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Encubrir es delito: reportaje al fiscal Delgado

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El fiscal federal Federico Delgado dio curso a una denuncia contra las máximas autoridades del Gobierno argentino por encubrimiento en la desaparición forzada de Santiago Maldonado. El juez Canicoba Corral se declaró incompetente y ahora debe decidir la Cámara de Apelaciones. «Se armó revuelo por el pedido de que se investigara, pero es nuestro trabajo: nos pagan un alto salario para hacerlo». En diálogo con lavaca advierte: «Hay una apropiación del caso por múltiples facciones: políticas, mediáticas, mediáticas/empresariales. Y allí, en algún punto, lo que menos importa es la verdad. Lo que está pasando revela nuestra pobreza institucional». Describe la diferencia entre una operación de prensa y plantar en los medios una prueba falsa y cuestiona que el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, calificara como “cínica” la apertura de la causa por encubrimiento: “Es preocupante que la palabra del Estado hacia el Estado sea la violencia”.
 

Encubrir es delito: reportaje al fiscal Delgado

El fiscal federal Federico Delgado


La Liga Argentina por los Derechos del Hombre y el Instituto Arturo E. Sampay presentaron el 26 de agosto una denuncia penal para que la Justicia federal investigue si funcionarios del Gobierno encubrieron la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Los organismos subrayaron que “las autoridades nacionales, en lugar de aportar al esclarecimiento y aparición con vida de Santiago Maldonado, han intentado deslindarse de toda responsabilidad, generando una campaña de desinformación, en descalificable alianza con los medios masivos de comunicación social”. La denuncia recayó en el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 6 a cargo de Rodolfo Canicoba Corral, quien la derivó al fiscal federal Federico Delgado. “La denuncia está estructurada en dos variables”, dice Delgado en diálogo con lavaca. “La primera es el paso del tiempo de la desaparición y la otra, que las cosas que se hicieron desde el Estado ocurrieron con el fin de tapar la verdad”.
El fiscal dio curso a la denuncia que apunta a los principales funcionarios del Gobierno:

  • El Presidente Mauricio Macri.
  • El jefe de Gabinete, Marcos Peña.
  • La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
  • El jefe de Gabinete del Ministerio, Pablo Noceti.
  • El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano.
  • El secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Claudio Avruj.
  • El director de Gendarmería Nacional, Gerardo Otero.

Canicoba Corral se declaró “incompetente” para intervenir en la denuncia ya que -explicó- «la conducta exigida a las personas denunciadas se refiere a un hecho sucedido en jurisdicción del juez federal de Esquel”.
El fiscal federal Delgado apeló: “Lo único claro es que Santiago desapareció, que podrían haber agencias de seguridad involucradas y que se reaccionó de alguna manera o de otra frente a esos hechos. Este expediente radicado en la justicia federal criminal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se justifica porque es preciso someter a investigación esa reacción, porque los denunciantes sospechan que podría involucrar acciones u omisiones delictivas”.
La decisión ahora quedó en manos de la Cámara de Apelaciones. El fiscal dice a lavaca que el dictamen recién podría conocerse a mediados de octubre. “Me sorprendió, pensé que iba a ser más rápido por la trascendencia del caso. El tema del manejo de los tiempos en la Justicia es una patología en Argentina. Se armó revuelo por el pedido de que se investigara, pero es nuestro trabajo: nos pagan un alto salario para hacerlo”.
¿No hay ya formado un sentido común respecto a un posible rechazo?
-Pero está mal. Primero hay que hacer un trabajo. Es como que un editor mande a diez pibes a la calle a que busquen temas y, sin leer el texto, diga que no sirve. Tenés que leerlo. Es lo que pasó: Canicoba Corral se llama “incompetente”. Siempre las posiciones que tienen que ver con lo jurídico -como todo lo social- tienen muchas miradas. La mirada del juez es que, si hubo encubrimiento, se cometió en Esquel. Nosotros apelamos porque hace muchos años la Corte Suprema dijo a los jueces que antes de decidir sobre la competencia, hay que chequear la denuncia. Es básico.
-¿Influye que sea una denuncia contra funcionarios de primera línea?
-Nos pagan para chequear hechos: no importa si dice Pérez, Kirchner o Macri. Aquí un organismo de derechos humanos dice que el Estado encubrió. Y hay que investigar eso.
-¿Cuál es el alcance de la denuncia?
-Está atado a la investigación. Puede terminar en un funcionario de quinta categoría o en uno de primera.
-¿Y en este momento a quién alcanza?
-Hay que chequear. La denuncia nombra a muchos. Lo que sí nosotros señalamos en nuestro dictamen es que sería bueno que el juez federal Guido Otranto se aparte (en estas horas debe resolverlo la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia). No es porque sea un buen o mal juez: de alguna manera su subjetividad está contaminada porque era quien tenía la señoría en el corte de ruta. Es el que articuló el dispositivo de seguridad. Está en el límite de estar involucrado, al menos subjetivamente. Nos parecía mucho más prolijo que diga que como él participó en el operativo en el que fue visto por última vez Santiago Maldonado, se corra y venga otro magistrado.
-Es lo que denunció la familia Maldonado.
-Y está bien. Es de manual y en todas las causas pasa. En realidad, los jueces mismos dicen: “Acá no me voy a meter porque, de algún modo, estoy mencionado, rozado o tangencialmente involucrado: mejor que lo haga otro”. Es de práctica.
-Uno de los ejes de la denuncia que usted dio curso es la posible existencia de un “pacto de silencio”. ¿Qué piensa usted?
-Me parece que en Argentina hay un proceso de degradación constitucional que cada día se profundiza un poco más. Hay algunos delitos que conmueven la opinión pública. Con una hipótesis de desaparición forzada en este país, ¿uno qué piensa? Que por la memoria histórica, el Estado en su conjunto se tiene que involucrar para ver qué pasó. Sin embargo, en vez de que los actores se involucren para esclarecerlo, aún en una estrategia altruista, hay una apropiación del caso por múltiples facciones: políticas, mediáticas, mediáticas/empresariales. Allí empiezan a apropiarse del caso y a recortarlo según sus intereses específicos que, en vez de constituir un mecanismo de mediación para resolver el caso, funciona como una piedra que se tiran unos a otros. Y allí, en algún punto, lo que menos importa es la verdad. Lo que está pasando es eso: revela nuestra pobreza institucional. Se están perdiendo las instancias de mediación.
¿Cómo impacta esa trama en una investigación por desaparición forzada?
-Revela la impericia de nuestras fuerzas de seguridad y nuestro sistema judicial para buscar. Hace unos meses nosotros buscamos a Nadia Rojas, una chica cuya hipótesis era que había sido secuestrada por una red de trata. Es muy difícil buscar, porque si bien a veces los policías trabajan con buena voluntad, hace falta mucha preparación. En el caso de Rojas era una chica vulnerable, con una mala relación con la madre, y si bien cada vez más se alejaba de la hipótesis inicial, buscarla era imposible. Hay problemas muy graves de preparación técnica en la policía, en la Justicia y en nosotros también. Y en los casos como Santiago Maldonado se ven todos esos matices mezclados con la apropiación política y la pobreza institucional: esa ensalada es una radiografía de lo que es gran parte la Argentina.
-¿Cómo impacta esa impericia cuando el sujeto a investigar es el propio Estado?
-Es tremendo. Todos los hechos de desaparición no se pueden hacer sin una tolerancia estatal: puede ser por acción, por omisión, por torpeza o por una mezcla de las tres.
-¿Qué pudieron ver de la causa?
-No vimos nada. El tiempo conspira. Lo que está bueno es ir avanzado en paralelo. Hay miles de puntas para trabajar: los videos, el policía que dice que había rastros de balas 9mm y nadie las levantó, la interpelación al ministro de Gobierno de Chubut, Pablo Durán. Nos preparamos para empezar a trabajar, pero queda ahora en una especie de congelamiento. Sólo teníamos que comparar si lo que se hizo estuvo bien y, además, si hubo cosas que había que hacerse y no se hicieron. Desde el punto de vista técnico, el desafío no es tan complicado: es inspeccionar lo que hizo otro.
-¿El Gobierno, en este caso?
-La investigación incluye al Poder Judicial y al Poder Ejecutivo. En Argentina, a diferencias de otros países, el Ejecutivo conserva las policías, mientras lo judicial sólo aplica la ley. Esto tiene un gran problema, que no se narra, pero tiene mucha incidencia en la impotencia de la Justicia: para cumplir sus decisiones siempre necesita del Poder Ejecutivo. Si la policía no actúa, ¿qué hace el juez? Por eso las investigaciones son complicadas: por el propio diseño que tiene Argentina hay que investigar lo que hace el sistema judicial y el Poder Ejecutivo. Pensemos a la policía en abstracto: son parte del Ejecutivo, pero en las investigaciones trabajan subordinadas al juez. Son dos lealtades: ¿pueden desdoblarse? En muchos países hay policías judiciales. Se necesita un poder especializado que dependa del Poder Judicial.
-En el caso de la desaparición forzada de Maldonado, eso se ve en las propias “actuaciones administrativas” que presentó el Ministerio de Seguridad a la Justicia. Si bien fueron cuestionadas duramente por la Procuraduría de Investigaciones Administrativas del Ministerio Público Fiscal, se pretendió orientar la investigación con pruebas sin ningún peso probatorio.
-Es la lógica del zorro en el gallinero. En Argentina el problema es el divorcio que hay entre la ley y su aplicación. En cualquier espacio institucional, cuando hay un problema y hay que hacer una auditoría, existen mecanismos de contrapeso porque es difícil que te investigues a vos mismo. Es imposible que personas de a pie no tengan estrategias egoístas: siempre hay relaciones intra agencia para que se garantice una autonomía relativa de la investigación. Más allá de que aquí seguimos hablando de una persona que está desaparecida, si te alejás un poco para pensar en abstracto cómo está diseñado el sistema, percibís que hay un montón de cosas que tienen explicación por la propia deformación del sistema, que están sedimentadas en el tiempo y en la historia.
¿Qué impacto tienen las operaciones de prensa en una trama de encubrimiento?
-Lo que pasa es que al juez no le puede influenciar eso: es parte del ruido de la libertad. Tiene que ver más con una cuestión cultural que con la judicial penal.
 -¿Y si hay un Ministerio que promueve hipótesis falsas?
-Pero eso no sería operación de prensa: si el juez prueba que alguien monta una prueba falsa, es un delito. Hay que hacer una distinción. Lo que se dice en los medios es ingobernable y es una cuestión de ética colectiva. Ahora: es distinto plantar pruebas. Eso es delito. El encubrimiento es una figura básica: tapar. Básicamente, en el caso de una desaparición, es que vos tenés información de un delito, sabés que algo irregular se hizo y tenés la obligación de proceder de acuerdo a ello, pero elegís otro camino.
-¿Por eso es improcedente el rechazo de Canicoba Corral? ¿Porque el encubrimiento no sólo impacta en Esquel, sino a altas figuras del Estado argentino?
-Es una especulación: ¿cómo sabés si hay un encubrimiento o no? Lo que hizo es como recetarle al paciente una ecografía sin saber si tiene fiebre o dolor de estómago. Es una locura. Es una discusión que no tiene que ver con la realidad.
Usted recibió algunas críticas por aceptar la denuncia. Por ejemplo, el secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, Claudio Avruj, dijo que era “cínico” acusarlos de encubrimiento.
-Es una locura. Eso es violencia política: me preocupa mucho. Es el Poder Ejecutivo: ¡es el Estado el que está hablando a través de su área de Derechos Humanos! En términos teóricos, lo que se está jugando aquí es la cuestión de frenos y contrapesos: es una institución que le pide al Poder Judicial inspeccionar un comportamiento del Poder Ejecutivo a partir de una denuncia. Entonces, que el Ejecutivo responda que es “cínico” es preocupante. No quiero ser agorero, pero en los ´60 empezó igual. Tienen que ser prudentes. Al hermano de Santiago Maldonado yo no le puedo pedir prudencia, tampoco a los padres: tienen el dolor en el cuerpo, el dolor humano de un familiar de un desaparecido que quiere saber qué pasó. Pero que la palabra del Estado hacia el Estado sea la violencia, es preocupante: no están dadas las instancias de mediación.
-¿Se puede desvincular eso del marco de una investigación por desaparición forzada?
-Claro que no.
 
 
 

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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