Nota
«Decidimos tomar la palabra»
Palabras de Oscar, integrante de la Red Ciudadana tras el 11 M, de España:
Presentación: Hola amigos, buenas tardes, pertenezco a un colectivo de víctimas de la Red Ciudadana tras el 11 M. En aquellos trenes perdí a mi mujer. Desde hace un año me siento también parte de Cromañón porque voy conociendo su historia y experiencia. Hoy es la culminación de algo que quería hacer, compartir con vosotros este espacio, una marcha. Pido disculpas por si me emociono y no articulo bien las cosas.
Las mentiras: Les cuento primero el contexto sociopolítico en que ocurrieron los atentados. El Partido Popular (PP) estaba ya en su segundo mandato, de corte claramente neo liberal, alineado con todo el poder que maneja este mundo e intenta manejar nuestras vidas. Tenía mayoría absoluta, con lo cual tenia todo el poder para hacer y decidir. Pero en esos últimos 4 años se fue generando un ambiente de crispación y movilizaciones fuertes ante los descaros del poder. Hay muchos hechos que movilizaron a la gente. Una catástrofe ecológica de un petrolero en Galicia, que derramó y contaminó. La gestión del gobierno fue nefasta: negó la catástrofe cuando las costas estaban todas contaminadas y muerta toda la vida. Se hablaba de Nunca Mas. Hubo otro caso que sumó en esta dirección: un avión que traía tropas desde Afganistán tuvo un accidente, murieron 65 personas, eso también se negó por un tiempo hasta que la verdad de la negligencia salió a flote: las condiciones de transporte eran penosas. La constante de esos tiempos era una continua negación oficial de todo lo que ocurría hasta que la verdad afloraba, y no había más remedio que reconocerla.
No a la guerra: Pero lo más terrible fue el alinearse con Bush, Blair, para realizar la invasión de Irak por petróleo. Ellos dijeron que era preventivo, que Sadam era un dictador, pero sus verdadero interés era¡ el petróleo. España le dijo entonces que no a la guerra y a la invasión. No queríamos ser cómplices de matar gente con bombas preventivas, gente que lucha por cuidar a sus familias. Todos lo dijimos: el 80% de la población según los sondeos, el 90 incluso, estaba en contra. Una invasión ilegal, ni siquiera refrendada por alguna decisión de la ONU. Decidida por Bush y Blair y apoyada por el monigote de Aznar.
Hubo movilizaciones masivas a las que el gobierno no hizo caso.
Y nos puso en el punto de mira del terrorismo de Al Qaeda y no nos cuidó. No se activaron medidas de seguridad, de las cuales el gobierno es responsable. No nos cuidan en un boliche, en un supermercado, en ningún lado
El 11M: El 11 de marzo, a las 7 y 40 de la mañana, había mochilas en los trenes que llevaban gente que iba a trabajar, a estudiar, a ver a su familia, personas muy diversas.Gente obrera, que no pertenecía a esa cúpula de ese poder que nos puso en el punto de mira.
Estallaron en 4 focos diferentes, matando a 191 personas, hiriendo a 1.500 sobrevivientes. La respuesta a esa barbarie es que la gente sintió que en esos trenes cualquiera podría haber estado. Toda la gente sintió eso. Por eso surgió un lema “Todos íbamos en ese tren”.
La emergencia: En esos momentos el país tampoco estaba preparado para la gestión de la asistencia. La experiencia en atentados terroristas no era proporcional a la magnitud que tenía este atentado. Por lo cual la gestión fue de total descoordinación. Ambulancias que se atascan, heridos que no estabilizan, colapso en los hospitales, esperas de gente para ser asistida… piensen ustedes en las heridas que puede causar una bomba. Parecería que la asistencia estaba toda organizada, con mucha plata puesta en protocolos de emergencias, pero en el momento no funcionó.
Se crearon diferentes lugares de información, en realidad de des-información. Fue un caos. La gente estaba muy dolida. Los responsables no estuvieron.
Las urnas antes que las víctimas: El atentado se produjo tres días antes de las elecciones generales, con lo cual -en el ambiente de crispación que les mencionaba- era bastante delicado el tema de responder quién había cometido el atentado. El miedo que tenían era que se asociara con la invasión a Irak, y el gobierno entonces se preocupó no por las víctimas, sino por las urnas. Con lo cual el empeño fue identificar que la autoría del atentado fue de ETA. Cuando todo indicaba que esa magnitud de atentado no tenía el tinte de ETA.
Poco a poco comenzaron a aparecer pruebas que se iban acallando por parte del gobierno. Iban diciendo que no, que todo apuntaba a ETA, cuando ya había pruebas el 11 de marzo a mediodía, se había encontrado una furgoneta con pañuelos musulmanes, hubo detenciones de células terroristas –controladas desde hacia muchos años-. Muchos de ellos eran confidentes de la policía, contaban lo que hacían otras células. Entonces la gente empezaba a preguntar porque quería saber la verdad. Dentro de España no se hablaba de Al Qaeda, fuera de España todos lo pensaban. Se mandaron comunicados a todas las embajadas para que se insistiese en la autoría de ETA.
Las marchas: El 12 de marzo hay manifestaciones multitudinarias en todo el país, organizadas por el poder. Su lema era “Contra el terrorismo, por la democracia, con la Constitución.” Se hicieron santuarios. El 13 de marzo la gente empieza a preguntar: “queremos votar sabiendo, con la verdad.” En la gente, sin ser dirigida, aparece una nueva forma de reacción. Se empezaron a hacer manifestaciones frente a las sedes del Partido Popular, por ejemplo. Eso el PP lo toma como un ataque. Pero la gente quería saber.
El costo político: El 14 de marzo la gente votó y votó sabiendo, no porque se lo había contado el gobierno. Le pasó factura al PP, se cambió el gobierno, fue mayoría el Partido Socialista. Esa factura fue una respuesta que se fundó en el lema de “Vuestra Guerra, nuestros muertos.” Esa derrota se toma como un juicio político al responsable de la mala actuación anterior y en el momento del atentado. La sociedad, al sentir que es un juicio, piensa que las responsabilidades ya están. Para nosotros, no acaban ahí. Sino en el reclamo: que se haga justicia por tantas muertes, todos íbamos en ese tren. Hay una necesidad social de hacer algo para que no se repita. El juicio polìtico ya está hecho, pero ¿qué pasa si hay otro 11 de marzo? Los responsables siguen estando en cúpulas policiales o en puestos mejores y en la cúpula del PP que si mañana gana las elecciones, vuelven a estar allí.
Lo colectivo: Los familiares, poco a poco, nos vamos organizando, pero el problema de organizarse en España es la institucionalización de los espacios. Allí el dolor se vive de manera privada, no como un proceso colectivo, es algo que valoro mucho en las experiencias de la Argentina. Vivirlo en colectivo, en la calle. Quizás influenciados por el individualismo que genera la estructura económica, nos dicen que al vecino no le importa cómo estoy, no le importa mi dolor. Eso no es verdad: le importa, pero no sabe cómo acercarse porque no hay costumbre.
Las organizaciones: Hay una asociación en España que lleva 30 años: la Asociación de Victimas del Terrorismo, bastante afín a sectores militares, policiales. Empieza a aglutinar gente con un discurso de re-victimización, de anclar a la gente en llorar, mientras presiona sobre el gobierno para endurecer leyes antiterroristas.
En esa asociación, posterior a los atentados, deciden hacer socio honorífico a José María Aznar, lo cual hace que mucha gente no podamos pertenecer a una asociación donde el responsable principal sea socio honorífico. Mucha gente entonces no sabe dónde ir, pero poco a poco se van armando los grupos y allí se empieza a gestar otra asociación, desde donde se intenta hacer lo que se puede con el dolor, pero no una reflexión política de qué ha ocurrido, qué vamos a hacer, qué necesitamos. Eso se hace en la Red Ciudadana tras el 11 M.
La Red Ciudadana: La Red surge porque los otros espacios son asistencialistas, asistencia, son verticales, son poco abiertos a la elaboración, la reflexión y el pensar. Y sobre esas necesidades se va creando poco a poco ese espacio donde se puede expresar lo que se siente. El dolor es lo que nos une. Decidimos tomar nuestra palabra, que no nos roben la palabra, que otros no nos digan, que yo diga qué necesito. Tomamos la palabra y vamos a buscar la verdad, la justicia, la reparación. Es lo que nos une. En ese grupo tiene cabida todo el mundo, afectados directos o no, gente que se acercaba porque le parecía importante.
Cromañón: La Navidad del 2004 era para nosotros nuestra primera Navidad sin los seres queridos. Pero aparecen otras experiencias que se van quedando en uno. En enero tomamos contacto con el movimiento Cromañón y vemos cosas comunes. Que hay sentimientos que no se expresan, pero se saben. Un dolor por ese vacío, por esas heridas físicas y psicológicas que te colocan en un momento de la vida que no habías pensado, que es nuevo para ti, y que tienes que elaborar algo para seguir viviendo, para seguir adelante a pesar de ese vacío.
Las experiencias parecen diferentes. Puede parecer diferente a que un dueño de un boliche y unos gobernantes decidan primar el interés económico más que la vida. Pero si bien tiene sus diferencias, las diferencias son buenas para aprender qué hace el otro, y para eso estamos aquí. Ver qué es común y qué nos une.
Lo común: Lo común es una construcción desde el desgarro y el dolor. El dolor y la rabia como motor de la acción y la construcción. Es un motor que te hace sentir que lo que haces es justo, que quieres crear algo para que no haya un Cromañón más, un Atocha más, un Ycua Bolaños más.
Lo común es que el Estado no te cuida. Nosotros somos espacios basados en el cuidado, nos conocemos, todos sabemos cuándo uno necesita lanzar esa rabia, esa pena, llamar a alguien para cuidarte. Porque sabes que ese otro día lo va hacer por ti.
Lo radical: ¿Qué estructuras favorecen que aparezcan esas masacres? Esa denuncia resulta radical y subversiva. Somos radicales, porque vamos al centro, a la raíz, de la cuestión. Si, ir a la raíz del asunto, señalar, denunciar directamente qué es lo que está ocurriendo.
Acá los llaman golpistas, cosas horribles, por gentes afines a determinados sectores por intereses, inclusive gente vinculada a los derechos humanos. En España también nos llamaban cosas horribles, a veces nos decían que nos metiésemos nuestros muertos por el culo. También en Paraguay les dicen cosas horribles, pero estamos alineados en la justicia, en los pibes, en las víctimas, en lo que ocurrió.
El encuentro: Esa elaboración lleva unos aprendizajes y unos procesos que todos desconocíamos. A nivel personal aprendemos cómo se sobrevive. A nivel colectivo, a construir nuevas formas de elaboración, acción y reflexión. No hay un Manual de la Víctima. Cada uno y cada colectivo lo va descubriendo día a día.
Encuentros como estos nos dicen que no están solos, no estamos solos. La gente de Ycua está, nosotros estamos: no estáis solos. Gracias
Nota
La Estela: tierra guaraní en escena

Las actrices Casandra Velázquez e Ivana Zacharski crearon un unipersonal sobre una niña litoraleña que descubre aventuras al amparo del monte misionero. El calor agobiante, la siesta obligatoria, los árboles de yerba mate y las leyendas de ese territorio se cruzan con la inspiración de Clarice Lispector como punto de partida.
Por María del Carmen Varela
A la hora de la siesta el pueblo entra en una pausa obligatoria barnizada por un calor agobiante. Ni el sueño ni el sofoco detienen a la niña, que abandona su cama con sigilo y logra escapar al amparo del monte. Encuentra en la intemperie el abrigo que no es costumbre en su casa. Cada día la espera una aventura distinta, aunque no siempre hay juego y risas. Rebelde, divertida, decidida, busca compañía para sus andanzas y si no la encuentra, transita en soledad. La salvación a cielo abierto, la naturaleza como sostén y una fascinación: “La Estela”.
La actriz y bailarina Casandra Velázquez y la actriz y directora de teatro Ivana Zacharski dieron luz a esta niña litoraleña sumergida en la vastedad de un paisaje indómito y deslumbrada por Estela, la joven esquiva con mirada de pantera. Ivana y Casandra se conocieron a sus 18 años tomando clases de actuación con Pompeyo Audivert en el Teatro Estudio El Cuervo, poco tiempo después de que cada una viniera a estudiar teatro a la Capital. Casandra nació en Rosario y creció en Venado Tuerto (Santa Fe), Ivana es de Apóstoles, Misiones, donde se desarrolla esta historia que juntas llevaron a escena. Este universo, recorrido por Ivana, de tierras guaraníes surcadas por árboles de yerba mate y leyendas de peligros a la hora de la siesta, fue la inspiración para La Estela.
Ivana tenía ganas de dirigir un unipersonal y eligió a su amiga Casandra para actuarlo. El punto de partida fue un cuento de Clarice Lispector: La relación de la cosa. Casandra: “Los primeros encuentros fueron sin texto, nos acercamos a la obra desde el cuerpo, la respiración y la carne. En los primeros ensayos bailé un montón, unas danzas extrañas, medio butohkas, transpire, canté, corrí, toqué el bajo. Ivana empezó a escribir y yo a probar y actuar todos esos textos e hipótesis, el insomnio estaba presente, la obsesión con el tiempo, los fantasmas del futuro, algo vinculado a la materialidad del agua y el devenir del río. Aparecieron unos cuentos protagonizados por distintas niñas en paisajes litoraleños. Nuestro personaje de ese momento: una mujer en medio del insomnio, se contaba esos cuentos a ella misma para poder dormir”.

Foto: Gentileza La Estela.
Después de que Ivana hiciera un taller de escritura con Santiago Loza y Andrés Gallina, la historia fue tomando fuerza. Cuenta Casandra que algo se abrió y comenzó a aparecer la trama: “La obra apareció y nos empezó a hablar. Nos metimos adentro de esos cuentos, de esos paisajes y de esas niñas y dejamos de lado todo lo demás. Apareció algo muy mágico entre nosotras, algo de eso que las obras permiten, que es crear un universo común, descubrir conexiones y relaciones nuevas. Sentía que la obra estaba apareciendo y tenía voz propia, apareció el cuerpo de la obra y una forma de narrar”. Casandra recorre el escenario y su fuerza expresiva invita a adentrarse en la historia de esta niña llena de vitalidad y asombro. La vemos en su habitación, presa del calor de la tarde, en busca de libertad y juego, invocando protección divina cuando algo se le escapa de las manos, trabajando en el puesto rutero, pateando una pelota, como se patea a la injusticia, hipnotizada al descubrir la mirada felina de “la Estela”.
El entusiasmo de la juventud, las tragedias inesperadas, las súplicas, el goce de la novedad caben en ese cuerpo palpitante de sueños. Ivana y Casandra apelaron a sus propias vivencias para hilar la narración. Casandra: “Las dos pasamos nuestras infancias y adolescencias medio punkis en distintos paisajes litoraleños, lejos de esta ciudad, sus ritmos y velocidades. Había algo de ese universo común, de elegir siendo muy chicas irnos de las ciudades donde crecimos, que empezó a operar, casi telepáticamente. El ejercicio de revisitar esos paisajes y poblarlos de ficción fue fascinante, mirar el mundo con ojos de infancia nos abrió mucho permiso y nos devolvió mucha vitalidad, nos permitió vincularnos con la violencia, el dolor y la crudeza de crecer desde un lugar de mucho delirio y mucho juego. La obra es bastante impune en ese sentido, el relato no pide permiso, ni da explicaciones, sólo sucede. Justicia poética, decimos, un conjuro de liberación”.
Al cabo de dias de ensayo, la voz de la niña litoraleña comenzó a asomar y Casandra hizo un trabajo específico con la coach vocal Mariana García Guerreiro. El actor Iván Moschner también se sumó a pulir el fluir de la voz. Escuchar radios misioneras, discos y entrevistas a Ramón Ayala y otrxs artistas misionerxs colaboró con esa tarea. La niña que sube el escalón hacia la adolescencia, la que se enfrenta al monte y sus amenazas, se abre paso en la oscuridad con la lumbre de su irreverencia. Salvar y ser salvada, desafiar la imposición de la siesta, para correr a soñar despierta.
La Estela
El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA
Sábados a las 18 hs, hasta el 27 de septiembre
@laestela.obra
Nota
Litio: nace un nuevo documental

Este viernes 29 de agosto se presentará un nuevo contenido de Cooperativa de trabajo lavaca: Litio. Un documental dirigido junto a Patricio Escobar que refleja la lucha de las comunidades originarias y el paralelismo entre la reforma (in)constitucional de Jujuy, como experimento hacia la Ley Bases votada a nivel nacional.
“Te cuento esta historia, si me prometés hacer algo. ¿Dale?”.
Así arranca el documental Litio, una historia de saqueo y resistencias, que continúa…
Un documental independiente y autogestivo de cooperativa lavaca y dirigido en conjunto con Patricio Escobar, que traza un hilo conductor entre la reforma (in)constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Este proyecto tiene algunas particularidades: por un lado, no se trata de una única pieza audiovisual, sino de varias. Una más larga, de 22 minutos; y otras más cortas, de menos de 6 minutos. Por otro lado, se propone un documental en construcción permanente, al que se le irán agregando nuevas piezas de una cadena extractivista que parece no tener fin. Para esto, creamos una página web (que también estrenaremos el viernes 29) en la que iremos agregando los nuevos eslabones que surjan a futuro relacionados al oro blanco.
LITIO muestra cómo viven las comunidades de la puna jujeña en la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, y a la par, zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. Dato insoslayable: para obtener un kilo de carbonato de litio se utilizan hasta dos millones de litros de agua. Las imágenes se entrelazan con los ostentosos congresos mineros, la represión policial a las manifestaciones por la reforma (in)constitucional y la resistencia de un pueblo que no otorga la licencia social a la explotación minera.
“¿Cuánto cuesta, cuánto vale… nuestra Pacha?”, cantan las comunidades originarias. Esa bandera hecha canción – y esa pregunta- se construye a través de distintas entrevistas a las comunidades Santuario de Tres Pozos, Lipán, El Moreno, Tres Morros, Potrero de la Puna, así como a otros actores. También evidencia el silencio de las autoridades, que no quisieron hacer declaraciones públicas. “Todas las Salinas están cuadriculadas de pedimentos mineros. Allí viven las comunidades y debajo, en el subsuelo, están las minas”, cuenta Alicia Chalabe, abogada de las comunidades.
El documental plantea una premisa: la reforma (in)constitucional de Jujuy en 2023 impuesta por el entonces gobernador Gerardo Morales –a merced de la explotación del litio, ya que modificó el régimen de agua, de tierras fiscales y de la propiedad privada, y ratificó la propiedad exclusiva de la provincia sobre los recursos naturales, entre los que incluye el subsuelo y el mineral de litio– fue el experimento que sirvió de antesala a la Ley Bases aprobada en 2024. Esta profundizó no sólo la matriz extractivista mediante enormes beneficios fiscales a empresas mineras, petroleras y del agronegocio, sino también las relaciones carnales con Estados Unidos y particularmente con Elon Musk, dueño de la empresa Tesla que construye autos eléctricos, para lo cual el litio es fundamental.
LITIO termina con tres palabras, y se erige como punto de partida:
“Esta historia continuará
¿Dale?”.
Te invitamos a seguir construyendo esta historia, este viernes 29 de agosto a las 20, en MU Trinchera (Riobamba 143, CABA).

CABA
Super Mamá: ¿Quién cuida a las que cuidan?

¿Cómo ser una Super Mamá? La protagonista de esta historia es una flamante madre, una actriz a la que en algún momento le gustaría retomar su carrera y para ello necesita cómplices que le permitan disfrutar los diferentes roles que, como una mamushka, habitan su deseo. ¿Le será posible poner en marcha una vida más allá de la maternidad? ¿Qué necesitan las madres? ¿Qué necesita ella?
Por María del Carmen Varela
Como meterse al mar de noche es una obra teatral —con dirección y dramaturgia de Sol Bonelli— vital, testimonial, genuina. Un recital performático de la mano de la actriz Victoria Cestau y música en vivo a cargo de Florencia Albarracín. La expresividad gestual de Victoria y la ductilidad musical de Florencia las consolidan en un dúo que funciona y se complementa muy bien en escena. Con frescura, ternura, desesperación y humor, abordan los diferentes estadíos que conforman el antes y después de dar a luz y las responsabilidades en cuanto al universo de los cuidados. ¿Quién cuida a las que cuidan?
La escritura de la obra comenzó en 2021 saliendo de la pandemia y para fines de 2022 estaba lista. Sol incluyó en la última escena cuestiones inspiradas en el proyecto de ley de Cuidados que había sido presentada en el Congreso en mayo de 2022. “Recuerdo pensar, ingenua yo, que la obra marcaría algo que en un futuro cercano estaría en camino de saldarse”. Una vez terminado el texto, comenzaron a hacer lecturas con Victoria y a inicios de 2023 se sumó Florencia en la residencia del Cultural San Martín y ahí fueron armando la puesta en escena. Suspendieron ensayos por atender otras obligaciones y retomaron en 2024 en la residencia de El Sábato Espacio Cultural.
Se escuchan carcajadas durante gran parte de la obra. Los momentos descriptos en escena provocan la identificación del público y no importa si pariste o no, igual resuenan. Victoria hace preguntas y obtiene respuestas. Apunta Sol: “En las funciones, con el público pasan varias cosas: risas es lo que más escucho, pero también un silencio de atención sobre todo al principio. Y luego se sueltan y hay confesiones. ¿Qué quieren quienes cuidan? ¡Tiempo solas, apoyo, guita, comprensión, corresponsabilidad, escucha, mimos, silencio, leyes que apoyen la crianza compartida y también goce! ¡Coger! Gritaron la otra vez”.
¿Existe la Super Mamá? ¿Cómo es o, mejor dicho, cómo debería ser? El sentimiento de culpa se infiltra y gana terreno. “Quise tomar ese ejemplo de la culpa. Explicitar que la Super Mamá no existe, es explotación pura y dura. No idealicé nada. Por más que sea momento lindo, hay soledad y desconcierto incluso rodeada de médicos a la hora de parir. Hay mucho maltrato, violencia obstétrica de muchas formas, a veces la desidia”.
Durante 2018 y 2019 Sol dio talleres de escritura y puerperio y una de las consignas era hacer un Manifiesto maternal. “De esa consigna nació la idea y también de leer el proyecto de ley”. Su intención fue poner el foco en la soledad que atraviesan muchas mujeres. “Tal vez es desde la urbanidad mi mayor crítica. Se va desde lo particular para hablar de lo colectivo, pero con respecto a los compañeros, progenitores, padres, la situación es bastante parecida atravesando todas las clases sociales. Por varios motivos que tiene que ver con qué se espera de los varones padres, ellos se van a trabajar pero también van al fútbol, al hobby, con los amigos y no se responsabilizan de la misma manera”.
En una escena que desata las risas, Victoria se convierte en la Mami DT y desde el punto de vista del lenguaje futbolero, tan bien conocido por los papis, explica los tips a tener en cuenta cuando un varón se enfrenta al cuidad de un bebé. “No se trata de señalarlos como los malos sino que muestro en la escena todo ese trabajo de explicar que hacer con un bebé que es un trabajo en sí mismo. La obra habla de lo personal para llegar a lo político y social”.
Sol es madre y al inicio de la obra podemos escuchar un audio que le envió uno de sus hijos en el que aclara que le presta su pelota para que forme parte de la puesta. ¿Cómo acercarse a la responsabilidad colectiva de criar niñeces? “Nunca estamos realmente solas, es cuestión de mirar al costado y ver que hay otras en la misma, darnos esa mirada y vernos nos saca de la soledad. El público nos da devoluciones hermosas. De reflexión y de cómo esta obra ayuda a no sentirse solas, a pensar y a cuidar a esas que nos cuidan y que tan naturalizado tenemos ese esfuerzo”.
NUN Teatro Bar. Juan Ramirez de Velazco 419, CABA
Miércoles 30 de julio, 21 hs
Próximas funciones: los viernes de octubre


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