Nota
Creer o legislar: Un debate desparejo en la Universidad de Salta expuso los argumentos vs. las creencias
La Universidad de Salta fue sede de otro debate sobre la legalización del aborto, al que asistieron expositores a favor y en contra del proyecto. Participaron la cineasta Lucrecia Martel, abogadas, periodistas, psicólogas y un diseñador gráfico. El auditorio estaba repleto y había tanto pañuelos verdes como celestes. Los argumentos a favor y en contra de la ley. El expositor que niveló el debate hacia abajo. Y las palabras finales de Martel, que sacuden a una provincia movilizada por el aborto legal.
Salta está prendida fuego, en el buen sentido, al calor del debate por la legalización del aborto. Durante el fin de semana hubo todo tipo de eventos alrededor de la Ley que se votará el 8 de agosto en el Senado (ya cuenta con media sanción en Diputados). Discusiones en programas de televisión, radio, teatros y universidades, con posturas a favor y en contra. Si bien las cámaras fogonean títulos y posturas con rating, los dos debates más interesantes ocurrieron en el teatro Teatrino, el sábado pasado, y el lunes en la Universidad Nacional de Salta.
El Consejo Superior de la UNSa ya había aprobado una resolución en apoyo a la legalización del aborto. Recordemos que en Salta pisa fuerte la Universidad Católica, y en la provincia en general lo estatal suele estar mezclado con los intereses católicos. Según relataron los propios alumnos de secundarios (presentes en la actividad del sábado como oradores, y en la del lunes como espectadores) a pesar de un fallo de la Corte Suprema los contenidos religiosos siguen presentes en los establecimientos públicos.
En ese contexto, las dos facultades que resisten desde la trinchera pública son la de Humanidades y la de Ciencias Naturales, las cuales organizaron este debate en conjunto como eco de la resolución del Consejo de la UNSa. La idea fue conformar un panel con tres expositores a favor y tres en contra del proyecto de IVE (uno de estos últimos se ausentó), según un método de debate moderado por la decana de la facultad de Ciencias, Alicia Kirchsbaum, la anfitriona de la jornada: cada expositor tendría 10 minutos y luego el auditorio podría preguntar por escrito. Al calor del debate, la dinámica prevista se iría alterando.

A diferencia de otras jornadas monotemáticas, el debate en la UNSa tuvo público a favor y en contra de la legalización del aborto. Foto: Nacho Yuchark
Confusiones y creencias
La primera en exponer fue la periodista Mariana Arnez, quien agradeció la convocatoria y adelantó estar “a favor de las dos vidas”. Desde ese lugar leyó la jurisprudencia que habla de que “la vida comienza desde la concepción” (luego sería desmentida por la abogada Mónica Menini, otra de las expositoras) y dijo que gracias a su labor periodística conocía la realidad del interior del país: aseguró que “en los suburbios del norte no quieren la ley”.
Luego la periodista se dedicó a trazar una peligrosa parábola que iba de la droga, al aborto. Contó el caso de una niña de 12 años que, según el relato, la propia Arnez debió contener para que “no se clavara un cuchillo en el vientre”. Según Arnez, la niña estaba perdida en la droga: “Tenemos que poder ayudar a esa niña”, dijo Arnez, y en el auditorio que hasta entonces escuchaba respetuoso alguien mencionó que esa ayuda es, precisamente, la ley en debate.
Para entonces el auditorio se había llenado, tanto con público a favor como en contra del proyecto. Fue durante la exposición de la periodista que la balanza se equilibró cuando entraron dos contingentes de jóvenes (evidentemente, de alguna parroquia o colegio religioso) a sentarse entre en los bancos, desplegando sus pañuelos celestes.
Envalentonada, Arnez siguió: “No estoy a favor de un delito para tapar otro delito”, dijo, y volvió a hacer hincapié en “no vulnerar la vida por nacer” (luego se debatiría sobre ese punto, sobre esa “vida”).
Arnez estaba de acuerdo con todos los expositores en algo: “El Estado no hace nada para cambiar esa realidad”, aunque no se supo si se refería a la droga o al aborto, o a las dos cosas juntas.
Al final propuso algo insólito: “Dejar de lado esta discusión” (ahora sí, hablaba del aborto) para hablar de la necesidad de una Ley de Adopción. La abogada Menini recordó que esa ley ya existe. “Perdón, sí”, dijo Mariana Arnez, “hablo de una real aplicación de esa ley”.
Por último, ya sin leer el discurso, citó el salmo 189.

Una de las espectadoras del debate pidió que le sacarámos esta foto y, mientras sostenía al muñeco, dijo a la cámara: «Tiene tres meses».
Foto: Nacho Yuchark
La autonomía de la mujer
Luego fue el turno de Verónica Bissdorff, psicóloga que trabaja en consejerías de salud sexual. Bissdorff hizo hincapié en el “principio de autonomía” de la mujer y del paciente en general, según los derechos del paciente que consagra la Ley de Salud Pública, planteando así que “les mediques no deben decidir qué hacer”. Cuando la psicóloga utilizaba el lenguaje inclusivo, la parte celeste del auditorio sonreía en tono irónico.
Bissdorff relató casos puntuales sobre cómo el protocolo existente para el aborto (Salta adhirió al protocolo de aborto no punible recién en 2018) permite atender el aborto según ciertas causales, y que en el mismo se menciona que el riesgo de la salud de la mujer no es solo físico, sino integral.
En ese sentido Bissdorff retomó la cuestión del principio de autonomía planteando que “el deseo de no maternar” la mayoría de las veces se da “de manera consciente” y no como un evento desesperado y sin acompañamiento. La idea intentaba equilibrar el ejemplo de la periodista Arnez del puñal en el vientre.
Finalmente, dejó una pregunta que compararía la situación de los médicos (“como profesionales del Estado”) frente a las mujeres: “Si los profesionales tienen libertad de conciencia para intervenir o no en un aborto, las mujeres también deberían tener poder decisión”. Por si la idea no era lo suficientemente clara, sus palabras finales lo fueron: “Dejen de tutelarnos”.

En orden, Mariana Arnez y Mauro Rodríguez, en contra; y Verónica Bissdorff, Mónica Menini y Lucrecia Martel, a favor.
Foto: Nacho Yuchark
El stand up sin gracia
El siguiente orador niveló hacia abajo el debate. Mauro Rodríguez fue presentado como estudiante de filosofía, pero entre el público le sacaron el disfraz: Rodríguez fue el diseñador gráfico autor de un flyer famoso en Salta que mostraba a un bebé con un arma en la sien.
Ese nivel de razonamiento, a lo que se sumarían cuotas de grosería, fue el que manejó el no tan joven estudiante, una especie de standupero anti aborto legal, pero sin ninguna gracia.
Sus primeras palabras llamaron a “intentar entender su postura”, algo que con los minutos sería cada vez más difícil. Rodríguez dijo “no discutir sobre leyes” cuando de eso se trataba el debate, “porque me importa mi pueblo bajo la premisa de lo que es una vida”. Hasta ahí, todo bien.
El diseñador gráfico siguió citando jurisprudencia floja de papeles (“la pueden ver acá en mi tablet, cuando me bajo se acercan y se las muestro”) y citó al científico que descubrió que el síndrome de down se debe a una copia del cromosoma 21: “Creo en su teoría”, dijo. Y aclaró, porque hacía falta: “Digo creo no en el sentido religioso, eh, digo que me parece razonable”. La cita al científico y la referencia al Síndrome de Down serían el golpe bajo final de su exposición.
El filósofo-diseñador utilizó el ejemplo para demostrar que «toda la información ya está en ese momento en el embrión”, y puntualizó: “El color de ojos, de pelo, de piel”. El ejemplo gráfico desató risa en el auditorio, tanto verde como celeste: “Una vez cerrado el huevo, nada se agrega. Ya está el pollito”.
Ya sin derecho ni ciencia que manotear (luego Lucrecia Martel se referiría a esto) Mauro volvió a suplicar entendimiento de su postura, diciendo: “Entiendan el fervor de un tipo que no quiere que se mate gente. Yo no creo en un Estado totalitario que separe a dos clases de personas”. No se sabe si se refería a los vivos a los muertos, a quienes están en contra o a favor, o a los filósofos de los diseñadores.
Antes de dejar la palabra, Rodríguez tenía preparado dos golpes bajos. Dijo, por un lado, que la fundación IPPF financiaba la campaña a favor del aborto legal en Argentina y que, por ejemplo, “muchos de los pañuelos verdes que veo hoy acá” provenían de ese financiamiento. Luego, ante el abucheo general de un público ya harto de escucharlo, Rodríguez se retractó y pidió disculpas. Pero contraatacó: “Que hay un movimiento ideológico detrás de esto con espurios fines, es comprobable”.
Horas antes, para un reportaje que se verá en la revista MU de agosto, visitamos justamente la cooperativa textil Diseños de mi pueblo, conformada por diez mujeres, pionera en la fabricación de los pañuelos desde 2015 y encargada de regar no solo Salta sino varias ciudades del país con las telas verdes. Ninguna sigla de IPPF se vería allí, sino al contrario: una historia contra viento y marea protagonizada por mujeres que, incluso, no están todas a favor de la ley, pero sí del trabajo digno.
Para terminar, Mauro Rodríguez dijo: “Los países que tienen aborto legal son los que tienen menos tasa de síndrome de down”. Entre aplausos celestes y abucheos verdes, el diseñador gráfico paso el micrófono con gesto triunfador. Durante el resto de la jornada se dedicaría a hacer ademanes irónicos mientras hablaban los expositores a favor de la ley.

La estudiante Milagros Peñalba, que disertará en el Senado a favor de la ley, sostuvo este cartel en dirección al escenario durante todo el debate.
Foto: Nacho Yuchark
Estar a la altura
Lucrecia Martel, aunque no era la siguiente expositora, no aguantó a esperar el micrófono. Horas antes ya había presenciado un debate junto a Rodríguez para el diario El Tribuno. Calma, serena, Martel dijo “estar harta de discutir esto”, en referencia a su raid mediático en programas y debates que redundan en los mismos argumentos.
La cineasta (que sigue recibiendo premios y elogios por su última película Zama; el último, del New York Times como segunda mejor película del 2018) les habló a Arnez y Rodríguez: “Ustedes quieren buscar medicina y derecho para una cuestión que tienen en el alma. Y yo respeto eso, pero el Estado es laico. Las creencias se dejan en la casa”. Luego desarrollaría la idea en conversación con lavaca.
Para terminar dejó una pregunta: “¿Cuál es la solución que dan ustedes a las 40 mil (tomando el propio número de los provida) de mujeres que abortan clandestinamente? No es muy difícil de entender: estamos pidiendo que ingresen al sistema de salud”.
Ninguno de los dos oradores anti aborto legal se dieron por aludidos.

Martel se mostró tranquila pero dijo estar «harta» después de una semana repleta de debates en radio y tevé. Por momentos se paró y se volvió a sentar, hasta que le tocó tomar la palabra.
Foto: Nacho Yuchark
Derecho mata chamuyo
Así, siguió la doctora Mónica Menini, quien retomó la cuestión de la financiación del aborto por «la empresa con espurios fines» relatando: “Cuando trabajaba para que haya anticonceptivos en los hospitales me decían que trabajaba para los laboratorios. Y ahora, me dicen que estoy financiada por no sé quién. Basta”.
Como abogada, Menini citó jurisprudencia pura y dura que retomo el Pacto San José de Costa Rica que había mencionado el diseñador gráfico para aclarar la letra: “El Pacto de San José de Costa Rica, en el artículo 3º inciso 1º, dice textualmente: “Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho está protegido por la ley y en general a partir del momento de la concepción”. Este “en general” implica no siempre; no siempre estamos hablando desde el momento de la concepción”. Menini aclaró que en derecho ni una coma está de más.
Luego la abogada se dedicó a explicar la idea de la “progresión” según el cual la adquisición de derechos se logra con el crecimiento: “Cuando tenemos 5 años tenemos unos derechos, a los 13 otros y a los 18, otros”, graficó. En ese sentido, el derecho a la vida y a la decisión en el aborto es el de la mujer, dijo, único sujeto de derechos plenos según todos los tratados y convenciones.
Menini recordó que no hay una línea en la Constitución Argentina que hable de la vida desde la concepción y, en plan local, recordó el fallo Cristina Espinoza que plantea la constitucionalidad del aborto en Salta: “La Corte provincial o ratificó dos veces en distintas causales”.
La doctora Menini sería luego la encargada de explicar pacientemente qué es el aborto y qué es una persona según la actual jurisprudencia, ante las preguntas del auditorio celeste. En cambio, la única pregunta que quedó sin responder fue la más simple de todas, que ya había sido elaborada por Lucrecia Martel. Estaba dirigida a los expositores en contra de la legalización, y decía: “Sabiendo que el aborto clandestino es una realidad, ¿cuál es la salida que proponen ustedes?”. Rodríguez dijo que la pregunta era capciosa, y se negó a responderla.
La ley o la fe
En el cierre de la ronda y en diálogo con lavaca, Martel amplió lo que había esbozado en el escenario, hablándole de nuevo a quienes se manifiestan en contra de la ley en Salta: “En general las personas que están en el grupo que se autodenomina pro vida no sinceran su posición. En vez de estar buscando justificaciones en la ciencia o el derecho, digan que el tema es el alma, que para la fe católica el alma está presente desde la concepción. Si dicen eso es más fácil comprender que nadie quiere violentar la posición de personas que expresan la fe católica. Digan eso y no estemos embarrando la cancha por dónde empieza la vida en la ciencia o el derecho, porque esos son aspectos en que los humanos nos ponemos de acuerdo. En el alma no nos ponemos de acuerdo porque es dogma de fe. Acepten que para las personas que no pensamos como ustedes necesitamos una ley que incluya a las mujeres que abortan en el sistema de salud público”.
Martel tuvo una agenda agitada estos días, en los cuales recorrió canales de radio y programas de televisión. Su reflexión de los debates: “Yo lo lamento porque no he ido por mis películas a la televisión. Pero siento mucha responsabilidad porque acá hay 40 mil mujeres – siguiendo el número de los provida- que el año que viene no tienen que ir de nuevo al sistema de clandestinidad del aborto. A mí me preocupa eso y quiero que entren en el sistema de salud: quiero que no muera una mujer por un aborto, y que la sociedad comprenda que una mujer tiene derecho a decidir ser o no madre”.
Salta está prendida fuego. El humo es celeste. La llama, verde.
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.
Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.


La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.
El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.
Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.
Pero falta para eso.
Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.
En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.
Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.
Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.
Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.
Fin.


Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.
Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.
Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.
Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.
Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.
Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.


Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.
Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.
Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.
Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.
Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.
¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.
¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.
Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.
¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.
¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.
Fin.

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.
Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.
Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.
De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.
Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.
Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.
Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.
Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.
¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.
Fin.




Otras celebridades que se llevan las miradas:
El Zorro con la bandera de Argentina.
Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.
Lila Lemoine vestida como playera de YPF.
Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:
- Castrá
- Adoptá callejeritos
- Educá
- No compres
- No + piroctenia
Son tatuajes.
En la cara.
Fin.

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?
Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.
La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.
¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.
¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.
Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.
Fin.


Equivalencias y bebidas.
Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.
Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.
Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.
Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.
Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.
Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.
La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.
Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.
Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.
Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.
Le han robado el celular.
Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.
El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.
Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:
-Es que está lleno de negros.
Fin.
