poderes.
Miente, que algo quedará
Para entender este presente basta con hacer memoria a no tan largo plazo para comprender un mismo modus operandi.
“La historia se repite”, decía Hegel. “La historia ocurre dos veces: la primera como tragedia y la segunda como farsa”, dijo Marx.
Todos los años ocurren enormes incendios forestales, y según estadísticas oficiales más del 95% son provocados por la acción humana. En enero de 2024 se quemaron casi 7 mil hectáreas en el Parque Nacional Los Alerces, en Chubut. A las horas de su inicio, el gobernador Ignacio Torres responsabilizó a la comunidad mapuche Paillako, tomando la línea de Patricia Bullrich, es decir del gobierno nacional. Pasó un año y no se encontró ni una sola prueba en contra de la comunidad, pero el ataque allanó el terreno que derivó en el desalojo de la lof a comienzos de este 2025. El déjà vu aparece cuando el último miércoles el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, informó que habían sido detenidas tres personas. Este jueves, se sumaron por lo menos 9 detenciones más, según el registro de distintas asambleas que ya no solo deben contar la hectáreas quemadas.
La patota
Iván González es docente de biología, comunicador en la FM Radio Alas y vecino de Lago Puelo. Ahora está en El Bolsón, combatiendo el fuego y la desinformación. “Las personas a quienes están deteniendo son las que arriesgaron su vida por apagar los incendios. Ni bien nos enteramos de las primeras excarcelaciones nos movilizamos a la puerta de la Comisaría 12, de El Bolsón, para exigir su liberación, cuando de repente llegó una patota montada en caballos que vino directamente a agredirnos. Vimos peligrar nuestra vida, rodeados por mucha gente armada, con cuchillos, palos, amenazándonos de muerte todo el tiempo, aplaudiendo y gritando ‘viva la patria’, ‘mátenlos’. Fue una situación muy violenta”. La policía se destacó por su sospechosa inacción.
Iván explica que, ante las persecuciones, tienen dos estrategias: salir a hablar sin dar nombres propios, o hacer lo opuesto y que sea la exposición el paraguas que los proteja. El anonimato es la opción que elige un vecino de la localidad chubutense de Golondrinas, por una cuestión vital: “Quiero seguir viviendo”. Pone en contexto esa tremenda frase: “Están haciendo un operativo cazando gente; ayer a una amiga que lo único que hizo fue apagar llamas, le allanaron su casa; a otro flaco que por su apellido es del pueblo mapuche, lo levantaron de la puerta del supermercado y se lo llevaron, montando pura espectacularidad”. Agrega un dato clave sobre el grupo parapolicial que el miércoles llegó a caballo a amedrentar en la puerta de la comisaría: “Responde a Joe Lewis (magnate británico dueño de una estancia de 8 mil hectáreas que rodea el Lago Escondido). Lewis, Pogliano (intendente de El Bolsón) y Weretlineck son la misma cosa”. Uno de los integrantes de la patota es empleado del municipio encabezado por Pogliano.
El relato
Nelson Ávalos integra la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), región Noroeste de Chubut. La conversación con lavaca se pospone una y otra vez porque las detenciones aumentan con el correr de las horas. Entre audiencia y audiencia de la formulación de cargos a los detenidos, finalmente explica: “Mientras la gente arriesga su vida y encima la detienen, los gobernadores de Río Negro y Chubut, junto a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, están creando un relato sobre que los incendios (Mallín Ahogado, Epuyén, Trevelín, la comunidad Nahuelpan y el Pedregoso) son producto de una sola causa: una organización que se dedica a realizar actos terroristas para incendiar todo, vinculando siempre al pueblo mapuche tehuelche. Y ahora intentan sumar a gente que voluntariamente busca apagar el fuego”.
Nelson dice que es muy complejo lo que están viviendo, que es muy difícil de sintetizar. Y subraya lo que cree fundamental poner en evidencia: “El relato de los gobiernos busca justificar que se instale en la región un estado de militarización. Hace unos días, Torres y Bullrich presentaron el Comando Unificado para combatir a ‘las fuerzas terroristas de la Comarca Andina’, y para eso desembarcaron las policías provinciales, la Federal, la Gendarmería, la Prefectura y el Ejército, además de los servicios de inteligencia”. Avalos deduce qué hay detrás: “Proyectos de extractivismo y entrega de territorios a la voracidad de capitales nacionales e internacionales”.
Sobre las detenciones: “La investigación la lleva el fiscal (Francisco) Arrien y se están llevando a cabo las audiencias de formulación de cargos por incendio doloso. Yo creo que mañana estarán todos liberados, porque esto forma parte de un circo de la Justicia y del poder político, para no ir hacia las verdaderas causas que originaron el fuego”.
El Estado de las cosas
“Estamos muy preocupados”. Del otro lado del teléfono habla Viviana Moreno, referente histórica de la Asamblea por el No a la Mina de Esquel. “Hay incendios locales en todos lados, todos los días. Se logran apagar enseguida porque estamos atentos. Son intencionales, porque son de madrugada”, dice. La voz se pone más tensa: “Estamos desesperados, anoche hubo otro incendio en un barrio. Esto que ocurre es una locura. Ya se están haciendo planes de evacuación de los barrios más inmersos en el bosque nativo”.
Para Viviana, el fuego es el resultado final de una combinación explosiva de factores: un abandono del Estado de los bosques comunales, que deben ser limpiados, raleados sistemáticamente y no sucede; las plantaciones de pinos como monocultivo, altamente combustibles; el cambio climático: altas temperaturas impensadas años atrás, sequía y vientos fuertísimas; y la falta de equipamiento y la precarización laboral de los brigadistas que combaten los incendios forestales”.
Hernán Mondino integra la Brigada de Incendios, Comunicaciones y Emergencia (ICE) del Parque Nacional Los Alerces. Da un marco de la situación: “Pedimos 15 compañeros para reforzar la temporada e ingresaron solamente seis. Y encima, por la política general de gobierno renunciaron cuatro. A esto se suma que los brigadistas tenemos contratos laborales de tres meses. O sea, los números son siempre negativos y de esa política hay responsables concretos que se llaman a silencio. El Servicio Nacional del Manejo del Fuego ahora depende de Patricia Bullrich y en este contexto que vivimos Parques Nacionales sigue despidiendo gente. Estas responsabilidades se quieren ocultar buscando chivos expiatorios o culpables efímeros para desviar lo que realmente pasa”.
El vecino de Golondrinas que pide reserva de su nombre recuerda que desde el catastrófico incendio de 2021, aún hay gente que sigue sin agua, cuatro años después. También dice que sólo en enero, ya debió apagar cuatro veces el fuego iniciado por el chisporroteo de cables y por la quema de transformadores. “Cuando hay viento, están cortando la electricidad, porque saben que eso puede generar más incendios, lo que refleja la falta de inversión. Como no pueden resolver los problemas de infraestructura, por no haber inversión estatal, acusan al pueblo de terrorista, cuando son los gobiernos quienes están generando políticas de terror a favor de sus negociados”.
Agrega Nelson Ávalos, de la APDH: “Acá se juegan intereses que trascienden a los incendios y se está utilizando el desastre para allanar el camino. Queda demostrado la complicidad estatal con lo que pasó el miércoles con esa patota y la impunidad con la que se movieron: cometieron un delito en flagrancia, a los ojos de la policía, que no hizo nada. Es evidente que su accionar fue avalado y que busca, generando desconfianza, romper un tejido social, una solidaridad de hermandad construida en toda la Comarca”.
La autodefensa de la autogestión
Hay dos movimientos que están sucediendo al mismo tiempo: la persecución, por un lado, y la organización popular que crece cada día un poco más. Iván González, vecino de Lago Puelo, reflexiona: “Todas las acciones que se están haciendo desde los gobiernos son conducentes a desarticular la red comunitaria que se formó para luchar contra los incendios y crear enemigos internos como el pueblo mapuche. El crecimiento inmobiliario en El Bolsón hace que la ciudad casi ya no tenga dónde crecer, porque es un valle encajonado, y entonces se pretende avanzar con loteos inmobiliarios hacia los lugares rurales, justamente como es la zona de Mallín Ahogado”. Iván suma un elemento: “La aprobación del RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones) vino a acelerar la realización de proyectos mega turísticos hoteleros y mineros, en un territorio donde hay una resistencia importante a que no talen los bosques, donde hay muchos productores apostando a la agroecología, donde en definitiva existe un obstáculo importante para sus proyectos urbanizadores”.
Y suma otro más: “A ellos les molesta que haya gente organizada contra sus planes, todos articulados por Joe Lewis. De hecho, es muy sospechoso que el incendio en Mallín Ahogado haya empezado pocas horas antes de lo que iba a ser la novena marcha hacia Lago Escondido, que año tras año visibiliza que se trata de un lago usurpado por un empresario”.
Iván pide no desviar el foco principal: apagar el fuego. “Intentan meter miedo y romper nuestra organización, mientras las llamas siguen descontroladas en la montaña, en las laderas, y ayer ya ni había aviones hidrantes volando. Entonces, si esperamos que 100 brigadistas de los servicios estatales –en un estado de cansancio total, con unas viandas deplorables y casi sin nafta para el uso de motobombas–, apaguen estos incendios no va a ocurrir hasta dentro de varios meses. El desfinanciamiento se traduce en la poca capacidad operativa del Estado para apagar el fuego. Ni hablar cuando hay varios fuegos en simultáneo, como ahora, que son cinco. Los mismos jefes del SPLIF (Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales) y todas las brigadas, reconocen que están con una frazada corta, que sacan de un lado y ponen en otro, que mueven aviones de un incendio al otro y no logran apagar ninguno. Por eso, no nos queda otra que las brigadas de vecinos voluntarios estemos de pie, que hoy cuadriplicamos en cantidad a quienes conforman los servicios estatales. La organización es muy grosa, hay muchísima gente participando”.
Existen roles bien marcados. Están quienes van al frente de la batalla contra el fuego; quienes organizan las viandas –hay un montón de cocinas y en cada una hay siete personas en cada turno–; están quienes se encargan de distribuir la comida; hay gente que organiza los animales; otro equipo ya pensando en la reconstrucción de las casas; uno más, imaginando cómo hacer las estufas para las nuevas viviendas; y otro, ideando cómo volver a reforestar, si con bolitas de arcilla o semillas. Plantea Iván: “La organización de autodefensa es enorme. Y apuntan a derribarla. Por eso estamos repitiendo un versito, que no es ningún verso, y es que a la represión, a su cacería y a los incendios, los combatimos con apoyo mutuo, con cuidados, con autogestión. El miedo que nos quieren infundir no va a ser un obstáculo para seguir organizándonos en los territorios y en las calles”.
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