CABA
El K-chetazo: marchas anti y pro Cristina
Un cacerolazo con marcha a Plaza de Mayo fue la reacción con mucho de espontáneo ante el discurso de Cristina Kirchner, que además de inoportuno fue percibido como un desafío a las protestas de miles de productores agrarios de todo el país. Desde empresarios hasta gente de izquierda terminaron siendo corridos por el llamado “piqueterismo” oficial. La lógica de quienes salieron a manifestar: desde racistas explícitos, hasta los que ven a los grandes terratenientes como aliados del gobierno y cantaban “que se vayan todos”. Mientras del otro lado, defendían la política oficial gritando “patria sí, colonia no”.
Tomás y Eliana estaban a tres metros de distancia.
Tomás golpeaba una sartén. Es abogado. Y dice que además de apoyar al campo, rechaza todo lo que hace este gobierno, “como la memoria y el juzgamiento a los militares y no a los terroristas”. Votó a Gustavo Breide Obeid, ex carapintada.
Eliana también es abogada, pero lo que salió a reclamar del gobierno es todo lo contrario: no sólo deben ampliarse y profundizarse los juicios, sino que además el gobierno muestra voluntad nula por defender los derechos humanos del presente. Está terriblemente arrepentida. En octubre votó a Cristina Fernández. Ambos reaccionaron a favor del paro agrario, y contra el discurso de Cristina Fernández.
Unos pasos más allá, los jóvenes despedidos del Casino agitaban sus banderas y Cecilia decía: “El pueblo se despierta”. Un poco más acá un señor canoso argumentaba: ªEl problema es que a Macri no lo dejan gobernarª.
Mientras esto ocurría en la Plaza, sobre Avenida de Mayo se congregaron cientos de personas a los que medios contrainformativos como Clarín y La Nación definen como “piqueteros”, aunque se trata de funcionarios y punteros políticos gubernamentales. Si hicieron piquetes alguna vez, el desliz ha quedado hundido en el olvido. En cambio nadie llama piqueteros a los que hacen piquetes con tractores, que además se entrelazan con los caceroleros que llenaron la Plaza. Desde el punto de vista de las herramientas de la resistencia, es posible que esta noche del 25 de marzo de 2008 haya representado la clausura del 19 y 20 de diciembre de 2001. Cacerolas y piquetes ya son herramientas que cualquiera puede usar, y cuyo significado habrá que ver en cada caso.
Miseria y abundancia
Todo estalló a partir de un discurso de la presidenta Cristina Fernández, cuestionando el paro agropecuario. «Recuerdo esa Argentina donde desesperados cortaban calles por que les faltaba trabajo o tal vez, en 2001, porque se habían quedado con sus depósitos. Eran los piquetes de la miseria. Este último fin de semana vimos la contracara, los piquetes de la abundancia», dijo la Presidenta durante un acto en Casa de Gobierno en el que la firma estatal AYSA anunció un plan de inversiones para el conurbano bonaerense. «Aquellos argentinos, que desesperados por la falta de trabajo se lanzaron a las calles y fueron denostados por algunos medios que pedían al gobierno que diera palos, infinidad de editoriales pidiendo orden para los que no tenían trabajo. Curiosamente aparecen piquetes violentos y protagonizados por sectores de mayor rentabilidad de los últimos cuatro años».
Recordó cuando los productores rurales, durante la convertibilidad, se debatían «por el remate de sus campos» y ahora «cuando las vacas vienen gordas, las vaquitas para ellos y las penitas para los demás».
«Allá por 1991, cuando se instaura la convertibilidad, el uno a uno, no había retenciones en la Argentina, pero casi nos quedamos sin productores. Me acuerdo de los movimientos y surgimiento de mujeres que luchaban porque se remataban los campos . Me acuerdo los primeros tiempos cuando los dirigentes ruralistas, que hoy amenazan no al gobierno sino a la sociedad con el desabastecimiento de comida, venían a pedir que por favor tuviéramos una política de recuperación».
Dijo que el campo debe tener en cuenta que sus ingresos por exportaciones son en «euros y dólares» y que sus costos son «en pesos argentinos», para luego remarcar que a pesar de esa diferencia el «empleo rural es el peor pagado de toda la escala salarial y tiene el más alto índice de empleo en negro».
«Nadie critica que puedan comprarse una 4 x 4. Lo que no está bien es que quieran hacerlo a costa de otros argentinos».
«Las retenciones son medidas redistributivas del ingreso. ¿Qué es la distribución del ingreso, si no es sobre aquellos sectores que tienen rentas extraordinarias?¿ A quién le vamos a pedir? ¿A los países limítrofes?».
«Si alguien que tiene rentabilidad actúa con ese grado de violencia, qué podemos esperar del que no tiene trabajo, de esos pibes sin trabajo y sin familia para los que se pide bala y palo».
«Sepan que voy a seguir representando los intereses de todos los argentinos. Lo pienso ejercer con todos los derechos que me da la Constitución y el voto popular. Sepan que no me voy a someter a ninguna extorsión. Ninguna».
En el acto la presidenta fue frondosamente aplaudida por el ministro Julio De Vido, y varios jefes comunales del conurbano, entre otras figuras que acaso no resulten suficientemente tranquilizadoras.
Carapintadas / derechos humanos
Tomás no tiene campos, y es abogado. Con la sartén como redoblante, tira un cigarrillo y reconoce que sus motivos para llegar a Plaza de Mayo “son una lista interminable”. ¿Por ejemplo? “La memoria parcial, lo que pasa con el campo, y el tema moral, porque la inmoralidad va a hundir al país con temas como el aborto”. Cristina Fernández se manifestó en contra del aborto. Tomás se ríe. Responde que en octubre votó al ex carapintada Gustavo Breide Obeid, y dice que el “que se vayan todos” debe ser tomado literalmente: “Cuatro años con esta gente no los aguantamos”.
Eliana habla a pocos metros, rodeada por la música de cacerolas. También es abogada “Me dedico a derechos humanos. “El gobierno reabrió las causas contra la represión, me parece perfecto jurídicamente, pero además de eso, no se respetan los derechos civiles, económicos, políticos y sociales”.
¿Y qué tiene que ver con estas ideas el paro del campo? “Esto no tiene que ver sólo con los productores, sino con que todos los pueblos de la Argentina dependen de sus productores medianos y pequeños. Por eso aquí se ve que los grandes no protestan, son amigos del poder. Aquí hay gente común, que manifiesta con tranquilidad”. ¿Y qué opina del ”que se vayan todos”? “El pueblo eligió esto y hay que respetarlo, aunque hay que denunciar también que el gobierno no hace su mejor esfuerzo para solucionar las cosas”.
Eliana votó a Cristina Fernández. “Y fue una terrible traición. La escuché hablando en los Estados Unidos sobre derechos humanos. Fue patético y mediocre. El problema es que no respeta al pueblo, a la mujer, no respeta la diversidad, ni la necesidad de las provincias, ni a la gente que se muere de hambre. Suficiente como para salir a manifestarse”. Para Eliana lo peor de la actual situación es lo que define como falta de democracia. “Respetar la democracia es respetar la diversidad y no creo que este gobierno lo haga”.
Un chico golpea los tachos que trajo de su casa. Estudia arquitectura, se llama Hernán, y dice que está resentido: “Resentido porque juntan plata, se la quedan ellos, y no la invierten en la sociedad. No estoy muy informado, pero estoy enojado”. Dice que en octubre votó a Elisa Carrió, y que decidió acercarse a la Plaza cuando vio todo por televisión.
La debilidad de la fortaleza
En ese momento la charla se interrumpió por las primeras corridas. Empezaban a llegar los grupos de funcionarios y militantes oficialistas a los que las empresas periodísticas suelen calificar como ”piqueteros”.
Fueron la expresión de una debilidad: si era cierto que el gobierno peligraba, la noticia es que nadie salvo esas 200 personas salió a defenderlo. Y si no era cierto, ¿para qué fueron?
Hipóteis de Eliana: “Presión psicológica, para generar miedo”. Dicho esto, comenzaron algunos golpes y corridas. Notable intervención policial, que se esfumó de los lugares que suele frecuentar y dejó a los caceroleros en manos de los grupos K. Aparecieron los primeros ensangrentados a golpes. Los oficialistas penetraron Plaza de Mayo y la gente que estaba allí y que logró eludir el cara a cara, marchó hacia el Obelisco. Los oficialistas festejaron la “toma” de la Plaza como si hubiesen vencido en alguna guerra invisible.
Sentirse estúpido
Rumbo al Obelisco por Diagonal Norte, Germán, chofer de 35 años explica: “Yo vine porque estoy harto de que la presidenta nos trate a todos como ignorantes. Me dio mucha impotencia. No tengo nada que ver con el campo, pero hay que dejarlo vivir”. Pasó un patrullero y la gente se abalanzó con palos para pegarle mientras le recriminaban a los policías su no intervención, una forma de dejar área liberada para las huestes oficalistas. El patrullero aceleró para huir con varios bollos de palazos en la chapa. Le pregunto a Germán si quiere que se vayan todos. “No, lo que uno quiere es que dejen de apretar a la gente que se rompe el culo trabajando. Fíjese que el 40 por ciento de lo que se produce en el campo está concentrado en 2.000 personas, y el 60 por ciento es de 45.000 pequeños y medianos productores”.
Para Germán, el gobierno se equivoca. “La gente no es estúpida, y está podrida de los tipos como Moyano, que además es un terrible terrateniente. Falta que el resto de la sociedad se termine de dar cuenta, pero estamos a un pelito de eso”. Gastón es otro arrepentido: “Yo la voté”.
El descalzo y la decoradora
Esto no es Tribunales, pero más adelante marcha Miguel, otro abogado. A diferencia de sus colegas, va descalzo. “Me saqué las ojotas para correr del tumulto, y las llevo en el bolsillo”. Cree que “si el campo para, se para todo el país”.
Ya en el Obelisco dos amigas, Sol y Agustina, plantean que lo que parece, no es. Sus padres tienen campos en Tres Arroyos. “Las retenciones los aplastan. Los grandes inversores no pagan retenciones porque están con el gobierno. Están acomodados y así no pagan nada”. Agustina: “Lo que uno dice es que haya retenciones, pero que entonces la plata vuelva, que se vea para qué la usan”, propone, como quien reclama milagros. Agustina es diseñadora gráfica y Sol decoradora de interiores y macrista explícita. “El problema sigue siendo el mismo: cada vez se gana menos, todo vale más, y vivir cuesta cada vez más”.
Ya en el Obelisco, junto a un semáforo, Santiago, productor ganadero canoso, habla por celular. Presenta alto nivel de indignación en sangre. Cierra el celular y cuenta: “Dicen que somos los grandes productores y yo estoy fundido. ¿Sabés para qué son las retenciones? Para extorsionar a los gobernadores y que el gobierno nacional haga lo que quiera. Manejan al Estado, compran votos, compran gobernadores e intendentes, y hacen lo que quieren. Yo no estoy defendiendo al campo, sino al país” supone. Es de San Pedro, norte de Córdoba, cuenta que allí el intendente se oponía al kirchnerista Frente para la Victoria hasta que apareció con la noticia: “si seguimos oponiéndonos, el lunes después de la elección no volvemos a ver un peso”. El Frente ganó por paliza.
Negros o sanos
Santiago discrimina (y mejora) a Luis D Elía al definirlo como “negro que viene a atacar a una manifestación de una población sana”. Si esto se trata de los sanos blancos contra los negros enfermos, puede suponerse en qué terminará esta saga. Suena el celular, alguien lo está buscando. “Semáforo, frente a Mc Donalds” dice y cierra. “Yo no digo que se vayan todos. Pero sí que haya límites. Nadie busca golpistas ni militares, sino que respeten y no sean ladrones”. El hombre es un arrepentido de otra especie. Votó a Roberto Lavagna. “Ese fue un vendido que se fue con estos, igual que Borocotó. No me digas que son demócratas. Cuando hacen eso, son delincuentes”.
Cree que el gobierno está desperdiciando un momento excepcional. “Hasta el inútil de De la Rúa, con este contexto de precios internacionales, hubiera sido Gardel”. Santiago considera que hay otro truco del ejercicio del poder consistente en el clientelismo: “Con la pobreza manejan a la gente con un pancho y una coca. Este tipo de gobierno no busca que la gente mejore, sino mantenerla igual, para tenerla controladita”.
La bandera del casino
Cristina es una de las despedidas del Casino flotante, que acampa en Plaza de Mayo. Los empleados en conflicto acompañaron la movilización y el cacerolazo con sus banderas. “Me encanta, se despertó la gente que reaccionó al autoritarismo. Ves gente de toda clase y odas las edades.
El autoritarismo no nos va. En cambio la gente que defiende al gobierno no viene sola, es gente mandada. Como pasó en nuestro conflicto. Los mandan a romperte. No queremos más eso, ¿o no somos libres?
Cecilia dice que ha llegado a una conclusión a partir del conflicto: “Todo el aparato del sistema se mueve para llevarse todos los beneficios, perjudicando siempre a la mayoría. Nos pasó a nosotros, y ahora le pasa al campo”.
Andrés y Marcos son de Tandil y viven en Buenos Aires. Andrés estudia Ingeniería y Marcos Derecho: “El desconocimiento de la gente sobre el campo es tremendo. Yo sé que todos los diarios son una porquería, y compré Crítica. Y era igual que los otros. Los medios son totalmente pedorros, a más no poder. No saben de lo que hablan”.
Marcos: “Acá no se piensa en solucionar problemas, sino en sacarles el jugo. Hay que defender esta posibilidad de expresarse en la calle”. Marcos reconoce que votó a Elisa Carrió y hubiera votado a Mauricio Macri. Macri no es precisamente un modelo de libertad de expresión callejera de la sociedad. Marcos se queda callado. Andrés: “Para mi el error es que te hacen pensar en Macri, Telerman, Carrió, lo que sea, y todo eso no tiene sentido, es algo que te distrae de entender los problemas como son en realidad. Y te quedás mirando y leyendo pedorradas”.
Filosofía y carne
Sebastián anda con su bombo del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras, conducido actualmente por un frente de agrupaciones de izquierda. El Centro votó acompañar la manifestación. “No venimos para defender a los productores, sino porque queremos comer carne y todos los precios están por las nubes. Siempre en estos casos terminan matando al que está abajo. Hay que sacarles a los que más ganan, a los grandes terratenientes, y no a los pequeños productores. El gobierno no tiene ninguna intención de hacer algo por los pobres”.
Sebastián cree que el campo –los grandes productores- deben devolver lo que se han quedado durante años. “Pero al margen de cómo lo resuelvan, siempre termina pasando lo mismo: no tenés carne, leche, o la tenés a un precio absurdo”.
Los grupos oficalistas avanzaron por Diagonal Norte, capturaron a algunos manifestantes del lado contrario, y nuevamente hubo contusos y ensangrentados. Octavio, del programa de FM América Profunda, miraba atónito. “Esta es una marcha Cha cha cha”. Los grupos gubernamentales cantaban “Patria sí, colonia no”. ¿Se lo cantan a Cristina? Se preguntó Octavio, sabiendo la respuesta. Una lluvia fría y fuerte terminó con los unos y los otros, que huyeron del centro de la ciudad. En los edificios de oficinas, se acomodaban los habitantes de siempre, arropados en diarios y bolsas de arpillera, para dormir. Familias de cartoneros acomodaban lo último bajo el chaparrón. Uno de los hombres me ve pasar y pronuncia dos palabras frágiles como los sueños. Dice: “buenas noches”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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